A mi prima le van las tías
Tercera parte. Marta me enseña que le gustan las rubias.
Era sábado en la mañana, mi madre toco suavemente la puerta para decirme que el café estaba listo, Marta despertó entre mis brazos, desnuda, y me saludo con un beso húmedo y amable se levanto y se puso una camiseta y yo me puse unos pantalones cortos vaqueros.
Salimos a desayunar, mi madre nos recibió con buena cara y haciendo como la que no se entera lo mismo que mi padre en fin yo no sería quien se quejase. Mis padres tenían alguna movida en el colegio y dijeron que pasarían fuera todo el día, en cambio el plan el domingo era ir a la piscina municipal de Vallehermoso y comernos una paella.
Después de la sesión anal de la noche anterior ninguno estaba suficientemente puesto para follar esa mañana así que mi prima se metió sola a la ducha luego cuando me duché yo ella ya estaba vestida, si así se puede llamar al mini vestido de tirantes azul que llevaba.
Aquella mañana ella estaba mas interesada en política que en otra cosa, así que decidí hacer un par de llamadas, iríamos a uno reunión de un grupo comunista universitario de amigos míos. Juan era un estudiante de Historia de 20 años, yo le conocía del partido y éramos amiguetes, nos juntamos con él en Quevedo y cogimos el metro en dirección a Sol, allí nos bajamos y caminamos hasta una casa particular en la calle Arenal. Era un segundo sin ascensor de una casa grande, posiblemente señorial en otros tiempos pero que ya había perdido su esplendor y que estaba en decadencia. Un muchacho de pelo y barbas castañas y ojos claros nos abrió la puerta, yo no lo conocía, dijo llamarse Tomás. Era un abogado laboralista bastante joven, aquella casa era su vivienda y despacho, había pertenecido a sus abuelos y ahora que él la había heredado le venía estupendo. La reunión era un comité organizado por Juan con el propósito de pegar carteles contra la OTAN, éramos como 15 o 16 personas estuvimos debatiendo bastante duro como siempre se puso patente las diferencias entre los "eurocomunistas" y los "pro-soviéticos" como yo Tomás era de los nuestros como su compañera, una preciosidad rubia de ojos verdes, a la que apenas podía quitarle el ojo de encima, claro que Tomás no se los quitaba a Marta tampoco. Al final acordamos que Ricardo mi amiguete se encargara de los carteles, yo por mi parte tenía 4 o 5 personas que podían pegarlos aunque eso era arriesgarse a que los fachas te partiesen la cara o los maderos pero estábamos acostumbrados a eso.
Cuando íbamos a despedirnos e irnos a comer, Marta hizo un movimiento que me dejo boquiabierto se acercó a Laura la compañera de Tomás y le dijo que si no sabía de un buen sitio para tomar unas cañas pues ella y yo no teníamos nada que hacer Laura sonrío y discretamente nos invitó a quedarnos comer había merluza rebozada dijo si queréis podéis ir por unas cervezas y regresáis en un minuto nos dijo Tomás yo no estab muy contento pero a ver así que cuando salimos a la calle camino de los ultramarinos poco menos que le eche una mirada asesina a Marta, joder yo quería volver a casa y follar antes de que mis viejos regresasen ella me miró y riéndose dijo que no pusiese esa cara que ella sabía lo que hacía.. y que aquella tarde no la iba a olvidar mientras viviese.
Cuando regresamos la mesa estaba puesta, comimos y bebimos, mientras hablamos sobre todo de política y Tomás me pregunto por mi tío en Moscú cuando Laura sirvió el café Marta casi hace que me ahogue "Laura, sabes que tienes unas tetas espectaculares", le dijo se hizo un silencio claro "mi primo no te puede quitar los ojos de encima, bueno yo tampoco, ni tu marido a mí yo conozco a las parejas como vosotros.. os gusta la libertad como a mi así que dejémonos de cortejos y porque no te llevas a mi primo a dormir la siesta mientras tu marido me enseña el despacho y su habilidades legales no se por que pero creo que lo suyo es la oratoria" claro que se hizo un segundo de violento silencio hasta que Laura cogiéndome la mano y mirándome con sus ojos verdes me dijo "veo que tu prima Marta es una mujer de mundo a la que le gustan ciertos placeres, ¿por qué no seguimos su consejo y vamos a dormir la siesta?", entonces se volvió a su marido y le dijo "Tomás atiende a la señorita, luego podemos tomar la merienda juntos y jugar a dobles" "eso me encantaría" añadió Marta, esbozando una sonrisa mientras Tomás la tomaba la mano.
Yo apenas podía creer lo que había pasado.. Ni los relatos del LIB rivalizaban con esto Laura me guió por el largo pasillo hasta su dormitorio era una habitación luminosa que daba un patio de luz, una estancia pintada de blanco, con una cama de matrimonio con un cabecero de níquel plateado y tan solo unas sabanas blancas sobre ella. Todo el mobiliario eran la cama, una vieja cómoda de madera y una silla isabelina tapizada en cuero.
Laura se quito la blusa dejando al aire sus pechos enormes redondos y blancos su pezones eran grandes con aureolas rosadas, depuse se quito el vaquero, no llevaba bragas, su sexo tenia un mata de vello rubio como su cabeza yo me desnude tan rápido como pude y quede con mi pene al aire Laura me beso.. fue un beso rápido pero profundo, pero fue le sentir su cuerpo desnudo rozar le mío lo que nunca olvidare es curioso los fragmentos que el cuerpo recuerda mas allá de nuestras mentes, y ese es uno de ellos, ella se tumbo en la cama y seguimos besándonos mientras mis manos recorrían ese cuerpo lleno de curvas mi boca bajo por su cuello y ella me dejo de hacer suspirando fuerte y gimiendo ligeramente al sentir mi lengua bajar hacia sus tetas. Mis labios atraparon sus pezones los succione y mordisquee mientras la espalda de Laura se arqueaba y su cuerpo se apretaba mi , mi mano busco su entrepierna y encontré una raja húmeda, y lubricada, pase mi dedo índice arriba abajo lubricándolo hasta encontrar su clítoris como mi prima me enseñó, al tocarlo sentí la electricidad que recorrió el cuerpo de Laura, mis dedos bajaron y mi dedo corazón se introdujo en su sexo, haciendo que ella gimiese no sin sorpresa, para entonces mi boca se había dado un festín en su pechos.
Los dos estábamos calientes, eso era obvio y Laura decidió tomar la iniciativa de la mano me llevo a al silla y me sentó en ella, luego se subió como quien monta un potro ensartándose mi polla de una sola vez en la cueva de su chocho húmedo y caliente, quedo a horcajadas sobre mi, los dos de frente por un momento estuvo quieta, y nos besamos y entonces su caderas comenzaron amoverse a contonearse, su vientre a contraerse.. Aquello era increíble no se lo que duró, pero se que nos atrapó un frenesí incontenible ella no paraba de moverse y mi polla atrapada en el terciopelo de su vagina mandaba a mi cerebro oleadas de placer.. en nuestras bocas se cruzaban frenéticas las lenguas que se abrazaban hasta que sudorosos y jadeando estallamos en un orgasmo increíble yo sentí mi propia leche hirviendo inundar su cavidad, y resbalar sobre mi vientre.
Luego dormimos la siesta, en serio, nos tumbamos en la cama y dormimos bajo el calor de justicia del mediodía madrileño, desnudos sudorosos y abrazados.
Me despertó la risa de Marta diciendo algo así como mira que tiernos, y la voz de Tomas Marta estaba desnuda exhibiendo su cuerpo delgado muy bronceado sus tetas pequeñas y su sexo de labios rojos entre la mata de vello negro rizado
Laura me beso en los labios antes de decir palabra y proponer que tomásemos café Fuimos al salón y mientras las chicas preparaban café yo me senté con Tomas, para mi era un poco violento pero no parecía serlo para él la luz de la tarde comenzaba ser mas tenue, aun así las contraventanas permanecían cerradas y el salón estaba iluminado por un claridad extraña ese sol y sombra de las tardes de verano hacia calor y los cuatro aun estábamos desnudos y sudorosos
Sorbí el café negro humeante y con dos cucharadas de azúcar el café caliente alivia la sed
Marta empezó a jugar con el pelo rubio de Laura, pronto sus labios se acercaron y empezaron besarse.. yo nunca había visto dos mujeres hacer eso no en vivo y ne directo claro desde luego era el espectáculo mas bello que un hombre puede contemplar,
Pronto su cuerpos estuvieron enroscados uno en otro sus pieles sudorosas se rozaban como si quisieran mezclarse, sus pechos se frotaban y mientras sus bocas frenéticas no paraban de besarse vi como sus manos se perdían en la entrepierna contraria por los gemidos de placer pude saber sin duda que cada uno pretendía hacer gozar a la otra como nunca en apenas cinco minutos Marta llego y se estremeció de placer con espectaculares gemidos entonces se desembarazo de los besos de Laura y bajo besando sus pechos y depués mordiendo sus pezones hasta llegara su sexo hundió la cabeza entre las piernas y apenas unos minutos mas tarde Laura emitía genuinos gemidos de gozo que culminaban con un espectacular orgasmo
Para entonces los hombres estábamos con las pollas duras como piedras, erectas, apunando al cielo y los huevos hinchados llenos de leche. Tomas agarro a su esposa y de la mano cruzo la sala hasta llegar a la mesa de comedor la subió y abriéndola de piernas sin perder el tiempo le metió la polla arrancado un gemido de placer empezó a bombear, sin prisa pero sin pausa.. un ritmo cadencial, que parecía desesperar a Laura, ella le agarraba las nalgas a Tomas clavándole la uñas mientras el magreaba sus grandes tetas blancas.
Marta se puso en el sofá a cuatro patas, apoyada en el respaldo desde allí tenía una vista privilegiada de la escena del comedor. Su culo quedo en pompa, redondo y jugoso con la rajita de su chocho ofreciéndoseme tentadora luego volteo la cabeza y me miro con esa mirada picara, mitad inocente mitad lujuriosa así que yo ni corto ni perezoso me levanté y se la clave de un solo golpe, le entró sin esfuerzo en su coño lubricado pero apretado, ella exhalo uno de sus quejidos de placer que tanto me excitaban, yo empecé a follar sin parar, dentro y fuera con golpes de riñón al mismo tiempo teníamos una vista privilegiada de cómo Tomás estaba follando a Laura.
Mi polla entraba y salía de su coño húmedo y caliente, la humedad de su sexo bajaba por mis muslos, cada vez que la embestía mis huevos golpeaban la entrada de su sexo y podia sentir su culo bien durito contra mi estomago, un gemido ronco de deseo y una exhalación de aire acompañaban cada uno de mis golpes de riñón, cada cometida tensaba su cuerpo como un arco, yo notaba sus pechos henchidos entre mis manos y su pezones duros, su boca buscaba mi antebrazo y lo mordía lujuriosamente.
Cuando note que estaba cerca paré, saqué mi polla, le di la vuelta, nuestra miradas se cruzaron todos deseo todo ardor y volví a meterla; ahora estaba encima de ella nuestros cuerpos sudorosos eran como una maquina de precisión bien engrsada, ahora los gemidos no eran ahogados si no gritos agudos de placer que ella emitía cada vez que mi polla llegaba al fondo de sus entrañas yo mismo empecé a acompañar mis embestidas con bufidos rítmicos, podía sentir su clítoris ardiendo y entonces llego su orgasmo apenas note su cuerpo aflojarse el mío llego pude sentir mi semen abandonando mis huevos y fluyendo por mi polla dentro de su coño.