A juan solo le abrieron la puerta de casa

Aprovechó las circunstancias, y todo lo que hacía era para conseguir un propósito, desvirgar a la joven que le habían confiado, y que las circunstancias le otorgaban mucha ventaja para lograrlo

A JUAN SOLO LE ABRIERON LA PUERTA DE CASA. ÉL ABRIÓ EL RESTO

Aprovechó las circunstancias, y todo lo que hacía era para conseguir un propósito, desvirgar a la joven que le habían confiado, y que las circunstancias le otorgaban mucha ventaja para lograrlo

Juan se preparaba,  lo había llamado su amigo Arturo, no sabía muy bien el problema que tenía, cuando le contestó a su llamada, estaba durmiendo, y con resaca. Habitual en él

Decidió afeitarse, no lo hacía desde hacía mucho tiempo, y no le gustaba el aspecto que tenía. Además si estaba seguro de que esa misma noche no había ligado nada, llevaba sin mojar, casi una semana, sin que una mujer se dignara a hablar con él, y ya dos meses desde la última vez.

Se miró al espejo, se miró lentamente, comprobando que estaba bien afeitado, y se echó una crema para que no se le irritara su piel. Aunque tenía una cara durísima para algunas cosas, tenía una piel sensible, que se irritaba con suma facilidad.

Tras mirarse una y otra vez, aprobó el resultado.

Se metió en la ducha, gratificante, y le dio vueltas a la idea de que llamaría a Juan y le inventaría una escusa, para no ir, no tenía ganas de aguantar a la hija, única, de Juan y de María, si ellos eran, por supuesto, encantadores, habían malcriado a esa chica y no tenía ganas de aguantarla.

Seguía divagando y buscando alguna respuesta, que le valiese de disculpa, y no ir. Siempre tenían una reunión, o que se había puesto enfermo un familiar, o un trabajo para la empresa, o un cliente que lo retrasaba, o un accidente, o un…….

De repente se paró, y se puso derecho. Un accidente?, se repetía……, salió de la ducha completamente mojado y llamo a Juan

-          Juan, como está?,

-          No, no , no te preocupes

-          Nada que ya voy de camino,

-          Pero que dices hombre si no me llamas ya sabes que me cabreo, dame el tiempo necesario, que estoy muy nervioso y no quiero tener yo el accidente.

-          Por supuesto hablamos cuando llegue

Estaba realmente aturdido, de repente se había acordado lo que le había dicho su amigo Juan, al fin y al cabo nunca le había llamado por llamar, y siempre le había ayudado cuando él lo necesitaba.

María había tenido un accidente de tráfico, y la llevaban a un hospital en ambulancia. Al parecer ella estaba bien, no se encontraba mal, pero los guardias que atendieron el accidente, no se fiaban y querían comprobar que no le pasase nada.

Le habían dicho que no se preocupara por los costes pues los cubriría el seguro de los vehículos, y que iría a un hospital privado, que así sería atendida rápidamente, y obrarían en consecuencia.

Seguro que María estaría ya en el Hospital, y estaría aturdida y angustiada por lo que había pasado.

Para seguir con la disculpa dada, del fondo de reserva cogió dinero más que suficiente como para correrse una juerga de varios días, a un ritmo de gasto ofensivo dada la crisis Tomó un taxi, y le mostró un billete de 50€ al taxista diciéndole

-          Lo ve? Independientemente de lo que cueste la carrera esto es de propina si me lleva a la dirección que le di, lo más rápido que pueda…., y si llegamos en 15 minutos, le añado 30€ más!

-          Y la multa quién la paga? Y los puntos si me los quitan qué? (En España, según el código, dan 12 puntos a cada conductor, y según las infracciones que puedan cometer, se le restan puntos. Si pierden todos no pueden conducir, y tienen que hacer cursos para recuperarlos.)

-          Vale tiene razón, pare allí en esa esquina que tomo otro taxi…

El taxista no esperaba esta contestación y lo miró por el espejo, murmullo algo, y de pronto tomó una calle con un giro de volante que desestabilizo a Juan, haciendo que se desplazara en el asiento de un lado a otro del coche, pues no llevaba puesto el cinturón.

La velocidad, era de vértigo, y ahora si se sentía asustado. Pasaron los minutos y al poco, tan sólo doce minutos más tarde, llegaron a su destino.

Calculó y habían llevado una media de 100 km/h. lo que quiere decir, que sin duda, había alcanzado en algún momento los 150 Km./h. por el casco urbano, por calles sumamente estrechas, por donde solo tienen el ancho para que pase el bus.  Como para darle una paliza al cabrón del taxista.

Le pagó la carrera, miro el reloj, y vio que había cumplido muy bien lo pactado, le dio los 50€ de propina, y le dio otros 50€ mas. Le pidió una tarjeta con su número,

-          Nunca se sabe, y seguro que lo vuelvo a necesitar en algún momento….., y naturalmente tendrá propina

-          Pues no se hable más. Un placer hacer trato con caballeros. Y me llama a cualquier hora del día o de la noche, que el taxi es mío, y me pongo los horarios que me salen de los cojones. A mandar!

Se alejo muy despacio de donde dejó a Juan, que se sorprendió al ver a algunas personas como lo miraban, pues la llegada había sido espectacular.

-          Venga Arturo, vete y me cuentas luego. Acuérdate y llámame por teléfono, para decirme como está María…., Algo que deba saber?

-          Si ve a buscar a Sofi al colegio que no sabe nada, y no quiero que se encuentre de golpe con todo.

-          Vale salgo ahora mismo, ya bajo contigo

Bajaron a la calle, y Arturo se subió al coche, y Juan le dijo

-          Con lo nervioso que me puse he preferido venir en taxi

-          Normal, normal…., crees que yo también debería ir en taxi?

Miró el flamante coche de su amigo, y le dijo

-          Pues no sé hasta cierto punto deberías

-          Tienes razón

-          Se me ocurre que para no perder el tiempo, te llevo yo al hospital, y luego recojo a Sofi, pues al fin y al cabo, la chica no es tan urgente.

Aceptando de inmediato, si pensar que como era posible que a Juan se le pasasen los nervios de repente, dejo que su amigo tomase el volante y se encargase de llevarlo hasta el hospital, y se tranquilizó, por lo bien que conducía, y por sentirse seguro.

-          Ya estamos Arturo, ahora voy a por Sofi. La invitaré a comer, y ya veré donde la llevo.

-          Gracias

Sin más, se bajó del coche, y se encaminó a la entrada de urgencias del hospital.

Juan había llegado al colegio a recoger a la jovencita, a la caprichosa chica, que no tenía ganas de aguantar.

Y para colmo Sofi no lo tragaba, pues decía que lo había visto mirándole el culo a su madre más de una vez, y que era un cerdo.

Siempre le contestaba mal, y siempre tenían bronca.

Como se ponga tonta le planto una torta que la dejo sentada y callada.

Llegó al colegio de Sofi, y decidió que no esperaría más. Faltaba más de media mañana para que se acabasen las clases, y a la tarde seguro que habría clases también, pero le dio igual. Dejó el coche aparcado en el lugar destinado a los profesores, detrás del puesto del Director y del Jefe de Estudios. Ambos conocían a Juan, y fue Juan quien le habló a Arturo del colegio para que matriculasen a la chica. El coche lo dejo atravesado, impidiendo que saliesen de su plaza de aparcamiento los coches, y como no, impidiendo el paso a cualquier vehículo que intentase pasar por allí.

-          Tengo que hablar con el director Urgentemente – le dijo al conserje

-           Está dando clase

-          A ver si me entiende, le estoy diciendo U R G E N T E

-          Está dando clase

Juan tomó el teléfono, y llamo al teléfono del director, que dio señal de llamada, pero nadie lo descolgaba. Colgó y llamó al Jefe de Estudios.

-          Pedro estoy en el colegio, por una emergencia, le estoy diciendo a una persona con uniforme que está detrás del mostrador, y no lo quiere avisar.

-          Qué! espera un momento que voy en seguida

Al poco se presentaban en el mostrador el Jefe de Estudios y el Director, saludaron a Juan y mirando al conserje le espetaron

-          Estoy hasta los cojones de que siempre haga lo mismo. Esto ha sido la gota que colmó el vaso.

-          Pero….

-          Se va a casa por tres meses sin sueldo, y como me diga algo, se va definitivamente, y que me pidan los informes que ya verá lo contento que queda.

-          A mí me recomendó….

-          Me importa una mierda, quién lo recomendó que lo contrate él si quiere!

Les dieron la espalda y se pusieron a hablar con Juan que alucinaba un poco con todo, y por el cabreo que tenía, le espetó al conserje

-          El que lo recomendó que le recomiende un buen abogado, que le va a hacer buena falta

El hombre se puso blanco como el papel, y escucharon como descolgaba el teléfono y preguntaba por un conocidísimo político que resultaba estaba reunido pero lo llamaría de inmediato.

Juan les explico todo lo que sucedía, y Pedro el Jefe de estudios, se apresuró a ir a la clase de la niña a buscarla.

Al poco bajaban y Sofi, tenía cara de preocupación, que se aumento, y empezaban a caer unas lágrimas al ver a Juan, pues entendía que algo malo, muy malo debía de pasar para que la fuera a buscar.

-          Hola Sofi

-          Qué ha pasado?

-          Hablamos fuera, pero te adelanto que no ha pasado nada que se pueda decir como muy grave, ni tan siquiera grave

-          Me lo dices en serio o para tranquilizarme

-          Ya me conoces y sabes que no me ando con rodeos, y no digo una cosa por otra. Te lo digo para que te tranquilices, y porque es verdad

La tomó de la mano, dio gracias a sus amigos, se corrían sus buenas juergas casi todos los fines de semana, y se dirigió al coche con ella de la mano. Le abrió la puerta, y le dio pena pues tenía cara de preocupación.

Al sentarse, Sofi mostro los muslo hasta su braguita, y Juan se recreó la vista, pues tenía buenas piernas, la verdad es que tenía buena figura la puñetera, se dijo a si mismo

Tampoco pasó por alto el escote de la niña, que dejó ver los pechitos, tapados con el sujetador, a juego con la braguita, de corazoncitos rosa, y que su blusa, desabrochada hasta la mitad de los pechos, se separó generosamente, permitiendo su visión.

Ahora conducía despacio, por una calle poco transitada dada la hora, era temprano, y la verdad no tenía muchas ganas de aguantar a la puñetera mocosa, que siempre tenía que protestar por todo, llevaba ya varios minutos, y de momento la chica no había dicho nada, ni una palabra.

La miró de reojo, y se dio cuenta de que estaba llorando en silencio, a mares, le dio su pañuelo

-          Gracias – le dijo casi en un susurro

-          No te engaño de verdad, estate tranquila, sabes vamos a hacer una cosa, voy a aparcar allí, y pensaremos que haremos en todo el día.

-          Vale

Aparco el coche y respiró profundamente, miró hacia la chica, y la verdad es que se dio cuenta de lo mal que lo estaba pasando.

-          Tenemos que ver lo que vamos a hacer, lo primero llevarnos bien y sin discusiones, esta es una situación que la llamaremos como poco corriente, nada más, nada de grave, ni de cosas por el estilo. Estas llorando seguido, y eso me molesta muchísimo. Comprenderás que no me gusta verte llorar, ni tan angustiada. Parece que no me crees lo que te digo

-          No lo puedo evitar, lo siento – y se puso a llorar amargamente

Juan si se conmovió, y se acercó a la joven, abrazándola, en una postura bastante incómoda. La chica agradeció el abrazo, y le correspondió al sentirse consolada, abrazando por el cuello a Juan, y girando su cuerpo hacia él, por lo que para estar más cómoda, subió su pierna sobre el asiento, dejando al aire todo el muslo, y parte del que tenia con el pie en el suelo.

Juan, que le acariciaba, sin intención ninguna el costado de la niña, se dio cuenta que dado lo menuda que era, su mano le acariciaba, el lateral de su pecho, pero no se daba cuenta de su caricia. Puso su otra mano en el muslo de la chica y acariciándoselo, muy suavemente, y viendo como Sofi no protestaba, dejo que se escapasen algunos de sus dedos por debajo de la faldita vaquera, y rozando, casi imperceptiblemente sus braguitas. La verdad es que estaba buenísima la mocosa.

Al darse cuenta Juan paró y dejo su mano en esa posición, y sin dejar de abrazar a la joven, le dijo en un susurro, acercándola y estrechándola con más fuerza si cabe.

-          Sofi se me acaba de ocurrir una idea

-          Cual?

-          Verás, como tu padre es un despistado, se me ocurre ir al hospital y ver cómo va todo, así te das cuenta de que no pasa nada, y solo está allí para evitar problemas, que se tranquilice tu madre y convencerla de que se quede allí el tiempo necesario, y estar seguros de que tu madre está perfectamente. Qué te parece?

-          Si por favor – le dijo Sofi, con cara de ilusión y con media sonrisa

-          Pues vamos, que para luego es tarde, pero me tienes que prometer que te comportarás como Dios manda, y nada de espectáculos

-          Te lo prometo

-          Cuando te diga que nos vamos, sin protestar y nos vamos, al fin y al cabo es un hospital

-          De acuerdo

-          Y si no podemos ver a tu madre, pues nada de jaleos, no podemos y no podemos

-          Vale, pero hablamos con papá. Verdad?

-          Por supuesto, y hablarás tu con él, directamente, en persona, y le darás un abrazo y le dirás que no se preocupe, que cuide y se preocupe de mamá, que de ti no se tiene que preocupar, que para eso me llamó, para que te haga compañía, y no te deje. Así estará tranquilo y solo se preocupará de lo que en verdad es importante en estos momentos, tu madre.

-          Claro te lo prometo y haré todo lo que digas

-          Estupendo – dijo Juan dando un apretón en el hombro de la niña

En un gesto de agradecimiento, la niña le dio un beso en la mejilla, pero coincidiendo con el apretón, el beso se lo dio rozando los labios de Juan, casi la mitad de ellos, y el resto en el rostro, además de que con el movimiento, el roce de los dedos de Juan, fue algo mayor en la braguita de la joven, dándose cuenta de que tenía todo mucho más desarrollado de lo que él creía, todo su cuerpo!.

-          Pues vamos – dijo y al empezar a separarse notó como su pene estaba completamente en erección.

Todo involuntario, hasta el momento, pues ahora con los acontecimientos, se le metió en la cabeza el poder disfrutar del cuerpo de esa chica, a toda costa.

De reojo miro a Sofi y la cazó mirando hacia su pene, pues sin duda lo había notado, y tenía cara de extrañeza. Para no dejar pasar el tiempo, y por puro gusto, y seguir con su plan, posó su mano en el muslo de la niña, que le había quedado muy al descubierto al acomodarse de nuevo en el asiento, y dando unas palmaditas, que sonaron a gloria para Juan, y acariciando muy suavemente su pierna, le decía

-          Ya verás cómo va todo bien

-          Vale!

Dos horas después, le decía a Arturo, con Sofi delante

-          Mira a mi me parece muy lógico que quieran que se quede a pasar la noche en el hospital, las pruebas no dan nada malo, pero mejor cerciorarse. Así que tú también te quedas, y Sofi se viene a dormir a mi casa, y tú estarás tranquilo y sin ninguna otra preocupación.

-          Pero es un abuso

-          Como un abuso para eso están los amigos

-          Pero……

Sofi miraba a los dos sin decir ni una palabra se estaba portando mucho mejor de lo que se esperaba

-          Mira, no te hago ningún favor, tengo la casa sucia, está sucia de verdad, y así me llevo a la gruñona y la pongo a limpiar toda la casa a fondo

Miró a Sofi que estaba asombrada mirándolo fijamente con la boca abierta por la sorpresa

Jajajajaja se rieron el padre y Juan, que de nuevo la tomó por el hombro, y dándole un beso en la frente le dijo

-          No ves que estoy bromeando, lo que si es que te vienes a dormir a casa y pasamos juntos todo el tiempo, mañana no vas al cole, nos vamos de excursión, total tenemos recomendación con los jefes del cole!

-          Y no me dicen nada?

-          Nada, total eres una mocosa

-          SOY MUY MADURA PARA LA EDAD QUE TENGO! LO DICE SIEMPRE PAPA!- le dijo en tono enfadada

Se despidieron de Arturo, que se quedó tranquilo, y confiado, era bueno tener un amigo como Juan, y dirigiéndose hacia la habitación de su mujer, vio como salían del hospital su hijita, y Juan quien no la soltaba del hombro, y se decía que estaba en buenas manos.

Fueron a comer a un buen restaurante, de lujo, donde Sofi, a pesar de ir vestida con su falda vaquera y camisa por fuera de la faldita, que tenía el mismo largo, o casi.

Pidieron, y dejó que Sofi pidiese lo que le viniese en gana. Tomó, Sofi, dos postres, y Juan no le dejó un tercero por si le sentaba mal, a cambio pidió un chupito de un licor dulce, y le dejaría probarlo.

Con una sonrisa cómplice, aceptó, y cuando le pusieron el chupito, se lo pasó, y le dijo, pruébalo, pero solo un sorbito.

Sofi probo, mojo los labios y saboreó por si no le gustaba. Lo encontró fresquito y, muy dulce, por lo que aprovecho que Juan parecía no intentar quitarle el vasito, lo acerco de nuevo a sus labios, y lo bebió de un solo trago. Miró a Juan, que la miraba con la boca abierta, y asombrado, y posó el vasito delante mismo de él, al tiempo que un camarero se acercaba, y le rellenaba la copa diciéndole

-          Me alegro que le guste señor, si me permite esta es por cuenta de la casa

-          Gracias –musitó Juan viendo como Sofi aguantaba la risa, y se ponía completamente colorada. Por el esfuerzo

Decidieron ir a dar un paseo y se acercaron a una playa que estaba bastante lejos, como a casi dos horas de donde  vivían. Esa playa solía ir Juan de vez en cuando, y la verdad se estaba quedando sin recursos para entretener a la jovencita.

Fueron por la zona de los acantilados y vieron como rompían las olas, con una fuerza enorme.

El tiempo se les echo encima, y decidieron volver a casa.

Al llegar preparo algo de cena, y como para brindar por lo bien que lo habían pasado y lo bien que se habían llevado, le dijo

-          Si te portas bien y no dices nada te dejo probar el champagne

-          Pero el de verdad, porque ya probé el cava

-          Anda con la tía esta! Y se puede saber dónde y quien te lo ha dado

-          En casa por navidad

-          Ah bueno si es así. Vale pero es champagne de verdad, de Francia, pero nada más que el culito de la copa, que ya he visto como me has robado mi chupito.

-          Jajaja, vale el culito – le contestó coqueta

Cenaron, y bebieron champagne, y Juan que siempre aprovechaba la ocasión para rozar el cuerpo de la joven, cosa que a Sofi le gustaba, pues sus pezoncitos así lo decían, rellenaba la copa de Sofi, culito tras culito, dejando que bebiese mucho más de lo que tenía planeado. O en este caso, si lo tenía planeado.

-          Bueno ahora es hora de que nos vayamos  a la cama!

-          Jajajajajaja

-          De que te ríes?

-          Quieres que nos vayamos a la cama, jajajajaja se burlaba Sofi

-          No seas boba ya sabes a lo que me refiero.

-          Jajajaja hay un problema jajajaja – la bebida provocaba una risa fácil en la pequeña,

-          Cual?

-          Que no tengo pijama ni camisón, y como no me des una sorpresa y me digas que tu si tienes camisón…., prugff jajajajajajaja

La risa de Sofi era sumamente fresca y contagiosa

-          Te daré una de mis camisas para que la uses como camisón, o como pijama.

-          Jajajaja

Sofi se fue a dormir y se puso la camisa de Juan

Que atractiva estaba, por mucho que se abotonara hasta arriba, el escote enseñaba la práctica totalidad de sus tetitas, que veía que estaban de punta, y se marcaban fuertemente en la camisa

Por otra parte el largo de la camisa le llegaba a algo más de medio muslo, y las mangas remangadas, por los codos. La camisa era de un tono azul muy, muy clarito, no habitual.

Le sentaba a Sofi de vicio, con su pelo rubio sus ojos súper azules, como cristalinos, y su piel tostadita por el sol, la visión que ofrecía era muy suculenta.

Estaba muy desarrollada para sus trece años, bueno casi catorce, de altura 1,65 m. su cintura muy marcada, y los pechitos, no eran tan pechitos, con satisfacción y agrado lo había comprobado Juan a lo largo de toda la tarde.

Estaba descalza, y había bajado al salón para dar las buenas noches. Se acercó a Juan y le dio un beso, se lo intentó dar en la cara, pero esta vez Juan estaba atento, y giró lo suficiente la cara para que se lo diese en los labios, de lleno. Al probar así los labios de la pequeña, un escalofrió de lujuria recorrió la espalda del hombre, desde la nuca hasta el final de la columna, a la vez que su polla se erguía automáticamente, rozando en e costado de Sofi.

-          Sofi que haces boba que no soy tu novio!

-          Fue sin querer jooooo!

Contestó la joven asumiendo la responsabilidad del “accidente” aunque no tenía que ver nada en absoluto, pues fue él el responsable del mismo.

Dada lo bebida que estaba, perdió el equilibrio y se caía hacia los lados, por lo que se sentó en las piernas de Juan como lo hacía en casa con su padre. Esta vez no era lo mismo, pero trató al hombre con la misma familiaridad, y porque sentía curiosidad por el tremendo bulto que tenia Juan, y nunca lo había notado en su padre. Ahora sentada en sus rodillas se restregaba disimuladamente con su pierna ese bulto, que se ponía más grande y más duro, cada vez que se movía. Juan estaba ya en pantalón de pijama, y nada en la parte de arriba, lo que provocaba la facilidad con que se podía notar los roces que provocaba la joven, y que Juan no pasaba por alto los esfuerzos de la chiquilla por provocar los mismos, aunque se daba cuenta de que eran por curiosidad nada más.

Le dio completamente la espalda, y tomo de la mesa el refresco que estaba tomando antes, para darle el último trago, y noto como el bulto estaba ahora en su culito, entre las nalgas.

Sin saber el motivo, y de forma más involuntaria que otra cosa se movió para acomodarlo mejor entre sus glúteos, provocando en Juan una placentera presión, que así mismo hacía que se mantuviese alerta, para no cometer un error.

La chica se echo hacia atrás, apoyando la cabeza de una forma un tanto forzada en el hombro de Juan y lo miraba a la cara, mientras hablaban, dejando sus bocas muy cerca la una de la otra. Juan la abrazaba, rodeando sus brazos por el vientre de la joven, y tratándola como si fuese una niña.

Dejó resbalar sus manos hacia las piernas, y Sofi las tomó entre las suyas y las dejó sobre sus ingles, sin darse cuenta del juego en el que ella se había metido.

-          Y que vamos a hacer mañana?

-          Pues no lo sé, no se me ha ocurrido nada

-          Podemos ir de compras a …….., que acaba de abrir un centro nuevo, y hay unas ofertas de muerte.

Las manos de Juan tocaban por debajo de la camisa las piernas y las braguitas de la chica, que por el placer que sentía, se dejaba acariciar, y las llevaba ella misma, las guiaba, y las rozaba mas fuerte sobre sus partes intimas, aunque más bien era una presión, no una fricción.

Noto Juan como se estaba humedeciendo, como respondía a los estímulos. Y notaba su polla a punto de reventar.

-          Tengo que ir al baño, tengo pipí!

De repente sin más la joven se levantó y corrió hacia el baño, mostrando su culito. Y algo más. La niña tenía prisa en llegar al cuarto de baño, pues era tanta su humedad, que pensó que se había escapado algo de pipí, como decía ella-

Notó la cantidad de humedad, pero no era pis como creía, pero no podía seguir así, pues le daría vergüenza que Juan pensase que se había orinado encima.

Se miró Juan el paquete, estaba enorme, la muy puta estaba jugando con él de una forma voluntaria o no, pero lo iba a pagar. Por cojones que Sofi lo iba a pagar.

-          Me voy a la cama!, mañana tempranito vale?

Sin dejar más opción vio como subía la chica a la habitación que le había designado. Mientras subía la escalera Sofi, cogió el teléfono le dio a re-llamada, y sólo al primer tono contestó Arturo

-          Cómo va todo Arturo?

-          No, no, no, no vayas por ese camino que no. Si me tengo que quedar con Sofi todo un año pues me quedo, que es una chica encantadora y no da la lata para nada.

Al escuchar a Juan hablar, bajo corriendo y se puso delante de él, como quería escuchar lo que decía, se sentó sobre Juan a horcajadas, y de frente a Juan. Y se pegó lo máximo posible a él, posando su pubis en el garrote de Juan, que se estremeció, y le hizo cambiar la voz, intentó separarse pero le agarro Sofi por el cuello pegando su oreja al teléfono, y pegando sus tetitas, a la vez que se le desabrochaba el botón de la camisa dejando una al aire, y por consiguiente haciendo contacto directo con el pecho de Juan.

-          Espera un momento por favor. Resulta que nos ha oído Sofi y te quiere dar las buenas noches, habla con ella y dale las buenas noticias anda.

Escucho como la joven hablaba con su padre, y como se le llenaban los ojos de lágrimas, por las noticias que le daban, se puso contentísima y empezó a dar saltitos encima de la poya de Juan. Quien no pudiendo soportarlo, le tomo las caderas, Levantando la camisa y dejando al aire su braguita, que era muy ligera, y marcaba perfectamente los labios vaginales, y un bultito que Juan recreándose con la visión se dio cuenta que era el clítoris, que intentaba rozar constantemente con la poya de Juan.

-          Vale mañana hablamos

-          Si, si

-          Ahora te lo pongo

-          Pone que papa te quiere decir algo

Le pasó el teléfono a Juan, y se recostó encima del hombre abrazándole del cuello, y apretando y suspirando de una forma extraña

-          Dime Arturo

-          No,

-          Que no

-          Hombre si tu quieres hago lo que me dices que para eso es tu hija, pero me molesta un poco, pues parece que no te fías de mi y que

-          Claro que sí que lo parece

-           Como que no. Me estás diciendo que su tía va a venir a por ella, desde el culo del mundo a cientos de kilómetros.

-          Coño….., pues querrá ver a su hermana coño!

-          Vale hacemos una cosa, que se venga a mi casa a dormir, que no vaya a un hotel y estará con Sofi

-          Claro

-          Que no jodido

-          Que pesado

-          No le des trabajo a tu cuñada que vendrá preocupada y querrá estar con su hermana no seas tonto y piensa un poco en tu mujer y lo bien que le viene estar con su hermana y contigo

-          Hablamos mañana que nos acercaremos a ver a María, bueno y a ti aunque no lo merezcas por gilipoyas.

Colgó, y seguía aferrado de la cadera por la mano que no tenía el teléfono. Casi tiró el teléfono, y cogió con la otra mano la cinturita de clara, Le beso el cuello y le dijo

-          Estas bien?

-          Me pasa algo raro

-          Y que te pasa?

-          No lo sé pero es raro

-          Pero te duele algo?

-          Noooooo.. Me encanta, pero es raro

-          Pues si no me explicas no te puedo ayudar

La joven empezó a mover sus caderitas, rozando sus genitales con la superpolla de Juan, que a estas alturas estaba por reventar.

-          Que haces niña?

-          Ves, toco eso que tienes y me gusta

-          Nunca viste eso? Nunca has sentido eso? Es la primera vez?

-          Nooo, dijo suspirando la niña

-          Sepárate que te explico vale?

-          Si pero dime que tienes allí?

-          Donde? Señálalo

-          Aquí! – dijo la niña cogiendo con dos dedos de su manita la polla de Juan

-          No sabes lo que es nunca lo has visto nunca?

-          Nooo

-          Pero tú no has tenido novio?, nunca te ha acariciado? Nunca has llegado a un orgasmo?

-          No, lo he leído y se dé que va, bueno más o menos pero no, y nunca he tenido novio. Bueno un beso o dos a un chico, pero no se puede decir que éramos novios, me lo pidió por favor…., y….

-          Te gustó?

-           No mucho… Pero me vas a explicar todo verdad?

-          Despacito y con buena letra

-          Y me lo vas a enseñar verdad?

-          Si y tú te quitarás las braguitas para decirte como se llama lo que tienes allí, y te lo voy mostrando, si tu quieres,

-          Si, venga si quiero

-          Pero como comprenderás que esto de lo que hablamos hay gente, incluido tus padres, tu tía y……

-          Quieres que no diga nada verdad?

-          Exacto

-          Te lo prometo

Al decirlo se fue separando del pecho del hombre y los movimientos de la cadera eran ya más suaves, pero continuos, y sus ojos estaban entrecerrados y no los abría pues lo que sentía se lo impedía

-          Bueno pues verás……