A partir de ese momento
A partir de mi inicio en la facultad, me fui a vivir con la tía Isabel en la capital, ella alquilaba el departamento del fondo a un muchacho que poseía una peluquería. En ese entonces tenía dieciocho años y si bien me sentía orientado hacía gente de mismo sexo en el aspecto sexual, era como que yo pretendía algo más.
A partir de ese momento
A partir de mi inicio en la facultad, me fui a vivir con la tía Isabel en la capital, ella alquilaba el departamento del fondo a un muchacho que poseía una peluquería. En ese entonces tenía dieciocho años y si bien me sentía orientado hacía gente de mismo sexo en el aspecto sexual, era como que yo pretendía algo más.
Lo termine de definir cuando tuve oportunidad de estar con José Luis, un fin de semana que la tía se fue de viaje, él me invito a comer ese viernes en la noche cuando llego de su trabajo. Me sentí bien en su compañía y se notaba que estaba cómodo conmigo, luego que limpiamos todo me dijo que tenia preparada una sorpresa que lo aguardara. Me puse a observar unas revistas que estaban sobre un estante al lado del teléfono. Allí vi por primera vez lo que eran hombres vestidos de mujer con lencería y se veían diversas posiciones de a dos y tres, todos vestidos con medias de seda, tangas y corpiños.
Me encontraba tan entretenido que no me di cuenta cuando se me acerco, estaba totalmente vestido como los de las revistas con medias sandalias taco aguja y una bikini todo de color negro con un maquillaje suave y el pelo suelto ya que normalmente se lo tomaba con un elástico.
Ahora que conocía su verdadera identidad en la intimidad me sentí sumamente excitado ella se sentó a mi lado y tomándome el rostro entre sus manos me beso en la boca, introduciendo su lengua hasta toparse con la mía.
Me comenzó a quitar la ropa, yo me encontraba como hipnotizado por la sensación que estaba experimentado y lo caliente que me encontraba, me acaricio todo el cuerpo y la pija, masajeándola con suavidad y a continuación la comenzó a besar y lamer chapándola con maestría. Sus dedos inquietos buscaron mi agujero del culo y me lo perforaron haciéndome entrar en una sensación muy placentera.
Al notar mi grado de excitación detuvo sus caricias, se incorporó y pude observar su tremenda erección que sobresalía de su tanga que no podía contener por lo grande que era. Tomo mi mano y la puso sobre su grueso tronco que culminaba en una cabeza morada y húmeda por el liquido transparente que goteaba.
Hice subir y bajar la piel descubriendo y tapando su punta, luego al ver que no me animaba a mas empujo suavemente mi cabeza hacia su verga, apoye los labios dándole besos y después abrí los labios para que ingresara la cabeza, lamí toda su extensión y chupe ese trozo de carne surcado de venas azuladas he inflamadas.
Con la otra mano sostuve sus pesados huevos que colgaban totalmente depilados y suaves lamí toda la verga y continué con sus bolas, ella también se sintió muy excitada porque me detuvo en el avance de mis caricias.
Me incorporo con sus manos y me hizo colocar de rodillas sobre el sillón, apoyando mis antebrazos sobre el respaldo, me separo las nalgas con ambas manos y se hundió con su lengua en mi agujero, lamiendo y chupando los pliegues humedeciendo toda la zona.
Después de unos minutos de sus caricias linguales introdujo sus dedos para dilatar el orificio, revolviendo dentro con lentitud, luego se incorporo y guió su enorme verga a mi ojete, con tranquilidad me fue perforando, su respetable tamaño me hizo arder al estirar mis paredes anales. Dio dos empujones mas y estuvo totalmente dentro de mi culo.
Apoyo sus manos en mis hombros para empujarme hacia ella, comenzó a bombear suavemente haciendo deslizar toda la extensión de la poronga quedando tan solo la cabeza dentro de mi culo totalmente abierto. Se acerco a mis orejas y besando mis lóbulos dijo: Ahora sos mi putita y te llamaras Betina. Me acaricio todo mi tórax y tomo mi pija que se habia puesto blanda. Sus suaves caricias la hicieron erguir.
Ella se detuvo y sin sacarme la verga del culo me llevo hasta la pared y levanto mis manos para que me apoye en ella mientras me seguia culeando, a la vez que me hacia la paja nuestros gemidos fueron incrementándose y en forma simultanea lanzamos la leche, acabe sobre el piso y senti su liquido caliente inundar mis intestinos. Gire mire rostro hacia ella y nos besamos tiernamente. Me sentia inmensamente feliz por lo bien que me habia culeado.
Espero sepan hacerme saber sus comentarios y les seguire relatando mis vivencias con Pupi mi tierna amante.