A mi prima le gusta por detrás
Carlos descubre los placeres anales con su prima en una cálida noche de verano
A mi prima le gusta por detrás.
{Julio de 1981, Carlos tiene 18 años y hace unos días perdió la virginidad con su prima Marta. Aquí continúa mi relato Mi prima Marta}
Imaginado, vivido, soñado, todo, nada, quizás quién lo sabe.
Cuando desperté aquella mañana con el cuerpo desnudo de mi prima al lado, me llamó la atención que mi erección no era tan espectacular como la de días anteriores. Pareciese que dormir dos noches con una mujer era suficiente para que mi cuerpo empezase a inmunizarse contra los encantos femeninos, o quizás serían las 48 horas eyaculando sin parar
El caso es que Marta también lo notó y como era de la segunda opinión, decidió que aquel día nos lo tomásemos con calma.
Durante el día no hicimos nada, hacía bastante calor, y afortunadamente mi madre había dejado la nevera bien surtida, ensaladilla rusa, tortilla de patata, gazpacho así que no teníamos que preocuparnos de cocinar.
Ambos pasamos el día leyendo Marta se enfrascó en un manuscrito que mi papá estaba escribiendo sobre le efecto debilitador en la izquierda del llamado eurocomunismo y como el alejamiento de la URSS a la larga implicaría de un lado la debilitación de la revolución soviética y de otro el retroceso de las conquistas sociales d el clase obrera en al Europa occidental, luego estuvieron debatiendo acerca del pro sovietismo y del partido comunista en Francia Yo por mi parte tenía que hacer unos ejercicios de ruso así que me encerré unas horas en mi cuarto a estudiar.
Después de comer y para ayudar a combatir el calor una buena siesta fue el remedio ideal.
Aquella noche mis padres tenían no se que comité, así que después de cenar se fueron diciendo que no volverían antes de las 2 o las tres. Marta fue a limpiar la cocina y recoger los platos. Cuando regresó solo llevaba puestos unas increíbles sandalias blancas de tacón de aguja, el resto estaba desnuda y el pelo recogido en lo alto. Se inclinó sobre mi y tras besarme en la boca con pasión, me abrió la cremallera del pantalón y sacó mi polla que se había puesto dura como un mástil. Empezó a chupármela de arriba abajo, lamiéndola con la lengua desde la base hasta el capullo, para luego meterse la punta, y empezar a chuparme el capullo con aquellos labios carnosos suyos mmm lo hacía de maravilla, y con la mano izquierda me acariciaba mis huevos mientras se metía la polla en su boca casi por completo para luego seguir otra vez mamando mi capullo. No tardó en hacerme correr, mi leche caliente y espesa lleno su boca, y ella la tragó glotona.
Entonces me dijo que íbamos a probar algo nuevo, la penetración anal. Aquello me hizo excitarme más .de la mano fuimos hasta la cama y se tumbo boca abajo, allí primero me pidió que le besase las nalgas y que jugase con la entrada de su ano primero con la lengua y luego con el dedo. Su culo era de lo más apetitosa, pequeño pero redondo y respingón, se veía aterciopelado y era duro al tacto, no tenía marcas de bañador dadas sus aficiones nudistas y sus visitas a la costa azul. Empecé a morderlo, a lamer su luna llena, a sentir su piel fina bajo mi lengua. Entonces separé sus nalgas y vi el agujero marrón y cerrado como una estrella oscura de su ano.
Nunca antes había hecho lago así pero en una de las revistas clímax de Ricardo había visto fotos, cuando me acerque con intención de lamerlo, aún pude oler los restos de la crema hidratante que usaba mi prima, pero también el olor de la humedad de su sexo. Cuando sintió mi lengua jugar con la zona entre su sexo y el ano, noté como se estremeció al tiempo que expiró un placentero gemido. Mi prima no er alo que se dice silenciosa y no estando mis padres en casa no reprimía su jadeos y gemidos. Mi lengua subió hasta su ano y con la lengua empujé con fuerza la entrada de su culo, aquello me parecía realmente excitante . A ella le gustó y alabó mis maniobras pidiendo que continuase. Mi lengua rompió la resistencia de su agujero y penetro unos centímetros, la sensación era peculiar, pero lo más excitante era la sensación de poder, de libertad, de poder producir placer . Tras unas incursiones de mi lengua en su ano acompañadas de unos placenteros gemidos, tome el frasco de lubricante que ella me dejó en la mesilla.
Unte el lubricante en mi dedo y poco a poco fui introduciéndolo en su ano, el dedo entro con relativa facilidad, empecé a meterlo y sacarlo suavemente como si la estuviese follando; entonces ella me pidió que le metiese dos dedos. Dos dedos no entraban de forma tan fluida podía ver le esfuerzo de su esfínter dilatándose, entonces algún gemido de dolor se mezcló con los gemidos de placer, que eran casi enloquecidos luego pidió que la follase por el culo. Embadurné mi polla en lubricante. Y decidí atacar su ano. Primero metí la cabeza que entro con evidente dificultad ya que mi polla es bastante gruesa, ella gritaba y gemía al mismo tiempo, era evidente que dolía un poco pero parecía estar disfrutándolo, tenia los muslos rebosantes de flujos vaginales y sus manos perdidas en su sexo con dedos entrando y saliendo de su vagina, cuando tenía como unos tres o cuatro centímetro dentro de ella me pidió entre gemidos entrecortados con una voz ronca que denotaba como el deseo se había apoderado de su cuerpo, que ahora se la metiese de un golpe, lo que hice sin rechistar; aquello pareció doler, aunque su grito era de placer intenso, me pidio que la follase, que bombease como si fuera su coño. Eso hice, la sensación era riquísima, estaba apretado y realmente caliente era una sensación increíble ella gritaba y gemía como poseída, eran unos gritos enloquecidos en menos de un minuto se corrió con un orgasmo increíble, su cuerpo se convulsionaba como si una corriente eléctrica lo recorriese pero yo no podía para de follar, como me había echo correrme hacía una media hora ahora sentía que me iba a correr pero no me venía . así que seguí bombeando, ella gemía como desmayada pero jadeaba de puro placer, su cuerpo sin fuerza estaba abandonado casi inanimado, creo que estuve casi otros 15 minutos taladrando su culo, a los 10 ella tuvo otro orgasmo, y luego solo me decía que la llenara el culo con mi lefa caliente, cada acometida se acompañaba de un gemido ahhh cuando me corrí ella se vino por tercera vez, esta vez sin masturbarse siquiera, ella me pidió que me quedase dentro de su culo un poco lo que hice gustoso, nos quedamos varios minutos asii yo recostado sobre ella con mi polla en su culo lleno de leche. Luego se fue a limpiar y darse una crema que tenía, porque dijo que le había dejado el culo como un tomate, y era verdad, pero que no me preocupase, que lo había gozado como nunca, pues nunca se había metido una polla tan gorda como la mía por detrás.
Ni decir tiene que dormimos como angelitos y que despertamos pasadas las 10 de la mañana del día siguiente.