(7 y final) soy la puta de mi pueblo.

La Chivita se vuelve insaciable, el pueblo se transforma y el final es inesperado.

(7 y final) SOY LA PUTA DE MI PUEBLO

El entierro de Calixto fue muy sentido, todos decían que era un buen hombre, Rosita quedó marcada por su traición, porque su marido dejó la siguiente nota:

Hago responsable de mi suicidio a mi esposa, Rosa de Pérez, por haberme traicionado con Robelio Juárez, los vi entrar, coger y salir de la bodega de la Cantina La Chivita el día de ayer por la noche, que Dios los maldiga y nos vemos en el infierno, donde si los encuentro, juro por Dios que los mato.

Llegó el domingo de la playa, todo salió como estaba planeado, la Chivita fue citada de nuevo por el General Humberto Rueda,

G. ¡Muy bien Chivita! Acá tenés un bono por tu extraordinario trabajo.

CH. Gracias, General.

G: Pero no se te olvide, si te llegan a agarrar, vos ni me conoce, eso lo planeaste solita, si te apresan, llevate esta pastillita, te la tomas y dormirás como la Bella Durmiente, solo que no habrá príncipe que llegue a despertarte con un beso.

Cuando la Chivita salió de regreso a San Isidro, sintió que tenía la panochita mojada, no podía ser que ese General tan horrible la hubiera excitado, pero en el camino encontró a unos campesinos jalando una carreta y lo primero que hizo fue verles la entrepierna, ¿qué le estaba pasando? La gran cogida con su esposo le había despertado una necesidad irrefrenable de verga, pensaba en coger en todo momento. Al llegar a la cantina, no dejaba de imaginarse cómo tendría la verga Robelio o cualquiera de los hombres a su alrededor.

Por la noche, llegó por primera vez, el enano Comisario Culajay, saludó a la Chivita con un gesto y ella sonriente, se lo devolvió, el enano luego le preguntó qué cuál era el licor más fino que tenía y ella le contestó que era una botella de coñac francés, pero que la tenía en su habitación, él le dijo que la seguía, pero ella, luchando contra su furor uterino, le dijo que no era necesario, que ella se la traía en un momento, subió a su habitación y lo primero que hizo fue sacar un pepino del refrigerador, subió a su cama, hizo a un lado su tanguita rojita y se metió el pepino en su rajita, esa sensación del pepino frío con el calor de su cuquita la volvieron loca.

El enano la observaba, ya con la puerta cerrada, la bella al darse cuenta, debió taparse, pero era tanta su calentura que siguió masturbándose, el enano de acercó y se sacó una verga monumental, ella no podía dejar de mirarla, el enano entendió eso como una señal positiva y se lanzó a mamarle la cuquita machacándosela al mismo tiempo con el grueso pepino, en eso le vino un tremendo orgasmo, todos sus jugos fueron recibidos por la boca deforme del enano, ella se acomodó para mamarle la verga ¿qué le estaba pasando? Ella amaba a su esposo ¿cómo era capaz de serle infiel y con ese enano tan asqueroso? Pero el sabor de esa verga pudo más que su sentimiento de culpa, el enano le dio vuelta y le lubricó el culo, primero con un dedo, luego dos y hasta tres dedos, la bella gemía enloquecida suplicando que le metiera la verga.

El enano no se hizo de rogar, se peló la pija y se la dejó ir hasta los intestinos, la bella sintió los huevos del enano rebotar en su cuca y gritó de placer, nadie había llegado tan profundo dentro de su ano, sintió que se lo desgarraba, pero al mismo tiempo ese dolor le daba un inmenso placer, ella misma tomó el pepino y lo metía y sacaba a ritmo contrario de la verga del enano, por su culo, ella sintió que tenía dos vergas y se vino como una yegua desbocada, el pequeño Comisario al verla tan caliente, le volvió a dar la vuelta, no quería venirse sin antes probar esa panocha jugosa, le sacó el pepino y le enterró la pija, ella se tocaba el clítoris con una mano y con la otra tomó el pepino y se lo coló por el culo, el enano apestoso le magreaba las tetas, era un cuadro esperpéntico, ver a aquella diosa escultural, siendo vejada por el mismo pedazo de hombre que violara a Leonidas, pero en ese momento nada le importaba, ella quería verga y estaba obteniendo una de muy buen tamaño, además del pepino, que juntos le abrían sus dos orificios al máximo… ninguno de los dos soportó más y se vinieron al mismo tiempo.

Al salir el enano, ella se remató con otra masturbada y quedó totalmente desfallecida, se iba ir a bañar cuando vio que, sobre su mesa de noche, el enano le había dejado una buena cantidad de dinero, se sintió tan puta que corrió al baño y se metió por la cuca el mango de su cepillo de pelo y su cepillo de dientes por el culo, tuvo otro fabuloso orgasmo, de pronto oyó timbrar su celular y así como estaba, desnuda, mojada, con los cepillos en sus hoyos, salió a contestar,

C. Silvia de mis amores ¿cómo está? Amada mía.

CH. ¡Carlos! Qué alegría oírlo.

C. Le cuento que ya estoy convocando gente para que se quede en mi lugar, si lo encuentro pronto, estaré llegando con usted antes del mes, necesito 15 días para capacitar a mi sustituto y me iría a sus brazos.

CH. No sabe cuánto lo deseo.

Se vistió y bajó a supervisar el negocio, preguntó por Rosita y Robelio le dijo que estaba con Liseli, subió a su habitación y las encontró abrazadas, llorando, ella se unió al abrazo y al llanto y les dijo que lo mejor que podían hacer era ocupar su mente, que fueran a trabajar porque la Maruca y la Filo se estaban volviendo locas, se secaron las lágrimas y bajaron a atender a aquella partida de borrachos abusivos, Robelio no alcanzaba a sacar a los bolos que les tocaban las nalgas a las mujeres, máxime a la Filo y Liseli, que noche a noche seguían presentando su show lésbico, lo cual hacía que cada vez llegara más gente de las poblaciones vecinas y el negocio estaba en su punto más alto, pero los desórdenes en las calles también crecieron y el Comandante enano no tuvo piedad con los capturados, día a día los sacaba esposados a limpiar las calles, componer desagües, arreglar los postes de la luz eléctrica, en donde más de uno murió chamuscado, pero el orden volvió a las calles.

Un día a las nueve en punto de la mañana, hora poco común, sonaron las campanas de la iglesia y todas bendecidas por el Padre Manuel, salieron de la iglesia en un coro de voces femeninas que se dirigían al parque del pueblo donde se encontraban las oficinas de la alcaldía, era el coro de mujeres defensoras de la moral y las buenas costumbres, comandado por doña Chayo, venían con pancartas en contra de don Goyo en donde se leía:

Don Gollo se acuesta con la Maruca y el Rovelio .

Los pecadorez al infierno.

Quiden a sus ijas, el alcalde es un dejenerado.

Recuperemos la dignidá de San Isidro.

Le exijimos que zierre esa cantina infernal.

La Chibita es una puta y don Goio una mierda.

El escándalo se acercaba cada vez más a los oídos de la Chivita, venían sonando cucharas dentro de sus ollas, el sonido lastimaba los oídos, el estrépito puso en alerta a todo el pueblo, incluso el enano sacó a la policía a resguardar el orden, el coro rezaba:

¡Goyo degenerado, viejo pelón y panzón!

¡¡Fuera de la alcaldía, ya te llevo la fregada!!

¡¡¡Corrupto cabrón, mandilón y maricón!!!

¡¡¡¡Renuncia si eres hombre, hijo de la chingada!!!!

Y así fueron repitiendo sus consignas, cuando pasaron por la Cantina la Chivita, cada fémina enfurecida, estrelló contra las paredes del pecaminoso local una serie de huevos podridos, hasta que llegaron al parque, estuvieron manifestando por más de una hora, el sol era insoportable, así que, a grito pelado, prometieron volver mañana, pasado mañana y los días que fueran necesarios hasta que ese canalla renunciara de la alcaldía, por supuesto, don Goyo no asomó las narices y sabía que no podía volver con su esposa, así que les pediría posada a la Maruca y el Robelio, quienes seguramente lo a cogerían es su casa.

Don Porfirio, don Elías y don Chico dispusieron ir a visitar a la Chivita debido a los últimos acontecimientos, encontraron al batallón de policía limpiando y pintando de nuevo el tan odiado negocio por unas y tan bendecido por otros, ayudaron a dejar todo en orden, se llevaron todo el día, así que ese día no pudieron abrir, la Chivita les agradeció su atención regalándoles un plato de comida y un octavo de ron a cada policía, al Comandante le envió una botella de whisky etiqueta negra, e invitó a pasar a su casa a los tres amables señores, pidió que les sirvieran comida y licor

CH. Gracias por todo, cuéntenme ¿En qué les puedo servir?

E. Pues fíjese Chivita que, con el Chico, andamos convenciendo al profe que se lance de candidato a la alcaldía.

CH. Seguro gana, pero el muy necio no quiere porque dice que no tiene dinero para la campaña.

E. Y hay que aprovechar ahora que el Goyo echó a perder su carrera política.

CH. Tienen razón ¿Solo porque no tiene dinero no se lanza, don Porfirio? Usted lleva las de ganar, sería el único candidato.

P. Sí, Chivita, pero yo les digo a los muchachos que todo es lana, a mí ya me habló un partido político, el mero mero, pero ellos quieren que yo les de dinero por ser candidato, yo creí que ellos me iban a financiar la campaña, como se nota que no sé nada de política.

CH. Si el problema es el dinero… yo conozco a alguien que le puede financiar la campaña.

P. Bueno si es así, si me animo.

Se bajaron esa botella y sacaron otra, ya las palabras sonaban arrastradas y las risas eran exageradas, don Chico que era el más shute de los tres, preguntó si era cierto que el Goyo había hecho un trío con la Maruca y el Robelio, esa pregunta despertó la lujuria de la Chivita y los tres viejos se pusieron confianzudos, comenzaron a hacer bromas de cómo se sentiría la Maruca atravesada por dos miembros y los tres viejos estallaban en risas, la Chivita solo veía de re ojo como les iban creciendo las vergas a esos tres ancianos decrépitos, la cuca le palpitaba de las ganas, la sentía húmeda y caliente, pero no sabía cómo insinuarles nada a ese trío de vejestorios.

CH. No se burlen de la pobre Maruca, cada mujer es dueña de su cuerpo y puede hacer con él lo que se le antoje, ¿A ustedes no les hubiera gustado ser parte de ese trío?

E. Pues yo para qué le voy a mentir, desde que nos quedamos viudos con estos dos, ya ni pensamos en sexo ¿para qué? No hay mujer que se fije en nosotros.

P. Además yo creo que a mí ya se me olvidó como es el asunto.

CH. ¿Pero su cosa no parece pensar lo mismo?

E. A mí también ya se me paró, ay que pena con usted, Chivita.

CH. Yo ya no sé qué hacer para ocultarme mi verg… cosa, por más que me la tapo, se me sale.

E. Muchachos, que dicen si mejor nos vamos, solo estamos molestando a la Chivita.

CH, Pero tómense el último, no me van a dejar bebiendo sola.

P. Va, pa que mire que somos unos caballeros.

CH. Gracias don Porfirio… ¿Ustedes saben que las mujeres…?

E. ¿Que las mujeres qué?

CH. …podemos estar con tres hombres al mismo tiempo.

P. ¿Cómo así?

CH. Pues sí… como tenemos tres hoyitos… uno adelante… otro atrás… y otro en la boquita.

E. ¿Y usted cree que la Maruca nos preste sus tres hoyitos?

CH. Ella no, pero…

CH. No me diga que usted se dejaría… ¡No!... cualquiera de nosotros puede ser su padre.

E. No, yo ya hice las pruebas de paternidad y…

CH. No me diga… mi padre era mi abuelo.

E. ¡¿Cómo lo sabe?!

CH. ¿Por qué cree que mi abuela mandó pa la capital a mi mamá y a mi abuelo pa la mierda?

P. Entonces la Chivita si nos puede prestar sus tres hoyitos.

CH. ¿Qué dice Chivita?

Después de esa conversación la Chivita estaba que echaba chispas, si ya se había dejado coger por ese esperpento enano, que más daba probar con esos tres ancianos decrépitos, lo que ella necesitaba era verga, no importaba de quien. Los invitó a subir a su habitación y se fue desnudando en el camino para disfrute de los viejos, veían como las nalgas bamboleantes de esa morena de fuego se movían con ganas de ser profanadas, ella se tiró a la cama y les pidió que se desnudaran, cada uno fue mostrando sus miserias, don Elías pidió que apagaran la luz, pero ninguno de los otros dos aceptó ¿Cómo se iban a perder ese cuerpo voluptuoso de diosa sexual, cuando por fin don Elías se quitó su calzoncillo, los otros se rieron de él porque tenía tres huevos, a la Chivita eso le pareció grotescamente sexual.

La bella se hinco para mamar esas vergas ancianas, pero se esmeraba en chupar esos tres huevos, luego se metía dos vergas a la boca, probó meterse las tres, pero no pudo, los viejos no podían creer en su buena suerte, tenían a su disposición a una joven escultural, eso ni en sus más febriles fantasías les había pasado por la cabeza, como la Chivita seguía concentrada en los tres huevos de don Elías, los otros dos prefirieron mamarle la panocha y el culo, la Chivita se movía como poseída disfrutando de la lengua en sus otros dos orificios.

Luego don Chico se acostó boca arriba, sentó a la bella en su verga y la Chivita echó la cabeza para atrás cuando sintió que le abrían la raja, don Porfirio no creía en lo que estaba a punto de disfrutar, jamás pensó en que podría mancillar ese culo hermoso, se la clavó poco a poco y la Chivita lloró de placer, don Elías reclamaba atención y le zampó la pija por la boca, la Chivita se sentía en el paraíso, era la primera vez que disfrutaba de tres vergas al mismo tiempo, cada uno de los viejos probó los hoyos de la bella, pero ella sabía que estaban a punto de terminar, entonces se hincó en el suelo y las tres pijas decrépitas le bañaron la carita de semen caliente, cuando los viejos se fueron vio su cama llena de billetes, ya le estaba gustando eso de que le pagaran por hacer lo que más le gustaba en la vida: ¡COGER!

Al día siguiente a las nueve en punto de la mañana, la manifestación contra don Goyo hizo el mismo recorrido, con la diferencia que el contingente policial, resguardaba la cantina de la Chivita, de los huevos podridos de las damas defensoras de la moral y de las buenas costumbres y el resultado fue el mismo, don Goyo no salió y el calor dio por terminada la manifestación.

La Chivita corrió a pedirle ayuda al General Rueda, éste la apoyó y le dijo que le convenía tener de su lado al nuevo alcalde, ya que don Goyo no se iba a poder reelegir. La noticia corrió como pólvora, cuando don Porfirio, subido sobre la palangana del pick up de la Chivita, empezó a hacer proselitismo, los hombres salían a aplaudir al maestro del pueblo, pero las damas le tiraban huevos podridos.

Doña Chayo conversaba con el Padre Manuel para contra restar la popularidad de don Porfirio, porque era evidente que la ramera esa lo estaba ayudando, a Don Manuel se le ocurrió una idea brillante, fueron a hablar con el pastor evangélico y se sorprendió al ver la cantidad de mujeres que vivían en su comunidad, doña Chayo tomó el micrófono y empezó un discurso en contra de don Elías por estar de acuerdo con la puta del pueblo, los aplausos se vinieron a cántaros.

Cuando llegó el día de las elecciones, los votantes se dieron cuenta que había dos candidatos, por la noche, dieron los resultados y la alcaldía sería gobernada por DOÑA ROSARIO MONTES, se quitó el de, aunque aún no se había divorciado de don Goyo, el pueblo tembló, ¿cómo sería la vida teniendo a esa bruja de alcaldesa? La Chivita tramó una estrategia, faltaba un mes para que doña Chayo tomara posesión de la alcaldía, tiempo suficiente para que la Maruca le fuera a pedir perdón y se arrastrara si era necesario, doña Chayo gozaba con las humillaciones de la Maruca, se sentía poderosa, capaz de hacer con aquella pobre criatura lo que se le viniera en gana, sabedora que la tenían en sus manos, le ordenó que cada vez que llegara a pedirle perdón, le llevara una botella de Bacardí, la Maruca iba todos los días y le llevaba dos botellas, las cuales doña Chayo, injería de inmediato, al día siguiente le llevó tres y así sucesivamente, cuando llegó el día de la toma de posesión, doña Chayo había muerto de cirrosis.

A Carlos se le complicó su regreso a los brazos de su amada, no encontraba sustituto que dejara satisfechos a sus jefes, así que aunque tenía charlas calientes, se masturbaban juntos, se mandaban fotos desnudos y hacían vídeo llamadas, para la Chivita no era suficiente, ella necesitaba a todas horas una barra de carne caliente entre sus piernas, nunca supo quién de sus múltiples cogedores contó que si le pagaban, la Chivita aflojaba las nalgas, así que empezó un desfile de hombres a pasar por su sexo quemante, cuando los clientes no tenían suficiente dinero, ella, generosamente, les daba un dos por uno, es decir pagaban por un polvo, pero se la cogían dos, cuenta la leyenda que no hubo hombre que no probara las delicias de la Chivita, ella aprendió a soportar dos vergas por cada orificio, le hicieron otro corrido que se llamó: SOY LA PUTA DE MI PUEBLO.

El nuevo alcalde fue DON PORFIRIO CHAVAJAY, lo primero que hizo fue prohibir las iglesias con el aplauso de todos sus seguidores, al tiempo mandó a adoquinar la calle principal donde casualmente, estaba el negocio de la bella y para celebrar el progreso, nombró a Silvia Salas, alias la Chivita: HIJA PREDILECTA de San Isidro.

Pero las damas defensoras de la moral y las buenas costumbres, no se quedaron atrás, mandaron a traer a una pitonisa muy famosa de lejanas tierras, dicen que era gitana, que hacía magia negra y brujería… Felicia se llamaba la mujer, usaba un pañuelo adornado de calaveras de colores en la cabeza, grandes aretes, muchas pulseras y anillos y un maquillaje rabioso… le dieron posada en el segundo piso de la casa del dueño de la gasolinera, La Chata, su esposa, había tomado el lugar de doña Chayo, le preparó su nueva residencia, la recibió como una reina, la pitonisa se daba sus aires de superioridad, por fin recibió a una pequeña comisión de cinco damas que representaban a los cientos de mujeres defensoras de la moral y las buenas costumbres, en un espacio adornado con candelas, incienso, una mesa con mantel rojo, algunas sillas alrededor y una bola de cristal, las damas excitadas le preguntaron si ella podía ver el futuro, Felicia dijo que no, pero que la bola de cristal todo lo veía, entonces le dijeron que necesitaban deshacerse de Silvia Salas, ella fumó de su puro y vertió el humo sobre la bola de cristal mientras con sus manos rodeaba la bola sin tocarla…

Carlos llevaba meses tratando de volver a San Isidro, pero, por una u otra circunstancia que no entendía, se fue quedando, un día, entro a trabajar a la concesionaria de automóviles, una chica igual a su Chivita, solo que en versión blanca y rubia, no pasó mucho tiempo en que se volvieran amantes y nadie sabe cómo, le llegaron algunas fotos y vídeos a la Chivita, donde se veía perfectamente que su esposo se estaba cogiendo a su versión blanca y rubia, lo llamó infinidad de veces, pero Carlos nunca le volvió a contestar.

Con la administración de don Porfirio el pueblo fue creciendo, priorizó la educación y trajo varios maestros de la cabecera departamental, hasta clases de inglés había… apareció una familia de negros que formaban un conjunto musical que se llamaba Black Power , eran cuatro músicos y tres cantantes y bailarinas, rápidamente la Chivita los contrató para su negocio, Don Chico abrió el primer supermercado del pueblo, luego apareció una familia china y puso un comedor que se llamaba Chinese food, la clínica de don Elías se volvió hospital y dicen que era el mejor equipado de todo el departamento, pero también aparecieron un grupo de chavos de aspecto de dudosa reputación que se hacías llamar LOS CHOLOS.

Los asaltos empezaron a agobiar a la población, la Chata fue a la policía a poner una denuncia porque a la Chatía, su única hija, la había violado en los baños de la escuela y ella demandaba justicia, una vez apareció un comerciante del mercado, colgado de un poste de la luz eléctrica, con un cartel clavado al pecho que decía ¿Alguien más necesita protección? La policía hizo inteligencia y agarró a uno de los cholos violando a otra muchacha, lo metieron a la cárcel, los demás fueron a pagar la fianza, pero el enano les dijo que su compañero tenía que pagar una condena de cinco años, al día siguiente apareció el Comisario enano, clavado en las puertas de la comisaría, con un rótulo clavado en su cabeza que decía: Exigimos justicia, el cholo preso, salió libre.

La Chivita enroló al resto de mujeres de su personal y a otras amigas que había hecho en el negocio de ir a la playa, todo iba de maravilla… Felicia fumaba su puro, vertía el humo sobre la bola de cristal y pasaba su manos alrededor, sin tocarla… cuando el bus regresó a San isidro, se encontraron con una sorpresa terrible, las puertas de la cantina estaban abiertas, los músicos y Robelio, amarrados, se habían robado todo el dinero y casi todo el licor, todos quedaron devastados, pero apareció don Goyo y le dijo a la Chivita que él estaba dispuesto a invertir sus ahorritos, si ella lo hacía socio del negocio. La cantina se convirtió en CLUB NOCTURNO LA CHIVITA y a la par funcionaba el restaurante gourmet: DON GOYO.

La Chivita contrató a los cholos como sus guardaespaldas y saca bolos del Club, ellos encantados aceptaron, además de que ganaban muy bien, tenían puta gratis cada vez que se les paraba la verga y la bella conoció el BDSM extremo y le fascinó… Las damas estaban furibundas, coléricas, hambrientas de venganza, no había manera de hundir a la prostituta esa, pero Felicia, era muy astuta, vio en su bola de cristal… y se llevó a todas las damas a la playa, cuando los niños fueron por la droga, ellas les cayeron encima, tomaron fotos y vídeos, los llevaron a la prensa y la noticia salió hasta en la televisión nacional.

A la bella la encarcelaron en una prisión de máxima seguridad, ella llevaba la pastillita que le diera el General Rueda, dentro de su oreja, así que la inspección oral, vaginal y anal, no la detectó, ella pensó que en el momento que la fuerana torturar, se tomaba la pastilla, mientras ese momento llegaba cogió con varias presas, con el jefe de seguridad y hasta con una vieja gorda que era la líder de la cárcel, pero, tanto el Coronel García, como el General Rueda, movieron sus influencias, pagaron una fianza y la Chivita salió libre.

Para celebrarlo, organizó una orgía con todo su personal, la bella no esperaba al General Rueda, pero llevó tal cantidad de licores de tan buena calidad, que lo recibió con los brazos abiertos, don Goyo, en su ausencia, había comprado un juego de luces inteligentes que le daban ese toque de ambiente internacional, Robelio puso música tropical y fue por dos de las negras y la Rosita, se las llevó a la bodega y se dio gusto con esas mujeres exóticas de grandes culos; Filomena y Liseli fueron por la otra negra, nunca habían probado una cuca tan caliente, don Goyo las acompañó, pero solo pudo cogerse a la negra; la Maruca eligió a un negro y dos cholos, nunca imaginó que los orgasmos que sintió esa noche la fueran a desmayar de placer; al General Rueda lo asaltaron dos de los cholos, a uno de ellos también le gustaba que le metieran la verga por el culo, al General se le ocurrió una nueva idea para transportar coca y a la bella se la cogieron el resto de Cholos, no sabía lo que era un bucake, pero terminó reventada por todos sus hoyos y la bañaron de pies a cabeza de semen, jamás imaginó que tanto dolor le podría producir ese inmenso placer… fue una noche memorable.

Pero Felicia no cejaba en su trabajo, les dijo a las damas, que la bola de cristal no estaba funcionando, les pidió una foto de la Chivita, la Chata le llevó una que su marido tenía colgada en su oficina cuando recibió el título de Hija predilecta de San Isidro, iba vestida con un minivestido blanco, que desde el ángulo desde donde fue tomada la foto, se le veía el hilo y casi se le salían las chiches, Felicia tomó la foto, echó humo de su puro y dijo algo que parecía otro idioma, luego le clavó un alfiler en la cuca, y dos más, uno en cada chiche. Al otro día las mujeres seguían enojadas, la Chivita se veía cada día más feliz y rozagante, fueron a reclamarle a la pitonisa y ella les dijo que esperaran, que esta brujería no fallaba.

Después de varios años, Carlos regresó a San Isidro, la Chivita ya ni lo recordaba, además su nueva vida de puta del pueblo le encantaba y no estaba dispuesta a cambiar una verga, por muchas, a Carlos no le importaba que fuera puta, además ya vivía en la capital con su versión blanca y rubia, ya hasta tenían un hijo, pero Carlos nunca olvidó esa noche tan sabrosa de su luna de miel, era como una obsesión, Carlos se aplicó en la seducción, le costó, pero por fin ella le dijo que sí, con la condición que le diera el divorcio y al día siguiente abandonara San Isidro para siempre, se fueron a la habitación donde varios años atrás, la Chivita descubriera su ninfomanía.

Las damas no dejaban de cacarear alrededor de Felicia, le decían que hasta el marido había vuelto… y Felicia sabia, les dijo que, ella lo había traído de vuelta, que esta era la última jugada de la Chivita, que esa noche le llegaría su jaque mate. Las damas non muy entendieron, Felicia sacó su bola de cristal y las damas botaron la quijada cuando empezaron a aparecer las imágenes… La Chivita se iba desnudando, como era su costumbre, cada vez que subía a su habitación, Carlos solo llevaba puesto su bóxer, al llegar a la cama se abrió de piernas y lo retó con la mirada, Carlos, como un lobo hambriento se tiró a mamar esa abertura exquisita… La Chata, disimuladamente, se tocó su panocha canosa…

CH. Eso, cabrón, mámeme la pepa como si fuera una perra.

C. Que rica la tiene, le sabe a pescado, mi amor.

CH. Amor, su culo ¿y a que quiere que me huela?, pues a pescado, así le ha de oler a su madre y a esa rubia, hija de puta.

C. ¿Usted cómo sabe?

CH. Cállese, traicionero de mierda y sígame dando lengua… ay que rico, por la gran puta… ahora chúpeme el culo…

Las damas estaban asombradas de las cosas que decían y hacían ese par de pecadores, pero cada quien se iba excitando a su manera, La Chata ya se había metido tres dedos en su cuca vieja, Felicia trabó los ojos y empezó a hablar en un nuevo idioma.

CH. Venga métame la verga porque ya no aguanto.

C. ¿En dónde la quiere?

CH. Deme por la cuchara un rato y otro por mi culo… así… ay… que rico… como extrañaba su verga, hijueputa… malparido… deme verga… pero métamela toda… toda… tooodaaaa… ahg… que rico me coge… chíngueme el culo… así… ay… así… más… reviénteme la cuca… jódame la panocha… reviéntemela… ay… píseme… taládreme… chímeme… haga que me duela… ay… así… rómpame toda… pártame en dos… más… más duro… más fuerte… más rápido… así cabrón… asíiiiiiiiiiiiiiii…

Felicia dijo que había llegado la hora, le dio un limón a cada una y les pidió que los partieran en dos, sacó los alfileres que había clavado en la foto de la Chivita y derramó el jugo de todos los limones sobre la foto, luego clavó un alfiler en una chiche y la Chivita pegó un alarido atroz, luego clavó el otro alfiler en la otra teta y la bella chilló de dolor, por último ensartó el tercer alfiler en la pusa de la bella y a Silvia Salas le empezaron a salir chorros de sangre por su sexo y sus tetas, restregó el los limones sobre la foto, hechó una última bocanada de humo y la Chivita empezó a arrugarse como si los alfileres, el humo y el limón estuvieran consumiendo su vida.

Carlos salió corriendo horrorizado, por la Bola de Cristal, las damas podían ver como si fuera en cámara lenta, el envejecimiento lento y doloroso de aquella mujer que alguna vez fue tan bella, consumirse hasta aparentar una vieja senil de noventa años, cuenta la leyenda que nadie se explicó ese fenómeno sobre natural, dicen que la Chivita nunca se volvió a levantar de la cama y murió muy arrugada a los 102 años de vida.

FIN.