A la luz del amanecer (1)

Celebrando la verbena de San Juan en muy buena compañia.

A la luz del amanecer

Hola de nuevo. Continuo mis pequeñas historias, otra vez con mis amigas Marta, Sonia, Monique y Tania. Esto sucedió durante la verbena de San Juan, festividad que aquí en Cataluña se celebra bastante.

Habíamos quedado para ir a la casa que un amigo de Marta, tenia en Cala Castells, en Girona. Yo había quedado en recoger a Sonia en su casa, Mientras que Marta iría con una prima suya que había venido a pasar unos días con ella. Tania y Monique irían con ellas, además de la hermana de Monique, la cual se había auto invitado.

Sobre las seis de la tarde pase a recoger a Sonia, como habíamos quedado. Me abrió el portero electrónico, y subí a su piso. Al salir del ascensor, me encontré la puerta de su apartamento entreabierta, y ya me imagine que Sonia como siempre se iba a retrasar.

Entre cerrando la puerta tras de mí. Me la encontré saliendo del baño secándose el cabello y con el albornoz entre abierto.-"Jajaja, tu siempre dejándolo todo para el ultimo momento... ¿No habíamos quedado a las seis?", le dije entre risas. Ella me tiro la toalla riéndose. –"Idiota... Anda ayúdame", me dijo. Me acerque hacia ella y la bese. _"¿Qué quieres que haga?", le pregunte –" Sécame el pelo, anda... Se bueno, va..."

Se arrodillo ante mí y me paso el secador. Empecé a secar su melena, mientras ella iba peinándose sobre mi entrepierna. La situación me excito, así que la cosa se hizo obvia. –"Cerdo... Siempre pensando en lo mismo... " me dijo.

Levanto su cara y me beso apasionadamente. –"Creo que, después de todo, no vamos a ser los últimos en llegar...", me susurro al oído. Sus manos, empezaron a desnudarme. En cuanto mi polla se libero salto ansiosa a la búsqueda de la cálida boca de Sonia. A la vez, deslice mis manos sobre sus hombros dejando caer el albornoz al suelo. Sonia esta introduciéndose mi polla en su boca, lamiéndola con cariño, sus dientes jugando con mi glande, cosa que ella sabia que me encantaba. Su cálida lengua subía y bajaba por mi pene, cada vez mas y más excitado. Se incorporo un poco y aprisiono mi polla con sus preciosos senos. Sonia tiene unos pechos espectaculares, de buen tamaño, pero duros e increíblemente firmes. Es una sensación alucinante el sentir mi polla en sus pechos mientras le va dando pequeños besitos.

La levante y la bese profundamente en la boca. Sus labios se abrieron para recibir mi lengua. Pero, quería más. Baje hacia sus pechos y los bese. Mordí sus pezones, mientras mis dedos se introducían en su húmedo sexo. Seguí el descenso para comenzar a lamer su coñito de pelo cuidadosamente recortado. Sabiendo lo que le gusta, empecé a lamer su clítoris introduciendo mi lengua a continuación. Además empecé poco a poco a meterle primero un dedo, después dos y al final tres, mientras continuaba lamiéndola. Sus gemidos eran bastante audibles, mientras ella intentaba lamerse un pecho. Cuando quiso tiro de mi pelo separándome de su sexo, dejándose caer, empalándose fácilmente por lo húmeda que se encontraba. Me cabalgo durante un rato, hasta que se corrió un par de veces. Como yo no me había corrido aun (por suerte he de reconocer que tengo un gran autocontrol en ese tema) decidí correrme en su precioso culito. Sé que a Sonia le encanta, así que empecé a lamerle su delicioso ano, introduciéndole un dedito. Estaba muy excitada, y yo no digamos. Se nos había olvidado completamente la verbena. La penetre lentamente y empecé a bombear hasta que nos corrimos juntos.

Tras una ducha juntos entre besos, nos dimos cuenta que "habíamos perdido" un poco mas de una hora y media. Decidimos vestirnos y salir rápidamente. Era un viajecito, de con suerte y sin pillar caravanas, algo menos de tres horas a un buen ritmo. Habíamos dicho de cenar sobre las once, así que más o menos nos daba tiempo.

Salimos pues de estampida. Ya en la carretera, Sonia se apoyo sobre mi hombro en un gesto de cariño y paz. Por suerte, no estábamos pillando caravana e íbamos bastante bien de tiempo.

A eso de las diez y cuando ya nos faltaba poco para llegar, sonó mi móvil. Era Marta, así que lo cogió Sonia que la convenció de que habíamos pillado algo de trafico en la salida de Barcelona, y que en nada llegaríamos. Según Marta, ya estaban todos y nos estaban esperando para cenar tomando una copa en la terraza.

Unos minutos mas tarde