A doña Úrsula la viuda le gustaba la buena música

Los sensores de por abajo son ...tan difíciles de entender

A Doña Úrsula del Valle la Vidente que consulto para tratar de encontrar explicaciones a los percances que había sufrido los dos últimos años, está le dijo quizá por qué de bruja tenía poco, que las personas no venían a la vida para ser felices. Algunas, como era su caso, más bien todo lo contrario. Doña Úrsula cuando dejó atrás a aquella Vidente intuyo que está estaba como un chivo desnortado, o que quizá se tomase el café muy cargado de anís del mono.  El olor que desprendía así lo indicaba. Doña Úrsula en menos de tres años se quedó más sola que la una. Con la Pandemia dichosa perdió a su hija mayor, al Marido la coz de un caballo lo envío a vestir Santos, y por si le faltase alguna cosa más a su hija menor se la llevó un Vendaval en forma de Trapecista de un Circo de los antiguos. Como a ella le gustaba volar, con aquel pollo lo tenía bien. Desde lo alto del Circo emulaba a su aventurero novio como si fuese una gaviota encima del mar. Por si no tenía bastante su querido Pastor Alemán se le escapó y lo atropello un camión cargado de tomates. Doña Úrsula no tuvo más remedio que aceptar lo que el Destino le enviaba como si fuesen fascículos. Fue el joven Cura recién llegado al Pueblo y salido del Seminario, quien le aconsejo que se mantuviese activa y que cerrase puertas y ventanas para no mirar el pasado. De lo contrario le dijo este Curita no sobreviviría a estas penosas circunstancias. Aquel joven Curita tenía más razón que un Santo. Aunque le costó un poco tomo la gran decisión de ir a una Agencia de Viajes para que la embarcasen en un navío para intrépidos viajeros con deseos de conocer mundo el cual haría escala en una isla Antillana. El sueño de Doña Úrsula siempre había sido conocer el Caribe con sus extensísimas playas de finas arenas blancas y de morenos bien musculados paseándose por ellas con sus atléticos cuerpos y quizá probar aquellas herramientas que ellos manejaban con la soltura de maestros. Por lo que le dijeron eran verdaderos expertos y además con unos tamaños que verlos o tocarlos hacían suspirar de felicidad. Por lo que se sabía, estos morenos ya lo llevaban en sus genes. En aquellas partes del mundo no paraban de llegar Damas más o menos maduras de Europa y otros países con hijas de Eva solitarias y con ganas de...tomate.  Todas ellas deseosas de sentir entre sus entrepiernas las deliciosas melodías que les podían proporcionar aquellos instrumentos de las que eran portadores los inspirados morenos. Doña Úrsula era una de ellas. Aquellos igual como bailaban los sones de por allá también se movían estando en medio de lar piernas de aquellas necesitadas turistas de la vieja Europa.

Todas ellas en cuando volvían a sus países de origen ya soñaban con volver. Ellas sabían que cuando dejaban atrás a aquellas extensísimas playas con sus Cocoteros balanceándose sobre las orillas sus langostas al vapor, sus deliciosas y afrodisíacas ostras y sus competentes morenitos la vida, la suya, ya no sería nada igual. En sus países los hijos de Adán, sus pirulas, más bien chicas, ya no las manejaban igual. Las notas de sus instrumentos no tenían las resonancias tan armoniosas como las de ultramar.  Doña Úrsula del Valle eran pocas las veces que había salido de su casa para viajar y gozar de unas vacaciones como ahora haría. Había llegado el momento de conocer el sabor de los cocos recién conseguidos,  sentir las divinas músicas de los instrumentos de los que eran portadores aquellos morenazos  y hartarse de langostas y ostras de aquellos mares de ensueño. Así como soñar que uno de aquellos Piratas que recorrieron con sus veleros y sus abordajes los mares Antillanos las raptaran para solazarse con aquellas hembras de blancas pieles llegadas del viejo mundo.  El conocer a un nativo de por aquellas partes que era más listo que una ardilla fue un buen comienzo para aquella aventura tan soñada. Aquel morenazo al saber lo que precisaba aquella robusta Europea enseguida empleo sus dotes de seducción. Para aquellos hijos de Adán no existían problemas irresolubles, eran comerciantes natos.: Mire Señora, yo por 15.000 dólares anuales le puedo enviar allá 4 o 5 morenos cada seis meses y cuatro o cinco más los otros seis meses del año, o sea que siempre tendrá buena música en su casa. Los que yo le enviaré todos...todos llevan Trombón, los que llevan clarinete acá los enviamos a cortar caña al campo. No queremos reclamaciones, aquí las cosas las hacemos bien y con seriedad, tenga en cuenta que tenemos contratos por todo el mundo y no hemos tenido ni una queja. Además, que podrá pagar en varios pagos. Si lo desea Sra. Úrsula esta misma noche yo podría hacerle una demostración de la calidad de lo que se le ofrece a mitad del precio de lo ofertado. Con la ventaja de que si alguna de las músicas que tocará mi instrumento no fuese de su agrado se interpretaría otra partitura tantas veces fuese necesario hasta que Ud. estuviese satisfecha .Me ha convencido Joven, a las 10 de esta noche vengase al Hotel Palmeiras suit 4C. Estaré esperándote. Doña Úrsula del Valle empezaba ya a ser feliz. Tan pronto como llegó al Hotel encargó una docena de ostras que le dijeron eran afrodisíacas y además dos langostas que aún coleaban, con la correspondiente botella de Moet Chandon del cuarenta y siete. después, y ya muy feliz y satisfecha se puso entre aquellas sedosas sábanas desnuda totalmente hasta que la despertase aquel moreno de instrumento incansable. En la terraza de la Suite una Gaviota puso sus patas encima de la barandilla, pero ella ya no pudo verla, estaba dormida completamente con una dulce sonrisa en los labios. El moreno que conoció y que le pinto el cielo como un arco iris fue puntual, a las diez en punto estaba en la Suit de Doña Úrsula. Ella ya lo esperaba con un transparente salto de cama que le mostraba su velloso y oscuro monte de Venus ya ansioso, para que aquel instrumento que le traía el recién llegado empezará con aquel repertorio de las mejores melodías. Ahora Señora Úrsula empezaremos por una partitura del Genial Bach y durante toda la noche podrá gozar de todos los repertorios creados por los más célebres Compositores que han existido. Doña Úrsula del Valle tendida encima de aquella cama de sábanas de seda y con las piernas abiertas mostrando su deliciosa desnudez espero la primera intervención de aquel instrumento por ella preferido. Pronto, muy pronto, aquella habitación se lleno de los sones de aquel genial músico en forma de suspiros, gemidos y besos apasionados. El moreno con su cabeza puesta entre las sedosas piernas de ella le fue metiendo la larga lengua en su húmedo jardín despertándole  las más dulces melodías creadas por el hombre. Poco tardo ella en recorrer con sensaciones desconocidas los placeres de aquellas músicas celestiales. Como más le recorría aquella lengua los bajos más transitaba los senderos de larga felicidad hasta que llegó a la puerta del Cielo.

Un Virulento orgasmo la hizo estremecer de un placer totalmente desconocido hasta aquella hora. El morenazo, maestro donde los hubiere empezó con otra partitura, pero del otro genial Brahms, esta vez la monto con la cadencia de aquel genio de las músicas mientras su grueso Priapo le recorría todos los rincones de su frondoso jardín. El, con su dedo clavado en su otro agujero de los placeres, la hizo vibrar como las cuerdas del arpa que los Ángeles manejaron en los aposentos del Rey Salomón. Entonces fue cuando Doña Úrsula comprendió lo que eran los goces sobrenaturales. Los goces que resucitaban las almas de los hijos de Eva en aquellos paraísos perdidos cuando el hombre empezó a correr por las praderas infinitas y vírgenes del más allá. Aquel moreno que se sabía todas las partituras creadas por los genios en su paso por el Planeta esta vez le clavó en su agujero posterior su tranca de la que se sentía orgulloso, muy orgulloso. Doña Úrsula del Valle entonces si entro en el Templo de unas desconocidas músicas que más parecían creadas por los Dioses de los Olimpos, que del magistral creador Vivaldi. Por dentro de sus entrañas como aquella divina verga le recorría todos los puntos sensoriales convirtiéndola en la más afortunada de aquellas hijas de Eva que tuvo el privilegio de sentirse bendecida por todos los Santos Apóstoles. El melómano moreno que la enculo hasta que aquel voluminoso y lujurioso culo quedó  extraviado en los Templos de las más bellas melodías que jamás fueron oídas por los mortales a los que un Dios hizo de barro en un desafortunado día de lluvias torrenciales. Como ha podido comprobar Señora Úrsula esto es solo el principio de las maravillosas músicas que Ud. podrá oír en su propia casa. Los morenos que se le enviaran cada seis meses, todos tienen unos instrumentos que a Ud. la llenarán de felicidad. Hace poco tiempo que le enviamos a la Esposa de un   personaje de por allá de Oriente, la pobre estaba cabreadísima con su marido y un amante,  que ambos tenían unos instrumentos como unos pollitos recién salidos de la cáscara del huevo y a consecuencia de estas...carencias enfermo'. Sólo cinco días después de recibirlos la desdichada Señora ya no era la misma. Por los jardines de Palacio se la oía cantar con voz enamorada y satisfecha de la vida. El pobre marido al ver aquel cambio tan espectacular quiso firmar otro contrato para que se le fuesen enviando más y más morenitos hasta que su bellísima Esposa se hubiese ido allá, en donde Ala tenía sus aposentos. Bien, muy bien, joven. Le firmó el contrato y quiero que estos moros de buenos instrumentos estén allá dentro de veinte días en que yo estaré en casa. Doña Úrsula estaba como una niña en noche de Reyes, toda ella era la felicidad de un próximo futuro con mucha música y de la mejor. Por su mantenimiento no debe preocuparse Sra. Úrsula, estos morenitos con un plato de arroz y un par de bananas ya pueden hacer música de la buena y tantas veces como sean necesarias. Al cabo de cuatro días de haber vuelto a su casa,  Doña Úrsula ya pudo hacer el primer ensayo de las actuaciones de aquellos hermosos morenos con sus preciosos instrumentos a los que hacían hablar. Doña Úrsula tanto se aficiono a la música que un día volvió a casa con el Trombón más grande que encontró.  Todas las tardes se la oía tocar con la pasión que la caracterizaba, ...era por las noches cuando ella se dedicaba a las bellísimas músicas de aquellos instrumentos que trajeron desde las Antillas los cinco morenos que le enviaron desde el Nuevo Mundo.

FINE.