A ti, Pequeña
Porque el instante mágico del día siempre llega en el momento menos esperado pero más acertado...
Hoy he sido partícipe de otro cambio en mí. Y en cada paso de este camino me he sentido obligada a decírselo a alguien. La verdad no sé a quién transmitirle todo esto que siento y que creo, nadie parece muy apropiado para dicha tarea. El escarnio y el rechazo siempre han sido mis mayores miedos, aún así, continuamente he estado sometida a ellos. Entonces… ¿a qué le temo?
Al cambio en si mismo, y lo que yo pueda hacer con él.
Hola, Pequeña:
Este ha sido el peor y el mejor año de mi vida: he vivido, estoy viviendo y viviré cada vez con más intensidad.
En realidad no tengo deseos de contar mis vivencias presentes a todo el mundo, sólo a ti. Tu presencia en mi vida actual ha significado una cantidad tremenda de cambios en mi rutina. Me he visto forzada a reencontrarme con mi sensibilidad por medio de tus textos. Me he visto forzada a aceptar que me gusta una mujer y que posiblemente me haya enamorado de esa idea con una profundidad que no comprendo, pero que no necesita explicación porque el amor es. Me vi encaminada hacia una fuerza interior que me obligó a desafiar a mi padre, para así liberarme del peso de caminar por el sendero que él ya ha recorrido y que pensaba yo, era el que debía seguir. Me vi iluminada con hermosas escenas llenas de una pasión y un amor que no conocía, me sentía ajena a mis pensamientos y a mi creatividad pero a la vez maravillada de que esas imágenes se forjaran en mi imaginación, porque significa que estoy viva y que soy parte aún de esa fuerza transformadora que todo lo crea y todo lo destruye para volver a crear. Me reflejaba en esos deseos y sentí una necesidad desesperante de plasmarlos en un papel, de honrar su presencia en mí y compartirlos, una vez más, contigo. Sin esperarlo, esas acciones me llevaron a liberarme del sendero de mi madre. Porque ella, al encontrar esas palabras, se ha desilusionado de mí lo suficiente como para hacerme ver que en realidad no estoy consiguiendo mi objetivo ni el suyo. Sentí el dolor necesario para entender que si continuaba su camino terminaría por destruirme: yo no estoy supuesta a ser la mártir, ni la virgen, mucho menos la santa. Al parecer, yo estoy supuesta a ser la bruja que desafía todas las leyes de la sociedad y comulga con la naturaleza en presencia del Dios que todos adoran y temen, pero que en verdad es mucho más cercano y cálido de lo que parece. Yo soy la que en este momento siente miedo de entregarte estas palabras y que te asusten o te alejen de mí, pero sé que debo hacerlo porque de ellas vivo. Soy de las letras y en las letras moriré, así como soy de la música y de sus vibraciones infinitas, suaves e intensas.
Una vez te dije que yo creía en un ser superior pero no creía por completo en la iglesia. Ahora comprendo que yo no nací para la iglesia. Todo aquello por lo que otros pelean no parece estar en mi camino… yo necesito compartir mi vida con el universo y todas las formas místicas que existen y que aún no se han creado, yo necesito estar conectada al pasado y al futuro, fusionados en la dualidad de la divinidad presente: el Dios sabio, estricto y distante, y la Gran Madre, cálida, cercana y compasiva. Y aunque parezca imposible, así siento que está correcto mi mundo porque he sido instada a vivir en nombre del amor, con sus profundidades y superficialidades, a entregarme por completo. Es en ello en lo que siempre he creído, lo que siempre he deseado y que no había reconocido por completo sino hasta esta época de mi vida, en la que tú estás presente y yo me estoy transformado ante tus ojos.
Pero no sientas el peso de mi presencia, estoy feliz porque contigo he aprendido a dar sin esperar recibir nada a cambio, me siento alegre porque tu entrada, coincidencia o destino, ha marcado un giro total en mi camino, todo para bien. Por mi parte, sólo deseo haber podido lograr un cambio positivo en ti, por mínimo que fuera: sería la consumación total de la semilla transformadora que se ha sembrado en mí.
Hoy tengo el valor de reconocer que no sé cuál es mi misión en la vida, pero me siento alegre de haber aceptado los grandes retos que el universo puso en mi camino, me siento feliz de estar avanzando, correcta o erróneamente igual progreso.
Estoy feliz de sentir mi corazón saltarse un par de latidos en este momento, mientras mis lágrimas desean explorar mi rostro y yo no las dejo porque soy fuerte, y la valentía corre ahora por mis venas pero ya no con soberbia, sino con la voluntad de buscar la humildad suficiente para alcanzar aquello que estoy supuesta a ser.
Hoy ha sido un día diferente porque he entrado en contacto con lo visible y lo invisible por medio de un puente magnífico… mágico, y esto debía compartirlo contigo y el universo entero.
Gracias por dejarme entrar.
Atentamente,
Athenas.
Pensamiento:
“Hoy mi alma está compuesta por las seis cuerdas de mi guitarra. La cuerda más grave, cuando vibra, es la que sintoniza mi cuerpo con el instrumento y me hace sentir la hermosura del sonido en mis propias carnes, al igual que mis palabras se extienden en el exterior y tocan los corazones de otras conciencias para hacerse sentir en sus almas. Luego, la cuerda más aguda, cuando vibra, deja un eco en las demás, sobretodo en la más gruesa, que a su vez deja un leve eco resonando en el ambiente; de esa misma forma, cuando mi alma se agita, todo mi ser se estremece, comulga con el universo y termina por irradiar esa emoción al entorno.”
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Comentario:
¿Qué mejor manera de iniciarnos en una web como esta que con un confesión profunda y certera, despojada de sexo e imbuída de una fuerza mágica que todo lo cubre y todo lo trasforma?
No sé, juzguen ustedes mi iniciación... pero sepan que más allá de sus críticas está la honestidad que se le entrega hoy a la Gran Madre.
Buen Día a todos y ÉXITO!
Victorie!