A mi mujer la gozó un colombiano guapísimo
Un vendedor de joyas colombiano, tremendamente guapo saboreó y se la comió a mi mujer, tanto es así, que yo creo que ella ha quedado totalmente complacida y lista para otro, o pra el mismo.
Esto me pasó sin quererlo y fue una sorpresa que me dejó pasmado y sin saber qué hacer, porque la verdad es que fue algo fuera de lo común.
Con mi esposa hacíamos el amor todas las noches y nos imaginábamos tantas cosas para hacer la relación sexual menos monótona, pero tanto ella llegó a imaginarlo y a desearlo que fuera real que al fin pasó.
Cuando hacíamos el amor, debo confesar que ella me pedía más, a pesar que yo había sido su único hombre, ella tenía ideas de miembros varoniles mucho más grandes y yo tuve la culpa, porque en la cama cuando estaba más excitada, yo le decía: imagínate que es una verga de 20 centímetros de largo y tan gruesa que te entra a la fuerza y cosas así para hacerla sentir mejor y más arrecha. Siempre me ha gustado verla excitadísima.
Un día mi mujer me dice, oye, hace unas dos horas llamaron a la puerta y era un señor colombiano que vende joyas de oro y plata y las da a crédito, me gustaría que me sacaras un collar lindísimo y es barato y si es a plazos, mejor. Para verla contenta acepté. El colombiano volvió en la tarde y se hizo el trato. El quedó en venir todos los días a cobrar el mínimo. Yo me quedé pensativo porque este colombiano miraba mucho a mi mujer y ella se reía por todo, es decir, que le estaba coqueteando. La verdad sea dicha, este hombre era un trigueño un poco alto, de buen cuerpo y de rostro como dicen las mujeres, guapísimo. Por la noche nos tomamos unos tragos y mi mujer quiso fantasear como otras noches. Me dijo que si la dejaba imaginarse algo nuevo pero no me lo iba a decir. Así fue la cosa y esa noche estuvo maravillosa y más arrecha que las otras noches, pero empezó a pedirme que se lo meta más y mis 15 centímetros estaban todos adentro de su sexo. Se levantó insatisfecha como pocas veces y me dijo que un día de estos le comprara un consolador de 20 centímetros por lo menos. Me enojé con razón diciéndole que que le pasaba ahora si antes no pedía tanto. Respondió que si le gustaba mi verga pero que no podía terminar como quería, que le hacía falta algo más grande. A los pocos días me dijo que el colombiano le había traído más joyas para que las viera, yo no acepté y ahí quedó la cosa.
El sábado siguiente al salir de mi turno a las 4 de la tarde, encontré al colombiano en la sala mostrando un paquete de joyas en una franela, pero lo que me sorprendió fue encontrar a mi mujer en una ropa poco común para recibir visitas. Tenía puesto una blusa blanca ajustada que le cubría solamente hasta más abajito de los senos, y todavía sin sostén, notándosele con toda claridad los pezones y una minifalda del mismo color tipo licra que se le pegaba al cuerpo. Y el colmo de los colmos, al levantarse a recibirme pude verle hasta la tanguita blanca que llevaba puesto. Mi mujer tiene un cordoncito de pelos que le sube desde el vello púbico hasta el ombligo, la verdad es que cada que la veo con esa ropa y miro ese cordoncito de pelos se me daña la mente. Al decirle que fuéramos un momento al cuarto, se dio la vuelta y casi me caigo de la sorpresa. Se le notaba con toda claridad la raja de las nalgas. En definitiva, se había vestido así para que la viera el colombiano.
Al reclamarle por que se había puesto esa ropa, me dijo que ella me esperaba así vestida porque me gustaba que se pusiera esas dos piezas tan provocativas y que cuando llamaron a la puerta pensó que era yo y la abrió, que nunca se imaginó que era el colombiano y que no le quedó más remedio que dejarlo entrar por educación. Bueno, la explicación era lógica y la acepté y ya no podía ponerse otra ropa porque que iba a pensar el colombiano. Salimos a la sala y seguimos conversando con el vendedor pero yo ya sospechaba algo.
El empezó a contarnos su vida, que había huido de Colombia por la guerrilla y que estaba solo en un país extraño. Me dio cierta pena y lo invité a unos tragos y hablamos de todo un poco, pero precisamente a mi mujer le cogió una pasadera frente a él, que a traer hielo, que al baño, etc., hasta que se asomó a la ventana un buen rato mostrando toda su tanga a través de la falda. El amigo estaba sentado frente a la ventana y yo notaba como la mirada se le iba insistentemente a mi mujer.
Mi mujer me dijo que se iba a reposar un rato al cuarto porque le había cogido un poco la bebida y así lo hizo. Pero el cuarto quedaba a un costado del pasillo que da al baño y no tiene puertas sino una cortina de seda. El colombiano cada rato me decía que iba al baño a orinar. Yo ya me sentía mareado y en una de esas fui al baño y que fue lo que vi, mi querida y linda mujer "inconscientemente" se había acostado en la cama con una tentadora negra e hilo dental del mismo color, supuestamente a esperarme preparada, pero precisamente la cama daba frente a la puerta, es decir, que ella estaba acostada con la cabeza hacia la pared y las nalgas hacia la puerta. Mostraba todo al que pasaba, con razón el colombiano iba tantas veces al baño. Pero no estaba dormida, lo noté cuando no hice ruido al regresar y ella pensó que era el colombiano y abrió las piernas mostrando todo y más de eso. Me hice el tonto y no le reclamé nada. Tomamos hasta cerca de las doce de la noche cuando le dije que ya me encontraba mareado y que termináramos la reunión. El me agradeció y se fue. Entré al cuarto e hicimos el amor con mi mujer pero la noté apurada porque yo terminara, me pudo el sueño y me quedé dormido.
Mi mujer sabe que cuando me emborracho duermo seco que no me levanta nada y ella de eso se confió, pero esta vez no estaba tan borracho, algo me anunciaba peligro, quizás era un sexto sentido. Como a las tres de la madrugada me desperté con sed y no vi a mi mujer en la cama, me quise levantar pero no lo hice y me aguanté acostado, pero noté la luz roja de la sala que siempre pongo cuando estamos románticos con mi mujer. No atinaba por efectos del alcohol cual era la situación, cuando entra despacito mi mujer, se acerca a la cama y me observó por un rato, empecé a "roncar" y ella salió del cuarto. A los diez minutos me levanté despacito, abrí la cortina y miré desde adentro sacando un poquito la cabeza. Estaban sentados en el mismo mueble el colombiano y mi mujer, uno al lado del otro, pero n o sentados normalmente, se estaban besando descaradamente.
Quise salir y actuar, pero presentí que iba a ser un escándalo en el barrio y me quedé donde estaba. Ella se levantó y quedó frente a él aún sentado, le puso los pechos en la boca y el colombiano empezó a mamárselos y con las dos manos le sobaba las nalgas hasta que mi mujer se paró encima del mueble y el seguía sentado. Le pudo la vagina justo en la boca. Vi cuando el colombiano con un dedo le abría hacia un lado el hilo dental y se le prendió a mamarla. A pesar de la rabia, inexplicablemente sentí una erección formidable y me dejé llevar por el morbo momentáneo. Estaba en palco y ellos se olvidaron de que yo existía. El hombre parece que le hizo un buen trabajo con la lengua porque mi mujer hizo los movimientos que conozco cuando va a terminar y cayó encima de él. Después de eso, mi mujer o mejor dicho la puta de mi mujer se arrodilló frente a él y le dijo pídeme lo que quieras mi vida y conforme hablaba le bajaba el cierre del pantalón.
Cuando vio salir la verga del colombiano mojada totalmente, empezó a limpiarla con la lengua y a mamarla con deleite y le decía mirándolo desde abajo, primera vez que veo algo tan grande, siempre fantasié con tener una así en mi boca y ahora la tengo. Mamó un buen rato hasta que el colombiano la acostó boca abajo en el mueble, yo pensé que le iba a dar por atrás, pero no fue así, se trepó encima de ella, le puso un almohadón debajo, con lo que ella brotó las nalgas, le abrió despacio las piernas y empezó a metérsela por la vagina. La verdad es que yo no puedo hacer eso porque no me alcanza, se decir, acostados no, en cuatro si puedo, pero este hombre, ella acostada de espaldas y él encima de ella, la penetró por la vagina y ella sentía un hombre en sus nalgas y una verga en su vagina. Yo miraba como mi mujer se retorcía de gusto y decía en voz baja y contenida para no hacer ruido, "siempre quise que me culearan así, es tan rico". La verdad es que cualquier hombre se siente humillado, pero desgraciadamente mi verga no mide tanto, es la verdad.
Bueno, hicieron de todo hasta las 5:30 de la mañana. Yo ya estaba cansado y por fin se acordaron de mí. Me hice el dormido, él se fue, ella fue al baño, vino a la cama, se acostó a mi lado y me abrazó. Sentí ganas de reclamarle por lo que había visto pero no lo hice, cosas de la vida. Pero sorpresa, a pesar de haber sido culeada tantas veces esa noche, me pidió que le haga el amor, que estaba picada por los tragos y lo que es peor, me dijo lo que siempre rehuye, "esta noche quiero que me rompas el culo". Con la rabia y los celos, le rompí el culo nuevamente con que fiereza y deseos y fue tan rico y delicioso hacerlo que pensé que esta mujer puede culear fácilmente con dos hombres a la vez. La verdad es que hace el amor tan deliciosamente bien hecho que cualquiera se enamora de ella. Sinceramente, es bonita y tan rica que provoca comérsela en cualquier parte, pero es mi mujer y la quiero y deseo tanto que no me gustaría perderla.
Me gustaría saber, de gente de experiencia, porqué no hice nada antes de que ellos empezaran a hacer el amor, pude detenerlos y no lo hice. Quizás quise complacerle a ella su fantasía, esta vez real, o fue el morbo que siente todo hombre normal ¿o es anormal?. Por favor necesito que me digan si esto es común o yo estoy fallando.
Confundido