A la playa nudista con mi hijo
Una madre y un hijo acuden a una playa nudista por primera vez
Tras pensarlo un sinfín de veces he decidió publicar mi historia para compartir mi felicidad con todos vosotros. Mi nombre es Ana, tengo 43 y tengo un hijo de 20 años, Javi, mi amor, mi pasión, mi vida.
Casada desde los 20 años con el padre de mi hijo, mi matrimonio pasó por varias etapas. Una inicial donde todo eran parabienes, felicidad y alegría. Fruto de ello nace mi hijo un nuevo motivo para la felicidad. Todo era normal en la relación de pareja aunque empiezo a echar de menos la pasión y el fuego de unos años antes. La monotonía se apodera de nuestra relación, acompañados de unos años de inestabilidad laboral del padre de mi hijo que hace que nuestra distancia sea sideral. Finalmente decidimos separar nuestras vidas y comenzar una nueva etapa. Javi, al tener 18 años puede elegir con quien quedarse y decide venirse a casa conmigo pese a tener (y seguir manteniendo) una gran relación con su padre.
Javi es un chico amable, educado, deportista, centrado en los estudios y descubriendo la vida junto a su pandilla. Me siento muy orgullosa de su forma de ser y del cariño que compartimos. Tenemos mucha complicidad, nos reímos mucho y eso me ha ayudado a darle color de nuevo a mi vida pues se había vuelto una película de esas antiguas en blanco y negro.
No penséis que soy modelo, ni mucho menos, no lo era con 20 años, ahora con 43 menos. Soy lo que se podría llamar una curvy sexy. Siempre he tenido muchas caderas y mis pechos con el paso de los años adquieren una talla 95b. Mido aproximadamente 1,60m y mi peso…., soy muy coqueta, no lo digo.
Desde la separación no me han faltado halagos y he tenido la oportunidad de conocer a varias personas pero nada serio, aparte del sexo no me aportaban mucho más a mi vida. Prefería un desayuno con mi hijo, o una peli, o ir al centro comercial, eso sí que me hacía feliz. Los abrazos, los besos y las señales de cariño eran constantes entre nosotros y yo me sentía una mama superorgullosa de su vástago.
Un verano Javi me pregunta si alguna vez he hecho nudismo. Me sorprende la pregunta,
- “no, la verdad es que no lo he hecho, le digo, ¿porqué lo preguntas? No lo se, me atrae la idea de probarlo, el contacto con la naturaleza, pero mis colegas se parten de risa cuando se lo planteo, dicen que solo quiero ir a la playa nudista a ver a las tías desnudas y no es esa mi intención, mama”.
Esa noche me quedo pensando ¿playa nudista? No lo había pensado, yo he hecho topless pero no he ido a una playa nudista y ¿por qué no va a ser ahora el momento? Por la mañana le digo a Javi que el finde nos vamos a una playa nudista, que me apetece probarlo y que nos vamos los dos. Su reacción fue un poco de incredulidad al principio y de felicidad después, “eres la caña, mama” acierta a decirme.
Nos preparamos para ir a la playa, compramos protección solar factor 50 y aceites para ir hidratando la piel frente a la exposición del sol. Bocatas, bebidas, libro, música es el kit que completa nuestra excursión. Yo me compré un tanga blanco con muy poca tela para que a la vuelta no me molestase mucho con la piel expuesta al sol. He de decir que a la ida me encontraba un poco incómoda con el puesto, era muy ajustado y jamás me había puesto uno que cubriera tan poco mi culo.
Llegamos a la playa y note a Javi un poco nervioso
- “ya no podemos echarnos atrás” le dije riendo, mientras andábamos para estar cerca de la orilla veíamos a las personas que estaban disfrutando de los rayos del sol sin ningún tipo de tela sobre su cuerpo.
Había un poco de todo, más mujeres que hombres, eso sí, alguna que otra familia, algún que otro hombre solo y personas de todas las edades.
Nos situamos en un hueco cercano a la orilla de la playa, al quitarme el vestido Javi me dice
- “guau!!! mama!!! que tanga más sexy!!!!”
es habitual en nosotros hablar abiertamente y no me eran ajenos sus halagos pero este fue distinto, como de sorpresa.
- “Cariño, mama todavía puede sorprenderte, je, je”.
Llego el momento de quitarnos la última parte de tela que nos quedaba y Javi, como si estuviera en su habitación se quita el bañador y se queda completamente desnudo, le sigo y me quito el pequeño tanga. Para la ocasión me había depilado por completo y fue una sensación como de liberación, placentera, no se me quitaba la sonrisa de la cara.
Hacia tiempo que no veía a Javi desnudo. No es que fuéramos muy prudentes en casa pero cada uno tenía su espacio y aunque el me vio alguna vez “en tetas” jamás me había visto desnuda por completa y yo tampoco a él desde hace unos años atrás. Me sorprendió el desarrollo de su miembro, a los 6 años le hicimos la circuncisión y ahora aparecía un buen falo coronado con un buen tamaño del capullo.
- “Vamos a ponernos crema, cariño, que el sol es muy perjudicial si no nos protegemos”.
Comenzamos cada uno a echarnos crema, le pedí que me echara por la espalda y luego le echaba yo a el. Estaba extrañamente relajada, como si hubiera ido cien veces a la playa nudista y a Javi le pasaba igual, ni un momento de nerviosismo ni nada por el estilo. Cada cierto tiempo nos bañábamos y nos echábamos crema constantemente. Que orgullosa me sentía de mi hijo y pensé “la que pille esa herramienta la va a disfrutar”.
Así pasamos el día, sol, baño, conversación, hablando de tal o cual persona. Todo muy natural y con mucho respeto. En algún baño nos habíamos rozado Javi y yo, nos tirábamos agua, reíamos, todo dentro de lo normal, de lo extrañamente normal. Casi al final de la tarde, estando yo metida en el agua oí a Javi como venía hacia mí, con sus brazos me rodeo el cuello y me dio un beso en la mejilla como hace en muchas ocasiones, solo que en este caso estábamos en la playa nudista y sin ropa
- “mama, eres genial”
me dijo mientras me daba ese beso y creo que por primera vez en todo el día su polla despertó pues note algo duro rozar mi culo, le agarre los brazos, me eché un poco para atrás para apoyar mi cabeza en su pecho y comprobé que era cierto lo de su herramienta, estaba dura, ahora la notaba por todo el culo y la parte baja de la espalda
- “tu sí que lo eres, hijo”
le dije mientras me imaginaba ese rabo en todo su esplendor bajo el agua.
Me sentí reconfortada, había sido un día genial, una experiencia nueva que la había disfrutado muchísimo y había despertado el interés de un rabo muy joven, la sonrisa no se me iba de la cara. Salí del agua y Javi estuvo allí durante unos 5-10 minutos más, supongo que necesitaba que su amigo volviese a la posición de reposo, je, je.
Nos preparamos para la vuelta a casa. Pese a que nos habíamos echado crema constantemente y nos habíamos bañado de forma continua el sol hizo su efecto en nuestros cuerpos. Javi, al ponerse el bañador se sintió muy incómodo, le rozaba el elástico y le molestaba bastante. A mi me pasaba un poco igual, el tanga se ajustaba mucho a mi cuerpo y era una sensación muy molesta. Al llegar al coche Javi me dice que se va a quitar el bañador, que le molesta mucho el roce.
- “Sabes que, llevas razón, a mi también me molesta el tanga y como llevo el vestido playero me lo voy a quitar y nadie sabrá si llevo algo debajo o no”.
Javi se sentó en el asiento del copiloto, se quitó el bañador tipo bóxer que llevaba y se puso la camiseta encima para taparse. Yo me quite el tanga antes de entrar al coche, solo llevaba un ligero vestido pero suficiente para que no se viera nada.
El sol nos había quemado a los dos
- “vamos a tener que darnos varias veces con el after sun, Javi”,
le dije mientras íbamos a casa. La camiseta de Javi se movía durante el viaje, dejando en ocasiones ver bien parte de su rabo o bien parte de los huevos (puntualmente depilados para la ocasión). No es que me fijara mucho, pero desde mi posición se veía una buena panorámica, él, de vez en cuando, se volvía a poner la camiseta para tratar de tapar sus partes. El sol, el calor, el no llevar ropa interior, la visión de ese falo, el roce en la playa antes de salir de ella…, estaba excitada…, no me había dado cuenta hasta ahora, mi cuerpo estaba excitado, incluso mis pezones se habían puesto duros… “espero que Javi no se de cuenta” pensé.
Llegamos a casa, metimos el coche en el garaje
- “Javi, tendrás que ponerte el bañador, no vaya a ser que alguna vecina se entusiasme”,
lo hizo aunque no dejaba de decirme lo molesto que estaba. Subimos a casa, pidió entrar a la ducha primero,
- “hidrata la piel con agua fría antes del after sun”
tras un rato en la ducha salió con una toalla anudada a la cintura
- “ya puedes entrar, mama”, “toma, ve echándote crema mientras me ducho, échate bastante por tus partes para que te moleste lo menos posible”
Me metí en la ducha, pensé en cómo se estaría extendiendo la crema por esos huevotes…, uummmhhh, que caliente estaba
- “joe, Ana, te has puesto tontita hoy” pensaba.
Salí de la ducha con una toalla cubriendo todo mi cuerpo, la verdad es que era bastante molesto, el sol nos había quemado y cualquier roce con el textil era muy desagradable. Javi estaba sentado en el sofá, con la toalla aún anudada a la cintura
- “¿quieres que te eche crema en la espalda?”, le dije, “si, por favor” dijo el.
Se tumbo en el sofá boca abajo, le echaba la crema pero la toalla que yo llevaba no aguantaba y se me caía, además me rozaba y me molestaba.
- “Espera, Javi, cariño, como estás de espaldas, voy a dejar la toalla aquí al lado que no puedo extenderte bien la crema”
Y allí estaba yo, desnuda, extendiendo la crema por la espalda de Javi
- “¿te has echado por el culo y las piernas?” le pregunté, “si, algo” me dijo. “Levanta la cintura” tiré de la toalla y le extendí crema por toda la parte de atrás del cuerpo de Javi. “Quédate un rato así hasta que se seque la crema que ahora me tienes tú que dar a mi”.
Cogí la toalla, me fui al baño a arreglarme un poco el pelo. Al salir le pregunté a Javi si me echaba la crema por la espalda, a lo que respondió afirmativamente. No me di cuenta hasta que llegue a la altura del sofá, estaba completamente desnudo, no se había vuelto a poner la toalla en la cintura
- “que fresquito vas” le dije “si no te importa, mama, me voy a quedar así un rato” “sin problema, cariño, se te ha pegado el sol bien”.
Me tumbé en el sofá y baje la toalla hasta la cintura, Javi empezó a extender la crema por los hombros pero notaba como no era constante con sus manos,
- “Javi ¿qué ocurre?” “mama, no te lo vas a creer, al rozarme con tu toalla me molesta” entendí que hablaba de su rabo y sus huevos, “bueno, quítame la toalla” le dije.
Ahora si era continuo su masaje en mi espalda, que sensación de frescor…, que alivio…. de vez en cuando notaba algo blando sobre el culo, supongo que era su polla y recordé esa sensación de unas horas antes, mi cuerpo reaccionaba, que a gusto me sentía.
- “¿Te echo crema por las piernas?” me pregunta Javi “y por el culo, ya que te pones”
Sus manos se fueron a mis tobillos y desde ahí subía hacia mi cintura. Llegó a mi culo y extendió la crema más rápidamente que en otras partes del cuerpo
- “ya está, mama”
me incorporé un poco, le pedí la toalla y pude ver como esa polla ya no estaba tan flácida como hace un rato
- “¿te has echado suficiente crema en la polla? no te la vayas a quemar” “me molesta un poco en un rato me volveré a echar” “mama, si no te importa me voy a quedar así esta noche (desnudo)” “tranquilo, cariño, sin problemas” le dije.
No hice mucho por taparme yo tampoco hasta que cogí la toalla, me fui a mi dormitorio y busqué un tanga cómodo, que no apretase mucho la piel.
- “Pues yo también me voy a quedar así” pensé y salí al salón sólo con el tanga “cariño, si no te importa me voy a quedar yo así también un rato, el sol me ha quemado un poco las tetas y no quiero que me roce ninguna tela”.
Era la primera vez que estábamos en casa yo en tetas y mi hijo completamente desnudo.
- “Oye, Javi, has tenido buena idea con lo de la playa nudista” “ha estado bien, mama, pero ahora no veas como molesta el sol” “tendremos que echarnos más crema” “yo me voy a duchar de nuevo a ver si me refresco un poco”
Se fue a la ducha desnudo, no cerró la puerta del baño, se metió en la ducha, salió del baño completamente desnudo, no hizo por taparse, por ponerse ninguna toalla, llevábamos 30 minutos el desnudo y yo en topless pero era como si llevásemos toda la vida haciéndolo.
- “Voy a darme una ducha yo también y ahora te echo crema de nuevo”. Y así lo hice, y al salir vi el tanga y me dije “pues sin ropa, ya he estado hoy sin ropa todo el día, por qué me lo voy a poner en casa” “venga túmbate que te eche la crema” Javi me mira y me dice “tú también te has quitado el tanga” “pues sí, también me molesta y he estado todo el día hoy desnuda no veo por qué no puedo hacer lo mismo en casa”,
Siento a horcajadas encima de Javi, le voy extendiendo la crema por la espalda y hombros, noto como mi coño vuelve al estado de hace unas horas, de excitación, y mis pezones también reaccionan. Bajo por su cintura, piernas..,
- “abre un poco las piernas, Javi, que pueda echarte crema por la parte interna”,
Javi abre un poco las piernas, me unto la mano de crema y comienzo a extender la crema por la parte interna de los muslos, en esos círculos que voy haciendo para que la crema haga su trabajo creo que rozo mis dedos con sus huevos, ahora una pierna, ahora la otra.
- “te toca echarme crema a mi, cariño” Javi no quiere moverse del sofá, está boca abajo y me dice que me espere un poco a que se le seque la crema “pues sí, eran sus huevos” pensé.
Fui a por un poco de agua a la cocina, al beber se me resbaló un poco por la barbilla y los pechos, “que fresca”, llene un vaso de agua fresca y se lo lleve a Javi al incorporarse vi como su polla había tomado unas dimensiones que para mi eran desconocidas, se había empalmado por completo, supongo que al roce de mis dedos en sus huevos.
- “Bébete el agua que me tienes que echar la crema tu a mí” “tienes agua en el cuerpo, mama” “se me ha caído un poco bebiendo pero está fresquita, me viene bien” “has tenido buena idea” y se echa directamente sobre su pecho, bajando rápidamente hasta la cintura, polla y huevos “que fresca está” “te va a venir bien para eso” le dije señalándole la polla y riendo “no se lo que ha pasado, mama, lo siento” “no pasa nada, cariño, lo entiendo”
me coloqué en el sofá boca abajo para que Javi pudiera darme la crema, al rato de aplicármela por la espalda me dice que se va a sentar encima de mí para hacerlo mejor,
- “ok, hazlo como quieras”
se sienta sobre mis muslos, un poco más abajo de mi culo, desde esa posición es más fácil aplicar la crema. Noto como sus huevos descansan en mis muslos y hay algo que roza de vez en cuando mi culo, supongo que será la polla.
En esta ocasión la aplicación de al crema es más lenta y cuando la aplica por los laterales de la espalda sus dedos llegan más lejos que antes, hasta el punto de que casi logran rozar mis pezones. Mi coño a estas alturas sigue “atento” a lo que pueda ocurrir, un chico joven con un buen rabo está masajeando mi espalda y noto sus huevos y su rabo cerca de mi culo.
- “Échame la crema por la cintura y por el culo, Javi, que me molesta” levanto un poco mi culo mientras se lo digo y logro notar como algo duro y caliente se ha apoyado en un cachete. “Vaya empalme tiene este” pensé. Noto sus manos por la cintura e inmediatamente baja al culo, la aplicación lenta, con las manos abiertas “espera, le digo, recojo un poco las piernas, me pongo casi de rodillas y le digo que así es más fácil que me llegue la crema por todos lados. Al momento ambas manos están extendiendo la crema a ambos cachetes de mi culo y mi coño ha subido su temperatura. “Échame por los muslos también, por dentro y por fuera” le digo. Sus manos rodean uno de mis muslos y suben y bajan acompasadas, una de las manos se queda cerca de mi coño, la calentura no me deja pensar claramente, ahora se pasa a la otra pierna, creo que mi hijo tiene que oler mis feromonas, estoy como una moto.
Sin saber cómo me siento a su lado
- “gracias, cariño, a ver si baja la temperatura del cuerpo” y le doy un beso en la mejilla,
tiene la polla a mil, riendo le digo que si se ha echado crema, me mira y sin decir nada coge mi mano y me la lleva hasta ella, bajo la mirada, agarro ese trozo de carne, echa su cabeza hacia atrás y yo comienzo un lento sube y baja por su rabo. El estaba muy excitado, como yo, pero no sabía qué hacer ni cómo actuar.
Su rabo estaba duro, aceleré el ritmo de las subidas y de las bajadas, Javi estaba con los ojos cerrados, respirando cada vez más fuerte, me iba pegando a el poco a poco, casi estaba de rodillas a su lado con mi mano subiendo y bajando cuando, casi por instinto me pongo frente a el, paso mi pierna al otro lado de su cintura, Javi a abierto los ojos, me mira sin decir nada, tiene las tetas a la altura de su boca, me mira y le hago un gesto de aprobación, su boca busca uno de mis pezones y sus manos rodean mi cintura, noto como poco a poco sus manos empujan hacia abajo, se lo que busca.
Mi cintura va bajando lentamente mientras mis pezones están duros, noto como algo muy duro está a la entrada de mi coño que desde hace un par de minutos ha estado soltando flujos para facilitar lo que está a punto de pasar. Lentamente voy sentándome en el rabo de mi amante, el cual se va abriendo paso por la cavidad mojada y caliente de mi cueva.
Llegan los primeros gemidos, Javi empuja más fuerte hacia abajo, quiere meter toda su polla en el paraíso, ya me he sentado por completo encima de el, tiene su rabo completamente dentro de mí, abre los ojos, resopla, ahora agarra mis nalgas y empuja hacia arriba mientras su cintura también se mueve adelante y atrás.
Que sensación de placer, el vigor de su rabo en mi coño me hace disfrutar de un polvo lento pero muy intenso, ya le he soltado 2 o 3 morreos, estoy muy caliente subiendo y bajando por ese falo. El ritmo se acelera, nuestros flujos nos permiten entrar y salir uno en el otro sin problema, los gemidos son más constantes, desde el cuello hasta los tobillos me inunda un escalofrío, ya se lo que viene después. Javi lleva un par de minutos soplando y gimiendo, estoy convencida de que su explosión también está a punto de llegar.
A los breves instantes noto como la polla se tersa aún más y un líquido cálido llega a mis entrañas acompañado por un grito
- “jooooooooooder”, segundo chorro caliente y ahora soy yo la que con la cabeza hacia atrás suelto un “aaaaagggghhhhhhh” intercambiando los ambos flujos dentro de mi cuerpo.
Sigo subiendo y bajando mientras Javi se vacía dentro de mí y yo me corro a chorros cayéndole incluso por sus huevos. Hacía mucho tiempo que no me sentía tan bien follada como en ese momento, la polla de Javi seguía dentro de mí, como si no se quisiera salir nunca de ahí.
No sin esfuerzo logro ponerme de pié,
- “me voy a la ducha cariño”
Continuará (o no dependiendo de sus valoraciones)