A los cuarenta (2)
A esta pareja le gustan las emociones fuertes y a nosotros nos encanta dejarnos llevar por primera vez.
Teresa y Josemaría son una pareja excepcional, nos obsequian con un show que nunca habíamos presenciado. Tanto mi mujer como yo habíamos visto películas porno antes, la mayoría de las veces cada cual por su cuenta y en alguna ocasión muy concreta los dos juntos.
Lo que ahora nuestra pareja amiga nos ofrece en directo y a escasos centímetros de distancia, es algo completamente distinto, es una mezcla de amor dentro de la pareja y una actuación explosiva de dos consumados actores porno.
De vez en cuando nos miramos, como queriendo comprobar que lo que estamos viendo es real y que no estamos ante una película, y enseguida volvemos a mirar para no perdernos detalle. Sin duda, Teresa es la mas atrevida y morbosa, la que elige las posturas y la que marca el ritmo haciendo gala de una repertorio de posturas y técnicas. Nosotros estamos alucinados, paralizados por la emoción al tiempo que disfrutamos como hacia mucho tiempo que no lo hacíamos.
Por indicación de Teresa, JoseMari hace la pose de estatua. De pie, junto a la cama con un pie apoyado sobre el colchon y el otro en tierra. Las manos unidas a la espalda y la polla tiesa como un palo al frente. Su esposa se pone en cuatro delante de él dándole su culo, alarga la mano hacia atrás, se la coge y la dirige para que se apunte bien hacia su raja.
De un empujón fuerte y seco se la traga por completo. A continuación es ella la que se balancea adelante y atrás para follarse con la polla que permanece inmóvil. Sus hermosa tetas se balancean con sus arremetidas contra el pubis de su marido, aunque lo mas sobresaliente es la caritas que pone cuando tras dar un fuerte empujón siente toda la polla en el interior de su vagina.
- Deja que sigan ellos solos... quiero que me hagas unas fotos a mi - me dice mi mujer haciendo un mohín con los labios y metiéndose la punta de los dedos por la cinturilla de la braguita.
Me parece asombrosa la tremenda excitación que nos ha provocado la visión de los cuerpos desnudos de nuestros vecinos, ver como se acarician, y como hacen el amor delante de nosotros, sin reparos, sin pudores infantiles...
Mi esposa se toca los pechos por encima del soten y aprovecho para hacerle las fotos más sexis que le haya hecho. Luego me enseña la espalda, el culo, y el cogote desnudo. Se echa las braga a un lado y me enseña la rajita vista por detrás... foto...foto.. no paro de disparar.
Se da la vuelta y me muestra su coñito ahora libre de la braguita. Se pone de medio lado para quele haga una foto de perfil donde se aprecia perfectamente la curva de su trasero, su piernas y su pecho puntiagudo.
- Enséñame el conejito juguetón que tanto me gusta - le digo poniéndome enfrente y moviendo una mano para indicarle que separe las piernas.
Mónica lo hace y le hago una foto de su coñito con las piernas separadas, donde se aprecia una pequeña zona con pelitos, la zona de los labios bien rasurada, la fina rajita y parte de la curva de su culete. (esta foto la guardaré como un tesoro).
Luego Mónica apoya un pie sobre la silla y me ofrece otra panorámica distinta. Habiendo aprendido de lo que hace Teresa, se va colocando de forma que yo pueda captar como es su vulva, abierta por sus dedos, rosada y brillante.
Comienza a frotarse con la yema de los dedos sobre la pepita. Inmediatamente empieza a gemir. Le hago fotos con el zoom de su chochito y de la cara, para que luego se pueda ver. Me excita tanto ver a mi mujer tocándose y yo tomando las instantáneas que luego podremos ver, que me bajo los pantalones y mientras hago las fotos con una mano me la toco con la otra
Tampoco pierdo ocasión para sacar unas cuantas instantáneas a la otra pareja, que seguro luego vamos a volver a ver y a disfrutar juntos. Mientras les hago las fotos, mi esposa duda…no sabe si tocarse metiendo la mano por debajo de las bragas o meter la mano para tocarme la polla, que está tan gorda que ya no cabe debajo del calzoncillo.
Previendo que su esposo no puede aguantar mucho mas tiempo las culadas en su entrepierna y el intenso frote de su polla dentro de la vagina, Teresa decide hacer una pausa… una pausa para ellos…para nosotros ahora empieza otra fase de la seducción.
Se incorpora y viene hacia nosotros, insinuante, maliciosamente mordiéndose los labios y con una mano recogiendo parte del flujo que inunda su coño.
- ¿Monica, te gusta lo que estas viendo?... ¿a que no te lo esperabas? – le dice mientras continua acercándose con chulería.
- Ahora os toca a vosotros… darnos el espectáculo – dice al llegar hasta donde estamos, haciendo claras indicaciones para que nos movamos y nos situemos como ella dice.
Antes de que mi esposa pueda decir nada le pone la mano sobre los labios y la obliga a lamerle su propio flujo. Mi esposa es bastante remilgada para estas cosas, incluso se retiene a hacerme una mamada si no esta segura que me acabo de lavar. En esta ocasión, le chupa los dedos como si fueran la mayor delicia del mundo.
Cuando ya le ha lamido uno por uno todos los dedos, Teresa retira la mano para acercarse y darle un morreo… con lengua…ufffff, espectacular…parece que quiera sorberle los labios y su saliva. Mi esposa saca la lengua todo lo que puede y deja que se la chupe como si fuera un caramelo.
- Lo pasan bien las chicas, ¿no? – dice Josemari que ha vuelto a tomar la cámara para seguir tomando fotos de la escena.
Cuando nuestras mujeres se separan para tomar aire, el sostén de mi mujer queda prendido de las manos de teresa por lo que aparecen en escena las tetas de mi esposa. Las tiene bien hermosas, algo caídas por que dio de mamar a nuestros dos hijos, aunque todavía conservan unas curvas envidiables. Destaca su pezón marrón oscuro, con una aureola de mediano tamaño rematado por un medio garbanzo duro y levantado.
- ¡Uhmmm! que pechos tan bonitos y delicados – dice Teresa justo antes de ponerse a lamerlos, besarlos y apretarlos para que el pezón salga hacia fuera al encuentro de sus labios.
- Repítelo…repite…que quiero captar mejor la cara que pone cuando le tiras del pezón con los labios -dice JoseMari como si fueran actrices de un show.
Mi esposa busca mi apoyo, me coge del brazo para mantenerse firme y se deja comer por la ávida boca de nuestra amiga. Yo tengo la oportunidad ahora que esta distraída para poner mi mano bajo la braga y tocarle la vulva. ¡Uhmmm!, creo que no la había tenido nunca tan mojada como hoy. Debe llevar rato sacando lechecita de su coño pues ya corre por ambos muslos hacia abajo.
- ¡Bragas fuera! – dice JoseMari que se había situado detrás de mi mujer y ahora le ha arrancado la ultima defensa que tenia para protegerse de nuestras manos y nuestras bocas.
Monica se siente liberada y a pesar de su innato pudor no duda en separar bien las piernas para que la podamos acariciar a nuestro antojo. Yo estaba primero, pero la mano de Teresa se abre paso, sabe bien donde ir y mi esposa la recibe casi con mas agrado que la mía.
- ¡Uy, como está la perrita! – dice sorprendida al encontrar a mi esposa chorreando patas abajo como si se hubiera abierto un grifo.
- Deja…deja…que le hago una foto…así…meándose de gusto – dice el fotógrafo.
- Y tu? No te desnudas? – me dice Teresa en esa pausa causada por el interés de recoger en fotos todo lo que resulte bonito.
Me ayuda y entre los dos me desprendo del boxer que a duras penas contenía mi pollón. Visto lo visto hasta ahora, temo que me haga algo inesperado que termine por hacerme correr como un bendito. Yo no estoy acostumbrado a vivir con tanta intensidad, las emociones se han acumulado por lo que estoy muy próximo a correrme.
Nuestra amiga parece adivinar mi debilidad, me sonríe con malicia, me la coge con decisión y hace un amago de darme unos buenos meneos. Por suerte solo son unos pocos meneos y me puedo aguantar. Cuando creo que el peligro ha pasado, viene lo peor….acerca su boca, deja caer una buena cantidad de baba encima para luego recogerla con su boquita antes de que caiga al suelo.
El contacto de su lengua, la saliva caliente y el efecto de la succión parece que me van a sacar toda la leche que vengo acumulando desde que empezó nuestro encuentro. La chupada de teresa me ha distraído lo suficiente como para no haberme dado cuenta que Josemari ha tomado posiciones con mi esposa, la besa y le tiene metida la mano entre las piernas arrancarle sonoros gemidos.
Lejos de importarme lo más mínimo me gusta ver la cara de gusto que pone, estoy seguro que cuando la tenga debajo lo voy a disfrutar al máximo.
- Bueno, ahora que ya nos hemos calentado bastante… cada cual que tome a su pareja como mejor le plazca – dice Teresa tomando de nuevo la iniciativa.
JoseMari va rápido a por ella, hace que se ponga arriba y se pone encima con intención de follarsela en la posición del misionero en una de sus variantes, sin embargo no es él quien decide, para eso está Teresa que opina que lo es lo que más le apetece hoy.
Logra que mi pareja se eche sobre la cama bocarriba, ella se pone a horcajadas sobre su pelvis dándole la espalda con lo que queda frente a nosotros dos.
- Tengo muchas ganas de ver como lo hacéis, mientras yo cabalgo a este maridito tan sumiso que tengo – dice con todo su desparpajo al tiempo que se apretuja los pechos y se deja caer para engullir toda la polla.
- Estaremos encantados al acompañarte – le digo al tiempo que abrazo a mi esposa, le doy un beso y la guio para que se ponga en cuatro casi enfrente de donde están ellos.
Quedamos tan juntos que las manos de Teresa alcanzan la cabeza de mi esposa, sus hombros y los pechos. Yo estoy en posición de ver la espalda y nalgas de mi mujer, puedo ver como mi polla entra y sale llena de flujos de su coñito y también como nuestra amiga cabalga rico sobre su marido, haciendo que sus tetas boten…tan ricas!
Llega un momento en que no puedo aguantar más, dejo la cámara y me echo encima de mi mujer. Se la clavo hasta el fondo de un solo empujón. Ella me recibe jadeando y llenándome de besos la cara y el cuello. Doy varios empujones muy seguidos.
- Siiiiiii, follame.... follame fueeeeeeeerte.... aghhh!!! - dice Mónica mientras se corre, a lo que contesto con una corrida sobresaliente y con un orgasmo de los que cuesta olvidar.
Después de unos instantes de turbación y ausencia, oigo a mis espaldas como mis ignorados vecinos aplauden. Mónica y yo nos volvemos hacia ellos con cierto pudor.
- ¡Guauuu, chicos!... eso ha estado magnifico... hemos disfrutado de lo lindo viéndoos hacer el amor así, tan apasionado… teníais muchas ganas, verdad? - dice Teresa - Ha sido un espectáculo sobresaliente -
- Luego ya veréis las fotos que os he tomado... han quedado simplemente de cine - dice Josemari.
Deverano.