A jugar...-3

Los días siguientes Diego se colaba por las noches en mi cama y después de besarnos y acariciarnos dormíamos abrazados

A JUGAR…-3

Mi nombre es Sandro, acabo de entrar en el ascensor de las oficinas donde trabajo y casi al instante de cerrarse las puertas, un brazo se interpone y las puertas se abren automáticamente de nuevo, una voz suave y sonriente dice: ¡Buenos días Sandro! ¿Todo va bien? Respondo: ¡Todo bien señor! Me sorprende que “el gran jefe” se acuerde de mí nombre junto a él ha entrado un jovencito muy atractivo, yo inclino la cabeza mirando al suelo y escucho la tintineante voz juvenil que le susurra al jefe: ¡Jordan, se ha puesto colorado! Jordan dice: ¡Sandro es muy tímido! Con la mirada sobre el suelo veo que el joven, al que llama Ángel, acaricia los largos y elegantes dedos de la mano de Jordan y éste los suyos para llevarse luego esa mano a sus labios besando la mano juvenil siempre con esa eterna sonrisa.  Al salir me voy a mi mesa de trabajo.

Esta noche no concilio bien el sueño, no dejo de ver una y otra vez esos largos dedos enroscarse con los del jovencito y esos labios besando la mano juvenil con esa eterna sonrisa, siento los dedos sobre mis labios, entreabro la boca y los chupo con deleite unos labios se depositan sobre mi tetilla endureciéndola con el frotar de su lengua y los dedos húmedos descienden sobre mi cuerpo hasta tomar mi verga con fuerza, ahora las dos manos me masturban al mismo tiempo y mi ano palpita, gimoteo de placer la fuerza de ambas manos sobre mi polla, las humedece con saliva y continúa masturbándome cada vez con más y más fuerza mi cuerpo se contorsiona pronto al placer y ¡Por Dios! Llega el orgasmo tan esperado, es tan fuerte que el semen me salpica hasta la cara con mucha intensidad. Abro los ojos y mis manos sueltan mi polla mojada la paso sobre mi rostro recogiendo el semen sobre él y recojo una lágrima que se desliza por el lateral del ojo mi boca saborea el semen junto a la gota lagrimal, suelto ¡Hermano!

Y entonces resuenan en mi mente las tan oídas palabras de mamá: ¡Eres un niño no deseado y nunca lo serás! Esas palabras  hieren mi corazón desde que tengo uso de razón tantas veces repetidas a lo largo de los años tan solo suavizadas por mi bondadoso padre y a veces por mi hermano Roco, 6 años mayor que yo. Me levanto de la cama mirando mi cuerpo entero en el espejo de la habitación murmurando: ¿Roco, que hiciste de mí? ¡Yo te adoraba y me usaste! A mis 26 años trabajo en algo que me gusta y también admiro a mi jefe Jordan, pero intento pasar desapercibido, mi ropa anodina, holgada, gafas falsas de concha, barba desarreglada y el cabello desaliñado lo mismo que la barba, ahora desnudo mi cuerpo es espectacular, tras nadar mucho tiempo ahora en el gimnasio con las pesas, mi cuerpo se ha desarrollado es puro músculo.

Paseo mi mano sobre el semen de mi pecho esparciéndolo y la polla se me dispara de nuevo, me tiendo en la cama acariciándome y cierro los ojos recordando…

Roco repetía constantemente las mismas palabras de mamá, me humillaba pero luego me abrazaba y calmaba mi ansiedad, con el tiempo al crecer papá habilitó parte de la buhardilla como habitación para mí, el resto para estar con compañeros del instituto o relajarnos sin molestar a los mayores, ya que se reunían con otros matrimonios de la misma religión, los fines de semana se iban a distintas casas y apenas los veíamos, Roco al ser mayor se quedaba al cargo de cuidarme, yo esperaba esos domingos cuando Roco y yo nos sumergíamos en la bañera juntos y él me contaba historias fantásticas mientras estábamos desnudos  yo sentado entre sus piernas apoyando mi espalda contra su pecho, sus manos me acariciaban mientras se inventaba el relato, siempre había un personaje débil y el otro valiente, que siempre rescataba al débil, ya eran mártires, como indios y vaqueros, combatientes de alguna guerra, príncipes rivales en pocas ocasiones aparecía alguna joven a la que salvar, siempre eran chicos apuestos. Ese fue un ritual dominical que con el tiempo sus caricias fueron en aumento a medida que pasaban los años y yo deseaba esos momentos con ansiedad, era nuestro secreto.

El día de sus 16 años me dijo que sus amigos harían una pequeña fiesta en la buhardilla y me explicó que yo todos los domingos tenía que estar bien limpio por dentro y tomando una perilla me la metió en el culo llenándomelo con agua templada lo fue haciendo varias veces explicándome cómo hacerlo yo solito, luego fuimos a la bañera y comenzó otra historia, era de un mártir, San Sebastián, sus manos me acariciaban como siempre pero esta vez me tocaba “mi cosita” y luego sus dedos frotaban mi ano uno de sus dedos fue entrando dentro, yo movía mi cuerpo ante la intrusión, me hizo darme la vuelta poniéndome frente a él de rodillas y cogiendo su verga la acercó a mi culo preguntó: ¿Me has comprado algún regalo? Yo negué con la cabeza y ´Roco dijo: ¡Bueno tú serás mi regalo! Él siguió diciendo: ¡Imagínate que tú eres San Sebastián y te están disparando flechas y lanzas por todas partes y todas duelen! Sus manos sobre mis caderas empujándome hacía abajo mientras mi ano se abría para recibir “su lanza”, me dolía pero miraba su rostro de felicidad y eso me calmaba el sufrimiento, ahora sus palmas sujetaban mis cachetes y subía y bajaba mi cuerpo mientras su dura lanza entraba cada vez más, me agarré a su cuello juntando mi rostro al suyo y notaba el acelerado latido de su corazón, gimió, en mi culo notaba esa extraña dureza pero me excitaba saber que a él le gustaba, luego noté unas sacudidas dentro de mí y su boca buscó la mía y me besó por vez primera metiéndome su lengua dentro de mi boca, sacó su verga de mi culo y nos terminamos de bañar.

Sus amigos vinieron con bocatas  del Mc Donalds y comí con ellos para luego irme a mi cuarto a ver la tele, pero los veía a todos a través de un agujero de la pared, que papá no terminó nunca de arreglar. Les veía mirando sus móviles y hablaban entre ellos intercambiándose los móviles, uno de los amigos se abrió el pantalón metiéndose la mano dentro del calzoncillo tocándose la polla, al poco todos estaban de igual forma, Roco se quitó la camiseta mostrando su bello cuerpo después se bajó el pantalón quitándoselo también, su cuerpo era impresionante y el abultamiento dentro de su bóxer también, poco a poco el resto de compañeros hicieron lo mismo, todos eran bellos distintos pero en su desnudez me encantaba verlos y todos con buenas erecciones, Mauri uno de los mejores amigos de Roco se agachó frente a él bajándole el bóxer tomando entre su mano la verga de mi hermano se la llevó a la boca, Roco le acarició el cabello mientras gemía y Rafi otro de sus íntimos se puso detrás enterrando su cara entre las nalgas de Roco, vi como al apartarse del culo sacaba su lengua para atacar de nuevo ése trasero moviendo su cabeza al tiempo que una de las manos de Roco la apretaba contra su culo, poco después Rafi se mojó los dedos metiéndolos en el culo mojado y Roco gimió de nuevo, Rafi se tumbó sobre el suelo boca arriba mientras deslizaba el slip de Mauri sobre los muslos, encerrado en él estaba una descomunal verga que Rafi comenzó a chupar subiendo y bajando su cabeza mientras sus dedos entraban dentro de Roco, la visión de todos ellos haciéndose lo mismo unos a otros mientras que Roco grababa todo con su móvil.

Algo después Roco de rodillas apoyándose sobre las manos recibía fuertes empujones de Mauri que metía una y otra vez su pollón dentro de mi hermano que se retorcía, pero no de dolor, estaba extasiado y Rafi le chupaba la polla a Roco, Mauri penetró a Rafi y Roco a él de forma que parecían pegados los tres moviéndose al mismo ritmo formando un tren, Mauri inclinaba la cara hacia atrás besando a Roco con ansia y luego adelante con Rafi que se masturbaba mientras recibía esa gran verga, los otros amigos estaban igual de salidos que ellos haciendo lo mismo, luego se intercambiaban, de todos habían 4 con grandes pollas, la mayor de Mauri, luego Roco, Miguel y Peter, después las más normales Rafi y Manu. Creo que todos recibieron verga por detrás y por la boca terminando masturbándose juntos sobre la mesa de centro. Ya saciados se sentaron desnudos y miraron las grabaciones del móvil y reían entre ellos jugueteando dándose empujones, yo desde mi discreto agujero me había masturbado al mismo tiempo que ellos hasta derramar mi semen sobre el suelo, que limpié con una servilleta de papel.

A partir de entonces cuando se reunían yo los espiaba, me percaté entonces que a Mauri solamente follaba con mi hermano Roco, aunque a veces intentaba alguno penetrarlo pero él se deshacía haciéndole una buena mamada hasta correrse de gusto.

En pleno verano muy caluroso yo estaba tumbado en el gran sofá con el ventilador de techo puesto, era domingo y escuchaba música del móvil estaba con mi slip blanco y los auriculares puestos, en ése momento subieron Mauri y mi hermano Roco venían de la piscina comunitaria, se dejaron caer casi sobre mí bromeando como si no me hubieran visto y Roco comenzó  hacerme cosquillas, yo me retorcía riéndome, Mauri se inclinó poniendo su boca sobre mi vientre y sopló produciendo un sonido similar a una pedorreta y yo me tronchaba de la risa, movía mis piernas y Roco se las puso sobre los hombros de tal forma como si me follara y se empalmó al instante frotándose contra mi trasero, Mauri se excitó al ver a su amigo empalmado y se tocó la entrepierna con el bañador puesto, entonces Roco me preguntó: ¿Vas limpio? Yo asentí con la cabeza y de la pared descolgó un sombrero de cowboy y un antifaz negro del zorro y me lo puso en la cara, el sombrero sobre la cabeza y dijo: ¡Eres un maldito bandido y estás bajo nuestro poder, te vamos a torturar! Yo le seguí el juego soltando: ¡Juro que no volveré a hacerlo! Roco con su móvil lo grababa todo, se bajó la parte delantera del bañador tomando su verga en la mano me golpeaba la boca soltando: ¡Te digo que la chupes, no te lo pido te lo exijo! Y su verga entró dentro de mi boca sentándose a horcajadas sobre mí, yo chupaba su polla con ganas mientras él continuaba grabándolo, Mauri al principio se había apartado pero se acercó a nosotros acariciando a mi hermano Roco mientras se besaban con intensidad, Mauri se quitó el bañador y desnudo ocupó el lugar de Roco metiéndome su gran polla en la boca casi asfixiándome poco a poco me fui acostumbrando al tamaño, Roco se desnudó dejando el bañador en el suelo y quitándome el slip blanco, yo lamía y chupaba la verga de Mauri de vez en cuando Roco se acercaba metiéndome la suya en la boca, Mauri estiró su brazo hacía atrás cogiendo mi verga que estaba dura y dijo: ¡Buen tamaño para tú edad, crecerá más que la mía! ¡Por Dios su mano y dedos tan calientes me excitaban mucho! Me apretaba la polla y sus dedos frotaban mi ano sin  dejar de acariciar los huevos y entonces Roco se inclinó entre mis piernas comenzando a chuparme la polla por vez primera ¡Dios mío, que gustazo! Y seguía grabándolo todo, me levantó las piernas enterrando su boca en mi agujero y gemí al notar su lengua frotar incansable mi ano, irguió su cuerpo y me penetró de golpe ¡Ayyy! Solté pero continué mamando tan rica verga de Mauri, mi hermano me embestía con rudeza y mi verga estalló mojándole las nalgas a Mauri con mi semen y Roco soltó: ¡Éste bandido aún no ha aprendido la lección! Y sentí como su polla inundaba mi culo de semen mientras me palmeaba la nalga, al apartarse dijo: ¡Sheriff le toca dar una buena lección al malvado! Y Mauri ocupó su lugar entre mis piernas, metió su dura verga dentro de mí ya dilatado ano y rebufó soltando: ¡Que culito tan prieto y follable es un placer darle su merecido a éste bandido! Y me folló con intensidad, sus manos sujetaban mis caderas al tiempo que él se movía adelante, atrás y en rotación, yo gemía y mi verga goteaba de nuevo dura como una piedra lo mismo que Roco que grababa y se masturbaba metiéndome la punta de su polla entre mis labios, Mauri arremetía con fuerza y soltando un gran gemido inundó mi culo con su semen mientras que Roco le comía la boca y derramaba su esperma dentro de la mía, cuando Mauri se apartó se inclinó sobre mi polla y la chupó consiguiendo que terminara de nuevo esta vez en su boca.

Mauri venía cada domingo y disfrutábamos los tres, pero con el tiempo dejó de venir, Roco y él se habían discutido, ya que mi hermano decía que se dedicaba a darme mayor placer a mí que a él, entonces Roco dejó de bañarse conmigo y jugar volviéndose más agresivo conmigo culpándome de todo delante de mamá. A veces a medianoche se colaba en mi cuarto para que le chupara la polla hasta derramar su semen y luego se iba dejándome solo de nuevo,, muchos meses después comenzaron a venir compañeros distintos del Instituto y se grababan con el móvil masturbándose unos a otros y un día me convenció para estar con ellos, estos fumaban y habían botellas de alcohol me hicieron beber con ellos y cuando estábamos todos desnudos cogieron una botella vacía y la hicieron girar en el suelo quedando el gollete en mi dirección despejaron la mesa rectangular de centro y me tumbaron boca abajo sobre ella, Roco sacó unas cuerdas atándome las muñecas a las patas delanteras de la mesa separaron mis piernas atando mis muslos a las patas traseras quedando mi culo fuera de la mesa con mi verga colgando, me cubrieron los ojos con un gran pañuelo.

La mano de Roco levantó mi barbilla metiéndome su verga dentro de la boca, luego se apartó dejando otra verga entrar en mi boca mientras él detrás de mí me penetraba de golpe, gimoteé de dolor ante la brusquedad y a cambio fui recibiendo fuertes palmadas sobre mis nalgas, todos hablaban casi al mismo tiempo y mi boca pasaba de una polla a otra sin saber quién era y también fueron cambiándose para follarme uno tras otro mientras hacían comentarios sobre las grabaciones en sus móviles, pasaban una y otra vez de mi boca a mi culo perdiendo la noción del tiempo transcurrido, finalmente se masturbaron sobre mi espalda  agotados y mi hermano Roco soltó: ¡Chicos pagar lo convenido! ¡Así esto va bien, perfecto! Tuve la sensación que se vestían y al poco el silencio, Roco me desató entregándome una toalla para secarme el semen, recogió los billetes que le habían dado guardándoselos y me dejó solo en la buhardilla aturdido y entre sollozos.

Había perdido el amor de mi hermano y decidí hacer lo que me pidiera para reconquistar su amor por mí, a partir de ése momento yo le pertenecía, era su esclavo. Con los años, todo fue a peor, “sus invitados” me golpeaban haciéndome moratones, las nalgas me escocían de los golpes, yo era meramente un juguete sexual para todos ellos.

A papá le llegaron rumores y decidió aparecer un domingo solo descubriendo lo que su hijo mayor hacía en la buhardilla y esa noche hubo  reunión entre nuestros padres, como siempre mamá me lo achacaba todo a mí, yo era siempre el malo de todo, así que papá decidió enviarme a un colegio interno en el extranjero lejos de la familia concretamente a los Estados Unidos. Mi primer año fue horrendo aclimatarme al idioma, a la forma de comportamiento, costaba bastante tenerme allí y no podía regresar ni en verano ni invierno, compartía habitación con un chico mexicano, de piel eternamente bronceada, bien parecido y agradable, eso me hacía más llevadero todo lo demás. Una tarde sentado bajo un árbol en el campus, escuché una voz lejanamente familiar ¿Sandro? Levanté el rostro del libro encontrándome frente a mí a Mauri, se despidió de unos amigos sentándose a mi lado mirando por todos lados, preguntó: ¿Estás solo o también está Roco? Yo respondí: ¡Yo solo! Su cuerpo se relajó soltando: ¡Roco es muy posesivo, tal vez demasiado! Yo asentí contándole todo lo ocurrido, de cómo me ataba para que sus amigos me dispararan balas de pintura sobre mi cuerpo para luego esparcirla sobre mi mientras me poseían uno tras otro, de los latigazos con los cinturones, de follarme dos al mismo tiempo mientras me tapaban la boca con calcetines e incluso se orinaban sobre mí. La cara de Mauri era de estupefacción y asombro al saber que Roco cobraba por ello, estaba indignadísimo, al terminar de contarlo me sentí mejor y le di las gracias por escucharme, me pasó su brazo por los hombros atrayéndome sobre su cuerpo y dijo: ¡Lo siento mucho, siento no haber podido ayudarte!  Entonces le pregunté por su estancia allí y me comentó que estaba en la Universidad  con una beca de natación, yo le dije que se le veía muy bien, me dio un leve codazo diciendo: ¡No seas zalamero! Me comentó que salía con una chica compañera de la Universidad. Nos levantamos del suelo y me miró soltando: ¡Uyyy, cómo no te cuides te vas a poner gordinflón! ¡Tal vez tengas que hacer un deporte, como la natación que es muy completa! Yo asentí  apuntó su número de móvil para llamarnos y estar en contacto, nos abrazamos y regresé a mi habitación pletórico.

Fui varias veces a ver entrenar a Mauri en la piscina, su cuerpo tan perfectamente moldeado era una gozada verlo deslizarse por el agua y decidí apuntarme en mi internado a natación, no para competir, pero el entrenador me vio y decidió incluirme en su equipo, ganamos varios torneos, Mauri me presentó a su novia, muy guapa, muy americana y hacían buena pareja los dos incluso mi compañero y yo fuimos a comer algo con ellos más de una vez pese a la diferencia de edad, pero todo fue muy cordial y agradable.

Una tarde estaba medio tumbado de costado sobre la cama estudiando llevo una camiseta de tirantes negra y un viejo  minúsculo bañador rosa con tres rayas negras a cada costado, el pobre está algo roto de alguna costura lateral y lo uso para dormir por la suavidad de su tacto, intento releer una y otra vez el libro pero me distrae una erección intensa sobresaliendo parte del glande sobre la parte superior del bañador rosa, leo de nuevo el libro sin percatarme que ha entrado mi compañero Diego, el mexicano, se sienta en el lado de mi cama y la palma de su mano se posa sobre mi verga endurecida, le digo: ¿Qué haces Diego? Él contesta: ¡Ayudar a relajarte! ¡No sabía que las matemáticas te ponían tan cachondo! Añadió: ¡Espero que esto no cambien nuestra relación…! Se inclinó sobre mi entrepierna lamiéndome el glande mientras apartaba parte del bañador, su lengua seguía mi tronco de arriba abajo y después sus labios capturaron mi capullo chupándolo, di un largo suspiro dejando el libro a un lado de la mesita compartida, estiré mi brazo acariciando a Diego tirando de él, se encaramó a mi lado y por vez primera en 3 años besé sus carnosos labios, él respondió intensamente sujetándome la nuca y me devoró la boca y yo la suya, nuestros cuerpos se juntaban, mis manos bajaron los tirantes de su bañador de lucha libre azul cobalto hasta su cintura, levanté uno de sus brazos y puse mis labios en su axila lamiéndola, Diego soltó: ¡Para, para, no he podido ducharme! Yo ocupado lamiendo solté: ¡No me importa, me encanta! Y él gimió apretando su entrepierna contra mi muslo, él me sacó mi camiseta deslizando mi bañador sobre los muslos y yo deslicé su azulado atuendo hasta los muslos, cada uno de nosotros se quitó la prenda quedándonos desnudos sobre la cama, lo puse sobre mi pecho cogiendo su verga entre mis labios y mi mano apretándola, Diego gimió de gusto, giró su cuerpo quedándose a la inversa sobre el mío y su boca cogió mi polla mientras yo continuaba chupándole la suya.

Durante tres años hemos sido amigos y compañeros simplemente, ahora todo parece distinto, disfruto chupando su oscura y gran polla, me recreo en su cabezón tan suave y él se retuerce de gusto, sus dedos apartan mis huevos separándome las piernas y noto su lengua frotar la entrada de mi ano y sus dedos profundizan dentro con su saliva va alternando un dedo de cada mano entrando dentro de mí tras mojarme con su lengua, yo muevo mi pelvis por el placer que eso me causa, mi lengua ahora se abre paso en su culo separando las nalgas enterrando mi cara dentro chupándolo con ansia, alargué la mano a la mesita tomando el lubricante mojé mi mano pasándola sobre la oscura verga de Diego lubricándola bien y después pasé mis dedos por mi ano, Diego se puso entre mis piernas, me miró a los ojos sujetando su polla me fue penetrando lentamente iba con sumo cuidado de no dañarme, pero realmente me causaba un enorme placer notar como entraba dentro de mí una y otra vez, ambos gemíamos con cada empujón de su potente polla y cada vez arremetía con más fuerza y noté  como el culo se me llenaba con su semen en fuertes chorros, su cuerpo temblaba mientras se descargaba dentro de mí, mi verga no soportó tanto placer comenzando a soltar semen sobre mi cuerpo, Diego se inclinó sobre mis labios besándome con intensidad, mi polla continuaba soltando semen, la suya seguía clavada en mi ano sin ganas de salir, pasó mi pierna por delante de su cuerpo colocándose detrás de mí sin sacarla, pasó su brazo sobre mi cuerpo esparciendo mi semen hasta cogerme la verga y dijo: ¡Teníamos que haber hecho esto hace mucho tiempo! Notaba palpitar de nuevo su polla en mi culo, Diego añadió: ¡Sabes el día que comimos con Mauri y su novia Claudia, me hizo una mamada en los lavabos del restaurante! Yo pregunté: ¿Cómo fue eso? Él continuó hablando: Yo fui al lavabo y al poco él dijo salir para responder una llamada de su entrenador, pero al poco entró detrás de mí en el lavabo, yo me iba a agachar para chuparle la polla, pero me levantó agachándose él frente a mí bajándome el pantalón y chupó mi polla cómo si fuera una aspiradora, me dio tanto gusto que no tardé en correrme entre sus labios y después chupé su verga ¡Oh, Dios que hermosa, grande y apetitosa como tú me habías contado! Y conseguí que terminara dentro de mi boca tragándome toda su corrida ¡Fue apoteósico! Yo regresé a la mesa y tú me dijiste que parecía estar alterado, no recuerdo la respuesta tonta que di.

Yo apretaba mi culo contra él y una mano acariciaba mi pecho bajando hasta el pubis sujetándome la verga con fuerza, giré mi rostro comentándole: Recuerda la tarde que fuimos a ver una película de monstruos que te apetecía ver, íbamos solos los tres, a él parecía no gustarle demasiado y dijo que iría a colocarse un poco, yo fui al lavabo del cine encontrándomelo allí fumándose un “relajante” me dio una calada y tras asegurarse que no había nadie más entramos en uno de los WC, cerró la puerta y al volverme cogió mi cara devorándome la boca soltando: ¡Hace días que lo deseo! Sus manos abrieron mi pantalón dejándolo caer hasta el suelo y me dio la vuelta apoyándome sobre la puerta del lavabo, se agachó chupándome el culo un buen rato y cuando se levantó dirigió su polla a mi ojete apretándola con fuerza su boca besaba mi nuca y sus manos sobre las mías las puso sobre la parte superior de la puerta mientras me taladraba con su polla una y otra vez con tanta intensidad que la puerta parecía a punto de abrirse, yo gemía quedamente y él metía su lengua dentro de mi oído, sus fuertes empujones me daban un increíble placer, sonreí pensando en que la puerta cedería y caeríamos juntos con ella al suelo y lo dije en voz alta y entonces se corrió llenándome con su semen giró mi rostro y me besó de nuevo, al separarnos  me sentó sobre la tapa del WC, se inclinó y chupó mi verga soltando: ¡Ya dije a tu hermano Roco que tendrías una buena polla y no me equivoqué, es fantástica! Chupó y chupó, se mojó los dedos pasándolos entre sus piernas sobre su ano, al poco  se dio la vuelta sentándose sobre mi polla comenzó a subir y bajar sobre ella, luego se quedó medio sentado y yo me movía entrando hasta el fondo de su culo, me levanté de la taza apoyando su cuerpo contra las baldosas del WC y lo follé con ganas, los dos gemíamos, le besaba y mordía el cuello finalmente terminé corriéndome dentro de él mientras él se masturbaba sobre las baldosas de la pared soltando: ¡Bestial! Mientras nos arreglábamos la ropa me espetó: ¡Sabes tú fuiste el primero que me penetró dándome un gran placer, pese a los comentarios de Roco, tú hermano que presumía de ser tan “macho”, él siempre terminaba mordiendo la almohada!

Luego nos reunimos contigo en el cine y tú ni siquiera te habías dado cuenta del rato que habíamos estado fuera tan ensimismado con la película. Mientras yo relataba todo eso movía mi trasero excitándole y cada vez iba más deprisa notando el golpeteo de mis nalgas contra sus huevos y Diego gimoteó terminando de nuevo dentro de mí mientras clavaba sus dientes sobre mi hombro y su mano me masturbaba con fuerza hasta que finalicé mojándome de nuevo el plano vientre, Diego susurró: ¡Me gustaría quedarme siempre así! Yo sonreí diciendo: ¡Sería difícil de explicar al entrar en las aulas desnudos y pegados uno al otro! Y soltó una risotada respondiendo: ¡No, tonto digo estar juntos, pero ya sabes cómo son en mi familia, te has de casar y tener un montón de hijos para agregar más miembros a la familia! Dije: ¡Diego los tiempos van cambiando! Él soltó: ¡Sí, pero mi familia no! Separó su cuerpo del mío tumbándose boca abajo, me puse a su lado acariciándole la espalda y el hombro se giró hacía mí enterrando su cara en mi hombro y sollozó en silencio repitiendo: ¡Hazme tuyo, aunque sea una sola vez, por favor Sandro!

Yo sabía que sus hermanos y algunos de sus tíos habían profanado ya su cuerpo años atrás y ahora me pedía que lo poseyera. Apreté mi cuerpo al suyo girándolo y mis labios buscaron los suyos saboreando cada rincón de su boca tan apetitosa, al poco puse mi boca junto a su oído diciéndole: ¡No soy cómo ellos, cuando me desees yo estaré ahí para ti! Cubrí nuestros apretados cuerpos con la sabana y quedamos dormidos en mi estrecha cama.

Los días siguientes Diego se colaba por las noches en mi cama y después de besarnos y acariciarnos dormíamos abrazados sin sexo de por medio. Una semana más tarde al regresar tras mí entrenamiento de natación me sorprendió Diego esperándome, se acercó apretando su cuerpo contra el mío diciendo: ¡Sandro te deseo! Su boca se apretó sobre la mía comiéndola con voracidad notando bajo su pantalón su erección apretada contra mí, abrazado me arrastró tirándome sobre la cama y me fue desnudando, al poco su boca estaba muy ocupada con mi polla sacándole brillo, le saqué la camiseta él se bajó el corto pantalón y de pronto dio vuelta a mi cuerpo dejándome boca abajo sobre la cama y enterró su boca entre mis nalgas comiéndome el culo y frotando su lengua mi ano, mi verga bajo mi cuerpo estaba durísima, gemí y entonces noté su peso sobre mi espalda mientras sujetaba su polla y la clavó de golpe en mi culo con fuerza moviendo su pelvis una y otra vez dándome placer sus dedos separan mis nalgas empujando su polla profundamente con su cuerpo apoyado sobre mi espalda me susurraba ¡Te quiero Sandro, te quiero! Besaba mi nuca, mi cuello mi mejilla y un fuerte suspiro notando como se derramaba dentro de mí con fuerte trallazos de su verga, sacó su polla de mi culo metiendo sus dedos dentro de mí sacando parte de su propio semen, giró mi cuerpo y los dedos de su mano llenos de semen fueron a su trasero metiéndolos en su ano, se subió a la cama de rodillas sentándose sobre mi polla, por la expresión de su cara le dolía pero continuó clavándosela hasta el fondo, crucé mis piernas alrededor de su cintura mientras levantaba mi cuerpo abrazándolo y girando su cuerpo le deposité sobre la cama frente a mí y yo entre sus piernas, besé sus labios mientras empujaba mi verga dentro de él, gimió mientras Diego apretaba mis hombros sobre su cuerpo, yo movía mi cintura y pelvis de forma continua saliendo y entrando de nuevo en su ano, notaba la presión del ano alrededor de mi polla dándome un placer inaudito, separo sus nalgas y suelto un resoplido corriéndome dentro de él, beso sus labios y voy bajando hasta chuparle la polla, poco después entierro mi cara entre sus nalgas saboreando mi propio semen mi lengua trabaja afanosamente, subo de nuevo mi cuerpo sobre el suyo y vuelvo a clavarme dentro de él, gime de nuevo, levanto su cuerpo con mis brazos juntándolo al mío pongo mis manos bajos sus nalgas  subo y bajo su cuerpo sobre mi polla masturbándome con su ano que se aprieta a su alrededor dándonos placer a los dos sus brazos aprietan mi espalda y su boca me come la oreja notando su gran excitación, su verga entre nuestros cuerpos se masturba de igual forma que la mía y me suelta: ¡Ya viene, ya viene! Acelero y terminamos los dos juntos soltando nuestro semen, yo dentro de él y él entre nuestros cuerpos, añade: ¡Quiero dormir con ella dentro!

Ya de noche me folló de nuevo y yo a él dejando mi verga dentro de su culo mientras cogíamos el sueño muy pegados. Cuando vi a Mauri supe que le había contado todo a Diego había desviado su mirada algo avergonzado por descubrirme frente a Diego, pero lo abracé diciéndole que no pasaba nada malo, más tarde se nos unió Diego y pasamos una tarde agradable.

Llegó un sobre y un paquete a mi nombre de una Notaría de Barcelona, una extensa carta me comunicaba el fallecimiento de mi padre de un derrame cerebral, me daban el pésame y me enviaban su última voluntad asegurándome que esto era solo para mí ya que mi madre y Roco, mi hermano habían recibido su parte, dentro un sobre con una tarjeta de crédito y un lápiz USB, abrí mi portátil y conecté el lápiz segundos después aparecía el rostro de mi padre con una media sonrisa, su cálida voz comentaba:

Sandro siento no haberte defendido más frente a mamá y Roco, sabes que siempre te he querido cómo mí hijo y espero que no me guardes rencor por ello, en el sobre encontrarás unas fotos además de la tarjeta de crédito, en ésta no hay demasiado pero lo fui apartando desde que eras pequeño a espaldas de mamá creo que al cambio debes tener en la cuenta 80.000 dólares y la clave es la fecha de tu marcha a EEUU, por otro lado tengo que sincerarme contigo, no somos tus padres fuiste adoptado nada más nacer, tú verdadero padre es un amigo mío crecimos juntos y yo estaba enamorado de él sin ser correspondido ya que nunca se lo dije y tu madre biológica es la hermana de mi esposa, que tuvo gemelos pero no se veía capaz de criar a dos bebes al mismo tiempo y le entregó uno a mamá junto con un montón de dinero, ése eras tú. La manipuladora de mi mujer me contó una sarta de mentiras, que descubrí con los años, eso no es excusa y lo siento mucho, no me odies por ello, al descubrir la verdad me refugié en la religión, pero era feliz de tener al hijo de mi amado conmigo, pero también te fallé, no sé si algún día podrás perdonarme por ser egoísta pero siempre te he querido mucho.

Por otro lado ni mi mujer ni Roco saben dónde te encuentras y no creo que se preocupen en buscarte mientras les dure el dinero, Roco seguramente se lo pulirá rápido entre sus amiguitos, las borracheras, las drogas y las juergas, en cuanto a mi mujer seguro que no tarda en ponerse las tetas más grandes ¡Ojalá se le revienten!

Tu gemelo creo que ahora se llama Jordan, antes todos le llamaban Gordi por estar grueso y también estan en California (EEUU). Hijo lo siento y te deseo lo mejor un fuerte beso.

Miré las fotos en una se veían a dos bebés iguales dentro de sus cunas del hospital y en la otra a un hombre atractivo con uno de los niños en brazos mirándolo con adoración. Con la foto en la mano me puse frente al espejo y tenía algunos rasgos de él, la nariz recta, pómulos marcados, ojos almendrados y un hoyuelo en cada lado de la comisura de los labios, era casi innegable que nos parecíamos bastante, aunque yo tengo el cabello mucho más claro. Luego abrí el paquete y allí estaba una urna con parte de las cenizas del que yo siempre pensé que era mi padre, la puse sobre la repisa con respeto lloré por él y también por mí.

Diego me encontró apesadumbrado y le conté todo, me intentó levantar el ánimo, entonces llamaron a mi móvil, era un tal Alejandro que me citaba para el día siguiente, supe inmediatamente de quien se trataba.


Hoy he salido bastante tarde del despacho tras terminar un gran proyecto para la empresa de Jordan, voy pensando en el trabajo terminado y estoy bastante satisfecho mientras me dirijo por los jardines veo a Jordan acompañado por Bali, el joven Ángel , Ramón y Mario con sus bolsas de deporte que regresan, supongo que van al ático del jefe, a medida que me acerco a ellos que hablan y ríen veo detrás un hombre encapuchado que se acerca a ellos deprisa con algo brillante en su mano y hecho a correr pasando entre ellos  quedándome pegado al encapuchado que soltaba: ¡Sólo eres mío, siempre serás mío, eres mi esclavo! Mis manos sobre sus hombros arrastraron la capucha abajo  y noté como el cuchillo se abría paso en mi cuerpo mientras decía con un hilillo de voz: ¡Roco siempre fui tuyo, pero me usaste y me vendiste…! De lejos mientras mi cuerpo se iba desplomando oí sollozos y otras voces que susurraban: ¡Abre los ojos, no te duermas, resiste, te pondrás bien! Todos estaban a mí alrededor pero casi encima Jordan era el que hablaba casi en gritos, alargué mi mano acariciando su mejilla diciendo: ¡Siempre fuiste muy guapo hermano! Mis ojos se nublaron y mi brazo se deslizó hasta el suelo…

Continuará.