A primera vista 2

Continuación.

-¿Cuándo será esa reunión?  - pregunte a lo que ella contesto – Hoy mismo pues es urgente dejar eso listo. Vamos a desayunar algo, seguro no lo hiciste en casa y necesito que tengas energía pues va a ser largo el día.

Nos dirigimos a una cafetería cercana a la empresa, donde hacían unos desayunos riquísimos. Pedimos nuestra comida y estuvimos hablando de cómo queríamos esa publicidad y demás, cuando ya estábamos esperando para pagar nuestra cuenta, me dice Claudia:

-Ana no te asustes pero creo que tu amiga Stella está llegando, y tenías razón con el traje de negocios esta espectacular. La eche una mirada fulminante, se suele decir que si las miradas mataran estaría muerta pues de esa clase. Mire rápidamente para quien Claudia me decía y efectivamente era ella, súper hermosa con ese traje chaqueta súper formal, parecía toda una ejecutiva, llevaba una mochila de ejecutiva como el primer día, y hubiera jurado que llevaba un portátil dentro. Rápidamente cogimos las cosas y nos fuimos de allí, pues teníamos en poco menos de dos horas la reunión con la empresa de publicidad y debía terminar de arreglar todo.

-La verdad que si es wapa Ana, deberías volver y hablar con ella.

-Estás loca, no tengo nada que hablar con ella, eso es agua pasada, además vistes que ella tampoco dijo nada y no la he visto en estas semanas en la estación. Ósea que definitivamente NO.

-Está bien, no te enfades, que no quiero que espantes a la pobre secretaria de la empresa de publicidad, que ahorita viene.

Pasado un rato, sonó el teléfono de Claudia.

-Diga, a hola que paso, que dices, no puede ser, ya mismo voy para allá.

Fue lo que escuche de la conversación. Y le pregunte en seguida a Claudia.

-Que sucede Claudia, ¿todo bien?- no, no, está bien, debo irme pues mi mamá tuvo un accidente y está en el hospital. –Claudia te acompaño, llamo y cancelo la reunión y voy contigo. Le comente. –no puedes cancelar pues ya es casi la hora. Haz tú la reunión seguro lo haces bien tu sola pues confió en ti, y más tarde te llamo y quedamos.

-¿Segura que no quieres que te acompañe? –No Ana de verdad, seguro solo es un susto y además ya te digo, es importante este acuerdo para la empresa. –De acuerdo, cualquier cosa que necesites llámame. – dije mientras ya se marchaba. Entre a la oficina y comprobé que todo estaba como tenía que estar para la reunión, cuando me avisan por el teléfono, que la secretaria de la empresa de publicidad ya estaba esperando.

-hazla pasar, por favor y comprueba si desea algo para tomar.

En breve sentí a puerta abrirse, alce la vista y era ella, Stella estaba delante mío con su traje y su mochila. Me quede petrificada, no podía moverme, hasta que note que me preguntaba si podía pasar

-Claro, disculpa, adelante toma asiento, ¿deseas algo de tomar?

-no, gracias ya tu secretaria me ofreció. Que sorpresa verte aquí.

-no la sorpresa es mía, pensé que trabajabas en el bar.

-Si, bueno, ese es otro trabajo de los que tengo, pues necesitaba dinero. Pero bueno, ¿creo que falta la dueña no?

-Si la señorita Álvarez me dejo encargada de dicha reunión, pues le surgió una emergencia familia. Me pidió que la disculparas.

  • ¿Tienen mucha confianza ustedes dos no?, disculpa mi pregunta no debí, solo que me sorprende que una Álvarez deje su empresa en manos de otra persona.

-Bueno, para algo me contrato y somos buenas amigas, pero empecemos a cuadrar esa publicidad.

Después de varias horas reunidas, tocaron en la puerta.

-Disculpe señorita Suarez, venía a informarle que ya me disponía a irme y comprobar si necesitaban alguna cosa más.

Pregunte a Stella si quería algo más de beber, y me contesto que no, y a su vez, yo a mi secretaria que muchas gracias pero podía marcharse. – hasta mañana señoritas. Comento la secretaria cerrando la puerta. Comprobé el reloj y eran más de las 9.30 de la noche y no sabía nada de Claudia, le comente a Stella que me disculpara un segundo, pues debía hacer una llamada.

-Hey hola como va todo, ¿Y tu mamá como se encuentra? Le dije a Claudia.

-Hola amor, mira mi mamá, bien gracias a dios, solo fue un susto, pero debe descansar y necesita unos días de cuidados, asique si no te es mucho trabajo, ¿podrías tu ocuparte, para yo cuidarla esos días?

-Claro que si amor, ningún problema yo me encargo de todo. ¿Mira referido a la reunión de publicidad? –discúlpame Ana, pero eso eres tú, confió en tu criterio. Me dijo Claudia dejándome blanca. -Vale amor, yo me encargo de todo acá. En ese instante salía Stella de la oficina.

-¿Todo bien? Te veo un poco blanca.

-si disculpa, vamos a terminar de cuadrar la publicidad.

Estuvimos unos 10 minutos más, y ya se me escuchaba el estomago pues casi no había almorzado y ya era bastante tarde. Stella me sonrió. – creo que alguien necesita algo de comida. Jajaja empezamos a reírnos. –Sí, creo que deberíamos dejarlo por hoy, pues ya es tarde y seguro te esperan. –No, a mi no me espera nadie, a lo mejor a la que esperan es a ti. Ambas dijimos que no nos esperaba nadie y que queríamos acabar con esto hoy, entonces tuve la idea de pedir comida y así terminar. Estuvimos las dos de acuerdo, pregunte que quería comer y me dijo que daba igual que lo que eligiera estaba bien. Llame a un restaurante cercano y le pedí algo de comer y una botella de vino rosado suave que sabia tenían con dos copas.  Regrese a la oficina y Stella estaba en el sillón, con su portátil trabajando, se había puesto cómoda, pues iba a ser un par de horas largas. Me senté a su lado viéndola.

-espero no te moleste me haya puesto un poco cómoda pues todavía queda trabajo y ya tenía la espalda uff.

Sonriendo dije: - No pasa nada, si quieres más tarde, te puedo dar un masaje, estudie algo de masajista en mi anterior ciudad.

-dejemos un poco el trabajo y cuéntame sobre ti.

-¿Que te gustaría saber?

-Pues tu nombre para empezar, llevamos varias horas juntas y tu sabes el mío, pero yo solo sé que te apellidas Suarez.

-Cierto, me llamo Ana.

-bonito nombre, tanto como quien lo lleva. - Enseguida me puse roja al escuchar eso.

Justo en ese instante tocaron a la puerta de la empresa, era la comida. Fui a recogerla y regrese a la oficina, estábamos ella y yo solas en toda la empresa. Me senté en el sofá al lado de mi ángel y cerca había una mesa, la cogí y puse la cena encima, le comente, que cenáramos algo y ya después continuábamos, pues era tarde y sin energía no funcionaba la mente.

-Espero te guste, pedí comida italiana y una botella de vino para no atragantarnos. Acercándole una copa.

-Me encanta la comida italiana, y el vino pues está bien siempre y cuando no quieras emborracharme. Dijo sonriendo.

-No puedo creer que este coqueteando conmigo. Pensé. Cogí un poco de pasta y empecé a comer, y me manche toda la boca con la salsa, limpiándome rápidamente.

-creo que te has dejado un poco, deja que te ayude.- con la mirada fija en ella, acerco su dedo anular a mi boca y limpio los resto de tomate que me quedaba, ella no parada de morderse el labio inferior, hubiera jurado que tenía tantas ganas como yo de besarnos. Poco a poco fuimos perdiendo distancia entre nuestra caras, llegando a darnos ese beso tan deseado por mí, desde ese primer día en la estación. Nos dimos un beso largo, después de un rato de besarnos la temperatura de la oficina iba subiendo, pero a mi mente vino esa chica del restaurante.

-discúlpame Stella, me gustas mucho pero no debemos continuar, creo deberíamos dejar esta reunión aquí, y marcharte.  Dije quitándole la mirada, casi con lágrimas en los ojos.

-está bien Ana, me marcho, pero no entiendo el porqué de esto, si te gusto y me gustas no sé. Dijo marchándose de la empresa. Recogí mis cosas y me fui para mi casa, eran las 12 de la noche, me desvestí y fui a la ducha, estaba feliz, pues había besado a esa mujer que tanto me había atormentado pero a su vez, me venía a la mente esa chica. Esa semana estaba muy ocupada con la empresa que no tenía tiempo para nada ni nadie, solo llamaba a Claudia a última hora para preguntar cosas de la empresa. La semana siguiente, se incorporó Claudia a la empresa, había sido una semana dura pero merecía la pena por la amistad que me brindaba.

  • hola amor, como te ha ido todo por acá. Me dijo Claudia al llegar a la oficina.

Me levante y le di un abrazo: - hola, bien un poco estresada son muchas cosas juntas. Pero ven y te muestro. La cogí por la mano y la lleve a la silla, le mostré todo lo que había hecho esa semana.

-Ana ¿esto lo has hecho tú en esta semana?

-si ¿porque? ¿Hay algo mal?

-no en absoluto, al contrario son beneficios para la empresa. Mira en compensación, por lo de la semana pasada, coge unos días libres. Te lo has ganado.

-de verdad que no hace falta. Sonó mi teléfono un mensaje. – recuerda la boda el sábado. –es verdad, el sábado tengo una boda, Claudia sé que es apresurado, pero, ¿me acompañarías?

-claro que si Ana, será un placer ir contigo, ¿Quién se casa?

-ella es mi prima Laura, me comento hace tiempo pero con tantas cosas, ni me acordaba.

-no pasa nada yo te acompaño y me encargo del regalo.

-no hace falta tanto, suficiente que me acompañas.

Cuando acabe mi turno, me fui a casa a preparar las cosas, pues al día siguiente era la boda.

Buscando en el armario, encontré un mono en color rojo, era precioso, con unos zapatos blancos con tacón, estaría muy bien arreglada. Lo colge en la puerta del armario y me dispuse a ir a descansar. Esa misma noche, recibí el primero de muchos de los mensajes anónimos que me dejarían intrigada, el mensaje decía:

-Me gustaría ser vampira, para entrar a tu habitación, no para chuparte la sangre, sino, para hacerte el amor. Muchos besos amor.

Me quede de piedra el número no lo conocía, estuve llamando pero no lo cogían, y decidí mandar un mensaje yo también:

-disculpa, creo te has equivocado de persona. Por favor corrija el número. A los 2 minutos entro otro mensaje:

-no lo creo amor, tu eres Ana trabajas en la empresa X, y tienes una gran amistad, diría más bien, romance con tu jefa.

Me quede de todos los colores, le volví a escribir pero esta vez más seria:

-Quien carajo eres, y que quieres de mi, y cómo es eso, que tengo un romance con mi jefa, quien seas, eso es una mentira, solo somos amigas. Y si esto es una broma, no tiene ni fisco de gracia.

-perdona, solo quería escribirte algo bonito antes de que te acuestes. Si supieras cuantas veces estas en mi mente, me denunciarías por acoso mental.

Me quede pensativa pero finalmente decidí dormir, se hizo de día muy rápido y mire los mensajes, no sabía quién era, pero me gustaba la idea de tener una admiradora. Llame a Claudia pues había quedado con ella para ir a la boda, me vestí y fui a buscarla, la espere debajo de su casa, cuando salió estaba radiante, parecía otra persona. Enseguida subió al coche y nos dispusimos a ir a la iglesia, le comente lo de los mensajes y que si era ella. Ella me dijo que no, que ella no era de ese tipo de personas, me quede más intrigada que antes, si no era Claudia ¿quién podía ser? Llegamos a la iglesia, ahí estaba mi familia, enseguida vino mi mama a saludarme, y le presente a Claudia.

-mamá  te presento a Claudia.

-ahí hija, encantada, al fin te conozco, mi hija no para de hablar de ti.

-¿mama? Córtate un poco, que es solo una amistad.

-tranquila Ana, mi madre es igual, es un placer conocerla.

Con disimulo nos alejamos y fuimos a sentarnos en la iglesia, todo fue espectacular mi prima estaba súper hermosa, después nos fuimos al convite y cuando estábamos esperando a la llegada de los novios, me entro otro mensaje:

-hola amor, cuando te vi la primera vez estabas radiante, pero ahora estas sin habla, si pudiera te lo quitaría con mi boca, y lo bajaría poco a poco, hasta llegar a tu monte de Venus.

Después de leer esto me puse roja como un tomate, Claudia se dio cuenta y me pregunto qué me pasaba, le enseñe el mensaje y se echo a reír.

-se ve, que esta chica va a por todas contigo ¿y no tienes idea de quien pueda ser?

-no, ninguna pues llamo y no lo cogen. Y que tengan mi número pues pocas. Si te soy sincera, me gusta la idea de tener una admiradora pero y si es una maniática, o peor una psicópata.

-hay Ana, no le des más vueltas a esa cabeza tuya. Disfruta y olvídate un poco de todo.

Estuvimos hasta las 3 de la mañana en la boda, pero no queríamos quedarnos más pues ya se volvía un poco aburrida. Decidimos irnos a tomar algo por ahí, fuimos a un bar cerca de donde trabajaba Stella, pero no quería verla así que me quise ir.

-Hey no te vayas una copa y ya. Me dijo Claudia cada vez que me iba a ir.

Me desperté al día siguiente con un dolor de cabeza horrible, pues creo me había pasado de tragos. De repente, me di cuenta que estaba desnuda en mi cama, que había pasado esa noche y como es que estaba desnuda. Me levante y me puse algo de ropa, cuando salí al comedor vi encima de la mesa una nota y un bonito desayuno, la nota ponía:

-amor, espero no te duela mucho la cabeza pues creo que anoche estabas muy borracha, me encanto lo que paso, espero poder volver a repetir. XXX. P.D. aquí tienes una flor para otra linda flor, espero te guste el aroma, para que así no me olvides.

Había una preciosa rosa, y la cogí y la alcance a mi nariz para oler su aroma, no olía a rosa sino a un perfume de mujer  muy rico, un olor suave a fruta. Me senté a desayunar pues ya tenía hambre, me di una ducha y como era domingo me quede en casa, llame a Claudia, y le dije:

-Claudia anoche tu y yo… hicimos algo.

-si te refieres a pasarnos de tragos sí, sino no se a que te refieres.

-a ver cuéntame despacio que paso anoche.

-nada salimos a tomar y después de un par de horas te perdí el rastro. Pensé que te habías marchado a casa. ¿Por qué que paso anoche?

-me desperté en casa, y creo que tuve… Bueno me enrolle con alguien.

-pero con quien, ¿con Stella?

-no lo sé, solo sé, que me amanecí sola y con un desayuno súper bonito.

-ahí que lindo, ¿y no tienes ni idea de quien pueda ser?

-no, me dejo una nota, y la letra es bonita y la flor tiene su perfume, un olor súper dulce.

-pues nada a oler a todas las posibles aspirantes jajajaja.

-¿qué graciosa no? Bueno ya miraremos eso con calma, voy a ver si descanso aun me duele la cabeza.

-ok wapa ya nos vemos mañana, un beso.

Después de eso recibí un mensaje de mi admiradora:

-Gracias amor por lo de anoche, fue increíble espero te gustara mi sorpresa, y que no te duela mucho la cabeza pues estabas muy pasada de tragos. Besitos.

Acto seguido le escribí:

-Gracias por el desayuno estaba muy rico, no recuerdo nada de anoche me da mucha pena para contigo pero no sé ni quién eres, y te tengo que pedir disculpas no suelo acostarme con una persona que ni conozco.

-amor si nos conocemos, lo que paso anoche no fue porque si, las dos queríamos que pasara, y espero poder repetir más veces contigo.

Estuvimos toda la tarde escribiéndonos, sin yo saber quién era, poco a poco fueron llegando mensajes más privados, y para ser sincera me estaba gustando. Se hizo tarde rápidamente, y no quería dejar de escribirme con esa chica a la que había apodado “Rosa” pues después de esa rosa del desayuno era lo que me vino.

-ahí “Rosa” no quiero acostarme, me gustaría saber más sobre ti.

-¿quién es “Rosa”?

-es como te e apodado, como no se tu nombre pues me pareció ideal ese. ¿No te gusta?

-esta bonito, yo tampoco quiero dormir, pero mañana ahí que trabajar y no quiero que te enfermes por hablar conmigo, mañana nos escribimos si quieres y así descansas, que anoche no lo hiciste.

-jaja está bien, pero no quiero. Y puse muñequito haciendo pucheros.

-ahí pareces una niñita pequeña jaja, me gusta, de por si me gustas por cómo eres, pero después de hoy me gustas mucho más. Y ya a dormir, que descanses y sueñes con angelitos.

-intentare verte en mis sueños, a ver quién eres jaja.

No recibí más respuesta después de este, estaba en la camita y me quede rápidamente dormida, pensando en toda la conversación con “Rosa”.

A la mañana siguiente no quería ir a trabajar pues no me encontraba muy bien, pero hice un esfuerzo y fui. Llevaba unas semanas que no cogía el autobús, pues mi mamá se había ido de viaje y me había dejado su coche. Entre a la oficina y Claudia enseguida me saludo:

-Hola amor, ¿qué haces aquí? ¿Paso algo?

-no amor vine a trabajar como todos los días.

-cielo no te acuerdas que te dije que cogieras unos días de vacaciones en recompensa de dejarte sola al cargo de todo. Venga vamos a desayunar y después te vas a casa a descansar que tienes mala carita.

-vale vamos a desayunar pero lo de casa ya veremos. Le dije sonriendo pues no tenía intención de irme a casa. Mientras que desayunábamos, tuvimos una conversación y como temía salió el tema de la noche del sábado.

-oye amor, cuéntame ya sabes algo de la misteriosa cita del sábado en la noche.

-si resulta que es “Rosa”.

-¿y quién es “Rosa”?

-A claro, “Rosa” es el apodo  que le puse a mi misteriosa admiradora pues fue con ella con quien pase la noche, pero como no se su nombre pues le apode “Rosa” por la rosa que me dejo con el desayuno. Y ayer estuve hasta tarde hablando con ella, por mensaje y lo poco que he hablado me gusta.

-¿Anda, estarás enamorándote de esa admiradora?

-puede ser, Claudia, la verdad que estoy intrigada quien es porque encima me dice que la conozco.

-uy, pues no sé qué decirte, ¿y no tienes alguna idea de quien pueda ser?

-ni idea la verdad.

Desayunamos tranquilamente y nos dirigimos a la empresa, cuando entramos Claudia volvió a decirme que me marchara a casa, y que no quería verme por allí hasta pasados unos días, que disfrutara e intentara averiguar sobre esa chica misteriosa.