A escondidas con mi hermanastro 4

“Oh, mierda… hermanita… sigue… me voy a venir en tu boca… ¿eso es lo que quieres?” susurraba casi desesperado, gimiendo, cerrando los ojos y abriendo más la boca. Sí, dámela, quería responderle pero no quería sacarlo de mi boca.

Me había vuelto adicta al sexo con Lucas. No podía pensar en otra cosa durante el día y no podía desear otra cosa por las noches.

Me encontraba en el pasillo que separa mi cuarto del de Lucas y Carlitos. Llevaba una hora peleando conmigo misma en la cama, tocándome para ver si se me pasaba la calentura y no decidía lo que había terminado por decidir. Hace solo dos días que Lucas me había cogido en mi cama la última vez, cuando supo que estaba despierta, y no había vuelto. Durante el día lo había visto muy poco, casi nada, y nunca hicimos contacto visual. Yo me estaba muriendo por probarlo, tenía fantasías con él y su pene en mi boca, así que hacia 5 minutos que estaba frente a su puerta, decidiendo cómo iba a jugar mi siguiente movimiento.

Debían ser cerca de las 2 de la madrugada.

Puse suavemente la mano en el pomo de la puerta y giré con toda la lentitud que pude. El cuarto estaba aún más oscuro que el pasillo, así que me quedé ahí un momento mientras mis ojos se acostumbraban a la poca luz. Visualicé rápidamente las dos camas, la de Carlitos estaba primero y casi no lo veía entre el mundo de sábanas y peluches. La de Lucas estaba después, a él lo vi claramente, en modo estrella de mar sobre su sábana, en bóxer y más nada. Hasta ahora no lo había visto desnudo, hacia todavía frío para ir a la playa y él nunca andaba sin camisa en la casa, así que no había podido apreciar su torso bien definido y sus piernas… oh… sus piernas, uno podría decir que era futbolista.

Avancé lentamente, mirando el piso para no tropezar pero también a él para no despertarlo. Si él puede colarse en mi cama, yo también me puedo colar en la de él… con suerte, fingirá que duerme. Qué vergüenza todo esto. Pensaba mientras me acercaba hasta estar justo delante de él. Me lo quedé mirando un rato, no había nada que me indicara que estuviera despierto, respiraba suavemente y no se movía. Así que tomé valor, esto era lo que quería, al fin y al cabo. Me arrodillé en el suelo, al lado de su cama, a la altura de su cadera… y alargué las manos hacia su abdomen. Rocé su piel, que suave era. Al mismo tiempo que vigilaba su respiración, deslicé mis dedos por debajo de su bóxer para tirar un poco hacia abajo. No hubo resultado ni cambio. Lo intenté esta vez, inclinándome un poco sobre él, y colé mi mano por debajo de su bóxer, rozando su vientre bajo y encontré lo que buscaba… su sexo. Solo que no estaba duro, como yo lo conocía, sino más blando… ufff, cómo me pone todo esto . Sentí que me comenzaba a mojar.

Saqué su pene todavía blando y comencé a moverlo como había visto en películas porno. Nunca en mi vida había tenido un pene en mi mano pero debía estar haciendo un buen trabajo porque se comenzó a endurecer y agrandar. Oh, sí, Lucas todavía respiraba igual pero su pene me estaba diciendo que así se hacía. Seguí con mi vaivén hasta que estuvo completamente rígido, se sostenía solo y comenzó a palpitar tan bien como yo ya conocía. Es ahora o nunca, vi la cara de Lucas completamente quieta y me lancé, coloqué la punta de su sexo en mis labios, saqué lentamente la lengua y lo saboreé. Era un sabor entre salado y dulce, mmm… no podía creer lo que estaba haciendo pero seguí lamiendo toda la punta. Mi amiga de colegio me había dicho una vez que era como comer helado… así que, entrada en confianza, comencé a chuparlo suavemente.

La respiración de Lucas se detuvo, aun con su pene en la boca giré para verlo, él no abrió los ojos. Se removió un poco en la cama y se volvió a quedar quieto. Yo seguí en mi tarea, dedicada a mi actividad. Mmm… gemí cuando sentí que comenzaba a humedecer mi tanga.

“Mmm…” Lucas gimió en respuesta y su pene palpitó en mi boca. Me congelé y lo volví a mirar, esta vez él tenía los ojos abiertos y miraba el techo. Esperé que hiciera otra cosa, y lo hizo… movió su mano hacia mi cabeza y me empujó suavemente hacia su sexo sin mirarme. Yo obedecí y lo volví a introducir en mi boca, aliviada, apenada… y completa y totalmente excitada. Deslicé una mano hacia mi sexo mientras chupaba. Que rico era todo esto, Lucas bien duro en mi boca, mis dedos jugando con mi sexo. No podía creer que mi hermanito menor estuviera a un metro, mi mamá en el segundo piso y yo ahí… chupando y lamiendo una verga como si no hubiera un mañana. Lucas me tenía agarrada de la nuca, guiándome mientras yo subía y bajaba, sentía su respiración agitada y vi cómo cerraba el puño sobre la sabana con su mano libre. También lo estaba disfrutando. “Oh… no pares…” susurró.

No sé por qué su voz me parecía tan sexy, era ronca, baja, dándome órdenes… ufff.

“Mmm” volví a gemir sobre su sexo y aumenté la fuerza de la succión.

“No pares” repitió en una súplica, su mano presionando ahora el alto de mi cabeza, bajándome cada vez que yo subía. “No pares… no pares… no pares… mmm… mierda… sí, sí, así…” me decía, desesperado, sentía cómo apretaba las piernas, las manos, el abdomen… giré un poco mi cabeza para verle el rostro. Él miraba al techo todavía, cerrando y abriendo la boca cuando el placer aumentaba.

“Mmm” gemí porque yo también me sentía muy cerca del orgasmo.

“Oh, mierda… hermanita… sigue… me voy a venir en tu boca… ¿eso es lo que quieres?” susurraba casi desesperado, gimiendo, cerrando los ojos y abriendo más la boca. Sí, dámela, quería responderle pero no quería sacarlo de mi boca. “Uhm… Si no es lo que quieres tienes que parar ya porque me voy a venir…Mmm… Natalia… mierda… Natalia… me voy a venir… Oh… Mmm… Mmm… que rico” viendo que yo no me iba a detener, se dejó ir y sentí la primer descarga golpear en el fondo de mi garganta.

Oh, sí, que rico , pensé mientras gemía y lo miraba. En ese momento nuestras miradas se cruzaron, mientras él dejaba toda su descarga en mi boca y yo comenzaba a tragarla. Que sabor tan delicioso tenía este hombre. Yo seguí tragando al ritmo que él me llenaba la boca de su semen, parecía que no iba a tener fin. Cuando sentí que había terminado, sin dejar de mirarlo a los ojos, succioné lentamente para limpiarlo. Él abrió aún más los ojos e hizo una “o” con su boca, sorprendido, agradecido me gustaría pensar porque enseguida me sonrió.

Bueno, elevé mi cabeza y me lo quedé mirando un tanto perdida en qué hacer ahora. Le acaba de hacer una mamada a mi hermanastro, seguía arrodillada a su cama y… ¿qué hacía? Me pareció un poco cómica la situación y aparentemente a él también.

“Ven aquí” dijo de repente Lucas, sentándose en la cama, tomándome por los brazos y alzándome hacia la cama. Me dio la vuelta para que quedara acostada del otro lado, desde esta posición si mi hermanito pequeño abría los ojos solo vería a Lucas de medio lado. Lucas y yo quedamos a la misma altura, yo atrapada entre sus brazos, rostro a rostro, pecho a pecho. Mi respiración agitada y sus ojos profundos sobre los míos. Se acercó, sentí su respiración en mi nariz, en mis labios… entreabrí los labios mirando los de él y me besó. Nuestro primer beso, aunque ya habíamos cogido 2 veces y yo le había dado sexo oral. Primero fue un beso dulce, suave… pero conforme nos adentrábamos en él aumentó el deseo y la intensidad, su lengua se encontró con la mía. “Mmm” gimió, asumo que sintió su sabor en mi boca. Casi sin pensarlo subí mi pierna en la suya, lo atrapé por el cuello halándolo más hacia mí. Él comenzó a perder sus manos en mi cuerpo, enredado en mi pijama de short y blusa, buscando mis curvas.

“Oh…” gemí sorprendida cuando encontró mi clítoris que tan bien lo trataba. Pasó dos dedos por todo mi sexo hasta encontrar mi vagina y los introdujo sin dificultad. “Mmm” respondí.

“Sí que estás lista” dijo contra mi cuello. Comenzó a masturbarme, adentro, afuera, adentro, afuera, clítoris, adentro, afuera, clítoris, adentro, afuera, adentro, afuera. Era un dios y me estaba volviendo loca. Empezó a besarme el cuello, el pecho y sacó uno de mis senos de la blusa, encontró mi pezón hinchado y listo para él. Lo chupaba, lo lamía, como yo había hecho con su sexo, sin darme descanso con sus dedos.

“Estoy cerca” le anuncié entre gemidos, al oído, me moría de vergüenza pero también de ganas de correrme y no quería que parara por nada del mundo. Era la primera vez que le hablaba durante nuestras sesiones así que pude ver asombro en su rostro pero también excitación. Todavía tenía dos dedos dentro de mí pero movió el pulgar hacia mi clítoris, masajeándolo al mismo tiempo, y sentí presión nuevamente en mi punto G. Tuve que agarrarme a él por los hombros, girar la cabeza hacia la almohada y morder porque el orgasmo me tomó por sorpresa. “Mmm!” gemí deliciosamente mientras todo mi cuerpo se estremecía, él no se detuvo enseguida, así que la sensación se prolongó un rato más. Cuando sacó sus dedos de mí, casi me sentí aliviada porque estaba aturdida por el placer. Pero él me besó enseguida, tomando mis nalgas con su mano y apretándome contra él. “Oh” exclamé cuando sentí su sexo presionar contra mi pelvis, ¡ya estaba duro otra vez!

“Así me pones” susurró. Tomó mi pierna y la subió más hacia su cadera, justo en ese momento me di cuenta que ya no traía el short, ¿en qué momento me lo había quitado? Sentí la punta de su sexo contra la entrada de mi vagina, frotando, humedeciéndome más de lo que ya estaba, con una mano lo manejaba y con la otra me tenía bien fuerte del cuello mientras me besaba.

“Mmm” gemí contra su boca cuando me penetró. Que rico todo esto , pensé mientras Lucas comenzaba a bombearme. Lo rodeé con mis brazos por la espalda, alcanzando toda la piel que podía, besándolo en el cuello, los hombros. El morbo de la situación me ponía caliente, saber a nuestra familia ahí mismo, dormidos, mientras él me cogía… “mmm… uhm…” comencé a gemir casi incontrolablemente mientras me la metía. “Mmm…uhm…mmm… oh… que rico” dije sin pensar y comencé a moverme a su ritmo, encontrándolo en cada embestida.

“Mierda, no, espera” dijo y se detuvo en seco. Antes de darme cuenta lo que estaba pasando, estaba siendo arrastrada medio desnuda fuera de la habitación. ¿Habíamos ido muy lejos? ¿Me iba a sacar de su habitación y decirme que todo esto estaba muy mal?

MUY PRONTO QUINTA PARTE!

Leo y disfruto sus comentarios, se aceptan sugerencias! Intenté hacerlo un poco más largo esta vez.