A mi tía Isabel le gusta jugar sucio conmigo 4
Final de una aventura con mi tía Isabel
Hola a todos. Nuevamente vengo a compartir una nueva historia sobre mi tía Isabel. Aunque el titulo pareciera que fuera continuación, en parte lo es y en parte no. Lo es porque esta aventura a seguido y en parte no porque ya es un relato muy aparte de lo que conté en los tres primeros. Este relato viene siendo más bien un buen rato que tuve con mi tía y nada más. En fin. Espero que les guste tanto como a mí.
Esto que a continuación les platicare pasó este 10 de mayo “día de la madre”. La verdad no tenía ni idea de lo que pasaría y mucho menos lo tenía planeado, pero las ganas me estaban matando por volver a cogerme a mi tía, las tenía muy por encima. Y más por como se vistió para ese día.
Mi tío Francisco y mi tía quisieron organizarle una comida cena a mis demás tías y a las abuelas. Al no estar mi papá en casa, mi mamá se ofreció a ayudar a mi tía, y yo no podía faltar. Mi tía se dio el día y a mi mamá se lo dieron. Yo al salir de la escuela no fui para mi casa sino a la casa de mi tía. Al llegar abrió mi mamá.
- Que bueno que llegas para que ayudes con las sillas y juntar unas mesas
Entré, dejé mi mochila en la sala y saludé a esa maravillosa mujer. Estaba en la cocina lavando unas latas de atún. Tenía puesto un pantalón de algodón color vino muy ajustado y una blusa azul marino. Me acerqué a ella y recargue mi mano derecha sobre el lado derecho de su cintura y le di un beso en la mejilla izquierda.
- Hola, tía.
- Ay! Espantas! Hola. ¿Y tu mamá?
- Venía atrás de mi.
Fui al comedor y me asome al patio. Estaba hablando por teléfono. Regresé con mi tía y me pare detrás de ella y metí mis manos entré sus brazos y le agarré esas ricas tetas.
- Oye!! No, no, no. Tu mamá!!!
- Está hablando por teléfono, la calmé besando su cuello.
- Jorge, ya, va a venir. Para.
- No, no viene, tranquila tía.
Mis manos frotaban esos pechos firmes.
- Estás bien buena
- Jaja Mentiroso.
- Jaja en serio tía. Si mi mamá no estuviera, te cogería ahorita mismo.
Bajé las manos a su cintura y desabroché su botón.
- No, no, no, eso si que no. Jorge ya.
No le hice caso y seguí hasta meter mi mano derecha a su sabrosa raja.
- Si te gusta, no te quejes.
- Saca la mano, en serio. Ahí viene, ya!!
- No es cierto, escucho que aún habla.
Bajé la mano hasta meter mi dedo medio entre sus pliegues. Llegué a su clítoris y se lo comencé a frotar.
- …Jorge
- ¿Qué tía?
Cerraba sus piernas. Su delicado punto se endureció en seguida. Pegué mi verga para que sintiera lo erecta que se me estaba poniendo.
- …ya, …para, me pedía con los ojos cerrados delatándose ella misma porqué lo disfrutaba.
Saqué mi mano y chupé mi dedo.
- Mmm estás ácida, que rico.
Saqué la mano y le di una nalgada en su glúteo derecho. Este trasero levantado sedujo mis ojos que me incitó a saludarlo. Me agaché, agarré bien sus nalgas y metí mi cara en esa delicia de culo. Le olfateé su hermoso trasero. Olía tan rico que no quería apartarme.
- Ya Jorge, levántate, ya viene!!
Enterré con fuerza la cara hasta levantárselo y dando un fuerte respiro.
- Jajaja ya!!
Me levanté.
- Hueles riquísimo, tía. Tienes un hermoso culo.
- Ya, avisaba mamá a unos pasos de entrar a la cocina.
Mi tía y yo nos quedamos sin aliento. Abrí el refrigerador buscando algo que no sabía que.
- Me habló tu papá para felicitarme y que mañana llega.
- ¿…siempre no vendrá?
- No, no viene. ¿Qué buscas?
- Este…algo de tomar.
- Adentro de la alacena hay, pero al tiempo.
Tomé refresco y empecé a trabajar. Moví sillas acomodé mesas, puse manteles, saqué el maletín de cubiertos. En fin, todo un show. Luego comimos en la cocina. Afortunadamente mi tía tiene una barra cuadrada en medio de su cocina por lo que no hubo problema. Las llamadas no faltaron para felicitar a mi tía y de paso a mi mamá. Eran las 5 pm y aún no estábamos listo mi mamá y yo.
- Isabel, vamos a la casa a arreglarnos venimos en una hora y media para seguir ayudar.
- Claro, claro, se me ponen guapos.
- Jaja obvio!!
Llegué a casa con mamá y me metí a bañar. Me puse una camisa sport ajustada color azul claro, un pantalón de algodón azul marino y unos mocasines cafés. Era un día especial y tenía que lucir no elegante pero tampoco fachoso.
- Ya vámonos!! Son las siete!!!, me apuraba mi mamá.
Subimos al carro y nos fuimos con mi tía. Al llegar nos abrió mi tío Francisco.
- Llegan a tiempo, llegan a tiempo. Muchas felicidades mamá!!, la felicitaba.
Lo sudamos y entramos. Unas tías ya habían llegado y unos tíos. Todos tomando una copa de vino. Salude y felicite a las mamás. Caminé hacia mi tía Isabel, y la salude nuevamente. Extendió sus brazos para recibirme y al mismo tiempo reclamándome en voz baja.
- Hola, a mi no me felicitaste cuando nos vimos, dijo abrazándome con la copa en su mano derecha.
- Muchas felicidades, tía. Cómo te voy a felicitar si lo primero que vi fue tu rico culo, le dije en voz baja.
- Gracias, Jorge!!, dijo en voz alta para que nadie sospechara algo. O al menos en lo que le dije. Ambos nos miramos a los ojos y siguió su camino. Yo seguí saludando.
Minutos después, llegaron mis primos, primas, y amigos de mi tío Francisco con sus esposas. No esperábamos más gente, así que tuvimos que juntar otra mesa.
- Necesitamos otro mantel que convine con el que está en la otra mesa, dijo mi tío.
- Si quieres reviso y bajó unos, le dijo mi tía Isabel.
- Si, revisa.
- ¿me acompañas?, me preguntó muy directa y segura.
Nos miramos por dos segundos.
- …para que me ayudes a bajar.
- Vamos, le contesté.
Subimos. Me tomó de la mano para guiarme. Simplemente la seguí. No aparté para nada la mirada de ese lindo culo parado. Lo movía tan rico. Su vestimenta hacía que resaltara y al igual que sus cuervas. Su cuerpo me seducía por completo. Mi miembro empezó a reaccionar. Entramos al cuarto y se dio la vuelta en seguida. De la nada empezó a desabrochar mi cinturón.
- Necesito hacer esto, me decía.
- ¿ahorita?
- Si, ahorita. ¿tienes algún problema con eso?
- …no…para nada.
Desabrochó mi cinturón y bajó el cierre. Metió la mano a mi bóxer y me agarró la verga. La sacó y bajó la mirada.
- Mmmm!! mira lo que hay aquí, dijo riendo.
Me la frotaba con delicadeza. Se agachó y la olió desde la punta hasta la base. La levantó y recorrió toda la lengua desde mis huevos hasta mi glande. Su mirada se centraba en mi rostro mientras me la lamía. Sonrió y se la metió de un bocado. Sabía hacer su trabajo. Me la chupó de maravilla. La succionaba y se la metía toda.
- No podemos tardar, tía.
- Espérate, déjame hacer lo que me gusta.
- Ya, tía, Aaahhh!!! Ya hay…que volver
Me comía tan rico la verga pero temía a que alguien subiera. Ahora yo el que le pensaba a las cosas.
- Vamos, tía!!
La verdad no quería que se detuviera pero no quería que lo nuestro se fiera a la mierda. Se la sacó.
- Bueno, bueno, bueno, ya!!
Se levantó, sacó el mantel del closet algo disgustada y al pasar junto a mí, me insultó.
- …maricón.
Me quedé helado. No pensé que me fuera a decir eso. salió azotando la puerta dejándome adentro. Sinceramente no creí que esa fuera su reacción. Bajé con los demás y la busqué. Estaba con mi tío Francisco poniendo el mantel. Me serví una copa de vino y mientras me la tomé la miré. Ella también hiso lo mismo. Cuando bajó su copa, su rostro de prepotencia y engreída e hipócrita, salió a la luz tomándole la mano a mi tío como si yo ya no le importara. Simplemente me reí ante su estúpida actitud la cual no me impresionaba en nada. Mientras ella seguía de pendeja, yo decidí relajarme un poco y platicar con mis primos.
Medía hora después, cenamos. Su mal humor aún seguía presente. Tenía unas ganas de darle unas buenas cachetadas por el insulto que recibí, cuando lo que estaba haciendo era evitar que nos descubrieran. Algo tenía que hacer para dejarle en claro que aunque fuera mas grande que yo, no dejaré que me trate como se le antoje. Terminé y me senté en la sala. Pasaron unos minutos y se levantó. Recogió algunos platos y caminó a la cocina. Salió al pasillo dirigiéndose al medio baño pero estaba ocupado. Salió al patio y supuse que iba al baño del cuarto de huéspedes. Era momento para tomar cartas en el asunto. Salí por la puerta de la sala que da al patio y fui tras ella. Nadie me hizo caso. Todos estaban en su platica. Atravesé el patio y entré a la recámara. La puerta estaba emparejada. Caminé sin hacer ruido y al llegar a la puerta me asome por la rendija que se formó donde van las bisagras. Estaba meando. Se limpió y se levantó. Se miró al espejo. Era mi oportunidad y la tomé. Entré al baño y la abracé.
- Oye!!! ¿Qué haces aquí? Suéltame!!!
- Hola tía, la saludé abrazando sus brazos para que quedara inmóvil.
Se movía de un lado a otro tratando de zafarse pero no podía.
- Jorge, suéltame!!!, me exigió
- Me la debes, tía. No lo haré
- ¿Qué?, ¿Qué te debo?
- Por tu insulto.
- ¿Cuál insulto? ¿de que hablas?
- No te hagas pendeja, tía, que no te queda.
Junté sus brazos hacia atrás como si la fuera a esposar. Sostuve sus manos juntas con la mano izquierda y con la derecha desabroché el botón de su pantalón y se lo bajé con fuerza.
- Nooo!!! Oye!!! Para!!
- Mira que rico culo.
Le di un fuerte azote en su glúteo derecho.
- Aaaaa!!!! No!!!
- Cállate!!
Bajé su calzón.
- Enserio, Jorge!!! Detente!! Me voy a enojar!!!
- Pensé ya estabas enojada.
Me chupé el índice y el dedo medió y lubriqué su ano.
- No, no, no ahí no!!
- ¿Por qué no?, ¿No cagaste bien?
- Por favor, Jorge!!, me pedía queriendo separar sus brazos pero la tenía bien agarrada.
Chupé mis dedos, probando ese culo y los regresé empujando lentamente y con fuerza para metérselos. Su rico ano se fue abriendo conforme le fui enterrando los dedos.
- Ay!!! Noo!!! Ya!!! Me duele, me duele!! No los metas!!
- Tranquila, tranquila, la calmaba susurrando en su oreja izquierda.
Apretaba el culo evitando que siguiera pero eso no fue suficiente. Los retiré, dejé escurrir un poco de saliva sobre su entradita y se los volví a meter con fuerza hasta conseguir que le entraran.
- Aaaahhh!!! Puta madre!!! Nooo!!!
- Shhhh. Yo se que te gusta, tía.
Le empecé a rascar por dentro. Giré mis dedos de derecha a izquierda para estrechar su orificio. Miré al espejo y tenía sus ojos cerrados, arrugando su lindo rostro. Mis dedos habían entrado bien. Le acariciaba suavemente por dentro. De tranquilizó un poco. A pesar de que había iniciado bruscamente, se relajó y lo empezó a disfrutar.
- ¿sientes rico?
- …¿eh?
Estaba sumergida en las caricias de mis dedos. Sacudí mis dedos haciendo temblar esa encantadora colita. Sus respiración era entrecortada. Retiré mis dedos y me desabroché el pantalón. Me lo bajé y me saqué la verga. Me escupí la mano y lubriqué mi glande.
- ¿Qué haces?, me preguntó mirándome por el espejo.
- Espera.
Me pare detrás de ella y unte mi punta sobre su hoyo y su vagina.
- No, espera, no lo metas.
- ¿Por qué no, tía?
- No, no me siento cómoda ahorita.
- Sólo relájate, le pedí colocando mi punta lista para empujarla y penetrarla.
- Espera, espera, Aaaahhh!!!, gimió al metérsela.
- Que rico te entró tía. ¿no sientes rico?
- Sácala, sácala, me pedía arrugando su rostro.
- ¿Por qué insistes tanto?
- Por favor, no sigas.
La retiré un poco y se la empujé hasta que mis testículos chocaran con sus nalgas.
- Aaaahhhhh!!!!!, se quejó levantándose un poco de puntillas.
- Dios, tía, que rico!!!
Su rostro reflejaba un poco de incomodidad y molestias pero no me importó. Seguí penetrándola.
- ¿Qué pasa tía?, ¿no te gusta como te empujo la mierda?
- …Jorge
- Dime.
Me la cogí despacito y a la vez fuerte y duro. Solté sus manos y la abracé como al principio. Le metía la verga hasta el fondo.
- Ya, por favor!! Sácala!! Puta madre!! Me lastimas!!
La verdad no quería que se enojara del todo, sólo quería mostrarle que conmigo no va a poder. La solté y se la saqué. Agarré la toalla para las manos y me limpié. Se subió el calzón y el pantalón. Sin decirle nada, salí, y me reuní con los demás. Dos minutos después llegó al comedor. No se veía contenta pero al menos no se pasará de lista para la otra.
Las charlas continuaron y ella no dejaba de mirarme. Mi tío platicaba y ella descaradamente me miraba directamente en su propia cara. Mordía sus labios como si se estuviera saboreando algo. Subió sus cejas. Tomé el celular y le escribí:
- Me arrepiento de no dejarte chupar mi verga. Ver esa boquita haces que se me pare.
- Pues lo siento tanto. Te quedarás con las ganas por pendejo. Disfrutaré de la verga de tu tío con muchas ganas hasta que se venga en mi rica boca.
Leer esas palabras me enfurecieron tanto que no tuve de otra mas que aguantarme el enojo. No sabía que contestarle. Sólo la miré seriamente. La maldita tomó un sorbo de vino y recargó su cabeza sobre el hombro izquierdo de mi tío y abrazándolo del brazo. Maldita hipócrita. Me levanté y caminé a la sala con mi prima Carolina. Antes de llegar a los sofás, la abracé por detrás envolviendo su cuello con mis brazos y mi mentón recargado sobre su hombro izquierdo.
- Primita, ¿con quien chismoseas?
- Jaja con nadie, sólo me informo de lo que publican en face.
La solté y me senté en el sillón individual. Justo al sentarme vibró mi celular. Chequé y era un mensaje de mi tía
- ¿apoco crees que me vas a causar celos con Carito?, por favor!!! Es totalmente indefensa y noble.
Y tenía razón. Caro es una chica tranquila pero también extrovertida aunque no tanto. No es fea y tiene un lindo cuerpo que llama la atención, pero no me seduce tanto como el de mi tía. Miré a mi prima y me sonrió. Le regresé la sonrisa y seguí en el mensaje de mi tía.
- Tienes razón, es tranquila, por lo que necesita a alguien que le enseñé muchas cosas.
Le mandé el mensaje y la volteé a ver para ver su reacción. Revisó su celular. Se mordió los labios y volteó hacia mi muy seriamente. Le sonreí descaradamente.
- Ni se te ocurra meterte con ella. Ella no sabe de estas cosas.
- Tiene 16, estoy seguro que sólo necesita con quien hacerlas.
- ¡¡Jorge!! Hablo en serio!!.
Había una de dos, o era verdad que algo podría salir mal el que yo intentara algo con mi prima, o sus celos comenzaban a salir a flote. Era arriesgado y aunque no soy un Don Juan, se ideármelas. Bloquee el celular y le dije a mi prima:
- ¿Vamos que hay a fuera?
- Mm ajá…
Nos levantamos y salimos por la puerta del comedor que da al patio. Empujé ligeramente a mi prima apoyando mi mano izquierda sobre su cintura. Volteé a ver a mi tía, y sin duda no dejaba de mirarnos. Salimos. El patio de mis tíos era algo grande y para la suerte de mi primo tenía su casa en el árbol.
- ¿alguna vez haz subido?, le pregunté señalando la casa del árbol
- …no. Bueno una vez intenté pero me torcí el pie al subir y decidí ya no volver a hacerlo jaja
- Inténtalo por segunda vez, yo nunca me he subido.
- Jaja no se…aparte soy muy miedosa para las alturas.
- No te preocupes, yo te atrapo.
- Jaja …bueno. Si me caigo te la cobro, ¿eh?
- Jaja tu tranquila.
Subió su pie derecho y empezó a subir. La ayudé tomándola de la cintura. Sin duda tenía sus curvas estaban tomando forma, aparte de que es delgada y vegetariana. Subimos.
- Llegamos, dije como pequeño festejo.
- Jaja si, llegamos!! Yeii!!! Debo sentirme orgullosa jaja
- Jaja ¿tan mal te va?
- Jaja pues…creo que si, dijo algo apenada y soltando un suspiro.
No quería que se sintiera así que cambié el tema.
- ¿Ya viste la luna?
Ya era noche, eran las 9:30. Afortunadamente el clima estaba favoreciendo, ya que el cielo estaba despejado.
- Ala está hermosa!!
Sacó su celular y le tomó una foto. Miré su rostro. Su inocencia se notaba o al menos yo la veo así, cuando en realidad las chicas de hoy ya son otro nivel, estaba arrepintiéndome de usarla.
- ¿Qué me ves?
- No nada.
- Jaja ah. Mmm… ¿nos tomamos una foto?
- …claro.
- Ven, párate atrás de mi, que se vea la luna, ¿no?
- Si.
Esa era mi oportunidad. Rodeé su abdomen con mis brazos y apoyé la mandíbula sobre su hombro derecho. No le di mucha importancia a ese momento y no debía porque era una simple foto y no otra cosa, aunque pareciéramos novios.
- ¿tienes novio?
- No.
- ¿no? Vaya!! Yo creí.
- Jaja pues creíste mal. Si tuve pero…no me fue bien.
Giró su cuerpo de modo que quedáramos frente a frente
- ¿Por qué?
- Andaba con otra, dijo mirando al suelo y rascando la pantalla del celular.
- Mmm ya!!! Mira
- Mira, olvídate de él ¿si?. Ya…encontrarás suerte en otra parte, con alguien más pues.
- Si. Jaja.
- Así. Pero ya no estés triste.
La jalé hacia mí y la abracé.
- Si…tu y yo no fuéramos primos, y si nos gustáramos, creme que no te haría lo que él te hizo.
- Jaja,
Sólo rió.
- Pues…si…estaría padre, dijo nerviosa.
- ¿Por qué?
Se apartó de mi jugando con mis manos. Entrelazando sus dedos con los míos.
- …es que…tu a mi me gustabas antes. Digo…se que somos primos pero pues no sabía que hacer hasta que él llegó.
Dios, en verdad que no estaba preparado para eso. Me dejó estupefacto.
- Órale, esa si no me la esperaba.
- Jajaja ay ya!!!
- Pues…déjame decirte que…no se si me gustabas pero…te soñé y me gustó mucho jaja
- ¿en serio?,
- Así es, contesté columpiándome del nervio
- ¿y…que soñaste?
- Jaja no creo que sea buena idea.
- Vamos, dime!!, suplicaba.
- Pues…soñé…que lo hacíamos.
- Jaja ¿si?
- Exacto jaja
- No pues, yo creo que por eso te gustó, ¿no?, jaja
- No, la verdad fue porque fue contigo.
Fui directo y al grano. Valía una mierda que pensara o que me dijera, si se enojaba o no. El punto era, que si ambos estábamos de acuerdo, ¿Por qué no intentar algo?.
- Jaja ah. ¿entonces…si te gusto, bueno te gustaba?
- Me sigues gustando, por eso te traje aquí.
No se como improvisé tan rápido pero se lo agradezco a mi imaginación. Nos mirábamos sonriendo.
- Caro!!!!, la voz de mi tía Isabel arruinó todo.
Volteamos hacia abajo y estaba con un cigarro.
- Te habla tu mamá.
- Gracias, tía. Hay que bajar, me dijo.
- Si
La ayudé a bajar y luego miré a mi tía. Fumaba su cigarro. Estaba que ardía, lo podía notar. Caro bajo y caminó a la puerta. Bajé. La miré a los ojos unos segundos y caminé rosando su brazo izquierdo con el mío.
- Espérate, me ordenó.
Me detuve y giré hacia ella.
- ¿Qué?
Tiró un poco de cenizas, las apagó con el pie y al levantar la mirada me dio una cachetada. La verdad que no me esperaba nada de eso. Me sorprendió que lo hiciera. Sin duda se había pasado de la línea. Se acercó a mi y me susurró:
- Que te quede claro que yo no soy una pendeja. Así que vete olvidando de tu prima. Porque aquí entre nos, sabemos que es lo que más te conviene.
Se apartó y entró a la casa. No supe que hacer. Por un momento me saqué de onda, pero por otro lado no podía quedarme con los brazos cruzados. Entré. Caro y mis tíos se estaban despidiendo de mi mamá. Mi prima se acercó a mi para despedirse.
- Ya me voy, este…¿platicamos por whats?
Miré a mi tía y vi que me retaba con la mirada mientras se despedía de mi tío, papá de Caro.
- …si, este…
Volteó a dónde yo miraba y mi tía inmediatamente apartó la mirada de nosotros.
- ¿Qué ves?
- No nada. Si claro, por whats.
- Si, sólo que no tengo tu número.
- Es…22-…-…-…-…
Mientras lo anotaba vi que mi tía seguía despidiéndose.
- Bueno, pues hablamos luego. Adiós, te…quiero, dijo dándome un beso en la mejilla derecha.
Me despedí de mis tíos y fui con mi mamá.
- ¿ya igual nos vamos?, le pregunté.
- No, mira, tu tío dice que nos quedemos ya que está lejos la casa y pues ya es noche. Aparte no todos se han ido.
- Ah bien, no pues…si tu quieres.
- Si, dormiremos en el cuarto de huéspedes. Bueno tú en el de afuera y yo en el de aquí o al revés.
- Ajá si. Como sea. Iré a ver la tele.
- Bien.
Fui al cuarto de huéspedes que estaba arriba a ver la tele. Me recosté pensando en que hacer con Caro y con mi tía. Aunque con mi prima no había nada seguro aún, ella esperaba algo. Pero mi tía era otro caso más complicado. Ella ya no se iba con juegos. Aunque la bofetada que me dio me ardió, la tomé como venganza por lo que le hice en el baño. Pasaron 15 minutos. De repente se escuchaban unos tacones subiendo las escaleras, luego acercándose a la recámara.
- ¿Qué ves?, preguntó mi tía recargándose en el marco de la puerta con una copa de vino.
- ¿Qué quieres?
- Tu sabes que quiero.
Se acercó lentamente. Dejó la copa en el buró y me montó.
- Espera,
- Creo que me la debes. Por lo que me hiciste y por lo de tu prima, así que mejor déjate.
- ¿Qué vas a hacer?
Me besó, bajó a mi cuello, siguió a mi pecho. Desabrochó mi pantalón y bajó el cierre. Agarró la copa y se empino todo. Bajó mi bóxer y resbaló toda la lengua desde mis testículos hasta mi glande.
- Mmmm que rica vergota.
No tenía de otra. Dejé que continuara. Abrió la boca y se la metió. Succionó. Lengüeteaba mi punta. La sensación y las caricias de su lengua eran tan placenteras que apoyé mis manos sobre su cabeza para metérsela toda.
- Mmmmm, hizo como si disfrutara.
Le metí todo hasta que su nariz tocara mi pelvis. Abrió más la boca. Se la sacó y se la volvió a meter succionando al mismo tiempo. Lo siguió haciendo cinco veces. La agarró con su mano derecha y me la empezó a jalar. Jugó con mi punta con su lengua. Sonrió mirándome mientras lo hacía.
- ¿prefieres cambiar esto por la niña mimada?
- Aaahhh!!! ¿eh?
- ¿crees que Caro sepa hacerte esto y más?, preguntó metiéndosela y succionando.
- Aaahhh!!! Que rico!!!
- ¿te gusta como te la mamo?, ¿eh? ¿Caro que sabe de estas cosas?. Es una niña mimada, consentida. Tu ya eres un adulto. Tu ya necesitas un culo y unas tetas. Por eso no me has dejado. ¿o me equivoco?
- Noo!!! Aaaahhh!!!
- ¿no que?
- No te dejo.
- Eso quería escuchar, mi amor.
Escupió mi verga dejando escurrir su saliva por todo mi miembro. La recogió con su lengua y siguió chupando.
- Aaaahhh!!! Que rico la chupas!!! Sigue!!! Sigue!!!
- Claro que si mi amor.
Dio mío, que delicia de mamada me estaba dando. Estaba a punto de estallar.
- Tía, yaa!!! Ya casi…me vengo!!
- No, no, noo!! Espérate, necesito eso en mi colita, bebé, dijo sacándosela
- ¿Qué?, no!! Vamos tía!! Deja que termine.
Limpió mi verga formando un anillo alrededor de mi pito y lo recorrió hacia arriba para recoger su salivita. Se chupó los dedos y se bajó de la cama dejando mi verga bien parada.
- Al rato continuamos, y más te vale que tengas mucha hambre.
Agarró la copa y caminó a la puerta moviendo su hermoso culo parado. No fue mucho lo que pasó. Vi la tele unos 20 minutos más y bajé. Eran las 11:00. Unos tíos y tías ya se habían ido. Mis abuelos igual. Mamá estaba recogiendo con mi tía. Terminaron.
- Bueno pues…entonces, ¿Quién duerme allá afuera?, preguntó mi tía.
- Yo, contesté.
- De acuerdo. Las sábanas están limpias, el asunto es la ropa. Tal vez la ropa de tu tío te sirva. Acompáñenme.
Subimos a su cuarto. Me dio un pans de mi tío y una playera. A mi mamá le dio un camisón.
- Bueno pues ya es tarde, ya hay que dormir, dijo mamá.
- Si, ya, hasta mañana abrazó a mi mamá.
- Descansa.
- Hasta mañana tía, me despedí.
Mamá salió del cuarto.
- Hasta mañana. No pongas seguro, me susurró.
Solo sonreí. Acompañé a mi mamá a su cuarto. Justo cuando entrabamos mi tío subía y aprovechó para despedirse.
- Hasta mañana, que descansen.
- Gracias tío, hasta mañana.
Entramos. Mamá se cambió en el baño mientras le arreglaba la cama. Salió. Se acostó y me despedí. Salí del cuarto. Me acerqué a la recámara de mis tíos. Aunque mi tía y yo ya nos habíamos “reconciliado” de cierta manera, necesitaba cobrarle la cachetada que me dio.
- Me voy a dar un baño, le decía mi tío a mi tía.
Esperé un momento a que entrara al baño. Escuché la puerta. Me esperé un momento hasta escuchar la regadera. La abrió. El agua se escuchaba. Abrí lentamente. La luz estaba encendida. Mi tía estaba acostada con un camisón morado de seda y leyendo una revista. Di un respiró y solté la ropa con que dormiría y caminé rápido hacia ella. Volteó rápido hacia mí con los ojos muy abiertos de lo sorprendida que estaba de verme ahí. Me subí a la cama sobre ella y le tapé la boca. Sus brazos me empujaban pero mi peso le ganaba.
- Sshh, Sshh, Sshh, tranquila, la calmaba en voz baja.
Destape su boca poco a poco.
- ¿Qué estás haciendo?, preguntó en voz baja y alterada.
- ¿Qué tía? ¿no te gusta la emoción y la adrenalina?
- ¿Qué?
- ¿apoco creíste que me iba a conformar nada más con una chupada?
- Por favor, vete, puede salir, Jorge, me suplicaba muy nerviosa.
- Tranquila, tranquila, tardará, le dije desabrochándome el pantalón
- No, no, no, aquí no, me decía espantada en voz baja, y viendo a la puerta.
Me bajé el pantalón y el bóxer y separé bien sus piernas. Cerraba sus piernas pero era imposible que lograra ganarme. Me empujaba. Doblé su calzón con la mano derecha mientras que con la otra agarré sus brazos. Abrí bien las pierna y me acerqué para penetrarla.
- Aaahhh!!! Que rico, tía!!!
- No, no, por favor!! Aaahhh!!, dio un ligero gemido sin que escuchara mi tío.
- Eso, tía!!! Te gusta, ¿verdad?
Seguí penetrándola. Aumente el ritmo.
- Sii!!! Aaaahhh!!!! Tía!!! Me encanta tu concha!! La tienes bien rica!!
- …Jorge!!!...para, Aaaahhh!!!!, gimió fuerte.
Ambos nos quedamos quietos.
- ¿Qué pasa?, preguntó mi tío.
- …nada, nada.
Continué cogiéndomela. Era imposible detenerme.
- ¿te gusta? Aaahhh!! ¿te gusta mi verga?
- …sii!!! Sigue!! Sigue!! Cógeme!!, me pidió en voz baja.
Abrazó mi cintura con sus piernas.
- Aaaahhh!!, gimió despacio.
- Eso, hermosa!! Sigue!! Disfrútalo!!
- Sii!!! Que rico!!!
Se mordía su labio inferior y arrugaba su linda cara de lo bien que le gustaba. El agua seguía cayendo. Bajé mi cara a su cuello y lo chupé. Probé esa fina y blanca piel. Con mis manos apreté esos ricos melones. Los solté y resbalé los tirantes de su camisón por encima de sus hombros hasta destapar esas ricas tetas. Estaban puntiagudas.
- Mira que ricotas, dije.
Se las apreté haciendo que sus puntas resaltaran y se las lengüeteé. Se las chupé.
- Ssii!! Que rico!! Chúpamelas!!
Sus manos me acariciaban el rostro. Su cara reflejaba como lo disfrutaba. Se la saqué y se la empujé con fuerza.
- Si mi amor!! Cógeme!! Házmelo!!!
- Claro que si tía, hasta venirme!!
- No, no lo hagas, recuerda que por ahí no quiero.
- Aaaahhh!!! ¿Por qué no, tía?
- Sólo… Aaaahhh!! No lo hagas.
Disminuí la velocidad y lo hice lento. Aun así sentía muy rico.
- Ya mi vida, para
- Ahorita, tía. Espera Aaahhh!!! Se siente tan rico
- Lo se…pero…ya…saldrá.
Se la saqué toda húmeda. Me la guardé y le di una ultima chupada a esas chichis. Se las pellizque.
- Al rato nos vemos.
- Si, corazón.
Nos besamos mientras me abroché el pantalón. Me bajé de la cama y salí. Agarré la ropa, bajé y fui a la recámara de enfrente. Tenía la verga bien parada y con ganas de explotar una gran cantidad de leche. Entré, me quité la camisa, el pantalón y me puse solamente el pans. La blusa me quedaba horriblemente aguada. Aunque no estoy todo trabado ir al gimnasio me había puesto en forma, al menos tener un porte deportivo y los músculos un poco marcados. No tenía un lavadero como quisiera pero se me notaba ligeramente el abdomen. Me lavé los dientes con un cepillo nuevo que había en el botiquín, arreglé mi cama y me acosté. Vi la tele un rato. Fue un día del que no me puedo quejar pero aún no terminaba, pensaba yo. Me estaba dando sueño. De la nada me ganó. Me di cuenta hasta que de repente mis ojos se abrieron en medio de la obscuridad y sintiendo un peso que me sofocaba. No veía nada.
- Tranquilo, soy yo, dijo mi tía besando mi abdomen.
Me bajó el pans y el bóxer.
- Mmm huele a vagina.
La agarró y empezó a jalármela. Usó mi punta como chupón y empezó a succionar logrando que se me levantara en seguida. Encendí la lámpara. Chupaba con toda tranquilidad mi miembro. Dejaba escurrir su saliva para lubricar mi verga. Mostraba su descarada sonrisa de lo puta que era mientras hacía trabajar esa boquita. Mi pene se me doblaba de lo duró que se me estaba poniendo. Tomó esa forma de plátano tomando curva hacia mí. Se metió mi testículo izquierdo y lo chupó. Luego resbaló toda su lengua por mi tronco hasta la punta. La lengüeteó muy sabroso.
- Eso, tía, sigue mamando, lo haces bien rico.
- ¿si?
- Si, Aaahhh!!!
Subí la pelvis penetrándole toda la boca.
- Trágatela, trágatela, Aaahhh!!
- Mmmm!!!, disfrutaba cerrando sus ojos.
Subió sobre mi y se puso de pie. Me senté recargando mi espalda sobre la cabecera y se acercó caminando lentamente hacia mi subiéndose el camisón.
- Ven, te toca comer ahora, dijo acercando su rica concha a mi cara.
- Ven acá, culona.
Acaricié sus muslos y su vagina pro encima de su braga. Miré hacia arriba y sólo mostraba su risa coqueta y encantadora que tiene. Doble su calzón descubriendo sus pliegues e incliné mi cabeza hacia adelante lentamente sin apartar la mirada de su rostro. Quería que me viera como se la comía. Se subió bien el camisón para verme. Abrí la boca y le di un bocado a esos húmedos pliegues. Se mordió el lado izquierdo de su labio inferior. Saqué la lengua y la metí entre sus pliegues subiendo a su delicado clítoris. Cerró sus ojos. Le di ligeros golpecitos a ese punto. Apoyó su mano izquierda sobre la pared y su otra mano la apoyó en mi cabeza.
- …no pares
- Claro que no, tía….como…crees.
Comerme esa concha ácida era de lo más rico. Aunque ya le había metida mi verga tenía buen sabor. De repente le lengüeteé con ganas.
- Aaahhh!!! Siii!!! Que rico!!!, gimió y me apretó el pelo y columpiando su pelvis.
Metí la mano entre sus piernas y la pasé a su culo para tocárselo. Chupé mi dedo medio y se lo metí en el ano.
- Mmmm!!! Si, mételo
Y lo hice. La lubricación de mi saliva y de su colita facilitaron la entrada de mi largo dedo. Apretaba y aflojaba el hoyo. Que ricura en verdad. Mi verga pulsaba de lo excitadísimo que estaba. Sólo estaba esperando que me montara.
- Estás bien ricota, tía
- ¿te gusto?
- Me encantas. Tu culo y tu concha hacen que se me ponga bien dura.
- …si, a mi también…me gusta que se te pare
- ¿te gustó…lo que te hice en el baño?
- Aaahhh!!! …si, aunque me dolió…un poco
- Lo se, ya no lo haré tan brusco.
- No si…me gusta que seas así.
Le rasqué por dentro. Acaricié sus paredes anales con la yema de mi dedo.
- ¿te gusta?
- Si, siento rico.
Sin pedírselo y mucho menos sin mencionárselo, sacudí el dedo para mover ese hermoso culote.
- Mmm!!! Aaahhh!! Que rico!!
- ¿si?, ¿te gusta que te sacuda la mierda?
- No digas eso
- ¿Por qué?
- Me molesta.
- No me importa, hasta con mierda te metería toda la verga.
- No!! Que asco!! Cállate!!
Retiré el dedo y lo probé.
- Te sabe bien rico
- Dios, ¿lo chipaste?
- Si, tía, tenía que hacerlo.
Bajó sus dedos de la mano derecha a su pelvis y siguió hasta tocarse el clítoris. Empezó a acariciarse. Mientras lo hacia, me encargue de seguir chupando.
Eché hacia atrás la cabeza y la giré de modo que su rico trasero quedara justo frente a mi a mi cara. Le masajeé sus glúteos. Abrí y cerré ese culo disfrutando de esa deliciosa vista. Separé bien sus nalgas y le di una lenta y gran lamida a ese orificio. Apretó el ano. Abrí la boca y se lo tapé dándole unas ricas lengüeteadas. Puso su mano derecha en la parte de atrás de mi cabeza y presionó mi cara en su culote. Le gustaba a la maldita. Le gustaba que le comiera su rico culote. Apretaba y aflojaba su arrugada entradita. Lo tenía un poco abierto así que aproveché para enterrarle la lengua.
- Mmmm que rico, ¿Por qué te gusta hacer eso?
- Porque lo tienes ricote, tía, ¿Por qué va a ser?
Rió.
- Ven, siéntate, le ordené acostándome y esperando que su colita cayera sobre mi rostro.
Se peino apartándose el cabello de la cara y montó mi cara. Que cosa más rica tenía en la jeta. Su rico culote era todo mío. Y era la oportunidad de comérselo con ganas. Las plantas de sus pies estaban sobre el colchón y las rodillas flexionadas, por lo que tenía facilidad para levantarse y no sólo eso, sino también de brincar en mi cara. Y eso fui lo que le pedí.
- Sáltame
Levanto el culo dejándolo a unos cinco centímetros de mi rostro y lo bajó. Continuó haciéndolo agarrando el ritmo. Su rica entrada pegaba en mi nariz y en mis labios. Cada vez que bajaba respiraba su hermoso culote, al igual que le daba de lamidas. Mis manos las apoyé sobre sus muslos acompañando el ritmo de sus brincos. Estar bien sentadita hizo que su ano se estrechara bien por lo que aproveché para meterle la punta de mi lengua. La detuve y disfrute de ese agujero.
- Mmm si, reaccionó.
- ¿te gusta que te meta la lengua?
- Si, se siente rico. Métemela.
No es que no quisiera sólo que no lo tenía tan abierto. Así que chupé mi índice y dedo medio de mi mano derecha y se los metí hasta el fondo.
- Ay que rico!! , dijo.
- ¿si te gusta?
- …si.
Le entraron fabulosamente bien mis dedos. Los saqué y le metí la lengua.
- Si!! Métemela!! Que rico!!
- Si, tía, bien sabroso que te sabe.
Le mordí los glúteos y se los chupé. Le escupí el ano y le volví a penetrar el hoyo con los dedos. Sacudiéndolos al mismo tiempo. Se inclinó hacia adelante y tomó mi verga para comérsela de nuevo. Habíamos tomado la postura del 69. Al no alcanzar su rico trasero me centre en su clítoris y esos arrugados pliegues. Jugué ese punto dónde más la hace disfrutar de su existencia. Chupé mi pulgar derecho y lo inserte en la entrada de su culo. Su encantadora boca tragaba exquisitamente mi verga.
Sentía como mi punta rosaba su paladar y me adentraba a su garganta. Separé las piernas y subí la pelvis para metérsela. Mi verga chocaba con su lengua y atravesaba su campana. Su saliva escurría por mis testículos. Al mismo tiempo le lengüeteé su clítoris haciendo que se detuviera y se la sacara para disfrutar del placer que mi lengua le generaba.
- Más, más, más!!! Que rico!! Sii!! Sigue!! Chúpale, mi amor!!
- Claro que si, culona, le dije dándole una nalgada y lengüeteando más rápido
- Aaahhh!!! Dios!!! Siii!!! Que rico se siente!!
Me detuve y aventé su culo aún lado. Se arrodilló medio segundo y la jalé hacia mí. Me centro más en la cama y se sentó en mis muslos. Me besó. Aunque había chupado mi verga no quise pensar tanto en eso y mejor disfruté. Mientras sus labios se conectaban con los míos toqué ese lindo trasero. Pasé mi mano derecha a mi entrepierna agarrándome la verga y se la froté en la vagina.
- Siente lo dura que está
No me decía nada, pero sabía que le gustaba. Levantó un poco el culo y embarré mi punta sobre sus pliegues casi a punto de metérsela. Las ganas de volver a cogérmela me estaban desesperando. Quería penetrarla toda. Mientras mi mano derecha tomaba mi verga con la izquierda rodee su cintura y la bajé lentamente. Dios, mi punta estaba entrando en su concha bien húmeda.
- …eso...bájate.
Me abrazó y sentó exhalando lentamente.
- Que rico, tía. Sii!!!
Subió su culo y lo bajó penetrándose ella misma.
- Eso, así!!! Hazlo más!
Descanso su cabeza sobre mi hombro derecho y siguió saltándome aumentando más el ritmo. Dios, el placer era exquisito. Con mi mano derecha le jalé el cabello de modo que su rostro mirara el techo y lamí su cuello. Siguió brincando.
- Aaaahhh!!! Jorge!!!
- ¿Qué, mi amor?
No contestó y continuó saltándome la vergota. Sin sacárselo, la abracé y me di la vuelta de forma que ella quedara abajo. Se colgó de mi abrazando mi cintura con sus piernas y abrazándome fuertemente. La bajé acostándola. Separé sus lindas piernas y empecé a bombear esa concha como loco.
- Aaaahhh!!! Siii!!!!, gimió.
- ¿te gusta así?
- Siii!!! Sigue!!! Lo haces rico!!!
Se la saqué y me quité el pans desesperadamente para luego metérselo con más comodidad.
- Que rico tía.
- ¿te gusta cogerme?
- Si, me encanta meterte la vergota!!
- Si, métemela, dijo abrazándome y pegándome a ella.
Enterré mi rostro a su cuello. Y abracé su cintura pasando mi mano por abajo. Sus piernas colgaban a mis lados.
- Que rico!! Hazlo rápido, Jorge.
Me aparté un poco de ella y la obedecí. Le di con ganas.
- Aaahhh!!! Siii!!! Así!!! Más!!!
- Siii!!! Se siente rico!!!
- Siii!!! Vamos, mi amor!!! Cógete a tu tía!!
Seguí dándole de mi vergota. Mirar ese rostro arrugado de placer me excitó tanto. Apretó mis brazos, mis hombros. Sus ojos se entrecerraban y su boca se mantenía abierta.
- Dios, tía, estás bien ricota.
- ¿…si? Aaahhh!!!
- Si!!
Sentía que iba a explotar pero necesitaba aguantar. Inhalaba y exhalaba rápidamente. Contenía las ganas.
- Vamos!!! Haz que me venga!!!
- ¿eso quieres?
- Sii!!!
La tomé de la cintura para acomodarme mejor y tener el control. Le di rápido.
- Aaaahhh!!! Sii!!! Así!!! Más!!!
- ¿si, tía?
- Siii!!! Dios!!! Más!!! Siii!!! Siii!!! Así!!! Que rico!!!
- Me encanta como te ves!!!
- Dame más!!! Sigue!!! Más rápido!!!
Sus brazos se estiraron aún lado y apretaba la sábana formando un puño. Arrugaba hermosamente su cara.
- Si, si, si!!! Aaaaaaahhhhhhh!!!!!! Rayoooos!!!!!!!
Su vagina expulso un chisguete. Tuvo un orgasmo. Se estremeció. Retorció su lindo cuerpo y sus piernas me apretaban. Seguí dándole.
- Aaaahhhhh!!!!
Nuevamente expulsó otro chorrito que la hizo gemir como niña. Sus alaridos me enamoraban.
- Tranquila, tranquila!!!
Chupé mis dedos de mi mano derecha y se los metí sacudiendo esa concha con ganas.
- Aaaaaahhhhhh!!!!! Mierdaaaa!!!!!
Dios, soltó otro gran chorro. Parecían orines. Gruñía y temblaba. Se convulsionaba. La abracé.
- Dios!!...que…rico!!!, dijo con una voz entrecortada.
- ¿quieres más?, le pregunté untándole la verga en sus pliegues
- Siii!!! Hazlo de nuevo!!
- La cama está algo mojada.
- Si, yo las cambio, vamos!! Hazlo otra vez, me pedía cansada.
Se la metí lentamente. Cerró sus ojos y dejó caer su cabeza hacía atrás. La agarré de la cintura con las dos manos y empecé a penetrarla.
- Mmmmm!!! Siii!!!
Lo hacía lento. No quería terminar aún. Me relaje. Fui aumentando el ritmo.
- Más!!! Siii!!! Vamos!!!
Se la saqué un poco dejando la mitad de mi verga y le di con ganas.
- Aaahhh!!! Siii!!! Así!!!
Mi punta rosaba ese punto dentro de ella. Afortunadamente tener la verga en curva hacia arriba conseguía que ella tuviera orgasmos. Su rostro me enamoraba. Entre cerraba sus bellos ojos, parecía como si quisiera llorar y apretaba sus labios.
- Eso, tía!!! Que rico!!!
- Sii, sii, sii!!! Vamos!!! No pares!!! Sigue!!!
Le di como loco. Quería que otra vez chorreara mares de ella.
- Aaaahhh!!! Sii!!! Dios!!!! Más!!! Dame más!!!
Sus brazos cubrían su rostro. Se tocaba los pechos, el ombligo, no se controlaba. Le di tan rápido que logré que tuviera otra rica explosión.
- Aaaaaaahhhhhhh!!!!!! Mierdaaa!!!!
Su vagina liberó un fuerte chisguete que choco con mi pelvis, salpicando mi estomago y mis muslos. Gemía. Se revolcaba. Retorcía las piernas. Sus ojos se pusieron blancos. Inhalaba rápido. Su respiración era agitada. Estaba como poseída. La abracé. Parecía no tener fuerzas para tomarme también. Sus ojos brotaban lagrimas.
- Sshh, sshh, sshh, tranquila, tía.
- …Dios!!!
Recapacitó y me abrazó.
- Eres increíble, me alagó
- Tu lo eres. Eres preciosa, pervertida y coges rico.
Chupé su el lado derecho de su cuello.
- Espera, no, se me va a notar.
- ¿mejor así?, le pregunte insertando mi verga en su panocha.
- Aaahhh!! Sii, mejor así!!!
- Ahora me toca
- ¿quieres venirte?
- Desde hace rato
- Está bien, hazlo. Lléname la concha de su rico semen.
- ¿segura?
- Si. Hazlo!! Antes de que me arrepienta.
Era mi turno. Tenía tantas ganas de bombardearle la concha. Llenarla de mi rica leche. La penetre a mi gusto y a mi ritmo. Ya no me importaba si sentía rico, ahora me tocaba disfrutar de ella.
- Estás hermosamente rica
- Tu también, me gustas.
- Tu me encantas Aaahhh!!!
- Sigue!!!
- Sii!!!
Entraba y salía mi verga. Dios, era un placer extraordinario. Estaba al borde de la explosión.
- Dios!! Sii!!! Tía, me vengo!!
- Si!! Hazlo!! Vente!!! Llename!!!
- Sii!!! Que rico!!!
- Vamos, mi amor!!! ¿Qué esperas?, dame fuerte!! Rápido.
La penetré como loco. Estaba ya a punto.
- Siii!!! Aaaaahhhhh!!!! Que rico, que rico!!!! Siii!!!!
- Eso!!!! Siento caliente!!! Sigue!!!
- Dios, tía!!! Me sigue saliendo!!!
- Vamos!! Expúlsalo todo!!
- Aaaahhh!!! Ya!!! Ya terminé!!!
Quedé cansadísimo. Me quedé débil sobre esos ricos pechos. Me abrazó y me dio un beso en la cabeza. Mi miembro estaba entumido y flácido dentro de ella. Estuvimos unos minutos así.
- Debo regresar con tu tío, a veces se para al baño.
- Mmm está bien.
- Gracias. En verdad.
- Gracias a ti, tía. Coges muy bien.
- Jaja tu igual, contestó y me besó metiéndome la lengua.
Respondí chupándosela. Me encantaban sus ricos besos. Agarré sus tetas y se las apreté haciendo que sus puntas resaltarán y se las chupé. Jalé esas ricotas puntas como si bebiera. Se mordía los labios. Le gustaba.
- Espera, me detuvo.
- ¿Qué?
Agarró su pecho izquierdo y lo presionó desde al base hasta la punta. Dios salía una gota blanca de su rica punta. Sonrió.
- ¿no quieres?, me preguntó.
Tragué saliva y lo chupé probando ese líquido. Tenía un sabor dulce con textura suave y a la vez viscosa, pero siendo mi tía tan hermosa, seguí chupando y succionando.
- Mmm sabe buena.
- ¿si?
- Si, tía. Te bebería las tetas todo maldito día si pudiera.
Se rió.
- Bueno ahora si, ya me voy.
- Me dejas con las ganas.
- Otro día jaja
La dejé levantarse. Se acomodo el camisón y el calzón y caminó a la puerta. Antes de salir volteó hacia mi y me mando un beso con esos finos labios. Se veía hermosa con esa prenda tan pegada a su cuerpo haciendo resaltar sus pechos y sus cuervas. Le llegaba hasta el muslo. Solo con echarle un vistazo me volvía loco. Fui al baño para limpiarme y volví a la cama para dormir como un rey.