A la tercera la ………. rendida

Seguimos con el fraces descibiendo la isla y demas placeres, que como vimos eran muchos...

Tras el apoteósico doble encuentro con Roberts el día anterior y haber descansado placenteramente en nuestro hotel toda la noche, en  el desayuno recibimos la llamada en el móvil de este maduro francés de ensueño que tanto me había impresionado el día anterior, hablo con Paco  y le dijo que quería enseñarnos la isla si no teníamos ningún compromiso en agradecimiento por su visita a su casa y la confianza que le habíamos  dado y entre risas le comento que también por algo más, mi marido me lo consulto y claro yo acepte rápidamente, pues no quería que aquello se quedara en un sueño de un día.

Roberts paso a recogernos con su todoterreno, iba vestido con un pantalón corto y una camisa abierta mostrando su encantador torso, peinado hacia atrás con su pelo canoso y una sonrisa enorme que enamoraba, nosotros nos pusimos también ropa cómoda y tras recoger una toallas pues los baños son obligados en las enormes playas de esta isla, nos dirigimos a recorrerla con un anfitrión de lujo.

El día fue maravilloso y muy tranquilo con los correspondientes chapuzones en alguna playa donde yo agradecí el agua fresquita y salada para recuperar mis doloridos y escocidos agujeros que tanto habían trabajado el día anterior, como hacíamos nudismos hubo algún coqueteo en el agua y en la arena pero sin llegar a más.

Al regreso  Roberts nos invitó a pasar por casa y quitarnos la arena y tomar algo fresco, para relajarnos dijo que nos tenía una sorpresa, rápidamente mi sexo se encogió como asustado de lo que le esperaba, pero ya andaba algo mojadito de todo el día  y con los roces de la playa, nos subió a la planta de arriba de su Dúplex, donde tenía una bañera grande redonda tipo   jacuzzi acristalada para protegerla del viento.

La conecto y comenzó a llenarse mientras paco y yo nos quitábamos la arena en una ducha justo al lado, el bajo y subió una botella de champan que como buen francés no le faltaba en su nevera, la abrió y la puso junto al jacuzzi junto con tres copas.

Nos dijo que entráramos mientras él se quitó la arena,  regalándome una vista en la ducha que me quito el hipo, pues cuando se tocaba su enorme rabo con el agua a presión cayéndole sobre el a mí me hacía desvanecer.

Se introdujo en el Jacuzzi con su pene ya semi erecto dejándome a mí en medio de los dos, paco ya andaba jugando con su mano con mi coñito mojado por las dos aguas, Roberts extendió los pies pues el jacuzzi era amplio y apoyo la cabeza en el borde, con esa postura su rabo asomaba sobre el agua como si fuera un monstruo marino en busca de comida, mi marido no ceso en su empeño de tocarme y sobarme cuando Roberts se me acerco me tomo de la cintura, me giro, y abriendo mis piernas acerco mi conejito abierto y mojado a su boca, que comenzó a comer con una delicadeza y saber que me hacia trasladarme a otro mundo.

Paco viendo aquella comida se tomó de un trago su copa  y se puso de rodillas ofreciéndome su duro rabo ya para que se lo comiera, y que agradecí con placer pues aunque no tenía el tamaño de el de Roberts lo cierto es que  al ser también grueso era muy rico para la boca  y a mí siempre me había gustado comérselo.

Roberts me estaba llevando al paraíso de los sentido con aquella comida y como no podía ser de otra forma le regale rápidamente mi primer orgasmo que el como experto en este arte ignoro y siguió comiendo con mas profundidad con su lengua mientras sus manos pellizcaban mis duros pezones, alargo una mano y le acaricio los huevos a paco ante mi sorpresa y  me dijo, te vamos a llenar hoy también con estos grandes depósitos tu cuerpo de nuestra caliente leche, pero primero quiero que disfrutes bien, y siguió comiendo un poco más.

Yo ya andaba con mi cuerpo contorsionándose sobre el agua por el placer de su sabia comida, cuando se puso de rodillas entre mis piernas abiertas y mostrando su rabo que estaba inmenso de gordo y duro, comenzó a frotarlo por las paredes de mi coño mojado  por el agua y la corrida anterior, no me penetraba ante mi deseo de hacerlo, si no que frotaba su enorme cabeza de abajo arriba introduciéndola levemente, yo como podía, miraba cuando mi marido me dejaba libre de su rabo en mi boca y la vista era espectacular, me sentía que iba a ser taladrada por aquel mástil enorme que hoy me parecía aún más grande, y así durante dos o tres minutos de enorme placer le volví a regalar otro orgasmos, mi marido había parado pues casi se corre en mi boca, entonces me recostó sobre su pecho pegando mi espalda a él, me subió sobre su bajo vientre y con un golpe seco me clavo su rabo que entro como con la primera envestida hasta sus huevos.

Llamo a Paco y le dijo, que  me comiera mi coño mientras el  iba metiendo y sacando lentamente, yo estaba abierta de piernas sobre el con el coño al aire pero atravesado por ese falo, mi marido de rodillas en el agua y comiéndome mientras Roberts me iba penetrando, Paco le estaba masajeando los huevos aprovechando la ocasión, le dijo a Roberts si no le importaba, este entre risas y gimiendo dijo que todo lo contrario que era de agradecer, yo no sabía si era el rabo o la boca lo que me estaba matando de gusto pero aquello era único y estaba volviendo a sentir esa ráfaga de orgasmos cortos que tanto el día anterior me había sorprendido.

Continuamos así un rato hasta que Roberts comenzó a agitarse y gemir más fuerte, mi marido noto que me iba a llenar y acelero sus masajes en los enormes huevos del francés  que estaban semi hundidos  en el agua, de pronto puso su cuerpo terso y note como interiormente me llenaba su caliente líquido que en una abundancia asombrosa me estaba dando, paco le agarro en los últimas embestidas su rabo y lo saco viendo como lanzaba sus últimas gotas sobre mi barriga.

Lo masajeo un poco a la vez que me metió los dedos para ver mi dilatado coño como estaba, Roberts rápidamente se incorporó sobre el borde del jacuzzy  y le dijo a mi marido ahora te toca a ti que  faltas tú, me puso de rodillas sobre el para que le comiera su rabo lleno aun de leche y corrida mía, ofreciendo mi trasero a Paco, este con sumo cuidado fue abriendo mi año con los dedos y cuando vio que estaba lista, me penetro como el día anterior, sus embestidas me hacían que mi cara se apoyara sobre el rabo y los huevos de Roberts a los que como podía devoraba, primero había sentido un poco de dolor con la penetración de Paco pero ahora era placer.

Tras unas fuertes metidas y sacadas Paco que ya andaba caliente soltó dentro de mí también su rica leche a la vez que caía sobre mi espalda extasiado por el momento. Nos quedamos los tres dentro del jacuzzi acabando la botella de champan y comentando el rico momento que habíamos tenido. Después de un descanso de más de media hora en el agua, mi marido y yo en agradecimiento a Roberts por tan agradable hospitalidad le regalamos una mamada de lujo entre los dos, que el agradeció diciendo que era un sueño ver una pareja que le comiera su rabo así y con tanta clase, tardo en correrse,  pues como decía necesitaba tiempo para reponer pero nosotros lo agradecimos  pues disfrutamos más tiempo con aquello entre nuestras bocas y manos, al final nos regaló con una fuente de ráfagas cortas de espesa leche saliendo al aire mientras yo le sujetaba con las manos y frotaba su enorme polla y mi marido acariciaba sus gordos huevos.

Este fue el principio de una amistad que aún perdura y que de vez en cuando volvemos a unir para nuestro gozo y disfrute, que iremos contando otros días.