A mi tía Isabel le gusta jugar sucio conmigo 3
Una aventura con mi tía Isabel
Este 2017 empezó con el pie derecho. Pareciera que esto se estaba volviendo como una tradición. Por suerte y a la vez desgracia todo empezó cuando tenía 15 años. Que si fuera mayor hubiera aprovechado muchísimo el día que la vi masturbándose.
La llegada del 14 de febrero es un día muy especial para algunos, como para otros el peor día. Para mi sería ese día si no existiera nada con mi tía. Y más si nada hubiera pasado desde el principio. Pero en fin. Podría escribir relatos de lo que sucedió después de aquella mañana hasta ahora, pero preferí hablar sobre este 14 de febrero como tercera parte de esta historia.
A pesar de no tener novia, mi día ya estaba planeado. Y claro, en él estaba incluida mi tía Isabel. Al ser un día entre semana, para los que laboran era difícil zafarse de sus trabajos, por lo que tenían que festejar hasta la noche. Y uno de ellos era mi tío. Afortunadamente mi tía siendo jefa de la zona, se dio su día. Quien como ella. Aunque ese día faltó, es una mujer a la que le gusta ser responsable con su trabajo y dar el ejemplo, sólo que también se da sus tiempos libres. Y este día era uno de ellos. Lo sabía porque le había comentado a mi mamá sobre la cena que le prepararía a mi tío. Esa mañana fui a la universidad normalmente. Al regresar, le envié un mensaje a mamá informándole que no iría a la casa, ya que comería con unos amigos festejando nuestra amistad. Eso fue una simple mentira para ir a la casa de mi tía. Al llegar, mentí diciéndole que mi mamá me había enviado para darle una receta para la cena.
- ¿Jorge?, ¿Qué haces aquí?, me preguntó sorprendida al abrirme.
- Tía, hola. Vine por un mensaje de mi mamá.
- ¿Le pasa algo?, pasa, pasa.
- No. Lo que pasa es que te envía una receta para lo que harás
- Y…porque no me llamó
- …no lo sé.
Entré sin dejar de verla. Tenía un vestido ajustado de modo que su hermosos pechos resaltaran al igual que su culo paradito. Dios, mi verga se estaba endureciendo al admirárselo. Le llegaba a la mitad de sus muslos. Entré a la cocina con ella.
- ¿y que es lo que me vienes a decir?, preguntó dándome la espalda mientras cortaba las zanahorias
- A si…la tengo en la mochila.
Tenía que actuar. No podía perder el tiempo. Por una parte temía a que se enojara, pero por la otra, siendo conscientes de todo lo que hemos hecho, igual se dejaría. Entré a la cocina y me dirigí a ella. Di un trago de saliva y di un respiro para dar mi paso. Me paré detrás de ella tomándola de la cintura y empezando con unos besos en su hombro derecho.
- …Jorge, dijo mi nombre y quedándose quieta.
- Mande
Bajé mis manos a los laterales de su cintura y le subí el vestido. Acerqué mi mano a su entrepierna y le metí la mano en su lindo calzón comenzando a rascarle el clítoris.
- Aaahhh, soltó un ligero y muy callado gemido de su linda boca.
Soltó el cuchillo y descansó sus manos. Pegaba su culote en mi verga. Lo untaba muy rico. Aunque cerró sus piernas no pudo lograr que me detuviera. Se lo acariciaba. Se retorcía un poco. Lo que pude ver en su cara eran sus ojos cerrados y unos labios siendo mordidos suavemente. Lo disfrutaba. Se dejó llevar por mis caricias. Me detuve y le metí mas la mano de modo que mis dedos llegaran a su rico ano. Lo tenía un poco abierto. Se lo acaricié. Le pasaba la yema de mi dedo medio sobre ese hoyo.
- …espera. Ahí no
- ¿Por qué no, tía?
- …porqué
Rápidamente saqué mi mano y giré su cuerpo. Me agaché y doblé su prenda desnudando su rico panochón para luego comérmelo. Fui directo a su clítoris. Lo comencé a lengüetear.
- Aaaahhh!!! Rayos!!!
No se retuvo. Se dejó chupar esa rica concha. Tenía tiempo de saborearla como a mi me gusta. Le daba pequeños golpes en ese sensible punto. Descanso sus manos sobre mi cabeza y separó sus piernas a la altura de sus hombros. La vista mejoró mucho así que le di un gran bocado esa concha.
- Mmmm que rica sabe!!!
- Aaahhh!!! Que ricoo!!!
El placer que le generaba mi lengua hizo que se doblara recargando su estomago sobre mi cabeza. Le jugaba su clítoris con un ritmo acelerado y lento. Sus gemidos me lo decían todo. La tenía a mi mereced. Era toda mía desde los 15, y ahorita que he crecido puedo manejarla a mi manera como lo estaba haciendo en ese momento. Columpiaba su cadera hacia mi cara. Metía y sacaba su pelvis. Chupé mi índice y dedo medio de mi mano derecha y los metí en su vagina. Coloqué las yemas de mis dedos hacia el lado de su pelvis y comencé a rascarle sin dejar de lamer su sensible clítoris.
- Rayos!!!
Le rascaba lentamente, pero al ver que le gustaba lo hice más rápido. Días anteriores había leído en internet que una mujer podía llegar a tener un orgasmo si se le penetra correctamente a unos centímetros de su entrada. Y al parecer lo estaba haciendo bien. Nunca había visto a una mujer venirse de verdad, así que esa era mi oportunidad. Formé un gancho con mis dedos y seguí acariciándole sus paredes. Miré a su rostro, y vi sus lindos ojos cerrados. Su cara reflejaba placer. Arrugaba el rostro. Me levanté sin sacarle los dedos. Con mi mano izquierda la agarré del lado derecho de su cuello y le seguí dando con mis dedos.
- …jorge…
- ¿Qué?
El placer la tenía atada. Lo estaba logrando. Me gustaba verla como reaccionaba a mis dedos. Sus brazos se recargaron sobre mis hombros. Me pegué a ella y le comencé a lamer el cuello. Quería probarla. Abrazó mi cabeza y saco la pelvis.
- ¿Te gusta?
- …si
Le rasqué mas rápido. Quería que tuviera ese orgasmo en mi mano. Quería que explotara de placer.
- Aaahhh!!!! Dios!!!!
- ¿Qué, tía?, ¿te gusta así?
- Siii!!! …me…gusta!!!
- ¿Quieres más?
- …siii!!! Dale!!! Dale…mas a mi concha!!!
- Te escuchas rico
- Se…siente muy rico…Jorge. Lo haces muy bien…!!!
Seguí sin detenerme. Cerraba sus ojos y dejaba la boca abierta sintiendo mis dedos dentro de ella. Su respiración se cortaba al igual que sus ligeros gemidos. Mover tanto la mano me empezó a doler pero aún así continué. Incluso, lo hice más rápido.
- Aaahhh!!! Sigue!! Más rápido!!!
- Eso!! Dilo, dilo
- Más!! Sacudelos!!! Aaaahhh!!! Que rico!!!
- Me encanta como te ves, tía
- …¿si?.
Abrió más las piernas y columpió su pelvis de adentro hacia afuera.
- Sii!!!, sii!!! Vamos!!! Dale fuerte a mi concha!! Por…favor!!!
Dios, sentí entumida la mano de tanto sacudirla pero no podía parar. Me pedía más y eso es lo que le iba a dar.
- Puta madre!!! Sii!!! Más rápido!! Quiero…quiero venirme!!!
- Vamos, tía. Quiero verte!!!
La besé. Jalé sus labios finos y delgados.
- Dios, dios, aquí voy!!! Aquí voy!!! Siii!!! Más rápido idiota!!!!
Estaba que iba a explotar. Tenía tantas ganas de ver ese espectáculo que no me importó que me insultara.
- Aaaahhh!!!! Siii!!! Rayos, rayos!!! Aaaaaaaahhhhh!!!!!! Que ricooooo!!!!!
En un abrir y cerrar de ojos explotó en un delicioso orgasmo. Dios mío, ver que le chorreaba la vagina me excitó tanto. Se sacudía, sus piernas le temblaban y parecía que se estaba orinando. Sólo me miraba. Parecía que se iba a desmayar pero la agarré bien. Se convulsionaba. Gritaba y gemía, le salían como de niña chiquita. Arrugaba la cara como si quiera llorar. Nunca había visto a una mujer así. Su concha expulsaba pequeños chisguetes. El suelo estaba mojado, como si alguien hubiera tirado un vaso de agua. Mi mano estaba empapada. La saqué y me la limpié con la playera mientras ella reaccionaba ante ese esplendoroso orgasmo.
- ¿y mi primo?, le pregunté
- No está. Estará con sus abuelos.
Al estar parado frente a ella, descansaba su frente sobre mi mentón. Abracé su cara con mis manos y la besé. Le metí la lengua, chupé sus labios.
- Ven acá que tengo hambre, dijo con un tono pervertido agachándose y desabrochándome el cinturón con desesperación.
Lo bajó al igual que mi bóxer dejando salir mi verga ya algo endurecida. La agarró con sus dos manos.
- Ay mira que rico!!
- ¿Te gusta, tía?
- Si, corazón!! Está bien sabrosa.
Acercó su cara en cubrió mi glande con sus labios. La agarró como chupón y comenzó a succionar. Le gusta mamar. Y es experta en eso. Conforme chupaba más, más se la metía.
- Eso, tía.
Lamía tan rico. Lengüeteaba todo mi tronco. Lo cubría de su rica saliva. Había chupado solo la mitad. Se la sacó y la escupió volviendo a metérsela. Podía sentir como mi punta resbalaba por su paladar y se adentraba más en su hermosa boquita.
- Métetela más, tía.
Lo hacía pero muy poco. Apoyé mis manos sobre su nuca y la jalé hacia mí penetrándole bien. Dios, que bien le entró. Mi glande atravesó su campana y bajó un poco a su garganta. La penetré bien rico. Puso sus manos sobre mis muslos sin apartarse. Lo que significaba que le gustaba. Agaché la mirada y vi como sus ojos estaban rojos como si quisiera llorar. Su respiración era lenta y tomaba aire muy poco. La solté y dio un gran trago de aire.
- Te gusta eso, ¿verdad?
- Si
- Otra vez, dijo metiéndosela.
Me encantó que dijera eso. Se la metí toda nuevamente pero esta vez lo combine con ligeros empujones. Como si me cogiera esa boquita. Se la metía y se la sacaba. Se escuchaba el charco de saliva que se le había formado. Se la metí hasta adentro dos veces seguidas hasta hacerla eructar. Parecía que se iba a vomitar la pendeja. Le sonaba la nariz como si tuviera gripa. Me quite la playera para limpiarle el hocico cubierto de saliva. Aunque no estoy todo mamádote pero como fui un tiempo al gym para agarrar más cuerpo, se me marcó un poco el abdomen aunque no como me gustaría. La limpié. Se fue levantando besando mi pelvis, mi ombligo, mis costillas, mi pecho, siguiendo a mi cuello, mi mentón, hasta llegar a mis labios. Nos besamos unos segundos. La regresé a como estaba, mirando a la encimera. Bajé su calzón y le levanté el traserito viendo esa rica zona. Le separé bien las nalgas y le di una larga lamida en el ano. Se retorció un poco. Me paré.
- Sabes bien rico, tía, le dije.
Agarré mi verga y se la fui untando en sus mojados pliegues. Separó sus piernas y se la metí.
- Aaaahhh, que ricoo!!!, dije jadeando de lo sabroso que sentí.
La abracé juntando sus brazos evitando que se moviera. Se sentía de maravilla. Bien metidota que la tenía
- …Jorge!!!, dijo mi nombre recostando su cabeza sobre mi hombro derecho. Ella también lo disfrutaba.
Liberé sus brazos. Sólo me encargue de sujetar su delgada cintura. Sus manos acariciaban mis brazos. Se la metía y se la sacaba. La penetraba lentamente. Con dulzura. Quería que ambos lo disfrutáramos. Se la metía hasta el fondo. Se acariciaba el cuello, subió a mi cara. Sus dedos vagaban por todo mi rostro. Atrapé uno de sus dedos con la boca y se lo chupé. La penetré con más fuerza.
- Aaahhh!!! Sii!!! Así!!!
- ¿quieres más?, ¿te gusta así?
- Sii!!! Sigue!! Métela!!
Me la cogía tan rico. Se sentía estupendo metérsela.
- Que rico!!
- ¿Te gusta la concha de tu tía?, me preguntó acariciando mi mejilla izquierda.
- …siii!!! Siento riquísimo!!! Aaaahhh!!!
- Tócame
La solté y le bajé el cierre de su espalda. Desnudé sus hombros. Los besé. Besé su cuello mientras seguí bajando su vestido hasta desnudar sus hermosos melones. Dejé el vestido a la altura de su ombligo y se los agarré.
- Tócalos, mi amor, me pedía.
Los cubrí con la palma de mis manos y con mis índices y pulgares, le apreté las puntas. Pareciera como si se los exprimiera. Pegaba mi pelvis a su trasero metiéndosela con ganas. Lo hacía yo rápido.
- Aaaahhh!!!! Sii!!! Métemela más!!! Cógeme así de rico!!!
- Tía, estas bien ricota!!! Me encanta como te cojo!!
- A mi igual mi amor!! Me gusta tu verga bien metidota!!!
Me excitaba su voz. La forma en como me hablaba. Dejé sus pechos y apoyé mis manos sobre su cintura para tener más control de su culo. No dejé de metérselo.
- Aaahhh!!! Sii!! Así!!! Que rico, que rico!!!
Se la retiré y se la metí con fuerza
- Aaahhh Dios mío!!!!
- ¿te gusta?
- …siii!!!!
Seguí penetrándola así unas cuantas veces. Gemía, soltaba sus ricos gritos. Le empujaba mi verga hasta el fondo. Cambié a un ritmo más acelerado. Le di una fuerte nalgada en su glúteo derecho. Le tambaleo.
- Está bien sabroso tu culote, tía.
- ¿mi culo?
- Si. Disfruto mucho vértelo y comértelo.
Chupé mi dedo medio y sin avisarle se lo metí.
- No Jorge, ahí no
- ¿Por qué no?
- Es que…es sucio
- Para mi es rico. Además…ya lo había hecho.
- Si, pero…
- ¿pero que?, le pregunté metiéndolo hasta el fondo.
- Para, no lo metas todo.
No le hice caso y seguí.
- ¿te gusta, tía? ¿te gusta que te lo meta en el puto culo?
- …si,
Lo retiré lentamente. Al sacárselo, aunque sea muy asqueroso lo probé. No sabía tan mal. Tenía un sabor ácido y a la vez dulce. Me pregunté, ¿porque ese sabor?, pero que mas daba. Lo único que importó es que me gustó.
- Que asco, ¿Por qué lo hiciste?, me preguntó riendo y arrugando el rostro de desagrado.
- ¿Qué tiene?. Sabe rico.
Le azoté el culo con fuerza. Como su piel era blanca se le enrojeció la nalga. Le volví a meter el dedo y lo sacudí haciendo bailar su trasero.
- Siente que rico, tía.
- ¿porque lo haces?
- Porque lo tienes bien sabroso.
Se lo saqué. Agarré su pierna derecha y la subí a la encimera. El orificio de su culo se le veía mejor. Que delicia. Lo tenía un poco abierto. Agarré su cintura y seguí cogiéndomela. Pegué mi pecho a su espalda y abracé su estómago. Besé su cuello. Lo chupé suavemente para no dejar marcas. Mi mano derecha la bajé a su rajita y comencé a rascar su clítoris. Se estremeció. Comencé a jugar con su parte. Se lo acariciaba.
- Mmmm!!! Sii!!! Hazlo así!!! Frótamela!!
- Que suerte tiene mi tío.
- Si, la tiene.
- Apuesto a que él no te complace como yo lo estoy haciendo ahorita, ¿o si?
- …no. Él le dedica tiempo a su trabajo.
- Que imbécil, le dije empujándosela
- Aaahhh!!! Que rico!!.
Agarró sus tetas y se jaló las puntas tirando de ellas. Bailaban sus ricos pechos.
- Las tienes bien ricas, tía. Bien puntiagudas.
- ¿te gustan mucho mis tetas, mi amor?
- Si. Me encanta comértelas y bebérmelas.
Le rasqué su clítoris con ganas. Se retorció. Dobló su espalda y se recostó sobre la base. La jalé del cabello atrayéndola hacia mí.
- Dios!!! Sii!!! Me gusta!! Hazlo así!! No pares!! No pares!!!
- No lo haré!!
Seguí frotando su clítoris. Lo sacudí con ganas para que se viniera.
- Sii!!! Que rico!! Ráscamela!!
Recargó su cabeza en mi hombro izquierdo y se frotó los pechos. Se pellizcó las puntas. Deseaba verla tener un segundo orgasmo. Así que le saqué mi verga, quité mi mano de su clítoris y giré su cuerpo hacia mí. Me agaché un poco y le metí los dedos comenzando a rascarle con ganas.
- Sii!! Así.. está...mejor!! Dios!!!! Siiii!!! Sigue!! Sigue!!! Por…favor!!!
- Vente!! Vente en mi mano, tía!! Hazlo otra vez!!
- ¿...eso...quieres?, me preguntaba con una voz que a penas y entendía.
Acerqué mi cara a sus pechos y atrapé su pezón izquierdo con mi boca. Se lo chupé, succioné como si me diera nuevamente de su rica leche.
- Eso, mi vida!! Chúpala!!!
Le apreté la punta con los labios y se la jalé.
- Que rica está.
Tenía los ojos cerrados. Lo estaba disfrutando. Me agaché y le Lengüeteé el clítoris.
- Rayos!!
Probé su chochito. Se lo lamí, se lo chupé, succioné como si también bebiera de él. Le escupí y recogí mi saliva de se concha. Seguí rascándose con fuerza. Con desesperación.
- …sii!!! Aaahhh!!! Dios, que rico, decía al aire sin dirigir sus palabras hacia mí.
Le encantaba.
- No…puedo!!! Dios!! Sii!!! Sii!!! Rayos!! Aaaaaaahhhhhhh!!!! Mierdaaaa!!!!!!
Lo volvió a hacer. Logré que tuviera otro delicioso orgasmo. Temblaba. Sus lindas piernas se doblaban hacia adentro. Salía ese liquido de su vagina. Parecía que se convulsionaba. Dejó caer su cuerpo. La abracé y caí con ella. Me asombraban sus ojos. Estaba blancos. Le froté la vagina y salían pequeños chisguetes. Columpiaba su pelvis y se retorcía. Y sus gemidos temblaban. Se quedó quieta al fin. La acaricié. La peiné apartándole el cabello de su rostro.
- Dios…mío, dijo muy cansada acariciándose la cara.
- Me gusta verte así, tía
- Se siente tan rico eso. No había llegado a tener un orgasmo así, dijo riendo.
Mientras se reponía me quité los zapatos y el pantalón, ya que sólo me los había bajado. Me levanté quedando de rodillas. La jalé hacia mi y la puse de perrito. Me paré y la monté metiéndosela.
- Aaaahhh!! Que rico!!!, jadeé.
- Mmm!!! Métela toda, corazón.
La agarré de las greñas y la jalé nuevamente hacia mí pegando su espalda a mi pecho. Me hinqué sin sacárselo. Abrí las piernas y las de ella las junté dejando sus tobillos debajo de mis testículos. Solté su cabello y abracé su estomago. Ella solita comenzó a subir y a bajar su culo. Se la metía y se la sacaba. Que rico movía ese culote. Le entraba toda mi vergota. Resbalaba mi polla entre sus pliegues húmedos y sus pared vaginales.
- Que rico lo haces, tía!!! Aaaahhh!!! Sigue!!!
- Me entra bien rico!!
- Si!! Se te mete todo!! Dios!!!
De repente dio sus brincos más rápido haciéndome jadear como loco. Sentía que iba a venirme en ese momento.
- Aaaahhh!!! Puta madre, que rico!!!
- ¿te gusta así?
- …siii!!! Mucho!!!...pero…para!!! Me vendré!!!
- Ay!! Ya, mi amor!!! ¿quiere llenarme la concha?
- Si!! Pero…todavía…no!! Aaaahhh!!! Para, para!!!
Se detuvo la maldita quedando su colita montada en mi pito. Recargó su espalda. A mi pecho y descansó su cabeza sobre mi hombro izquierdo acariciando mi rostro con sus yemas. Me besaba el mentón.
- ¿Seguimos?, me preguntó con una dulce voz.
- Espera, respondí mientras me relajaba y retenía la eyaculación.
Levantó la colita y se volvió a sentar en mis muslos lentamente.
- Aaahhh!!! Tía, …espera
- ¿no te gusta la conchita de tu tía?
- No si, sólo quiero reponerme un poco.
Ella quería más. No era suficiente parar en ese momento pero tampoco quería echarlo a perder viniéndome ya tan rápido. Me levanté. La ayudé igual a ponerse de pie. Al estar cara a cara con ella. Flexioné las rodillas un poco y la cargué. Rodeó mi cintura con sus piernas y abrazó mi cuello con su brazo derecho. Caminé al comedor. Saqué una silla aventándola sin importar si se volteaba y la senté. Agarré sus blancas y finas piernas y me agaché para comerle esa rajita otra vez.
- …siii!!! Hazlo otra vez!!, dijo
Agarré sus piernas evitando que las fuera a cerrar. Le escupí y comencé a lamerle el clítoris. Lo Lengüeteé de arriba abajo. Como si mi lengua fuera una brocha. Subí la mirada y vi que se tocaba las tetas. Se apretaba sus puntas. Acariciaba su ombligo. Sus manos vagaban por todo su cuerpo. Por su cuello, su rostro, sus pechos. Estiró su brazo derecho hacia mi y apoyó su mano sobre mi cabeza.
- Lame!! Chúpala!! Cómetela, mi amor!! Cómele la concha a tu tía!! Dios!! Que rico!!! Sigue!!!
Me gustaba tanto que lo disfrutara. Que me pidiera más.
- Sii!! Que rico!! Que rica tu lengüita!! Sigue!! Lame!! Lame más!! Aaahhh!!!
- Estás riquísima, tía!! Tengo mucha suerte.
- Y…la seguirás…teniendo…Aaahhh!!! Si lo haces…bien!!!
- Sabe rica tu conchita. Te la comería todo el día.
- Que rico!! Si!! Hazlo!!! Cómetela…las veces que quieras!!!
Le di un gran bocado a ese clítoris hasta hacerla gritar de placer. No creí que una mujer disfrutara tanto si se le estimulara esa parte. Pensaba que exageraba pero no. Agarré sus pantorrillas y la flexioné de modo que tuviera mejor vista de su rico culote. Mordí mis labios y tragué saliva para darle una lamida en ese sucio culo. Regresé y comencé a lamerle el ano con la punta de la lengua.
- Mmmm sigue!! Me gusta que me lo chupes!!
- Claro, tía!! Te sabe bien rico el hoyo.
Mientras le comía el culo me jalaba la verga. Estaba súper excitado. Aún no creía que estaba probando ese rico culo que tanto le admiré desde los 15 años. Lo saboreaba con gusto. Le sabía rico, algo ácido pero me gustaba lamérselo y a ella también.
- Que rico!! Se siente rica tu lengua!!
- Sabes rica, tía!! Me encanta tu culote!
- ¿si?.
Se rasaba el clítoris con la mano derecha mientras que con la izquierda se apretaba sus puntas como si quiera sacarse esa rica leche.
- Que sabroso te sabe!!
Le di ligeros golpes en su ano. La empujaba como si quiera metérsela. Subí a su clítoris apartando sus dedos con mi boca. Chupé sus pliegues. Se los jalé suavemente. Los succioné.
- Aaahhh!!! Que rico!! Cógeme!! Méteme tu verga!! Vamos!!! La quiero toda, mi vida!!!
La tenía lista para metérsela. Estaba tan excitado que se me levantó bien rico. Tomaba la forma de plátano con la punta hacia arriba. Bien dura que estaba. La jalé un poco de modo que su culo llegara a la orilla de la mesa. Lubriqué mi verga un saliva y se la metí lentamente.
- Aaaahhh!!!
- Métela, vamos!! Cógete mi concha!!
- Sii!!! Se siente riquísimo!!!
- Si!! Cógeme rico!! Ándale!! Más rápido!! Más rápido!!
La agarré de la cintura y aceleré el ritmo de mi penetración.
- Aaahhh!!! Siii!!! Así!!!! Rayos!!! Que rico, que rico!!! Más!!! Dame verga!!! Siii!!! Aaaahhh!!! No pares, por favor!!! No te detengas!!!
- No!!! No…lo haré!!! Siii!!! Aaahhh!!! Que rico te entra!!!
- Más!! Mas fuerte!!
No sabía si podía sorprenderme otra vez con un orgasmo pero lo intenté. Se la metí con ganas con desesperación.
- Si!! Si, si!! Así!! Que rico!! Dios!! Más!! Quiero más!! Mas por...favor!! Vamos!!!
Gemía tan rico. Flexionó sus piernas dejándolas abiertas. Levantaba los pechos. Se retorcia lentamente. Hacia gestos. Arrugaba su linda cara como si quisiera llorar.
- Ven, ven, acércate!! Aaahhh!!! Sii!!! Que rico, que rico coges!!! Sii!!! Me encanta!!!
Me recosté sobre ella sin parar. Se inclinó hacia mí doblando su espalda y se colgó de mi cuello.
- Cógeme!! Sigue metiéndola!! No…pares…¿si? Lo…estás…haciendo.. Aaahhh!!! Bien!!
Me estaba cansando ya pero estaba en el mejor momento. No podía parar. Así que le di lo más que pude con la esperanza de que explotara nuevamente.
- ¿Así?, ¿te gusta esto? Siéntela!!!, le dije con rudeza
- Aaaahhh!!! Mierdaa!!! Siiii!!! Que rico!!! Dios, dios, dios, me vengo!!! Siii!!! Ya!! Sii!! Asíii!!! Aaaaaahhhhhhh!!!!!!
Dios santo, lo hizo de nuevo. Se revolcó sobre la mesa. Se convulsionaba. Parecía que tenía un ataque. Su vagina soltó un charco. Mojó la mesa. Le metí los dedos y los sacudí. Le temblaba todo el cuerpo. Sus ojos estaban completamente blancos y entrecerrados y la boca abierta como si algo me quisiera decir pero no podía. Le salían chisguetes. Le jalé hacia mí bajándola de la mesa y me senté en la silla que había sacado. La senté sobre mi y se la metí. Pasaron cinco segundos de penetración y se levantó de rápido soltando un desgarrador gemido acompañado de otro orgasmo. Me mojó un poco. Ya había expulsado suficiente. Sus piernas le temblaron. La senté sobre mi nuevamente sin metérselo y la abracé. Temblaba toda. Sus caderas se columpiaban.
- …que…rico!!!, dijo con una voz cansada.
Me abrazó.
- Me gustó todo esto, tía.
Su respiración era cortada y su corazón palpitaba fuertemente y rápido.
- Lo has hecho súper bien, dijo dándome un beso.
La abracé y me levanté. Caminé a la sala sentándome en el sillón de tres asientos. Metió la mano a mi entrepierna y se la metió gimiendo al mismo tiempo.
- ...Aaahhh! Que rica esta!!
- Aaahhh tía!!! Que rico!!
Una vez que se la había metido toda, se levantó y se volvió a sentar. Dios, me mataba de placer. Una chispa recorría todo mi cuerpo.
- Aaahhh!!! Ssiii!!! Así tía!!! Sigue!!!
Le agarré el culo y se lo froté. Separaba sus ricas nalgas y se las juntaba. Mi verga resbalaba tan rico que esa sensación de explotar se estaba aproximando.
- ¿ya quieres venirte, precioso?
- .Aaahhh!!! Sii!!! Ya!!! Ya casi!!!
- Ay que rico!! Hazlo!! Vente en mi conchita bien rico!!!
- …¿si?, ¿puedo?
- …claro!! Después de lo que…me hiciste sentir… te lo mereces!!
- Está…bien!!
Le agarré de la cintura tomando el control de sus saltos. La hice brincar más rápido.
- Aaahhh!!! Siiii!!! Eso!!, decía yo muy excitado al borde de la explosión.
- Que rica!! Sii!!! Aaahhh!! Me gusta!! Me gusta mucho!!!, jadeaba arqueando la espalda colgando su cabeza hacia atrás.
Se veía tan rica en esa pose. La sujete bien para que no fuera a caerse. Subía y baja mi cadera penetrándole la rica concha. Sus tetas saltaban. Las tenía bien paraditas. Subí mi mano derecha por su espalda acercándola a mí y atapando su seno derecho con la boca. Se la mordí con los labios. Tenía dura la punta.
- Chúpale!! Ándale!! Comételas, mi amor!!
- Las tienes bien ricotas, hermosa!! Me encanta tus ricas tetas!!
- Y a mi me gusta que me las comas!!
Con su mano derecha sostuvo su teta izquierda pegándomela a la boca. Me untaba la punta en la nariz, en los labios.
- Abre la boca, me ordenó
Lo hice y me la metió.
- Cómele!! Vamos!!!
Se la Lengüeteé. La chupé como si me estuviera amamantando.
- Eso, corazón, así!! Chúpala así!!
Mientras se la chupaba le enterré la verga hasta adentro de un empujón
- Aaaahhh!!!! Que ricoo!!!
- Si, tía, se siente bien rico cogerte!!
La pegué más a mí. Metí mi cara en su cuello y agarré su culote metiéndoselo bien hasta adentro. Sus gemidos me volvían más loco y con ganas de cogérmela más rápido.
- Sii!! Ay que rico!!! Cógete a tu tía, mi amor!!
Me abrazó la cabeza recargando su mentón sobre mi frente. Me encanta tanto su culo que volví a meterle los dedos en su sucia entrada.
- Mmmm sii!!! Métemelos!!! Me gusta!!!
- ¿si?, ¿te gusta que te los meta?
- Sii!!! Métemelos!!
La complací y los sacudí. Le rasqué por dentro.
- …tía!! Aaaahhh!!!
- ¿…que…pasa?
- Creo…que…ya me vendré!!
- ¿si? Vamos!!! Vente, bonito!! Lléname la conchita!!
- Aaahhh!!! Dios!!! Siii!!! Ya!! Eso!!! Salta!! Salta más!!
- Si, corazón, claro que si!! Lo que tu quieras!!
- Aaaahhh!!! Eso, eso!!! Sii!!! Sii!!! Aaaaaaaahhhhhhh!!!! Puta madre que rico!!!! Aaaahhh!!!! Dios mio!!!!
Estaba descargando mi rico semen dentro de ella. Dios mío fue de los más rico. Mis ojos se entrecerraban y se cubrieron de lágrimas. La abracé fuertemente y se la seguí metiendo expulsando mi espeso semen.
- Eso!! Está calientita!!! Sigue!! Lléname!!!, me pedía brincándome y besándome la frente.
- Te quiero, tía!!, le dije con una voz cansada.
- Yo también, te quiero Jorge.
Mi respiración era lenta y cansada. Me temblada el pecho y mi corazón palpitaba al máximo. Expulse hasta la última gota dentro de ella. Fue el mejor día. Nos quedamos abrazados unos minutos. Se apartó de mí y me miró.
- ¿Qué estoy haciendo?, se preguntó.
- ¿Cómo?
- Debemos…darle un alto a esto.
Todo estaba marchando estupendamente hasta que reaccionó a todo lo sucedido.
- Espera… ¿pero porque?
- Es que…esto no esta bien, Jorge…somos familia, soy tu tía, hermana de tu mamá, ¿entiendes?, de tu mamá.
- Lo sé, lo sé pero…ellos no tienen porque saber. Nadie lo sabrá, ¿si? Confía en mí. Y no he rompido esa promesa de decirle a mi mamá de que te vi tocándote
- Si, y te agradezco…pero…estamos ya exagerando. Todo esto…es sensacional, nunca había tenido estos orgasmos, ni con tu tío. Por dios!!,creo que sólo soy su muñeca inflable, porque ni si quiera se interesa en complacerme, me decía como si quisiera explotar en lágrimas.
Me causaba mucha lástima, y a la vez alegría por ser el único que la ha hecho tener una buena cogida. Por dios, hasta superé a mi tío.
- Entiendo que estés preocupada o sacada de onda por esto pero…si ambos lo disfrutamos y lo queremos, ¿Por qué no seguir?. Te quiero, tía. Me haz enseñado muchas cosas increíbles y quiero que esto nunca termine. Y si dices que he logrado que tu también te la pases increíble, deberíamos de continuar.
Cubrí sus mejillas con mis manos y la besé. Nos envolvimos en un profundo beso mezclando nuestra saliva y nuestras lenguas. Me abrazó fuertemente. Me volvió a mirar.
- Debo terminar la cena, dijo riendo.
- Claro.
Se levantó. Mi verga estaba flácida. Caminó al baño. Me paré y fui a la cocina por mi ropa. Regresé a la sala y vi que salió del baño caminando hacia mi con una sonrisa.
- Ven, déjame limpiártela, dijo arrodillándose frente a mi.
A pesar de que ya había expulsado todo lo que tenía guardado y de que la sentía entumida la verga, sentí sabroso que me la chupara de nuevo. Se la metió toda hasta que mis bolas chocaran con sus labios y succionó. Lo hacía tan bien. Cerré mis ojos disfrutando de esa sabrosa mamada que me daba mi tía. Se la sacó y se puso de pie.
- Toma, sécate, dijo dándome una toalla pequeña.
Me limpié y me vestí en el baño. Al salir, el comedor ya estaba ordenado. Caminé a la cocina y también ya estaba limpia. La vi y estaba como la encontré. Cortando zanahorias. Me acerqué parándome detrás de ella, avisándole que ya me marchaba.
- Ya me voy, tía
Acariciaba sus brazos.
- ¿Ya?, preguntó desilusionada
Giró su cuerpo hacia mí y apoyó sus brazos sobre mis hombros.
- Ya es tarde y debo llegar a mi casa. Además…ya llegará mi tío
- Si ya, dijo haciendo un ligero gesto de desagrado.
Sin apartar sus ojos de los míos inclinó su boca a la mía dándome un beso de despedida.
- Gracias por venir a verme, en verdad que me la pase muy bien.
- Yo igual, tía. Fue rico cogerte. Lastima que me tengo que ir.
- Descuida, puedes venir otro día.
Regresé a mi casa como si nada. Todo mi mundo brillaba. Me sentía como un héroe. Me cogí a mi tía en un día especial. Y eso no fue todo, me enteré que soy mucho mejor que mi tío Francisco. Mis papás habían salido, así que tuve la casa solo para mi. Al no tener tarea me puse a jugar videojuegos. Pedí una pizza y compré un refresco. Mi noche no podía ser mejor. En verdad que me sentía como un verdadero semental. Al ser las 11:00 el sueño me estaba ganando. Mis papás aún no llegaban. Detuve mi juego y me fui a mi cuarto. Necesitaba descansar. Me cambié y me acosté. Justo cuando apague la luz sonó mi celular.
- Como quisiera mamar tu rica vergota ahorita mismo.
- ¿quieres verla?
- Si, déjame verla.
Me la saqué y me la jalé para que se me parara bien. Le tomé una foto y se la envié.
- Mmmm que rica la tienes!! Está bien parada.
- Así me la pones cuando veo tu rico culote
- No digas eso, que voy a excitarme más y estoy aquí con tu tío.
- ¿Cómo?, ¿estás aún con él?
- Obvio, tontito. Aún no acabamos de cenar.
- Verá con quien hablas!!!
- No. Está en el baño. Pero en fin. Solo quiero darte las buenas noches y decirte que eres el mejor. Así que quiero enviarte este regalito, escribió mandándome una imagen de su rica concha abriéndosela con sus delgados dedos.
- Dios, tía. Harás que me la jalé. Se me antojó comértela.
- Ay que rico!! Si, yo igual quisiera que me la comas, pero no se puede, envió con una carita triste.
- Gracias, tía. Te quiero, eres la mejor.
- Hasta mañana, hermoso. Te quiero.
Al día miércoles y durante esa semana, todo fue normal. No recibí mensajes de ella, y tampoco quise molestarla. Llegó el sábado. Serán las 10:00 am y estaba despertando. Mamá estaba lavando la ropa. Sonó l teléfono.
- Yo contesto!! Gritó mi mamá.
Entré a la cocina por un yogurt.
- “Bueno”, contestó.
No tenía mucha hambre por lo que sólo tomé eso.
- Bueno, entonces ahorita te lo mando, de todos modos no hace nada jaja. Bueno hermana luego hablamos entonces. Bye.
Era mi tía Isabel la que había llamado.
- Tu tía necesita que la vayas a ayudar a mover porque necesita limpiar. Pero antes desayuna algo.
- No tengo mucha hambre. Ya tomé un yogurt.
- Mmmm…bueno.
- Si. Entonces me cambiaré.
Me puse un pans azul marino y una blusa de manga larga y mis tenis puma que tanto me encantan. Subí al coche y me dirigí a la casa de mi tía. Llegué y toqué. Cuando abrió me quedé sin palabras. Tenía puesta una blusa blanca con unas flores de adorno que se le transparentaban sus ricas tetas y se le marcaban sus puntas. De abajo tenía un short negro que hacia lucir sus bella y finas blancas piernas. Sonrió.
- Sobrino, buenos días también.
- …perdón, buenos días, tía.
Me abrazo y me dio un beso en el cachete derecho. Las pegaba sobre mí, que delicia. Estaba 100 % seguro que lo hizo a propósito. Y se lo agradezco, extrañaba ver ese maravilloso cuerpo. Entré. No sabía que íbamos a hacer primero, porque era seguro que algo iba a pasar, o era mentira que necesitaba mi ayuda. Así que lo dije yo primero.
- Y…en dónde vas a limpiar primero.
- Valla!! Me saliste muy trabajador jaja
- Jaja bueno…sólo que como no estoy cansado.
- ¿así que te quieres cansar?, me preguntó con un tono pervertido y mirándome a los ojos.
- …pues sí. Siempre...y cuando valga la pena.
Sólo rio.
- ¿ya desayunaste?, preguntó caminando a la cocina.
- …pues…sólo tomé un yogurt
- Tengo fruta, ¿quieres?
- Si, claro.
- Siéntate, ahorita te doy.
Fue a la cocina y regresó con dos platos con fruta. Melón, sandía, ruedas de plátano, trozos de manzana y tres fresas. Comimos y platicamos de mi escuela, de lo que he hecho, de ella, su trabajo.
- ¿Y mi primo?
- Se quedó a dormir a la casa de un compañero. Fue a hacer pijamada.
- ¿te puedo regalar mi pedazo de sandía?
- …si..¿porque no?
- Abre la boca, me ordenó acercado el tenedor.
Me coqueteaba. Sin duda. Mientras me daba el trozo de sandía, mis ojos se dirigieron a sus ricas tetas. Tragué saliva conteniendo las ganas de chupárselas. La verga se me empezó a parar.
- ¿Qué?, ¿Qué tengo?, preguntó espantada mirándose la blusa
- No, nada
- A mi blusa, ¿te gusta?, preguntó como niña pegándosela a su cuerpo.
Lo hacia intencionalmente. Me provocaba, y lo estaba logrando.
- …si…está bonita.
- Si, ¿verdad?. Bueno yo se que no es apropiada…pero…no te molesta, ¿o…si?
- Para nada.
- Bueno pues…hay que comenzar, el tiempo es corto y…hay que hacer muchas cosas.
No era mentira que necesitaba ayuda. Todo fue mi imaginación pero por otra parte algo estaba buscando, y si no me equivoco me estaba insinuando y seduciendo. No me quería levantar. Al menos no con la verga bien parada. Se levantó y avanzó unos pasos. Bajé mi mano a mi verga y me la apreté para aflojármela.
- Vamos, me insistía.
Me levanté y caminé a ella. Vi que bajó la mirada de rápido al acercarme. Se mordió los labios. Subió las escaleras y la seguí. Al llegar a la segunda planta, caminamos dos metros y se detuvo agachándose para rascarse las piernas. Mierda, no me dio tiempo para detenerme y mi verga chocó en su rico culo. No dije nada y me hice aún lado.
- ¿Qué pasa?, me preguntó como si no se hubiera dado cuenta, la pendeja.
- …no…nada.
Entramos a su recámara.
- Quiero mover la cama pero…voy a ver que hay abajo.
Se agacho para revisar dejando el culo bien parado. Que rica se veía. Me daban ganas de tocárselo y de comérselo como la última vez. Pensar en eso nuevamente hizo que mi verga reaccionara. Me la agarré. Sacó una caja con llave y me la dio.
- Revisa y me das lo que hay adentro. La llave está en la cajita roja que está en mi tocador.
Caminé al tocador y busqué la dichosa cajita. La abrí y tomé la llave. Inserte la llave y la giré abriendo la caja. Cuando vi lo que había adentro me quedé sin palabras. Mis ojos se agrandaron al ver un dildo con cola de zorro, y unas bolas unidas de una cuerda. Miré a ella y estaba acostada boca abajo con el short y el calzón en sus tobillos. Dios Santo, lo tenía planeado la maldita. Tomé la caja y caminé a ella. Ver su culote desnudo volvió a pararme la verga enseguida. Me paré frente a su ella, recargando mis rodillas en la orilla de la cama y me incliné hacia su colita. Puse la caja aún lado de su trasero y garré sus glúteos bien paraditos con mis manos. Le di un masaje a sus nalguitas en forma circular, juntándolas y separándolas. Se asomaba ese sucio y rico orificio. Se le abría y se le cerraba, que rico. No sabía que sería mejor, si meterle la verga o la lengua en ese hoyo. No lo seguí pensando y dejé que todo siguiera a su paso. Así que separé bien sus nalgas y enterré mi cara sacando la lengua al mismo tiempo para lamer su agujero.
- Mmmmm!!!, reaccionó con un ruido dándome a entender que le gustaba.
Le sabía ácido. Aunque no sabía si ya se había bañado le sabía rico. Le lengüeteé su hoyito con ganas. Humedecía su rico zona. Sentí su mano derecha encima de mi cabeza y levantó el culo.
- Que rico!!! Chúpale!!! Me gusta que me lo comas!!
- Te sabe bien rico, tía. Me gusta!!
- ¿si?, ¿te gusta mi sucio culo?
- Sii!!! Está muy sabroso!!!
Le di pequeños golpes con mi lengua a su entradita. Le di una nalgada haciendo temblar su nalga derecha. Me subí sobre ella sin dejar caer todo mi peso. Chupé mi dedo medio de mi mano derecha y lo resbalé sobre su hoyo para luego metérselo lentamente.
- Aaaahhh!!! Que rico!!!, jadeó y dijo mordiendo sus labios.
- ¿sientes rico? ¿Mmmm? ¿te gusta que te los entierre hasta adentro?
- Siii!!! Me encanta que los metas!! Más!! Métemelo bien hasta el fondo!!
Lo retiré y lo olí. No olía a lo que uno se imaginaria y mucho menos sucio, así que me animé a probarlo. No tenía mal sabor. Chupé mi anular y se lo metí junto con el dedo medio y los sacudí.
- Aa...aa…aahhhhh!!!, temblaba su voz.
- Rico, ¿no?
- …siii!!!!, respondió con los ojos cerrados.
Se los metí hasta donde pude y le rasqué Escarbe su hoyo con mis dedos. Me los apretó con su colita, que rico. Se los saqué lentamente. No tenía mucho conocimiento sobre las bolas que tenía en su caja pero no era difícil de adivinar. Las agarré. Las observé detenidamente.
- ¿quieres que te meta esto?, le pregunté pegándoselas al rostro.
- …si, respondió abriendo la bola queriendo metérselas.
Al ver que no las atrapaba, la ayude. Aproveché igual para meterle los dedos primero.
- Chúpalos.
No se negó a hacerlo la sucia y dejó que le penetrara la boca. Los succionó con toda tranquilidad, disfrutando cada segundo de ellos. Se los unte por toda la boca. Por sus cachetes, su paladar, su lengua. Saqué mis dedos y le acaricié el ano. Rocé la yema de mis dedos sobre los arrugados pliegues de su orificio. Estaba semiabierto. Los chupé y le lubriqué la entrada con mi saliva. Saqué las bolas de su boca y las puse sobre su entrada. Presioné poco a poco. Estiró su brazo derecho y puso su mano sobre la mía dando empujones para metérsela. Lentamente su hoyito se fue abriendo dejando que esa bola plateada fuera adentrándose en su colita sucia. Levantó el trasero un poco y presionó mi mano con fuerza hasta lograr que le entrara.
- Aaaaa!!!, se quejó.
No creí que le fuer a entrar tan rápido. Mis dedos habían ayudado un poco a dilatar su entradita.
- …sácamela, me pidió amablemente.
Enrede mi índice en la delgada cuerda que unía las bolas y la jalé lentamente. Se asomaba ese objeto redondo y plateado. Sus agujero se estrechaba poco a poco estirando sus pliegues para liberar esa bola. La solté y se metió. Volví a jalar consiguiendo casi que saliera, más no lo hice. Miré a su rostro y vi que mordía sus ricos labios. Lo disfrutaba. Pujó para sacársela, y aproveché para jalar el cordón. Dios, que rico le salía esa bola de su sabroso ano.
- Mmmm!!! Que rico!!, dijo
Abría y cerraba su lindo hoyo. Dios mío, estaba bien abiertota y antojable. Coloqué nuevamente la bola plateada y la empujé. Entró en ella más fácil de lo que pensé.
- Ay, que rico!! Méteme otra, me rogó.
Formé una gota de saliva con mis labios y la dejé escurrir para que cayera sobre la bola que le iba a introducir. La lubriqué toda y la fui enterrando poco a poco hasta meterla.
- Aaahhh!!! Sii!!!, jadeo apretando la almohada.
- ¿Qué sientes?
- …rico, me gusta.
Al estar recostado sobre el lado izquierdo de mi cadera y mi brazo izquierdo, podía besarle el hombro izquierdo y sus labios. Y fue lo que hice. Me pegué a ella y le froté las nalgas. Abrazamos nuestras lenguas. Mientras nos besábamos intenté meterle mi dedo medio en su colita pero las bolas no me permitieron meterlo mucho. Sonrió mientras lo hacía.
- Sácalas y cógeme.
Me cambié de lugar arrodillándome frente a su colita y jalé las bolas. Abrió. Su entradita pujando. Lo que menos esperaba es que le saliera otra cosa. Salió la primera. Salió limpia. Sin duda es limpia de mente sucia.
- Aaahhh, gimió ligeramente.
Me subí sobre ella encerrando su cuerpo con el mío apoyando mis rodillas aún lado de su cintura y con el brazo izquierdo aún lado de su cabeza.
- ¿Qué, tía?, ¿sientes que estás cagando?
- …ajá.
- Vamos, sigue cagando las bolas, me gusta que pujes.
Siguió empujando hasta expulsar la segunda bola. Estaba húmeda de su rico culote. En ese momento me di cuenta que me estaba gustando lo pervertido y sucio que podía ser ella. Puse las esferas sobre su espalda y tomé el dildo con la cola de zorro. El dildo no era muy grande. Media como cinco centímetros. Lo lubriqué con la boca y coloqué la punta sobre su hoyito. Al estar ya más abierto fue fácil metérselo. Lo fue empujando hasta llenarle ese ano de ese dildo de plástico color negro.
- Aaahhh!!, gimió.
- Que rico te entró, tía. Tienes el culo bien estrecho.
- Siento rico. Sácala y vuelve a meterla.
La retiré con la aguda de sus pujones y de la enterré.
- Ay, que rico!!
Saqué y metí, saqué y metí. Penetraba su culo. Lo dejé y azoté su glúteo derecho. Formé una coleta con su cabello y la jalé hacia mí. Las bolas cayeron sobre la colcha.
- ¿quieres que mejor te meta mi verga, tía.
- …si!! Métemela!!! Quiero que me cojas bien rico!!
La solté aventándola y me quité el pantalón, los tenis y el bóxer como loco. La agarré de los tobillos y la acerqué. Se puso en cuatro con el culito bien levantado. Le quité la cola de zorro y me atreví a chuparlo. Me miraba mordiendo su labio inferior como si lo disfrutara.
- Toma, hazlo tu también, le dije tirando de su coleta y metiéndoselo en su linda boca.
Me excitó tanto que lo chupara. La solté y le di una fuerte nalgada en su nalga derecha. Su glúteo se sonrojó. Siendo de piel blanca pálida, se le formó un circulo rojo. Bajé un poco su colita y recargue mi verga sobre su rico hoyo. Apreté mi tronco con sus ricas nalgonas. Sus glúteos abrazaban mi larga verga.
- Métela, ¿Qué esperas?, me apuraba
Di un respiro y coloqué mi punta en su agujero. Empujé lentamente hasta adentrarme en ella. Metí mi glande. Lo saqué. Escupí tres veces mi mano para poder lubricar bien mi polla. Al estar lista volví hacer el mismo acto metiéndola toda de un solo golpe.
- Aaaahhh!!! Que rico!!!
- Te entró bien rico en la colita, tía
- …sii!!! La tengo bien metida!!!
- ¿te duele?
- Un poco, pero tu sigue!! Ándale!!! Rómpele el culo a tu tía!!
- Lo que tu digas,
Se la saqué a la mitad y la metí. Sus gritos me enamoraban más de ella. Por fin le llenaba el hoyo con mi vergota. Se me había cumplido el deseo de culeármela bien rico. Seguí dándole verga por su sucio agujerito. Se quejaba la pendeja pero no paré ni un segundo. Rasguñaba la sabana y apretándola de un puño.
- Que rico te lo meto, tía.
- Si, mi amor!! Se siente bien rico!!
- Soñaba con esto desde hace tiempo. De metértela en tu rico rabote.
- ¿si?
- Así es!! Aaahhh!!!
No sabía que tan limpia podría ser, pero no me importaba si me sorprendía con algo. No era su culpa. Seguí dándole con fuerza. Estaba bien profundo su culote. La saqué toda y la llené de nuevo. Dio un desgarrador gemido.
- ¿te gusta que te den por el hoyo?
- Sii!! Me gusta!!! Sigue!!! Lléname el culito, mi amor!!!
Continué llenándola por unos minutos. La retiré y se la metí en su rica conchota.
- Aaaahhh!!! Siii!!! Así!!!
- Sii, tía!!! Se siente bien sabroso!!! Está bien sabrosa tu rajita!!
- ¿te gusta mucho?
- Si!! Te la comería todo el maldito día!!, dije acostándome sobre ella.
Se dejó caer. Se me salió pero en seguida se la metí envolviéndonos en un deleitante placer. Dios, se sentía de maravilla.
- Aaahhh!!! Dios!!!
Me paré poniéndome de pie tal como estaba y la jalé de su coleta. Quedo arrodillada sobre la cama. La penetré sin soltar su suave y fino cabello. La jalé haciendo que su cara quedara viendo el techo.
- Flexiona un poco las rodillas, le pedí.
Me obedeció. La razón por la que se lo pedí fue para que sacara más el culote. Agarré las bolas y se las di a chupar. Las lengüeteó con gusto. Saboreaba cada una. Al ver que estaban bien cubiertas de su saliva, las coloque en su anito empujándolas lentamente. Cerró sus ojos dejándose llevar por la sensación. Se frotaba las tetas. Se veía tan rica en esa posición. Una vez que había entrado una esfera, le metí la otra. Ambas la llenaron por segunda vez. Metí mi índice en su orificio y lo giré alrededor de la segunda bola. Le entraba tan rico mi dedo que no quería sacárselo.
- Aaahhh!!! Sácalas!!!
Saqué mi dedo y lo enrollé para jalar. Sin dejar de cogérmela fui retirándoselas. Bien húmedas de su culote las saqué. Bien abiertote que le quedó el ano. Seguí cogiéndomela. Puse las bolas en la caja y le penetre ese hermoso agujero con mi índice derecho. Forme un gancho con él y le levanté un poco el culo. Apretó el ano con mi dedo.
- Aaahhh!!!, Levántamelo.
- Está bien abiertote tu culote, tía
- …sii!!
Jugó con mi dedo apretando y aflojando su orificio. Pujó sacándolo lentamente. Abrí bien la mano y la planté en su nalga derecha fuertemente hasta que me ardiera la mano.
- Aaaaaauuuu!!!!, se quejó del dolor.
La solté ya agarré ese culote bien abierto y me incliné para resbalar toda la lengua desde su vagina hasta su ano. Las ganas de meterle la lengua no las pude aguantar así que la metí y lengüeteé. Me enderecé y flexioné las rodillas y le metí la verga lentamente.
- Métela, eso!!! …que rico!!!
- Si, tía!! ¿te gusta mi vergota?
- Si, me encanta!! Está bien rica!!
- ¿mejor que la de mi tío?
- Si…mejor.
Sonreí de lo bien que me había alagado. La saqué y se la enterré con fuerza haciendo que mis bolas chocaran con sus nalgas.
- Aaahhh!!! Sii!!!! Así!!!! Que rico!!! Hazlo otra vez!!!
- ¿quieres más, hermosa?
- Sii!!! Otra vez!!!
La agarré del cabello fuertemente y la jalé hacia atrás con agresividad metiéndosela con fuerza nuevamente.
- Ay!!! Que rico se siente!!!
- Si, ¿verdad?
Se la metí con agresividad unos cuantos minutos. Besé su cuello. Lo lamí probando esa blanca y fina piel. Sus hermosos ojos estaban cerrados y su boca se mantenía abierta soltando unos suaves y tiernos gemidos.
- ¿Te imaginas lo que pensaría mi tío si se entera de esto?
- Noo!!! No debe de saberlo nadie!!
- Nadie lo sabrá, tía. Descuida!!
- No, nadie, ¿prométemelo? Aaahhh!!!
- Nadie, lo juro. Por cierto, ¿tienes limpio el culo?, tía.
- Eso creo, ¿Por qué?
- Sólo preguntaba, porque te la estoy metiendo bien hasta adentro.
- Pues…cuando la saques revísatela.
- No tía, confío en ti. Además, hasta con mierda te la metería de lo ricota que estás.
- Jaja ay no!!! Que asco y que vergüenza.
- Y que rico, ¿no?
- Noo!!! Ya!!! Cállate y sigue metiéndola.
La abracé del estómago con las piernas flexionadas y seguí metiéndosela. Le entraba tan rico que no quería parar.
- Sácala, sácala, me pidió.
Lo hice y la maldita se tiró un pedo.
- …perdón, dijo algo apenada.
- Mmm que rico, dije metiéndola.
La verdad me gustó que se tirara uno. Quizás fue de ella o porque le entró el aire mientras me la cogía.
- Acuéstate en la cama, me pidió.
Se la saqué y me recosté donde estaba ella. Se hizo aún lado para acostarme. Se mojó los labios y agarró mi vergota bien parada para luego chuparla. Se metió la mitad y succionó probando el sabor de su culote.
- Mmmm que rica sabe, dijo al sacársela.
Se dio la vuelta dándome la espalda y subió sobre mí metiéndose la verga a su conchita bien húmeda. Se apoyó de sus pies aún lado de mis rodillas y sus brazos aún lado de mis costillas.
- Aaahhh!!!, gimió al bajar su colita.
La tomé de la cintura tomando el mando de su penetración. Mi verga le entraba tan rico. Resbalaba por sus paredes abrazando mi cacho de carne bien duro. Bajaba y subía su culote penetrándole bien la vagina.
- Mmm!!! Que bien se siente!!
La dejé colgando sosteniéndola de la cintura y subí mi pelvis para penetrarla a mi gusto, a mi ritmo. Aunque pesaba un poco, no me importó, la sensación de cogérmela me hacía olvidarme de todo.
- Sii!!! Así!!! Más rápido!!!
- ¿más?
- Si…más!!!
Retrocedí hasta las almohadas y me recargue sobre la cabecera. Se montó de nuevo sobre mí. Levantó el trasero y comencé a metérselo con ritmo lento. Quería disfrutar unos minutos de su vagina en dado caso de que me viniera al metérselo más rápido. La sostuve fuertemente de la cintura y le concedí su pedido. Mi verga le entraba al ritmo que me había ordenado.
- Aaaahhh!!! Que rico!!! Siii!!!
- ¿si, tía? ¿así te gusta?
- Sii!!! Me gusta!!! Sigue!!!
Estuve cogiéndomela a ese ritmo. Sus gemidos no dejaban de salir de su hermosa boquita. Dios, lo único que pensaba era en no venirme. Sentía de maravilla pero por otro lado pensaba en otras cosas para no centrarme tanto en el placer para no acabar y arruinarlo. Mi vergota entraba y salía de su rica concha.
- Siii!!! Dios!!! Más!!! Más!!! Cógeme más!!!
- Si, tía, claro que si!!!
Estaba con las ganas de explotar pero me contuve lo que podía. Podía sentir mi sangre alrededor de mi cara de lo excitado que estaba. Subió su mano derecha a su rostro y se lo tapó. Luego se peino echando para atrás su cabello y regresó su brazo a la cama.
- Aaahhh!!! Que rico!!! Sii!!!
Cerraba y abría las piernas. Le di más fuerte y más rápido.
- Siii!!! Así!!! Que rico!!! Aaaahhh!!! Más, más!!!
- Explotare, tía!!!
- No me importa sigue!!! Aaahhh!!!
- Sii!!! Que rico!!! Se siete tan bien!!
- Aaaahhh!!! Siii!!! Dios!!! Dios mío, dios mío!!! Aaaahhhhhh!!!! Rayossss!!!
Esa última palabra terminó en un extraordinario orgasmo. Volvió a explotar. Meaba chorros de su rico orgasmo. Sus gemidos me excitaban y me encantaban. Se encogía, sus piernas se cerraban y temblaban, su pelvis subía y bajaba. Temblaba todo su hermoso cuerpo. Me preocupaba que mi primo escuchara. Agarré mi verga y se la volví a meter. Dio un desgarrador gemido volviendo a expulsar ese líquido. Era poco pero estaba seguro que la volvía loca. Su cabeza la echó para atrás colgándola. La acosté a mi lado izquierdo dejándola boca arriba y se retorció. Doblaba sus piernas, retorcía ese lindo cuerpo. Me subí sobre ella. Abrí sus piernas y la penetré para venirme igual. Estaba yo al borde de la explotación también. La penetré como loco. Estaba tan desesperado de venirme ya.
- Que rico!! Siii!!!! Aaahhh!!! Otra vez aquí…voy, Aaaahhh!!!!
Soltó un tremendo gemido expulsando un chisguete de su vagina. Otro pequeña orgasmo que la hizo casi desmayarse. Seguí lo más rápido hasta terminar dentro de ella.
- Aaahhh!!!! Siii!!!! Que rico!!!, dije al expulsar mi semen dentro de su vagina.
Una maravillosa sensación invadía mi cuerpo. Sentía extraordinariamente rico.
- Vamos, mi amor, sii!!! Vente bien rico!! Siento caliente!!
Me quedé sin energías, tirado sobre ella. Quedé totalmente exhausto. Me levanté y entre al baño. Oriné para retirar los residuos de semen que no habían salido.
- ¿Necesitas que te la limpie?, me preguntaba en voz alta.
Salí y caminé a la cama. Se acercó a la orilla a gatas y se recostó sobre sus pechos. Me detuve y abrió su boca para atraparla. La chupó lamiéndome la punta.
- Mmm sabe a meados, que rico, dijo
- ¿Apoco te gustan?
No contestó y siguió mamando. Me la limpiaba bien rico. Se la saqué y me la limpié con su sábana. Me vestí.
- ¿y ahora?, le pregunté.
- Pues…necesito ver que hace tu primo.
Me había olvidado de él. Aunque no podía sospechar del porqué estoy en su casa puesto que mi tía llamó a mi mamá, pero el tener la puerta cerrada lo iba a cuestionarse. Así que preferí que ella saliera para revisar. Se vistió y lo fue a ver. Tardo cono cinco minutos.
- Lo metí a bañar, necesito que te vayas, no quiero que piense otras cosas.
- Es muy chico, dije.
- Por favor, otro día lo volvemos a hacer pero vete.
Con sólo decir eso me convenció de marcharme.
- Está bien.
Salió a dejarme. Iba por delante de ella. Antes de llegar a la puerta me di la vuelta y la besé. Abracé su cintura y bajé las manos a su rico trasero. Cubrí sus nalgonas con mis manos y se las levanté bajando mi boca a su cuello.
- Estás súper buena, tía.
- Jaja ya, vamos, vete.
- Te comería el culo otra vez.
- Jaja no ya, otro día, ya es hora, dijo apartándome con sus manos.
La solté y la volví a besar.
- Te quiero, le dije.
- Yo también te quiero, y…gracias.
- Cuando quieras, y hasta cuando no.
- Jaja ya bye!!
- Nos vemos.
Fue mi mejor día de la semana sin duda. Nada podía ser mejor que eso. Y bueno con estas tres partes me daré un descanso. Han pasado más cosas pero todo es muy similar. Y quise compartir con ustedes lo más interesante de toda esta aventura con mi tía. Espero que les guste. Y espero volver a escribir otra interesante historia.