8. Anécdotas… – En el Gimnasio.

La primera visita al gimnasio... que tendrá un final que no todos esperan.

NdA: Hey my fellas!!! He vuelto!... bueno, en verdad, no, sigo trabajando y en estos días me ha dado tiempo para escribir y quise darles un capitulo mas para que no pierdan el hilo, es pero que les guste y me den su opinión al final de la lectura.

Quiero agradecer a un argentino muy especial que me escribió un gran y excelente correo dándome su buena y muy valorada opinión de lo que va de la historia que sinceramente me dieron muchos ánimos de seguir y bueno llegar a mi meta.

¡Augurios! Jajajaja.

Sin mas... pueden empezar!

---*---

Sábado 21, agosto de 2004.

Volvía a escucharse el sonido del timbre, estaba bastante emocionando de poder verlo de nuevo, ya habían terminado sus clases luego de sus difíciles exámenes finales, no lo veía desde hace 3 semanas, 21 días, 504 horas ó 30.240 minutos, como lo quieran ver... mi hermano Matty abría la puerta un poco extrañado y somnoliento.

  • ¿Andy?... ¡Andy!

  • ¡Matty!

Eran las 11:30 am, pero mi hermano parecía que acababa de despertarse. Desde que habían terminado sus finales, las ganas de verlo y pasar tiempo con él no se hicieron esperar, así que me “escapé” de casa y en media hora ya estaba frente a mi hermano abrazándolo.

  • Andy... ¿Qué haces aquí? No te esperaba.

  • Quería verte... te extrañaba.

  • Yo también... pero podrías haber esperado hasta el miércoles.

  • No, no podía...

  • Jajajaja... ven pasa.

Entramos a su apartamento, era un gran espacio bastante moderno tipo loft de dos habitaciones, la sala/cocina era de paredes blancas con algunos cuadros con pinturas minimalistas – elegidos por mamá –, el piso de cerámica oscura y un gran ventanal que daba a una vista de la autopista y media ciudad de Caracas con el Ávila de fondo, de muebles grises bastante cómodos y una mesa de centro blanca. Desde la entrada se podía ver la escalera que iba al segundo piso donde estaban las habitaciones.

  • Perdona el desorden hermanito, no esperaba a nadie.

  • Jajajaja... se nota.

  • Oye... tuvimos fiesta anoche, estábamos celebrando.

Era obvio que el apartamento era de mi hermano, en la mesa del centro había unas cuantas cajas de pizza, envases de comida china y en el mesón de mármol negro de la cocina estaban muchas botellas de cerveza y unas cuantas botellas de alcohol.

  • Y ¿Cómo están las cosas en casa?

  • Pfff... bueno, bien, como siempre.

  • No te oyes muy feliz.

  • Bueno... sabes que las cosas son diferentes desde que te fuiste.

  • Si, lo sé. Pero bueno, no hablemos de eso... ya sabes que... no quiero hablar de él.

Desde que Matty se había ido de casa nuestra madre ya no tenía ese brillo en los ojos como antes, lo único que hacía era mejorar el jardín con su gran proyecto rediseñándolo, agregando una montañita, con una cascada terminando en un riachuelo. Tony seguía en su mundo, se encerraba en su habitación cuando llegábamos del colegio, rodeado de sus libros y algunas veces jugando con su Xbox o el GameBoy, por dios cuanto odiaba que me ignorase o me respondiera solo con monosílabos. Y nuestro padre...

  • ... ¿En qué piensas?

  • ¿Ah?

  • ¿En qué piensas? Te quedaste callado.

  • Ahhh... bueno en nada – mi hermano me dio una mirada significativa –... pensaba en cómo estaban las cosas en casa.

  • Ya...

  • Papá...

  • Ya Andrew.

  • Pero...

  • ¡Basta! Te dije que no quiero hablar de él, por algo me fui de casa.

  • Lo sé. Discúlpame – escuche un suspiro de Mathew mientras comenzaba a recoger toda la basura que había en el apartamento.

  • Bueno. Hablemos de otra cosa. Háblame del colegio, ¿Cómo están todos por allá?

  • Bastante bien, ya algunos se fueron de viaje.

Me sonroje un poco ya que la primera persona que pensé fue en Arturo y nuestras mamadas ocasionales – solo habían sido tres... o dos y media –, en su casa cuando estuvimos solos de nuevo y la calentura no nos dejo pensar, me incline rápidamente abriendo sus piernas y la cremallera de su pantalón del colegio para sacar su verga y comenzar a chupar logrando que finalmente acabara en mi boca, o en la mía, donde él me sorprendió haciendo exactamente lo mismo cerrando la puerta de mi habitación con seguro y a paso decidido se metió mi verga en su boca dándome una mamada magistral mientras yo acallaba mis gemidos mordiendo mis labios ya que mamá y Tony estaban en casa, dando el mismo resultado descargando mi leche directamente en su garganta, cuando se levanto me dio un beso rápido y salió de mi cuarto para entrar en el baño – imagino que para masturbarse y quitarse su propia calentura. Y para terminar aclarando la parte de “dos y media”... una tercera mamada en los baños del colegio, había salido de clase y entrado al baño para orinar, cuando ya había acabado y estaba abriendo la puerta Arturo entro al cubículo, “estoy caliente Andy... un rapidito...”, se había sacado rápidamente su pene erecto, pero yo quería otra cosa así que lo bese con locura probando su boca y alegrándome porque él también estaba respondiendo el beso, cuando nos separamos yo baje de goloso a comer verga disfrutando de su sabor y su sonrisa al verme dándole placer, pero nuestra alegría duro poco ya que escuchamos a unos chicos entrar al baño y nos separamos igual de rápido que comenzó todo, Arturo se subió al excusado agachándose y tomándome por los hombros me coloco frente a él logrando aparentar que seguía orinando y nos quedamos callados mirándonos con los ojos abiertos, en su mirada podía ver que estaba igual de asustado que yo, hasta un poco de arrepentimiento... Cuando los chicos se fueron solté un suspiro que no sabía que estaba reteniendo y salimos del cubículo, “mejor lo dejamos Andy...” me había dicho apenado, lo único que pude hacer fue afirmar con la cabeza y salir del baño para regresar a clases...

  • Qué bueno... Andy... ¿Andy?

  • Ah... ¿Qué? – al estar recordando todo, me quede como un pendejo mirando hacia la nada.

  • ¿Te sonrojaste? Jajaja...

  • ¿Ah, sí, en serio? – me toque un poco la cara bastante nervioso.

  • Si... jajajaja ¿Tienes calor? Quítate el sweater.

  • Ok.

Llevaba un sweater DC morado, unos jeans azules bastante desgastados y mis zapatos DC blancos con los detalles en negro, mi estilo de vestir había cambiado un poco ahora ya no era el “fanático de la Adidas”, ahora me iba más la onda de skater. Al quitármelo y dejarlo en el sofá tenía una camiseta a rallas negro y gris oscuro. Mi hermano iba mas cómodo que yo, solo llevaba una camisa blanca y unos shorts rojos con blanco.

  • ¿Cómo esta Karina? – le pregunte a mi hermano.

  • Mmm... hemos tenido problemas últimamente – ya estaba botando las botellas que estaban en el mesón.

  • ¿Y eso?

  • ... En verdad no es nada importante, he estado ocupado estudiando y trabajando, ella no entiende que para mí, primero son los estudios.

  • Pero ¿pueden solucionarlo?... ¿Van a terminar?

  • No vale... mañana vamos a salir, y el miércoles la llevo a casa... por tu cumpleaños.

  • Ahhh que bien – le dije sonriendo.

  • Ahhh... y hablando de tu cumpleaños, espera – mi hermano subió las escaleras de dos en dos y a los pocos minutos ya bajaba con un paquete en las manos – aprovechemos que estas aquí hermanito.

  • ¿Qué es esto?

  • Pues tu regalo idiota.

Lo abrí rápidamente rasgando el papel negro para sorprenderme, era una cadena de plata muy brillante, hacia juego con la pulsera que me había dado Luís – que nunca me quito –, era demasiado perfecta.

  • Gracias Matty, me encanta.

  • Lo mejor para mi hermanito.

  • Joder... no me digas así, me da pena... además ya voy a cumplir 14 años jajaja.

  • Jajajaja tu siempre serás mi hermanito... y Tony será el peque de la casa.

  • ... Tony... – dije un poco molesto y colocándome la cadena.

  • ¿Qué pasa con el peque?

  • Pues... no se coño... es que... está muy extraño, no me habla.

  • ¿No? – decía sentándose en el mesón ya vacio y abriendo una de las cajas de pizza y tomando un pedazo.

  • No... y cuando llega del colegio lo único que hace es encerrarse en su cuarto.

  • Mmm que raro. Seguro se soluciona, debe ser una etapa... aunque... el peque tiene 9 años, es muy joven para estar solo todo el tiempo, ya hablaré con él el miércoles, relájate Andy.

  • Ya.

  • Pero no me terminaste de decir, ¿Cómo te fue este año?

  • Mmm me fue bien. Pasé todas las materias, mate la pasé por poco, en el primer lapso la raspé, en el segundo y tercero mejoré la nota... Papá... – me calle de pronto y ambos nos quedamos en silencio.

  • Pfff ya... termina lo que ibas a decir.

  • Nada... que las amenazas de Papá funcionaron – dije culpable.

  • Si, ya las conozco.

  • ¿Y a ti como te fue en tus finales?

  • Muy bien, estaban un poco largos, pero bastante fáciles, este año me salió todo bien.

  • Me alegro mucho Matty, ya quiero que te gradúes.

  • Jajajaja. Yo también... ¿Y las novias?

  • Jajajaja... bueno...

  • ¿Qué? Cintia y tú.... ¿Por fin?

  • Jajaja... no...

  • Ahhh...

  • Ella no.

  • ¿Quién entonces?... vamos, dime.

  • Natalia.

  • Mmm, no la conozco.

  • Es amiga de Selena.

  • Mmm ya va, Selena es la que tiene pelo negro, algo chiquita y ojos achinados castaños, ¿no?

  • Si, es ella... pero yo hablo de Natalia.

  • Coño pero explícame... ¡ES TU PRIMERA NOVIA!... ¡Y NO ME HABIAS DICHO! – dijo levantándose por fin del mesón para luego arrastrarme hasta el sillón y le contara todo lo que había pasado.

  • Jajajaja... Matty, es que duró muy poco.

  • Ahhh... ya terminaron – me dijo con un semblante triste.

  • Jajaja... sí, pero terminamos como amigos.

... Sí, tuve mi primera novia... Natalia es una de las amigas de Selena, ella físicamente es bastante delgada, de mi estatura, pelo oscuro y lacio que lo lleva por los hombros, hermosa de cara con unos labios bastante gruesos, rosados y muy besables, de ojos castaños muy claros, estudiaba con nosotros desde 6to grado. Es una chica que le encantaba bailar y creo que eso fue lo que hizo que me enamorara de ella, en un exuberante y sensual baile de flamenco que hizo en una presentación del colegio, luego de eso empezamos a hablar seguido y a juntarnos para todo. Me enseñó a bailar vals y tango – a petición mía, claro – y nos la pasábamos cada hora libre haciendo el tonto en el patio o en los salones bailando sensualmente.

Salimos un par de veces al cine – apoyados por Arturo, que estaba bastante feliz de que tuviera novia –, la pasábamos genial juntos, la trataba como se merecía: la propia belleza, tan delicada como una flor, disfrutándonos mutuamente. Desgraciadamente los únicos que no les gustaba nada mi relación con Natalia eran Cintia... y Luís. Cada vez que nos veían juntos era una pequeña discusión la cual terminaba con ella gritándome y alejándose molesta. Y Luís nos miraba bastante serio y cuando hablaba de ella con él... simplemente me cambiaba el tema o se iba. Estaba a punto de caerle a coñazos y odiarlo de nuevo...

  • Jajajaja... estaban celosos Andy.

  • ¿Celosos?... te lo creo de Cintia, pero ¿Luís?

  • Bueno... jajajaja... puede ser que Luisito te de una sorpresa...

  • Pfff Matty, ¿Qué dices?... jajajaja.

  • Bueno, seguro es que lo dejaste de lado por andar con esta chica. A mí me ha pasado también, los amigos son novias muy celosas jajajaja.

  • Jajajajajaja – reía mientras recordaba esa escenita de celos que me había montado Arturo en su casa.

Y llegó lo inevitable... hice algo que una parte de mi mente me pedía a gritos, una tarde estábamos solos en su casa, una cosa llevo a la otra... y bueno, sucedió lo que tenía que pasar, nació el amor entre nosotros. Fue lo mejor que me ha pasado en la vida... todas mis experiencias sexuales anteriores, simplemente no se comparan a lo que sentí con Natalia, era algo que hice para probarme, para saber qué era lo que me atraía realmente, responder esas preguntas que me acosaban a cada momento...

  • Entonces mi hermanito perdió la virginidad... jajajaja ¡FELICIDADES! – me dijo mi hermano levantándose del sillón y luego abrazarme muy fuerte.

  • Jajaja... sí, bueno, gracias.

  • Sabias donde meterlo la primera vez, ¿no?

  • Jajajajajaja...

  • Di la verdad, yo tuve que apuntar un par de veces para poder penetrar a Sabrina en nuestra primera vez...

  • Mmm si, a la primera lo logre – le dije sonrojado y sonriendo.

  • ¡Me alegro, campeón! Y usaste condón ¿No?

  • ¡Claro! Los que me diste hace tiempo.

  • Ahhh bueno, está bien, ya sabes que si necesitas me dices para comprarte más.

  • Ok ok...

  • Pero dime ¿Por qué terminaron?

  • Bueno... la cague un poco.

Luego de estar con Natalia, fui un completo idiota, estaba tan emocionado que no pensé claramente, llegue al colegio a contar lo que había sucedido entre nosotros, les dije a mis amigos que era un secreto, que nadie se podía enterar... pero como todos sabemos... es un colegio, así que simplemente al final del día, todo el mundo sabía lo que había pasado. La primera cachetada resonó en todo el salón cuando la profesora había salido por la puerta, me había hecho una escena con gritos, golpes y la mirada de todos sobre nosotros dos, terminando con ella llorando, saliendo del salón acompañada de sus amigas y yo completamente rojo de la vergüenza...

  • Ufff que mal. Pero hermanito... esas cosas no se hablan en el colegio.

  • Bueno... a buenas horas me dices.

  • Jajajajajaja.

Al final fui a su casa. Me disculpe por lo que había ocurrido, en verdad la quería mucho y no pensaba que ese secreto se me saldría de las manos. No volvimos a ser novios y nos distanciamos bastante, pero al final del año nos volvimos a hablar como antes, había algo especial entre nosotros. Perdimos la virginidad juntos... eso es algo que nos une para toda la vida...

  • Por lo menos terminaron en buenos términos.

  • Si...

  • Bueno hermanito. Ya sabes cómo es el amor... jajaja, a veces se gana y otras se pierde.

  • Aja, cambiemos el tema Matty, que me deprimo.

  • Jajaja... eres un niño aún – sonreía recordando que yo le digo exactamente lo mismo a Tony.

Nos quedamos un rato mas hablando de tonterías hasta que mi hermano miró su reloj. Parándose rápidamente.

  • ¿Qué pasa?

  • Ya son las 2:00 pm...

  • ¿Y?

  • Bueno... que hoy me toca gimnasio.

  • ¿Te tienes que ir? – le dije un poco sorprendido y en tono triste.

  • Ahhh bueno, si... – se quedo callado mirándome para luego sonreírme – Hey pero no te pongas así, ven conmigo.

  • ¿Yo puedo ir?

  • Pues claro. Es más, inscríbete conmigo.

  • Mmm ¿Yo?... ¿Gimnasio?

  • Jajajajajaja... si vamos, que tienes que empezar a ejercitarte, ¿no quieres tener un cuerpo como el mío? – me dijo levantando la camisa un poco mostrándome su perfecto cuerpo, con su abdomen, pecho completamente definido y algo que yo deseaba desarrollar era el “triangulo de las bermudas” o “entradas al paraíso” jajajaja siempre me daba un morbo verlo.

  • Si bueno, aunque prefiero tener el cuerpo como Arturo...

  • Ahhh no, ese chamito vive en el gimnasio. No puedo competir con él.

  • Buenooo... recuerda que además de gimnasio tiene sus “drogas especiales” Jajajajajaja.

  • Jajajajajaja... ya déjate de cuentos, él solo se ejercita mucho y ya.

  • Mmm no lo creo.

  • Bueno ya, que se nos hace tarde. Vamos a cambiarnos para ir al gimnasio.

Me levante del sillón y subimos a las habitaciones. Mi hermano entro en la suya para terminar de quitarse rápidamente su camisa, y luego bajarse el short, quedándose completamente desnudo. Me quedé petrificado mirando a Matty desnudo de nuevo, no se dio cuenta que lo seguí hasta entrar en su cuarto hasta que volteo mirándome un poco serio.

  • Andy... – me dijo en un leve susurro.

  • ...

  • Andy... ve a cambiarte – repitió de nuevo con un tono un poco autoritario haciéndome reaccionar.

  • S-si, c-claro... Disculpa.

  • Tranquilo.

Entre a la otra habitación en donde generalmente dormía con Tony o algún amigo de mi hermano que llegaba allí luego de pasar la noche en la disco se desmayaba de la borrachera.

Ambas habitaciones eran iguales, paredes blancas, unas puertas dobles que eran el closet y una gran cama, en la habitación de Matty se sumaba un gran televisor que se había comprado con el dinero del trabajo, un librero lleno que utilizaba para referencias, la mesa de la computadora y un par de ropas tiradas por allí. En cambio “mi” habitación estaba vacía y en el closet solo habían unas cuantas prendas de ropa – mías y de Tony –, me quite lo que tenia puesto quedándome en bóxer y luego buscando algo cómodo que ponerme, una camisa verde Adidas con un short deportivo negro y los mismos zapatos blancos para salir finalmente, mi hermano me esperaba al pie de la escalera vestido con un mismo estilo deportivo que yo pero completamente negro.

  • ¿Listo?

  • Si, ya... vámonos.

  • ¿Estás bien?

  • Si...

  • Oye... – me coloco la mano en el hombro apretándolo un poco – tranquilo, está bien.

Me debía calmar y hacerle caso a Matty. Ambos entendimos lo que había sucedido en la habitación, verlo completamente desnudo y admirar su cuerpo perfecto nos hacia recordar nuestro momento más intimo en la vida, pero debía olvidarlo – o guardarlo en lo más profundo de mi mente y mi corazón – y seguir adelante... todo está bien.

  • Ok – le dije en un susurro.

  • Vámonos.

---*---

Salimos del apartamento para llegar al ascensor un poco apurados y bajar hasta el estacionamiento donde estaba estacionada la moto de Matty – de nuevo, la que se había comprado con su dinero –, era una BMW Rockster R 1150 de ese mismo año, negra con detalles en naranja metalizado, cada vez que la veía me quedaba pasmado de lo poderosa que podía verse y lo potente que se escuchaba el motor haciéndolo rugir cuando mi hermano la encendía. El aspecto de Matty al montarse en ella – y cuando tenía un jean y su chaqueta de cuero – lo hacía parecer un chico malo... y algunas chicas cuando lo veían pasar suspiraban como damiselas en peligro.

Cuando llegó la primera vez a casa montado en ella. Mi padre lo único que hizo fue mirarlo de arriba debajo de forma despectiva y luego entrar a casa suspirando, mamá se preocupo por él al haberse comprado esa “maquina del demonio” y le prohibió montar a Tony y a mí en ella, claro que yo no le hice mucho caso.

Matty se subió en ella encendiéndola rápidamente y se puso su casco, yo me monte detrás de él con mi propio casco. Como no sabía “parrillear” – el que va de acompañante en la moto – me sujete a mi hermano, lo abrace con mis piernas y pasando mis brazos por su abdomen, agarrándome fuertemente – tuve una experiencia desastrosa hace un par de meses, cuando me monte por primera vez en ella, creyéndome un macho no me sujeté de nada, y al escuchar el motor rugir y el primer impulso de ella avanzando, me fui de espaldas cayendo directamente al asfalto. Por suerte no me había ocurrido nada grave, solo un par de raspones y un moretón en la espalda, esa noche me quede con mi hermano bajo su atenta mirada cuidándome toda la noche – así que recordando eso, hasta que estuve seguro de que no me caería le dije a Matty que podíamos irnos, volviendo a escuchar a ese “demonio” rugir para salir del estacionamiento e ir al gimnasio.

En realidad sentía un poco de miedo al viajar en la moto, pero no se podía negar que la sensación de libertad era inigualable y más cuando entraba a la autopista en un corto trayecto pasando entre los autos esquivándolos, le había dicho a Matty que no me gustaba que hiciera eso, pero simplemente me ignoraba, me sujetaba tan fuerte a mi hermano abrazándolo completamente y pegándome a su espalda, que creía que no podría respirar luego. Cuando llegamos bajando la velocidad lentamente pude respirar tranquilo.

  • Coño Andrew. No me aprietes tan fuerte.

  • Disculpa.

  • ¿Estás bien?

  • Si... pero ya te dije que no me gusta ir por la autopista.

  • Jajajajajaja... es el camino más rápido.

  • Igual que por la avenida...

  • No. Los semáforos me enferman.

Luego de estacionarnos entramos rápidamente al gimnasio para ser recibidos por una chica rubia, con senos enormes y exuberantes, bastante hermosa con su mejor conjunto deportivo negro y fucsia atendiendo el mostrador.

  • ¡Hola Matty! ¿Dónde has estado cariño?

  • Hola Lisa, preciosa, estaba en finales.

  • Ayyy... eso no es excusa... tienes que venir a ejercitarte mínimo dos horas diarias.

  • Jajajaja... amor, sabes que para mí los estudios son lo más importante. Esto lo hago por salud y desahogarme un poco.

Mi hermano se estaba comportando como tremendo galán apoyándose en el mostrador y saludando a Lisa con una sonrisa.

  • Ayyy pero... – luego su mirada se posó en mi - ¿Y quién es este guapo?

  • Ya te he hablando de él. Es mi hermano Andrew... – coloco su mano en mi espalda empujándome suavemente hacia el frente – saluda hermanito.

  • Joder Mathew... – en serio debía dejar de decirme así... y más en público – H-Hola... soy Andrew.

  • Jajajaja... ya se guapo, ¡Que BELLOS ojos tienes! Soy Lisa... ¿Vienes a inscribirte, no? – me dijo muy emocionada.

  • Gracias... ahhh, sí, claro.

  • Pues anímate. Hacer ejercicio es genial ¡Te cambia la vida!

  • Yo sé... juego futbol los fines de semana.

  • ¡Pues perfecto!... dame tus datos para ingresarte ¡YA MISMO!

  • Ella es fanática del gimnasio y todo lo relacionado al ejercicio – me dijo mi hermano en un susurro.

  • Me da miedo.

  • Jajajajajaja.

Luego de por fin darle todos mis datos y que Matty pagara la cuota para poder acceder al gym por un mes, me dieron mi credencial.

  • Lisa, ¿sabes dónde está Julián?

  • Mmm... creo que está en la sala dos con un chico.

  • Dale, ya voy a buscarlo. Ven Andy.

  • Ayyy Andy suena TAN lindo... te llamaré así ahora.

  • Ehhh, claro Lisa.

Fuimos pasando por las puertas de vidrio que separaban el vestíbulo de las salas y se empezó a escuchar una música tecno bastante activa mientras veía cuerpos de chicos y chicas ejercitarse hasta la muerte, pero también notaba a algunos hablando, riéndose o frente al espejo posando sensualmente.

  • Allí está. ¡Julián!

  • ... Mathew, amigo... ¿Dónde te habías metido?

  • Ya sabes. Estudios.

Nos quedamos los tres de pie, rodeados de las maquinas y algunos chicos ejercitándose.

Julián era un chico alto y delgado con su cuerpo completamente definido, pecho y brazos grandes y musculosos, de cabello castaño y corto, ojos cafés muy oscuros y una gran sonrisa que mostraba todos sus dientes blancos y perlados, al igual que Lisa era un amante del gimnasio, su trabajo era ser instructor, con su ánimo y sus discursos bastante ensayados nos impulsaba a hacer ejercicio cada vez que pisábamos el gym.

  • Bueno... estas de suerte. Ya termine con este chamo ¿empezamos?

  • Si vamos... mi hermano también viene conmigo.

  • Ahhh coño, no puedo estar con los dos al mismo tiempo.

  • ¿Por qué no?

  • Algunos instructores se han estado quejando sobre eso Mathew... nosotros ganamos por comisión y por clientes, algunos se la dan de vivos y hacen pequeñas clases de 5 ó 6 personas y ganan más que los demás. Así que la nueva política es “un cliente cada tres horas”.

  • Joder... 5 ó 6 personas es demasiado.

  • Si... los desgraciados se ganaban como un millón diario.

  • Bueno Julián... ¿seguro que no puedes hacer nada?

  • No Mathew... aunque... podría decirle a Marco él esta...

  • No – corto rápido mi hermano.

  • Pero...

  • Te dije que no, no quiero que ese tipo este cerca de nosotros.

  • Mira... eso que paso fueron rumores... no se ha probado nada.

  • Aja... y ¿qué paso con los chamos que entrenaba él?

  • Bueno... no se Mathew... se fueron.

  • ¡Ves...! – le dijo en un susurro pero bastante exaltado.

  • ¿De qué hablan?

  • De nada Andy... un chamo allí.

  • Bueno Mathew... déjame buscar a alguien más, creo que Román no se ha ido.

Cuando Julián nos dejo solos en la sala de maquinas indague un poco más sobre ese tal Marco.

  • Aja... ¿Qué paso con ese Marco?

  • Pfff... bueno – me dijo susurrándome de nuevo y acercándome a él – ese tipo es un problema. Utiliza a sus clientes.

  • ¿Los utiliza?

  • Si... les roba su dinero... como instructor es terrible, no hace los entrenamientos bien, ha llegado a lesionar a los clientes y... – mi hermano se detuvo un momento dudando si seguir o no.

  • ¿Y?

  • Les hizo cosas a un par de chicos en las duchas de aquí.

  • ¿Qué clase de cosas Matty?

  • Mmm cosas Andy, los toca... tu sabes.

  • ¿¡Qué!? – le pregunte sorprendido y abriendo mis ojos.

  • ¡Shhh...! Simplemente no debemos acercarnos a él, ¿me entendiste?

  • Sí, claro Matty.

En ese momento llegó Julián interrumpiéndonos.

  • Lo siento Mathew. Ni Román está disponible. Pero escucha, Marco no tiene nada de malo, ha mejorado confía en mí.

  • Julián, yo confío en ti, pero no voy a dejar a ese tipo cerca de mi hermanito ni tampoco quiero que venga y me lesione.

  • Te dije que los rumores son solo eso... puras mentiras, gente hablando paja.

  • Igual Julián... no quiero que este cerca de nosotros.

  • Ya... descuida Matty yo vendré otro día... – le dije un poco triste.

  • ... Ayyy chamito... no me hagas sentir mal... – dijo Julián dando un suspiro – bueno... – ahora miraba a ambos lados – está bien, solo colóquense juntos y ya... que no se den cuenta que están conmigo.

  • ¡Eso Julián, gracias amigo! – le dijo Matty muy agradecido.

Nos alejamos un poco a otra zona del gimnasio para comenzar a hacer la rutina, pero primero empezamos a calentar un poco, estirando nuestros músculos y preparándome para una verdadera rutina de gimnasio, nos subimos a la caminadora empezando un suave trote, Julián solo le hablaba a Matty un poco de sus cosas mientras yo estaba con la mirada al frente tratando de no escuchar como le contaba sobre sus aventuras sexuales. Ya había empezado a aumentar la velocidad cuando escucho un siseo...

  • Pssst... Andrew.

  • ¿Ah?

  • Oye relájate, no necesitas ir tan rápido.

  • Tranquilo que mi hermanito juega al futbol ese está acostumbrado.

  • Joder Mathew...  – volví a decir en un tono bajo y negando con la cabeza.

  • Jajajaja...

  • ¿Qué le pasa? – pregunto Julián.

  • Pues que a mi HERMANITO... – dijo haciendo claro énfasis en la palabra – no le gusta que le llame así.

  • Descuida que mi hermano es igualito al tuyo... cuando están en público son unos machitos, pero cuando están solos se vuelven nenas.

  • ¡JAJAJAJAJA! – ambos se reían mientras yo volvía a negar con la cabeza comenzando a sudar un poco.

Ya pasados unos 15 minutos trotando dejamos la máquina para ir a la siguiente estación, en ella Julián le daba indicaciones a Matty, pero trataba de hacerlo de forma general para que yo pudiera escuchar. Luego de un par de estaciones y unas jodidas repeticiones en la maquina prensa, el banco plano para pectorales y el sillón de cuádriceps tenía una capa de sudor en todo mi cuerpo, y estaba un poco agitado pero emocionado por el ejercicio, mientras lo hacía no podía evitar ver a los demás chicos ejercitarse de igual forma que yo, algunos de ellos se percataban de mi mirada y algunos me sonreían de manera casual como un saludo mientras seguían y los otros me ignoraban mirando hacia otro lado. Hubo un momento mientras hacía mariposa que sentí la mirada penetrante de alguien, trataba de buscar a esa persona con insistencia pero no lo logre, hasta que una voz gruesa a mis espaldas se escucho sobre el ruido de la música.

  • A ver... a ver... ¿Qué pasa aquí Julián?... chamo, andas abusando del convenio.

  • ¿De qué hablas Marco?

Marco, ese chamo del que habían hablado... no tenía nada de chamo, era un hombre a toda regla, de unos 35 años, alto, musculoso, velludo en todo su cuerpo, cabeza rapada, una barba de tres días y una mirada muy dura de ojos oscuros, llevaba una camiseta blanca mostrando parte de su marcado pecho peludo, sus pezones bastante duros y en su brazo derecho destacaba un tatuaje de una serpiente enroscada desde el hombro hasta la muñeca, su mono deportivo era negro con líneas blancas a los costados, lo llevaba un poco más bajo de la cintura y haciendo a mi parecer que su paquete se viera enorme, mostrando su virilidad. En verdad no me gustaba su actitud, hasta daba un poco de miedo en la forma que se expresaba con arrogancia.

  • Tienes a dos chamos bajo custodia, ya sabes la regla, un cliente cada tres horas – Mathew había dejado de moverse para escuchar la discusión.

  • Claro que no, Mathew es mi cliente, él siempre ha estado conmigo.

  • Aja... ¿Y el chico? – ahora fui yo el que dejo de moverse.

  • Bueno, esta solo... yo no se... – detuvo su habla por unos segundos y miro hacia ambos lados – mira Marco, es el hermano de Mathew, déjalo tranquilo y estamos en paz.

  • Bueno... yo tendré que irme a hablar con el dueño y todos estaremos en paz – dijo con una sonrisa falsa.

  • ¡No!... no... coño Marco, tú eras uno de esos que se aprovechaba con esas clases, no me vengas a joder a mí.

  • Buenooo... esto se puede resolver de una sola forma. Déjame al chico – ahora cambiando su expresión y sonriéndome de forma pícara.

  • ¡De ninguna manera! – dijo Matty levantándose y enfrentándose a Marco.

  • ¿¡Y a ti que te pasa!?

  • ¡Tú no te vas a acercar a mi hermano!

  • Vamos Mathew, cálmate, Marco chamo, no jodas – dijo Julián algo inquieto empezando a mirar a todos lados.

  • Yo solo trato de cumplir las reglas...

  • ¡Tú solo tratas de jodernos a mi hermano y a mí! – mi hermano estaba ya llegando a su límite.

  • Yo... no le voy a hacer nada a tu hermano... – hablo calmadamente señalándome – solo trato de ayudar a mi amigo Julián – ahora lo señalaba a él – para que no lo boten del gimnasio – dijo terminando y cruzando los brazos mirándolo de forma desafiante.

  • Vamos Mathew, ayúdame un poco... necesito el trabajo, si me ven con los dos, me van a botar de aquí, amigo ayúdame por favor – le dijo Julián suplicante a mi hermano.

Yo mientras todo eso pasaba estaba en silencio analizando todo. La forma en que Matty trataba de protegerme enfrentándose a ese hombre, la diferencia de altura se podía notar haciendo que mi hermano se viera un poco más bajo que él. Como había dicho antes, Marco me parecía un hombre bastante arrogante, pero él tenía razón, si descubrían a Julián, podrían despedirlo y seguramente Mathew se sentiría culpable por todo, mi hermano me miro para que luego los otros dos posaran su mirada en mí intimidándome un poco.

  • Andy... ¿No tienes problemas?... podemos irnos si quieres.

  • Ehhh... yo estoy bien. Puedo manejarlo – termine por decir mirando a Marco.

  • Bueno... está bien – dijo mi hermano con mala cara, al parecer no se esperaba esa respuesta.

  • ¡Excelente!... ahora, chico, ven conmigo, vas a hacer mi rutina.

  • Ahhh no... se van a quedar aquí, donde yo pueda verlos – Mathew no me iba a dejar a solas con ese hombre.

  • ¡Bueno!... ya coño. Sigue con tu ejercicio ahhh...

  • Andrew – le recordé.

  • Si, Andrew. Sigue, y luego iremos a la siguiente estación.

  • Gracias Mathew... gracias de verdad – le dijo Julián en voz baja a mi hermano.

Estaba terminando las repeticiones con la mirada fija hacia el frente. Me sentía un tanto... ¿entusiasmado?... no, no creo que esa sea la palabra, pero si sentía “mariposas en el estomago” por estar cerca de ese tipo, su hombría me hacia intimidar de una manera inexplicable, relacionaba esa emoción como cuando estaba cerca de mi padre – no era ningún pensamiento sexual e incestuoso ni nada relacionado a eso, era por su fuerza al hacerse notar –, una figura imponente y dura, que no podías vencer, Marco con su figura y su arrogancia podía lograr que sucedieran esas sensaciones en mi interior.

Cuando ya había terminado, me levante para esperar instrucciones de Marco, me había obligado – pero de buena manera, claro – a hacer otro calentamiento mas. Mientras me estiraba sentía de nuevo esa mirada penetrante hasta que volteé de repente para ver a Marco mirándome de forma lasciva.

  • ¿Qué pasa?... ¿Por qué te detienes?

  • Ehhh nada, ya termine.

  • Pues prepárate chico, que mi rutina te va a hacer llorar... – de forma amenazante.

  • Jajaja... si claro – le dije con suficiencia.

Al final de todo, Marco si me hizo sufrir un poco, tenía ese tono autoritario de militar y me exigía mas esfuerzo a cada movimiento que hacía, me gritaba, si, pero no me molestaba, me impulsaba a complacerlo para que pudiera ver mi máximo potencial. Matty no nos quitaba la mirada de encima, ganándose un par de regaños de Julián, yo para tratar de calmarlo le sonreía calmadamente, avisándole que todo estaba bien. Hombros, espalda, e hice aproximadamente 50 abdominales terminando cansado y respirando agitadamente en la colchoneta completamente sudado y con la cara roja. Algunos chicos pasaron a mi lado con mirada burlona y las chicas con algunas frases como “Ayyy, que tierno...” o “¡Qué lindo es!” logrando que mi cara fuese más roja si era posible.

  • Bueno, chico, levántate, terminemos la sesión, lo hiciste muy... bien.

  • Ehhh gracias, eres un buen instructor... pero ¿Por qué terminamos tan rápido? Mi hermano no termina aún.

  • Eso es simple chico, éste es tu primer día, ya luego iré aumentando la intensidad contigo...

  • Ehhh... ok claro.

  • Termina con el trabajo final y puedes irte.

  • Si, gracias.

Marco se alejo de mí y yo fui directo con los muchachos, cuando me estaba acercando hice unas de mis mejores sonrisas.

  • Ya termine.

  • ¿Estás bien?

  • Si Matty... cero lesiones jajaja.

  • ¿Qué te dije pajuo?... – le dijo Julián golpeándolo en la cabeza – Marco era de fiar... esos rumores son puras mentiras.

  • Si, ya... – le respondió mi hermano obviando el leve golpe, volteando los ojos.

  • Bueno, yo voy a las duchas, Matty termina rápido...

  • Si, ok...

  • Descuida Andrew. Ya solo le faltan 40 repeticiones y listo.

Camine alejándome de ellos perdiéndome un poco, hasta que me di cuenta de que no sabía dónde estaban las duchas. Por suerte vi a Marco y le pedí que me guiara hasta los baños. Marco fue muy amable y me acompaño todo el recorrido, me pareció bastante extraño, se suponía que los baños deberían ser muy accesibles y estar a la vista de todos, pero en este gimnasio no, después de un par de puertas y un pasillo, finalmente Marco y yo llegamos a los baños bastante solitarios.

  • Jajaja... Oye Marco, que lejos están los baños.

  • Si... el que hizo esto no lo diseño bien.

  • Mmm... están un poco solos – dije extrañado y con un nuevo sentimiento naciéndome...

  • Si... es que a esta hora muchos no usan estos baños. Estamos solos ahora.

  • Jajaja... ok.

Marco empezó a quitarse la ropa inquietándome un poco.

  • Ehhh Marco, ¿Qué haces?

  • Pues, ya termine mi jornada, me voy a bañar para irme ¿tú no vas a hacer lo mismo?

  • Ehhh... ok.

Demonios, algo no estaba bien aquí, aunque sentí que debía darle a Marco el beneficio de la duda, seguramente decía la verdad y ya había terminado su trabajo, solo iba a bañarse e irse sin que nada pasara entre nosotros, aún no lograba comprender como un baño podía estar así de lejos, vacío y tener tres salas más o menos llenas de chicos y chicas terminando su visita al gimnasio.

Marco no tenia problema alguno, termino por quedar completamente desnudo dejando su ropa en un banco mostrándome finalmente su hombría, un cuerpo de macho velludo completamente con sus músculos tensados y con una fina capa de sudor en todo su cuerpo, lo que más me impresiono era lo que acompañaba a ese macho, era una gran y gorda verga y unos testículos colgando, yo simplemente me quede con la boca abierta un poco nervioso.

  • ¿Qué pasa chico... acaso nunca has visto a un macho desnudo?

  • ...

Yo simplemente no conteste, pase por su lado dirigiéndome a las duchas, un anexo de cerámica gris en toda la pared y el suelo de losa blanca. Mi plan simplemente era llegar a uno de los cubículos y encerrarme, esperar a que Marco se bañara y se fuera para poder respirar tranquilo, pero no pude poner en marcha mi plan ya que su mano me tomo por los hombros y me empujo en la pared causándome un golpe en la cabeza.

  • Te hice una pregunta carajito.

  • ¡A-Auch! ... M-Marco... ¿Q-Qué pasa?

  • Responde... – dijo peligrosamente acercándose a mí.

  • Yo... por favor. Suéltame...

  • Responde, ¿nunca has visto a un macho desnudo?

  • No...

  • ¿No?... mmm y ¿te gusta?

  • No...

  • ¡No seas pendejo! – me volvió a tomar por los hombros y me azotó de nuevo contra la pared.

  • ¡AH!

  • ¡Tu si me gustas maldito carajito!... andas provocándome desde que llegaste al gimnasio... mmm – paso su mano por todo mi cuerpo llegando a mi culo apretándolo.

  • ¡Déjame!... Marco... ¡DÉJAME!

  • ¡Shhh!... cállate... ¡cállate ya! – ahora pasaba su lengua por todo mi cuello y mi cara – mmm sabes delicioso...

  • ¡ALEJATE!

  • ¡NO! – dijo con mirada desquiciada.

Finalmente ese tipo había mostrado su verdadera cara, dejando caer su máscara al piso, Marco era peligroso y yo no vi venir, debí de hacerle caso a mi hermano... Trataba de zafarme haciendo movimientos bruscos, pero era claro quién era el más fuerte entre los dos ya que podía detenerme con una mano en mi pecho pegándome a la pared mientras la otra se colaba por mi short y bóxer llegando agarrando con fiereza mis nalgas.

La primera punzada no se hizo esperar, ya estaba metiendo su primer dedo en mi interior. Mientras me causaba una mordida en la unión de mi hombro y cuello.

  • ¡AHHH!

  • Ufff si... que rico me saliste carajito... mira como me tienes la verga – me susurraba al oído de forma lujuriosa.

En efecto, esa gorda verga que había visto al principio había alcanzado su máximo nivel. Era un pene demasiado grande, venoso y erguido, ese macho estaba completamente excitado empezando a besarme y obligarme a quedarme quieto. Yo era todo lo contrario a Marco, mi pene si era posible se había retraído, estaba completamente asustado y soltando mis primeras lagrimas de dolor, ya había entrado completamente su dedo y lo movía de forma brusca vibrándolo y causándome daño.

  • ¡¡¡AHHH!!!

  • ¡Que te calles maldito!... Ufff estas ardiendo, bien calentito como me gustan...

  • ¡No!... ¡AUXILIO! ¡AYUDENME!

  • Ufff que ganas te tengo... déjame...

Su siguiente movimiento fue arrancarme la franela que llevaba dejándome el pecho desnudo para luego voltearme y pegarme a la fría pared.

  • Mmm que rico... jajajaja que putito tan rico.

  • ¡POR FAVOR!... ¡¡¡AYUDENME!!! – grite desgarrado mi voz.

Me besaba la espalda hasta llegar a mis nalgas y bajarme el short y bóxer, para ese momento estaba llorando y en negación no podía creer que estaba en esa situación, por no hacerle caso a mi hermano y alejarnos de ese terrible hombre que ahora trataba de violarme... la punzada aumento al sentir su segundo dedo en mi interior... algo liquido estaba escurriendo por mis piernas, escuchaba susurrar a ese desgraciado algo sobre que así lubricaba mejor... que ese color le encantaba, baje la mirada un poco y pude ver gotas rojas cerca de mis zapatos, ¡Sangre!... ¡ERA SANGRE! Estaba sangrando por el culo... allí comencé a llorar y a gritar tratando de escaparme... Marco se levanto y me abrió las piernas con las suyas apoyando su pene en mi entrada mientras coloco otra de sus manos en mi cuello para acallar mis gritos.

  • Ahora si... ahora si... que rico culitooo...

- Nooo... nooo... ¡NO!... ME VA A VIOLAR... ME VA A VIOLAR... ANDREW...ESCAPA... HUYE... ¡RUN! ¡¡¡RUN NOW... GOD DAMMIT!!! – me repetía en mi mente.

Un sonido estridente se escucho en todo el baño, no pude ver lo siguiente, pero si sentirlo, el agarre que tenía en mi cuello era liberado logrando que el aire llegara a mis pulmones para luego escuchar un sonido sordo cayendo al piso.

  • ¡¡¡MALDITO BASTARDO!!! ¡HIJO DE PUTA!

Matty había entrado al baño como un desquiciado y lo primero que había visto era a Marco ahorcándome y tratando de penetrarme, el golpe que le había dado a un despistado Marco había logrado que perdiera el equilibrio y cayera al piso para que luego mi hermano se montara encima de él a partirle la cara.

  • ¡COMO! ¡TE! ¡ATREVES!... ¡MALDITO! ¡MALDITO! ¡MALDITO! – cada palabra era un golpe directo a la cara de Marco empezando a bañarlo en sangre rompiendo su nariz.

  • ¡Andrew!... ¡Andrew!... – yo no reaccionaba a lo que pasaba, solo veía como Matty golpeaba a ese tipo. Unas manos empezaron a subirme el short junto con el bóxer - ¡Andrew, soy yo, Julián!... ¿Estás bien?... respóndeme chamo... panita... respóndeme.

En verdad no podía moverme... no lograba hacer nada,  mi mente estaba en blanco en completo shock. El grito más fuerte de dolor que escuche en mi vida vino de la boca Marco, Mathew se había levantado y alejado un poco para luego patearle los huevos a ese desgraciado, no una ni dos, si no tres veces para que luego él quedara en el piso agarrándose los huevos petrificado por el dolor. Matty se alejo de él unos pasos para luego tomar mi franela, e inesperadamente dar otra patada al cuerpo de Marco.

Julián me tomo suavemente haciendo que saliéramos del baño y yo logrando ver por última vez al cuerpo de Marco en posición fetal con un pequeño charco de sangre alrededor de su cabeza.

Mathew le paso la franela a Julián, quien trato de colocármela lentamente, cuando estuve vestido parecía un simple muñeco viendo a la nada.

  • Mathew... amigo discúlpame... debí saberlo, perdóname.

  • Ya cállate Julián, llama a la policía.

Mi hermano me tomo de la muñeca y empezó a jalarme hacia la salida... ya en las salas de entrenamiento todos se quedaron completamente extrañados por la imagen al pasar. Un molesto Matty con las manos ensangrentadas, arrastrándome a mí que iba con la mirada perdida con sangre entre mis piernas y un Julián bastante nervioso mirando a todos lados. Ya al pasar por la entrada el grito atorrante de Lisa trato de llamar la atención de mi hermano, pero él simplemente caminaba saliendo finalmente del gimnasio para que el sol tocara nuestros cuerpos.

Cuando nos acercamos a la moto mi hermano se quedo mirándola fijamente para luego soltarme y voltearse a mí con mirada molesta. Yo solo lo mire un poco para luego apartar la mirada vergonzosamente.

  • No puedo subirlo a la moto – dijo mi hermano bastante seco.

  • Toma, súbelo a mi carro... y yo luego llevo la moto a tu apartamento.

  • Gracias – agradecía intercambiando las llaves.

  • Descuida Mathew. Ese bastardo va directo a la cárcel.

  • Aja...

Volví a sentir como me jalaba en otra dirección para luego de unos minutos llegar a un Corsa negro, escuche el sonido de la alarma y los seguros abrirse, Matty abrió la puerta trasera y me empujo para que entrara.

  • ¡Entra!

Yo solo hacia lo que me decía mecánicamente. Pero cuando me senté en el carro sentí un fuerte dolor haciendo que me recostara completamente en el asiento de atrás.

  • ¿Qué te pasa? – me pregunto en tono monótono.

  • Me duele...

  • Ya...

Cerró la puerta con mucha fuerza para luego caminar alrededor del carro, entrar, sentarse y encender el carro, me dio una última mirada dura y avanzo saliendo del estacionamiento...

---*---

Cuando llegamos al edificio donde vivía Matty, ambos salimos del carro y a paso lento por petición mía llegamos finalmente a casa. Todo el trayecto desde que salimos del estacionamiento lo hice llorando, pero no decía nada concreto, simplemente lloraba por todo lo que había sucedido.

Por fin entramos y lo primero que me dijo mi hermano fue que entrara al baño a darme una ducha. No pude moverme hasta que sentí un empujón que me llevo directo a la escalera para ir subiendo lentamente. Al llegar al baño me desnude y aleje esa ropa asquerosa de mí, abrí la llave de agua y me quede quieto con la cabeza gacha recibiendo esa dosis de agua fría, veía como la sangre que tenía por mis piernas se alejaba de mi cuerpo y se iba por el drenaje, no podía creer lo que había pasado, en verdad debí de haberme alejado cuando comenzaba a sentir esa inquietud, pero no, quería confiar en que ese hombre era una buena persona y todo había acabado de una terrible forma... yo a punto de ser violado, con sangre entre mis piernas y mi hermano que seguramente me odiaba por permitir que esa mierda pasara.

Pasado unos minutos debajo del agua tome el jabón y empecé a tallarme concienzudamente quería quitarme esa suciedad asquerosa, hacer que mi cuerpo estuviera limpio de todo contacto de ese ser tan nauseabundo, después que estuve seguro que mi cuerpo estaba limpio – o más o menos limpio – lo último que hice fue revisar como estaba mi parte posterior, así que fui cuidadoso abriendo mis nalgas para que uno de mis dedos se acercara a mi entrada, al rozarla un poco esa típica punzada hizo aparición dejándome petrificado por el dolor y dando un pequeño grito, decidí seguir un poco más adentro aguantando y mordiendo mis labios, pero cuando no pude resistir mas, saque mi dedo lentamente, al ver mi mano mi semblante cambio un poco, no tenía sangre, ese hombre no me había hecho tanto daño... o simplemente ya estaba sanando, no lo sabía en realidad.

Ya un poco más calmado termine de bañarme, cerré la ducha y me seque detalladamente quedándome de pie en el baño hasta que unos fuertes toques en la puerta me sacaron de mis pensamientos para que mi hermano abriera la puerta y me obligase a salir del baño para luego vestirme en mi habitación.

Al ya estar vestido trate de sentarme en mi cama sin los mejores resultados ya que termine con otro intenso dolor, luego de pensarlo rápido la mejor forma de no sentir tanto dolor fue acostándome boca abajo y no pensar en nada hasta que entro mi hermano a la habitación.

  • Sigues... ¿sangrando? – me pregunto en el mismo tono monótono.

  • No...

  • Déjame revisarte... – lo mire con pánico pero él no había cambiado su semblante – tengo que ver que te hizo ese bastardo.

  • Ok...

Sentí como se sentaba en la cama y me bajaba el mono azul que llevaba, causándome un respingo.

  • Tranquilo... soy yo... – sus cálidas y suaves manos abrieron de nuevo mis nalgas para que una brisa fría llegara a mi entrada – ya... soy yo, tranquilo.

  • Ok...

  • Yaaa... está bien... solo está irritado, te voy a colocar una crema. Te ayudara.

Algo puedo decir con seguridad, no sentí absolutamente el dedo de mi hermano rozar mi entrada al colocarme su crema, lo hacía de una manera tan suave que agradecía de sobremanera. Cuando termino me subió lentamente el mono y se levanto de la cama. Ya había dejado ese fastidioso tono monótono y se escuchaba amable, o eso quise pensar. Yo tenía que saber una sola cosa respecto a lo que paso, eso que no me dejaría estar tranquilo hasta que lo descubriera. Cuando ya estaba a punto de irse le hice la pregunta.

  • Matty... ¿Me odias?

  • ...

  • ...¿Matty?

  • ... No.

  • Perdóname...

  • Yo simplemente te lo dije Andrew. Te lo advertí, te dije que ese maldito hijo de puta era peligroso...

  • Perdóname.

  • Debiste haberte ido de ese baño cuando estuvieron a solas – a cada palabra que decía iba aumentando su tono de voz atacándome.

  • Por favor...

  • Encontrarte de esa forma con ese maldito hizo sacar lo peor de mí.

  • Yo no pude...

  • Casi lo mato Andrew, tenía que protegerte, ¿es que no lo entiendes?

  • Yo...

  • ¡SI TE HUBIESES NEGADO, NADA DE ESTO HUBIERA PASADO!

  • Perdóname – ya estaba temblando de miedo y de nuevo soltando lágrimas.

  • ¡TU “PODIAS MANEJARLO”! ¿TE CREIAS SUFICIENTE PARA INTENTARLO?

  • No me odies...

  • ¡TE LO DIJE!... ¡TE LO DIJE! ¡COÑO ANDREW! ¡TE LO DIJE!

  • ...

  • ¡¡¡PUDO HABERTE VIOLADO!!!... ¡¡¡MALDITA SEA!!!

  • ¡¡¡PERDONAME!!!

Y de nuevo me había quebrado, no dejaba de llorar, mi hermano lo único que pudo hacer fue decir algo en voz baja e irse finalmente azotando la puerta y dejándome solo con mi dolor, no podía creer que mi hermano se enfadara así conmigo... bueno, debía de admitir que, era todo mi culpa.

  • Soy un idiota... un imbécil...

- Si... me lo merezco, ese maldito debió hacer lo que quería hacer conmigo – pensaba.

  • Debió violarme... me lo merecía...

- Violarme y luego matarme...

Luego de ese último pensamiento solté un gran gemido de dolor, hasta que luego de mucho tiempo, cuando ya el sol se estaba ocultando pude calmarme hasta conciliar el sueño...

---*---

- ¿Qué pasa chico... acaso nunca has visto a un macho desnudo?

- ...

- Te hice una pregunta carajito.

- ¡A-Auch! ... M-Marco... ¿Q-Qué pasa?

- Responde... – dijo peligrosamente acercándose a mí.

- Yo... por favor. Suéltame...

- Responde, ¿nunca has visto a un macho desnudo?

- No...

- ¿No?... mmm y ¿te gusta?

- No...

- ¡No seas pendejo! – me volvió a tomar por los hombros y me azoto de nuevo contra la pared.

- ¡AH!

- ¡Tu si me gustas maldito carajito!... andas provocando desde que llegaste al gimnasio... mmm – paso su mano por todo mi cuerpo llegando a mi culo apretándolo.

- ¡Déjame!... Marco... ¡DÉJAME!

- ¡Shhh!... cállate... ¡cállate ya! – ahora pasaba su lengua por todo mi cuello y mi cara – mmm sabes delicioso...

- ¡ALEJATE!

- ¡NO! – dijo con mirada desquiciada.

- ¡AHHH!

- Ufff si... que rico me saliste carajito... mira como me tienes la verga – me susurraba al oído de forma lujuriosa.

- ¡¡¡AHHH!!!

- ¡Que te calles maldito!... Ufff estas ardiendo, bien calentito como me gustan...

- ¡No!... ¡AUXILIO! ¡AYUDENME!

- Ufff que ganas te tengo... déjame... Mmm que rico... jajajaja que putito tan rico.

- ¡POR FAVOR!... ¡¡¡AYUDENME!!!

- Ahora si... ahora si... que rico culitooo...

- Nooo... nooo... ¡NO!...

En ese momento llegaba a Matty a salvarme, era el momento justo... pero... no sucedió nada, seguía en el mismo sitio atado por ese hombre, ningún sonido de la puerta abriéndose. Matty no golpeaba a Marco, ni Julián llegaba a ayudarme...Marco aumento su fuerza en mi cuello dejándome sin respirar y la primera estocada fue rápida y directa.

- ¡AHHH! ... ¡NOOO!... ¡¡¡AUXILIO!!!

- ¡Grita todo lo que quieras chico!... ¡NADIE VA A VENIR!... ¡¡¡NADIE!!!

- ¡POR FAVOR AYUDENME!... ¡MATTY!... ¡¡¡MATTY!!!

- ¡JAJAJAJAJAJAJAJA! ¡AHHH SIII QUE DELICIA!

- ¡AHHH QUE DOLOR!

- SERAS MIO... SERAS MIO PARA SIEMPRE CHICO... ¡PARA SIEMPRE!

- ¡MATTY NO ME DEJES!...¡¡¡AYUDAME!!!

- ¡JAJAJAJAJAJAJA! YA VOY A ACABAR... ¡¡¡SIII!!! AHHH...

- ¡¡¡AYUDAME!!!

...

---*---

  • ¡AHHH! – grite despertando en mi cama.

Estaba temblando y sudando frio, mi habitación estaba oscura, solo una de las lámparas de la mesa de noche estaba encendida iluminando todo un poco, me sorprendí aún más porque Matty estaba mi lado mirándome asustado con un libro en sus manos.

  • Andy... hermanito... ¿estás bien?... contéstame... estoy aquí...

  • Ohhh... Matty...

  • Andy... estas temblando – decía abrazándome.

  • Fue... una pesadilla, tengo... miedo.

  • Descuida, yo estoy aquí.

  • Él iba... él estaba...

  • Ya... no lo digas.

Siempre he sido una persona frágil, de alguna forma nunca he logrado liberarme de esa faceta mía, y han sucedido cosas que de alguna forma hacen que me apegue más a ese chico que quiere que siempre lo cuiden y nunca... nunca, estar solo. Así me sentía en ese momento. Con Mathew abrazándome me sentía protegido, mi hermano me había salvado de un desgraciado que quería violarme, él saco una faceta que daba miedo, pero simplemente era alguien que quería proteger a la persona que amaba.

  • Mathew... ¿Qué paso con él?

  • Julián llamo. Ya... ya está en la cárcel...

  • ¿Sí?

  • Si... ese maldito no saldrá de allí en mucho tiempo...

  • Qué bueno...

En verdad me sentía como un chico pequeño... pero ¡DEMONIOS!... no quiero sentirme más así, quería ser valiente en todo momento, como cuando salve a Luis de ese malandro, no podía seguir siendo una niñita en peligro que siempre lloraba, debía ser fuerte como mi hermano. Aunque... era comprensible, ¿no? Por todo lo que había pasado hoy, me trataron de violar... me dolía la cabeza de pensar tanto, de cómo había empezado el día hasta llegar a este momento.

  • ¿Estás bien?

  • Demonios... – susurre.

  • ¿Qué pasa?

  • Tengo miedo... no quiero seguir teniendo miedo... quiero ser como tú...

  • Oye oye... ¿Crees que no tenía miedo?

  • ¿Lo tenías? -  le dije separándome un poco para mirarlo a la cara.

  • Por supuesto, cuando no te vi en el baño... lo supe, supe que algo andaba mal... busque a Julián y cuando le dije lo que pasaba, el también lo supo, buscamos al desgraciado pero no lo encontramos en ningún sitio...

  • Entonces... ¿Cómo...?

  • Si no hubiera sido por Julián que recordó los baños en desuso no te hubiese encontrado a tiempo.

  • Me salvaste...

  • El no te... no te...

  • No... llegaste a tiempo... y lo dejaste en el piso...

  • Era lo que se merecía – ahora volvía de nuevo a acostarme en su pecho para escuchar su corazón palpitar – Tu siempre serás mi hermanito Andy... y yo siempre te voy a cuidar – mientras sentía un beso en mi cabeza – nunca olvides eso.

  • Mathew... Ya no me importa que me digas hermanito...

  • Jajaja... – escuchaba su suave risa.

Confiaba en él y en su palabra, pero yo también tenía que poner de mi parte, sería más valiente, ya no deseaba ser ese pequeño que se refugiaba en los brazos de los demás. Ahora yo, sería un verdadero hombre, y si en algún momento me encontraba a Marco de nuevo... bueno, sería peor para él...

Después de esa conversación me quede dormido en sus brazos... a la mañana siguiente ya me sentía mejor aunque estaba un poco apagado de ánimos, mi hermano trato de animarme en todo momento. Ya en casa mis padres no se enteraron de nada... este era otro de los pequeños secretos entre hermanos que debíamos de ocultar para siempre.

---*---

NdA: ¡BUENO ESO ES TODO POR AHORA!... el capitulo 9 esta... bueno, no tengo nada del capítulo jajajaja solo el titulo, y alguna que otra idea, solo falta hacer un poco de memoria y empezarlo a escribir espero sus comentarios por cualquier vía que quieran, correo, Facebook, etc. Y también valoren el relato que no cuesta nada. Un abrazo a todos muchachos.

PS. ((( Cumplo año el 25 – sí, este domingo Jajajajajaja )))