A la playa nudista con mi hijo II
Segunda entrega de esta relación madre-hijo
A la playa nudista con mi hijo II
A partir de ese momento nuestras vidas cambiaron para mejor. Fue como una liberación, como si apartas una cortina oscura y dejas entrar la luz del sol por la ventana, una bocanada de aire fresco en el tortuoso camino de la vida. Lo primero que decidimos fue hacer nudismo en casa, ya lo habíamos probado en la playa y nos sentimos muy cómodos, poder elegir como ir por casa nos daba libertad y seguridad al mismo tiempo, así que cada uno de nosotros decidimos como sentirnos más a gusto dentro de nuestro entorno.
No hablamos específicamente sobre lo ocurrido aquel día de la playa nudista, no era necesario, entendimos que fue un hecho natural, nuestra relación era mejor que antes, incluso, más confianza, más alegría, más unión entre nosotros. Sin embargo observé como Javi, pasados unos días en los que en casa iba completamente desnudo comenzó a utilizar los bóxer como forma habitual de estar en casa. Yo, sin embargo, solía ir en tanga mientras realizaba los pequeños quehaceres diarios (doblar ropa, lavadora, recoger un poco la casa, etc.) hasta después de la cena, cuando ya no tenía nada que hacer en casa, entonces me tumbaba en el sofá del salón y me quedaba completamente desnuda, era mi momento del día, cuando comenzaba a relajarme, a disfrutar de la compañía de mi hijo.
- “Javi, cariño ¿te ocurre algo? Ya no sueles ir desnudo por casa como hace unos días ”
- “Bueno…, mama.., es que…, me empalmo con facilidad, creí que podría controlarlo pero va a peor, verte por casa desnuda o por la noche cuando vemos netflix…, no quiero que te sientas incómoda, veo que tu disfrutas de ir desnuda por casa”
- “cariño, eso es normal, eres un chico joven, sería preocupante que no tuvieras esas erecciones, jejejeje. A mí no me importa, no tienes porqué esconderte, siéntete libre no me voy a asustar”
Quería que lo viera de forma natural, que no lo contemplara como un problema, que a su edad era normal ese tipo de erecciones y también, en el fondo, me halaga que esas erecciones se las provocara yo, je, je.
Al siguiente día Javi se quitó los bóxer y, efectivamente, su herramienta no es que estuviera empalmada al 100% pero se notaba “alegre”. Me puse contenta de que Javi entendiera la situación y volviese a estar libre de ropa por casa, me encantaba verlo. Le di un beso en la mejilla y me fui al trabajo. Como era verano trabajábamos en horario intensivo, hasta las 15:00h así que a las 15:30h podría estar en casa, darme una ducha y quedarme completamente desnuda para poder soportar el sofocante calor. Cada vez me apetecía más estar sin ropa, llegar a casa o irme a la playa a disfrutar sin la incomodidad de llevar textil encima.
Llegue a casa a las 15:30h más o menos como tenía previsto, me metí en la ducha y al salir decidí no ponerme ni siquiera el tanga, no quería ropa, hacía mucho calor y buscaba la libertad de no tener nada encima. Javi ya había comido, estaba en el salón desnudo viendo el Tour de Francia, le encanta el deporte, cogí una bandeja, agua, la comida y me fui al salón con mi hijo.
- “¿Qué tal cariño? ¿cómo te ha ido hoy?” le pregunté.
- “bien, mama, he estado repasando algo de inglés y me he ido un rato al gimnasio”
Había sacado muy buenas notas, era un niño muy aplicado, así que tenía el verano libre para disfrutarlo, eso sí, siempre repasando alguna asignatura para no perder el hábito de estudio. El inglés le gustaba y se le daba bien, era habitual que viera películas en VO o leyera libros en inglés, es un chaval muy listo. Su otra pasión eran los deportes, cualquiera, bicicleta, correr, padel, baloncesto…, siempre estaba jugando con unos u otros amigos.
Terminé de comer, deje las cosas en la cocina y me volví al salón con mi hijo. El estaba en un sofá y yo en otro así que decidí estirarme todo lo que pude descansar un poco, la verdad es que el Tour incitaba a una siesta profunda.
- “¿cansada, mama?” me preguntó Javi.
- “no mucho, solo estoy un poco relajada”
- “ok, pues bajo un poco el volumen de la TV para que descanses”
- “gracias cariño, eres un cielo”
No tarde mucho en dormirme, eso creo, sin embargo, comienzo a escuchar unos jadeos, creí que se trataba de un sueño, los oía lejos pero eran muy fuertes y muy seguidos. Seguía dormida pero esos sonidos me gustaban supongo que se trataría de un sueño erótico. Al cambiar de posición, medio dormida, observé algo en la TV, no le di importancia y traté de seguir dormida pero los gemidos y jadeos no cesaban, entre abrí un poco los ojos y pude ver a una madura a cuatro patas siendo embestida por un chico joven. Mi corazón se aceleró, era una escena porno, seguí en la misma postura, haciéndome la dormida, la escena era muy caliente, la mujer, con cara de satisfacción recibía los empujones del chico que tenía una buena polla.
- “Joer!!, que buena follada se están dando”, pensé.
No me había dado cuenta aún pero al mirar al sofá donde estaba mi hijo se estaba tocando la polla, suavemente, arriba y abajo, no le quitaba ojo a la escena. Me puse muy caliente, ya había pasado casi una semana desde nuestro encuentro anterior, no sabía si me calentaba más la escena de TV o mi hijo tocándose. Me apetecía tocarme a mí también pero ¿y si eso hace que Javi se corte y no siga con su “tarea”? Así que decidí no moverme y contemplar la escena.
Ahora el chico estaba encima de la madura, tenía una buena herramienta y los huevos chocaban contra la entrada de su coño, ella le pedía más. Mi hijo aceleró el ritmo de la paja y yo estaba que me derretía, como me gustaría ser esa mujer recibiendo los pollazos de ese chico.
Casi sin pensar me levanté de mí sofá, Javí se quedo parado, mirándome, no sabía que hacer.
- “tranquilo, cariño, deja a mami”
Me arrodillé frente a el, le aparte las manos pues quería cubrir su polla y que no viera lo que estaba haciendo con ella.
- “sigue disfrutando de la peli que no te hacen falta las manos”
Su polla miraba al cielo y, muy despacio, acerqué mi boca hasta meterla dentro de ella. Al estar circundado lo primero que lamí fue su glande que ya estaba hinchado por la paja que se estaba haciendo mientras veía la película, comencé a un ritmo lento, disfrutando cada milímetro de su rabo. Cogí sus manos y las puse en mi cabeza, las tenía en el sofá sin saber muy bien donde ponerlas.
- “sujétame la cabeza y ves marcando el ritmo que quieres si más despacio o más deprisa” le dije mientras no dejaba de comerme esa polla.
Al principio fue muy tibio, pero poco a poco apretaba más sus manos en mi cabeza, de vez en cuando soltaba un fuerte gemido. Con mi boca y con las manos me estaba comiendo la polla de mi hijo como nunca me he comido otra. Ese vigor, esa textura.., con la otra mano agarre sus cojones a lo que mi hijo respondió “joder, mama, que gustazo!!! Qué bien lo haces”
Esto me dio pié a seguir con la chupada más rápidamente, note como Javí comenzó a mover la pelvis, ya no solo era yo la que subía y bajaba la cabeza, comenzó a follarme la boca mientras sus gemidos eran más continuos.
- “oooohhhggggg, maaaamaaaa”, salía con mucha dificultad de su boca.
Su polla estaba durísima, sus huevos se pusieron más duros, las venas de su rabo se hicieron notar, todo hacía prever que se iba a correr muy pronto. Mi boca comenzó a recibir pequeñas cantidades de semen mientras aumentaba el movimiento de su pelvis.
- “así…., así…., así…, mama…, me voy a correr”, dijo en tono de preocupación.
Liberé mi boca de su polla, con mis manos seguía acariciándole los huevos y meneando su rabo
- “hazlo en mi boca, no te preocupes”
Agarró mi cabeza con fuerza y me llegó el primer lefazo al fondo de mi garganta junto con un grito ahogado de placer, otro lefazo más…, otro…., mientras seguía chupando esa portentosa polla. Fui tragándome toda su leche como pude, Javi había dejado de mover su pelvis mientras yo seguía pasando la lengua por toda su polla.
Jamás se habían corrido así en mi boca, no se cuanta leche pude tragar pero me encantó hacerlo. Mirar la cara de Javi y verlo con esa expresión de felicidad, cansancio y placer…., era lo más.
No tenía fuerzas ni para seguir empujando con sus manos mi cabeza. En la TV la madura estaba de rodillas en el suelo y acababa de recibir la corrida del chico en las tetas.
- “otro día probamos esa postura” le dije a Javi.
Me incorporé y me fui a darme una ducha fría. Le acababa de comer la polla a mi hijo por primera vez y creo que no será la última.
FIN capítulo II