A piñón fijo (12)

“Sólo existen dos cosas importantes en la vida. La primera es el sexo, y la segunda, no me acuerdo.” Woody Allen. Relato en 25 trozos.

A PIÑÓN FIJO

(12-25)

ESCRITA POR:  SALVADOR MORALES

© Todos los derechos reservados

. - pero que buena está mi niña –dije acercándome y besando su boquita, para luego comerme sus pechitos y levantándola a pulso, pasarle la lengua por la vagina, que ya hacía rato que estaba enchumbada con su rico zumo.

La llevé hasta el sillón opuesto a donde tenía que llegar y la dejé levantada y agarrándose de dicho sillón. Luego me separé de ella y me volví a la meta de llegada, sentándome y pajeándome la polla con mucha suavidad, pues no quería correrme, ni mucho menos, por lo menos, aún.

En eso oímos el meter de una llave en la cerradura de la puerta de la entrada.

. - es papá, que llega.

. - pues que llegue, tu comienza a caminar, que aún no te has movido un milímetro.

. - Marisa, Salvador, ¿qué hacéis así desnudos en el salón?

. - Salvador, que me está torturando, papá. Llama a la policía.

. - Salvador, ¿es cierto eso?

. - pues, yo diría que sí, pero es por su propio bien.

. - no le hagas caso, papá. Es un depravado torturador.

. - ¿te quieres explicar, Salvador, por favor?

. - venga aquí y siéntese, por favor. Se lo explicaré todo.

El hombre se alejó de su hija que no se movía y se sentó frente a mí en otro sillón.

. - son varias cosas las que le voy a decir, Gilberto. ¿Por qué está desnuda?, así se lo pedí. ¿Por qué está ahí agarrada a ese sofá sin estar en la silla?, porque es parte de los ejercicios que me he propuesto que haga para así fortalecer los músculos de los pies y puedan obedecerle para así caminar o al menos, intentarlo. Otra cosa, quiero pedirle que tanto Marisa conmigo, como usted conmigo, podamos hacer el amor aquí, sobre el sofá, teniéndola a ella o a usted, según el caso, mirando o lo que esté haciendo, sin importar que esté ahí.

. - ¿y eso para qué, Salvador?

. - quiero que hagamos el amor con desinhibición de la otra persona de la casa. Usted ya ha visto desnuda a su hija y ella a usted, pues se suelen o solían bañar juntos. De nada vale tener vergüenza a estas alturas de la película. Me gustaría tener una llave de la casa y que cuando entre por esa puerta y me encuentre a usted o a Marisa, podamos yacer, esa es la palabra, allí donde queramos en cada momento, sin importarnos que esté a nuestro lado la otra parte, usted o Marisa. Así no habrá malos rollos por ninguno de los tres. ¿Para qué nos ocultamos de la otra parte, si todos sabemos lo que están haciendo en tal o cual habitación?, ¿no es más bonito hacerlo allí donde nos dé el apretón?

. - no sé, Salvador. Eso me parece un poco fuerte. ¿Tú que dices, cariño? –le dijo a su hija-.

. - papá, ¿no te has dado cuenta que Salvador y yo ya hemos empezado?, ¿pues no estamos desnudos ambos?, si llego ante él, me hará el amor, me prometió.

. - estoy en minoría entonces. Hija, ¿no te importará que lo haga con Salvador delante de ti y viceversa?

. - papá, que ya sé lo que hacéis. ¿Por quién me tomas?, tú también sabes lo que hacemos en la habitación. A mí me gustaría mucho. Como se dice…, el morbo es mayor hacérmelo con Salvador, contigo mirándonos. Sí, me gustaría, papá.

. - si no tienes objeción a la petición de Salvador, yo tampoco. De acuerdo, así se hará.

. - Salvador, se te olvida una cosa –dijo Marisa-.

. - ¿el qué, cariño?

. - lo de esa cosa que has traído.

. - ah, sí, se me olvidaba.

. - y una mierda se te ha olvidado.

. - hija, ese lenguaje.

. - perdona, papá, pero Salvador trajo una cosa para abrirme el ano para cuando me penetrara y le dije que no lo usaría.

. - ¿qué es, Salvador? ¿un agranda-culos?

. - exactamente –dije sacándomelo de los pantalones y enseñándoselo- dice que no y que no. Que ella, como su madre antes y su abuela tampoco, lo usaron, que quiere hacer lo mismo. No quiere entrar en razón. A ver si usted la convence de lo contrario.

. - no seas tonta, hija. Te dolerá mucho y puede que te haga algún desgarro interno.

. - que no y que no. Usaremos vaselina, como todo el mundo. Además, me prometió que me desvirgaría si llegaba hasta él, aunque fuera arrastrándome.

. - para el carro, pequeña mentirosa. Te dije que, si llegabas hasta aquí, te hacia el amor, pero nada de desvirgamiento, que eso debía consultarlo con tu padre antes. Si tú, Gilberto, me das el visto bueno, lo haré, si no, no. Así que no mientas, por favor.

. - vale, es verdad. Papá, dile que le das permiso. Quiero tenerla dentro de mí como tú. Quiero ser una mujer completa y no a medias.

. - pero hija…

. - papá, por favor. No te he pedido nunca nada. He sido una buena hija.

. - eso sí, cariño. Eres la mejor hija del mundo, pero…

. - por favor…

. - lo hago por tu bien.

. - sí lo hicieras, me darías la oportunidad de equivocarme, que, aunque así fuera, sería mi equivocación. Sabes que soy fuerte, siempre lo he sido.

. - sí, es verdad. Luego no digas que no te lo advertimos Salvador y yo, pero si insistes, adelante, tienes mi permiso, Salvador y que Dios nos coja confesados.

. - amen, papá. Gracias, gracias papá.

. - ya me la darás después, si puedes, hija. Cuando el dolor no te deje hablar. Serás tonta…

. - sí, una tonta que está loca porque Salvador me ame completamente.

. - bueno, Marisa, ya has conseguido lo que querías. La cosa es que no lo has conseguido del todo. Aun no te has movido de ahí y no tengo todo el día. Mientras te decides, tu padre y yo vamos a disfrutar un poco, ¿qué le parece, Gilberto?

. - que me parece muy bien, cariño.

. - ¿yo sufriendo y ahora os ponéis a hacer el amor entre vosotros?

. - se acabó el tener vergüenza, hija. Tú misma estuviste de acuerdo. Haz lo que te ha dicho Salvador y conseguirás tu premio, mientras tanto… -dijo sonriendo el viejo, mientras se desvestía allí mismo-.

. - Voy a traer un par de sábanas para ponerlas sobre la alfombra, sería una lástima ensuciarla –dije sonriendo-.

Me levanté y fui a la habitación más cercana, que era la del viejo y cogí un par de sábanas. Luego aparté la mesita de centro y la tendí, estirándola bien. Allí me quedé de rodillas esperando a Gilberto que ya venía con su empalme intacto. Marisa comenzó a moverse, pero se calló de golpe al suelo.

. - ¿te has hecho daño, cariño? –le dijo su padre dando un paso hacia su hija-.

. - Gilberto, usted, ni caso. Ya le dije que los moretones desaparecen con el tiempo o con cremas y polvitos. Si cae, debe levantarse por sí sola o nunca caminará.

El viejo se mordió el labio inferior, pero entendió que así debía ser. Una vez junto a mí, le pasé la mano por su polla endurecida por el deseo, al igual que la mía.

Con su polla en mi mano y la mía en la suya, nos besamos apasionadamente, para después tendernos sobre la sábana y en un 69, darnos de mamar polla ajena.

Marisa no avanzaba nada, pues desde el suelo, apenas podía alzarse y agarrarse de los sofás, aun así, lo intentaba, que ya era algo. Los golpes se sucedían por todo el cuerpo de la chica, pero ella insistía, cosa de alabar.

El ano de Gilberto ya tenía mi lengua dentro de él. Al rato lo puse a cuatro patas, cosa que Marisa no perdía detalle. Mi polla se deslizó culo adentro, ante el dolor culero de un padre de lo más putativo.

. - hija, duele bastante, recapacita –decía mientras yo le daba polla por el culo.

. - no y no –respondía invariablemente la chica-.

La follada culera estaba ya casi culminando, cuando se la saqué y le eché la lechada en toda la cara. Seguidamente y con ella aun encima, se puso a mamarme la polla que soltaba goterones, dejándome la polla bien limpita y reluciente.

Mi lengua hizo un buen trabajo lamiendo toda la cara de Gilberto, para tomarme la lechada dejada segundos antes. Luego la compartí con su boca, que tragó cuanta pudo.

Gilberto estaba bien caliente después de su enculado, donde no gasté ni una gota de vaselina. Me hizo poner de espaldas al suelo y levantándome las piernas, me la clavó a todo lo que pudo. El chop-chop que se oía al metérmela a toda velocidad, llegaba perfectamente a oídos de su hija, que seguía sin avanzar gran cosa.

Así me estuvo follando a destajo hasta que le llegó la corrida. Sin cambiar de posición, se salió de mi culo y poniendo la polla sobre la mía, se corrió desaforadamente, dejándome toda la polla y alrededores enlechados. Luego y mientras me dejaba en el suelo, se dio la vuelta, para así yo agenciarme la polla y tragar los restos lácteos, mientras el tío se iba hacia mi rabo y se comía cuanta leche propia allí había en aquella zona. Cuando acabó con ella, mi polla deslechada fue re-mamada por tiempo infinito, cosa que agradecí, pues me gustaba aquella manera suya de joderme vivo.

La suya propia, que colgaba, también la disfruté por segunda vez. Sin duda, tenía una herramienta de lo más útil, que no me cansaba de tenerla en mi boca.

Finalizamos con una comida de culo, de polla de nuevo y de boca después, donde no teníamos prisa por separarnos, ahora que no había tiempo límite para acabar con las folladas. Nos podíamos tomar todo el tiempo del mundo. Una vez terminamos, nos pusimos de pie.

. - mientras avanzas, tu padre y yo nos vamos a dar una ducha –dije sin esperar respuesta. Cogí de la mano al viejo y entramos en el baño. Allí, una ducha, un morreo y para fuera, que no quería dejar por mucho tiempo sola a Marisa, no se hiciera daño de verdad con algún filo de algún mueble-.

. - veamos, ¿cuánto diría usted que ha avanzado desde que empezó? –dije al viejo, mientras Marisa sudaba a chorros-.

. - no sé, yo calculo que no más de un metro.

. - bueno, menos da una piedra. Marisa, dejamos los ejercicios por hoy -le dije cogiéndola en brazos y llevándola al centro de la sábana-.

. - estoy agotada y para nada.

. - para nada no. Al menos lo has intentado, que es lo que quería. Hoy no te has llevado el premio gordo, pero te mereces de todo, menos penetración, ¿no le parece, Gilberto?

. - así es. Lo ha intentado. No lo ha conseguido, pero tenemos tiempo.

. - siéntese por ahí, por favor.

. - como no.

Mientras el viejo se sentaba, le tiré de la toalla que trajo del baño. Luego y con una sonrisa, acabó de sentarse. De inmediato le abrí bien de piernas. Su hija debía verle bien el paquete descargado. Así sabría que, de ahora en adelante, nada de ocultarse el uno del otro, mientras jodían conmigo.

La tendí en el suelo y mi lengua hizo estragos en su vagina, haciendo que se contorsionara con cada orgasmo que le venía encima. Su padre tragaba saliva y aunque no quería, se estaba deleitando con el cuerpo amado de su hija. No, no debía pensar en ella como algo sexual, se dijo. Solo como una hija que necesitaba disfrutar cuanto pudiera por lo mal que lo había pasado. Y una mierda, me digo yo. Si el viejo pudiera…

La chica me quitó la toalla y me recorrió todo el cuerpo con su lengua, una y otra vez, pasando siempre por mi polla que no conseguía hacer levantar. Ni que fuera de acero inoxidable. Yo no perdía tiempo para agrandarle el ano con mis dedos, ya que no quería aquellos útiles embudos.

Cuando le comía el clítoris, era como si tuviera el mal de San Vito, revolviéndose como si tuviera algún salpullido en la espalda, pero no, era placer lo que estaba recibiendo y en cantidades industriales.

Una vez casi desfallecida de tantos orgasmos que tuvo, la cogí en brazos y la llevé al baño. Allí la duché y la llevé a su habitación, quedándose grogui al poco de volver a comerme su chichi. Salí al pasillo y me vestí.

. - os dejo, ya es tarde para mí.

. - espera, la llave…

Sacó una copia de un joyero y me la entregó.

. - gracias. Cuando esto se acabe, se la dejaré de nuevo –le dije-.

. - lo sé y gracias por lo que estás haciendo con mi hija y también, por su padre.

. - tanto su hija, como usted, se merece que disfruten por una vez en la vida y para eso estoy yo ahí. Yo también estoy disfrutando y mucho, sobre todo cuando me encula con ese miembro maravilloso que tiene entre las piernas –le dije, y seguidamente me arrodillé de una pierna y me puse a comerme de nuevo su polla, que, aunque no estaba totalmente cargada, pude sacarle un orgasmo mínimo con leche incluida también mínima, pero igualmente sabrosa, luego nos comimos la boca. Solo lo dejamos cuando nos faltaba el aire-.

. - gracias otra vez y recuerda lo que dijiste. Cógeme y fóllame allí donde me encuentre. Me gustará tenerla dentro de mí, siempre.

. - así haré, mi amor –un nuevo beso más corto y salí de allí, no con dirección a casa, escaleras arriba, sino hacia una cita que me habían dejado en el móvil en forma de correo electrónico-.

Era de Ramona, que quería presentarme a su padre. Debía ir a su casa de inmediato, pues era algo urgente que nos viéramos. No sabía qué quería Ramona, pero aun así debía llegar con algo de carga sémica, por lo que me demoré, una hora al menos, mientras mis huevos fabricaban una nueva remesa espermática.

Ahora con recarga completa, podía cumplir si así lo exigían las circunstancias. Y digo yo, ¿para qué coño quería presentarme a su padre?

Estaba ante la dirección que me había enviado Ramona. Era una zona deprimida de la ciudad. El edificio no tenía ascensor, al menos desde hacía un tiempo, pues la puerta donde un día hubo uno, estaba tapiada con maderas. Subí las escaleras donde los restos de desperdicios eran notorios. Ramona, que debía saber qué pensaría que donde vivía era un estercolero de edificio, tenía la cara que debía tener, nada contenta al abrirme la puerta.

. - hola, Salvador –dijo mirando dentro de su casa y escaleras abajo, para después decidirse a besarme apasionadamente, cosa que hice yo también- gracias por venir. Necesito tu ayuda-.

Entramos en su casa. De pena, la verdad. Estaba limpia, pero el mobiliario era deprimente.

. - papá, Salvador ha venido –dijo Ramona a un señor, que, aunque limpio, se le notaba que los años le habían caído encima de golpe y porrazo y que no podía con ellos-.

. - bienvenido, joven Salvador. Siéntese, por favor. Ramona, tráele al chico algo de beber.

. - no se moleste, gracias. Ya he tomado –mentira, a lo sumo, un vaso de leche de huevos y vagina- ¿qué me querías decir, Ramona?

. - ¿es muy amigo de mi Ramona, Salvador?

. - yo quiero pensar que sí. ¿Verdad, Ramona? –dije cogiéndole una mano y apretándosela. Ella usó la otra mano para ponerla encima y apretármela también, mientras intentaba sonreír-.

. - ¿qué me dice de la discreción?, ¿se puede confiar en usted para ser discreto si le pidiera algo delicado?

. - bueno, mejor que yo, quien le puede decir de lo discreto que soy, es su hija –dije poniendo mi mano sobre el lugar donde ramona tiene la cartuchera con su sabroso pene-.

El padre vio donde había puesto mi mano y respiró hondo.

. - creo que tiene razón. ¿Tenéis relaciones sexuales vosotros dos?

Miré a Ramona. No quería hablar más de lo debido. Ella me miró.

. - papá lo sabe todo sobre nosotros dos. Tuve que contárselo –me dijo Ramona-.

. - entiendo. Pues eso, ella y yo tenemos relaciones sexuales completas. ¿Me puede decir para que me han llamado?

. - tengo un grave problema encima y necesito de alguien que… -el hombre no pudo seguir. Miró a su hija- díselo, hija. Díselo tú-.

Ramona me cogió la mano, se la llevó a los labios y me la besó largamente.

. - Salvador, solo tengo a papá y tiene que irse por una temporada.

. - hija, dile la verdad.

. - sí, papá. Salvador, a papá lo ingresan en la cárcel por un desfalco que hizo en un comercio de un centro comercial.

. - 120.000 euros, exactamente –dijo el aludido-.

. - sí, 120.000 euros. Hemos acabado con los recursos y tiene que ingresar pasado mañana en la prisión provincial por 3 años.

. - lo siento de veras. ¿Por qué fue la estafa?, ¿qué hizo exactamente?

. - permíteme que obvie esos datos, no valen la pena. Solo te diré que fue por necesidad y poder cuidar de Ramona. Ya ves dónde y cómo vivimos.

. - no acabo de entender para qué me necesitan.

. - necesitamos de ti dos cosas, Salvador –dijo el padre- primero y más importante, que cuides de mi niña hasta que regrese-.

. - ¿cómo dice?

. - Ramona se quedará sola y sin recursos una vez yo me haya ido. No tengo familia con quien dejarla y como ella me ha dicho que sois tan buenos amigos, que hasta tenéis relaciones sexuales, sin importarte su atributo extra, habíamos pensado que podrías acogerla en tu casa por estos 3 años.

. - no esperaba algo así cuando Ramona me dijo que viniera. También supongo que no esperaría ingresar en la cárcel y esto ha trastocado la vida de Ramona.

. - si no encuentro alguien que la acoja, se quedaría sola y Ramona está estudiando, no trabaja siquiera. No quiero que pase hambre, ni calamidades por mi culpa. Luego está lo de los atributos extras de Ramona. La gente no lo entendería y sería burla de la gente ignorante.

. - yo solo soy el hijo de mi madre y ella es quien es dueña de la casa. Igual digo que me gustaría acoger a Ramona en mi casa, pero debo pedir permiso a mamá. Ella es la que decide. Y no sé por qué, bueno, sí lo sé, aceptará tenerla como hija hasta su regreso.

. - ¿tú crees, Salvador?

. - sí, cariño –dije besándole los labios, sin importarme una mierda tener al padre delante- no te lo he dicho, pero tengo una hermana adoptiva, Lisa. Ella también tiene un atributo extra. Vamos, es como tú, Ramona.

. - ¿cómo yo?

. - igualita e igualito todo lo demás también. Bueno, tiene pechos más grandes, pero el resto, es igual a ti, cariño.

. - ¿todo lo demás?

Le apreté la mano, para que no me delatara, aunque le había dicho todo prácticamente y si el viejo no era tonto, sabría de qué hablábamos. Ella entendió, me besó la mano y sonrió-.

. - papá, dile lo otro que tenías que decirle.

. - gracias de antemano, Salvador. Me alegra que mi niña haya encontrado alguien que la estime. Lo otro, casi es anecdótico ante el problema de dejar sola a mi niña.

. - venga papá. Díselo.

. - ya voy, ya voy, hija –el hombre carraspeó y me lo soltó- soy homosexual-.

. - me alegro por usted –dije, por decir algo-.

. - papá, díselo todo, por favor.

. - ay, hija, que no es tan fácil.

. - lo diré yo, entonces. Tranquilo papá. Salvador, como te ha dicho papá, es homosexual. Ha decidido tardíamente que le gustan los de su mismo sexo. El problema es que allí, en la cárcel, todos son varones y papá aún no se ha estrenado y quiere llevar algo de experiencia.

. - con lo de llevar algo de experiencia, ¿qué me quieres decir?, ¿lo que estoy pensando?

. - si es que lo instruyas, sí. ¿Harías eso por mí, cariño?

. - ¿y dice que es virgen aun a su edad? –le dije a la cara al hombre-.

. - así es. Nunca he estado con varón alguno. Siempre me ha tirado para atrás la primera vez.

. - vamos a ver si hablamos claro de una vez. Dígame exactamente lo que quiere que haga por usted.

. - quiero aprender a follar y que me desvirgues el culo. Una vez en la cárcel, seguro que intentarán violarme y quiero ir preparado. No sé cómo, sabrán que me gustan los tíos y querrán follarme. ¿Más claro lo quieres?

Por respuesta le cogí la cara con las dos manos y lo atraje hacia mí, besando su boca.

. - vamos, colabore, si quiere aprender.

. - pero está mi hija delante.

. - y seguirá estando. Ramona, desnúdate y haz con mi culo lo que sabes hacer tan bien –dije a la chica, mientras le desabotoné la camisa al padre, para luego sacársela. Luego lo puse recostado en el sillón y aflojándole el cinturón, le bajé los pantalones-.

Mientras Ramona se desnudaba, me puse a besarle el paquete por encima de sus calzoncillos, mientras la polla iba empalmando. El hombre no sabía qué hacer, ni qué decir. Seguidamente, le bajé la prenda que le quedaba y oprimía el miembro y pude ver una incipiente polla que aumentaba de volumen a ojos vista.

. - cójase el miembro y comience a hacerse una paja. Vamos, no se quede ahí como un pasmarote. En la cárcel tendrá que hacerlo delante de cualquiera que lo coja como su putilla particular.

Mientras el hombre se pajeaba, me desnudé, quedándome en bolas, para darme la vuelta y contemplar desnuda a Ramona con su polla en las manos. Me incliné y cogiéndosela, me puse a mamársela, ante los nervios de padre e hija. ¿No querían lecciones?, pues aquí va una rápida.

Una vez en su punto, dejé a Ramona y volví con el padre, al cual le aparté la mano de su rabo para tragármelo todo.

. - cójame la cabeza con ambas manos y haga como que se está haciendo una paja con ella.

Así lo hizo, mi cabeza subía y bajaba a su ritmo, mientras ya tenía a Ramona detrás de mí comiéndose mis huevos, para de inmediato, apuntar y encajarme la polla en todo el ojete, follándomelo mientras padre e hija se miraban y jadeaban ambos. Me salí de su polla.

. - Cariño –por Ramona- salte de mi culo y date la vuelta. Ponte a cuatro patas, mientras yo hago lo mismo. Usted, el padre, póngase detrás de mí y penétreme con la fuerza que más le guste.

Con el culo de la chica a mi disposición, se la encajé bien encajada. El viejo miraba anonadado como me follaba el culo de su hijita del alma en su misma cara. Cogió aire, agarró su polla y me la enterró como si le debiera 120.000 euros del ala. Con un sincronismo con el viejo, disfruté como Dios, dando y recibiendo polla.

. - ¿cómo va eso ahí atrás, jefe?

. - me gusta…, me gusta…

. - pues siga un rato más, pero no se corra. Ambos le vamos a entregar nuestras corridas a Ramona. Luego ella le entregara la suya a usted después de penetrarlo.

. - pero es mi hija...

. - olvídese ahora de eso. Es parte de su aprendizaje. Debe follar con todo tipo de personas. Solo debe pensar en disfrutar. Si piensa que recibir por culo es algo maravilloso, no importará quien lo penetre aquí o en la cárcel. Disfrute, eso es lo que le hará fuerte allí dentro.

El viejo no me respondió, pues estaba exhausto dándome por culo. Cuando me salí de Ramona, al poco lo hizo el padre también de mi culo. Ramona, que no era sorda, se dio la vuelta y comenzó a mamarme la polla. Su padre se demoró un poco, pero acabó acercando su polla también, a lo que la hija cogió ambas y mientras iba saltando de una a otra, las mamaba que era un gusto verla dándonos placer.

Me lechada le entró como un tiro, para de inmediato, la del padre putativo. Luego mamó y mamó ambas pollas hasta dejarlas hechas un guiñapo.

. - vamos, Ramona, ponte detrás de tu padre y hazle un buen trabajo. Usted póngase a cuatro patas y cómame el ojete. Use su boca con la lengua por delante.

La lengua novata del viejo apenas me hizo tilín, pero no así la polla de su hija, que, aunque de tamaño medio, follarse a un padre la puso a cien y le daba bien fuerte por culo. Antes de correrse, se salió y entregó en la boca de su padre su rabo.

. - chúpela, chúpela bien. Como si le fuera la vida en ello y trague cuanta lechada escupa el pene de su hija.

Me puse a comerle los huevos a Ramona, así como la vagina misma. Segundos después y ante un grito de victoria por su parte, la hija le entregó el fruto de sus huevos a su padre para que se deleitara y recordara que fuera, en casa, le esperaba una polla sedienta de dar placer a un padre más que necesitado.

Con el brazo por encima de los hombros de Ramona, esperé a que se recompusiera un poco el viejo.

. - ¿cómo se encuentra?

. - cansado y dolorido.

. - es como tiene que estar. Pero lo va estar más. Hoy es sábado por la tarde. Aún queda el resto del día y mañana para aleccionarlo en esto del mariconeo. Tengo unos amigos a los cuales les gustará follarlo, pero son un poco tímidos.

. - ¿qué quieres decir, cariño? –me dijo Ramona-.

. - querida. Tu padre tiene poco tiempo para acostumbrarse a recibir penetraciones anales y yo no puedo fabricarla tan rápido como la necesita. Ni siquiera con tu ayuda. Así que hablaré con unos amigos y me ayudarán a que acostumbre su ano a cuantas pollas quieran meterle en la cárcel. Eso, si usted me da su permiso, para llamarlos. Si lo hace, deberá estar en todo momento la casa a oscuras, así nadie verá la cara de nadie y cuando terminen, se irán como han venido, sin saber con quién ha tenido relaciones anales. Sabrán que, con un hombre, claro, pero no con quién, exactamente. Son limpios como yo mismo y no le pegarán nada.

. - ¿no les podré ver las caras?

. - ya le he dicho que no. Ni ellos a usted. Es mejor que sea algo anónimo, lo que es bueno para usted y para ellos. Así cada uno podrá seguir con su vida.

. - pero me dejarán el culo hecho unos zorros.

. - de eso se trata. Que le dejen el culo que no se pueda sentar, pero al mismo tiempo, lo hará insensible a futuras penetraciones que seguro no serán ni la mitad de amables que las nuestras. Usted decide.

. - ¿tú qué dices, hija?

. - papá, es tu culo. Decide tú. -la hija se arrepintió de haberle hablado así, pero ya era tarde para echarse atrás. Quería a su padre y él a ella y debía seguir respetándole- perdona papá, decide tú, por favor.

. - bueno, vale y que sea lo que Dios quiera.

. - de acuerdo entonces, lo prepararé todo para esta misma noche aquí mismo. Despejaremos el salón y pondremos sábanas. Cuando lleguen, apagaremos las luces, así no tendrá que taparse los ojos nadie y nadie verá a nadie. ¿Le parece bien a las 22.00 horas?, será una maratón hasta poco antes de amanecer. Luego cada uno se irá a su casa.

. - ¿y mi niña?

. - en cuanto llegue a casa, hablo con mamá.

. - de acuerdo, lo dejo todo en tus manos.

Luego, en casa…

. - Hola cariño. Vienes sofocado, ¿no estarás resfriado, mi amor?

Era mamá que estaba siendo enculada en su habitación por Lisa. Sonreí y me desnudé para ponerme detrás de mi hermanita. Sus huevos era un deleite comérmelos.

. - no mamá. Qué bueno que estéis las dos –dije volviendo a comerme de nuevo los huevos de Lisa- tengo que hablaros de algo importante para mí-.

. - anda, ponte por delante, que me duele el cuello de girarlo hacia atrás –dijo mamá-.

. - vale, mamá.

Me puse delante de ella con los pies por delante. Me mamó la polla que estaba todavía alicaída. Todavía estaban trabajando mis huevos para recargarla en su totalidad. Aun así, me la dejó fina.

. - mamá, quiero que adoptemos por tres años a una amiga mía –les solté sin vaselina-.

Mamá dejó de mamarme la polla. Fue como si le hubieran metido en el culo un tuno sin sacarle las púas.

. - pero hijo, ¿cómo es eso?

Lisa dejó de follarse a su madre adoptiva y se sentó a mi lado. Mamá, otro tanto, a mi otro lado. Yo me senté mejor. Los tres con las espaldas pegadas en el respaldo de la cama de matrimonio.

. - habla, hijo. ¿Qué es eso de que quieres que adoptemos a una chica?

No tuve más remedio que contarles la historia del padre de la chica y de su inminente entrada en la cárcel. De que se quedaba sola. De que me la follaba.

. - pero hijo. ¿Así, de sopetón…?

. - mamá, si no la adoptamos hasta que vuelva de la cárcel el padre, tendrá que dejar de estudiar y ella no ha trabajado nunca. No sabrá valerse por sí misma. Es tímida a más no poder. No está preparada. O, mejor dicho, la gente no está preparada para ella -dije mirando a Lisa-.

. - no te entiendo ahora hijo mío.

. - mamá, Ramona, porque se llama Ramona, es como Lisa, hermafrodita.

. - ¿igual que yo? –casi gritó la aludida-.

. - sí, tiene lo mismo que tú y no quiero que la degrade algún malnacido. Las burlas la harán una desgraciada. Lisa sabe bien lo que es para una chica que la aparten por ser diferente.

. - lamentablemente, así es. En cuanto se enteran de que soy una chica con pene, me hacían el vacío. Tuve que cambiarme de colegio en dos ocasiones.

. - amor mío, ¿realmente quieres meter en casa a esa chica?, sabes que lo que hacemos entre nosotros no está bien visto por la sociedad.

. - con respecto a eso, no habrá problema. Aún no se lo he dicho, pero se uniría al trío en cuanto a tener sexo. Llevo varios días practicando sexo completo con ella y no me dirá que no a participar con el resto de la familia. Eso sí, pechos no tiene ninguno, a excepción de un par de cerezas, pero tiene un pene que lo he disfrutado bastantes veces y es muy sabroso y ella lo sabe usar muy bien en mi trasero.

. - ¿qué dices, querida?, ¿la admitimos? -dijo mamá-.

. - yo no debería opinar, pues soy adoptada.

. - hija, tú ya eres de la casa. Di lo que piensas.

. - pues diré que me gustaría tener una hermana con mis mismos atributos y disfrutar con ella a todas horas, lo mismo que hago ahora con vosotros dos.

. - pues no hay más que hablar. Tráela y que viva con nosotros esos tres años hasta que regrese su padre.

. - gracias, mamá. Se alegrará cuando se lo diga. Ah, una cosa. Estoy buscando penes para follar a destajo al padre.

. - ¿cómo es eso?

Le conté la historia de su mariconismo de nuevo cuño. De su necesidad de amoldar su culo a los folladores que de seguro se encontrará en la cárcel y de que tenía que reunir varias pollas para la maratón que le tenía preparado para esta noche. Ni qué decir tiene que se apuntó Lisa, con el permiso de mamá, claro.

. - hijo. Cuida de tu hermana.

. - por supuesto mamá. Por cierto, conocéis alguien con una polla de las grandes…

Cuando llegó la hora, estaba en el portal. Conmigo estaban mi hermana y dos amigos de mamá colaboradores de la maratón sexual. Antes de aceptarlos, les hice prometer no intentar identificar al follado y, lo más importante, que me enseñaran las pollas aquellos dos desconocidos para mí, pero no para mamá. La ostia puta. Eran verdaderos mandobles aquellas pollas suyas. Tendría que probarlas yo también.

. - quedaros aquí un momento mientras subo y veo si todo está preparado. Os llamaré por el interfono para que subáis. No encendáis ninguna luz. Simplemente nos situamos en medio del salón y sin preámbulo, vamos al tajo. Hablad lo menos posible. Cuando se quieran ir, sencillamente lo dicen y se van. Y una última cosa, nada de usar vuestras pollas con mi hermana y la hija del anfitrión. Les haríais daño y no estamos aquí para eso. ¿Estamos, señores? –dije mirando a los súper-pollones-.

Asintieron y pulsé el botón del interfono. Ramona me abrió la entrada. Luego subí.

. - hola, aquí estoy -dije cuando me vio en la puerta-.

. - ¿vienes solo? –preguntó Ramona-.

. - no, los tengo abajo. Subí antes para ver si todo estaba listo.

Entré y encendiendo la luz, vi que estaba todo despejado con sábanas y mantas por doquier. El padre estaba allí de pie. Me acerqué al hombre y le besé los labios.

. - ¿Está preparado?

. - y qué remedio. Ya no hay vuelta atrás.

. - no estoy de acuerdo. Si no quiere seguir, les digo que se vuelvan. O cuando estemos y quiere parar, igual. Que se vayan. Nadie está obligado aquí, ni usted, ni ellos.

. - no, adelante. Empecemos, así terminaremos antes.

. - perfecto.

Eché un vistazo a todo y vi que habían hecho un buen trabajo. Cogí el interfono y los mandé subir. Luego fui a la caja de palancas y las bajé todas, quedando a oscuras todo el apartamento. Así no habría errores estúpidos.

. - desnudémonos todos –dije e hice lo propio-.

Yo estaba junto a la puerta y los iba metiendo uno a uno hasta el centro de la salita. Cuando todos estaban, comenzó el fiestorro de culos y pollas a gogó. Aunque allí no se veía una mierda, los sonidos y los olores comenzaron a hacerse visibles. Cuando cogí a Lisa y a Ramona de la mano, les hablé.

. - Ramona, bienvenida a tu nueva familia. Estás adoptada.

. - oh, gracias, mi amor.

. - no solo eso. Aquí, a mi lado, tienes a mi hermana Lisa. Conoceros bien, pues en casa continuaréis conociéndoos.

El primer contacto de ambas fue de exploración. Cada una le paso la mano por el cuerpo de la otra, comprobando que tenían miembros extras. Los grandes pechos de Lisa fue lo primero que Ramona mamó, para después tenderse en el suelo y disfrutar cada una, el coño de la otra.

En cuanto a los dos tíos con pollas grandes, ya tenían al viejo con la boca llena con una y la otra enterrada en su culo, ante los gritos de dolor del viejo, que ninguno hizo caso, pues larga era la noche y muchas las pollas que se metería antes de que ninguno abandonara aquella casa que más parecía un burdel, que otra cosa.

Aprovechando que el agua pasaba por mi molino, pude disfrutar de la primera de aquellas pollas descomunales. Cuando el tío se me puso en la retaguardia y me la endilgó, vi las estrellas, la luna y el sol, al mismo tiempo. Pero ni completándolo con más meteoros, iba yo a impedir que el bruto aquel me sacara su pollazo de mi culo. La ostia puta, cómo me gustaba tener un trabuco de aquel calibre en mi ojete.

No dejé que se corriera en mí, pues la polla era para el viejo. Así fue como me la sacó y se la enterró al verdadero anfitrión de la fiesta, mientras el otro bruto, ya sin culo donde meterla, buscó otro sitio y que no era otro que el mío, que era un culo muy receptivo a cuanta polla pudiera agenciarme, sobre todo, de aquellos calibres tan descomunales.

Las chicas eran tabúes para los dos invitados. No quería que les hicieran daño innecesariamente. Aun así, estaría vigilante, que nunca se sabe cuándo se les mete algo en la mollera a unos folladores profesionales como aquellos dos. Lo que habrá disfrutado mamá con aquellos dos al mismo tiempo.

Las pollas entraban y salían. Incluso las de las chicas en los culos de ellas dos y luego en el culo del anfitrión. La mía igual, además de en los culos de las chicas y de los dos invitados, pero siempre acabábamos en el culo del padre de Ramona, que acababa mamando polla hasta dejarnos escurridos.

De su culo no paraba de salir leche, que yo mismo me ponía a disfrutar en mi garganta y el resto de comensales.

Pasaron varias horas, donde cuando no era uno, era otro, disfrutábamos del próximo presidiario. Con su culo cada vez más dolorido, fue acostumbrando a tener las pollas dentro de él. Al final, el trasero se le quedó insensible y le metieran, lo que le metieran, ya no lo sentía. Eso era bueno y malo, pues quería decir que cuando se le despertara al dolor, vería las estrellas unas tras otra y en fila india.

A las cuatro de la mañana nos abandonaron los mastodónticos dueños de los pollazos. Habían dejado media vida en el culo del anfitrión. Lisa y yo ya habíamos decidido quedarnos a dormir allí y marcharnos el domingo por la tarde, cosa que no sabían ni Ramona, ni su padre.

. - papá, papá, despierta, ya es de día –zarandeaba la hija al padre-.

Aquellas palabras me despertaron estando junto a Lisa bajo una manta que había encontrado. Al verme, se alegró la sin tetas.

. - seguís aquí –dijo al ver también a Lisa-.

Se me acercó y nos besamos. Lisa despertó también y fue besada su boca. Luego me acerqué al viejo. Apenas se podía mover.

. - ¿está bien?

Tardó en responder hasta saber dónde estaba y como se llamaba.

. - sí, gracias. Aunque mi culo no sé…

. - dese la vuelta, veré como lo tiene.

. - ¿me vas a penetrar de nuevo?

. - no, solo quiero ver cómo está.

Se giró y se lo vi lamentable. Estaba súper abierto y enrojecido a mas no poder. Olía a leche agria que no veas.

. - acompáñeme al baño. Tengo que darle una ducha y echarle una crema que traje de casa.

Lo acompañé lentamente al baño y lo ayudé a introducirse en el plato de ducha. Le hice inclinar y le eché agua fría en el mismo ojete, mientras le pasaba una esponja con champú por todos sus alrededores para quitarle el olor a leche agria pegada en todo su culo y también piernas abajo. De su polla, la limpieza se la hice con una mamada rápida, para luego pasarle la esponja. Finalmente, una limpieza general y acabamos.

Una vez duchado y en su cama con el culo a la vista, le introduje la crema a todo lo que daban mis dedos. Luego al resto de su nalgar.

. - descanse hasta mediodía que le llamaremos para comer.

. - ¿se queda entonces?

. - así es. A la tarde nos vamos. Descanse –le di un beso en los labios y lo arropé como un bebé-.

Al salir, Ramona me interrogó.

. - ¿cómo está?

. - te lo puedes imaginar, dolorido. Le di una crema que hace milagros. Lo sé porque mamá me la ponía a mí al principio.

. - ¿te tragaste las pollas de aquellos dos?

. - ya lo creo. Tenía que probarlas y eran bien gordas, te lo puedo asegurar.

. - lo supuse por los gritos de papá.

. - descansa tú también. Aún es temprano. Vayamos los tres a una cama. Ven, Lisa. Usaremos una cama de verdad –le dije dándole la mano-.

Previamente se ducharon y se llegaron a mi cama. No hubo falta decirle que necesitaba como agua de mayo sus pollas en mi culo y así fue como volví a disfrutar de mis dos chicas, mis dos hermanas, de nuevo cuño.

Desperté cuando olía a comida. Eran las tres de la tarde. La crema que le puse al viejo hizo milagros, pues comió con nosotros en la mesa, aunque de lado, aún.

No podía follármelo más, pero sí ser follado por él, que disfrutó de los tres culos a su disposición, incluido el de su hija. Como entre las chicas y yo sí que nos dábamos polla, las lechadas iban indefectiblemente a la boca de un chupapollas como se estaba convirtiendo el viejo de Ramona-.

Otra siesta hasta las cinco y comprobación de culo y más crema. Al final, llamé a mamá y le dije que nos demoraríamos un poco más, exactamente hasta el lunes a las siete que era cuando tenía que ingresar el padre de la chica. No podía dejarlos solos en aquellos momentos. Lisa tampoco quiso dejarlos.

Para prevenir futuros problemas con Ramona, el padre, aunque la chica era mayor de edad, nos dio poderes de custodia de cuanto le pertenecía a su hija, como la misma casa, que cerraríamos, de momento y de la exigua cuenta bancaria, hasta su salida de la cárcel. Con aquel papel en mi mochila, estaba tranquilo de que no tendríamos problemas o eso creía yo.

Las nuevas hermanas iban por toda la casa de la mano. En la habitación de Ramona, Lisa se sinceró.

. - en casa, también Salvador y yo, no paramos de tener sexo.

. - me alegro, así yo también podré tenerlo.

. - no solo eso. Lo tendrás con Salvador, conmigo y con… mamá también.

. - ¿también con mi nueva madre?

. - ya lo creo. Verás que somos una familia muy bien avenida. Pero eso sí, fuera de casa, ni palabra.

. - tú me has contado eso, yo te contaré esto otro. Salvador, yo, una amiga común y su madre, llevamos unos días teniendo sexo en cantidad. Son madre e hija gruesas, muy gruesas y con unas mamas enormes ambas.

. - serás chismosa –dije sonriendo-.

. - tenía que contárselo, cariño.

. - lo sé. Que sepas que no voy a dejar de visitarlas. Me pierdo entre sus grandes tetas y no veáis como me gusta darles por culo. Son de lo que no hay, además, son buena gente. Un día tienes que venirte con Ramona y yo a hacerles una visita, Lisa. Cuando vean otra chica con polla, alucinarán –todos reímos-.

Tres días después abrí la puerta de la casa de Gilberto y Marisa. Entré con sigilo. Lo que vi, me dejó de piedra. El padre estaba follándose a su hija por su vagina.

(Parte 12 de 25)

FIN