90 minutos...3ª parte

Joaquín metió su mano dentro de mi calzoncillo sacando mi verga y los huevos, que quedaban apretados por la goma del bóxer, ahora su boca chupaba y chupaba con fuerza

90 MINUTOS…3ª PARTE

90 minutos y 90 minutos más, todos ellos fueron interminables mientras Waldeck se encontraba solo en el piso con aquellos dos tíos cachas con pinta de matones.


Estamos los más jóvenes sentados en los cojines frente a Tony y Troy, frente al portátil se encontraba uno de los 6 amigos de nuestros tíos envuelto con una toalla sobre la cintura y poco a poco fueron saliendo del baño los otros cinco, todos se habían duchado y llevaban la toalla alrededor de su cintura, se sentaron sobre el tatami detrás nuestro. Tío Tony comenzó a contarnos su historia junto a Troy:

Algunos ya lo sabéis, pero el resto no, yo vengo de una familia de clase media alta, mi padre era abogado y mi madre doctora, no éramos ricos pero mi hermana y yo teníamos cuanto quisiéramos, pero en casa faltaba calidez entre la familia, por eso me esforzaba mucho para estudiar y así demostrar que les quería, pero a pesar de eso, solamente recibía frases aprobatorias por mis resultados, ya fuera en deporte o en los estudios, al llegar a la universidad me matriculé como mi padre en Derecho, allí como siempre quería destacar con las mejores notas, pero me encontré que había otro chico que casi siempre me igualaba e incluso me adelantaba, le tenía ojeriza y cuando lo miraba, él parecía burlarse de mí con ése aire de suficiencia, parecía que no había nadie más contra quien luchar y siempre estábamos enfrentados a todo.

Troy tomó el relevo diciendo: Lo que Tony no sabía que yo estaba cagado de miedo y mi única ilusión era ser aceptado por todos, ya que mi familia era de clase más humilde, mi padre conductor de tren y mi madre hacía varios trabajos de señora de la limpieza para darme buenos estudios y yo intentaba demostrárselo, pero en la Universidad había aquel chico, con aire de superioridad, mirando al resto con algo parecido al desprecio y eso me enardecía cada vez que lo superaba en algo, eso fue durante el primer año, los tres años siguientes también había rivalidad pero nos lo tomábamos mucho mejor, incluso soñaba con él teniendo discusiones dialécticas entre las sábanas mientras hacíamos el amor.

Tony continuó diciendo: La primera rivalidad se fue transformando en complicidad, pero realmente nunca fuimos amigos inseparables, finalizamos la carrera deseándonos buena suerte. Mis primeros casos como abogado de oficio tuve que defender a todo tipo de personas, algunas más inocentes que otras, pero éstas últimas me sacaban de mis casillas tener que defender al proxeneta de menores o a clanes vendedores de drogas, por eso me aparté dedicándome a casos de asistencia social, ahora lo tenía todo, me gustaba el trabajo aunque era muy duro, tenía novia y no me faltaba el dinero, no iba sobrado, pero lo sabía manejar bien. Un día un juez me encargó para llevar una orden judicial para la recogida de unos chavales diciendo que allí me encontraría con agentes de policía y me dirigí a la dirección entregada, el lugar era casi tétrico, en la zona antigua con unos bloques de pisos que se caían a trozos.

En la calle varios coches patrulla con varios policías apartando a los curiosos, después de mirar los papeles me indicaron el piso y subí, si por fuera estaban fatal por dentro era mucho peor, unos agentes se llevaban a dos hombres y una mujer maniatados, dentro del piso vi a un joven agachado frente a seis chavalines llorosos, que gimoteaban, el joven les hablaba muy cariñosamente calmándolos, su voz me dio escalofríos mientras miraba sus anchos hombros que terminaban en una estrecha cintura, iba con camisa blanca ajustada y tejanos, que al estar agachado se tensaban en su trasero remarcando un pequeño y fuerte culo, mis pensamientos en un solo instante me hicieron ruborizar, carraspeé y el joven dio la vuelta a su cara, encontrándome frente a mi rival de la universidad, que yo apenas recordaba su nombre. Se levantó plantándose frente a mí, le entregué la orden judicial, asintió y me volví a sonrojar cuando mis ojos se posaron sobre el apretado vaquero remarcando una buena herramienta en su entrepierna, él habló con los chiquillos que llenaron unas bolsas de plástico con algunas prendas y los acercó a mí diciendo: Sr. Antonio son suyos, voy a registrar por si encuentro algún documento de ellos, les dije a los chiquillos que fueran bajando delante de mí, una vez en la calle nos quedamos junto a mi coche, un rato más tarde apareció mi antiguo colega entregándome unos papeles, les di una ojeada, el matrimonio recibía ayuda económica del ayuntamiento a cambio de quedarse con los niños temporalmente. Yo le mostré mi coche, allí no cabían todos, así que se ofreció a repartirlos entre el suyo y el mío, partimos hacía el lugar de acogida provisional del ayuntamiento, tras dejar bien acomodados a los chicos, mi colega de estudios me invitó a un café.

Entramos en uno cercano y nos sentamos a una mesa, él me miraba fijamente a los ojos y yo me ruborizaba como una quinceañera virgen, entonces dijo: ¡Nos vamos a presentar como es debido! ¡Me llamo Troy! Entonces caí, ése era su nombre y dije: ¿Troy de Troya? Él sonriendo respondió: ¡Más o menos, pero no, mi madre era muy romántica y le gustaba un actor americano llamado Troy Donahue, de ahí viene mi nombre! Entonces dije: ¡Yo soy Tony, encantado de volver a verte Troy! Volvió a sonreír, con esa perfecta dentadura, mis piernas temblaban bajo la mesa y añadió: ¡Me gusta como pronuncias mi nombre, con la “r” gutural, da la impresión que saboreas un cucurucho de delicioso helado! Y otra vez vuelta al sonrojo, estiró su mano acariciándome la mejilla ligeramente diciendo: ¡El sonrojo te queda muy bien! Cambió de tema preguntándome como me iba todo y yo le conté, luego él habló, cuando no dimos cuenta habían pasado casi dos horas frente a los cafés, que estaban fríos, al despedirnos quedamos en llamarnos algún día, pero nunca ocurrió.

Medio año después me llamaron de la Central de Policía, por si me interesaba entrar a formar parte del Cuerpo en calidad de agente social y yo acepté, durante el siguiente año me dediqué a estudiar y practicar tiro, defensa personal, idiomas y terminé siendo un experto en búsquedas en las redes sociales, además me enseñaron sistemas de escucha y vigilancia, pero de momento todo era teórica, poco a poco fui avanzando en todos los aspectos, mi extraño horario provocó que rompiera con mi novia, harta de tanta disculpa, ahora estaba solo de nuevo en un magnifico apartamento- regalo de mis padres al licenciarme- amueblado de forma exquisita por un decorador, que había defendido y años después se hizo muy conocido por decorar casas de gente famosa, incluso futbolistas, era como decía él “minimalista” pero acogedor, muchas noches me acordaba de Troy, durmiendo desnudo entre las suaves sábanas mi verga se endurecía tan solo recordar su entrepierna y me tenía que masturbar con fuerza para quitarme esa desazón, incluso cuando iba por la calle miraba a jóvenes valorando si tenían el mismo aspecto que Troy, nunca había tenido fantasías sexuales con hombres hasta ahora y estaba desconcertado.

Días después el Comandante me dijo que tenía un compañero para enseñarme a infiltrarnos en un ambiente algo diferente al nuestro, me dijo que lo encontraría en los vestuarios, añadiendo que ahí lo conocían por “Sauvage” (Salvaje) yo lo miré algo extrañado y sonrió diciendo: ¡Con el tiempo lo sabrá! Me dirigí a los vestuarios y solamente encontré a un joven desnudo que se frotaba intensamente la cabeza secando el largo cabello con una toalla, no le veía la cara pero si su polla, que descansaba sobre unos buenos huevos depilados, gruesa como mi muñeca y tamaño considerable, el vello púbico parecía recortado, cuando bajó la toalla para secarse el pecho me quedé mudo, era Troy y como siempre me puse colorado, él al verme sin inmutarse dijo: ¡Hola Tony! Parecía que nos hubiéramos visto ayer mismo.

Troy se embutía dentro de unos tejanos gastados sin ropa interior, se calzaba unas deportivas sin calcetines y después la camisa casi abierta en su totalidad, entonces me percaté que de los lóbulos de sus orejas colgaban sendos aros plateados, sus ojos reflejaban cansancio y se lo dije, a lo que él respondió: ¡Los niños no me dejaron dormir! Con cara de estupor dije: ¿Tus hijos? Él sonriendo respondió: ¡Más o menos y creo que tú serás mi compañero! Yo asentí, Troy me miró de arriba abajo diciendo: ¡Para la misión tendrás que cambiar de vestimenta, así tienes pinta de “madero”! Añadió: ¿Por qué no vienes a cenar a mi casa y hablamos del tema? Recogió las prendas sucias metiéndolas en una bolsa deportiva y salimos juntos, me dijo que dejara el coche allí, que más tarde mee acercaría para recogerlo. Minutos después aparcaba el coche en el garaje de un bloque de pisos de la zona media alta, eran antiguos pero muy bien conservados, entramos en el portalón y tras subir unas cuantas escaleras estábamos en el piso principal, en cada rellano había dos puertas, en la de enfrente se oyó el sonido de una gran mirilla dorada muy ornamentada y Troy dijo: ¡Buenas noches Sra. Encarna! ¿Todo bien? Y una voz tras la puerta respondió: ¡Todo perfecto, buenas noches Troy! Él correspondió a la despedida de igual modo y entramos en su casa.

Tras cerrar la puerta, puso sus manos sobre mis brazos apretando mi espalda contra la puerta, él frente a mí, su cuerpo pegado al mío, sus manos subieron hasta mi cara de forma acariciante, las palmas a cada lado de mi boca y su cara se acercaba cada vez más, noté sus labios apoderarse de los míos con ansia soltando una leve respiración, su lengua invadía mi boca buscando la mía, mi cuerpo temblaba de nervios, tensión, placer y gozo, tras el ataque sin avisar mis brazos rodearon su espalda y su nuca apretando aún más su cuerpo sobre el mío, mi sangre era efervescente y mi verga creció de forma muy intensa, lo mismo que la suya que ya la notaba sobre la mía frotándonos las entrepiernas con fruición, la intensidad de los besos eran demoledores, al separar nuestros labios Troy dijo: ¡Lo siento, pero hace tiempo que deseaba besarte! Entonces me oí decir: ¡Hemos desperdiciado muchos años desde la universidad! Incliné mi boca sobre su cuello y mis labios capturaron su marcada nuez, mis labios fueron ascendiendo por su cuello, barbilla y se juntaron de nuevo con los suyos metiendo mi lengua dentro de su boca, gimió.

Tomándome de la mano tiró de mí pasando por el salón apenas iluminado y me dejó frente a la puerta de su dormitorio mientras se llevaba el dedo a los labios en señal de silencio, abrió la puerta del otro lado dejando una pequeña luz encendida ajustó la puerta y tomando de nuevo mi mano entramos en su habitación, allí a diferencia del resto de muebles era más moderno y funcional. Me fue quitando la chaqueta, la corbata abriendo lentamente los botones de la camisa, mis tetillas estaba duras, sus manos abarcaban mis pectorales mientras, que su boca deglutía uno a uno mis tiesos pezones, me quitó la camisa dejándola sobre un butacón de piel y acero, su boca no dejaba de transmitirme deseo constante, su lengua bajaba sobre mi abdomen, mi ombligo mientras sus labios capturaban los pelillos, que descendían hasta dentro del pantalón, abrió mi cinturón, luego el pantalón y mientras su boca lamía mi verga enfundada en el bóxer me deshizo los nudos de los zapatos, sacándomelos uno a uno, también los calcetines, mis dedos se entrecruzaban en su cabellera acariciando su cabeza, mis pantalones resbalaron hasta los tobillos, levanté los pies dejando la prenda en el suelo, me cogió en brazos llevándome a la cama, su hambrienta boca atacó de nuevo la mía mientras él se quitaba las deportivas, la camisa y finalmente el pantalón, quedándose totalmente desnudo con medio cuerpo sobre el mío, mis ojos miraban embobados ése magnífico cuerpo boca abajo dejándome ver sus duras nalgas y la armoniosa espalda arqueada, su mano derecha bajo mi nuca y la izquierda frotando mi polla que mojaba el bóxer, yo me encontraba en una nube de sensualidad y placer.

Troy se puso entre mis piernas bajándome el calzoncillo y su boca olisqueó mi pubis mientras su lengua se deslizaba por el tronco de mi verga, sus manos acariciaban mis antebrazos, mi vello se erizaba de placer, entrecruzamos nuestros dedos mientras que sus labios capturaban mi dura verga tragándosela toda dentro de su ardiente boca, gemí como nunca antes lo hiciera, su cabeza subía y bajaba constantemente, yo me estremecía, mi cuerpo también, notaba el placer en la columna vertebral, de rodillas sentado sobre sus pies levantó mi trasero, su imponente polla rozaba mi ano y empujaba mis huevos hacía arriba, su cuerpo doblado sobre mí chupaba con más ahínco mi verga mientras él aceleraba el roce de la suya contra mí, yo pensé: ¡Cuantos años desperdiciados! Y el sumo éxtasis llegó, intenté que apartara su boca pero sujetándome con sus dedos entrecruzados se fue tragando mi semen de forma natural sin dejar de chupar mi verga, noté bajo mis huevos la viscosidad cálida de su semen derramado sobre mí.

Estaba como atontado de placer, Troy sujetando mis tobillos  inclinó mis piernas sobre mi cuerpo dejando mi culo frente a su cara, que enterró sobre mis huevos lamiendo su propio semen segundos después su boca y lengua con semen se abría paso en mi culo, si la mamada fue genial, ahora notaba un ligero palpitar de mi ano, esa lengua invadía el interior de mi culo abriéndolo, yo gemía y gemía girando la cara de lado a lado, apoyó mis piernas sobre su pecho y su polla comenzó a taladrarme a medida que entraba, se retiraba al instante mirándome la cara, entraba y se retiraba de nuevo, mis manos se pusieron tras sus nalgas y la otra vez que entró apreté mis manos sobre sus nalgas forzándole a entrar profundamente dentro de mí, su boca cubrió la mía antes de quejarme ante tal dolor y placer, se quedó clavado en mi interior, notaba su polla temblar dentro con vida propia, ahora mis rodillas tocaban mi pecho, el parecía hacer flexiones mientras me traspasaba con su verga, nuestras bocas se saboreaban a placer, notaba su dureza muy adentro como tocando mi alma. Pasó sus brazos bajo mi espalda haciéndome levantar, mis brazos alrededor de su nuca y él sobre sus piernas dobladas sentado de nuevo sobre sus talones, sus manos en mis nalgas separándolas mientras levantaba mi cuerpo y lo hacía descender de nuevo clavándome más si cabe su polla, mi verga aprisionada entre nuestros cuerpos estaba de nuevo endurecida, mi boca buscaba desesperadamente la culminación final, cruzamos nuestras caras juntas por las mejillas y en el posterior movimiento susurró a mi oído: ¡Te quiero! Y noté una fuerte sacudida dentro de mí, mientras Troy derramaba su semen en mi culo yo eyaculaba en abundancia entre nuestros cuerpos fuertemente abrazados en un postrer éxtasis de mutuo placer.

Me depositó en la cama con dulzura mientras su cuerpo descansaba sobre el mío, con su falo dentro de mí, miramos la hora, llevábamos hora y media haciendo el amor o sea 90 minutos, Troy me miró preguntando: ¿Tienes hambre? Yo respondí: ¡Sí, pero prefiero quedarme así antes que comer! Y desde ése día estamos juntos y han pasado casi 15 años.

Entonces Troy comenzó a contar: Ya en la escuela me di cuenta, que me atraían más los cuerpos de los chicos que las chicas, yo estaba aterrorizado que lo descubrieran y disimulaba todo lo posible, los fines de semana nos reuníamos los amigos de clase e íbamos de botellón, a discotecas y fumábamos de todo, mi mejor  compañero era Joaquín, hijo de un militar de alto rango, de cara no era guapo, pero tenía un bonito cuerpo- tenía pinta de macarrilla y siempre presumía de sus ligues, pero en los estudios iba mal- a veces tras el botellón se encontraba indispuesto tras la borrachera, entonces el resto seguían de marcha y yo le hacía compañía hasta que se encontrara mejor, como no quería que lo vieran en ése estado íbamos a una especie de casa ruinosa, allí se reunían todo tipo de gente, a beber, fumar y perjudicarse con drogas. La primera vez que se encontró indispuesto tras quedarnos solos, continuó bebiendo a pesar que yo le reñía, lio unos cigarros con maría y ambos fumamos, mientras hablábamos de todo y él como siempre se enardecía de sus ligues con las chicas, entonces cogiendo mi mano la llevó sobre su entrepierna, noté su fuerte erección, aparté mi mano, entonces puso la suya sobre mi entrepierna frotando mi verga que comenzó a crecer ante su contacto, acercó su cuerpo junto al mío, se encontraba a mi lado giró parte de su cuerpo acercándome sus labios sobre los míos, me besó apretando fuertemente su boca sobre la mía, su lengua entraba dentro de mi boca, yo casi ni respiraba, una mano pasaba por mis hombros acercándome a él y la otra acariciaba mi pecho por encima de la camiseta, notaba su respiración acelerada y su boca fue bajando hasta mi tetilla, la succionó, con la camiseta mientras su otra mano apretaba cada vez más mi verga, me abrió el pantalón e inclinó su cuerpo sobre mi bóxer, su boca mojaba la prenda con su saliva, mi verga temblaba endurecida, me mordía los labios para no gemir de placer.

Joaquín metió su mano dentro de mi calzoncillo sacando mi verga y los huevos, que quedaban apretados por la goma del bóxer, ahora su boca chupaba y chupaba con fuerza mi polla, yo acariciaba su cara con una mano y con la otra su cabello acompasando su mamada, no pude resistir y gemí mientras me corría dentro de su boca, él continuaba chupando dejando totalmente húmeda mi verga, cuando levantó su cuerpo apoyándose en la ruinosa pared suspiró relamiéndose los labios. Me puse entre sus piernas agachado abrí su pantalón bajándoselo junto con su slip, ahora su trasero desnudo estaba sobre las maderas donde nos sentábamos, mi mano cogió su verga y acercando mis labios comencé a chupársela, él soltó un sonoro gemido al contacto de mis labios apretando su polla mientras mi cabeza subía y bajaba, mi mano acariciaba sus huevos mientras la otra por debajo de éstos frotaba su ano, lentamente mi dedo índice fue entrando dentro de su culo, mientras yo aceleraba la mamada, gimió soltando su semen dentro de mi boca, seguí chupando eliminando cualquier resto de semen y saqué mi dedo de su culo, poco después me senté a su lado, nos miramos y dijo: ¡Ha sido genial! Yo asentí, nos arreglamos la ropa y nos reunimos con nuestros colegas.

Cada vez que nos encontrábamos solos en los vestuarios o lavabos me besaba de forma voraz y algunos de los días volvíamos a rememorar nuestro primer encuentro sexual terminando con la boca llena de semen del otro. Al finalizar el último curso, nos invitó a la casa de sus padres, éramos 6 en total, disfrutamos de la gran piscina, tomamos el sol y jugamos todos, después de comer al mediodía unos sándwiches los cuatro colegas se tumbaron a tomar el sol, Joaquín tiró de mí llevándome al vestuario de la piscina, nada más cerrar la puerta me bajó el bañador y agachado delante comenzó a chuparme la verga, mientras él se masturbaba con la suya fuera del bañador, al poco me tumbó sobre un banco de madera boca arriba con mis pies apoyados en el suelo, cogió un tubo de un estante y untó mi verga con un gel mojándose el trasero con el mismo, de pie fue pasando de mis pies hasta cerca de mi verga, su mano la cogió mientras bajaba su trasero, su cara era de concentración y yo notaba como mi polla iba entrando dentro de su prieto culo, su cara expresaba dolor, pero continuaba descendiendo clavándosela hasta el fondo, los dedos de su mano derecha entraban en mi boca y yo los chupaba, su mano izquierda apretaba mi pectoral, su cuerpo comenzaba a subir y bajar mientras ambos gemíamos.

Estábamos tan concentrados en nuestro placer, que no notamos que entrara nadie allí, de pronto una mano bajo mi nuca levantó ligeramente mi cabeza mientras una verga con los huevos fuera del bañador se metía en mi boca, era uno de los colegas, al otro lado del banco otro se masturbaba acercando la suya a mi boca, de un tirón les bajé las prendas y sujetando sus pollas las fui alternando en mi boca, un tercero estaba de rodillas en el suelo chupándole la polla a Joaquín y el cuarto de pie sobre el banco, con los pies a cada lado de mi cintura obligaba a mi amigo a chuparle la polla apretándole la cabeza contra su verga al tiempo que el cuerpo de Joaquín subía y bajaba sobre la mía.

Joaquín tomó el tubo untándose el dedo y fue frotando el ano del que estaba de pie en el banco metiéndole el dedo dentro del culo, mi amigo sacó mi verga de su culo y obligó al chico a sentarse sobre mi polla ocupando su lugar, pero esta vez dándome la espalda, se quejó de dolor, pero comenzó a cabalgar, el que estaba de rodillas se puso delante de éste haciéndole chupar su verga mientras Joaquín mojando de gel el culo de éste lo follaba. Mi lengua lamía el ano de uno de los chicos que lo movía constantemente sobre mi boca soltando gemidos, después el otro ocupó su lugar y le comí bien el culo, al poco uno se follaba al otro y yo chupaba la verga del penetrado, el vestuario era caluroso y junto a nuestra intensidad todos sudábamos, finalmente comenzaron a correrse, uno en mi boca, el otro dentro del culo de ése, yo dentro del jinete sobre mi verga, éste en la boca del que era penetrado por Joaquín y mi amigo llenándole el culo a éste. Agotados y sudorosos nos pusimos de nuevo los bañadores y antes de salir a la piscina, uno de ellos dijo, que ya sabían todos lo que ocurría entre Joaquín y yo, nos habían seguido un día y les llamó la atención que se excitaron tanto como nosotros masturbándose entre ellos tras chuparse las vergas mutuamente, nos besamos entre los seis y nos tiramos a la piscina.

A Joaquín por sus malas notas, su padre lo envió a la Academia Militar, fue la última vez que lo vi a él y al resto.

Pasado el verano entré en la Universidad, mis nervios estaban a flor de piel, ya estaba dentro del aula, cuando entró un joven muy atractivo, elegante y algo arrogante, no miraba a nadie se sentó y a mi pesar pensé ¡Me he enamorado y nada menos que de él! Desde un principio hubo rivalidad entre ambos, era muy inteligente y yo estudiaba con ahínco para estar a su altura, pero eso parecía no gustarle, pasado el primer año los siguientes eran casi de complicidad, pero nunca hablábamos entre nosotros, nos graduamos con los máximos honores y le perdí la pista. Durante la fiesta de graduación se me acercó un hombre con aire militar, se presentó como delegado del Cuerpo de la Policía Nacional, me dijo, que estaba buscando buenos candidatos para un Departamento del Cuerpo Nacional y creía que yo era un posible buen candidato y me entregó su tarjeta para visitarlo al día siguiente. Pasé un año de entrenamiento, incorporándome en una Comisaría para saber el funcionamiento de todo, mi función era pasar inadvertido, por eso iba vestido normal, sin uniforme, me dejaban llevar el pelo más largo de lo normal, de esa manera podía infiltrarme entre manifestantes en huelgas, hinchas de fútbol, drogadictos, entrar a conciertos, discotecas y locales de prostitución, camuflarme en las redadas.

Me encontraba ante unos chiquillos intentando calmarles en un piso ruinoso del casco antiguo, noté una intensa mirada a mis espaldas y al girar mi cara me encontré frente a Tony, mi antiguo rival en la universidad, apenas había cambiado, continuaba vistiendo de forma impecable, su cuerpo algo más musculoso y como ha contado Tony bajó a los chavales y luego los llevamos a los asistentes sociales, tras separarnos mi ánimo estaba alterado, necesitaba sofocar el ardor que me había producido verlo de nuevo, muchas noche pensaba en él imaginándomelo desnudo entre mis brazos o entre mis piernas penetrándome o penetrándolo, necesitaba un desahogo y entré en una sauna para hombres, allí me hicieron varias mamadas y una hora después, salí dirigiéndome a mi casa, cundo estaba por abrir la puerta del piso apareció la Sra. Encarna sonriendo y soltó: ¡Troy no sabía que tenía hijos! Y entonces aparecieron los 6 chavales que habíamos dejado con los asistentes sociales y el que parecía mayor dijo: ¡Hola papá! Mientras todos me rodeaban agarrándose a mis piernas, el mayor rodeaba mi muslo con sus brazos, que se apretaban sobre mi verga, la Sra. Encarna añadió: ¡Les he dado chocolate con pan tostado para cenar y por la hora ya tendrían que estar en la cama! Yo le di las gracias y entramos todos juntos a mi piso, llamé al asistente social asegurándole que los chiquillos estaban a salvo y en mi casa, hice un par de llamadas más y finalmente me encaré con ellos, me contaron todo.

Les preparé las camas, pero querían dormir todos juntos, por consiguiente coloqué los dos colchones grandes en el suelo tras desmontar la cama, dejando más espacio, les pasé sabanas y unos edredones, se acostaron, yo me quedé en el sofá, ya que mi cama no tenía colchón. Al día siguiente, aparecieron los asistentes sociales, un amigo mío psicólogo con el juez de guardia y desde entonces han vivido conmigo.

Hubo segundos de silencio y los 6 jóvenes de detrás se levantaron poniéndose sentados sobre sus tobillos el que parecía mayor dijo: Mi nombre es Pierre (Pedro) tengo 26 años, señaló al que estaba a su lado y éste dijo, yo soy Jean (Juan) su hermano, un año menor, el primero continuó diciendo: Un matrimonio  del Sur de Francia no tuvo en acogida, ya tenían dos hijos y eran granjeros, sus hijos eran bastante vagos y como no hacían sus faenas, nos señalaban a nosotros como los responsables, el padre los creyó siempre y recibíamos golpes en el culo y cuerpo con su cinturón, hartos de recibir golpes nos escapamos por la noche, andamos horas y horas hasta llegar a la estación y nos colamos en un tren de mercancías, llegamos al final y vagamos horas por la gran estación, todo era inmenso, unos policías nos pararon y poco después estábamos en un centro de acogida, pasamos por dos familias pero siempre terminábamos de nuevo con los asistentes sociales, en la última llevábamos casi un mes cuando fueron detenidos y quedamos de nuevo con la asistente social, mientras otros chicos armaban barullo, me colé en el despacho apuntando la dirección del hombre que nos había tratado de forma amable y nos presentamos en su casa, era la casa de Troy.

Jean añadió: Mi hermano me llevó casi todo el trayecto hasta la estación del tren a caballito para que no me cansara tanto y en la última casa de acogida detuvieron al matrimonio y a otro hombre, que les pedía a estos el chico más joven.

Otro de los jóvenes dijo: Yo soy Marek, tengo 25 años los mismos que Zegor, Vadim tiene 24 y no habla, nosotros estábamos en un capo de refugiados tras la guerra de los Balcanes, un hombre dijo que era nuestro familiar y nos sacó de allí tras sobornar a los militares, nos llevó en coche hasta Italia, allí tras hablar con unos hombres se fue guardándose dinero en el abrigo y pasamos a manos de otros hombres, finalmente nos encontramos en Nápoles, allí conocimos a Renzo, que llevaba algún tiempo con ellos y le obligaron a explicarnos lo que deseaban de nosotros, él lo usaban para grabaciones porno con hombres o con otros chicos y tuvimos que acceder a ello, pasado algún tiempo debió haber algún chivatazo ya que nos sacaron a todos de allí y nos trajeron a España en un barco de recreo pero en el puerto de Barcelona los detuvieron y nosotros terminamos con los asistentes sociales, más tarde en una casa muy ruinosa donde conocimos a  Pierre y Jean, además a Troy, que intento por todos los medios tranquilizarnos.

Renzo que estaba frente al portátil dijo: ¡Mirad la pantalla!

En la pantalla se veía a los chicos entrando al piso tras la fuga de los dos matones, Vadim entra directamente al cuarto de baño sacando medio cuerpo de Waldeck acariciándole la cara mientras le decía: ¡Vassili, Vassili, despierta hermano, Waldeck despierta por favor no me dejes! Mientras derramaba lágrimas por sus mejillas, entonces entra Troy y coge el cuerpo mojado de Waldeck sacándolo del baño en brazos susurrándole palabras de valentía, coraje y afecto, a él también se le escapan lágrimas de los ojos.

Entonces se oyó una voz algo trémula al principio diciendo: ¡Vassili es…, era mi hermano mayor! Era Vadim el que hablaba tras muchos años de mutismo continuó: Era de noche y estábamos acostados, entraron unos militares en la casa sacando a mis padres de su habitación al salón, oímos varios disparos, mi hermano dormía en su cama y debajo de ésta como si fuera un cajón dormía yo, creo que se llama cama nido, al oír los disparos mi hermano cerró bruscamente mi cama bajo la suya conmigo dentro, por la abertura entre las dos camas vi a un soldado coger a mi hermano y levantarlo del suelo mientras él intentaba zafarse gritando, el hombre se reía le arrancó la ropa lo tumbó en el suelo boca arriba mientras se abría el pantalón, Vassili chillaba el hombre le tapó con una mano la boca y nariz mientras la otra se cernía alrededor de la garganta, el cuerpo de mi hermano se movía al compás de los movimientos del hombre dentro de él, sus ojos siempre sonrientes se fueron apagando mientras  miraba en mi dirección, cuando el hombre terminó lo dejó allí tirado y sus ojos ya no tenían vida, cuando no se oyeron ruidos salí a duras penas abrazándome a mi hermano, quería devolverlo a la vida, pero ya se había ido para siempre.  Cuando vi a Waldeck en aquel estado mi corazón estalló y sin apenas darme cuenta hablé de nuevo. Lo siento.

Troy y Tony junto a los chicos lo abrazaron dándole su apoyo y todos lo acariciaban y le daban besos cariñosos, se sentaron de nuevo y Waldeck se acercó a él abrazó su cuerpo mientras sus labios saboreaban los de Vadim, que se abrazó con fuerza a mi amigo mientras sollozaba, Waldeck le dijo: ¡Me gustaría que me aceptaras como  tu hermano! Vadim asintió. Troy y Tony se miraron y el último dijo: ¡Waldeck, ahora teóricamente estas muerto, haremos algunos cambios, tu imagen, tu nombre y apellidos, nacionalidad! Troy añadió: ¿Qué te parecería llevar nuestros apellidos como hijo nuestro, ahora nosotros estamos legalmente casados? ¡Si aceptas, solo faltaría saber qué nombre quieres!

Waldeck se levantó echándose en los brazos de los dos hombres que habían orquestado la falsa muerte, diciendo: ¡Síiii y de nombre me llamaré Jordan, siempre me ha gustado ese nombre! Los tres se fueron a vestir, diciendo que nos quedáramos todos allí, que no tardarían mucho en volver.

Nosotros cinco nos sentamos en el tatami y los seis jóvenes también, nos contaban sus vivencias con Troy y Tony y la Sra. Encarna durante todos esos años, la mujer cada tarde, les leía un libro, había sido profesora ahora jubilada y aburrida, poco a poco ella se encariñó con ellos y ellos con ella, les daba lecciones de todas las asignaturas, las dos hermanas de Troy venían dos veces por semana y limpiaban los dos pisos, se hizo una puerta que los comunicaban, Troy y Tony les enseñaban nuevas tecnologías y la Sra. Encarna se hizo adicta a ellas también, el patio trasero que antes estaba separado ahora era uno solo y  habían montado unos aparatos para divertirse jugando, pero con el tiempo se dieron cuenta que eran para tener destreza, agilidad y rapidez, Troy había conseguido darles sus apellidos adoptándoles, al principio no estaba Tony, pero tiempo después era muy asiduo llegando finalmente a instalarse allí con ellos. También dijeron que nunca les habían puesto las manos encima, ni con las regañinas y menos para tener sexo, pero nos aseguraban que ellos sí tenían sexo entre ellos, eran amigos, hermanos y amantes, a pesar de la poca diferencia de edad entre ellos, pocas veces reñían o discutían, como siempre les decía Troy, las cosas se hablan y se aclaran, cada uno puede tener un punto de vista diferente, pero siempre hay alguna solución.

Renzo comentaba que cuando miraba las cámaras de nuestras habitaciones, no sabía cuál elegir mejor, en todas había sexo nocturno y aseguró que era un buen espectáculo digno de una peli porno. Vadim, cada vez con la voz más suelta dijo: ¡No es para desmerecer a nadie, pero creo que la más espectacular fue Miguel con Waldeck! Renzo dijo: ¡Esa no la vi! Yo me puse colorado, Vadim se levantó y puso un pendrive y buscó, finalmente aparecimos en la gran pantalla Waldeck y yo, era la escena que mi amado estaba sentado al borde de la cama y yo sentado sobre su poderosa verga frente a él mientras sus manos en mis nalgas me subían y bajaban sobre su polla, poco después estiro mi espalda sobre sus muslos sujetándome con sus dedos entrelazados a los míos y mi cuerpo se va deslizando hacía el suelo mientras Waldeck se levanta al mismo tiempo sin sacar su verga de mi interior, mi cabeza y hombros descansan sobre la alfombra y él con sus piernas separadas y sujetando mis tobillos flexiona las rodillas sacando su verga en su totalidad y enterrándola de nuevo dentro de mí se oyen suspiro en el tatami y gemidos de placer en la pantalla.

Echo na mirada a todos, que están embobados mirando las imágenes, noto que están cachondos, unos se colocan bien la polla, otros se la frotan sobre la toalla o sobre el pantalón, mi hermano Nico se acerca a mi oído y dice: ¡Es mejor que el porno y te entra toda, que barbaridad hermanito! Gira mi cara y besa mis labios, su lengua busca la mía, casi de inmediato Pol se coloca de rodillas detrás de nosotros abrazándonos y metiendo su boca con las nuestras saboreándolas, los ánimos estaban encendidos y lentamente  las bocas se fueron buscando en parejas o tríos y las manos no quedaron inertes acariciaban, sobaban y poco a poco las prendas y toallas, que cubrían los cuerpos de todos los presentes fueron dejadas a un lado, primero nuestros compañeros entre ellos, pero alargaban las manos acariciando a los recientemente descubiertos jóvenes amigos, casi sin darnos cuenta nuestros cuerpos estaban formando un amplio circulo completamente cerrado, chupabas la verga, huevos y culo del que tenías delante, yo tenía a Vadim, mi verga estaba en la boca de Renzo, la polla de éste en la de mi hermano Nico, la verga y huevos de Nico eran chupados por Zegor, a Zegor se la mamaba Pol, a éste Marek saboreaba su verga, Rubén entre las piernas de Marek hacía lo mismo masturbándole la polla y lamiéndola,  Rubén gozaba con la boca de Pierre, Mario chupaba la polla de éste y Jean el hermano de Pierre a se tragaba la polla de Mario con deleite, Vadim cerraba el circulo chupando la verga de Jean mientras metía sus dedos dentro del prieto culo mientras le chupaba la verga, solamente se oían gemidos y bocas chupando, las manos masturbando y las bocas succionando se fueron acelerando y poco a poco comenzaron a soltar gemidos de placer mientras soltaban su semen sobre la cara del mamador, que luego continuaban chupando, agotados nos limpiamos los restos de semen escapados sobre el tatami, colocándonos de nuevo la ropa, nos miramos mientras reíamos con ganas y en ése instante aparecieron Troy, Tony y un joven casi desconocido, Waldeck a partir de ahora Jordan, estaba realmente cambiado, si antes era  atractivo, ahora estaba para comérselo, varios de los chicos soltaron: ¡Huauuu! ¡Pedazo de tío!

Continuará.