A tanta insistencia ya no hubo resistencia
Yo creo que a muchas de nosotras nos a pasado tener un pretendiente con el que no te imaginas entre las sabanas por lo que sea pero como se deci no hay peor lucha que la que no se hace ni hombre que se quede cruzado de brazos hasta que consigue su meta o se va con la cola entre las patas relamiendo
A TANTA INSISTENCIA YA NO HUBO RESISTENCIA…
Esta es una historia real en la que por obvias razones los nombres son ficticios para no herir susceptibilidades de la gente involucrada pero las cosas pasan cuando menos lo imaginamos y con quien una menos se lo espera.
Resulta que yo soy una mujer casada desde hace muchos años con mi vida resuelta en muchas cosas: en mi vida íntima, con mi familia y en mi economía aunque confieso que no soy una santa, también tengo mi historia guardada en el baúl de la discreción absoluta con un candado de máxima seguridad.
Actualmente tengo cuarenta y cinco años con un negocio propio de cosméticos que me permite tener ingresos personales para darme algunas comodidades extras entre otras cosas además de ser independiente manejándome con libertad absoluta.
Mi negocio me ha permitido relacionarme con mucha gente, mujeres en su mayoría por el giro de mis productos aunque también hay hombres maridos de algunas chicas que participan conmigo, así de entre todos ellos conocí al esposo de Lucy, un tipo joven tanto como su esposa con treinta años de edad que en pareja se hicieron subdistribuidores de mi marca en corto tiempo lo cual hace que tengan buenas utilidades.
Él se llama Charly y es el administrador de su negocio mientras Lucy lleva el área de ventas con buenos resultados haciendo un excelente equipo de trabajo, sin embargo, no todo era miel sobre hojuelas el buen Charly se sentía un “Don Juan” con buena fortuna entre algunas de mis colaboradoras que le dieron entrada haciéndolo popular entre las demás chicas.
Charly no es precisamente un súper galán con estatura promedio, delgado y buen trato son sus principales atributos aunque también tenía fama de buen comerciante figurando en las listas de los mejores equipos de ventas ganando varios premios por su desempeño y con eso fue suficiente para andar de boca en boca sobre todo entre mujeres.
Yo por mi parte me hacia la desentendida, total no era mi asunto ni menos mi tipo de hombre pero tenía que tratarlo con cortesía como a cualquiera dentro del negocio y en su misma afabilidad aprovechaba el tiempo para coquetear conmigo discretamente bromeando cada que podía sin ser molesto para mí, a mi edad la fila de pretendientes era larga pero muchos se quedaron con un palmo en la nariz y él no era la excepción.
Charly es simpático y yo le dejaba seguir en su lucha por conquistarme con cierta malicia femenina, me halagaba como mujer saber de sus pretensiones veladas sin pensar en nada más, incluso le aconseje fuera cuidadoso con sus aventuras ya que podía enterarse su esposa pero como si no le hubiera dicho nada sencillamente era incorregible.
Las cosas siguieron como de costumbre mientras su fama de conquistador crecía en el entorno del negocio se dio valor para perseguirme regalando me flores, chocolates y hasta ropa de lencería haciéndose el simpático conmigo que no le venía mal por su chispa y su franqueza para decir lo que sentía demostrando su ego y yo dándole la vuelta no le demostraba interés, después se dio la oportunidad de hablar con él más a fondo y me pareció un tipo interesante con objetivos definidos, ganas de aprender y superarse, lo demás se le daba por añadidura con un poco de suerte y un poco de su labia.
Luego se obsesiono no podía aceptar ser ignorado o un no como respuesta al punto de invitarme a salir sin aceptarle su cortesía, desde luego comprendí que no se trataba de un romance, más que nada era algo casual con vistas a terminar en la cama encerrados en algún motel que a mis años bien me hacía falta y se agradece tratándose de un hombre joven dispuesto a compartirse conmigo pero el trato cercano con su mujer, mis colaboradoras y mi propio negocio me detenían por completo, no estaba dispuesta a andar de boca en boca o a tener líos de celos por nada.
En una de sus visitas de Charly al negocio le observe a detalle con discreción, mi libido había subido mirándolo como hombre y ciertamente se veía bien: espigado, de buena estatura, formas bien definidas, de buen vestir y buen trato motivándome en secreto sin comentar nada de nada pero segura que sabía de mi interés por él y no se permitía perder al menos una oportunidad de estar conmigo.
Yo por mi parte me veo en los mejores años de mi vida, me mantengo bien formada y aun con el paso de los años mis pechos, mi cintura y mis nalgas están bien puestas para delicia de propios y extraños. Así sin mucho que decir ni que hacer pasaron los días y una mañana de sábado me lo encontré solo por casualidad momento que aprovecho para invitarme un café que sin duda acepte, no había nada planeado solo inquietudes e insinuaciones veladas que en el restaurante se volvieron verdaderas propuestas con tal calidez y su habilidad seductora que termine aceptando un encuentro con él a solas.
Apenas eran las diez de la mañana cuando llegamos a un motel en mi propio auto sin nada preparado, sin pensarlo siquiera tan solo con el deseo mutuo de tener una aventura encerrándonos en una habitación para cogernos con locura y desenfreno…no había nada que decir bien sabíamos de qué se trataba y tan pronto se cerró la puerta nuestras ropas quedaron votadas por donde fuera en ese espacio privado.
En cosa de tres horas me quedo claro porque era tan solicitado y es que a pesar de ser tan delgado Charly tiene un excelente miembro viril además de una excelente fortaleza y en cada envestida sentía que me partía poniéndome como loca en casi nada de tiempo…El tipo se dio a la tarea de besarme y parecía como si quisiera comerme recorriendo mi cuerpo a cada centímetro, muy temperamental se apodero de mi sexo con su boca llevándome a un clímax tan intenso que me perdí en el espacio y como pude le correspondí de igual manera atragantada hasta la asfixia con esa verga enorme mientras pude…y sin perder el tiempo me penetro hasta hacerme gritar totalmente extasiada sin reparar por nada conmigo dejándome completamente inundado mi sexo con su leche en dos ocasiones hasta que se terminó la faena.
Después nos alistamos salimos del lugar y lo regrese a donde lo había encontrado con la promesa de volvernos a ver siempre que fuera muy discreto, bien valía la pena un escape con él de vez en cuando.