A la luna de valencia iii

Un libro que contaba la vida de una chica terrorista, que más vale entregar el corazón a alguien de tu mismo sexo, que no tener un corazón que entregar.

A LA LUNA DE VALENCIA

Escrito por: Atramentum et pergamen

*"Ella es azul / ella es azul / en sus ojos vació / el azul del mar(...) / ella es azul / ella es azul / en sus labios vació / el azul del mar. (Vólovan)

No sé donde empieza el mar y donde acaba su mirada, y lo mismo me pasa con el cielo.

Después de pasar toda la mañana viendo lo que nos faltaba por ver, hemos ido a comer a una pequeña marisquería en la playa de la Malvarrosa, y ahora paseamos por la orilla de ese mar que yo sé que en unos meses nos va a separar, quizá para siempre.

Vamos en silencio, cogidas del brazo. Casi no ha abierto la boca en todo el día, y por supuesto no ha habido tantos cumplidos ni alabanzas como ayer, que rabia.

Yo sé bien que algo le pasa, se le nota. No sé exactamente que es, pero desde luego nada bueno, se lo he preguntado varias veces, y me dice que no le pasa nada, que es sólo que no ha tenido buena noche. No hay manera de que suelte prenda, me estoy dando cuenta que para muchas cosas es muy cerrada y muy reticente a hablar, pero en vez de ofenderme el hecho de que rechaze mi ayuda, no sé porqué, me hace que yo quiera estar más y más cerca de ella.

Ya estoy cansada, no tengo costumbre de andar descalza, y menos por la playa, soy de secano, que le voy a hacer. Además el agua en mis pies me resulta muy fría, que tampoco estamos en agosto, ché, que acaba de empezar marzo. Así que le he estirado para que vayamos a sentarnos en la arena, hasta que empieze a ponerse el sol, y entonces ya volver a casa.

Me ha estirado suavemente del brazo, y se ha sentado en la arena, indicándome que yo lo hiciera al lado. No sé cuanto tiempo llevamos paseando, con ella junto a mí se me pasa volando, y me aminora un poco la rabia y la pena que llevo encima desde que ayer me llamara la maldita de Agriel.

Cuando estoy sentada mirando al frente, noto un peso en mis piernas, y veo que sin decir nada Carmen ha apoyado su cabeza y algo más sobre mí, está de lado, abrazada a mis rodillas.

Le quiero. Me lo digo a mí misma y de mí misma me río, eso no suena muy propio de mí. Podría confesar que me atrae, que me gusta, pero que le quiero....con lo poco que hace que le conozco, es algo difícil de asumir, sobretodo para alguien como yo, que siempre he creído que para enamorarse de alguien y llegar a quererle hace falta un tiempo prudencial. Pero es que ella me está desmontando todo lo que yo creía saber y conocer, y lo mejor de todo es que no me importa, porque sé que lo que estoy empezando a sentir va más allá de si me gusta o no, llega hasta el punto de que con ella es con quien me siento completa, con quien creo que puedo estar bien y por siempre.

Por eso no me resisto a que mi cuerpo se acerque más al suyo, y un brazo rodee su abrazo.

  • ¿Por qué no puedes decirme lo que te pasa?- ya estamos insistiendo. Empieza a recordarme a Antonio.

  • Porque no puedo Carmen, es algo muy difícil para mí.

  • Pero yo sí que he confíado en ti, y te he contado muchas cosas, incluídas penas e ilusiones. ¿Por qué no lo haces tú conmigo? Si ya sabes todo de mí...

Entonces, sin saber el motivo, me doy cuenta de que no, de que no sé todo de ella, de que aún me queda por saber algo que ví el lunes y que estuvo a punto de hacerme polvo el alma. Además, es la excusa perfecta para cambiar de tema:

  • En realidad no lo sé todo de ti. Hay algo que en un momento me extrañó, incluso me dolió.

Se da la vuelta sobre mí y me mira fija y confundida, ahora me doy cuenta de la barbaridad que estoy cometiendo:

  • ¿Y por qué no me lo dijiste antes?

  • Pues porque no me acordaba, se me olvidó. Y ahora con esta conversación me ha vuelto a la cabeza.

  • Entonces, si tan pronto se te olvidó, no sería tan importante.

  • En su momento sí lo fue. Pero ahora ya no.

  • ¿Cómo que ahora ya no?

  • No - le rodeo con los dos brazos y creo que le siento temblar-. En este momento ya no tiene importancia.

  • ¿Por qué ya no tiene importancia? - me toma fuerte de la mano-. Sofía, no entiendo nada.

Yo levanto nuestras manos juntas, y las pongo delante de mis ojos embelesada por la suavidad de todo su ser.

  • Por esto.- y entrelazo nuestros dedos, cerrando nuestras manos. Le miro sonriendo.

  • ¿Por qué Sofía?

  • Es que tú sóla me diste la respuesta y la solución al problema, aún cuando no sabías que me habías metido en él.

Sus ojos se abren sorprendidos, y el enlace de nuestras manos baja golpeando ese estómago tan venerado por mí.

  • ¿Qué yo te metí en un problema? ¿Cuándo, cómo? Yo... - baja esa cara objeto de mi devoción-, no sabía nada. Sea lo que sea lo que hize, fue sin querer..lo siento..

¿Pero como puede ser alguien tan malditamente adorable y buena persona?

  • No hace falta que te disculpes Carmen. Que no lo hiciste adrede ya lo sé yo.

  • ¿Y no vas a decirme que fue ese problema en el que te he metido?

  • Bueno, - no puedo evitarlo, le acaricio con dos dedos un mechón que se ha puesto delante de sus ojos, y me estorba para mirarlos-. Más que un problema...fue un dilema.

  • ¿Un qué? ¿Un dilema? Pues la verdad, no sé que va a ser peor, pero ¿qué fue?

  • ¿Te acuerdas de cuando el lunes fuimos a la Facultad y una vez allí te dejé con tu amiga Bea? - asiente con la cabeza, y yo no entiendo lo que estoy a punto de hacer. Su presencia me debe estar emborrachando, y me siento como cuando vas "contentico", en el punto, ni sobrio ni bufao, y eres consciente de lo que haces, pero te da igual-. Pues en vez de a clase fui a la cafetería, y allí, desde los cristales.. - ahí voy, calla que voy, calla que se lo digo-, ví como salías de tu aulario cogida de la manos de un chico, y que le sonreías mucho. Yo..me sentí muy mal, y de hecho fui incapaz de ir a clase.

Ya está dicho, ya está hecho. Ahora me espero cualquier reacción.

Noto como la sorpresa se me tatúa en la cara, ¡mierda! Me vió con Jaume...

  • ¿Me viste con Jaume? - ¡Joder! Ya sabía yo que aquellos novillos no iban a traerme nada bueno, ¡me ha visto con él! Mecagüen...., ahora pensará que estoy saliendo con ese tipet, o que me gusta, ¡quien me gusta eres tú, ché!

  • Bueno, si ese chico se llama Jaume, entonces sí, te ví con Jaume,

A ver, un momento, ahora que repaso lo dicho...¿ha dicho que le hizo sentir mal, que ni pudo ir a clase? Que no será que estará celosa...ay mi Dios, que no será que ella también...

  • Sofía, ¿por qué te hizo sentir mal?

  • No sé. Dime, Carmen, ¿quién es?

  • ¿Jaume? Es sólo un chico que ha ido detrás de mí un par de meses, a mí también me gustaba, creo. Pero ahora ya no, tardó mucho, y ya sabes, quien espera desespera. Sofía, ¿por qué te hizo sentir mal? Venga, ¿no estarás celosa eehh?- le pego un puño amistoso en la barbilla y sonríe como niña a quien acaban de descubrir.

  • Entonces, ¿ya no te gusta?- apreta un poco la boca y me mira inocente. Me voy a volver loca, y no creo que pueda aguantarlo, y no lo aguanto. Levanto un poco la cara, y siento su respiración sobre la mía.

  • No, ya no me gusta. Pero contéstame tú a mí ¿acaso tuviste celos?.- mi voz suena algo más ronca de lo normal, y noto que un hilillo invisible estira mi rostro hacia el suyo, mal Carmen, muy mal, últimamente notas demasiadas cosas invisibles a tu alrededor.

  • Creo que sí, que me puse celosa.

  • ¡Anda! ¿Y eso? Pensaba que la celosa aquí era yo. ¿Por qué te pusiste? - me acaricia la cabeza y baja la mano por mi cara hasta cogerme el mentón, o estoy soñando, o ella también está acercando su cara a la mía. Estamos a nada de unirnos, siento una gran presión en el pecho, se me desatan sentimientos desconocidos, me siento como "la vecina de arriba" del anuncio de la cerveza. Repito; o estoy soñando...

  • Pues no sé. Nunca había sentido celos de nadie, y no sé como son exactamente. Anda, explícamelo tú.

Me mira expectante, ¡muy bien! Yo quiero abrir la boca, pero no para darle ninguna explicación, precisamente... creo que como el deseo siga en aumento, o me consumiré entre sus brazos, o me avalanzaré sobre esos labios hasta devorar el último trozo de ellos.

Noto un temblor en mi pecho, debe de ser el corazón, que estará a punto de salírseme de su sitiocon tanto estremecimiento y tanto desbocamiento de los sentidos. Noto un leve cosquilleo en los labios, aumenta, aumenta conforme disminuye el aire que me separa de los suyos. Pero ella mete la mano en el bolsillo que está justo debajo de mi tembloroso pecho y saca su móvil. ¡Joder! ¿Así que eso era la vibración que yo estaba notando? Y ¡¿quién narices le estará llamando ahora, quién es que me lo cargo!? Ella descuelga y empieza a hablar:

  • Diga...sí, ah, hola Antonio.....¡¿Qué?! ¡¿Dos semanas?! - Sofía se levanta bruscamente y yo caigo de su regazo a la arena-. ¿Pero como que dos semanas? ¡No es posible! Joder macho....vale sí...ya claro, de urgencia.....sí, normal...¿en dos horas? Sí, por supuesto que puedo y que voy, pero donde...vale, en la municipal....muy bien, a menos diez en la puerta ¿estarás allí, no? .....es verdad, bueno pues....que sí, hombre que sí....vale, au Antonio.

Cuelga y por fín deja de darme la espalda, me encuentra tirada en la arena, tal y como había caído cuando ella se levantó:

  • ¡Uy! Perdona, te he tirado... - me da las dos manos y me tira hacia arriba, fuerte y suave a ka vez, es...perfecta-. Oye mira, lo siento pero tengo que irme . Ha habido problemas con el nacional de natación, y lo van a tener que adelantar para dentro de dos semanas, así que la comisión de selección se ha tenido que reunir de urgencia para decidir a que nadadores escogen para el combinado, y la lista saldrá en un par de horas. Antonio me esperará allí, así que tengo que irme ya.

Me suelta, y ni un beso ni nada, así que le agarro del brazo antes de que se aleje:

  • Sofía, espera - se gira tan bruscamente que quedamos a escasos centímetros, y el maldito hilo invisible vuelva a actuar.. le iba a decir que teníamos algo pendiente, que nos habíamos dejado algo a mitad antes de la llamada, pero soy incapaz, ya no había ¿magia?-. yo me voy contigo, creo que me pasaré por la sede de la ONG, que me viene de camino.

  • Muy bien, vamos entonces.

Nos ponemos los zapatos y salimos de allí hacia el tranvía. Entramos en el último vagón, y nos sentamos en lo que mis amigos llaman "el palco VIP". Su perfil serio está recortado por el sol que entra a través del ventanal, sigue teniendo el rostro preocupado, pero aún así está guapa.

Le quiero. Me lo digo a mí misma y de mí misma me asusto. Nunca me habían gustado las chicas...¿seguro que nunca? Bueno, no sé. Lo que estaba claro era que nunca había sentido algo tan fuerte por nadie, ni siquiera con Sergio. A pesar de que salimos dos años y nos acostamos varias veces, pero nada, ni con todos los juegos y las formas que probamos llegué a sentir ni la mitad de lo que me estremece cuando Sofía se acerca o me abraza.

Sergio y yo éramos amigos desde la primaria, crecimos juntos, compartimos muchos sueños, penas y confidencias. Nos reíamos y confiábamos plenamente el uno en el otro, pero las cosas empezaron a confundirse, comenzamos a tener instinto, despertábamos a la vida y a la revolución hormonal, y al final nos dejamos influir por nuestro entorno, que aseguraba que acabaríamos juntos, y así acabamos. Hubo mucha ternura, mucha compenetración, pero nada de deseo ni de pasión. Fue sólo una amistad llevada a pasar los límites impasables, y por supuesto, cuando cortamos, ya nada volvió a ser como antes. Sólo hacía seis meses, pero me parecía una eternidad. Le echo de menos, mucho, pero metimos la pata hasta el fondo y ya no hubo arreglo.

El silencio empieza a serme incómodo, y decido romperlo, a ver si así le saco de su mundo, y me regala una de sus miradas.

  • Debe de ser muy importante para ti que te seleccionen, te ves muy concentrada y preocupada.

  • Lo es. Carmen. Lo es porque sería una posibilidad de que el club me fichara definitivamente, y podría quedarme aquí más tiempo.

No puedo evitar sonreir ante la expectativa de que la griega se quede más en Valencia, aunque no sé si eso es bueno o malo para ella, así que decido seguir sonsacándole:

  • ¿Y tú quieres quedarte aquí, no quieres volver a Grecia?

  • No es que no quiera volver a mi casa, lo que pasa es que - chasquea la lengua y suspira, me doy cuenta de que es algo habitual en ella, y de que me encanta- es que aquí las cosas están mejor que en Grecia, y la verdad es que en lo que a trabajo se refiere, aquí hay más para los antropólogos sociales, no mucho...pero sí más. Además, allí tengo...cosas de las que quiero olvidarme, por no decir escapar.

Me quedo de piedra y no puedo evitar que mi imaginación se me descontrole como caballo desbocado. Que rápida que es la jodía, que en un segundo, y sin pedirme permiso, me ha montado mil historias sobre un oscuro pasado de la griega, que agranda, si cabe, la atracción que ya siento. Muy rápido me van ultimamente los sentimientos, demasiado como para asimilarlos.

  • Sofía...¿qué es eso de lo que escapas?

Me aparta la mirada y la cierra, como si ya se esperara aquella pregunta pero no quisiera contestarla:

  • Mira Carmen, no creo que sea buena idea que ahora...

"Próxima parada, Benimaclet. CorrespondènÇia amb la llínea tres"

¡Mecagüen la puta! ¡Y me cago también en la voz que ha anunciado la parada! Sofía se levanta de golpe y baja el primer escalón, se le nota que se siente salvada. Se gira hacia mí, que no me he movido de mi asiento:

  • Es la nuestra, ¿no bajas?

  • No, Sofía. Yo paro en Pont de Fusta. La ONG está cerca de la Estación de Madera.

  • Aahhh, bueno pues... - se le nota como apenada de que no pueda ir todo el camino con ella. Empiezo a creerme que puedo ser correspondida-. Ya nos veremos.

  • Oye, en cuanto sepas algo me mandas un mensaje y me lo dices, ¿vale Sofía?

  • Sí Carmen...yo te lo diré - me sonríe algo triste-. Bueno, ya nos vemos.

Se va por la puerta, no le ha dado tiempo de darme uno de sus besos de despedida. Le veo entrar en el túnel del metro, su figura destacada de entre las demás se pierde entre la multitud, no, la multitud se pierde en ella....ella que antes de desaparecer.....se gira y ¿me mira? Sí, me mira, yo le sostengo la mirada mientras el tranvía vuelve a ponerse en marcha. Cierro los ojos y le evoco, sigo sin saber donde acaba el cielo...

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  • "Dicen que si continuas / a algún lugar llegarás. / debe de hacer falta / bastante caminar/ no soy mala hierba / sólo hierba en mal lugar / cabeza de calabaza / en un martes de carnaval. (enrique bunbury)

Cuando llego a la piscina a la hora acordada, Antonio ya está allí esperando.

  • Puntual como siempre, así me gusta.

  • Hola Antonio. ¿Sabes algo ya?

  • No, sólo que la cosa va a retrasarse un poco, pero no mucho - dobla la cabeza para mirar preocupado mi rostro cabizbajo-. Oye, Sofía, y ahora no me lo niegues ni me hagas insistir, ¿qué es lo que te pasa?

  • Es que... - rompo a llorar, no puedo evitarlo cada vez que recuerdo lo que me corroe por dentro.

  • Oooyee, chhsss - Antonio pone voz consoladora...¿consoladora? ya empiezo a hablar como Carmen, y para mi sorpresa empieza a cantar suavemente, con mi cara entre sus manos-. "Esos ojos negros / esos ojos negros / no los quiero ver llorar..."

  • ¿Esos ojos NEGROS Antonio...?

  • Joder, Sofía, perdona. Sólo era un intento de suavizar la situación.

  • Pues gracias Antonio. Pero la situación no puede suavizarse, es muy grave, mucho.

  • ¿Grave? Sofía, estás empezando a asustarme. Dime de una vez que narices está pasando.

  • Es... - me preparo para decir ese nombre maldito, me cuesta mucho, me parece como si fuera a matar a alguien con él...-. Es Agriel...- me duele, su nombre me hace daño en la garganta- me ha localizado, y anoche ella...

  • ¡¿No me digas que la muy...?!

  • Sí, que la muy zorra tuvo la desfachatez de llamarme, es justo lo mismo que pensé yo en cuanto reconocí su voz.

  • No me lo puedo creer, simplemente no me lo puedo creer. ¿Pero como ha dao con tu número?

  • Yo ya sabía que esto podía pasar tarde o temprano, pero rogaba porque jamás pasara.

  • ¿Y puede saberse qué ostias quería esa perra?

  • Joder, Antonio. Joder y seguir jodiéndome de mala manera. Está obsesionada conmigo, ya te lo dije, y se empeña en que sigue enamorada de mí, en que yo soy el amor de su vida...está loca, Antonio, está loca. Pero tú no sabes, que lo peor no es eso.

  • ¿Ah, no? ¿Pero puede pasarte algo peor con esa mala pécora?

  • Sí, Antonio. Va a venir a Valencia - Antonio me mira...raro. Está compungido, está rabioso, está asustado, está triste, está confundido, casi más de lo que pueda estarlo yo. Sigue sin pestañear-. Cierra la boca antes de que te entre ningún bicho. Va a venir...va a venir a Valencia - lo digo una y otra vez, como si así pudiera evitarlo, pero me suena a maldición, maldición que me retumba en la cabeza-. Va a venir...¡mierda! - cuanto más lo repito, más me doy cuenta de la tragedia que se avecina para mi vida y mi razón. Golpeo la pared mientras sigo escupiendo maldiciones por la boca. Tengo que sacar esta rabia como sea, y si es contra una piedra que nada siente ni nada devuelve, mejor-. La muy grandísima hija de puta va a venir a Valencia - ya no grito, mi cara está demasiado tensa, igual que anoche. Vuelvo a estallar en lágrimas, Antonio sigue sin saber ni poder reaccionar-. Dijo que se había enterado de la fiesta de las Fallas, y que iba a venir para hacer turismo, y claro, no iba a privarse de visitar a....su guerrera - Dios, como odio esa palabra y lo que conlleva, como odio más aún lo que para mí significó una vez-. Estuvo hurgando en la herida, la muy...no hay nombre para llamarla estuvo quince jodidos minutos metiendo su dedo en mi llaga, y sé bien que viene a eso. Ni Fallas, ni turismo ni mierdas..., viene a joderme, a remover mis trapos sucios, está loca Antonio, no va a dejar de perseguirme nunca...

Parece que Antonio poco a poco vuelve en sí, pero se le nota que le cuesta, la noticia le ha cogido tan desprevenido, y le ha afectado tanto como a mí, pobre, se ha involucrado tanto en mi vida, que ahora no sabe por donde tirar, se le ve.

  • ¿Y qué piensas hacer?

  • ¿Cómo que qué pienso hacer?

  • Sí, cuando ella venga. Quiero decir, algo tendrás que hacer para mantenerte lejos.. Aunque igual tienes suerte y no te encuentra, aunque no sea muy grande, entre pedanías y barrios, la ciudad tiene millón y medio de habitantes...además, si viene en Fallas....buufff, como se pone la ciudad de forasteros.

  • Antonio, si ha conseguido mi teléfono, tiene seguro mi dirección también. Y si ve que vivo por la zona del Antiguo Reino, está claro que no me buscará por Mislata, o por Alboraya.

  • Es verdad. ¡Maldita era de la información, joder, que controlaos nos pueden tener! - chasquea la lengua, está concentrado mirando al suelo, busca una solución para mí-. Creo que lo mejor sería que te fueras por esas fechas de la ciudad, yo podría dejarte mi chalet de Monte Horquera si quieres.

  • No, no pienso irme. No soy yo quien viene a estorbar, no soy yo quien no tiene nada que hacer aquí. Esta es mi casa, y no pienso dejar mi hogar sólo porque un fantasma molesto venga a joder unos días la marrana. No le daré ese placer, además....el torneo es por esas fechas. Y tú llevas semanas diciéndome que crees que me van a seleccionar.

  • Y así lo creo. No me caba duda que te meterán en el equipo. Hay que ser muy cerril para no darse cuenta de que vales...pero no sé si será bueno, llevas mucha presión en la cabeza, y más ahora con esa perra de camino aquí. Y para el nacional necesitarás concentración y estar bien de fuerzas.

  • Lo estaré si me cogen. Creéme, la concentración no ma la va a quitar nadie, y en cuanto a lo otro....usaré mi rabia y la sacaré en ese momento, nadaré con más fuerza que nunca. Lo prometo, si me seleccionan, me debo al equipo.

  • Sofía... - me palmea el hombro orgulloso-. Eres la releche, la reostia, la mejor. No tengo adjetivos, mira que estoy pagao de ti pero por lo gordo ehhh...no te puedes imaginar de lo que me alegro de ser tu entrenador. No me cabe duda de que, si entras en el equipo, harás lo que has dicho, y te dejarás la piel en en agua...ché, si tuviera veinte años menos y me llamara Carmen, no dudaría en tirarte los trastos. - le miro extrañada, menudo cambio de rumbo, como sabe por donde quiere tirar ahora la conversación- ¿qué? No me pongas esa cara, oye, que aún tienes que contarme que tal el fin de semana con ella...

  • Pues....bastante bien ayer, pero hoy..

Un chico sale a la calle y toca a Antonio en el hombro:

  • Antonio, que ya han sacado las listas, están en el pasillo de los vestuarios.

  • ¿Ya? Bueno, pos ná, luego me cuentas lo que me ibas a contar, vamos a ver en que pruebas te han metido.

Entramos al recinto de la piscina, y una vez en los vestuarios intentamos abrirnos paso entre el griterío de críos que acaban sus clases y van a ducharse, y el mogollón de curiosos e implicados que se agolpa alrededor de las listas de seleccionados. Yo no me atrevo a mirarlo, pero veo que mi entrenador se gira hacia mí sonriente:

  • ¿Ves? Ya te dije yo que en alguna prueba estarías.

Miro la lista contenta, por orden alfabético soy la tercera en ella: "Caulous, Sofía. Resistencia, 200 metros estilos y 100 metros crol". Me giro también sonriente:

  • Si no fuera por la jodienda tan grande que llevo encima, me tiraría a tus brazos y gritaría de alegría. Pero lo dejaremos en que estoy muy contenta.

  • Vale, me conformo con eso, y con que me dejes que te acompañe al piso mientras me cuentas el fin de semana, y me prometes que vas a seguir entrenando como hasta ahora y lo vas a dar todo.

  • Sabes que te dejo y que te lo prometo. Venga, vámonos.

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*"Tú me observas desde tus colinas / y no hay manera de que yo me pierda / de la senda que he de hacer" (Malabar)

Cuando llego a la ONG me encuentro con Bea en su despacho, hablando por teléfono muy seria y profesional ella, ante lo que no puedo evitar sonreírme, eso no le pega nada. Me levanta el índice y me mira de mala leche, ordenándome que me calle y me siente. Me pasa una nota en la que me informa que está hablando con el arquitecto que debe llevar la rehabilitación del centro de Nazaret, esto va a dar de sí, así que me voy al pasillo a por un par de cafés, cuando vuelvo me está esperando enfadada, aunque no puede disimular que por dentro lleva una gran alegría .

  • ¡Desde luego, ya te vale! ¡Todo el fin de semana desaparecida! ¿Se puede saber en qué mundos has estado escondida estos dos días?

  • Bea..., sabes bien que le prometí a Sofía enseñarle la ciudad.

  • ¡Pero dos días, tía, dos días para enseñarle las cuatro cosas que tiene Valencia para ver!

  • ¡Oye! ¿Qué es eso de las cuatro cosas? Tiene mucho más por ver...

  • Sí, sí, bueno, sabes bien a lo que me refiero y no te me vayas por los cerros de Úbeda. Dos dias enteros para enseñar una ciudad es mucho, y más si sólo vas a llevarle a "lo más representativo", como tú misma me dijiste el viernes. Hablando de lo del viernes ¿cómo va lo de tu hermano?

  • Bieeenn...- bueno, eso de bien era muy discutible, iba fatal, en Bolbaite estaban hechos polvo, y yo...si no hubiera sido por Bea y por Sofía más aún. Y como ella sabía bien de que iba el tema, me miró con cara de "no me mientas, que te conozco bacalao", y logró que yo le dijera la verdad-. Vaaaale, no va bien. En mi casa están derrumbaos, por los suelos, y es justo lo que él menos necesita, ver a los demás mal por su causa. Así que...ya veremos como queda la cosa. Manolo viene el martes, creo....

  • Vale. Oye, Carmen, que hoy ha sido la primera mascletá y no hemos ido a verla, que no nos hemos estrenao como siempre, a ver si mañana nada más salir de clase vamos corriendo a la Plaza.

  • ¡Ostia es verdad, la mascletá! - mierda, era verdad, la mascletá, mi querida y adorada mascletá, me la había perdido, y seguro que por culpa de mi olvido Bea se había quedado sin verla también. Es que cuando estoy con Sofía me evado, me voy, me pierdo....-. vale, sí, claro que mañana iremos a verla. Le diré a Sofía si le apetece.

  • ¡Sofía, Sofía y Sofía! ¿No consigues quitártela de la cabeza, eh?

  • ¡Pues sí! - otra vez esa cara-. Bueno, pues no. La chica me cae muy bien, y está sóla. No sé porqué a ti te cae mal.

  • A mí no me cae mal, Carmen. No me ha dao motivos para ello. Pero no sé porque no reconoces de una vez que te gusta, y ya está. Y de paso se lo dices al pobre de Jaume, que anda más perdido con tu actitud hacia él que un chupete en el ojo el culo.

  • Prrrfff, Bea que animal que eres.

  • Todo lo que tú quieras. Pero reconoce de una vez que te gusta y mucho.

  • ¿Y qué si así fuera? ¿Qué pasaría si me gustara?

  • Carmen...

  • Bueno...vale, es verdad. ¡¡aagggg!! - me golpeé la cabeza tres veces contra su mesa, y levanté la cara suspirando-. No puedo evitarlo Bea. Me gusta, me gusta mucho, y cada día que pasa más. - me quité las manos de la cara y las dejé caer sobre la mesa en un acto de desesperación. Bea me las tomó y me miró tierna-. A saber que debes pensar ahora de mí.

  • Pero toooonta...- me apretó aún más la mano-. ¿Qué voy a pensar? ¡Nada! Si así es como te sientes, pues ya está. ¿Qué tiene de malo? Mira, una vez leí en un libro que contaba la vida de una chica terrorista, que más vale entregar el corazón a alguien de tu mismo sexo, que no tener un corazón que entregar. Y tú tienes un corazón....tal que "asín" - dijo dejando un espacio vacío entre sus dos manos para mostrarme como según ella lo tenía de grande-. Así que, ¿qué más da a quién se lo vayas a dar? El tipet es así, se enamora sin pedir permiso ni opinión, y si esta vez te ha tocao que sea de otra mujer, pues no debe tener nada de malo. Es y ya está, nadie debe pensar mal porque te estés enamorando de Sofía, no creo que sea sólo algo físico, tú siempre has ido más allá...aunque hay que admitir que esta vez has tenido bastante buen gusto eh, pillina...

  • Ya...es guapísima, y tiene un cuerpo Bea...bufff, que tipazo. Y que voz, y que ojos, y que manos más suaves. Y que tierna cuando debe, y que sentido del humor, y como me ha golpeao de fuerte, que bien y que llena me hace sentirme, aún sin saber si me corresponde o no...- me callé recordando lo que había estado a punto de pasar esa tarde en la playa, había sido demasiao para mí, y Bea lo notó.

  • ¿Ahora qué tieeeenes..? venga, cuenta, erfoga conmigo.

  • Esta tarde....estábamos en la playa sentadas en la arena, y casi....casi nos besamos - cerré los ojos para evocar aquel momento-. Dios Bea, casi consigo que nos besemos, y aún sin haberlo hecho....me siento la persona más feliz y más inmensa de la Tierra.

  • ¿Y qué pasó? ¿Por qué no habeis "consumado el acto"?

  • Porque le sonó el móvil justo en ese momento - dije moviendo la mano en un gesto despectivo que sin duda iba para ese maldito aparato.- y claro, llevaba el vibrador puesto, y molestaba mucho.

  • ¡Mecagüen los Nokias, los Siemens, los Panasonics y tó esa cuadrilla! ¿Y tan urgente era?

  • Parece ser que sí. Ella nada en el Club de Natación de Valencia, y se ve que en un par de semanas va a ser aquí el Torneo Nacional y le han llamado para decirle que iban a salir las listas de seleccionados para el combinado de la comunidad, y ella podría esatr ahí metida.

  • Joder, que inoportunos.

  • Ya, bueno, oye y ¿tú qué? - le pregunté acordándome de que ella sí había quedado con Visent ese sábado-.

  • ¿Yo qué de qué?

  • Bea....que el sábado saliste con Visent, que lo sé...y esa carita de felicidad no es sólo por lo de la ONG. Que yo también te conozco bien.... ya puedes ir cantando.

  • Jeje, pues......¡nos liamos!

  • ¿En serio? ¿Por fin?

  • ¡¡Síííííí!! Ojito que ha costao ¿eh? Pero ya está, fuimos a cenar, y me dijo de ir al cine. Yo le dije que ni de coña, que hacía mucho tiempo que no salía y necesitaba marcha

  • Bea - le corté acordándome de la salida nocturna del sábado anterior-. Si hace una semana que no salías....no exageres.

  • ¡Una semana! ¿Te parece poco?- me sonreí, no cambiaría en la vida-. Bueno, pues eso. Fuimos a Llampúa...

  • ¿Qué fuisteis a Llampúa? ¡En la vida has querido que fuéramos a esa discoteca! ¿Y el sábado fuisteis a Llampúa?

  • Pues sí....pero no llegamos ni a entrar, estaba petá. Así que decidimos ir al Phenomenon, el que está en la zona Woody, ¿sabes cuál te digo?

  • Sí, claro claro.- como iba a no acordarme de Phenomenon, pub casi ritual para nuestra Nit del Foc desde que hacía cuatro años.

  • Pues allí, estuvimos un rato bailando y charrando....por cierto, ¡que bien baila, Carmen! Por fin me lío con un tío que baila como Dios manda. Y bueno....pusieron la canción esa de la Banda del Capitán Canalla...y ale, bailándola nos liamos. ¡¡Como adoro esa canción!! A partir de ahora va a ser mi canción favorita.

  • Espera, espera, espera.... - le volví a cortar, no podía creer lo que estaba oyendo-. ¿Me estás diciendo que os liasteis con la canción esa de "a pelo piqué".

  • Pues sí, ¿quá pasa?

  • Joooder, jajajajajajajaja, que bueno....¿os liasteis con la de "bicho malo pillé"? ¿Esa va a ser vuestra canción recuerdo para siempre? Jejejeje, muy interesante, sí señor.

  • Oye, vale ya ¿no? Más vale eso que nada.

  • Ya, ya. Mujer, que no me burlo, pero comprende que no es una canción muy romántica que digamos...

  • No, pero si se baila bien bailada y bien cogidos....pues dos se van calentando y....eso.

  • Oye, me estás queriendo decir que luego del lío.....hubo segundo paso.

  • ¡Que va! La verdad, no me habría importado....porque el señor me puso bailando, madre mía, como me puso. Pero no, todavía no. ¡Ja! No me tendrá así como así.

  • Eso eso, tú hazte la dura y amárralo bien amarrao - el móvil sonó anunciándome un mensaje-. Perdona Bea.

  • Nada mujer, ¿quién es?

  • Es de Sofía - le miré y me pidió que me borrara de la cara la sonrisa de idiota. "Carmen, que lo siento mucho pero...¡vas a tener que venir a verme dentro de dos semanas al Campeonato! ¡Me han seleccionado! Jeje, bueno, ya hablaremos." Sonreí ampliamente, recordando sus palabras de aquella tarde, "si me seleccionan, podría quedarme en Valencia por más tiempo..."

  • Carmen, que dice que te pone tan contenta.

  • Que le han seleccionado para el nacional. Voy a contestarle dándole la enhorabuena.

  • ¡Ah, que bien! Dásela también de mi parte. Y acuérdate de decirle si mañana se viene a la mascletà.

  • Vale.- se lo mandé, y al poco me llegó otro suyo. "Gracias, muchas gracias. Dile a Bea que gracias para ella también. Lo de la mascletà no va a poder ser. Pero ¿qué tal el martes?"

  • Bea, ¿el martes iremos también a la mascle, ¿no?

  • Pues claro mujer. A todas, a todas.

  • Bien, es que mañana no puede y me dice de ir el martes. Voy a contestarle de cómo quedamos, y hablamos de lo que te ha dicho el arquitecto, que aún no me has dicho nada.

  • ¡Es verdad! Es que con tanto lío amoroso...jeje.

Todo el resto de la tarde lo pasamos charrando, como en los viejos tiempos.

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*"Hace tres días, o seis semanas / el cielo no se iba a caer /. Y hoy un trozo, se ha derrumbado / sobre tu casa de papel" (Duncan Dhu).

Estaba claro, no le había gustado. Jo, pues no sé porqué, porque él a mí sí. En fin, quiero decir, no tanto como su hermana, claro, jeje. Yo había intentado ser lo más cordial posible, pero...no hubo manera. ¡¡Aayy!! Estaba reventá del entrenamiento, había pedido una "concesión" a la Universidad, por ser deportista de élite, dios, que mal me sonaba aquello, bueno mal no, extraño, deportista de élite...sólo por participar en un campeonato nacional, y aún sin haberlo ganado...no sé porque tuvieron que llamarlo así, en vez de deportista profesional, o algo por el estilo. Y me duele, me duele mucho todo el cuerpo, a pesar de las palizas que me daba Antonio, eso no tenía ni punto con las que nos hacía pegarnos Enric, el seleccionador. Me quejaba a mí misma, cuando noté que Carmen me cogia del brazo, y me miraba con algo en esos ojazos, algo con lo que me había estado mirando durante todo el mediodía, desde que entramos a aquella abarrotada Plaza del Ayuntamiento para ver la mascletá. La mascletà....Pedro y María me habían avisado de lo que era y de que quizá a mí no me gustara, teniendo en cuenta como era...creo que debo de empezar a quitarme esta fama de insociable que tengo, y con Carmen cerca no creo que sea muy difícil. La verdad es que me daba igual, demasiada gente, demasiada pólvora, demasiado ruido...pero por encima de todo eso, su compañía, la compañía de MI Carmen, y bueno, al final me gustó, no soy una entendida, esta fue mi primera mascletá, pero creo que hacer reventar más de cien kilos de pólvora con ritmo, incluso como si fuera una canción si me apuran, subiendo y subiendo, haciendo crecer también algo dentro del público, era un auténtico espectáculo, para el que hacía falta mucho....¿arte? si, arte creo que es la palabra correcta. Y luego estaba el "ambientico", tal y como Bea había dicho, Bea que por cierto me saludó mucho más efusiva y menos retraída que la primera vez, incluso me atrevería a decir que algo pícara...¿le habría contao algo Carmen de lo pasado el domingo en la playa? Lo pasado el domigo en la playa, lo que casi había pasado el domingo en la playa, maldije como ya había hecho mil veces la llamada de Antonio, yo sé que él no sabía (y que si hubiera sabido habría incluso intentado dejarme el móvil sin cobertura...jeje) y que era para darme una buena noticia, pero aún así, estábamos tan cerca, había faltado tan poco...

Otra vez más noté un tirón en mi manga (parece que a la chica le gusta reclamar mi atención así), y otra vez más me miró con ese algo que yo ya sabía que era un "perdona", y que de nuevo volvió a repetirme.

  • Sofía, perdónale...yo...no sé que le pasa, porque ha tenido que ser así contigo. Mi hermano no suele hacer eso, en serio, no creas que es un estúpido, pero también hay que tener en cuenta que está muy mal, y cuando alguien está así no sabes como puede reaccionar. Pero de verdad que siento que se haya portado así contigo, no quiero que te molestes....

  • Carmen, - le contesté poniéndole mi mano sobre la suya que me sujetaba el antebrazo y hablando también bajo, para que su hermano no nos oyera-. Mira, te mentiría si te dijera que no me he sentido molesta... - bajó la cabeza apenada, ¡no! Odio que haga eso, no soporto pensar que soy yo quien se lo provoco, y le cojo la barbilla-. Pero bueno...yo sé que no es fácil en su estado ser siempre amable...él ya está perdonado, quizá no le haya entrado por el ojo y ya está...es algo que me pasa con mucha gente...no sé porqué - quizá sea porque para muchos aún llevo escrito en la frente como un estigma "yo fui una maldita corrupta"-. Ya veremos si con el paso del tiempo y el esfuerzo de todos consigo que al menos nos llevemos algo bien.

  • Eres genial - y me sonrió tan...tan como siempre lo hacía. Esa respuesta si que no me la esperaba, y menos el beso que me plantó en la mejilla. Dejándome medio helada medio ardiendo se fue de nuevo con su hermano Manolo. Le habría retenido a mi lado para siempre...pero joder, no había que ser egoísta, hacía un huevo de tiempo que no lo veía, y era normal que quisiera estar con él.

Volví pues a mis cavilaciones, regateando como podía a toda la gente que salía de la plaza, y que iba en sentido contrario a nosotros, bueno, más bien nosotros íbamos contrarios al suyo. ¿De quién había sido la genial idea de salir por aquella calle y en aquella dirección? ¡Ah, ya, de Bea! Si es que esta chica...

Al final conseguimos salir de aquella congestión, aunque todavía había una multitud a la que esquivar, noté algo extraño en mí, una sensación muy rara....como si alguien me hubiera mirado de una manera que yo quería olvidar y que me perseguía en todas mis pesadillas. Intené resarcirme de aquella sacudida y aquel flash, cuando alguien me llamó a mis espaldas. Hice como que no iba conmigo, aunque una maldita voz interior me advertía de que sí, pensé que en aquella calle tan llena pordría haber decenas de Sofías más que no fueran yo. Pero la llamada se repitió, y esta vez vino acompañada de mi apellido, pronunciadao de una forma que a mí no me gustaba nada. Tuvo el mismo efecto en mí que había tenido tiempo atrás, paralizando mi paso y desatando sentimientos encontrados, tensando todos y cada uno de los músculos de mi pobre cuerpo descompuesto cada vez que su recuerdo regresaba a mí, y me dí la vuelta, reuniendo a la vez todo el valor y todo el odio que podría albergar, haciendo de tripas corazón para enfrentarme al peor de los recuerdos que de mi terrible pasado reciente tenía. Y efectivamente allí estaba, Agriel, aquella maldita...¿he nombrado alguna vez que era una maldita? Creo que sí, que cada vez que hablo de ella lo hago, pero es que un ser capaz de albergar tanta maldad no podía estar bendito por ninguno de los dioses que jamás pudieran haber existido. Y de nuevo allí la tenía, delante de mis narices, tan alta como yo, pero un poco más musculosa que la última vez que le ví (para mí que se ciclaba), muy morena, con el pelo muy negro y sus ojos igual, negra...toda ella era negra, incluída aquella extraña aura que le rodeaba...tengo que confesar que volvió a desatar algo en mí...algo básico y primario. Joder, seguía estando tan condenadamente buena, o incluso más, y el deseo que me causaba cuando estábamos juntas tenía que salir por algún lado, aunque no fuera bueno.

  • Hola Sofía, ¿qué pasa, no me vas a dar ni un beso? - cagüen la mar....esa voz..me había marcado, siempre con esa superioridad y esa soberbia...¿cómo había podido enamorarme de alguien así?-. desde luego, hay que ver que pronto olvidas el pasado - se acercó a mí en un ntento de besarme la mejilla, y yo me alejé un paso atrás levantando una mano, no quería mostrarle ni un solo signo de cordialidad. Sólo quería matarle...pero no podía, no podía caer tan bajo, esta vez no me rendiría a su sucio juego.

  • Mejor no te me acerques mucho, Agriel. Mejor lárgate de mi vida de una puta vez y déjame en paz, ya me has hecho bastante daño.

  • Sabes bien que no pienso hacerlo, no voy a hacerlo, tú y yo....tenemos que estar juntas, hacíamos una pareja perfecta, Sofía, con media Atenas atemorizada...eres mía, soy tuya, es el destino, dos personas como nosotras tienen que seguir unidas...nos necesitamos para sobrevivir, y....mi cama te sigue necesitando cada noche.. - aldecir esto intentó acercarse de nuevo para pasar su dedo por mi cuello, pero yo le paré la mano a tiempo, sujetándole con la mayor cara de odio y de asco que podía poner, no quería ni que me tocara, no iba a volver a caer.

  • No se te ocurra tocarme. Yo no te necesito para nada, maldita - y le solté el dedo con fuerza y desprecio marcados, a ver si así cogía la indirecta y se largaba de mi vista-. Lo único que necesito de ti es no volverte a ver - me dí cuenta entonces de que con Agriel había alguien más. Era una chica casi tan alta como nosotras, rubia, algo fuerte, pero más delgada, y con los rasgos de la cara marcados pero finos. Unos ojos grandes y castaños, algo despreciativos nos miraban a las dos-. ¿Y ella quién es?

  • Una nueva "alumna", quiere aprender, al igual que lo querías tú hace tres años. Se llama Helena.

Comprendí. Mala hierba nunca muere, Agriel iba a seguir sembrando odio y dolor en el mundo como fuera y con quien fuera. Ahora que yo le había fallado, tenía que buscarse alguien más a quien corromper.

  • No piensas parar nunca de joder a la gente, ¿verdad?

  • ¿Y tú qué? ¿Qué tal tus relaciones sociales por aquí? Ya he visto que ibas muy bien acompañada...

Mierda, me acordé de Carmen y del resto. Por favor Dios, que Bea y Visent siguiesen tan acaramelados y pegajosos y Carmen disfrutando de su hermano, y no se hayan dao cuenta de que falto y vuelvan a buscarme.

  • Mi vida social a ti no te incumbe, de hecho, no te incumbe ya nada mío. No entiendo como has tenido la cara dura de venir a buscarme y a amargarme más, sabiendo como sabes que no quiero ni verte, y que si aún estás libre es porque tu detención me inculparía a mí, y si aún sigues viva es porque sé bien que matarte sería continuar prendida de tus redes.

  • Ya veo que la mala leche no la pierdes ni reformada. Bueno, si tengo que agradecerte que esté libre y viva, te lo agradezco, pero ahora necesito que nos hagas un favor más a las dos, y vuelvas a mi lado, así juntas podríamos volver a ser las amas del lugar como lo fuimos, y enseñar a Helena...te imaginas, sería como criar a una hija de las dos...

La sóla idea de ayudar a Agriel a corromper a esa muchacha, y de pensar en tener alguna vez una especie de hija con ella me dio vomitera. Iba a contestarle alguna barbaridad de las mías, cuando un nuevo tirón familiar en la manga me hizo confirmar mis angustias, Carmen me miraba extrañada a mí, y luego a las otras dos.

  • Sofía, pensábamos que te habías perdido...te estamos esperando para ir a comer....¿quién son elllas? - su voz sonaba como con desconfianza, no eran sólo cosas mías entonces, Agriel "desprendía" algo desagradable que hasta ella que no le conocía lo notaba. Tenía que alejarle de allí como fuera, no quería ni que cruzaran una palabra, que no supiera nada de ella. Había evitado a toda costa tocar este tema con Carmen, y ahora que el fallo estaba cometido, tenía que evitar como fuera que creciera y Carmen supiese nada de esas dos....esas dos.

  • Carmen, por favor...vete - se lo dije lo más suavemente que pude, intentando que en mi voz se notara la procupación que de verdad me embargaba, para que ella no pensara que le echaba de allí, o que sobraba. Me miró confusa.

  • ¿Qué? ¿Qué me vaya?

  • Sí....Carmen por favor, ya te explicaré - ya le explicaría, ya me inventaría algo, o la verdad si hacía falta, pero que se alejara de allí, ella era demasiado buena en esencia como para permitir que estuviera cerca de esas dos pendencieras-. Pero ahora por favor...

  • Está bien, como quieras, ya me explicarás. - se dio media vuelta ofendida y cabizbaja, ya había vuelto a hacerlo, ¡joder! De repente se giró de nuevo, y me dijo entre dientes-, porque no creas que me voy a olvidar que me debes una explicación. Y se fue de allí, alejándose y mirándome lo justo para que yo viera como se le humedecían sus ojos.

  • Chica guapa Sofía - la zorra de Agriel volvió a abrir su sucia boca-. Veo que sigues teniendo buen gusto...¿quién es, de que la conoces?

  • Eso a ti no te importa, ya te he dicho que no te importa nada mío, y que te largues de esta ciudad, o quédate si quieres, pero procura no volver a aparecer delante de mis ojos.

  • Pero esa chica....como te miraba...como le mirabas....quiero saber quien es. ¿es acaso ella la que está consiguiendo que te vuelvas una buenaza? Pobrecilla, la has ofendido....jeje - lo que me faltaba pá'l té, que la guarra esta me restregara por la cara lo que yo misma acababa de hacer-. Oye, pues....es bastante mona, ¿ehh? ¿De qué la conoces? Me gustaría hablar con ella, a ver como ha conseguido ese cambiazo en ti.

Le iba a contestar que esa chica "tan mona" era la persona más maravillosa que había conocido, que me estaba enamorando de ella como una idiota, nada que ver con el sucio deseo lascivo que tenía con Agriel, que ella sóla no había logrado el cambio en mí, pero sí estaba ayudando a culminarlo con el eslabón más importante...pero me dí cuenta que no, que lo que debía hacer era evitar que Agriel supiera lo menos posible de todo aquel con quien tuviera relación en Valencia, por lo que se le pudiera ocurrir hacer, y menos de Carmen, mucho menos de ella...

  • Te he dicho que no te importa, y te advierto que más te vale que ni la mires, te quiero bien lejos de ella, no se te ocurra buscarle o dirigirle la palabra. Si has venido aquí dispuesta a hirgar aún más en mi herida y no voy a conseguir que pares, al menos huraga sólo en la mía, pero deja a los demás en paz, porque te conozco.

  • Uuuyyy - dijo con tono místico parodiado-. Ahora se nos pone Jesucristona, "si habeis venido a por mí, prendedme, pero a ellos dejadles marchar" - sabía bien que no soportaba que se metieran con mi fe, y menos ahora, que había sido una de las piezas importantes de mi "redención", por eso lo hizo-. Pues tienes razón, Caulous, no pienso parar. Eres mía, quieras o no, me perteneces, tu lado oscuro al menos, y no voy a parar hasta hacerme con él, hasta hacerme contigo. Esto acaba de empezar. Vámonos Helena.

Las dos dieron media vuelta y se alejaron de mí. Les habría seguido para saber donde se alojaban, pero sentía en mi una necesidad mayor, torcí la esquina de la calle La Sangre y me dirigí casi corriendo a buscar a mi entrenador. Tenía que contarle, tenía que pedirle, tenía que advertirle....tenía que hablar con Antonio ya.