A Alejandra la conocí en el colectivo
El colectivo iba lleno, muy sutilmente pegamos nuestros cuerpos y ese fue solo el comienzo, que manera de gozar.
De más está decir que soy un fanático del sexo, incluso desde antes de tener mi primera aventura sexual ya lo era. Cualquier oportunidad siempre fue y será buena para jugar el juego de seducción.
Soy un completo convencido que somos muchos los que sentimos, pensamos y actuamos diariamente en función de un apetito sexual insaciable, y más aún, de que en cualquier momento podemos cruzarnos con otra persona igual, sólo es cuestión de aprovechar todas las oportunidades, todos los momentos.
Las chances de un buen ligue, un buen levante se pueden presentar en la fila de un banco, en la panadería, en un viaje en autobús, tren o metro, en una tienda de ropa, caminando por la calle, y para terminar, en cualquier momento.
He conocido mujeres que piensan, sienten y actúan en consecuencia del sexo, al igual que yo, es cuestión de andar con los ojos bien abiertos, mirando y escrutando, dirigiendo miradas a los ojos de las mujeres, mirar con deseo, hacerles saber con sólo una mirada lo que estás pensando y sintiendo, y si la mirada es recibida con una mirada similar, actuar en consecuencia.
Eso hice una tarde de jueves, en el colectivo de la línea 152, que había tomado en la Avenida Santa Fe, rumbo al bajo. El colectivo iba lleno, y eso a mi me apasionaba. Siempre podría haber alguna mujer que podría pretender recibir lo mismo que yo pretendía dar. En el colectivo lleno, lleno de verdad, yo iba parado en los primeros dos metros del pasillo, tomado del pasamanos, cuando en una de tantas paradas miro a la gente que estaba subiendo, miro insistentemente al detectar a una mujer de unos 30 años, de pelo corto color castaño, gafas grandes de moda, un saco corto, y logro ver que sus piernas vienen enfundadas en unos jeans apretaditos, vuelvo a ver su cara, nariz pequeña, boca mediana, en fin, una señora normal, pero que correspondía mi mirada: pero su mirada no era igual de insistente como la mía, aunque no cesaba de clavar su mirada en mis ojos.
Ella caminó por el pasillo atiborrado de gente, aunque del lado izquierdo del colectivo mientras que yo estaba del lado derecho, o sea, nos dábamos las espaldas, y además de eso, nos separaban varios centímetros de lado.....uno de los dos debía recorrerse de lado un pasito o dos para estar espalda con espalda.........
Y esos pasitos, tratando de ser muy disimulado, los dí yo........hacia mi izquierda, para poder estar espalda con espalda. Tenerla cerca fue suficiente para poder apreciar un hermoso trasero, apretado en unos jeans azules, medio gastados, y ver sus pies calzados con unos zapatitos que tenían algo de taco........pero me atraía mucho su culo, mucho.
Tenía ganas de tocarla, de apoyarla, para hacer de mi viaje aburrido un viaje placentero, como ya había tenido muchos otros. Entonces, ya experto en el tema de apoyar y tocar en los colectivos, bajé mi brazo para provocar algún toqueteo pretendidamente disimulado en algún movimiento brusco o alguna frenada del chofer del colectivo, cosa que sucedió casi enseguida. Ella no dijo nada, no se inmutó, ni se movió ni se dio vuelta, nada, todo bien, pero yo pensé si el golpecito/toqueteo habría sido tan disimulado que eso sintió. Entonces, seguí con mis intenciones de averiguar que tan buena compañera de viaje iba a ser esta señora.
Me di vuelta, para estar detrás de ella, entre tanta gente no había dudas que alguno se podría fijar en mi movimiento, pero era tal la marea humana dentro de ese colectivo que tal vez alguno se fijaría, pero no me importaba. Al estar a sus espaldas, si alguien pretendía pasar, indudablemente me tendría que acercar a esta señora que tenía adelante y la apoyaría, cosa que inmediatamente sucedió, tantas paradas, tan continuas, gente que subía y gente que bajaba, me apretaron contra su espalda y suavemente le apoyé mi pija en su trasero, que me hacía gozar.
Lejos de hacerse para adelante, se quedaba inmóvil en su sitio, lo que me hizo pensar que quería ser apoyada y me lo estaba demostrando quedándose en su sitio cada vez que alguien me empujaba hacia adelante. Comprendí que esta mujer pensaba, sentía y actuaba tal y como yo lo hacía, era igual que yo!!! Sin necesidad de ser empujado por nadie que pretendiera pasar hacia atrás del autobús, me quedaba pegado a ella, apoyándole mi pija en su culo, y con una mano le tocaba su culo también, me separaba para poder tocarle su culo, apoyando mi dedo medio en su ano, y con los demás dedos agarrarle sus nalgas. Retiraba mi mano, y volvía a apoyarla. Estaba que volaba, iba a mil......que calentura tenía.
Decidí hablarle al oído, preguntarle donde se bajaba, hacia donde iba, pero para mi sorpresa no me contestaba nada. Pero tampoco se movía, en fin......no entendía lo que pasaba, pero igualmente seguía gozando a esta hermosa señora.
Luego de algunos minutos, ella me pidió permiso para irse hacia atrás, la dejé pasar y decidí bajarme en la misma parada que ella, la seguí, y le hablé, pero no me contestaba, no entendí nada de nada.
Se metió en una tienda, la esperé, y a los pocos minutos salió, y finalmente me contestó, muy seca, como si lo ocurrido no le importara, para pasar a ser un poquito más simpática una vez adentrado el diálogo.
Hablamos de trivialidades, no me dió su teléfono pero me pidió el mío, y ella se comunicaría conmigo..........
Me fui medio desilusionado, no logré comprender mucho, tomé otro colectivo y me fui a mi casa, sin ninguna historia para recordar en ese viaje, más que mi pensamiento que no dejaba de pensar en Alejandra............
A los pocos minutos de llegar a casa, sonó el teléfono y era ella, me había llamado tan pronto como había llegado a su casa!!!! Quedamos en vernos esa misma noche............que alegría!
Llegamos los dos muy puntuales a la cita, yo cachondísimo y ella también, nos saludamos y caminamos y caminamos y caminamos, charlamos y charlamos y charlamos, habíamos caminado mucho, y yo sin darme cuenta de lo que había alrededor, ni me di cuenta que caminábamos casi dando vueltas manzanas, charlamos mucho pero nunca de sexo, ella medio que manejaba la situación, era más grande que yo, y le ponía a nuestro ambiente un misterioso control de la situación.
En un momento me dijo "fuiste muy disimulado en el colectivo y eso me gustó mucho", oh, por fin un comentario basado en lo sucedido, y pensé porque no lo hice yo!!! Seguramente por lo misteriosa de esta mujer, que controlaba el diálogo.......
Siguió hablando y me dijo que ni bien subió al colectivo me había visto y le había gustado, que mis ojos le habían llamado mucho la atención y mi boca, mis labios, eran muy atractivos, que le gustan los hombres con pelo negro y ojos grandes, con pestañas largas y boca de labios carnositos, en fin, me estaba describiendo de una forma muy rica y me hacía saber que era deseado por ella.
Caminábamos y yo seguía sin tener idea por donde, cuándo le dije que podríamos ir a un hotel, a completar la faena del colectivo, a lo que ella me dijo, señalando enfrente de donde andábamos: "por ejemplo, ese te parece bien?"........y cruzamos.
Pedí una habitación y nos metimos......que delicia, íbamos a coger en breves instantes.........
Entramos, y enseguida ella se metió al baño, y yo me recosté en la cama a esperarla. Al cabo de unos instantes salió tal cual había entrado, vestida, y me dirigí a ella y la tomé en mis brazos y la besé.......Nos besamos y nos acariciamos, le toqué el culo, tal como en el colectivo, y la di vuelta y la volví a apoyar, diciéndole al oído "en que parada bajás?", y ella se reía, me decía que fuera más disimulado, que la gente nos iba a ver, y nos reíamos, seguí apoyándola y esta vez, a diferencia de antes en el bondi, le comía el cuello y le pasaba la mano por las tetas, y luego por la concha, hasta que decidimos desvestirnos.
Primero ella me desvistió a mi, me sacó la camisa, me aflojó el pantalón, y me los bajó a medias, vio mi calzoncillo que tapaba tremendo bulto, y ni bien verlo me bajó también los calzones, para pasar a tomar mi verga con su mano, la acarició y le dijo "hola pija, pronto vas a ser mía".....y se rió, me reí, e intenté desvestirla a ella, sutilmente se negó, me dejó y se alejó un poco, me pidió que me recostara en la cama, que ella se iba a desvestir solita........
Que show me regaló, bailó sensualmente sin ningún tipo de música que nos distrajera, se fue quitando la blusa lentamente, quedó en corpiño, e inmediatamente se lo desabrochó, de espaldas a mi, y me pidió que se lo terminara de sacar, se volteó y me enseñó sus tetas indicándome con la mano que me tumbara otra vez en la cama..........Siguió con sus pantalones, se los fue bajando lentamente, de espaldas a mi, levemente inclinada hacia adelante, regalándome una excelente visión de su hermoso culo, una tanga negra remataba en un pequeñísimo triángulo en su trasero, y una vez sin pantalones se dio vuelta y me enseñó su frente, otro pequeño triangulito que tapaba su conchita......era cuestión de quitársela!
Me adelanté hacia su posición y nos abrazamos y bailamos lentamente, le apoyaba la verga en la concha, no podía creer lo que estaba sucediendo, si se lo contaba a mis amigos me iban a tildar de mentiroso, como tal vez algún lector de este relato.......pero a mi no me importaba ni contarlo, ni escribirlo, ni que me creyeran: a mi me importaba mucho gozar del momento.
Abrazados y besándonos como estábamos, la dirigí hacia la cama, la recosté y me puse en cuatro patas sobre ella, besándole la boca, tocándole las tetas, y gateando hacia atrás de mi, bajaba lentamente sobre su cuerpo, besándole cada centímetro de piel, tocándola toda, me detuve en sus tetas, pequeñas pero firmes y coronadas por dos pezones rosados y erguidos, con mis manos recorría su cuerpo y hacia atrás me movía en cuatro patas, y bajando sobre su cuerpo, dirigiéndome hacia su concha con mis labios......hasta que llegué.
Le saqué la tanga que impedía el contacto de mi lengua con su clítoris, le toqué una vez más sus durísimas piernas excelentemente formadas, y pasé a comerle su concha, le dediqué todo el tiempo que podría haber existido a lamerle sus labios, su clítoris, le metía uno y hasta dos dedos, la pajeaba, le chupaba la concha, y me quedé subiendo y bajando mi lengua por su húmeda cavidad hasta que supe que el control de la situación lo tenía yo, o más bien, lo tenía mi lengua.........moví agitadamente mi lengua y a la vez metía y sacaba rápidamente mis dedos, le quise regalar un orgasmo delicioso, mismo que ella logró gimiendo y aullando, me hizo muy feliz arrancarle un orgasmo a esa maravillosa mujer.........
Yo estaba al palo, no daba más, mi verga a punto de explotar y seguí chupando concha hasta que me rogó que se la metiera, cosa que hice de inmediato.......ella abajo y yo arriba, se la metí toda de un empujón, estaba lubricadísima y yo caliente al máximo, llegué hasta el fondo de su riquísima concha.
Gozaba como loco apoyándole mis piernas sobre las de ella y clavándole la pija hasta el fondo, la abrazaba y nos movíamos al compás, gozando de la riquísima cogida que nos estábamos dando. Luego me levanté, y la puse en cuatro patas, para poder observar ese rico culo, que quise penetrar, pero no logré.......la volví a meter en la concha, observando cada movimiento de mi mete y saca, agarrándola fuertemente de su cintura y moviéndonos de atrás hacia adelante al mismo ritmo para alcanzar así un delicioso largo y muy placentero orgasmo....................
Nos dimos vuelta, nos acostamos y seguí acariciándola, besándola, tocándola......."sos muy cariñoso después de un polvo tan tremendamente brutal, sos una delicia"......................Y seguí besándola y tocándola, hasta que mi verga se volvió a parar y así seguir un rato más cogiendo.
Luego nos fuimos del hotel, y al momento de despedirnos, me dijo que nos veríamos una siguiente vez, pero con una condición no negociable: que ella invitaría, porque esa vez había pagado yo........no lo podía creer.
Nos vimos esa segunda vez, y como habíamos quedado, invitó ella la cena, y también el hotel. Esa noche, muy precavida, había traído vaselina en un frasco....recordando el fallido intento de penetrarle su hermoso y diminuto ano......que delicia..........
Esa noche traía puesta una tanga impresionante, de color negro y amarillo, algo deportiva, medio brutal, que le hacía ver unas nalgas deliciosas, mismas que más tardecito habría de penetrar...."ponete la cremita en la pija", me dijo "y untame a mi también en mi culo" agregó, órdenes que inmediatamente seguí.
La puse en cuatro patas, le penetré el culito con un dedo previamente untado con vaselina, mientras con la otra mano me pajeaba usando la misma cremita. Le veía sus redondas y firmes nalgas desde mi posición, arrodillado detrás de ella, y mi excitación no podía ser mayor, su culo estaba dispuesto a recibir mi entrada!
Apoyé la cabeza de la verga en su diminuto y lubricado orificio anal, empujé y Alejandra se quejaba del dolor, a mi nunca me interesó hacer doler, le pedí que ella marcara el ritmo de penetración: "quedate quieto" me pidió, le hice caso hasta que su ano se aflojara lo suficiente para recibir mi verga, mucho más gruesa que el dedo que previamente le había metido, y luego de unos instantes que aproveché para masajerle sus glúteos y tocarle su clítoris estirando mi brazo, finalmente empezaba a ceder.
Se la metí un poco más, y así de a poco hasta que entró toda, con la parte superior de mis piernas me apoyaba en sus nalgas, que delicia de cogida, era impresionante ver mi verga desaparecer en su ano, rematado con esas hermosas nalgas, divinas, que me estaba cogiendo.
Alejandra era mayor que yo, indudablemente, pero no supe su edad aunque ella sí la mía, ella supo mi teléfono pero yo nunca el suyo, nos veíamos sábados, jueves, martes, a cualquier hora, yo no tenía compromisos ni problemas de días ni horarios, y ella al parecer tampoco.
Yo no entendí porque nunca me dió su teléfono, es más, busqué en las guías de teléfonos por su apellido, que me dijo llamarse Six o tal vez Hix, nunca me lo dijo claramente....sería casada? Cómo lograría salir sábados en la noche si era casada? Y si era soltera, porqué no me dió nunca su teléfono? Ella me llamaba cada vez que quería verme y yo me dejaba, pero las dudas y tanto misterio me hacían pensar de más, por lo que decidí que mientras durara cogeríamos, claro, si ella quería.
Y así me siguió llamando, durante varios meses, y nuestros encuentros eran deliciosos.....hasta que finalmente no me llamó más......
Para vos, Alejandra Six, la misteriosa mujer que me levanté en el bondi, aquella tarde..........
Historia Real 100 %