A la caza de un nuevo amante para mi esposa.
Después de la aventura que relaté en la fantasía de mi esposa, Gaby se quedó con muchas ganas de repetir su experiencia para tener sexo con otro desconocido. No había duda el gusto que le provocó ser penetrada por vergas desconocidas frente a su querido y amado esposo, ni mucho menos el experimentar su relación con otra mujer.
A la caza de un nuevo amante para mi esposa.
Después de la aventura que relaté en "la fantasía de mi esposa" , Gaby se quedó con muchas ganas de repetir su experiencia para tener sexo con otro desconocido. No había duda el gusto que le provocó ser penetrada por vergas desconocidas frente a su querido y amado esposo, ni mucho menos el experimentar su relación con otra mujer.
Pues bien, para ese fin de semana le propuse que fuéramos a la Ciudad de México a cenar y tomar unas copas previamente en alguno de los hoteles de la colonia Polanco, específicamente en el Marrito, diciéndole que quería verla nuevamente seduciendo a algún hombre que le gustara esperando que en ese lugar encontráramos algún ejecutivo que pasara unos cuantos días en México. Para tal fin, tenía que arreglarse de acuerdo a la situación. No dudó en aceptar mi idea mostrando una gran excitación en su cara y cuerpo por el plan que pondríamos en práctica ese fin de semana.
Así pues, el viernes pasé por ella a casa a las 19:00 hrs tirándole a llegar como a las 20:30 hrs al mencionado hotel. Se preparó muy bien, llevaba puesta una falda negra ajustada, medias de red negras con zapatos también negros de tacón alto que permitían ver su bien formado culo y piernas; una blusa gris con gran escote que con cualquier movimiento permitiaría ver sus bellos senos al descubierto, decidió no usar sujetador por lo que sus senos y pezones se dibujaban tras esa fina prenda, por último llevaba un abrigo de noche negro. Cuando la ví, me preguntó que sin conocerla y con esa vestimenta la desearía un buen macho, ¿qué opinas mi amorcito, te animarías a coger conmigo?, levantándose la falda y mostrándome que su panty de red tenía una abertura entrepiernas para permitir acceso sin necesidad de quitarla, llevaba puesto un calzoncito pequeño (sin ser tanga) muy sexy de encaje negro y con corte a media nalguita por detrás, mismas que permitían ver sus nalgas a esplendor. ¡Claro que te haría la ronda!, me acerqué, acaricié su conchita y le dí un gran beso expresándole mi gran excitación por verla en esta nueva aventura; el retomar las mañas sexys de hembra por conquistar a un buen macho después de tantos años que no lo hiciese para el objetivo que teníamos esa noche. Me quedaba claro que a partir de la noche que le obsequié aquella vez, se había preocupado por comprar ropa interior nueva y muy sexy para usarla en sus aventuras y gozar de la excitación desde que escoge cada modelito ya que tanto las medias de red con la abertura, como el calzoncito eran nuevos.
Cómo les comenté, vivimos en Cuernavaca y tomamos carretera hacia la Ciudad de México para llegar a nuestro destino, el hotel Marrito en Polanco.
En todo el camino ella fue acariciándome la verga por sobre el pantalón, mientras que yo hacía lo pertinente cuando podía por el camino para sobar su conchita y lograr la excitación continua hasta nuestro destino.
Llegamos al estacionamiento del hotel y antes de descender de nuestra camioneta, se inclinó para sacar del pantalón mi verga en total erección y dedicarme la primera mamada que daría esa noche; como estábamos en un lugar público y con probables cámaras registrando los movimientos en ese lugar, no fue posible que tardara mucho en el trabajo que estaba dándome, así que la invité a detenerse pidiéndole que se divirtiera lo más posible esa noche especial y que gozara a tope esta nueva experiencia. Se incorporó, se ajustó sus ropas, yo las mías y me dice: "gracias por dejarme satisfacer lo puta que soy, te amo", " en el momento que no te guste algo me dices y lo termino sin más, me importas mucho y no quiero lastimarte en nada". Yo le contesté que perdiera cuidado, que le comentaría en su caso, pero que es una gran excitación para mí también verla de puta y verle con otro hombre gozando del sexo.
Entramos al bar del hotel y nos instalamos en una de las mesas frente a frente, dejándole el mejor de los lugares para que ella pudiera ver al total de los comensales para que pudiera escoger y decidir contra cuál atacar, pedimos unas copas de vino para brindar por la noche que nos esperaba. Desde que entramos, varios, si no es que todos la voltearon a ver ya que es una mujer con mucha personalidad, muy sexy, que con ropa decente atrae muchas miradas de hombres y mujeres, y ahora con los atuendos que decidió ponerse las miradas y ojos de lobos y lobas salvajes eran más, estaba realmente radiante y exquisita para un buen revolcón en la cama.
También ella desde que entramos le echó ojo a un camarada que estaba con un grupo de personas, algunas damas entre ellos y me lo comentó, esperamos un rato ya que ese representaba un riesgo mayor a ser muy descarado el motivo por lo que nos encontrábamos ahí.
Pasó tal vez una media hora más cuando entró al bar un hombre sólo con traje fino de muy buena fachada, de inmediato me indicó con la mirada que ese pudiera ser otra opción y sería más fácil el acercamiento debido a que venía sólo. Le pedí que empezara a coquetear con él para lograr ese primer acercamiento y poder ver si era el indicado; que por la calentura de mi Gaby, no se necesitaba mucho para convencerla y poder seleccionar al suertudo de la noche. Así lo hizo, además de dedicarle algunas de sus más coquetas miradas, se cruzaba de piernas frecuentemente para dejarle ver al elegido su lindo chocho al fondo de los muslos cubiertos por esas medias de red y contenida en la tanguita negra de encaje.
El clinch fue rápido y pronto Gaby tenía a ese caballero con toda su atención sobre ella.
Le pedí que fuera al baño pasando al lado de él para hacerle una seña en que la siguiera y que cuándo lo permitiera la situación le dejara claro lo que quería y que no habría problema conmigo. Gaby después me comentó que en cuanto salió del baño, ahí estaba él, haciendo como que llamaba por teléfono retirado del bullicio del bar. Lo invitó a que se sentara en el bar y compartiera con nosotros la velada.
A su regreso, pidió que le llevaran su trago a nuestra mesa y se presentó indicándonos que se llamaba Carlos, que era italo-argentino (de padre italiano y de madre argentina), nosotros también hicimos lo propio, le presenté a Gaby, dejando claro que era mi esposa y yo, Fernando.
Empezamos a charlar, nos dejó saber que él nació y vivió hasta hace tres años en Italia y que ahora estaba en Argentina trabajando para una compañía de telecomunicaciones, que estaba en México precisamente arreglando un contrato relativo a esa industria.
Después de un rato, Gaby me dejó claro que él era el tipo con el que quería compartir, era muy caballeroso, tenía un buen tipo (a fin de cuentas itaiano) y era muy agradable en su conversación, tendría unos 36 años y vestía muy elegante.
Le comentamos que estábamos por retirarnos a cenar a algún restaurante de la zona y que sería muy agradable contar con su presencia, invitación que de inmediato aceptó aprovechando a decirnos que no conocía nada de México y que sería una buena oportunidad para conocer aunque fuera los alrededores del hotel. Nos ofrecimos a darle una vuelta por Reforma y decidimos ir al Angus de la zona rosa. Pidió la cuenta y aunque le solicité que yo paguase esa cuenta debido a que él sólo había tomado un trago y nosotros ya llevábamos tres copas de vino, no me dejó diciendo que el invitaría esa y la del restaurante como remuneración del paseo que estábamos ofreciéndole en la más bella de las avenidas de la ciudad. El muy cabrón no sabía que si se tratase de pagar lo que se fuera a "comer", le cobraría mucha plata ya que mi Gaby está como para las mejores cuotas de cualquier agencia de damas de compañía (putas finas a fin de cuentas).
Nos enfilamos hacia el restaurante y Reforma es el mejor camino para llegar no perdimos mucho tiempo en el traslado. En la camioneta él se fue en el asiento trasero detrás justo de mí con toda intención para poder observar las piernas de mi mujer, quién sabiendo lo marranos que somos los hombres, se quitó el abrigo al entrar al auto y dejó subir más de lo normal su falda al sentarse para mostrarle a nuestro invitado el pedazo de mujer que llevábamos a cenar. Carlos no dejaba de mirar los pezones de Gaby por entre su escote y ahora un poco más de las lindas piernas con sus medias de red. Gaby pasaba sus manos muy delicadamente por todo su cuerpo de vez en vez, tratando de no ser tan descarada pero provocando en Carlos y en mí una gran excitación nada más de verla tan sexy como se veía esa noche.
Al llegar al restaurante solicitamos una mesa discreta y entregué mi asiento a Carlos, ya que le propuse se sentara al lado de Gaby y yo enfrente para poder platicar más a gusto.
Pedimos la cena, seguimos con un buen vino chileno para acompañar las carnes, tanto las del plato como las de mi esposa, y continuar con la plática que cada vez era más atrevida y dirigida hacia el sexo; uno de los comentarios de Gaby fue que al terminar de cenar, fuéramos a la sex shop que está enfrente para mirar las novedades; no sé que plan traía entre manos, pero me pareció cachondo que fuera con dos hombres a ese tipo de tiendas.
En el transcurso de la plática y como era obvio y dentro del plan al dejar a Gaby sentada al lado de Carlos, ella acariciaba la pierna del que sería su nuevo amante y él respondía a esas caricias ya quitado de la pena por estar frente a mí. En algún momento nos preguntó directamente si éramos pareja sw y si él era algún seleccionado por Gaby para alguna fantasía, respondí con franqueza y el plan que teníamos para esa noche, en ese preciso momento Carlos debió haber tenido una de sus mejores erecciones ya que Gaby después de esa declaración, puso su mano sobre la verga de Carlos sintiendo como crecía y no creo que fuese para menos, después de recibir una invitación directa de un esposo por cogerse a su mujer entre ambos. Gaby además se acercó a su oído y le dijo que estaba muy excitada y que él pudiera ser uno más de sus machos para apagar el fuego que una puta siente en el interior de su cuerpo. Tomó la mano de Carlos y se la metió por entre las piernas para que sintiera su humedad vaginal y la abertura de sus pantys para la faena. Ya habíamos terminado de cenar y Carlos invitó la primera de dos rondas de cognac para celebrar dicho evento y agradecer la invitación, por supuesto que propuso su habitación en el Marrito para seguir con la panda después de terminar los tragos, no sin antes dedicar una caricia profunda a Gaby en su conchita que ya tenía a su completa disposición e introducía ya alguno de sus dedos en el interior de la rajita de Gaby ya que en un momento determinado tuvo el primero de sus orgasmos con esas caricias ya que cerró sus ojos y se estremeció por no poder gritar a los 4 vientos que ese hombre ya la estaba llevando al cielo.
Salimos del restaurante y nos dirigimos a la sex shop, pasamos por todos los pasillos y Gaby ya era escoltada claramente por los dos, dejando claro a todos que estaba disfrutando de la compañía de dos hombres para gozar esa noche; al pasar por los consoladores Gaby puso especial interés en uno con las dos puntas en verga, muy similar al que usó con mi cuñadita aquél otro excitante evento. A mí no se me hizo raro debido a lo ocurrido aquella noche, pero a Carlos le dejó muy en claro que Gaby tenía que calmar sus ardientes deseos no sólo con hombres; por lo que exclamó y dijo que él pagaría también el juguete si Gaby era lo que quería; sin dudarlo, ella escogió el que más le agradó y Carlos se lo llevó a la caja para pagar, también aprovechó para comprar el gel lubricante y una cajita de condones; no sabía que a mi mujer le encanta sentir la corrida del hombre sin uso del condón y como se veía una persona refinada y cuidada, no tenía objeción para permitir que derramara a mi Gaby en el interior de sus entrañas.
Llegamos por mi camioneta para retornarnos al hotel y Gaby ahora tomó la iniciativa para subir junto con Carlos al asiento trasero: "Mi amor, te molesta si te dejo solo y acompaño a Carlos acá atrás?, podrás vernos por el retrovisor"; cabrona caliente, pensé; pero no me opuse, sólo le comenté que no quería que cogiera aún ya que me gustaba mucho verla disfrutando y que tampoco hiciera que Carlos se viniera antes de llagar al hotel para no derrochar sus energías, ella me respondió que sólo quería ir iniciando el juego y tal vez una mamadita, pero que dependería de Carlos el no venirse, él comentó que intentaría aguantarse y que no debía haber problema con ello; repliqué: "no quiero manchones de lefa en mis asientos, si no puede resistir deberás tragarlo todo para no manchar, allá ustedes si se quieren desgastar pero aguanten a que lleguemos, estaremos pronto en una habitación cómoda para follarte como lo mereces y deseas la noche de hoy". Aprovecharon que los cristales son polarizados y evitarían mirones no deseados, por lo menos los de oficiales de tránsito para evitar terminar en una delegación en lugar de una habitación en el Marriot Joder.
Ya había más tráfico que cuando salimos del hotel y eso me demoraría un poco más en llegar, pero ni hablar, tendrían más tiempo para ir cachondeando en el camino y a mí me producirían mayor excitación al verles y oler los olores de sexo ya en el carro.
Más tardé en dar vuelta a la primer esquina cuando estos dos tórtolos ya estaban en pleno beso fogoso y Carlos metiendo mano debajo de la blusa de mi Gaby sobando los pechos de mi amada esposa, ella tampoco perdía tiempo y tenía bien prendida la verga de su amigo italiano.
Al poco tiempo Gaby bajó la cremallera del pantalón de Carlos para sacar su verga, aquella saltó como loca ya que seguramente la tendría mal acomodada después de tanto manoseo desde el restaurante. Su herramienta no era nada fuera de lo normal, tal vez hasta un poco más pequeña que la mía pero contaba con las medidas reglamentarias y estaba ya empapada deseosa de entrar en acción. Gaby la vio y no pudo resistir el agacharse para iniciar con una de sus exquisitas mamadas de verga que sólo ella sabe dar, lamía el tronco, apretaba sus huevos con la mano y terminaba por introducirla completa en tan cálida boquita que tantas veces ha hecho gozar a mi pinga, se escuchaba los gemidos de nuestro amigo y el chacoteo de líquidos de su tranca y la saliva de Gaby; es una locura, ya aquí de su chofer, mientras que mi Gaby está mamando verga de lo lindo. Estuvo como 10 minutos así interrumpiendo en periodos y apretando el glande de Carlos para evitar su corrida; en una de esas, Gaby abrió su nuevo regalo, le untó algo de lubricador y le pidió a Carlos que estrenaran su juguete nuevo, que la ayudara a frotarlo sobre sus labios y clítoris para gozarlo ya; ni tardo, ni perezoso, Carlos subió la falda de Gaby con su ayuda, para abrirle las piernas con una sutileza muy cachonda, acarició nuevamente las partes internas de los muslos de Gaby para llegar a su conchita, en ese momento pudo apreciar totalmente el dulcecito (de cariño porque realmente es salado con sabor a manjar), mismo que se comería llegando a su habitación, exclamó: "que bárbaro que lindas piernas, que linda la abertura de tus medias y más deliciosa y linda tu conchita, tus calzones están para comértelos, eres una reyna", se agachó y con su lengua empezó a acariciarla por encima de su calzoncito, un par de minutos para luego deslizar con una de sus manos el calzón y saborear directamente su vagina completamente mojada y deseosa de recibir algo adentro, que por supuesto primero fue su lengua y dedos, mismos que sacaron de Gaby tremendos gritos de placer e instrucciones a Carlos en no dejar de hacerlo que lo estaba gozando mucho y que siguiera hasta tocarle el timbre del cielo nuevamente.
Después de un rato, Gaby jaló de su cabeza para pedirle que le introduciera su nuevo juguetito ya preparado para la acción, Carlos lo empezó a frotar contra sus labios y clítoris hasta que en una de esas lo alineó con su entrada y empezó a hacerlo desaparecer en su cuevita, se agachó nuevamente para lamer su clítoris mientras la conchita se abría recibiendo su nuevo compañero de batallas, sería la primera de varias en estrechar el interior de su vagina, ahora sólo gozando de una sóla punta, pero que en un futuro corto seguramente sería utilizado con la presencia de otra mujer, cumplir la función completa para lo que fue hecho. Mi incógnita era si Gaby ya se había encontrado a su media naranja femenina o si estaba pensando sólo en su hermana o tal vez para usarlo con el grupo donde nos invitó Clau. Después lo descubriría.
Fueron varias las veces que estuve a punto de poner un chingadazo con el auto, ya que no podía concentrarme por estar viendo tan seguido el retrovisor o de plano volteando la cabeza para verlos enredados. Les anuncié un par de cuadras antes de llegar al hotel que pararan y se arreglaran que ya estábamos próximos al estacionamiento del hotel; ni Gaby ni Carlos alcanzaron el orgasmo en mi auto, por suerte, pero ambos habían llegado a una excitación que se les notaba tras sus ropas ya acomodadas en su lugar. Gaby antes de guardar su juguetito lo introdujo a su boca para limpiar sus propios jugos adheridos al latex de tan tieso e inerte nuevo amigo, mismo que bautizó como "pequeño charly" en homenaje al padrino; síntoma inequívoco de que le había gustado también el sabor de una bella hembra.
Ingresamos al hotel y nos dirigimos directamente a los ascensores hacia las habitaciones, para disimular Gaby se prendió a mi brazo y se olvidó (sólo fingiendo para los que nos veían) de Carlos, no pudimos hacer nada en el ascensor porque siempre estuvimos acompañados por otros huéspedes.
La habitación de Carlos era una pequeña suite que tenía una sala de estar y escritorio, además de la cama kingzise por supuesto, nos ofreció algo del servibar y de inmediato Gaby se acercó subiéndose la falda nuevamente enfrente de donde se sentó Carlos para ofrecerle su conchita, levantó una de sus piernas en el sillón y tomándolo de la nuca lo acercó para que continuara con su mamada de chocho. Carlos la tomó por las nalgas y metió su lengua hasta donde le alcanzó, Gaby volteaba a verme en el otro sillón y me cuestionaba si le agradaba verla de nuevo follando con otro hombre; ¡claro que si mi amor!, tú sabes cómo me gusta verte disfrutar, fóllate a este italiano como desees, gózalo porque será difícil volver a verlo en el futuro debido a las distancias.
Ahora ve como tu Gaby le acaba de mamar la verga al italiano, se inclina, abre nuevamente su cremallera y cinturón para bajarle el pantalón por completo, lo deja en trusa y toma su traca por encima de la trusa ya empapada también por la excitación de Carlos, mismo que se termina de desnudar de la parte de arriba. Después de un rato, Gaby jala por completo el calzón de Carlos para lograr tener de frente su tranca completa, empieza nuevamente con una de sus extraordinarias mamadas de verga y nuestro anfitrión empieza a gemir como toro, pasa sus manos por detrás de la cabeza de Gaby y enreda sus dedos por el cabello para poner el ritmo y follarla por la boca. Yo seguía viendo desde mi sillón tan linda escena. Gaby con sus dos manos haciéndole una paja de fábula que de repente con una de sus manos bajaba para apretar el escroto y dar mayor placer a Carlos.
Carlos ya no aguantaba más y le pidió a Gaby que se apoyara a 4 sobre el sillón que estaban usando para el penetrarla por detrás en su conchita, quiso ponerse uno de los condones, pero por supuesto que Gaby no se lo permitió, comentándole que no había problema de quedar embarazada (ya que desde que tuvimos nuestra segunda hija se ligó) y que quería sentir dentro de su ser la corrida de él, Carlos me pidió autorización casi con la verga ya adentro de mi Gaby pero se le agradeció el detalle; Gaby me pide ahora que me acercase para tragarse mi verga y nada más saco mi trusa por completo para pasar a ocupar su cálida boca, ella era la única que contaba aún con toda su ropa, fue una cogida aún fulldress, sólo con su blusa abierta de par en par, dejando ver sus hermosos pechos y con su calzoncito desplazados hacia uno de los lados para que fuera penetrada salvajemente por su nuevo amante.
Los tres ya estábamos muy calientes y no tardamos en derramar nuestro néctar en Gaby, Carlos dentro de su vagina y yo haciéndo que se tragara la primera carga proteínica, misma que alcanzó a salpicar sus senos que iban de un lado al otro debido a las embestidas del italiano; ella también llegó a un orgasmo que gozó y derramó de gran manera.
Hicimos la pausa de rigor sentándonos ambos al lado de ella y terminando el trago que teníamos servido. Carlos preguntó porqué fue el elegido a tan excitante aventura habiendo tanto garañón en el bar del hotel?, yo sabía la respuesta, sé que a Gaby le atrajo mucho y le atinó a que fuese un italiano ya que creo que la mayoría de las mexicanas quisieran follarse a un italiano, pero dejé que contestara ella. Gaby le comentó que desde que lo vio entrar le encantó su porte y figura, que apostaba a que tuviera una verga sabiéndola utilizar y que uno de sus sueños había sido coger con un italiano; modestia aparte, leo el pensamiento de mi Gaby casi siempre y sé lo que piensa y gusta.
Después de un momento de charla y ya tomando nuevos bríos, entre ambos empezamos a acariciar las piernas y senos de Gaby, entre manoseos y besos retiramos sus ropas por completo y nos dejó ver a todas luces su bello cuerpo desnudo por completo, excitada de nuevo y con ganas de otro revolcón; así que ahora nos propone que tendríamos que complacerla con penetrarla por ambos lados, que la única vez que lo probó, le había encantado y que juró no desaprovechar la oportunidad de volverlo a hacer en el momento que tuviera dos vergas a su entera disposición.
A Carlos creo que ya no le sorprendió después de sospechar que también gozaba con mujeres debido al consolador que escogió y a la aventura vivida en ese momento, follando a mi esposa en mi presencia y gozando de la fiesta también.
Gaby solicitó ahora sí a Carlos que le pasara uno de los condones para ponérselo ella misma y que la lubricación del mismo ayudara a abrir su culo. ¡Encantado divina!, respondió. Gaby le dio otros tres o cuatro chupetones a su tranca y le puso el condón, se acomodó nuevamente a 4 puntos en la cama y le dijo que empezara su labor, Carlos empezó por pasarle su verga por entre las nalgas y los dedos de su mano derecha para ir introduciendo poco a poco uno, luego dos y dilatar ese exquisito culo apretadito, dirigió nuevamente su tranca a la entrada y lentamente se lo fue dejando ir siguiendo las indicaciones de mi Gaby para no lastimarla, nuevamente mostró que era todo un caballero y que respetaba toda instrucción de su amante para cuidarla y hacerla disfrutar como se merecía. Hasta que de repente con una voz desde sus entrañas le pide que la meta lo más profundo que pueda, le pide más verga y Carlos se la da, la jala de los hombros y empuja su cadera para hacer estrellar sus huevos contra las nalgas de Gaby, le pide que se quede quieto un momento haciendo algunos movimientos con sus caderas y poder sentir a plenitud el pedazo de carne que disfruta su culo ahora ya bien abierto.
Le pide que ahora sí le pegue la mejor de las culeadas a halla dado y Carlos empieza a embestirla nuevamente de una forma salvaje, era un gran follador, hacía sentir a mi Gaby cada instante de tan fenomenal cogida. Gaby no tardó en tener su siguiente orgasmo sintiendo la verga por el culo, de nuevo disfrutó y gritó a culo abierto el gran placer que sentía al recibir verga extraña.
Ahora era turno de que Carlos pasara a acostarse boca arriba para seguir con la consumación de la doble penetración, le quitó el condón mismo que había cumplido con su función de lubricación y se sentó sobre la tranca de su amante, pidiéndome a mí que ocupara el espacio recién abandonado por el italiano.
Yo también estaba a 100 cuando lo solicitó y dejé que Gaby cabalgara unos instantes aquella verga, que Carlos en esa posición pudiera besar y comer por completo los pechos que se ofrecían delante de él, estaba muy excitado y antes de encaminarme a su culito, me puse al lado de ella de pié sobre la cama para que me la chupara antes de penetrar su culito, ella con una mano agarraba mi verga mientras que con la otra se sobaba el clítoris recibiendo en su conchita la verga de Carlos y este a su vez apretando con ambas manos los pechos y pezones de Gaby.
Gaby saca mi miembro de su boca y me pide que no haga esperar más su gozo por recibir una segunda verga a la vez en su cogida; yo también soy un caballero y lo que pueda hacer para satisfacer las necesidades sexuales de Gaby siempre haré por cumplírselas. Apunté mi verga contra su culo y se la dejé ir siguiendo el camino abierto de Carlos, no fue difícil metérsela pero aún así tuvo que contener algo de dolor para convertirlo después en algo placentero, probablemente esa pudiera ser la prueba de que mi gañote fuera un poco más grande que el de Carlos, ya que tuvo que marcarme nuevamente el ritmo para no lastimarla, probablemente también era más pequeño pero con la verga adentro de Carlos por su conchita pudo haber hecho estragos en el culito de mi mujer, ¿a quién le importa?, mientras mi Gaby recibiera lo que estaba esperando, no importaba. En un momento dado, se voltea a mí y me pide que la deje ir por completo que no importaba que la desgarrara pero que quería sentirse llena ya, tener ambas vergas por cada uno de sus agujeros, se la metí por completo y sentía como palpitaba apenas separada de la mía, la verga de Carlos, ella nos indicó el ritmo y logramos una coordinación exacta para Gaby para desgarrarle también la garganta con los gritos que nos daba para seguir follándonosla como deseaba.
Gaby empieza a experimentar una serie consecutiva de mini-orgasmos que desfuguraban su cara, pero exigiendo que le diéramos más, que la partiéramos en dos, que quería sentir ya nuevamente nuestro néctar dentro de su ser, no tardamos mucho y cuando ví la cara de Carlos que estaba derramando y la de Gaby que lo estaba recibiendo, me derramé también haciendo llegar a Gaby a un orgasmo pleno, chillaba del placer y estremecía todo su cuerpo. Que gran follada acabábamos de darle a mi Gaby.
Terminamos exhaustos los tres tirados en la cama y Gaby aún no terminaba de recuperar su respiración normal.
Carlos nos permitió echarnos un baño antes de retirarnos y dentro de la ducha bañé a mi Gaby que sólo podía sostenerse recargando sus manos ante una pared para recibir los chorros de la regadera, la abracé y le dije lo tanto que la amo, que ojala pudieramos seguir con ese tipo de aventuras, ella asintió con la cabeza y a penas escuché que me confirmaba con un ¡claro que lo repetiremos, fue extraordinario, gracias, te amo mucho!.
Nos vestimos y nos despedimos de nuestro amigo, que resultó ser un gran amante, nos obsequió su tarjeta e nos invitó a Argentina o Italia para buscarle en cualquier oportunidad que tuviéramos si viajábamos a algunos de sus países de origen, que él por su parte nos avisaría si volvería a venir a México, expresando el gran placer que tuvo al gozar de mi esposa, felicitándome por tener a tan bella y ardiente mujer.
Mi Gaby se ha convertido en una gran puta y me encanta que sea así, me hace gozar verla en las aventuras que planeo para ella y por lo que veo no creo que se niegue a cualquier cosa que le proponga. Mi imaginación sigue andando y agradeceré cualquier idea del respetable que lee mis relatos.
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