A oscuras
Petto estaba acostado de lado en la cama, tenía la mano en su sexo acariciándolo levemente mientras se apropiaba de los calcetines utilizados en el día por Ichi.
Petto estaba acostado de lado en la cama, tenía la mano en su sexo acariciándolo levemente mientras se apropiaba de los calcetines utilizados en el día por Ichi.
Se sentía atraído por el olor y ver que su color gris claro se oscurecía en zonas por marcas de sudor. Incluso, aunque fueran largos le tentaba la idea de ser amordazado con ellos y sido forzado lo que quisiera hacer con él Ichi.
Para su suerte, había sido descubierto por la implacable mirada de la chica que aguardaba apoyada en la puerta que cerró tras entrar del todo en la habitación. Él se deshizo rápidamente de los calcetines dejándolos caer al suelo, pero su sexo se veía alterado en su ropa interior que era lo que único le cubría el cuerpo. La chica silenciosa se acercó por la espalda y se acostó tras él, acarició su pecho, trazó un círculo por su cuello en inherentemente le acababa de poner el collar de perro a Petto. Le dio un fuerte tirón y le ordenó que recogiese los calcetines del suelo.
La chica los puso sobre una cómoda que había en un lado de la habitación. Cogió las esposas negras de un cajón y se las puso al chico de cuello enrojecido por la tensión de la correa atándole las manos a la espalda. Ella lo dejó sobre la cama a lo largo, se desvistió. Al acercarse de nuevo al chico pasó su mano por su sexo, lo descubrió un poco de su ropa interior y le dio otro tirón de la cadena que ataba el collar a su mano. Se subió por su torso, se inclinó y dejó su sexo en la boca del chico al que esperó a que empezase a besarle. Se había puesto de forma agradable ya que pretendía estar un buen rato así.
Petto empezó a besar como podía alrededor, incluso los muslos, Ichi le dio otro tirón y él se dedicó a alabar el sexo de su torturadora lamiendo suavemente. Empezaba a notar un cierto balanceo de Ichi sobre su boca que se iba abriendo para acaparar todo su sexo de una vez. Ella estaba moviéndose buscando la manera de excitarse más incluso tapando tanto la boca del chico por dedicársela a ella que estaba a veces dejándolo sin respiración. Petto chupaba los pliegues del sexo de la chica con cuidado, introducía su lengua como inspeccionando un terreno ignoto pese a conocer ciertos puntos que sabía que le eran más placenteros, daba rodeos.
Ichi cansada de la posición actual se colocó de la misma forma que el sesenta y nueve, mas sin corresponder al chico con sexo oral, a veces mordía la parte superior de su sexo para molestarlo solamente. El chico tenía delante de su cara todo el sexo de la chica que estaba humedecido por sí mismo y por tanto trabajo de él masturbándolo oralmente. Ella se movía más rápido de manera excitada y gemía mientras Petto continuaba lamiendo más rápido y aguantando los tirones de la correa. Ichi pegaba los pies a la cabeza del chico como podía para que los notase cercanos y sin poder acercarse a besarlos.
Durante unos minutos activos de pasión fuerte la chica se satisfizo quedándose estirada sobre el cuerpo del chico en la misma posición en la que había estado hasta entonces. Le instó a Petto que lamiera despacio hasta secar su sexo todavía tirando del collar.