A ni madre se la montaron en una barca
Mi madre para complacerme se quiso montar en mi barca hinchable, y ¡vaya si la montaron!. Relato publicado en el año 2012 que se eliminó por error
Esta historia transcurrió hace bastantes años.
En aquella época yo tenía unos 6 años y mi madre 28, morena y con muy buen cuerpo.
Era verano y mis padres habían alquilado un piso en la playa para pasar la primera quincena de agosto.
Habíamos bajado, como casi todos los días, a la playa con la sombrilla, las sillas y demás artilugios playeros.
No había mucha gente en la playa ya que hoy era día de mercado y la gente aprovechaba para no bajar a la playa.
Ese año me habían comprado una barca de plástico de las que se inflan con aire, y, como era una novedad, estaba casi siempre jugando con ella.
Casi siempre jugaba con ella cerca de la orilla, y a veces con mi padre nos alejábamos.
Mi padre, después de leer el periódico, se fue, como era su costumbre, a tomar una copita a uno de los bares que estaban en el paseo, por lo que me quedé con mi madre dentro del mar, yo dentro de la barca y mi madre fuera, flotando agarrada a la barca, mientras el agua nos mecía.
Después de un rato, mi madre deja de flotar y se da cuenta que el agua nos ha metido un poco más y le cubre por mitad del pecho.
Quiere tirar de la barca hacia la orilla, pero la digo que se suba en la barca.
No quiere, pero, ante mi insistencia, parece que lo va a intentar.
Se agarra a la barca, salta, se pone boca abajo sobre la barca, y se esfuerza por subir.
La veo un pezón, se la ha movido la parte superior del bikini y tiene una teta al aire y la otra casi.
Se da cuenta, le entra la risa y se deja caer al agua.
Un hombre de unos treinta y tantos años se acerca sonriente y dice que la ayuda.
Mi madre, entre risas, le dice que no hace falta.
Lo va a intentar otra vez, se agarra a la barca, vuelve a saltar, sube parte de su cuerpo a la barca, está boca abajo, y parece que se esfuerza por subir.
De pronto, su cara cambia, como de sorpresa, como si la faltara el aire, con los ojos y la boca muy abiertos.
El hombre la ha puesto las manos en el culo y parece que la empuja para que suba, pero no sube.
Se cae otra vez al agua, entre los brazos del hombre, suelta algún gritito, dice “¡No no!”, carcajadas y grititos.
El hombre la levanta, ella chilla, y la vuelve a intentar subir a la barca, ella se agarra boca abajo a la barca pero sigue sin subir.
De pronto se queda como en trance, agarrada a la barca y gime.
El hombre tiene las manos sobre su culo, las mueve mucho aunque no se como porque ella no sube.
Me agacho e intento ver que hace con las manos sobre el culo de mi madre, pero me caigo al agua.
Por debajo del agua, distingo al hombre, sus piernas y su pene erguido dentro de su bañador, a punto de escaparse.
Saco la cabeza del agua, miro hacia la barca y veo a mi madre agarrada a ella, de espaldas a mí, con el culo en pompa.
Tiene las bragas del bikini movidas hacia un lado y se la ve todo el culo, blanco, su agujero en medio como una diana, y la mano derecha del hombre sobándola su conejo, entrando y saliendo como si estuviera follándola.
La cuerda del barco está alrededor del otro brazo del hombre mientras su mano izquierda la sujeta el culo para que no se caiga.
Mi madre gime, pero no opone resistencia al manoseo de su conejo.
La está masturbando y a ella le gusta.
Nadie puede vernos desde la playa, ya que estamos ocultos por la barca.
Solo pueden ver a la cara de mi madre medio subida en la barca, en estado de éxtasis.
El hombre mueve la mano que la sujeta al cierre de su sostén y se lo suelta.
Mi madre se desliza al agua, dejando su sostén sobre la barca para caer al agua.
El hombre la sujeta y ella suspira fuerte.
Tiene una mano sobre una de sus tetas y la otra bajo el agua, creo que entre las piernas de mi madre.
Me sumerjo para ver mejor y veo la mano bajo las bragas de ella, en su conejo.
El hombre se mueve adelante y atrás.
La ha metido su polla por detrás y se la está follando, aprovechando que tiene la braga del bikini a un lado.
Ella gime mientras el hombre respira fuerte sobre el oído derecho de mi madre.
Cada vez la cabalga más fuerte, más rápido y ella gime cada vez más.
De pronto, para, la descabalga, se sumerge en el agua para salir rápido a la superficie.
La ha quitado las bragas, las lleva en la mano y las suelta en el agua.
Ahora mi madre está completamente desnuda.
La gira hasta que están cara con cara, la acerca y vuelve a metérsela.
Comienza otra vez a follársela.
Sus manos sobre el culo y las piernas de ella.
Mi madre vuelve otra vez a gemir, tiene los ojos casi cerrados y la boca semiabierta con su lengua sonrosada sobre sus labios.
La gusta como la está follando.
Cruza sus piernas sobre la cintura del hombre, que se la mete más dentro.
Se la folla sin descanso, el mete-saca cada vez más rápido.
Y yo allí estoy para verlo, para disfrutar del espectáculo, sin que nadie me preste la más mínima atención.
El hombre vuelve a parar, mi madre abre un poco los ojos.
El hombre agarra la barca, la acerca, y levanta a mi madre.
La veo las tetas enormes y blancas, con pezones como cerezas saliendo de aureolas oscuras.
Su conejo peludo, blanco, como saliendo de la chistera de un mago.
Su culo blanco, duro y respingón, con marcas rojas de los dedos del hombre.
La sube a la barca.
Mi madre se cae dentro, desaparece, boca arriba, solo se ven sus piernas desnudas.
El hombre toma impulso y se sube también a la barca.
También está desnudo, con una polla enorme, tiesa y erguida lista para entrar a follar.
Desaparece boca-abajo dentro de la barca.
Está sobre mi madre, los dos desnudos.
Comienza a moverse, a follársela otra vez.
La barca se mueve adelante y atrás, adelante y atrás por los movimientos del mete-saca.
Yo abajo, no veo como se la folla.
El bañador del hombre flota en el agua, las bragas de mi madre también.
Cojo las bragas de mi madre.
Más allá está su sostén, lo recojo.
La barca ha parado su movimiento, han debido dejar de follar.
Veo que el hombre se incorpora y al rato se tira al agua, va a por su bañador, lo coge y se lo pone dentro del agua, para marcharse a continuación sin echarme una sola mirada.
Mi madre sigue dentro de la barca, no sale.
La echo su ropa encima de la barca para que se la ponga, sin decir nada-
Veo movimiento dentro de la barca, se debe estar poniéndoselo.
Al rato veo que se sienta, y se tira al agua.
Yo aprovecho para irme medio andando, medio nadando a la orilla.
Miro hacia atrás y ella continúa cerca de la barca.
Llego a la sombrilla y me siento en una silla.
Después de unos diez minutos, mi madre empieza a salir agarrando la barca.
Y que sorpresa, también viene mi padre, muy contento, fumándose un puro, pero viene del bar de tomarse sus copitas, no de estar en el agua con mi madre.
¡Peor para él!.
Llegan los dos a la vez a la sombrilla, los dos felices y contentos, y yo, como quiero mucho a mis padres, también lo estoy.