8. Un pase color blanco, es igual a sexo gratis
El mundo del sexo y de los depravados no tiene límites. Y yo soy una víctima de esa depravación.
Continuación de una serie de relatos. Busca en mi perfil
Lamento estar tan inactiva últimamente, pero he estado un poco liada para poder consentirlos. Pero ya estoy de vuelta y totalmente a su disposición.
Quería contarles que durante mi ausencia he tenido un par de video llamadas con algunos de ustedes, y quiero que sepan que me ha encantado, así que porfis, no me vayan a dejar abandonada ahora que he regresado, si quieren castiguenme de otra forma...
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Al terminar de grabar ese video con todos mis agujeros escurriendo semen de saber cuántos hombres, Alex se dignó a sacarme de ese lugar. Yo estaba a punto de morir, necesitaba descansar porque de otra forma me enterrarían pronto.
Vamos bebé, necesitas dormir un poco y dejar que tus agujeritos se cierren un poco porque se te ven muy dilatados por esa tremenda verga que te metieron. Te vi llorar, ¿estás bien?
¡¿Que si estoy bien?! ¡Eres imbécil o qué! Claro que no estoy bien, me destrozaron, me duele todo, no me trataron muy bien que digamos, se supone que yo tengo que disfrutar de toda esta mierda. No puedes aparecerte como un estúpido con esa cámara en el hombro grabando como me parten en dos casi literalmente... eres un cretino. - solté a llorar porque en verdad estaba frustrada por lo último que me habían hecho.
Amor, detente, no es eso. Pensé que te gustaba el trato duro. Creí que te gustaría. - trataba de abrazarme y yo solo me libraba de su agarre. No quería que nadie más me tocara. En realidad estaba lista para largarme de ese lugar y deja a Alex. Lo odiaba.
No vuelvas a decirme "amor" de nuevo en tu miserable vida. Eres un pedazo de ...
El dueño del lugar me interrumpió:
- Vamos cariño, no se pongan a pelear ahora. Tienes mucho potencial, te voy a entregar el dinero que hiciste hoy, luego hablaremos sobre lo que ganarás regularmente, pero de momento solo quería decirte algo importante...
Se acercó lentamente a mi, con una mirada que me confundió, creo que fue porque no me la esperaba, sentí que me veía con cariño. Y no entendí por qué y como que me hubiera leído el pensamiento me dijo:
- Te pareces mucho a la mujer a quien le entregué mi virginidad, si es que eso existe para los hombres, pero era muy hermosa como tu. Quiero ofrecerte lo mejor que pueda, así que quiero que hagas un listado con tus límites, te he de proteger de muchas cosas que te pudieran pasar en este lugar si no te tengo en la mira. - ya estaba a centímetros de mí, y yo ya no estaba enojada, al menos mientras Alex saliera de mi vista. Sus manos tomaron mi rostro y con mucho cariño acercó sus labios a los míos, podía sentir su respiración mezclarse con la mía, lentamente fue colocando sus labios sobre mi boca y me besó lento y seductoramente, me gustaba mucho cuando me trataban bien y rudo a la vez, este hombre estaba cumpliendo bien la primera parte, sus manos sostenían mi rostro mientras profundizaba más el beso, pasando su lengua por mis labios para acceder a mi boca, cuando le di entrada, su lengua empezó a explorar la mía y sus manos empezaron a moverse, de forma tierna pero demandante, llegaron a mis hombros y el bajó su boca a mi cuello, iba dejando su saliva y sus caricias, sus manos llegaron al mismo tiempo a mis pechos, mis pezones estaban respondiendo a sus caricias. Sabía que Alex seguía observándonos pero si a él no le importaba, a mí menos.
Mis manos tomaron vida propia pues en segundos ya estaban sobre el pecho de él, quería tocarlo, sentirlo más cerca, que me tomara. A pesar de que me dolía todo y que seguramente me moriría de dolor, lo quería más cerca cada vez. Bajó sus manos hasta mis nalgas y me estaba manoseando, yo soltaba gemiditos por lo bajo porque ya estaba caliente, quería más. Ya sentía su erección contra mi entrepierna, quería sentirlo libre.
Bajé mis manos hasta su pene pero me detuvo, se llevó mis manos a su boca y besó mis nudillos.
- Cielo, hay algo que quiero que entiendas, no te haré daño, me recuerdas demasiado a alguien importante, así que acepta quedarte conmigo, porque quiero enseñarte algo que sé que tu porquería esa que tienes por novio, no sabría darte.
Me tomó de la mano y me llevó hasta un lugar que no tenía idea que existiera, era un cuarto como de un hotel de 5 estrellas, con una sala, baño, vestidor, un bar y la habitación, con super decoraciones, me hizo entrar y cerró la puerta con llave.
¿Alguna vez haz sido penetrada por un perrito? - me susurró al oído y yo no hice más que negar con la cabeza y sentir como a pesar de la irritación, mi vagina estaba mojada solo de pensar en algo tan sucio como eso.
Papi, ¿me enseñas cómo se hace? Quiero complacerte... - me empecé a mover sensualmente para él, quería que él quisiera esto tanto como yo, así que le devolví el beso de hace un rato con todas las ganas que podía tener todavía.
Duerme, que en la mañana sabrás lo que significa ser utilizada por un animal. Eres una putita muy caliente y rica, quiero que no te limites. Esperemos a mañana para que estés más cerradita. Por ahora acuestate en la cama, quitate toda la ropa, abre las piernas y esperame allí.
Yo no quería ni hablar, porque en realidad sí quiería que este tipo que aunque ya me cogió me estaba tratando bien y que además ya lo deseaba, así que hice lo que me indicó.
Lo estaba esperando.
Cuando llegó todo pasó muy rápido, se colocó entre mis piernas, las abrió por las rodillas, se quedó observando como estaba de abierta y tras devorarme con la mirada, se inclinó y pegó su cara a mi sexo, el aspiraba mi olor y se me hizo demasiado sexy, yo todavía tenía olor a semen y que él no haya rechistado me encantó, acercó su nariz a mi clítoris y lo estaba rozando, yo estaba irritada, así que sentí la molestia. Sacó su lengua y de la forma más lenta y suave empezó a pasarla por todos lados, yo solo podía agarrar las sábanas, cerrar los ojos, tensar las piernas y dedicarme a sentir como empezaba a hacerme uno de los mejores orales que he recibido, no era morboso el momento, pero recordar que en unas horas me usaría un perro me encendía como nunca.
Acercó su mano a mi sexo y empezó a untar algo, yo no sabía que era pero lo dejé hacerlo, total debía irme a bañar antes de dormir.
Se alejó lentamente y observó su obra, se empezó a retirar y me dijo:
- No puedes cerrar las piernas por nada del mundo. Si lo haces te castigaré, y te llevaré de vuelta al cuartucho en el que estabas.
Decidí que lo mejor era obedecer, me ponía una venda en los ojos y seguía advirtiéndome que no juntara las piernas pasara lo que pasara. Terminó de ponerme la venda y sentí cuando se fue. Yo estaba expuesta como puta en celo. Escuché como se abría la puerta de nuevo.
Para mi sorpresa había un nuevo sonido, era le jadeo de un perro. Mi corazón empezó a latir con mucha fuerza, mi vagina producía más fluídos que se mezclaba con el semen que todavía que daba en mi. La cama se hundió frente a mis piernas, una respiración con olfateo se acercó a mi sexo y se sentía grandioso el aire de la respiración y saber que había un perro sintiendo mi olor, hasta que tras minutos de tortura, sentí como con su lengua aspera y extendida, la pasó por todo mi sexo...
La noche era joven... y aunque esté más abierta que nunca, decidí que disfutaría de este momento con ese perrito así sea lo más doloroso que me pueda pasar.
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Perdón por ser capítulo corto, pero les recompensaré.
Besos húmedos para todos, espero sus mensajes en mi correo porque sigo deseando verlos por la webcam :) todos son unos hombres exquisitos.