A pingüinos se va con tienda de campaña

Aventuras risueñas de una infidelidad en la mayor concetración invernal de motos.

A PINGÜINOS SE VA CON TIENDA DE CAMPAÑA

Sé que para los que no son moteros, pero moteros auténticos, esto no tiene sentido. Ni sabrán de lo que hablo y ni siquiera lo van a entender. Es más ni tiene gracia.

El primer fin de semana después de reyes, en pleno enero con un frío espantoso, miles de moteros venidos de cualquier parte del mundo acuden con sus motos a Pingüinos. La mayor concentración Invernal del Mundo.

Ahora Pingüinos, por historias que ni vienen a cuento ni merece la pena explicar, se celebra en Boecillo, pero recuerdo con especial cariño cuando se hacía en Tordesillas... ese pueblo castellano tan entrañable... que en aquellos entonces tenía apenas 5.000 habitantes.

Lluvia, nieve, frío, viento... desde el miércoles poco a poco, en un incesante goteo comenzaban a llegar motos.

Hogueras, saludos, camaradería, cerveza, música, pero sobre todo humo y un incesante olor a gasolina. Ruido de moteros por todos lo sitios. Y más motos. Y más ruido. Y más motos. Y más ruido... El Jueves la población de Tordesillas se había ya duplicado. El viernes a medio día la ciudad había crecido cuatro o cinco veces.

Quince mil moteros, veinte mil moteros...

Hace años que no me pierdo esta concentración. No se ya ni en las que he participado. Pero aquella me temo que nunca la olvidaré.

Miro por la ventana. Están comenzando a caer copos de nieve. Son las 13 horas. Rodilleras. Camiseta. Camisa. Polar. Pantalón de cuero. Doble calcetín. Botas.... Y la chupa.  Parezco el muñeco de Michelín pero en negro. Casi ni te puedes mover. El aspecto de marciano es total. Qué más da. Tanta ropa protege del frío y por si ha caso en las caídas. No vas a una boda, así que el aspecto no es lo que importa.

Guantes. Llaves.

Justo en ese momento suena el teléfono. Comienzas a cocerte. Este pesado de “Juancar”habla por los codos.

-. Que sí joder, que voy solo, que tengo dos cascos, que vale, que bien... que te paso a buscar.. pero cuelga de una puta vez ¡que me estoy asando coño!.

Arranco la Custon. Mi vieja Virago. Con la nevada que está cayendo ni se me ocurre cargar la tienda de campaña. Saco, manta y una botella de Whisky. Está esto como para dormir en tienda de campaña. Ya me buscaré la vida.

No se ve una mierda en la carretera. Y el maricón de “Juancar”no para de hablar. Buen momento para estrenar los intercomunicadores. Que le den por el culo, cierro el botón y que hable solo. Joder si es que marea, este cabrón no se calla ni debajo del agua.

Por fin llegamos. Más de dos horas de viaje. La moto derrapando hasta en línea recta. La entrada a la campa un barrizal, como siempre claro. No arreglan esto ni locos. La CBR que va delante, de cabeza al charco. La mía le cruza pero acaba de barro hasta el manillar. ¡Cabrones, que sois unos cabrones!!!!. Chilla lo que quieras... les da igual.

Aparcas la moto. A buscar a los colegas. Buscas la pancarta y allí está nuestro Motoclub. A la hoguera y el “Juancar” refunfuñando porque no le hacía caso en la carretera. Cualquiera le dice que corté los intercomunicadores. Es capaz de sacudirme un guantazo.

Bien, reunión de colegas. Fuego, los pinchos, la cena de puta madre. Cerveza y carnaza... Mola.

-. Oye, aquí falta alguien... Y “Er Cuco”? El Cuco no, “Er Cuco”

Descojono general.: Está malo.

-.¿Qué?

-. Si un catarrazo de la leche. Allí esta en la tienda con 40 de fiebre. Lleva aquí desde el miércoles y está hecho una mierda.

Hora bruja. Las doce. Pal pueblo.

Ruido, motores, fiesta... Y más de quince mil tíos vestidos de cuero. Naturalmente todas las tías emparejadas. Ni una libre. Normal.  ¿Qué esperabas? Aquí uno viene a pasárselo de puta madre, no de ligue.

Pues chico, como te iba contando, quince mil tíos vestidos de cuero y “Juancar”y yo en medio del fregao.

-. Hola.

“Juancar”y yo nos miramos.

-. ¿Es a ti?

-. No .

-. ¿Y a ti?

-. Tampoco. No las conozco de nada.

-. Bueno, ¿qué? ¿Nos decís algo o no?

Miré el vaso de Whisky. Este cabrón de camarero me ha echado un tripi. Cuando miro de nuevo “Juancar”está hablando con dos tías.

Quince mil moteros. El bar hasta las narices y las dos únicas tías libres se fijan en nosotros.

-. ¡Camarero!, otro pelotazo.

Una rubia. Guapa, buena delantera, y que no deja de sonreír. Otra morena, menos delantera, pero tampoco deja de sonreír. Ninguna de las dos llegará a los treinta. Esto no puede ser. Si lo cuento no se lo cree nadie.

Y el “Juancar”dirigiendo el cotarro.

-. Bueno yo me llamo Juan Carlos...

La morena Eva.

-. Y yo Rosita.

¡Toma ya!... “Rosita”... Por fin habló la rubita. Joder no me extraña que estuviera callada. Menuda voz de pito. Y encima me da que es algo pija. Quince mil tíos vestidos de cuero y la “nena” se llama Rosita... Pero da igual. No todo puede ser perfecto.

-. ¿Vamos p’a otro bar?.

-. No podemos...

No, si ya sabía yo que tanta suerte no podía ser... Estas nenas lo que querían era tomarse una copa por la cara y pillaron a los dos gilipollas de turno. Quince mil moteros y dos gilipollas pagando copas. Bien. Molan los pingüinos.

-. No verás... es que somos tres. ¿Qué hacemos con Tere? Hemos quedado con ella aquí....

“Juancar”y yo nos miramos.

Haber si me aclaro.

-. Camarero! Otro pelotazo...

Vamos a ver, pienso... El problema es que somos dos y ¿ellas tres?. Joder eso es fácil. Te vuelves. Justo, a tu lado hay un tipo con un mono de cuero Dainese, de estos de competición, con su joroba y todo, y a su lado un casco Sohei. Este tiene moto. Tranquilamente le dices: Tronko nos sobra una piva, ¿te animas?

Dicho y hecho: Hola soy Chema.

Ya está liada. Y la Tere que aparece y no está nada mal. Arreglado, todos emparejados. Tres tías, tres tíos y quince mil moteros. Esto parece que promete.

-. Camarero!

-. ¿Un pelotazo no?

-. ¡Pon lo que te de la gana colega.!

Vámonos de fiesta... Y la rubia se me agarra a la cintura... Buen culo, no está mal. Además se lo tocas y se arrima más. Esto promete. Si se está callada, esto promete...

Fiesta, motos... Ruido de motores por todos los sitios, acelerones... Quemadas de ruedas... Y como no, cortes de encendido... Todos agarrados por los hombros saltando al ritmo de los acelerones...

-. Dale, dale, dale...

Y tres pares de tetas meneándose al ritmo de los acelerones… Y tres pares de ojos que suben y bajan al mismo compás...

A la discoteca, grita Eva en medio de ese infernal ruido. Menos mal, si llega a ser Rosita nos rompe los tímpanos a todos..

-. Qué calor hace aquí, dice la rubia...

¡Joder que voz de pito! ¡Casi me revienta los oídos!... Y te describe toda la ropa que lleva....

-.Espera, voy al baño y me quito el body... No os vayáis...

Y una mierda me voy a ir, no te jode... Aquí te espero y agradece que no me meta contigo a quitarte el body bonita.

Eva y Tere la acompañan. No vaya a ser que luego en la campa no haya servicios... Muy femenino, todas las mujeres juntitas a mear.

-. Oye, estas van a bajar con nosotros a la campa, o se dan el piro ahora mismo.

El Chema, pide una ronda y se encoge de hombros resignadamente.

-. No se tío, pero me da que no. Tere me ha preguntado que qué moto tengo, que si estoy casado, que en qué trabajo... y luego ya directamente que si tengo tienda. Que si no, que tiene un coche para volver.

-. ¿Tu que tal con la Chiripitifláutica? Los dos a carcajadas... ( por lo que veo estos dos cabrones ya han bautizado a Rosita, la de la voz de pito ) .

-. Bueno ya estamos aquí.

La verdad es que se han tomado su tiempo.  Rosita se agarra a mi cintura y me hace una seña. En su bolso guarda el body. Y me da que algo más. Esas bolas parecen más relajadas.

-. Camarero ponles a estos chicos una copa pagamos nosotras.

Quince mil moteros. Tres tías libres. Tres merluzos forrados de cuero. Y nos pagan las copas. A nosotros. ¿A que no se lo cree nadie?. Pues así fue.

Y la discoteca genial, cada uno arrimadito a la suya... y las nenas que entran al trapo a todo... Esto no me lo creo.

Besito por aquí... besito por allí... una mano que baja... otra que sube... Joder qué calentón.... La pena es que cada vez que habla me queda sordo. Joder qué voz de pito... Es chirriante, estridente...  peor que una tiza raspando el encerado...

Un viajecito a los baños... Y a la salida... Nadie por aquí, nadie por allí.... Buenas tetas si señor... De pezoncitos duros como a mi me gustan... Ñic... Ñíc... Aquello que crece. La nena que se frota, pero claro, no nota nada...

-. Es que con el cuero...

Y la nena que no se corta. Camiseta p’a arriba, tetas al aire, y mi cremallera p’abajo, pito fuera. Y unos deliciosos labios...

Unos inoportunos golpes en la puerta... Y aquello que es imposible volver a meterlo en su sitio... Y un ruego... Que no se ría Rosita, que no se ría que nos pillan...

A la campa.  Oséase, directos a follar.

Los tres nos miramos. Ninguno tenía tienda. El de Tere había venido con su cuñado. Imposible. Nosotros sin tienda.

-. Pues a callar la boca tíos, vamos a los bares de la campa que ya nos buscamos la vida. Que si venga joder, que ya nos la dejará algún colega.

-. A por las motos.

Joder con la Rosita... ¡Que no hace falta que chilles!...

Primer infarto. El Chema no tiene dos cascos. Segundo infarto. Aquello no era una moto. Era una especie de vespino. Un engendro montado con retales de chatarrería. La rueda delantera de una Derbi Variant. El chasis, con mil capas de pintura y varias soldaduras,  ni se sabe. A libre escape naturalmente. En vez de maleta, tenía una “jaula” de las pizzas, eso si lijada como un animal y con pegatinas “Kawa”. Cuando lo arranca es terrible. Cualquier secador de pelo asmático tiene mejor sonido.

Tere que salta: joder anda que no hay motos y me lío con el de Telepizza. Lo de “Juancar”es peor. Tercer infarto. No tiene ni casco ni moto. Eva no pone buena cara.

A Rosita se la salen los ojos en cuanto ve dos cascos y la Virago. En esas circunstancias ver una Virago debía ser una visión celestial. Aunque fuese una moto maqueada a tope, macarra total, con flecos, llena de mierda, con todos los cromados saturados de barro...

-. Hay que motita más linda!!!!. Qué cuca!

¡¡¡¡¡Hija de puta!!!!! Porque había quince mil moteros y me acababa de chupar la polla, que si no, la enfosco una hostia a la voz de pito esa, que la pongo la voz como la de un camionero ¡Coño!. La vuelvo Placido Domingo de un bofetón. No te jode la tía esta... Motita... Cuca... ¡Pero qué cojones sabrá ésta lo que es una moto!.

Eva y Juancar , claro les tocó bajar andando.

Menudo cuadro. El Body de la Chiripitiflautuca enganchado de bandera en el respaldo de mi Custon. Rosita chillando y dando saltos en la moto, y el Chema, con la especie de vespino tosiendo detrás. Aquello era para morirse.

Y allí entramos triunfales en la campa. Colega, quince mil moteros nos contemplan.¡Toma ya!.

Directos al bar. No podía ser de otra forma. Y una cervecita... y otra... y otra...

-. Un segundo ahora vengo...

Y otra cervecita... Nada, ni un colega con la tienda libre... Y un frío que te cagas... y que aquello de las tiendas, que no se arregla ni p’a atrás... Y las tías que se empiezan a mosquear...

Tere, abrazada, le dice muy mimosa a Chema, que tiene sueño. ¿Vamos a tu tienda?

Se jodió. Aquí le pillaron al de Telepizza. Rebote total.

-. ¡Que te den bonito!.

Muerto el primero, los demás detrás.

-. Tengo un saco y una manta... se escucha en un suave susurro. La Chiripitifláutica me tira una mirada de odio que casi me mata.

Mosqueo. Rebote. Las llaves de Tere en la mano. Un plateado rombo de Renault amenaza con ponerse en marcha.

-. Vale que quedamos mañana.

Chema discretamente desaparece.

¿Qué hacemos? Otra vez tres tías, dos tíos y quince mil moteros. Y seguro que alguno con tienda libre. Pero son las cuatro de la madrugada y sin tienda de campaña.

La luz. He visto la luz!!!!!!: “Er Cuco”!!!!!!!!

-. Esperad un momento.

Una carrererita. Claro con el traje de la moto a ver quien corre los 100 metros lisos.

-. ¡”Er Cuco”!!!

-. Déjame en paz... Joder tío... que estoy fatal déjame...

-. Joder “Er Cuco” que nos tienes que hacer un favor tío....

Tres tías, que nos sobra una.... ¡Mejor que un Frenadol. “Er Cuco” se levantó y se vistió en 15 segundos. Nuevo record mundial.

Esto es un colega y lo demás bobadas. A ver quién me dice ahora que en el mundo de la moto no hay solidaridad.  Claro que también se puede pensar que por un polvo se hace cualquier cosa. Que me lo digan a mi que tengo ya los tímpanos perforados.

Presentaciones... “Er Cuco”... Esa es su Suzuki... Allí tiene la tienda... Otra cervecita.... Pero ya Chiripitifláutica no estaba tan animada... Además lo de dormir todos juntos, como que no...

Esperé a estar un poco a solas con ella y zas: -. Y si mientras estos se toman unas cervezas, tu y yo.....

Otra mirada fulminante. La tía con la que llevaba metiendo mano toda la noche me manda a la mierda en un pestañeo. Bien. Perfecto.

-. Camarero!!!!! Un pelotazo.!!!

Tere se pone pesadísima. Eva se queda: Paso de volver a casa.

“Juancar”se va con la Chiri y Tere en el coche. La noche está perdida.

-. Camarero...

-. ¿Un pelotazo?.!!!

Casi a coro: Noooo tres pelotazos...  Descojono general. Todo el mundo se sabe ya mi canción...

Bueno por lo menos nos lo tomamos con buen humor.

Quince mil moteros y se jodió todo por no tener una puta tienda de campaña. Y para colmo la amiga Eva está bien calentita. No se separa de mi.... Mi reino por una tienda.

Besitos... besitos... toqueteos...

Los tres nos metemos como podemos en la tienda.  Hace un frío de muerte.  “Er Cuco” se mete en su saco. Eva y yo tiramos mi manta y el saco por encima de los tres.

Besitos... Mano por encima... por debajo...

Bueno, no son tan grandes como las de la rubia pero tampoco están mal... Además me da que ésta va a muerte. En cuanto se duerma “Er Cuco” me la calzo.

-. Huy que calor....

No se veía una mierda pero seguro que “Er Cuco” puso la misma cara de besugo que yo. Como lobos la ayudamos a quitarse el pantalón. Debajo un maya de gimnasia para el frío. Da igual . No aparta la mano en cuanto se la pongo entre las piernas.

Discreto me acerco a su oído... En cuanto se duerma El “Er Cuco”...

Me responde guiando mi mano a su entrepierna y con un morreo cojonudo.

Frío. Cerveza. Un pantalón de cuero que te aprieta en cierta parte... Un cóctel explosivo. Unas terribles ganas de mear.

-. Un segundo... ahora vengo...

De nuevo en su oído... hago un pis y seguimos...

Otro morreo... no tardes...

¿Cual era la tienda? ¿Igloo verde? ¿Azul oscuro?. Joder, no se ve una mierda.

Aquí.... Justo, la bandera del Motoclub a la puerta. Si es que los colegas piensan en todo.

Me meto bajo la manta. Un susurro, un ronroneo de aprobación....Besitos... toqueteos....

Joder esta tía, que ganas tiene... ya está completamente desnuda... Y este “Er Cuco”, hay que ver cómo ronca.

De todas formas juraría que no las tenía tan grandes. Bueno tu que sabrás, me digo, entre el pedo y que se las has tocado poco como para distinguirlas.

Cremallera. Tirantes.. Imposible moverte dentro de la tienda. Imposible quitarme el puto pantalón de cuero. Da lo mismo, hasta las rodillas.

Con sigilo y haciendo malabarismos consigo subirme encima de ella. Ya está y ahora, estocada hasta las bolas. Joder, parece que la gusta... Vaya chocho más calentito.  Tenía ganas la nena...

Para adelante, para detrás...para adelante, para detrás... Pongamos música... el ñic, ñic del cuero, los ronquidos de “Er Cuco”, sus gemidos y el ras, ras del colchón de plástico... eso es una sinfonía y no las de Beethoven  Quince mil moteros y yo jodiéndome a una tía en la tienda de un colega. Y el colega roncando.... Molan los pingüinos...

Y la otra gimiendo cada vez más fuerte... jadeando como una loca...

-. Pssssiiii no chilles tanto... que se nos va a despertar “Er Cuco”....

-. Ummmm... Mi marido no se llama “Er Cuco”.

-. ¿Qué?!!!!!!!!!

Otra vez vino la luz a mis ojos.

-. Uhi... creo que me he equivocado de tienda....

-. No pasa nada, sigue... dice susurrando...

El marido que deja de roncar y se revuelve en el saco. El pantalón que no sube ni a tiros. Te calzas las botas como puedes. Los pantalones de cuero por las rodillas. La jodía bota se engancha en la puerta. De morros al suelo. La salchichilla rebozada en arena.

Levántate que te hostian. Es lo único que te dice tu escaso sentido común. El pinganillo colgando, con una mano intentando quitar la tierra, con la otra subirme los pantalones, y como no, lo principal, intentando correr como un pingüino con los pantalones que se niegan a ponerse en su sitio. ¡Malditas rodilleras!. Los tirantes que no encajan. Un tronco que no veo. Zas!. Otra vez al suelo de morros. Otra vez rebozado de salchicha, pero ahora salchicha floja.

Por fin , esa tiene que ser la tienda. Abro la cremallera. Penumbra.

Un culo que sube y baja... unos discretos jadeos...

-. Perdón me he equivocado...

-. Es que tardabas....

Las voces me son conocidas....  No hace falta más. La educación ante todo...

-. Tranquis... Ahora vengo....

Todos los bares cerrados. A la hoguera. No le iba a joder el polvo a un colega ¿no?. A dar vueltas a la tienda para no helarme de frío hasta que acabaran el polvo. Y a mirar de vez en cuando no apareciera un tipo y me rompiera la cara.

Si. Luego risas a carcajadas... Si es que te pasa cada cosa.... las disculpas de “Er Cuco”....

-. Joder tío que es que... que me desperté... que la otra no dijo nada.... que se tiró encima... que adelante....

-. No si tu no tienes la culpa ...

Quince mil moteros y un merluzo se equivoca de tienda....

El desayuno. Ojeras. Resaca... Una mirada general. Ningún Igloo cerca. Uf menos mal.

Dos parejas del motoclub se acercan.  No encontraron sitio anoche y montaron las tiendas detrás... Allí mismo....  Miré en aquella dirección. Si no me fallaba la memoria... pero por la noche y sin ver es difícil orientarse.

Todos desayunando tan campantes... comentarios... anécdotas... es el mundo de la moto.

La noche ha sido fría, terriblemente fría... Además fatal... Menudas borracheras... Risitas de las dos chicas...

Y alguien dice: Joder... ayer un gilipollas se tropezó con el tronco.... Menuda hostia se debió de pegar...  Risas generales...

La hija de puta de la magdalena se me atraganta. “Er Cuco” y Eva me miran con sorna.  Ni me atrevo a levantar los ojos del café con leche.

Cuando voy a ponerme el casco un pin dentro. Miro el chaleco. El que me falta.  Alguien me lo ha puesto a dentro.

Las dos chicas me miran con picardía. Las dos cuchichean entre ellas, las dos están sonriendo. No puedo evitar mirar sus pechos. Físicamente son muy parecidas.

Mejor ni preguntar. Arranco la moto y me piro por una tienda colega.

-. Quédate con la mía, me dice “Er Cuco”.

Eva ha cogido mi segundo casco.

-. ¿No te importa verdad?.

-. ”Cuco”... Cuanto tardamos en llegar a Valladolid? Una ducha caliente no nos vendrá mal... ¿no?

-. Joder “Er Cuco” cómo ha revivido... Va a ser cierto eso de que el catarro se cura con calor de pecho ajeno...

Las otras dos chicas estallan en carcajadas. “Er Cuco” se descojona vivo. Todos a reírse menos yo, claro.

Dos maridos se miran entre ellos como diciendo a estos les dura la borrachera de anoche.

Ya sé que es temprano, demasiado temprano... pero... Camarero: Un pelotazo!!!.  Y sin magdalena por favor...

ESTA HISTORIA, REAL, SALVO EN LOS NOMBRES, LA ESCRIBÍ PARA MIS COLEGAS DE LA MOTO DE AMIGOS DE LA CARRETERA, Y ELLOS ME HAN DEJADO PUBLICARLO EN OTRAS PÁGINAS. PODÉIS ENCONTRARLO EN SU PÁGINA:

www.amigosdelacarretera.com ,

perverseangel@hotmail.com & notenemosnick@hotmail.com