6. Anécdotas… – Casi Un Beso...

- Mierda cuantas ganas tenía de acariciar esas nalgas, y más cuando nos abrazamos... Las relaciones entre estos chicos aumentan en el pasar del día...

NdA: Hola muchachos estoy feliz, así que decidí publicar antes, muchas gracias por los que comentaron, enviaron correos y el apoyo hasta ahora, altibajos en las opiniones, pero con una clara aceptación lo cual agradezco mucho y me anima a seguir. Vamos al relato... SIN SALTOS EN EL TIEMPO APLAUSOS jajajaja.

¡A LEER!

---*---

Miércoles 7, enero de 2004.

  • No de nuevo... otra vez... no... – me repetía en voz baja.

- ¿Pero qué dices?... you moron... sabes que te gusta – me contestaba mi mente sarcásticamente.

  • No. No me gusta, es mi amigo...

- ... Acabas de pajearte pensando en él.

  • Solo me toque un poco, además yo...

- ¿Tú qué?

  • ...

- Ahhh si, siempre lo haces...

  • ...

- ... ¿Recuerdas?... por Richie, Arturo...

  • Pero yo... eso no es así...

- ... ¿Recuerdas a Miguel?... te enamoraste... – decía mi propia mente ignorándome.

  • Cállate... – mi mente no dejaba de recordar esas cosas – Lo de Miguel ya paso... – mi voz era un débil susurro.

- Jajajaja... no te mientas, soy tu... y tú sabes que aún lo quieres demasiado.

  • Si lo quiero, pero como un amigo.

- Extrañas su verga Andrew... ¿así eres con todos los amigos?

  • ¡Claro que no!

- No entiendo que tiene de malo.

  • Tú sabes que no puedo seguir haciéndolo.

- Igual lo sigues haciendo asshole...

  • ... No entiendo por qué tengo que pensar en ellos de esta forma.

- Porque te gustan... ¡Doch!

  • Me siento un tremendo marica.

- Pues a mí me gusta pensar así en ellos... Luís tiene un culo de muerte... y Arturo...

  • Por dios... ¡Cállate! – estaba frustrado agarrando mi cabeza como un demente terminando de despeinarme aún más.

- Nooo... Arturo también te gusta y tiene una gran verga... ¿Cómo será cuando la tiene dura?... y mamarlo, ¿recuerdas cuando le mamaste la verga a Miguel? Te encantó.

- You killing me... – quería llorar.

- Jajajaja, te lo vuelvo a preguntar... ¿qué tiene de malo?

  • ¡No lo sé! – grite a la nada – dammit... no lo sé...

- Andrew...

  • ¿Qué?

- ...tu eres tú, eso es lo que importa... recuérdalo... tú lo sabes – me respondía mi yo interno ahora con un tono de voz más calmado.

  • Si... yo soy yo... y estoy bien... eso es lo que importa – me sequé una lagrima que había logrado escapar.

- Ahora levántate... ve a clases dude.

Me levanté del excusado y abrí la puerta del cubículo, me sorprendí ya que un chico de básica estaba en ese baño mirándome con confusión.

  • ¿Qué coño quieres mocoso?... – no me contestó – ¡Vete de aquí!

Alcé mi puño en modo de amenaza, me acerqué al chico en un segundo, este retrocedió y salió corriendo del baño, me sentía mal y un dolor de cabeza estaba naciendo en mi, aún sentía confusión, deseo y arrechera, siempre era igual cuando pasaban por mi mente esos pensamientos homosexuales, me olvide del chico y me lave la cara, me quede apoyado en el lavabo un rato esperando a que se bajara la erección completamente. Cuando ya estuve mas “calmado” salí del baño y fui al gimnasio.

---*---

Cuando por fin regresé a la cancha, estaban colocando la red para jugar voleibol, generalmente la clase de los chicos se dividía en los deportistas, – chicos atléticos, amantes de todos los deportes – y en los vagos – chicos que se sentaban en las gradas o fingían jugar con la pelota –, el entrenador ya daba por sentado que esos chicos eran causa perdida y los pasaba con un mísero 10 dejando a ambas partes felices.

  • Pero bueno chamo... ¿Dónde estabas?

  • Ehhh profesor, fui al baño un momento.

  • Ahhh te estabas cagando.

  • Jajajaja no vale.

  • Jajajaja entonces ¿Te me escapas de clase? ¡Y te atraparon!

  • Coño profesor nada de eso vale jajajaja...

  • Mmm... – se acerca a susurrarme en el oído – ¿No te habrás estado pajeando en los baños?

  • Jajajaja.... ¡Profesor!... bueno si, ¡me descubrió!

  • ... Jajajaja bueno, eso está bien jajajaja... muchachos, formen los grupos para jugar, seis y seis.

  • ¡Eso está listo profesor! – decía Arturo quitándose su franela blanca.

  • ¿Para qué te la quitas pendejo? – dijo Luís un poco confundido.

  • Pues para lucir este cuerpo nene – Arturo le lanzo un beso y se puso a flexionar sus brazos mostrando sus músculos – jajajaja pajuo sabes que sudo demasiado, así no apesto todo el día.

  • Jajajaja yo uso colonia luego de esta clase – intervenía Henrique colocándose en uno de los puestos para jugar.

  • Y yo... – Carlos hacia exactamente lo mismo detrás de Henrique.

  • ¡Pero bueno señoritas!... ¡A jugar! Y ustedes... – el profesor miraba a los vagos del salón – ¡Bah!... olvídenlo.

  • Jajajajajaja.

  • Si vamos...

Me coloque en la línea delantera del lado derecho, mientras Arturo estaba a mi lado para armar y rematar la jugada, Luís iba a sacar y el otro equipo se preparaba para bloquear y recibir. Estuvimos jugando por 10 minutos y logramos ganar los primeros puntos, estaba distrayéndome sobre lo que había pasado en el baño, pero todo cambio cuando me toco sacar a mí. Tomé la pelota mientras me concentraba para hacer un buen saque, hasta que levante la mirada y vi la perfecta espalda de Arturo y el gran culo de Luís – shit – no me concentré y cuando hice el saque, la pelota fue directamente a la red.

  • Coño Drew... ese saque fue una mierda.

  • Ya cállate Carlos.

  • Andrew. Saca de nuevo – dijo el profesor pasándome la pelota.

  • Muy bien Andrew. Concéntrate – me dije para darme ánimos pero de nuevo volví a fallar dándole a la pelota muy fuerte y chocando con el techo del gimnasio haciendo una falta – Really?

Todos me miraron no creyendo el saque tan malo que había hecho, mientras el otro equipo celebraba rotando, ahora ellos iniciaban el saque. Me coloque en mi posición y al momento la pelota fue directo a mí, logre recibirla y hacerle el pase a Luís que luego se la paso a Arturo para que Manuel rematara – muy bien, no todo está perdido... aún puedo recibir –. Pero esa suerte no duro mucho ya el equipo contrario había notado que andaba distraído y mandaba la pelota en mi dirección para que yo tratase de bloquearla, algunas veces lograba hacerlo pero otras... Cuando hacía el pase lo hacía bastante mal, fallando un poco ya que los muchachos no llegaban o simplemente la pelota se salía de la cancha, ya para ese entonces los del otro equipo me aplaudían cada vez que sucedía esto.

Cuando me tocó sacar de nuevo, fue patético. A la primera le di un fuerte pelotazo a Arturo en la cabeza que lo hizo perder el equilibrio cayendo al piso, todos en el gimnasio empezaron a burlarse de nosotros.

  • ¡Maldición Andrew!... ¿Qué te ocurre? – Arturo se levantaba y me miraba con arrechera.

  • Ya chamo cálmate, disculpa.

  • ¡Coño... a la próxima el que va a recibir un golpe serás tú!

  • ¡Andrew!... ¡sigue así, tu puedes! Jajajaja – Paolo me miraba burlonamente agarrando la red.

  • ¡Si... Jajajajajajajajaja! – Samuel estaba señalándome y sobando su abdomen por la risa.

  • Idiotas... vamos amigo, tu puedes.

  • Si Luís, gracias... solo ando distraído.

Mi siguiente saque lo hacía con la atenta mirada de todos Arturo me miraba molesto, Manuel lo hacía asustado de lo que pudiera pasar, los demás con burla y Luís... su mirada y su sonrisa eran amables, esperando lo mejor de mí. Lancé la pelota al aire, mi idea era que la pelota fuera en hasta el fondo de la cancha... pero mi mano tenía otra idea y cuando le di a la pelota esta fue directo a la cara de Luís tirándolo a suelo también.

  • ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!

  • ¡BUENA ESA ANDREW! JAJAJAJAJA.

  • ¡MARICO QUE MALOOO! – todos los del otro equipo se reían por lo que había pasado.

  • Andrew por dios... Luís está sangrando – Manuel estaba ya arrodillado viendo a Luís bastante asustado.

  • ¿¡Cómo!? – me acerqué rápido y así era... Luís sangraba por la nariz – no nooo mierda no... perdóname Luís.

  • A ver señoritas ¿Qué pasa?... Manuel... aléjate que te vas a desmayar – El profesor se acerco e hizo que Luís se sentara... – a ver... déjame ver – lo examinaba y tocaba el tabique suavemente – Mmm... ok, no parece ser nada. Vamos a la enfermería.

Ambos se levantaron y se fueron mientras yo no podía creer lo que había hecho, Luís me había apoyado y vengo yo y le doy un pelotazo...

  • Carajo Drew... no te controlas.

  • ¿Drew ustedes no eran amigos?

  • Si Drew... ¿Qué mierda te pasa?

  • Jajajaja... igual ganamos nosotros. Gracias Andrew.

  • ¡Siii, Gracias pendejo! – miraba a todos los chicos mientras Luís y el profesor desaparecían por la reja.

  • Aja Drew... se puede saber... – Arturo me alejaba de todos empujándome con una mano en el pecho – ¿Qué coño te pasa cabrón?

  • Yo... lo siento.

  • Seguro le rompiste la nariz a Luís.

  • Ya... ya dije que lo siento, y-yo no... no quería – baje la mirada apenado.

  • Pues deja de pensar en mariqueras.

Allí desgraciadamente explote.

  • ¡PUES, BASTA YA! ¡Déjenme en paz!... ¡Vete a la mierda Arturo! Es mas... ¡Váyanse a la mierda todos ustedes! – empuje a Arturo y salí del gimnasio dando grandes pasos.

  • ¡Drew...!

  • ¿Drew?

  • ¡Vamos Andrew!... cálmate – ya estaba arto de escucharlos.

---*---

Ignoré a mis amigos y me fui directo al salón sin hablar con nadie en el camino, pero antes de subir las escaleras me sentía demasiado culpable por Luís, así que baje las escaleras y fui a la enfermería, un gran espacio en el sótano completamente modernizado con aire acondicionado y pulcro a la vista de todos, en vez de una enfermería parecía una pequeña clínica para los estudiantes, habían un par de chicos allí también y la enfermera me recibió amablemente, cuando iba a entrar en el cuarto donde supuestamente se encontraba Luís, el profesor salía de ese consultorio.

  • Profesor yo...

  • Andrew. Luís está bien. Ve a clases.

  • Quiero verlo.

  • No. La doctora esta revisándolo, déjala trabajar, lo veras luego.

  • Bueno, me quedo hasta que salga.

  • No. Ya es hora de que vayas a clases, yo me quedo.

  • Profesor yo...

  • Andrew, ¿se puede saber qué te pasa?, las vacaciones te hicieron daño, estas oxidado – dijo el profesor tratando de cambiar el tema.

  • Si... las vacaciones, eso creo... – no estaba pendiente de lo que me decía, estaba mirando la puerta detalladamente.

  • ¿Quieres quedarte a practicar después de clases o algo? – me dijo tocando mi hombro con fuerte agarre para llamar mi atención.

  • Mmm no... no se... yo practicare luego.

  • Mmm bueno está bien. Si quieres estaré en el gimnasio en la tarde.

  • Claro, gracias... – no me moví y me quede mirando a la puerta.

  • Andrew... ve a clases.

  • Ehhh si, ya me voy.

Tuve que salir, el profesor no me dejaría entrar de ninguna forma, cuando llegue al salón, las chicas ya estaban en el, hablando, las escuchaba hablar sobre el fin de semana, famosos y hasta criticando a sus amigas... – mujeres – fui a mi bolso para buscar algo – en realidad nada, solo quería mantener mis manos ocupadas –.

  • Hermoso... ¿Qué te ocurre?...

  • Ehhh... nada, yo...

  • ¿Y los demás?

  • No se... en el gimnasio, imagino.

  • Mmm... ¿Y por qué no estás allí?

  • ¡Ya Cintia, déjame en paz! – le grite, mi amiga se quedó mirándome unos segundos, luego se fue alzando su cabello y caminando con la mirada alta – Ragazza ... disculpa.

  • Jajajaja... Oye, no se le grita a las mujeres – mire a Selena un poco molesto – jajaja... cálmate Andrew. Y guarda ese cuaderno, que la profesora de historia no viene...

  • ¿De nuevo?... pues que novedad...

  • Jajajaja sí. Bueno voy a hablar con Cinty.

  • Dale... dile a mi ragazza , que lo siento.

  • Nooo... eso no es mi problema – me dijo picando su ojo y alejándose.

Al no venir la profesora me decidí a alejarme de todos... no quería herir a nadie más, cuando estaba a punto de salir mire a Cintia, la cual me devolvió la mirada fría, – por dios, bien hecho Andrew... van dos en un día – la ignore y salí del salón.

Ya abajo la coordinadora de disciplina me miró y me pregunto qué hacía. Le explique que tenía historia y luego volvió a sus asuntos, baje al patio de básica para perderme un poco en un terreno que utilizábamos para jugar futbol donde habían arboles y uno que otro banco de concreto. Antes de llegar, vi que mi hermanito salía del baño y le llamé para que viniera.

  • ¿En qué andas hermanito?

  • Nada... en el baño.

  • Jajajaja... está bien.

  • ¿Y tú?... ¿Qué haces aquí?

  • Pues... la profesora no vino... y solo quiero relajarme.

  • ¿Y los demás?

  • Pues no se... deben estar por allí, quiero alejarme de ellos.

  • Ahhh... ¿Qué paso?

  • Cosas de grandes Tony... cosas de grandes.

  • No seas tonto Andy, yo soy grande.

  • Pues no lo suficiente.

  • ... idiota – mi hermanito se daba la vuelta y se alejaba de mí.

  • No no no.... Tony espera, espera, no te vayas.

  • ¿Qué?

  • Disculpa... si eres grande, pero... hablo de que son cosas tontas sin importancia.

  • Mmm ya, está bien...

  • ...

  • ... Ahhh si, se me olvidaba, voy a ir a casa de Nico, vamos a hacer un trabajo.

  • Ok... ¿y papá lo sabe ya?

  • Si... me va a buscar en la noche.

  • Bueno dale... regresa a clases.

  • Ok... ¿Andy?

  • ¿Sí?...

  • Eres un idiota... jajajaja – me decía mientras se iba corriendo.

  • Jajajajajaja... que niño es.

---*---

Sinceramente me vino de perlas esa hora libre, odiaba la historia, a mi me gustaba ver hacia el futuro y nunca pasaba de un 12 en los parciales con esas preguntas de verdadero y falso – donde “si es falso, justifique su respuesta” – las extensas preguntas de desarrollo y uno que otro texto para analizar.

Me senté en una de las bancas para luego terminar acostado mirando hacia el cielo... el clima estaba perfecto, brillaba el sol y no había ni una nube, además de que una brisa me rozaba refrescando mi cuerpo, pero solo logré disfrutar de mi soledad por 10 minutos ya que Luís se acerco rápidamente, no tenia buena cara y tenía una curita en su nariz, me levante rápidamente un poco asustado.

  • Luís yo... lo siento mucho... en verdad... yo – Luís me tomó de los hombros con un fuerte agarre.

  • ¿Qué demonios te pasa?...

  • Lo lamento Luís... en serio. Perdón.

  • Ya se Andrew... pero en serio, ¿qué te ocurre?, estas distraído desde esta mañana.

  • Yo... no sé.

  • Si sabes...

  • Es que...

  • ¿Qué?...

  • Yo... me siento extraño... y c-conf... – ¿será que debía decirle a Luís sobre lo que me pasaba últimamente? Pensé nervioso.

  • ¿Extraño?

  • ...

  • Es... ¿e-estas así por tu hermano? – dijo ahora con un débil tono de voz.

Vaya... lo que la gente puede llegar a pensar y tan alejado de la realidad. Y si, mi hermano Mathew se muda de casa... me costaba asimilar que mi hermano no dormiría en la habitación de al lado, que eran 13 años sabiendo que estaba a unos pasos de mí cuando lo necesitaba... me sentía triste por eso también, se mudaría dentro de poco.

En casa eran un mar de ideas. Mi madre estaba triste, pero le ayudaba a empacar todo y le daba todas las indicaciones posibles, Tony algunas veces le ocultaba las cosas pensando que así se quedaría con nosotros, mi padre... estaba feliz, le ayudó a encontrar un excelente apartamento para alquilar en una zona muy bien ubicada – el dueño del edificio era cliente de nuestro padre – también le pago los primeros tres meses de renta, además siempre que hablaban del tema, se le escapaban esos comentarios sarcásticos de “ya era hora... será mejor que seas responsable... tu casa, tus reglas... ahhh, y espero no regreses arrepentido” y cosas por el estilo, yo simplemente a pesar del control fingido que tenía en casa lo cierto es que una parte de mi quiere echarse a llorar y pedirle a Mathew que no se fuera de casa. Vivimos juntos en casa desde siempre, mi hermano forma una parte fundamental de mí día a día. Pero era bastante claro que eso tenía que cambiar en algún momento, y ese momento era pronto... pero a pesar de lo que sentía, cuando sabes que alguien al que quieres empieza a tomar su camino y es realmente feliz haciéndolo, debes dejarlo ir estoy seguro de ello.

Yo sabía que no estaba realmente molesto por eso en este momento, pero era una escapatoria que podía tomar.

  • Si Luís... es que Mathew... – en ese momento me abrazó muy fuerte.

  • Descuida amigo... – nos separamos un poco, pero no dejamos el abrazo - ni que se estuviese mudando fuera del país... jajajaja.

  • Si... pero aún así lo voy a extrañar... – Luís me mostraba su bella sonrisa dándome sus mejores deseos.

  • Lo se...

  • Luís perdóname por el golpe, soy un idiota.

  • Jajajaja... un poco.

  • Pero... estas bien, ¿no?

  • Si... la doctora dijo que solo esta así de roja por el golpe, ya mañana estaré mejor.

  • Ok...

Miré hacia el patio de preescolar – donde unos infantes gritaban y corrían sin razón alguna – cualquier cosa para no ver su bello rostro a pesar de la curita que llevaba, al final no pude evitarlo y lo miré a los ojos, sentí que se congelaba el tiempo y que quería estar más cerca de él, así que sin pensarlo lo abrace de nuevo, Luís se sorprendió por esa acción pero me devolvió el abrazo con mayor fuerza, cuando se separo de mi, le miré a los ojos y agradecí por el apoyo que me había dado, regresamos al patio central donde estaban los demás chicos.

---*---

  • ... Yo... lamento mucho lo que dije. Discúlpenme.

  • Si está bien Drew... – decía Manuel mirándome con una sonrisa.

  • Por dios si eres idiota, son solo palabras jajajaja...

  • Todo en orden.

  • No hay problema... pero a mí me tienes que dar un besito, hermoso – decía Cintia con los brazos cruzados esperándome.

  • Jajajajajaja...

  • ... Pues por mí ¡SI TE PUEDES IR A LA MIERDA ANDREW! – me dijo directamente Arturo molesto y levantándose del piso y acercándose a mí de forma amenazante – crees que siempre puedes hacer escenitas, mandar a todos a la mierda o que se mueran y luego disculparte... ¿Y crees que te voy a disculpar así como así? ¡Esos son ustedes! – señalando a los demás – ¡Que le perdonan todo a la primera, imbéciles!

  • ... – todos nos quedamos callados esperando mi reacción la cual lo mire sorprendido y sin saber que pensar por lo que había dicho.

  • Arturo podrías venir un momento – Arturo miraba a Luís y luego a mí, alternando nuestras miradas – Artie...

  • Si ya.

Ambos se alejaron de nosotros, empezaron a discutir en voz baja vi que Arturo me miraba molesto hasta que Luís le dio un lepe en la cabeza y le dijo algo... Me miraron y yo baje la cabeza para que luego siguieran hablando por lo bajo cuando me di cuenta ya venían hacia mí.

  • Awww... no sabía que mi panita estaba sensible.

  • ¿C-Cómo?...

  • Ya yaaa... ya te entiendo yo estaba igual cuando Aquiles se fue de casa, disculpa – me tomo de la cabeza y me dio un beso bruscamente en la mejilla.

  • Mmm jajaja... ya Arturo jajaja.

  • ¡Pero bueno!... ¿a Arturo si, y a mí no?... ¿y mi beso hermoso? – ya Cintia se levantaba llegando a nosotros.

  • Ya Ragazza ... ven – me separe de Arturo y le di un beso en la boca - ¿Feliz?

  • Jajajaja bastante... ¿Seguro que no eres my boyfriend ?

  • Jajajaja... estoy seguro.

  • Oye... ya que estas tan sensible... ¿Por qué no pasas una noche en casa conmigo?... tengamos una noche de hombres – me dijo Arturo pasando su brazo por mis hombros.

  • Jajajaja Ufff... buena idea, vamos Drew.

  • Berro si, genial.

  • ¡Vamos! – todos se estaban animando con la idea.

  • Hey hey... la vaina solo es con Drew que esta triste por su hermanito.

  • Cállate Arturo... – le di un codazo, ya me estaba apenando por eso... Y NI SIQUIERA ERA LA VERDADERA RAZON DE MI MOLESTIA .

  • Auch, bueno... pero ¿Le damos?

  • Claro claro... si, le damos.

  • ¡Eso! Esta noche vamos a disfrutar que jode... – y me da una nalgada.

  • Eh eh... pero sin mariconadas Jajajajajaja.

Todos comenzamos a reír y a joder un rato hasta la siguiente clase de biología, mi amigo tenía razón, en verdad necesitaba distraerme y en casa de Arturo siempre lo hacía, con su piscina, pantalla gigante de plasma de 60’ pulgadas, con todas las películas y juegos que tenía también.

Al finalizar las clases ya era el mismo de antes, y cuando pasaba por el gimnasio el profesor hizo sonar el silbato llamando la atención de todos.

  • ¿Qué pasa profesor?

  • Andrew... ya estoy libre, que tal si practicamos un poco voleibol.

  • Mmm... bueno – mire a Arturo un segundo.

  • Si vamos Drew, también quiero jugar un rato.

  • Yo también me quedo entonces.

  • Ehhh... – el profesor estaba un poco confundido.

  • Mmm no Luís, ¿y tu nariz, no necesitas descansar?

  • Jajajajajaja... por dios Drew... ni que tuviera una lesión, yo me quedo, además idiota, yo siempre me voy con Arturo – ahora el que puso mala cara fue el profesor.

  • ...

  • Profesor, ¿Pasa algo malo?

  • No no... mientras mas, mejor, pero Luís tu no vas a hacer nada.

  • Pues bueno... como digas.

---*---

  • Bueno Andrew... vamos a enseñarte a dar un buen servicio – dijo en entrenador quitándose su franela mostrando su fuerte pecho y alejándose de nosotros mientras se colocaba en posición al fondo de la cancha.

  • Jajajaja... esa vaina sonó rara – susurraba Luís a mi lado.

  • Jajajaja... cállate Luís.

  • Ok. Presten atención, daré una clase teórica. Cada punto se inicia con un saque del balón desde detrás de la línea de fondo. Se lanza el balón al aire... – seguía sus movimientos con la mirada – y ¡se golpea al lado contrario! – lo dijo con un grito algo forzado, saltando y dándole al balón en el aire haciendo un perfecto saque – buscando los puntos débiles de la defensa del adversario, ¿Entienden?

  • Si profesor... pero, ¿En verdad es necesario que explique eso? Mire, nosotros podemos hacerlo – Arturo tomó el balón e hizo lo mismo que el entrenador, su saque resonó en todo el gimnasio y fue directo hacia el otro lado del campo y el entrenador lo recibió perfectamente.

  • Si, ya sé que lo puedes hacer, pero esta clase no es para ti, así que siéntate. Andrew, ven.

  • Voy – me acerque al entrenador viendo su pronunciado pecho, muy atlético y con poco vello un poco pegado a la piel por el sudor.

  • ¿Cómo sacas generalmente?

  • Por arriba. Como usted.

  • ¿Sabes hacerlo por debajo?

  • Sí, pero ese saque es de niñas jajajaja...

  • Jajajajajajajajaja... Los hombres también sacan así, a ver... haz el saque. Quiero verte.

  • Ok... Focus Andrew – mire a Luís con una sonrisa... – Focus...

  • Jajajaja... ya va... Luís tapate la cara... yo me voy detrás de la columna. No quiero que me peguen de nuevo – decía Arturo ocultándose.

  • Coño marico. ¡Cállate!... ok... concéntrate – hice mi saque como siempre lo hacía, y la pelota salió directo al otro lado del campo, solo que rozando la red – mierda... por poco.

  • Buen saque... pero, como dije antes, ¿Por qué no intentas el otro?... el saque por arriba no es muy recomendable para ti por tu... -  el entrenador me miró de arriba abajo – estatura.

  • Ahhh... bueno, sí, yo... soy algo bajo, pero igual ya creceré...

En septiembre Arturo, Manuel y yo éramos de la misma estatura, pero la pubertad les ayudo un poco en las vacaciones de diciembre creciendo un poco, mientras yo me quedaba del mismo tamaño... no importa, igual soy un año menor que ellos.

  • Si yo se... pero para este año, practica el saque por debajo... Arturo, deja de hacerte el pendejo, recibe el saque.

  • ¡Voy!

  • Muéstrame tu técnica Andrew.

  • Ok... – esta vez me costó un poco de trabajo ya que no sabía si lo estaba haciendo bien, sostenía el balón con una mano y luego con el puño le di bastante fuerte, elevándola y desviándose fuera del campo.

  • ¡... Aja... estoy esperando...!

  • ... Mmm no lo hiciste bien.

  • Es que no estoy acostumbrado a hacerlo.

  • Déjame ayudarte... ¡Arturo, pásala!

Al recibirla me la dio de nuevo para que volviese a sacar, pero hizo algo que no me esperaba, se coloco detrás de mi completamente pegando su pecho desnudo a mi espalda, los muchachos se quedaron un tanto extrañados por el movimiento del entrenador, lo sentía prácticamente como una segunda piel, a cada movimiento que hacia él lo seguía, flexionando mi brazo y dejando el otro algo suelto, sujetó sus manos contra las mías y me guiaba en lo que hacía.

  • Muy bien... vamos a hacerlo – me dijo susurrándome en mi oído, haciéndome estremecer un poco.

  • Ehhh... m-muy bien.

  • Solo tienes que aflojar un poco esta mano, y dirigirla así... haciendo este movimiento... vamos, hazlo, sigue mis movimientos... – mi brazo junto al suyo parecía un péndulo – y luego... en el momento justo, sueltas aquí y ¡le das rápido! – la pelota se fue directo a un Arturo perdido en su mundo y asustado ya que repelió el balón un poco torpe.

  • Jajajajajaja...

  • Jajajajajaja pero bueno chamo, está pendiente... Bien, ¿entendiste? – dijo haciendo un típico movimiento de macho, sobándose el paquete.

  • Ehhh si, aja... – aparte la mirada y luego vi a Luís que me miraba serio.

  • Bueno... chamo inténtalo tu solo ahora.

Luego de eso, lo intente un par de veces más, y lo hacía bastante bien, aunque le dije al entrenador que me sentía más cómodo con el otro saque, así que seguía practicando mientras Arturo recibía o me lanzaba la pelota bajo la atenta mirada de Luís y el entrenador.

Más tarde decidimos jugar una “caimanera” dos a dos e hicimos equipos – Arturo y Luís... y el entrenador y yo – me encantaba jugar así sin reglas, un poco rudo, nos quitamos las franelas para estar más cómodos y sin ataduras. La puntuación si en realidad contaba iba 100 - 101 jajaja, lo importante era que la pelota volara siempre y no tocara el piso, arrastrándonos, lanzándonos, a una parte de mi mente – muy profundamente – le gustaba ver a los chicos sin camisa jugar, con sus cuerpos sudados, ver sus pectorales elevarse rápidamente por el esfuerzo al jugar, sus músculos tensionados cada vez que le daban al balón y sus pezones erectos por la excitación del juego, hasta que al final los cuatro quedamos bastante agitados y agotados acostados en el piso, estábamos felices, la clase de deportes nos animaba a todos.

  • Verga que buena sesión carajo – el entrenador de nuevo comportándose como tremendo macho – Andrew. Espero que te haya servido.

  • Si entrenador... gracias de pana – todos nos levantamos y le di la mano.

  • Bueno... estamos un poco sudados, ¿nos damos una ducha?

  • Ufff... si, vamos – le contesté ya con ganas de bañarme.

  • Mmm no creo Drew. Mi chofer ya llego, nos tenemos que ir – decía Arturo revisando su celular.

  • ¿Todos se van?...

  • Si... Luís y yo vivimos cerca...

  • ¿Y tu Andrew? – me miraba... ¿esperanzado? Y muy emocionado.

  • Yo... voy a casa de Arturo esta noche.

  • Si... ¡VAMOS A TENER UNA NOCHE DE HOMBRES HOY!

  • ¡JAJAJAJA!... Así que noche de hombres... ¿Qué, acaso se van de putas?... ¿Sexo esta noche?

  • Jajajajajaja... ¡Eso esperamos! – en verdad no sabía que me tenía preparado mi amigo, cuando se le ocurren este tipo de ideas es difícil saber cómo íbamos a terminar.

  • Bueno, espero que la pasen de puta madre.

  • Jajajaja... gracias entrenador – le dije ya colocándome mi franela blanca.

  • Sí, eso téngalo por seguro, la pasaremos arrechísimo - decía colocándose la franela al igual que yo.

  • Bueno muchachos, ya vámonos – decía Luís que estaba un poco callado.

  • Si... ya... váyanse, disfruten esta noche.

Nos despedimos del entrenador que ya estaba entrando a las duchas del gimnasio y fuimos corriendo a la salida del colegio ya que el chofer de Arturo nos estaba esperando desde hacia media hora, cuando llegamos, Arturo se sentó en el asiento delantero de la camioneta y Luís y yo en la parte de atrás y nos fuimos del colegio rápidamente.

---*---

  • Pfff joven, ya son las 2:00 pm, su madre se pondrá furiosa si sabe que no hemos llegado.

Ulises era el chofer de Arturo, un hombre de 30 años bien llevados, delgado aunque parecía que iba al gimnasio, con traje oscuro y corbata del mismo tipo, con su pelo negro un poco largo y estaba peinado hacia atrás con mucha gelatina, ojos café oscuros y tenía la típica “barba de la tarde” haciéndolo parecer un poco interesante, a mi parecer... Se parecía mucho a Ross de “ Friends ”.

  • Jajajaja Ulises, cálmate, yo hablo con ella. Tu tranquilo.

  • Buenas tardes, joven Luís, joven Andrew... que sorpresa verlo.

  • Ahhh bueno voy a casa de Arturo aaa... – en realidad no tenía ni puta idea – no se... jajajaja Arturo, ¿Qué coño vamos a hacer allá?

  • Jajajaja... ya veras, bueno Ulises muévela.

  • Ya joven ya...

  • Pfff... disculpen a Ulises, generalmente no es tan recatado... relájate Ulises, con ellos puedes ser normal.

  • Jajajajajaja... joven, no sé de que está hablando – nos dijo a todos picando un ojo.

  • Si... Ulises... calma, con Drew puedes actuar normal – le decía Luís sonriéndome.

  • Buenooo bueno chamos... pero que quede entre nosotros.

  • Como siempre...

  • Ahhh si Drew, cuando lleguemos a casa bájate para darte el libro de Salud.

  • Aja, claro Luís.

  • Mira marico, aprovechas y buscas mis zapatos de futbol, que llevan en tu casa una semana.

  • Berro Arturo ya te dije que no sé donde están.

  • Pues los buscas chamo, que no voy a jugar el sábado con los zapatos del colegio.

  • Igual te presto los míos – dije para calmar a mi amigo.

  • Aja... ¿y tú vas a jugar en medias?

  • No pajuo... mi papá me compro los azules que vimos en el Sambil.

  • ¿De pana?... Mierda que suerte tienes Drew.

  • Jajajajajaja.

  • En serio. Los míos tendría que dar de comer a los perros y luego quemarlos para que compren otros.

  • ¡Jajajajajaja! - todos reíamos por la ocurrencia de Arturo.

  • Ya vale, cálmate Artie que yo los busco ahorita.

  • Bueno, eso espero cabrón.

  • Jajaja... – la suave risa de Ulises nos distrajo de la conversación.

  • ¿Qué pasa Ulises?

  • Pues... joven... ustedes se expresan bastante... bien.

  • Jajajaja... ¿Qué quieres decir con eso? – dijo Luís un poco extrañado.

  • Que en mi época los chamos no decíamos tan malas palabras.

  • ¡Jajajajajaja!... ¿tu época?... Ulises tienes 30 años... jajajaja.

  • Por eso... cuando yo tenía 14, ustedes ni pensaban en nacer. Y creo que yo dije mi primera grosería a esa edad.

  • Jajajajajaja... pues eras un tremendo gallo cuando eras chamo, Ulises – le dijo Arturo con una sonrisa de burla.

  • Mmm... Arturo respeta – respondía un poco serio.

  • Ya... disculpa amigo, sabes que es jodiendo – me quede un tanto extrañado ahora por la acción de Arturo, ya que coloco su mano en la pierna de Ulises, apretándola un poco y luego dando un suave masaje.

  • Mmm si aja... bueno, a eso me refiero – su mano seguía en la pierna de Ulises -  “coño, marico, pajuo, mierda, cabrón”... dicen demasiadas groserías yo no era así a su edad y si lo decía me daban tremendo carajazo en la boca, ustedes jóvenes están desatados.

  • ¡Jajajajajajajajaja!... bueno Ulises, son otros tiempos.

  • Si, Luís tiene razón, jajajaja... yo creo que dije mi primera grosería a los 10 años...

  • Ahhh si... yo recuerdo eso Drew... me quede helado cuando gritaste “coño” en el patio.

  • Si Arturito... éramos full inocentes Jajajajajaja.

  • Ahora ya no lo somos – dijo Arturo hacia mi haciendo un gesto bastante seductor con los labios.

Nos quedamos callados un rato mientras Luís y yo nos dimos cuenta que la mano de Arturo seguía en la pierna de Ulises, para ese momento no sabíamos que pensar, ambos nos mirábamos confundidos y nos comunicábamos con señas sobre lo que pasaba, algunas miradas de asombro o risa, haciéndonos preguntas y respuestas con la mirada y algunos gestos hasta que el propio Ulises detuvo nuestra “charla” avisándonos que habíamos llegado.

  • Bueno Luís.... llegamos.

  • ¿Ah?... ahhh si, llegamos, vamos Drew, ven por el libro.

  • Aja...

Luís salió por su lado y cuando yo iba a salir, me quede mirando lo que pasaba adelante hasta que noté la mirada nerviosa de mi amigo y luego quitando su mano un poco rápido quedándose ambos en silencio. Salí de la camioneta y camine hacia la entrada de la casa de Luís entrando luego de él.

  • Oye ¿Qué fue eso?... – me preguntaba Luís un poco sorprendido.

  • Pues no se... creí que me dirías ahorita... no entendía esto... ni esto – dije imitando sus movimientos del carro hasta que me paró con pequeño golpe en el brazo – aja... es decir ¿No había hecho eso contigo antes?

  • Pues no... es la primera vez.

  • Mmm es raro no crees, es decir, yo no hago eso con el Sr. Jonathan... hay LIMITES entre nosotros...

  • Mmm exacto, el es un trabajador, creo que no debería permitirlo.

  • Además de que es un...  hombre – ambos nos miramos nerviosos ya no sabiendo que pensar.

  • Bueno... busquemos el libro.

Fuimos a su cuarto subiendo las escaleras, era un cuarto normal una cama grande, un escritorio, un armario con puertas dobles de madera, un gran televisor y ahhh... todo, absolutamente TODO era de color azul eléctrico... me sorprendía cada vez que entraba en su cuarto imaginando que entraba en el océano, solo faltaba que el techo también estuviese pintado de azul y la luz también fuera igual.

  • Jajajajajaja... Luís amigo, no puedo respirar... no nooo... ahhh – le dije actuando – me ahogo jajajaja.

  • No seas payaso Drew... jajajaja

  • Es tan putamente azul.

  • Lo sé. Algún día me cansare del azul y lo cambiaré.

  • Jajaja... no lo hagas, me gusta el azul – me sonreía por mi comentario.

  • Mmm... aquí esta.

  • Ok gracias... espero que no esté embarrado de orine como el tuyo.

  • Jajajaja, no por eso estaba aquí arriba en el librero.

  • Tú que eres un descuidado dejando los libros en el piso.

  • Siii... bueno, que te puedo decir, Poppy es un cachorro... no está entrenado, entiéndelo.

  • Jajajaja... estas enamorado de ese perrito.

  • Siii... jajajaja.

  • Y por cierto – mire a mí alrededor – ¿Dónde está?

  • Abajo, en la cocina, ven...

Bajamos rápidamente y encontramos una gran cuna donde estaba encerrado el cachorro, en ella se despertaba Poppy, un Golden Retriever, un poco agitado y luego dando vueltas en círculo, ladrando un poco.

  • Jajajaja... qué bonito es.

  • Sí, lo sé – dijo Luís levantándolo mientras el cachorro no dejaba de agitarse para luego lamerle toda la cara.

  • Jajajaja... te quiere.

  • O tiene hambre... sostenlo.

  • Nooo... no quiero que me llene de baba.

  • No seas ridículo Drew – lo sostuve en mis manos y el cachorro solo trataba de zafarse.

  • Mmm... no me quiere.

  • Claro que si – Luís estaba en el fregadero lavándose la baba del cachorro.

  • Claro que no... míralo, solo quiere que lo deje en el piso.

  • Pues no lo hagas, ponlo en la cuna.

  • Muy bien... Poppy... tu vas aquí... aja... – el cachorro empezó a correr en círculos en la pequeña cuna tratando de escapar – es lindo, pero de lejos, jajaja no me quiere.

  • Claro que no... si lo quieres verdad Poppy... ¿verdad que sí?... claro que sí, todos quieren a Andrew... – estábamos de cuclillas frente a la cuna.

  • Jajajajajaja no seas idiota, todos quieren a Luís también – me sonroje por la situación – aún no entiendo algo... ¿Por qué Poppy?

  • Mamá le puso ese nombre, créeme, yo le habría puesto otro... no sé cual, pero Poppy no se llama Poppy – escuchamos la corneta de la camioneta recordando que Arturo seguía afuera – Mmm te tienes que ir.

  • Si ya se.

  • Bueno diviértete con Arturo...

  • Pero puedes venir.

  • Jajajaja... no, él dejo claro que solo quería pasar tiempo contigo.

  • No te pongas celoso jajaja... mañana me quedo contigo si quieres...

  • Jajaja no, así estoy bien amigo... aunque, el fin de semana podrías venir y pasarlo juntos.

  • ¡Hecho! – el sonido de la corneta volvió a escucharse.

  • Vamos – dejamos al cachorro en la cuna donde nos ladraba mientras nos íbamos.

Ya estando en la puerta, cuando estábamos a punto de despedirnos nos dimos la mano como siempre y ahora el que me sorprendí fui yo al ser abrazado por Luís sintiendo de nuevo como con su fuerza me acariciaba y yo mismo tocaba su fuerte espalda y su delicioso aroma de la colonia fusionado a un poco de sudor por la práctica que tuvimos, al momento de separarnos nos quedamos aún muy juntos teniendo las manos de cada uno en los brazos y cintura del otro mirándonos a los ojos, por unos segundos me di cuenta de que estaba mirando los labios entreabiertos de Luís y que el mismo hacia lo propio con los míos, sentí que quería besarlo, no... No tenía nada de malo, me acerque unos milímetros a él y mi corazón empezó a palpitar bastante fuerte, una presión muy conocida nació en mi, solo deseaba que nadie interrumpiese ese excitante momento.

Pero finalmente para desgracia – de una parte, en mi mente – Arturo toco la corneta de la camioneta desesperado haciendo que yo mismo me separara rápidamente de Luís.

  • ¿Qué pasa por que me mirabas así?, ¿Querías besarme maricón? – dije sonriendo nerviosamente.

  • ¡No me digas así, pajuo! – Luís negó con la cabeza y me dio un golpe en el hombro, riéndose igual de nervioso.

  • Jajajaja creo que nos abrazamos demasiado amigo.

  • Jajajaja si, pienso igual.

  • Mmm no me quejo.

  • Jajaja... yo tampoco.

  • Bueno maricón... me esperan – escuchando de nuevo el sonido de la corneta.

  • Que no me digas así cabrón.

No le di tiempo para continuar con la “pelea” ya que empecé a correr lejos de él despidiéndome con la mano. Me di cuenta que dos ancianos me miraban de manera extraña, los ignore completamente entrando finalmente en la camioneta.

  • Tuve que tocar la corneta 10 veces para que salieran... ¿Qué pasa... los interrumpí, noviecitos?

  • Jajajaja cállate man. Quiero llegar a bañarme.

  • Jajajaja bueno... Ulises, podemos irnos, que el niño quiere bañarse.

  • Jajajaja, si joven, ya nos vamos – le dijo el chofer de Arturo iniciando la marcha.

En esos momentos estuve pensando en lo que ocurrió el día de hoy, sobre Luís más que todo dándome cuenta de que fue un protagonista importante, su cuerpo, su rostro, su hermosa sonrisa, sus bellos ojos y su delicioso culo – mierda cuantas ganas tenía de acariciar esas nalgas, y más cuando nos abrazamos... – sí, ya no lo negaba, note de nuevo, mi pene estaba despertando con muchas más ganas que antes, tuve los enormes deseos de hacerme una paja allí mismo, mi bolso podía tapar perfectamente mi erección lo levante un poco para verme mi entre pierna y note como estaba creciendo una mancha de pre-cum y mi pene se levantaba aún mas – y yo con mono deportivo, vaya día para una... no, doserecciones pensé – mi amigo se dio cuenta de mi situación y empezó a reírse.

  • Ahhh vaina... Ulises, ¿tienes Kleenex? Que Drew se quiere hacer la paja aquí mismo... mira lo excitado que esta... Jajajajajaja.

  • ... mmm bueno, joven en la guantera  están... – me dijo con una sonrisa un poco picara.

  • Jajajaja... toma cabrón... a Ulises no le molesta jajajaja, créeme.

  • ¿Ah cómo?... – estaba confundido.

  • Joven... Arturo... por favor... shhh...

  • Ahhh si claro... jajaja descuida Ulises estamos en confianza, vamos Drew. Toma, empieza sin pena.

  • Ya vale... termina con eso.

  • Pero si estas excitado... o sea... Jajajajajaja el que tiene que terminar eres tu – los dos se reían de lo que estaba pasando.

Me puse rojo por la situación, es decir... que otro hombre se diera cuenta de lo excitado que estaba me incomodaba bastante, y más las acciones de mi amigo con él, aún no entendía esa extraña relación que tenían Arturo y Ulises, esperaba que me lo explicara mas tarde.

Dirigí mí mirada hacia la avenida despejando mi mente, para llenarla de otras imágenes, alejando a Luís de ella completamente, Luis era mi amigo, no quería que fuera otra cosa... ¿o sí? , simplemente no quería perder mi amistad con él por un simple calentón.

Demonios deseaba llegar rápido a casa de Arturo...

- This at some point... has to end... – me dije en un leve susurro.

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NdA: Una aclaratoria importante... el capitulo está cortado por lo largo que terminó siendo, 44 páginas sin espacio y con márgenes estrechos, quise dejarlo de la mejor forma presentable para que terminara bien, pero no logré como. Simplemente terminó así y ya, también para decirles que este capítulo fue un preview de cómo seguirá y terminara esta futura “noche de hombres” y por eso no hubo tanta “acción” como se esperaban. Espero comentarios y valoraciones.