A caballito de los pies de Ruty
Entre Luna y mi Ruth me hicieron acabar a caballito de un incomparable pie derecho.
Después de unas cuantas experiencias con Ruty haciendo con su boquita unos trabajos fenomenales, hemos formalizado bastante la relación, estamos viviendo juntos, y ella ya no es virgen. Tuve el inmenso honor de hacerla mujer...por así decirlo.
La historia tiene dos partes. Un día estábamos Ruty, Luna y yo en mi departamento. Era de tarde, habíamos estado en el club tomando unos baños en la pileta. Sandrita y Marilú se habían ido a caminar con unas amigas. Así que nosotros rumbeamos para mi cueva.
Allí charlando les conté sobre como comencé de chiquito con los pies de las chicas. me gustaba mucho subirme a caballito de los pies de las mujeres que tuvieran sus piernas cruzadas. Era automático, desde que pude caminar, veía un pie en el aire, y ¡ a caballito !. Y era bien selectivo, sólo mujeres. Supongo que de niñito pequeño no me daba cuenta, pero desde que pude distinguir sexo, monté sólo sobre pies femeninos. Me enloquecen los pies descalzos y el calzado colgando de los dedos. Era como mi nana Baión estaba siempre y fue la primera imagen firme de pies en mi entrepierna. También una vecinita Leti, con la que siempre estábamos descalzos, y con la que inventamos el caballito en pies como juego de todos los días. Ella hacía de mamá o nana y yo de nene travieso que montaba sobre sus piecitos. Es otro de mis recuerdos más firmes, y luego mi maravillosa tía Olga y sus pies fuera de serie y mi primer orgasmo a caballito de un lindísmo pie de mujer. Ahí se remachó mi sexualidad. Pies, pies, y más pies.
Mientras les contaba a las chicas estas y otras experiencias Ruty me invitó a revivirlo. Y ahí empezamos, mi hermosa valquiria de pelo castaño se descalzó, se sentó en un sillón y cruzó sus lindas piernas, y balanceó su precioso pie derecho como invitándome a subir. Monté sobre él con el bañador y ella me empujó la entrepierna hacia arriba con el pie descalzo y restregó su empeine contra mis testículos. Sentí que mi verga se ponía superdura y tras unos minutos me levanté, me quité el short y recomencé, ahora más íntimamente piel a piel. Ese piecito precioso empujaba, rozaba y apretaba mis inflamados testículos cada vez que Ruty empujaba hacia arriba y me levantaba de mi posición en cuclillas. Yo la ayudaba agarrando con ambas manos su talon y empujando también. No aguanté más la calentura y me empecé a masturbar, y así seguimos un rato, con el maravilloso piecito de mi Ruty entre mis piernas. Y cuando estaba al borde, Luna me dijo que parara con la mano, que me quedara a caballito del pie de Ruth y ella me pajeaba con sus deditos.
Se descalzó y se puso al lado de Ruth, levantó sus dos pies y me abrazó el miembro con los deditos, pero era un poco incómodo, así que Ruty me hizo girar, me arrodillé de espaldas a ella, e introdujo su pie adorado desde atrás, y sentí un placer distinto al ver sus deditos asomar bajo mis testículos, y sentir como empujaba hacia arriba y los movía suavemente de lado a lado en una caricia maravillosa. Metí la mano entre mis piernas y le acaricié la base de los deditos. Me recosté en su pierna y su precioso pie asomó más entre mis piernas, mostrando los deditos con las uñas pintadas de nácar. Mientras, Luna se sentó al frente mío, en una silla y me comenzó a masturbar con sus delgados y deliciosos pies morenos por el sol. No pasaron ni veinte segundos que me invadió el comienzo de un orgasmo hermoso, llené de leche tibia y pegajosa los deditos de uñas bordó de Luna, y desde ellos goteó hacia abajo a los de Ruth que aumentó su empuje clavando sus deditos hacia arriba en la base de mi verga para hacerme sentir mayor placer a la hora de acabar.
Y ahí quedé. En cuclillas y montado sobre el piecito de mi bienamada, apoyado sobre su pierna y con mi cabeza recostada hacia atrás sobre su rodilla, mientras ella se inclinaba, me llenaba la boca de su saliva y me acariciaba el pelo. Delante tenía la visión de luna, con sus trenzas y las piernas cruzadas y con los deditos de los pies mojados con mi semen.
Lo de la primera vez de Ruth va luego, pues fue excelente para los dos.