A mis veite primaveras

Creo que como mujeres tenemos muchas cosas que guardamos en la cajita de pandora y ahí se quedan por siempre...

UNA HISTORIA DIFERENTE…

Soy una mujer de 40 años casada y confieso que inicie mi vida sexual apenas pasando mis quince con quien menos imagine pero así fue y a partir de ahí me abrí a un mundo nuevo de emociones superando mis miedos entrando a un mundo maravilloso de sensaciones que en principio se rodearon de romance haciendo mas placenteras mis relaciones con respeto mutuo y fidelidad al menos de mi parte.

Así pasaron de mis quince a mis veinte cuando yo tenia un novio que apuntaba a la formalidad absoluta, un chaval guapo, alto y de buenas formas pero demasiado conservador, tanto que era difícil tener alguna caricia erótica por parte de el en mi cuerpo, aún poniendo todo de mi parte sencillamente terminaba toda mojada y nunca dije nada por no hacerle sentir mal y esperaba que pronto se decidiera a ser mas directo.

Las cosas siguieron y había besos y caricias aunque algunas veces me le pegaba contra su cuerpo para sentir su miembro contra mi como latía  y ya decidida puse sus manos en mis nalgas haciendo que me atrajera hacia el hasta que por fin en un arranque de calentura le empecé a desnudar por la camisa y el pantalón mientras se dejo llevar por el deseo y terminamos desnudos acostados en el sofá de mi casa entregados con locura en la primera de muchas noches de sexo…

Nuestros encuentros fueron de menos a mas con una lujuria propia de nuestra edad aprovechando cada espacio y momento para tener sexo, claro que para mi era súper satisfactorio y había valido la pena la espera, mi experiencia con el era muy placentera, me sentía con la libido al mil, con juegos eróticos siempre estaba dispuesta, a esa edad mi calentura estaba en su punto.

La relación siguió su curso y yo me había convertido en su esclava sexual, luego invento invitar otra mujer a nuestros encuentros y en principio me sentí un tanto perturbada en tanto que el me penetraba la mujer me acariciaba y ya excitada terminaba enredada con la chica lamiéndonos nuestro sexo mientras el nos penetraba a ambas bañándonos de su leche en nuestras bocas, vaginas y pechos viendo como lo disfrutaba y desde luego no tarde en adaptarme y disfrutar del juego como nunca.

Luego de un tiempo pregunte porque tenia que ser así y me dijo simplemente que era para darle variedad a la relación y no hacerla monótona lo cual me pareció  razonable siguiendo con nuestros encuentros en pareja con una o dos chicas con un erotismo sensacional, paso un tiempo y me llevo a un motel el y yo solos, como de costumbre con un vestido ligero sin ropa interior, de taconcitos y muy sensual pensando en nuestras aventuras y encuentros con mujeres…entramos a la habitación donde nos fajoneamos hasta ponernos muy subidos de tono, luego esperaba lo de siempre así que tomo el teléfono pidiendo un servicio pero me sorprendí al enterarme que se trataba de un chico…No daba crédito que quisiera compartirme con otro hombre, pero no dije nada, aunque perturbada por la noticia me invadió la curiosidad y el morbo pensando en la experiencia de estar con dos hombres.

Mientras esperaba el servicio seguimos con nuestro fajoneo, me desnudo por completo besándome cada centímetro de mi cuerpo al tiempo que me decía que la experiencia seria sensacional pero yo ya en calor no reparaba en mis emociones y mientras tanto gozaba de lo lindo de sus caricias con sus besos, sus manos y su lengua en mi sexo hasta que llamaron a la puerta…entonces mi corazón empezó a latir como nunca, no se si de nervios o de emoción, me dejo en la cama y se fue a recibir al tipo y como pude por pudor me cubrí el cuerpo con mi vestido por encima hasta que me llamo al recibidor donde fui medio cubierta nerviosa a mas no poder.

Me presento un chaval de unos 18 años delgado, no muy guapo pero simpático que sin mas me saludo de beso terminando de ruborizarme toda, luego nos fuimos los tres a la recamara  yo sentada en un sillón, mi novio en un taburete y el chaval en la cama donde se presento como striper y que esperaba me agradaran sus servicios, mientras seguimos la charla mi pareja invito unas bebidas para relajarnos lo cual resulto de maravilla pues discretamente veía sus formas del chaval quien se fue quitando la ropa hasta quedar en truza, luego mi pareja puso música y el chaval se puso a bailar sensualmente. El ambiente era calido, con risas y aplausos mientras bailaba presentándome su miembro tras la truza a unos diez centímetros de mi rostro o poniendo su trasero en mis piernas cubiertas apenas por el vestido con movimientos rítmicos de la música  y muy sugestivo al menos para una mujer dejándome ver como crecía su paquete mientras mi corazón latía como nunca de emoción y de morbo, de repente me saco a bailar quitándome de las manos el vestidito y encueradita correspondí a sus movimientos tratando de agradarle a mi pareja quien no nos quitaba la vista de encima.

En un momento inesperado ya estaba yo de frente sentada en las piernas del chaval tallándome contra su cuerpo y su miembro mientras se llevo mis pechos a su boca, estaba muy excitada, tanto que le moje su truza con mis fluidos mientras me contorsionaba montada sobre el  y pensaba que la penetración solo era para mi pareja pero el tipo me cargo desde las nalgas y me tiro en la cama recorriendo todo mi cuerpo a besos desde mi boca, mi cuello, mis senos, mi vientre, mis piernas y desde luego mi sexo provocándome mil orgasmos revolcándome con un desconocido en la cama frente a mi pareja  quien en algún momento que no advertí se desnudo y se unió a nosotros.

Al poco rato el invitado me abrió las piernas hacia arriba mientras me penetraba y mi pareja besaba mis labios y mis pechos poniendo su pene en mi boca , luego cambiaron y seguimos con el juego…ambos me hicieron el 69 conteniendo su venida…ya estaba como loca, súper excitada y quería que llegaran al clímax conmigo, así mi pareja me penetro y el amigo en mi boca hasta que los dos explotaron dentro de mi a borbollones.

Descansamos un rato los tres en la cama todos sudorosos, yo en medio de ambos desnudos y charlando sobre el momento, en lo personal sentía su aroma de machos en mi cuerpo, por mi vagina me escurría el flujo de mi ser con el semen y en mi boca aún saboreaba el aroma del chaval…pasaron unos minutos y empezamos a juguetear los tres acariciándonos nuestros cuerpos, ellos a mi y yo a ellos hasta prendernos otra vez, mi pareja se fue directo a mis labios besándome como nunca lamiendo mis labios y mis mejillas limpiando todos los espermas que me dejo el chaval en la cara mientras los intercambiamos en nuestras bocas, luego se fue a mis senos erectos y se los llevo a la boca con succiones suaves pero muy calidas.

El chaval no perdió el tiempo y con besos en el vientre se fue acercando a mi entrepierna  poniendo mis piernas en sus hombros lamiendo y succionando mi sexo jugueteando con su lengua en mi grupa y mi vagina, así en poco tiempo me tenían otra vez súper prendida  y era tanta la calentura que empecé a cabalgar con ellos uno al tiempo y luego el otro con movimientos suaves y ritmos hasta dejarlos vacíos tendidos en la cama. Al terminar me fui a sentar al sillón relajándome de aquella travesía mientras el chaval se metió a bañar y mi pareja se quedo recostado charlando conmigo del suceso y de cómo la había pasado, hablamos de lo excitante que fue y de la novedad, al tiempo que el chaval termino de bañarse y mientras se vestía mi pareja tomo su turno en la regadera.

Nuestro invitado se vistió rapidísimo y en un papel escribió su nombre y numero de teléfono y con un gesto de complicidad me lo entrego en silencio y sin decir nada guarde de inmediato en mi bolsa de mano, se sentó en la cama  hasta que ya reunidos los tres se despidió y se fue, nosotros nos alistamos y salimos con rumbo a nuestras casas, en silencio como si la experiencia nos hubiera quitado el habla.

Las cosas siguieron su curso entre mi pareja y yo, a veces solos y otras con chicas, una o dos pero no mas hombres solo mujeres, no supe porque y nunca le pregunte, entre tanto muy en secreto hable con el chaval y decidimos vernos de cuando en cuando en la intimidad de su departamento o en algún motel si fuera el caso y en principio en pareja pero después el mismo integro amigas y luego amigos, cuando me di cuenta compartía los espacios con dos, tres o cuatro hombres a la vez en una misma habitación o con parejas haciendo intercambios o sexo lesbico con sus mujeres en las reuniones que desde luego nunca se entero mi pareja.

Después de un tiempo mi pareja y yo fuimos tomando distancia y creo que ambos nos perdimos interés, habíamos encontrado otos rumbos y decidimos terminar y seguir como amigos y cómplices de aventuras sin tabúes y sin romances viéndonos de cuando en cuando en algún lugar privado para recordar viejos tiempos.