(6) la viuda

Me vengo de mis dos siguientes víctimas y hago una orgía con tres maridos de mis otras víctimas.

(6) LA VIUDA.

Los tres hombres quedaron con la boca abierta y sus protuberancias bien paradas ante el ofrecimiento de acostarme con los tres al mismo tiempo, ellos hicieron el intento de tirárseme encima, pero con un gesto los detuve, me preguntaron si me había arrepentido, me hice la difícil, les dije que tenía miedo a que ellos lo fueran a contar y quedar ante la sociedad como una ramera, ellos me hicieron toda clase de promesas… de lo que son capaces los hombres por cogerse un buen culo… con una sonrisa me despedí, quedando de vernos el próximo sábado.

Al llegar a mi casa fui a la laptop de Héctor a martirizarme viendo todos los vídeos y fotografías ¿Qué placer mal sano tenía al hacerme daño? Estaba indignada con Lorena y Silvia Isabel, ya no por todas las ofensas y haberse cogido a mi marido, sino porque el infame se las había tirado en mi propia cama, eso no tenía nombre, así que tomé el teléfono y les dije que tenía información muy valiosa para ellas, que había encontrado sus informes y que Héctor había llegado a conclusiones muy importantes sobre sus casos, las dos reaccionaron muy entusiasmadas y quedamos de vernos mañana en un restaurante para almorzar. ¡NUNCA TE METAS CON UNA MUJER HERIDA!

Seguía preocupada por Andrés, la víctima era su mujer, él no tenía por qué pagar las consecuencias de mi venganza… por muy buen culo que tuviera Vilma, una mujer con el rostro desfigurado… lo llamé para saber cómo se encontraba, me agradeció la visita a la casa de Sofía y me contó que ya llevaban varios día saliendo, que yo tenía razón, que se consolaron mutuamente y que ya habían cogido, me alegré que por fin encontrase el amor, pero me sorprendió cuando me dijo que ellos quería hacer un trío conmigo, se lo agradecí, pero le dije que a mí no me iban las mujeres.

Al rato llegó Silvio Camilo con más noticias, me dijo que Gladis y Antonia eran cuñadas y que sus esposos eran unos admirados pastores evangélicos, a mí me dio mucho morbo saber eso, el sexo y la religión no van de la mano y eso provocó que se me humedeciera mi tanga, me dejó un informe sobre sus vidas, fui a revisar los frasquitos y efectivamente aparecían dos de ellos con las iniciales G y A. Traté de hacer un recuento de mis víctimas, Vilma era la primera, de Lorena y Silvia Isabel, me encargaría mañana, estaban las tres hermanas putas, ahora aparecieron dos más, en total llevaba ocho, solo me faltaba saber quiénes eran las otras dos.

Silvio Camilo quería como recompensa que le diera el culo, no podía negarme, me había ayudado tanto y además si iba a estar con tres hombres al mismo tiempo, era necesario empezar a aflojar el chiquito, así que me hinqué sumisa, le saqué el pito y me lo metí a la boca, como me gusta mamar verga, Silvio me tomó de la cabeza y me cogía como si fuera por mi cuca, yo me atragantaba, sus movimientos hicieron que lagrimeara, pero tenía que aprender a ser una buena mamadora, me puse muy feliz cuando sentí la punta de su verga en mi campanilla y por primera vez no tosí.

Silvio me llevó a la habitación, me desnudo como un animal, me quitó la ropa a tirones, hizo mierda mi tanga nueva, yo me sentía como la esclava que su amo va a disfrutar y me gustaba, no cabía duda que mi sed de venganza me había convertido en una buena puta, sacó un poco de mi frasco de crema facial, me untó el culo y sin previo aviso me metió la verga de un solo puyón, yo pegué un alarido de dolor ¿Por qué será que mientras más una sufre, más placer les da a los hombres, cabrones? Yo lloraba y pujaba al mismo tiempo, sentía rebotar sus huevos en mi cuca a una velocidad vertiginosa, en eso me agarra del pelo y me cabalga como si fuera su potranca, esa mescla de dolor y placer es exquisita, no sé cómo narrarlo, pero las mujeres que lo han vivido me entenderán.

Yo sentía el culo abierto, punzante, hirviendo. Silvio me trataba como si fuera su puta y yo quería complacerlo como tal, así que paré un poco más el culo, apretaba y soltaba las nalgas sobre sus huevos y esa caricia hizo que me jalará más duro del pelo, metió una mano bajo mi cuerpo y me acarició el clítoris, me tenía muy caliente y con ganas de tener un orgasmo por el culo, esos orgasmos no se comparan con uno vaginal, ni con un clitoriano, ni mucho menos con una mamada, acabar por el culo es una sensación salvaje, es como si un león te pasara por encima y te desgarrara todos los esfínteres, empezó a darme más duro y más rápido, yo tenía los ojos trabados de placer, hasta que en una enorme sacudida me llenó el culo de leche y a mí se me acalambró todo el cuerpo, eso era coger, no los polvitos de mierda con Héctor.

Al día siguiente me preparé para mi almuerzo con ese par de putas, ni se imaginaban lo que les llevaba preparado, decidí quitarme el luto, Héctor no se lo merecías y a cambio me puse un vestido rojo que me encanta porque siluetea muy bien mi figura, nos reunimos en un restaurante que tiene un espacio muy agradable que da a la avenida, después de romper el hielo, les pregunté que como recordaban a mi marido, quería saber que le veían, Lorena dijo que era el hombre más inteligente que había conocido, Silvia Isabel opinó que además era un hombre muy educado y con un sentido del humor exquisito, les dije que tal vez con sus pacientes, porque conmigo era una “momia”, ellas soltaron unas risitas forzadas y se voltearon a ver. ¡Momia yo, JA!

Me preguntaron que cuales eran las conclusiones de Héctor, les dije que mi marido las catalogaba como enfermas degeneradas, ellas abrieron los ojos, continué diciéndoles que lamentablemente sabía que eran bisexuales, que eran swingers y que su conducta no tenía cura, ellas soltaron una carcajada y se fueron juntas al baño, yo aproveché para ordenar tres cafés, cuando volvieron nos tomamos las bebidas y al terminar, les enseñe el vídeo donde las dos están cogiendo con mi marido EN MI CAMA, sus sonrisas se borraron de sus labios y me preguntaron que qué pensaba hacer con esa información, les dije que nada, porque sus cafés estaban envenenados.

Eso lo aprendí en una película, no era necesario echarles veneno a sus cafés, solo era importante que ellas lo creyeran… se vieron a los ojos y corrieron vomitando hacia la calle, un bus las atropelló y sus cuerpos quedaron aplastados bajo las llantas, llamé inmediatamente a Dimas y Rafael para contarles lo sucedido, ellos llegaron inmediatamente y me preguntaron cómo había pasado eso, les dije que nos habíamos reunido para darles las conclusiones de Héctor y que habían salido tan felices y contentas que no vieron el bus que las atropello, tuve el gusto de asistir a sus sepelios y nunca creí disfrutar tanto.

Por fin llegó el tan ansiado, caliente y temido sábado, me bañé concienzudamente, me limpié bien todos mis orificios, me depilé, me puse un conjunto de lencería rojo que se me mete entre las nalgas, me perfumé y los esperé con mis tres frasquitos con sus iniciales E, E y E, a las siete en punto de la noche llegaron los tres muy elegantes y bien trajeados.

YO: Pasen adelante, pero que guapos están.

ESTUARDO: Ve quien lo dice, si estás para comerte enterita.

ENRIQUE: Hemos pasado la peor semana de nuestras vidas ansiando que fuera sábado.

YO: Pues ya llegó ¿Qué expectativas tienen para esta noche?

ESTUARDO: Pues te queremos hacer gozar como nunca.

ENRIQUE: Esperamos que esta noche sea inolvidable para ti.

YO: ¿Ustedes se consideran buenos amantes?

ENRIQUE: Nadie diría que no.

YO: Sería interesante preguntarles a sus espositas.

ESTUARDO: Pues la mía no se queja.

YO: Ellas son hermanitas ¿verdad?

ELMER: Exacto, las conocimos en un retiro católico.

YO: Así que los señores católicos vienen a mi casa a querer acostarse conmigo… eso es pecado. ¿Ustedes creen que sus esposas les son fieles?

ESTUARDO: Por supuesto que sí, por eso nos casamos con ellas, por sus grandes valores morales y familiares.

ENRIQUE: ¿Por qué nos preguntas eso?

YO: Curiosidad, ¿Qué harían si descubrieran que sus esposas les son infieles?

ESTUARDO: Lo hablamos antes de casarnos, si un día me llegara a poner los cuernos, la mato.

ENRIQUE: Yo también.

ELMER: Y yo.

YO: Yo nunca fui infiel y ahora estoy a punto de entregarme a ustedes tres… ¿saben? Desde que quedé viuda no he tenido relaciones… me hubiera gustado empezar con uno de ustedes nada más… para ir probando… y luego con dos… y por fin con los tres. Pero así, de buenas a primeras… nunca he estado en una orgía.

ESTUARDO: ¿Vas a romper tu promesa?

YO: De ninguna manera, soy mujer de palabra, pero estoy nerviosa y tengo mucho miedo.

ENRIQUE: ¿Miedo de qué, mi reina? Ven dame un beso para entrar en calor… hum que rico besas, ya imagino las maravillas que hace esa boquita deliciosa.

ESTUARDO: Y miren que nalgas… ¿Te las puedo tocar?

YO: ¿Vinieron a pedir permiso?

ESTUARDO: …que ricas nalgas, las tienes bien duritas y bien paradas.

ELMER: ¿Y dónde me dejan esas tetas? Que rica estás.

YO: Espérenme, calma, nunca había sentido seis manos sobre mi cuerpo, estoy muy nerviosa, yo nunca he hecho esto.

ENRIQUE: Pero ¿Sientes rico?

YO: Claro, si no soy de palo, pero no sé qué hacer.

ESTUARDO: No te preocupes, déjanos el trabajo a nosotros.

YO: Déjenme encender la chimenea para calentar un poco el ambiente.

ENRIQUE: Yo tengo otras ideas para calentarte… ven dame tu manita… siénteme… mide lo que te vas a comer… ¿Te gusta?

YO: No te lo voy a negar, sí me gusta, pero… ¡Elmer! ¿Por qué te sacaste tu cosa?

ELMER: ¿ te antoja darme una buena mamada?

ENRIQUE: Elmer, ¿Qué es ese lenguaje? Respeta a la dama.

YO: No, por favor, no me traten como una dama, ustedes no saben lo que he sufrido cuando me tratan así.

ESTUARDO: ¿Qué nos quieres decir? ¿Quieres que te tratemos como a una puta?

YO: Yo creo que es la fantasía de muchas mujeres.

ENRIQUE: Pues te trataremos como a la mejor de las putas.

ELMER: Ven, putita, híncate y mámame la verga… que rico… tienen que probar… que buena mamona resultó esta puta… así, más, trágate toda la pija, y tiene garganta profunda.

ESTUARDO: Y que rico me agarra la verga ¿O tienes muchas ganas debido a tu abstinencia o eres toda una profesional?... ay, sí, así, que rico mama esta putita.

ENRIQUE: Yo también quiero probar… puta… que caliente tiene la boca… y que rico pasa la lengua por la cabeza de la pija… de verdad que es toda una mamona… ay, eso nunca me lo habían hecho… me encanta tener la verga y los huevos dentro de su boca… que buen polvo le vamos a echar.

Que rico era mamar tres palomas al mismo tiempo, mamaba vergas por turnos mientras pajeaba las otras dos con mis manos, que noche me esperaba, mi primera orgía, la pija de Elmer era la más larga, la del guapo de Enrique era muy gruesa y la de Estuardo era muy cabezona y se le marcaban todas las venas, esa moronga era la que más me gustaba mamar, que rico sentir sus venas y su cabezota en mi lengua y en las paredes de mi boca, ellos empezaron a desnudarse mientras me iban quitando todas mis prendas, quedé totalmente desnuda frente a mis tres amantes, sin saber qué hacer.

Ellos me pararon en mi cama, Elmer y Estuardo se hincaron frente a mis hoyos y Enrique me mamaba las tetas, era delicioso sentir tres lenguas lamiéndome mis zonas más erógenas y seis manos recorriendo toda mi geografía, Elmer me agarró de las nalgas y me lamía toda la pusa, jugaba con mi clítoris y me volvía loca, pero Estuardo hacía maravillas con su lengua dentro de mi culo y Enrique me mordía suavecito los pezones, ¿Cómo pude pasar tanto tiempo teniendo tan mal sexo? Me temblaba todo el cuerpo, quería que esta cantidad de sensaciones me duraran para toda la vida

Ellos me acostaron y me pusieron de ladito, ahora Enrique me chupaba el culo, ¡Que lengua, por Dios! Era larguísima, sentía como me hurgaba el los esfínteres y Estuardo me mamaba la cuchara, que delicia era sentir dos bocas dándome placer por mis dos hoyos, Elmer me puso la paloma en la boca y se la mamé como si fuera la última pija de mi vida, luego me pidió que le mamara los huevos, yo recorría mi lengua de arriba abajo por sus bolas y de pronto siento como se acomoda para que le chupe el culo.

ELMER: ¡Que rico lame el culo esta puta!

ENRIQUE: Yo también quiero probar.

ESTUARDO: Y yo.

YO: Pónganse de perritas que les voy a chupar el ano a los tres.

ENRIQUE: Sí quieres que te tratemos como puta, pórtate como una.

YO: ¿Qué quieres que haga?

ESTUARDO: Te queremos oír decir obscenidades, pórtate como una puta vulgar, callejera, háblanos sucio.

YO: Me da pena, pero los voy a complacer.

ELMER: Ven, méteme la lengua en el culo y pajea a mis amigos.

YO: Como tú digas.

ELMER: Pero putéanos, trátanos como Esperanza Gómez trata a sus amantes.

YO: ¿Quién es ella?

ELMER: Es una colombiana que dice, ¡hijueputa! ¡Qué rica verga! ¡Métemela toda! Y cosas así… ah… que lengua… que rico siento como me abres el culo… así, putita… mueve tu lengua dentro de mi culo.

YO: Te gusta, maricón de mierda.

ELMER: Eso, así, putéame, aunque te aclaro que no somos maricones, a algunos hombres nos gusta que nos chupen el culo.

ENRIQUE: Ahora me toca a mí… ¡PUTA! Que lengua más larga, me vas a sacar la mierda.

YO: No, eso sí que no, no seas asqueroso.

ESTUARDO: Me toca… así… ábreme bien el culo y méteme la lengua… ay, qué rico… eres una buena mamadora de culos.

YO: Solo les devuelvo el favor, trío de cabrones… pero ya me dolió la quijada. Cuéntenme ¿Cuáles son las mejores habilidades sexuales de sus esposas?

ELMER: A ellas dejémoslas fuera de esto.

YO: Ni mierda, si me quieren meter la verga, me van a tener que contar, sino, esta puta se les convierte en monja.

ENRIQUE: Pues yo no tengo ningún problema en contarte que mi mujer tiene unos chuchos deliciosos con los cuales me aprieta la verga, muy rico.

ESTUARDO: La mía no tiene chuchos, pero le encanta que le dé por el culo.

YO: Enrique, ven, cógeme por la panocha, a ver si mis chuchos te gustan… así, méteme la verga hasta el fondo, hijueputa.

ENRIQUE: Que buenos chuchos, pero mi mujer los tiene más entrenados, me aprieta más rico la moronga.

ESTUARDO: Yo nunca me he cogido a una mujer que tenga chuchos, déjame probar… ay, qué delicia, de verdad que se siente muy rico… dichoso que mi cuñada te aprieta la pija mejor que esta puta.

ENRIQUE: Ahora déjame probar su culo, mi mujer no se deja.

YO: Pero ponme lubricante, porque tienes una verga que me va a partir en dos… ay… así… méteme los dedos primero… ayyyyyyyyyyyyy… despacio, cabrón, que me estás estrenando el hoyo.

ENRIQUE: Que rico, que yo sea el primero en romperte el culo, nunca te vas a olvidar de mí, así… mueve las nalgas… métete la verga tú solita… que buen polvo… siento como si me estuviera chimando a mi mujer por la pusa, tienes el culo bien apretado.

YO: Deberían intercambiarse esposas, así cada uno prueba lo que más les gusta.

ELMER: Ahora me toca a mí, quiero probar sus chuchos y sus nalgas.

YO: ¡Anda a probar los hoyos de tu puta madre!, si no quieres contar que hace tu mujer, no me saborearás más, a lo sumo me podrás sabrosear viendo como me cogen tus cuñados… y tú, Elmer, ¿hay algo que hagan tus cuñadas que te llame la atención?

ELMER: Pues sí… la verdad mi mujer ni tiene chuchos, ni mucho menos me da las nalgas.

YO: Cuenta, cuéntanos y te dejaré probar mis chuchos y mi culo.

ELMER: Está bien… pero… lo que aquí se hable, aquí se queda.

ESTUARDO: No tengas pena, nosotros ya contamos lo que más nos gusta que nos hagan nuestras esposas, cuenta con confianza, que este secreto nos lo llevamos a la tumba.

ELMER: Pues… a mí y a mi esposa… nos gusta… orinarnos.

ENRIQUE: ¡¿No te creo?! Que morbo, yo tuve una novia a la que le encantaba la lluvia dorada, pero eso ni siquiera se me ocurre proponérselo a mi mujer, si se lo digo, me mata.

ESTUARDO: A la mía, menos. Yo nunca he practicado la lluvia dorada. ¿Qué se siente?

YO: ¿Quieres probar?

ERIQUE: Yo también quiero.

ELMER: Y yo, pero luego nos dejas que te echemos una catarata de meados calientes.

Los llevé a la ducha y encendí el agua caliente, los tiré al piso y les pedí que abrieran la boca, ellos obedientes lo hicieron, me senté en sus caras, pujé y empecé a orinar en sus bocas, que rico era humillar de esa manera a los esposos de esas tres hermanas degeneradas, ellos se tragaban mis meados, me salían amarillos y muy espumosos por la calentura que tenía, ellos se los tragaban y se peleaban por conseguir más de mi líquido dorado.

Luego de que vacié mi vejiga, me mamaron la cuchara hasta que no dejaron una sola gota de orines, les dije a Elmer que su esposa era más putas que yo, porque nunca me dejaría que me mearan y me humillaran de esa manera, ellos protestaron, pero no me podían obligar… bueno, sí podían, pero no lo hicieron… nos dimos una ducha rápida y me llevaron de vuelta a la cama, sus seis manos estaban sobre mi cuerpo, sentía dedos violar mi papaya, mis nalgas y mis chiches, que dichosa me sentía, ni en mis más locas fantasías hubiera imaginado tener tres pijas dándome placer, pobre de la que no lo haya probado.

ESTUARDO: Me muero por cogerte, ven, móntame, quiero volver a probar esos chuchos deliciosos… ay… queee riiicoooo… agh… que buena puta me estoy cogiendo, así, mamita, apriétame más la verga… hug, que rico.

ELMER: Recuéstate sobre Estuardo, putita, que quiero probar ese majestuoso culo que te cargas… no se muevan, que le voy a untar las nalgas con lubricante… ¿Estás lista?...

YO: Listísima, párteme el culo en dos, antes de que me arrepienta… ayy, suavecito, cabrón, me vas a sacar la caca… ay… métela poco a poco… ya me hiciste llorar… ay… sí… despacito… así… ay… me tienen bien atorada de vergas… ahora sí, papitos, ya me va pasando el dolor, cójanme sin piedad, denme verga hasta que chille… ayyyy.

ENRIQUE: Abre la boca, te vamos a dar verga por todos tus hoyos… así… que buena mamadora eres, cabrona…

YO: Así, Estuardo, imagina que te estás cogiendo por la cuchara a la esposa de Enrique y que ella te aprieta la pija, así como lo hago yo… ay… ¿te gustaría?

ENRIQUE: A mi mujer no la metas en estas putadas.

YO: Cállate, cabrón y piensa que le estás dando verga por el culo a la mujer de Estuardo, que rico… estoy segura que a ella le encantaría que le metieras la pija dentro de las nalgas… ay… me están matando de puro placer… Y díganme ¿no les gustaría estar recibiendo una buena meada directo de la pusa de la esposa de Elmer?

ELMER: Cállate, hija de puta, nuestras esposas son sagradas.

YO: Ay, no me pegues, ¿Por qué me abofeteas? Yo solo quiero darles placer, solo los estoy estimulando con las degeneraciones que no tienen en su cama. Niéguenme que les gustaría cogerse a sus cuñadas, ¡Niéguenmelo, cabrones!

ESTUARDO: Esta es la mejor puta que me he cogido, me rompe la cabeza con sus invenciones, apriétame la pija, así, que rico siento tu cucaracha bien apretadita, más aún cuando se te cierra tanto por la verga de Elmer en tu culo, ya… me voy a venir… ya… que rico… yaaaaaaaaaaaa.

YO: No me saquen las vergas que estoy a punto de acabar.

ELMER: Mueve ese culo, más, putita, que rico taladrarte el hoyo, ya… me vengo, me vengooo... ayyyy que rico me vine…

YO: Cójanme, hijueputas, que yo también acabo, ya yaaaaaa, ayyyyyy.

ENRIQUE: Mámame rico, putita que te voy a llenar de leche todo el hocico, así… me vengo… trágate toda mi lecheeeeeeeee.

Salí corriendo al baño y me saqué todo el semen de mis hoyos y los deposité en los frasquitos correspondientes, cuando cerré el botiquín, los tres hijueputas me llevaron a la ducha y me bañaron de meados, Elmer me apretó la nariz para que abriera la boca y tuve que tragar una buena cantidad de meados hirvientes, ellos se morían de la risa, yo me quedé en la ducha regocijándome de mi gran hazaña, cuando salí ya se habían ido y los muy cabrones me habían dejado unos billetes sobre mi cama, ¿Creían que yo era su puta?... ya le había sembrado el deseo por sus cuñadas y de ahora en adelante, solo era cosa de esperar…

CONTINUARÁ…

Post Scriptum: Pido disculpas por no haber tenido el tiempo de publicar el lunes pasado y agradecer a todos los lectores que han estado pendientes de esta publicación. Este capítulo se lo quiero dedicar a una nueva amiga: Para ti Ruby Rosas, espero que nuestra amistad siga así de intensa como lo ha sido hasta ahora. Besos.