A la prima..., se le arrima
Les platico alguna vez que regresé a mi pueblo; me encontré a una prima que tenía tiempo de no ver: ¡estaba re buena!. La invité a un baile y ahí nos fajamos y terminó mamándome mi verga, en un rincón obscurito.
Aclaración: esta historia es tomada de las confidencias de un amigo, que me pidió me refiriera a él como VERNON; yo solo la transcribí y envié a la revista. Espero les agrade.
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Pues bien; mi primita se llama Araceli. Ella es alta, aproximadamente 1.65 m, de pechos enormes, cabello rizado, hasta la cintura, boca grande, muy mamadora, de caderas anchas, piernotas, un poco llenita, no gorda: ¡está sabrosa la muy Puta!, y mira que es re – puta.
Ella suele usar casi siempre vestidos o faldas holgadas hasta un poco arriba de la rodilla, escotados, así que con sus pechotes se ve muy zorra.
De donde yo soy es pueblo pequeño, así que todo mundo conoce la historia de todos, y de ella se hablaba que le gustaba calentar a los hombres, sin embargo, no lo confirmaban haberla visto; me imagino que era muy inteligente para andar de cogelona. Ella tenía en ese entonces como 23 años, yo 21, así que, fui de vacaciones a mi pueblo; ya tenía tiempo que no la veía.
Un día estaba con un ex compañero de la secundaria en el parque cuando pasó; primero la vi desde lejos, traía un vestidito floreadito, justo de la cintura para arriba y hacia abajo holgado: ¡mmmhh…, qué bien se veía la muy zorra!.
Albert- mi compañero- me dijo:
- ¡Qué tal…!, ¿cómo vez a la Cheli…, está rebuena…, y dicen que es más
fácil que las tabla de multiplicar.
= ¿Ya te la cogiste…?
- No…, pero así dicen..
= Hasta no ver no creer. Ahorita vamos a comprobarlo.
¡Cheliiii…!,
le grité:
= ¡veeen…!.
- ¡Mande manito…, como estaass…!, ¡tanto tiempo sin vernos…!.
= si oye, pues…, ya ves…, de vacaciones…, a visitar lo hermoso que hay
en mi pueblo.
- ¿Porqué lo dices…?
= ¡No te hagas..., te caes de buena primita...!.
- jajaja…, ¡ay…, no seas así…, me pones rojitaaa…!
= es en serio…, lo que se ve no se juzga…, casi te vas de boca con todo lo
que traes…, jajaja… ¿Y dime qué has hecho…, o más bien…, a que te
dedicas…?.
- Pues ya sabes…, la escuela…, voy al Tecnológico…, estoy estudiando
Administración.
Después de una corta charla de reconocimiento, le dije:
= Oye el viernes próximo hay un baile aquí en el pueblo…, ¡te invito.. ¡,
¿o ya tienes acompañante…, o quizás te pegan…?.
- ¡No hombre…, cómo crees…!, ¡aun no nace…!, jajajaja
= Pues no se diga…, nos vemos aquí en el parque…, a las 10:30 pm.
- ¡Va que va primito!; bueno…, me tengo que ir…, chaito...
Cuando se fue, la muy puta movía más descaradamente su colota, para que la admirara, y resultó…, jejeje. Mi verga con todo y como hacía sus gestos al hablar conmigo ya se me había despertado, así que ya me había propuesto cogérmela..
Llegó el día y yo puntual en la cita, y como siempre ella un poco tarde, 30 min.
= ¡ay primita…!, pensé que ya se te había olvidado…
- ¡No…, cómo crees…!, ya ves…, se arregla uno para estar más bonita.
¡Y sí que había resultado…!: llevaba una minifalda azulita, un top con un buen escote, que daba infarto. ¡Sus piernas lucían deliciosas!.
= pues pasemos…, antes de que me den baje.
- jajaja, vamos pues…
El lugar es muy amplio; era una explanada y la iluminación como siempre era en el centro, así que las esquinas estaban oscuras, y lógicamente busqué una de ellas para sentarnos. Había mucha gente y así que todos andaban en su rollo.
Una vez ahí, pedimos unas cervezas, para tomar; platicamos de varias cosas y la sacaba a bailar. Ya como a las 0:30 am, salimos a bailar una muy pegadita.
En esa ocasión yo llevaba un pantalón tipo de vestir, pero casualon, es decir, la tela no era rígida y abajo llevaba un boxer holgado, es decir, mi Pito y mis Huevos estaban muy liberados, así que con el ritmo de la canción me le empecé a repegar y le decía de cerca, al oído:
= ¡Ay Chely…, si no fueras mi primita me cai que ya te hubiera agarrado de
todo…, esta buenísima…!; espero no te moleste.
- No primito al contrario gracias, y sabes…, tú me gustas también…,
pero…, ¡qué mala suerte…, somos primos!.
= ¡Hueles delicioso…!.
Le decía, y me le acercaba al oído; ¡hacía que sintiera mi aliento caliente!:
= ¡mmmhhh…, primita…!.
Le empecé a repegar mi verga que ya se empezaba a levantar, y por el boxer y pantalón, ¡muy bien que lo sentía en su pierna!.
- ¡Ay qué cosas primito…!, ¡no hagas eso...!.
= ¿Por qué primita…?. ¿Te molesta…?
- No es eso…, es que nos van a ver…, y además…, ¡no está bien!.
La muy puta ya se estaba calentando, ya que cuando le repegaba mi verga, ella aprisionaba con su pierna más a mi verga, para sentirla.
= ¡Ya me emocionaste primita…!; ¿ya lo notaste…?.
- ¡Ay Gabriel..., no digas cosas, por favor…, no…!.
= Mira primita como está...
- ¡Gabrieeeel…!, ¡qué es eso…!,
exclamó sorprendida, jajaja, como si fuera la primera que la sintiera, la zorra:
= Es algo que quiere conocer a tu amiguita…, ¡preséntasela!.
- ¿A quieeen…?
= ¡A esta…!
Que me le repego, y disimuladamente le metí la mano bajo de su falda, y le toqué su panochita, por encima de su panty:
- ¡Aaaaay Gabrieel…, nooo…!,
y se hizo un poco hacia atrás.
Que la agarro con más fuerza de la cintura y que la regreso hacia mí:
= ¡Tranquila primita…, yo se que te gusta…!; ¡no digas que no…, si ya sentí
que estás mojadita…!.
- ¡No…, pero no…, no está bien…!.
En eso se terminó la canción y nos fuimos hacia nuestros lugares; acerqué más mi silla a la de ella y empezamos a platicar, ya de sexo:
= ¡Oye…, cuéntame…!, ¿qué tiempo tienes que tuviste sexo…?.
- ¡Gabrieeee…!
= ¡Ay primita…, no te preocupes…, no pasa nada…!; todo lo que nos
contemos…, ¡aquí se queda!. ¡Anda…, dime…!.
- es que..., bueno…, mmm…, ¿la verdad…?.
= ¡Claro…!.
- ¡Mmmhh…, hace ya dos semanas…!.
= ¡A poco…!; oye…, ¿y no te dan ganas…?, ¡de hacerlo más seguido…!.
- ¡Ay primito cada cosa que preguntas…!, ¡pues claro…!, ¡ya me sentiste…,
“mojada…”, ¡pero a veces no se puede!.
= ¿Y por qué…?.
- Mi novio no está…, se fue de vacaciones…, y…, pues ya sabes.
= ¿Oye…, y te gusta el sexo oral…?.
- ¡Primito…, que preguntón eres…!.
= ¡anda…, dime…!.
- ¡Sí…, me gusta mucho que me lo hagan!.
= ¿Y no te gusta mamarla…?.
- ¿Quéee…?.
= ¡Ay…, ya primita…, no me digas que te asusta que te hable así…!, si es
de lo más normal.
- ¡Bueno…, sí…, también me gusta…, pero menos…!, y me da mucha
pena confesártelo…!.
Para entonces yo empecé a bajar mi mano por su pierna y a acariciársela. Poco a poco le fui subiendo su faldita; ella me quitaba la mano, pero no se enojaba, solo decía:
- No primito, recuerda que no está bien.
= Ay primita…, pues yo ya ando muy caliente…, ¡mira…!.
Que me echo un poco hacia atrás y que estiro mis piernas para que pudiese ver mi erección. Que la agarro con una mano y encima del pantalón la meneaba:
= ¡mira primita…, cómo me pusiste…!.
- ¡Primoooo…!, ay…, ¡no…!.
Volteó su cara para no ver, según ella, pero regresaba la vista:
= ¡Ya primita…, a poco te espanta…!.
- ¡No…, pero no está bien…!.
= Tranquila primita…, no pasa nada…
Entonces, ya me permitió meterle mano, lo cual aproveché y le metí mi mano por debajo de la falda y le empecé a acariciar la panochita, que ya estaba jugosita. Le hice a un lado su tanguita, y…, ¡oh sorpresa…!, ¡estaba bien mojadita!.
- ¡Aaaay…, mmmmhhh…, primito…, saca la mano…, por favor…!,
¡que nos van a ver…!.
= No te preocupes, estamos en lo obscurito y te aseguro que nadie está
viendo.
Pero para sorpresa mía, había una chica, que estaba como a dos mesas, y volteaba a vernos; ¡la muy puta estaba observándonos!.
Seguí masajeando su conchita y empecé a dedearla: ¡mmmhhh…!, se sentía muy rico, ¡me llenaba mis dedos con su juguito!. Ella solo gemía y me decía:
- ¡Ay primito…, mmmmhh…, aaaahhh…, eres un cabroooon…!.
Entonces le agarré una mano, y se la llevé a mi verga.
- ¡Uyy que rico…, ay primito…, qué dura la tienes…!, ¡mmmmhhh…!,
¡se siente muy bien…!.
= ¿Ya ves primitaaa…?, ¡bien que te encanta la vergaaa…!, jejeje.
- ¡Ay…, sí…, sí me gusta…, bastante…!.
= ¡pues mámamela primita…, a ver si te atreves…!.
- ¡Nooo…, cómo crees…, aquí no…!.
= ¡no tengas miedo…, nadie nos ve…!.
Entonces que bajo el cierre y que me la saco:
= ¿A poco vas a desaprovechar estooo…?
- ¡Primooo…!, ¡primo…, primitoooo…!, ¡qué rica la tienes…!,
¡ya se me antojó…!.
Eso me lo dijo con toda una cara de puta, y luego que me dice, con una carita de inocente, como si no supiera qué era o para qué sirve:
- Pimitooo…, ¿puedo verlaa de crecaaa…?.
= ¡Claro putitaaa…!.
Que la tomo de la cabeza con mi mano y que la bajo. Le puse el mantel encima, para disimular.
Cuando empiezo a voltear a ver si nadie nos veía, mi sorpresa fue que la misma chica nos seguía mirando, muy atenta, aunque de vez en cuando, y cuando se topaba con mi mirada, se volteaba: ¡eso me prendió más!, ¡ver que alguien nos estaba mirando!.
Araceli, la empezó a lengüetear y a mamarla, muy ricoooo. Yo le apretaba su cabeza y la empujaba más, para que le llegara hasta su garganta:
- ¡Aaaargghh…, mmmfffhh…!.
Me apretó la pierna, para que la soltara.
La solté un poco y le dije:
= ¡trágatela zorrita…!, verga querías, ¿no…?; ¡cómetela…!.
Regresó a mamarla; ¡yo estaba sintiendo muy rico!. Voltee a ver a mi observadora y…, en efecto…, ¡no se paraba ni a bailar, por seguir de mirona!, jejeje.
Voltee a verla y le guiñé un ojo. Se sonrojo y se volteó, pero después de un ratito volvió la vista de nuevo, y yo le empecé a hacer gestos de lo rico que estaba disfrutando. ¡Ella se sonrojaba y desviaba la mirada!.
Después de un rato de que me la estuviera mamando le dije a Chelis:
= ¡ya para, o te lleno la boca de semen!.
Entonces me soltó y me dice:
- ¡Eso quiero papitoooo…, anda…, dámelos…!.
= Si tú los quieres…, entonces ¡sigueee…!.
¡OOOOh…!, ¡sí…!, yo estaba sintiendo rico porque me la mamaba y me sobaba los huevos; ¡ooohh…!, ¡sí…!, ¡qué rica mamada me estaba dando!.
Y entonces que siento que todo se me tensa y:
= ¡AAAhhhhh…, qué rico…!,
le susurré:
= ¡me vengo primitaaaa…, aaahhh…!.
Que empiezo a soltar mis chorros de leche; ¡sentía cómo le llenaba la boca…!, ¡mmmhhh…!.
Ella solo gemía, ahogando sus gemidos con la verga adentro de su boca, y me apretaba la pierna. ¡Me sorprendió!, porque en ningún momento se sacó la verga de la boca.
Después de un rato de pasar mis espasmos, sentí que empezó a mamarla de nuevo. Se despegó y sentí cómo recorría toda mi verga con su lengua: ¡la estaba limpiando…, la muy putaaa…!, ¡ooohh…, qué rico…!.
Se levantó, tomó una servilleta y se empezó a limpiar la boca y mano de los restos de semen que tenía: ¡su boca olía a leche mía!.
= ¡OOOhhh…, primita…, qué ricaaa mamadaaa…!, ¡eres estupenda…!.
- Y tú…, ¡qué sabrosa la tienes…!, ¡mmmhh…, qué ricooo…!.
= Bueno vámonos, que quiero devolverte el favor, y quiero darte una buena
cogida.
- ¡Ay sí papito…, vámonos…, que sigo estando caliente…!.
Pero eso ya es otra historia…, que después se las contaré.
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