A las ordenes de mi esposo y de quien quiera el

esta historia es completamente real, es una de las cosas que se me ha ordenado hacer. Desde hace mas de un año cuplo las ordenes de tres personas, mi marido, un hombre al que no conozco que me manda por e-mail y una compañera de trabajo. De mi marido me he divorciado, y juan de vez en cuando me manda algo. A la que mas obedezco es a Carmen con la que estoy toda la semana.

Te cuento la experiencia del sábado:

El mismo sábado por la mañana , Jesús me dijo que me depilara completamente, y que me arreglara bien que esta noche había sorpresa.

Sobre las seis de la tarde me monto en el coche y sin darme ninguna explicación condujo hasta la casa de Carmen. Allí me hizo bajar del coche, y me dijo que entrara en la casa, que ya se me explicaría lo que tenía que hacer.

Hice lo que me mandó mi marido. Subí las escaleras y Carmen me hizo pasar dentro.

A modo de buenas tardes me dijo la contraseña que Jesús me había puesto para ese día y el siguiente. A partir de ahí tendría que obedecer todas sus ordenes. No se porque, Jesús, me deja en manos de esa lameculos del jefe. Me lo hace pasar mal, muy mal. Es la persona que peor me cae de la empresa, y yo a ella igual, con la diferencia de que ella no tiene amigos en el trabajo y yo me llevo bien casi con todos.

Bueno a partir de ahí me explico que me había alquilado para una despedida de soltero.

Que tenia que hacer un espectáculo erótico para el novio y sus amigos y luego salir de marcha con ellos toda la noche. Me dejarían a las diez de la mañana.

La ropa que tenia que llevar, me la dio ella:

Una mini blanca de pliegues, una camisita también blanca con un lazo para atarla a la cintura, un tanga de hilo blanco, y un mini sujetador, que solo levantaba mis tetas, los pezones quedaban fuera, y por ultimo unos zapatos de tacón increíblemente altos.

En otra bolsa había una bata blanca de enfermera diminuta, tanga y sujetador negros, zapatos de tacón alto y unas bolas chinas. Esta última era para el espectáculo.

Me dijo que me vistiera con la ropa de la primera, nos montamos en su coche y fuimos al hotel donde estaban los chicos.

Subimos a la habitación del novio, entramos y estaban todos allí. El novio y cuatro amigos, por cierto tres de ellos estaban buenísimos, y los otros dos eran un poco mas feos pero con unos cuerpos de gimnasio estupendos. Esta noche lo pasare bien con ellos pensé.

Me saco de mis observaciones Carmen, que me empujó un poco al centro de la habitación, y dijo a los chicos que me rodeaban:

Esta chica se llama Rosa, no es una profesional, sino una putilla reprimida, que después de un montón de años casada, al parecer se aburre del sexo y le gusta que la humillen.

Esta a vuestra disposición para lo que le queráis hacer. Por supuesto no quiero marcas, ni que le peguéis, ni daño físico en general. Pero en el sexo disfruta casi con todo.

Hace felaciones, sexo vaginal, sexo anal, le podéis poner pinzas, consoladores, atarla, vendarle los ojos, y cualquier cosa que se os ocurra similar.

Vendré a recogerla mañana a las diez. En esa bolsa tenéis la ropa para el espectáculo, y en esa otra algunos juguetes para que os divirtáis con ella.

Los chicos empezaron diciéndome que me desnudara, una vez desnuda, me recostaron en una mesa, y empezaron a meter sus dedos por todos los rincones de mi cuerpo y por todos mis agujeros. Allí me corrí, ellos se sorprendieron de que me corriera delante de ellos, pero últimamente cuando no me lo prohíben me corro con mucha rapidez.

Después de esto me dijeron que había que igualar así que le hice una mamada a cada uno por supuesto se corrieron en mi boca mi cara y mis tetas.

Una ducha y al salón de despedidas.

Es un salón donde organizan varias despedidas. Ay apartados y en cada uno se coloca una despedida. Nosotros Entramos al nuestro, y el novio pidió si podían montar un escenario para que yo bailara mientras ellos cenaban. Pusieron un tablao de unos tres metros de largo por dos de ancho.

Allí estuve bailando una hora mas o menos, hasta que me mandaron ponerme la ropa del espectáculo, y hacer un strip-tees erótico, con las bolas, echándome crema en el cuerpo, y utilizando un consolador, estando yo con mi masturbación se abren las cortinas y entran ocho chicas, con sus sillas, se acomodan a la mesa, y a ver el espectáculo.

Entonces subió uno de los chicos, y me dijo,"sigue la corriente en todo lo que pase, no se te ocurra cortarnos el rollo", y dejo la bolsa de los juguetes que trajo Carmen abierta a un lado del escenario.

Inmediatamente después entro un chico negro, de un metro noventa por lo menos y musculado de gimnasio, se acercó a mi y sin decir ni media palabra empezó a bailar conmigo, yo ya estaba desnuda así que el empezó a desnudarse, se quito la camiseta y apareció un torso espectacular, se acerco a la bolsa saco de ella un antifaz sin agujeros en los ojos y me lo puso, ya con los ojos vendados, yo notaba sus manos por todo mi cuerpo. Me estaba poniendo a mil, el pellizcaba mis pezones, acariciaba mis tetas, metía su mano en mi coño, en mi culo y yo no aguantaba mas.

Cuando noto que me iba a correr paro, y me pellizco un pezón bastante fuerte, para aguantarme un poco mas.

Se coloco detrás de mi, creo que yo estaba de frente a mis espectadores, siguió acariciándome las tetas, me hizo abrir las piernas y mito su polla por detrás pero sin penetrarme. Su herramienta, rozaba mi coño y salía por delante. Menudo espectáculo estábamos dando, siguió un rato así y luego se separó de mi, cuando se acercó me puso las manos atrás y me las ató. se colocó delante de mí y con suavidad me fue agachando hasta llevar mi boca a su polla. Era descomunal. Yo empecé a chupar, quería engullirla toda, pero no me cabía en la boca. Mis muslos estaban empapados de los jugos de mi coño, y el jugando con su polla en mi boca. Cuando yo quería comérmela entera entonces el solo me dejaba la punta luego de golpe me la metía hasta la garganta.

Los chicos y las chicas, aplaudían cuando me la metía.

Cuando se canso de eso me soltó las manos, me tumbo en el escenario y me ató las manos a unas maderas del escenario. Yo quede acostada y sin poder casi moverme.

El negrito, les dijo: chicos y chicas ¿quieren ver el coño de un puta con ganas de que se la follen? pues acérquense y toquen, miren como sale jugo.

Se acercaron algunos y empezaron a decirle: follatela ya, venga tío.

El negrito sin pensárselo me la metió de un golpe. Creí que me reventaba, pero al minuto estaba a punto de correrme.

Cuando lo iba a hacer note un dolor fuerte en un pezón y después en el otro, aguante otro rato y cuando ya me corría, note un dolor agudo en el clítoris.

Me estuvo penetrando sin descanso unos veinticinco minutos mas o menos, al cabo de los cuales me iba a correr otra vez. Esta vez el empezó a decir:

fijaos lo puta que puede llegar a ser esta tía, con dos pinzas en los pezones una en el coño, doce personas mirando como folla y se esta corriendo, mirad la cara que pone.

Yo ya estaba en otro mundo, note que me quitaban la venda de los ojos y cuando los abrí, allí estaban los chicos y las chicas mirando justo a mi lado, y riéndose de mi.

Entonces, el chico, saco su polla de mi coño, y de un golpe la metió en mi culo. Me dolió un montón, pero él me follaba con mucha fuerza, me puse otra vez a mil, pero no me dio tiempo a tener otro orgasmo. Él se corrió dentro de mi, sacó su polla y se fue.

Me dejaron un rato mas atada y después, me soltaron para que fuera al aseo a adecentarme un poco y ponerme la otra ropa, ya que nos íbamos de marcha.

Las chicas se apuntaron para pasar la noche todos juntos, con su juguete, como me bautizaron las ellas.

Fuimos a una discoteca, bailamos, bebimos, (a mi me dieron de beber un poco mas de la cuenta), y la verdad es que durante un par de horas nos lo pasamos muy bien todos.

Pasado ese tiempo, un chico me dijo que saliera con el al aparcamiento, le hice una mamada, y otra vez adentro. El siguiente me pidió que cogiera un cubito del vaso y lo frotara en mis pezones hasta que se pusieran muy duros, así lo hice y después tuve que bailar un rato en una tarima. Yo estaba otra vez que me deshacía, uno de ellos me volvió a sacar a la calle, me dijo que esperara delante del coche, encendió los faros y me tuvo allí unos diez minutos. Después, se acercó a mi por detrás, me metió la mano en el coño, y estuvo jugando un rato. Casi me corro, pero paró antes. Empecé a notar un ardor, entramos a la discoteca y antes de los cinco minutos, tenía el coño que me hubiese follado a cualquiera. Me puso algo que no quisieron decirme que era.

Era ya casi de día, cuando una chica, me dijo que la acompañara al minibús que las había traido, le pidió permiso al chofer y subimos, se abrió de piernas y se apartó a un lado las bragas, me dijo que se lo comiera hasta que se corriera. Así lo hice, cuando termino se bajo y le tuve que hacer una mamada al chofer.

Volvimos otra vez dentro, les dije que tenía que ir al aseo, y me dijeron que meara en la calle. En el aparcamiento entre dos coches, me masturbé pero ese ardor no desaparecía.

Cuando volví estaban todos mirándome y partiéndose de risa.

De allí nos fuimos al hotel, serían las ocho de la mañana mas o menos, entre en la habitación con el novio, y hasta las diez estuve follando, mamando, e incluso me estuvo mirando mientras hacía pis. Cuando vino Carmen a recogerme, el novio le dio un sobre, ella lo abrió lo contó y dijo, perfecto, si otra vez la necesitas no tienes mas que pedirlo.

Por cierto ¿se ha portado bien, ha sido obediente?.

Si claro contestó el otro. Toda una zorra.

En el sobre iban unos seiscientos euros, mas o menos.

Las únicas palabras que me dijo Carmen en el trayecto, fue, que ni se me ocurriera decirle a Jesús lo del dinero. Que ella lo negaría y la próxima vez que estuviera en sus manos me iba a arrepentir. Así que mi marido lo sabe todo menos eso.