A la luz de la luna
Tenía una cita con Cristian, íbamos a estar juntos. Yo más precavido, salí con antelación hacia el lugar de la cita, y aproveché para recorrer la zona en busca de algún lugar seguro donde ir. ...
A la luz de la luna
Ese sábado tenía una cita con Cristian. Por fin, íbamos a estar juntos. Yo, más precavido que nunca, salí con 5 horas de antelación hacia el lugar de la cita, y como son 2 h y media de viaje pues llegué con 2 h y media de tiempo, que aproveché para recorrer la zona en busca de algún lugar seguro donde ir con el coche. La cita era a las 22h en una calle céntrica de la ciudad. Él me esperaría junto a una parada de bus.
Acabé mi "trabajo de reconocimiento" de la zona enseguida y aun tenia por delante casi dos horas. Dos horas que se hicíeron ETEEEEEEEEERNAAAAAAAS y en que no paraba de mirar el reloj. Creo que no hubo un sólo minuto en que no lo mirara. No servia de nada, pero lo hacía. Debía ser una especie de "tick nervioso". Estaba muy cerca de la playa, en lo alto de un pequeño cerro, mirando al mar. Al menos, la vista era bastante relajante. Así me sorprendió la noche, y conforme pasaba el tiempo y llegaban las 22h, el tiempo parecía deformarse e ir todavía más lento... es increíble lo rápido que parece pasar algunas veces y lo lento que pasaba entonces.
Pero como el tiempo no puede detenerse, dieron las 10 y puse rumbo al punto de la cita, que lo tenía a apenas 5 minutos. Ya de lejos Cristian, un chico de 21 años, me vio y se acercó a la carretera esperando que yo llegara. Paré y mi "preciada carga" subió al coche con una bonita sonrisa. Nos saludamos y comentamos dónde ir, y pusimos rumbo al sitio que yo había previsto. Me dijo que estaba muy nervioso y yo le dije que no era el único, y que yo también lo estaba.
Llegamos al lugar elegido. Escondí el coche lo más que pude entre unos matorrales y paré el motor. Se hizo el silencio... Nos pasamos a los asientos traseros y casi sin mediar palabra Cristian se me abalanzó a besarme como un poseso... BUF! creí que iba a violarme! jeje. Parecía que al chico le gustaba besar, y a base de bien! Era increíble su "pasión" besando, era como si tuviese hambre, como si quisiera comerme! A todo esto, ya las manos habían empezado a sobar lo primero que pillaran, aunque aún por encima de la ropa. Creo que nos pegamos morreándonos más de 15 o 20 minutos sin pausa....... Besos de todo tipo: desde "guerra de lenguas" hasta un beso profundo en que notas la lengua entera del chico dentro de tu boca, y viceversa. Cuando la lengua de uno entraba en la boca del otro, éste la "aspiraba" absorbiéndola como si de un polo de limón se tratara, tirando de ella aún más adentro. Bocas bien abiertas, cubriendo la boca del otro, y besando y lamiendo tanto dentro como fuera de la boca. A veces, uno le mordía los labios del otro estirando levemente, para justo después volver a "entrar" dentro de su boca. De vez en cuando dejábamos la boca y nos íbamos a las orejas y el cuello, aprovechando entonces para abrazarnos con fuerza y pegar nuestros cuerpos todo lo que podíamos. También parecía que al chico le gustaban las orejas, pues se puso a comerme una y a meterme la lengua y entre el gusto que daba y las cosquillas, casi tengo que apartarlo de mí.... mmm... Paramos un momento y nos desnudamos completamente.
Una tenue pero suficiente luz de luna entraba por las ventanillas del coche, y nos permitía vernos casi a la perfección. Bueno, pues ya desnudos, las manos iban a todas partes, sobando, tocando, acariciando y pellizcando todo aquello que estuviera a su alcance, mientras nuestras bocas parecían que estaban pegadas con "superglue" pues no había forma de separarlas.... Yo no quería forzar la situación en cuanto a pasar a la "acción" por detrás, así que dejé que fuera él quien marcase un poco el ritmo. Y así fue, pues al cabo de pocos minutos, se separó de mi ya casi desgastada y chorreante boca y dijo que iba a chupármela. Se puso manos a la obra y la verdad, no parecía novato, pues lo hacía MUY bien. Se dedicó a chupármela de todas las formas imaginables, pasando la lengua, metiéndosela casi entera en la boca, frotándosela por la cara... Me gustaba, y mucho! pero la sorpresa estaba aún por llegar... De repente bajó a los huevos
y .... BUF!!! yo no sé lo que estaba haciendo, no sé de qué forma me los estaba lamiendo, comiendo, o lo que fuera, pero el caso es que el placer que sentía era BRUTAL! Yo no soy muy aficionado a gemir de placer... creo que nunca lo he hecho, pero no tuve más remedio que empezar a gemir de placer, pues lo que estaba sintiendo en ese momento no lo había sentido nunca antes: una especie de cosquilleo que me subía por el vientre invadiéndome. Alguna vez había probado a gemir mientras me hacía una paja, a ver qué tal me salían, pero yo mismo me daba cuenta que eran
gemidos muy "artificiales" y fríos, y que no decían nada. Pero ahí estaba yo, con un chico comiéndose mis huevos y mis gemidos de placer que sonaban como debían sonar: a placer auténtico. Me sentía flotar, estaba en la gloria! El extraño placer que me invadía llegaba a ser tan intenso que a veces me veía obligado a separar un poco la cabeza de Cristian para que bajara un poco el ritmo. No es que fuera a correrme, sino que el placer era tan fuerte que casi hacía daño... Una sensación que, como digo, jamás antes había sentido y que no sé describirla bien...
Después, volvió a mi polla para comérsela de forma más "convencional" (menos mal! jeje) y al poco siguió hacia arriba, pasando por el vientre, el ombligo, y los pezones, donde se recreó lamiéndolos y dándoles pequeños mordisquitos. En eso yo aproveché para lamerle la oreja, tal y como él había hecho antes conmigo. Así nos pegamos otro buen rato, hasta que me preguntó si alguna vez me habían comido el culo, y le dije que no. Así que, muerto de curiosidad por saber qué se sentía, a sus indicaciones, me puse "a lo perro" abriéndome bien de patas, recostado sobre la bandeja trasera del coche, en espera de que Cristian comenzara su trabajito... DIOOOOOOSSSSSSSSSS!!!!!!!! se tiró a lamerme el agujero como quien no ha comido en una semana!!! Casi intentaba meterme la lengua, y creo que llegó a hacerlo! Lo lamía con fuerza, con mucha fuerza, y yo comencé a sentir otra vez una sensación que también era completamente nueva! Aquella noche la cosa iba de sensaciones nuevas! estaba claro! Hacía más de un año que no me comía una rosca. Cristian me estaba haciendo cosas increíbles. Mi excitación estaba llegando a límites insospechados, nunca antes alcanzados. Estaba gozando de lo lindo! Estaba disfrutando como NUNCA antes lo había hecho.
Bueno, vuelvo al beso negro. Cristian seguía con su labor por penetrarme lingualmente, y lo que sentía pues... otra vez me cuesta describirlo con palabras. Me sentía muy bien, sentía una especie de calor que me invadía el cuerpo, un bienestar extraño. Una sensación "dulce". Sentías esa lengua en esa parte tan íntima. El extraño placer era tan fuerte que de nuevo me ví obligado a gemir de gusto! Y al mismo tiempo, me excitaba de oír mis propios gemidos. Unos gemidos que no parecían míos de lo reales y escalofriantes que eran. Estaba retorciéndome de gusto, me movía al compás de su lengua, me abría todo lo que podía de piernas, y aparte Cristian tenía toda su cara en mi culo, abriéndome las nalgas con sus manos. Al tiempo, y sin dejar de lamerme el agujero, agarró mi polla y empezó a masturbarme. Bueno... ahí ya creí desmayarme de gusto... casi tenía sensación de mareo... Cristian estaba "trabajándome" toda esa zona de mi cuerpo simultáneamente, y yo ya no sabía discernir un placer de otro. Sólo notaba movimientos, roces, y una mezcla de sensaciones placenteras que me estaban dejando atónito. Dejó su lengua y empezó a meterme un dedo por el culo. No había lubricante, pero la cantidad de saliva que dejó en mi agujero por lo visto fué más que suficiente para que uno y dos dedos entrasen sin problemas en mí. A todo esto, no dejaba de sobarme los huevos y de masajearme la polla, y yo estaba en la gloria. Como ahora tenía su boca "libre", decidió que mientras me metía los dedos, podía chuparme la polla y los huevos, y eso hizo... bueno, yo ya estaba rabiando de gusto! no sabía cómo moverme para acompañar su "trabajo" Me comía de nuevo los huevos y la polla con un dedo en mi culo. Me pegaba chupones por todas partes, lametazos en las nalgas... y todo lo que se le ocurría. Hasta me lamió por las piernas. Creo que no quedó un sólo rincón de nuestros cuerpos que no quedase impregnado de nuestras salivas... y de nuestro sudor! porque hacía ya buen rato que estábamos los dos empapados en sudor, lo que hacía mucho más excitante cualquier roce o caricia. La piel resbaladiza es mucho más agradable. La temperatura ambiente
aquella noche era de 29º C, con el mar a poca distancia, y una humedad que nos hacía sudar aún más.
Bueno, creo que ya era hora de que fuera yo quien me comiese a Cristian, no? Estaba en mi derecho, después de todo lo que me había hecho, jeje... Su polla, también operada de fimosis, como la mía, lucía tiesa y brillante a la luz de la luna. Su longitud no superaba los 15-16 cm, pero su cabeza era bastante voluminosa y bien formada y bonita. El tronco, recto y suave, era notablemente de menor diámetro que su glande. Los huevos eran más bien pequeños, y no había demasiado pelo. Nada más comenzar a comerle la polla, Cristian comenzó a gemir también de gusto... Unos gemidos que me electrizaban!!! con sólo oirlos me daba cuenta que lo estaba haciendo bien, que el chico estaba gozando, y me esmeraba en multiplicar ese placer por diez. Se retorcía de gusto, me acariciaba la cabeza, el cuello... decía frases como "ostias... siii, siii.... uuuuffff.... sigue.... wwoow..." pero, una cosa es leerlas, y otra es oirlas... :-))))
Intenté hacérselo al menos tan bien como él me lo había hecho antes, y se la lamí de todas las formas que me venían a la imaginación. Bajé a los huevos, y parece que también le gustaba, porque a cada lametón que le pegaba, decía algún taco... jeje... De verdad, creo que esta estaba siendo la relación sexual más placentera que había tenido en mi vida, pero aun quedaban muchas marranadas por hacer... jeje...
Ahora me tocaba a mí hacerle el beso negro. Cristian se puso en la misma posición que yo antes. A lo perro y apoyado atrás. Su culo era bastante majo! Y no era muy peludo, tan sólo se notaba más pelo en la raja y junto al agujero, lo normal. Decidido, le separé las nalgas y vi la "flor" de su agujero, un agujerito "virgen" que iba a ser desflorado
en breves minutos.... Así que, nada, hundí mi cara en ese bombón y empecé a lamerle con ganas, intentando tantear con mi lengua su esfínter, y meterle mi lengua, si podía. Algo se la metí, lo suficiente como para notar que su agujero se abría a la presión de mi lengua. Estuve un buen rato lamiéndole y.... me gustaba! En eso, solté sus nalgas y mi cara
y mi nariz quedaron "aprisionadas" entre su culo, pero sin dejar de lamer, y asi mis manos quedaron libres para agarrarle la polla y los huevos. Pensé "Ahora vas a pagar por lo que me has hecho antes", jeje... Le pegaba pequeños mordiscos en las nalgas, se las lamía y le pasaba la lengua, recogiendo y saboreando el ligero sabor salado de su sudor. Ni que decir tiene que Cristian era un gemido continuo, un sonido que me estaba poniendo superexcitado, y que me señalaba que lo estaba haciendo bien. Quería comerme a ese chico... quería tragármelo!!! Nunca imaginé que podía llegarse a tal nivel de excitación. Estaba temblando! nervioso perdido! muerto de hambre de chicos!!! Me metí por entre sus piernas y me puse a mamársela en plan bestia. Cristian se incorporó un poco dejándome más espacio a mí.
Lo agarré por sus nalgas para "que no se me escapase" y me puse a comerle la polla. Cristian entendió que tenía ganas de su polla y me agarró la cabeza y empujándome varias veces, hizo que me tragase su polla ENTERA, llegándome hasta la garganta... Ahora sí que había notado que su polla estaba en mi boca.... mmm.. Me daban ganas de pegarle un bocado, pero creo que eso no le hubiese gustado... jeje.
Ante mí tenía un panorama soñado: un chico pegándome embestidas con su polla en mi cara. Estaba literalmente follándome la boca. Tenía un exquisito manjar ante mí, sólo para mí... delicioso!!!! Le dije que me pasara su polla por toda mi cara, frotándola, y eso hizo. Su polla estaba superresbaladiza, entre el sudor, mi saliva y su pre-semen. Me la pasó por los ojos, la frente, los labios, la nariz... en fin, por toda mi cara pude sentir ese trozo de carne ardiente. Un jugoso manjar que pude degustar hasta la saciedad. Bajó su polla restregándola también por todo mi pecho y mi vientre, y cuando llegó a mi polla, quisimos que "ellas" también gozasen juntas, (:-D) así que las untamos con lubricante y las juntamos y masajeamos las dos juntas, y.... mmmm... hay que experimentarlo para saberlo! Después de eso, seguimos con los besos de nuevo, y se puso como a cabalgar encima de mí, frotándose. La raja de su culo estaba justo encima de mi polla. Yo estaba empalmado a más no poder, y creo que hubiera podido clavársela de un golpe, pero no era eso lo que quería, pues era virgen y había que ir muy poco a poco. El roce de mi polla contra su raja me estaba produciendo tal placer que tuve que decirle que parase o me correría.
Decidimos que había llegado "la hora de la verdad" para su dulce agujerito, y Cristian se puso de nuevo en la postura de antes, ofreciéndome de nuevo para mí todo su hermoso culo. Esta vez, me lubriqué bien los dedos y su agujero, y MUY lentamente comencé a meterle un dedo. MUY despacio. Le dije que no hiciese ninguna fuerza, ni hacia fuera ni hacia dentro. Que simplemente se dejase hacer, y que si le hacía daño que me lo dijese. Notaba sus contracciones de placer y oía sus gemidos a medida que le iba metiendo el dedo. Notaba perfectamente la presión de su esfínter, y al cabo de unos segundos ya tenía todo el dedo dentro. Se lo dije, y empezó a menearse para que mi dedo entrase y saliese. Giraba mi dedo, y lo metía y sacaba para extender el lubricante lo máximo posible. Después de eso, repetí la operación, pero esta vez con dos dedos. Cristian gemía demasiado y le pregunté si es que le estaba haciendo daño, y
dijo que no, que era de lo que le gustaba. Que le estaba haciendo gozar lo indecible, que era bestial, y que siguiese.
Así lo hice, y comencé un mete y saca con los dos dedos, explorando sus entrañas, notando sus pliegues, al tiempo que con la otra mano le acariciaba su polla y sus huevos. Estaba como en un sueño... los dos en pelotas, haciendo "marranadas" y gozando como nunca... no podía ser verdad! jeje. Tuve la "necesidad" de acercar mi cara a él, y pegué mi mejilla a su culo, y así estuve un rato, con mi cara apoyada en su culo, mientras que con todo mi cariño y esmero le estaba dando placer a más no poder. A veces le besaba por la cintura y por el culo también. Estaba muy a gusto. Ya digo, es algo muy extraño que tampoco me había pasado nunca... A todo esto, su culo ya parecía estar lo suficientemente abierto y lubricado como para intentar su desvirgamiento. Así que, me puse el preservativo y en esa misma postura (a lo perro) empecé a intentar penetrarle.
Después de un par de "intentos fallidos" logré apuntar el armamento en las coordenadas correctas y Cristian dijo
"por ahí, sigue, ya entra!" y efectívamente, iba notando como su esfinter iba cediendo muy poco a poco, y mi polla iba ganando valiosos centímetros culo adentro, muy decisivos para poder luego clavársela del todo. Con todo el cariño y el cuidado del mundo, y a un milímetro por segundo, más o menos, iba metiendo mi polla en ese culo virgen. Cristian más que gemir gritaba, y le dije si le dolía, me dijo que un poco, pero que siguiese así, que el placer era 10 veces mayor que el dolor, que era bestial y que le encantaba, que estaba muerto de gusto... 8-))) (Joder! mientras escribo esto, llevo una "empalmadura" encima que voy a tener que desabrocharme los vaqueros... jeje...) Así que, nada, seguí abriéndome camino por ese culo que nunca antes había "pisado" ninguna polla, hasta que llegué al final, puesto que sus nalgas me impedían metérsela más hondo. En ese momento, le dije que ya la tenía toda dentro, y no recuerdo muy bien lo que dijo... no se le entendía lo que decía... debía estar en "éxtasis", jeje. Entonces, empecé el típico mete-saca, muy lentamente al principio, y más enérgico después. Aquello era un concierto de gemidos y suspiros que excitarían
a un muerto! El "plas-plas" del choque de mis ingles con sus nalgas indicaba que estaba siendo una follada en toda regla, y a Cristian se le veía gozar y girar la cabeza de placer.
En un par de ocasiones y por lo frenético de los movimientos, se me salió la polla del agujero, pero no costó nada volver a meterla, por lo dilatado y lubricado de su esfinter a esas alturas. Llevábamos ya como un cuarto de hora "cabalgando" juntos, cuando Cristian me pidió algo para no manchar los asientos. Le dí unas servilletas de papel y las puso justo debajo de su polla. Yo seguía follándole y enlentecí mis movimientos mientras él aceleraba el ritmo de su masturbación. Noté que el momento del éxtasis para Cristian estaba muy próximo, y me abracé a él mientras le seguía culeándo con suavidad. Le besaba, le acariciaba, y cuando ví que ya se estaba corriendo, puse mis manos sobre la
suya, pudiendo recoger parte del líquido preciado, néctar sabroso. Parte del fluido caliente, que casi quemaba, cayó sobre mis manos. Terminó de correrse con mi polla aun dentro de su culo, y con su semen aún en mis manos lubriqué más su polla, si cabe, y se la acaricié muy suavemente para que aprovechase los últimos espasmos de su orgasmo. Sentía una especie de "corriente" por todo mi cuerpo que hacía que me tuviera que pegar a él lo máximo posible. De nuevo, y mientras le abrazaba, sentí la necesidad de juntar mi mejilla a su cuerpo, y ver cómo se corría. Una sonrisa de felicidad se dibujaba en mi cara mientras veía aquél espectáculo único: un chico eyaculando... Me lo quería comer... fueron momentos indescriptibles...
Estábamos abrazados, mi polla aun dentro suya, formando casi un sólo cuerpo, una sola piel. Saqué mi polla de su ya
desvirgado culo, me quité el preservativo, y también lubriqué mi polla con un poco de su semen, pero enseguida vino Cristian a hacerme una buena mamada que agradecí como ninguna.... Ahora me tocaba correrme a mí. Podía haberlo hecho mientras le penetraba, pero con preservativo las sensaciones no son tan intensas, y me hubiese costado más tiempo y trabajo, y aparte, no habría podido "disfrutar" de mi semen sobre mi vientre... Así que, mientras él se dedicaba a mamarme como sólo él sabe los huevos, yo me puse a machacármela, pensando en todo lo que habíamos hecho... Mis huevos entraban y salían de su boca, las sensaciones de placer eran alucinatorias y se vieron multiplicadas cuando me corrí, lanzando un gemido final que se tuvo que oír bastante a la redonda, pues todas las ventanillas del coche estaban abiertas...
El semen cayó sobre mi vientre, pero fui yo quien lo esparció por todo mi pecho, como me gusta hacer a veces, pues parece que a Cristian no le hacen mucha gracia las "marranadas" con la leche. En fin, será cuestión de que un día lo pruebe...
Bueno, y después de esto, nos quedamos los dos rendidos, tumbados más que sentados, el uno junto al otro, con la
cabeza echada hacia atrás, respirando y suspirando, comentando lo BRUTAL de aquel polvo... un polvo como pocos...
para mí, el mejor de mi vida..... Por ahora! jeje...
Agosto de 1999