(5) susy.
Susy se vuelve la amante de mi ex, y yo fantaseo con el ex de mi hija, un trío entre madre, hija y ex novio de mi hija.
(5) SUSY.
Esa noche en que Boby terminó conmigo, entré a mi cuarto desesperada, mi mami quiso saber que me pasaba, pero yo no quería hablar con nadie, me hacía mil preguntas… ¿Qué hice mal? ¿Será que no soy buena en la cama?... pero eso se aprende, yo creí que le gustaba cogerme… ¿Quién será esa maldita argentina? ¿Por qué no me lo dijo antes de que le entregara mi virginidad?... yo hubiera hecho todo lo que él me pidiera, no sabe cuánto lo amo, ¿Y ahora qué voy a hacer? ¿Me voy a vivir a New York con mi padre? Esa sería una buena solución. Revisaba a cada momento mi teléfono con la esperanza de encontrar algún mensaje de Bob, pero nada… en esas cavilaciones estaba cuando sonó mi teléfono:
SUSY: ¿Bueno?... ah, hola Quique, ¿qué deseas? ¿Quieres hablar con mi mamá?... ok… ¿Ir a tu casa ahora? Pero es muy tarde y además no estoy de ánimos… ¡¿Cómo lo sabes?! Ni a mi mami se lo he contado… ¿No me lo puedes decir por teléfono?... ok… ¿Para qué quieres que empaque?... ¿Tan importante es?... ¡¿Quedarme en tu casa?!... ¿tan grave es?... está bien, no entiendo nada, pero… sí, de acuerdo, no le diré nada a mi mami… solo empaco y llego a tu casa.
Tuve que esperar dos horas mientras mi mami se iba a dormir, salí con dos maletas repletas, tomé mi coche y salí huyendo, ¿qué sería eso tan importante que Quique me tenía que contar? De cualquier forma, si Quique exageraba, siempre podía volver a casa, sentía que me explotaba la cabeza, ¿qué iba ser de mi vida de aquí en adelante? Cómo nunca había tenido novio, no sabía qué hacer ante semejante situación… y lo peor era que había perdido mi virginidad con el hombre equivocado. ¿Me merecía esto? ¡Claro que no! Hasta hace unos meses atrás yo era casi una niña, nadie me había besado… era la mejor de mi clase en el colegio y en la Universidad me estaba yendo muy bien. Hasta hace unas horas la vida me sonreía, pero ahora me sentía ahogada, sucia y decepcionada… no solo con Boby, sino conmigo misma.
Al llegar a su casa, Quique me recibió con un abrazo muy fuerte, hasta me lastimó un poco:
SUSY: Cuéntame ¿cómo supiste que Boby me cortó? Si no se lo he contado a nadie.
QUIQUE: Tranquila, relájate, que lo que te voy a contar te va a sacar de quicio, por eso te necesito tranquila, siéntate. ¿Quieres tomar algo?
SUSY: Dame un whisky, puro.
QUIQUE: Pero, si tú no tomas.
SUSY: En este momento tomaría cicuta si me la ofreces.
QUIQUE: Está bien, tomaremos whisky los dos… para que entiendas toda la historia, debo empezar desde que conocí a tu mami.
SUSY: Está bien, pero no te alargues porque me tienes con el corazón en la boca.
QUIQUE: Tú bien sabes cuánto amo a Yara, cuando tu papá la abandonó, vi la oportunidad de conquistarla, me dio mucho trabajo para que me aceptara.
SUSY: Me consta.
QUIQUE: Yo no debería de hablarte de esto, pero lo creo necesario… en la intimidad fingía…
SUSY: Por favor, Quique, no me cuentes eso, lo que menos necesito ahora es saber cómo se comporta mi mami en la cama.
QUIQUE: No te voy a contar detalles, pero ella fingía sus orgasmos, estoy seguro que para ella era un sacrificio acostarse conmigo.
SUSY: No sé qué tiene que ver eso con Boby. Dame otro whisky.
QUIQUE: Despacio, Susy, que te puedes emborrachar… toma… el día que tu mami se hincó a pedirme que me casara con ella, a mí me pareció muy sospechoso ¿A ti no?
SUSY: Pues no había pensado en ello, pero tienes razón, mi mami no es así. Ella siempre se hace de rogar con sus pretendientes.
QUIQUE: La estuve observando toda la noche… hizo cosas muy raras… hasta me pidió que me quedara a dormir con ella, cosa inaudita.
SUSY: Cierto, no había querido que te quedaras con ella ¿Pero no sería porque estaba yo?
QUIQUE: No, Susy, ahora te explico la verdadera causa… hice una cosa terrible, pero no me arrepiento.
SUSY: ¡¿Qué hiciste?!
QUIQUE: Le pagué a su secretaria para que la vigilara.
SUSY: Te juro que no entiendo nada.
QUIQUE: ¡Tu mami es amante de tu Boby!
SUSY: ¡¿Estás loco?! ¡¡Eso no puede ser posible!! Seguramente la secretaria te engañó o se equivocó.
QUIQUE: Lamentablemente no. Ella los oyó hablar detrás de la puerta de la oficina de tu mami, oyó perfectamente cuando ellos hablaron que se conocieron en el aeropuerto y que luego fueron amantes en Buenos Aires.
SUSY: Eso explica por qué ellos no se hablaban cuando los presenté, yo creí que se habían caído mal, ¡Que estúpida! Dame otro.
QUIQUE: Sí, toma, emborrachémonos… el día de nuestro compromiso, la observé… y descubrí que todas sus caricias venían de los celos…
SUSY: No entiendo, ¿Celos de quién?
QUIQUE: De ellos, de Boby y tu mami. Cada vez que tú lo besabas, ella me besaba a mí, cuando te le sentaste en las piernas, ella lo hacía conmigo, por eso me pidió que me quedara a dormir con ella.
SUSY: Estoy confundida, si ellos ya eran amantes ¿Por qué siguió conmigo?
QUIQUE: Eso también me lo contó la secretaria. Tu mami se sorprendió al saber que Boby era tu novio, según ella, esa aventura se quedó en el pasado, pero tal parece que su reencuentro avivó la llama del deseo… al extremo que tu madre se masturbaba en la oficina y al momento del clímax mencionaba el nombre de Boby.
SUSY: Pero entonces mi madre es una puta.
QUIQUE: No la juzgues a la ligera.
SUSY: ¿Y todavía la defiendes?
QUIQUE: No es eso… déjame explicarte… Yara no sabía que Boby era tu novio, tú no se lo habías contado… y cuando se lo presentaste, tu mami le prohibió hablarte del asunto, te estaba protegiendo.
SUSY: Claro, que manera de protegerme ¡¡Se lo estaba cogiendo!!
QUIQUE: Pero eso fue después.
SUSY: Dame otro.
QUIQUE: Ok… de verdad, tu mami luchó contra sus pasiones por protegerte a ti, pero no lo logró, el deseo pudo más.
SUSY: Otro.
QUIQUE: Yoli, la secretaria, los oyó haciendo el amor en la oficina de tu mamá… y luego se veían en un hotel que queda cerca de ahí, a la hora del almuerzo.
SUSY: Con qué razón ya no tenía tiempo para mí, claro, se estaba cogiendo a la puta de mi madre, peor aún, nos estaba cogiendo a las dos al mismo tiempo, a ella al medio día y a mí al salir de la U.
QUIQUE: Lo siento Susy, por eso te llamé hoy. Yoli oyó a Boby contarle a tu mamá que hoy te cortaría. No sé si hice mal al contarte, pero tú sabes que yo te quiero mucho… No llores, mi niña.
SUSY: Déjame sacar todo el odio que tengo… y sí, hiciste bien en contármelo… ¿¡Qué voy a hacer?! No quiero volver a ver a la puta de mi madre, nunca más. Eso no se le hace a una hija. Y al cabrón de Boby le deseo lo peor, ojalá se le caiga la verga y le de sida.
QUIQUE: Por eso te pedí que empacaras, sabía que después de lo que te conté, no querrías vivir con tu madre.
SUSY: Tienes razón, gracias. He pensado ir a vivir a New York con mi papi.
QUIQUE: Como quieras, pero de momento te quedas a dormir aquí y luego ya veremos. No le contestes las llamadas a Yara.
SUSY: No tengo la menor intención.
Ese fue el peor día de mi vida, al día siguiente no sabía qué hacer, Quique desayunó conmigo, le comuniqué que iba a dejar la Universidad y me dijo que de momento era lo mejor, también me dijo que no hacer nada solo trae malas ideas, entonces me llevó a su oficina y me puso como asistente del departamento de contabilidad y no era que necesitara dinero, con lo que mi papi me mandaba tenía de sobra, pero entendí a Quique, era mejor estar ocupada. Los días pasaban y ya me sentía como en mi casa donde Quique, hasta que a la semana apareció mi foto en un periódico, ofreciendo recompensa por mi secuestro. Quique me preguntó si no era mejor que él le contara todo a la puta de mi madre, para que no se preocupara, yo le dije que no se lo merecía ¡Que sufra!
Nuestra rutina era desayunar juntos, durante el día no nos veíamos y algunas noches cenábamos juntos, pero una noche Quique llegó muy alterado, me dijo que mi madre lo había llamado, que ya sabía que estaba trabajando en su empresa y que seguramente un empleado de su oficina le había dicho para reclamar la recompensa. De hecho, los empleados de la casa habían dicho que mi madre me había llegado a buscar, en eso tocaron la puerta y era ella, Quique me dijo que me escondiera, yo no quería, pero al final me convenció. No sé qué hablaron porque Quique la recibió en la puerta.
Luego me contó que estaba muy preocupada y que Quique para tranquilizarla le había dicho que yo estaba bien, que vivía en un hotel y que él me había dado trabajo, que yo no quería ver a nadie y que respetara mi decisión. Se lo agradecí con el alma. Después de cenar ya era costumbre tomarnos unos wiskis, yo le comentaba que tenía ganas de vengarme, pero no sabía cómo, Quique me dijo que el irme a vivir con mi padre era lo mejor que podía hacer, yo lloré, le dije que mi papá es muy rígido y que nunca me llevaría con él y luego le dije que buscaría un hotel porque no quería importunarlo, él me dijo que lo había malinterpretado, que se sentía feliz de tenerme en su casa, que me sentía como la hija que nunca tuvo.
Se lo agradecí y le dije sin el menor asomo de vergüenza:
SUSY: Mi mejor venganza es que en lugar de tu hija, sea tu amante.
QUIQUE: ¡¿Estás loca!? ¿Cómo puedes pensar eso?
SUSY: ¿No te gusto?
QUIQUE: No es eso, es que no es correcto y además yo soy un viejo para ti.
SUSY: Tú si me gustas, tienes ese atractivo que solo lo da la madurez a los hombres.
QUIQUE: ¡Calla!
A partir de ese momento me propuse ser la amante de Quique y cuando lo lograra, se lo iba a restregar por la cara a mi madre. Bajaba a desayunar en tanga y Quique me regañaba, me decía que me podían ver los empleados, yo contestaba que yo lo hacía para que él me viera, el pobre no sabía qué hacer. Por las noches lo esperaba solo en ropa interior, yo me paraba con cualquier pretexto para enseñarle mis apetitosas nalgas, le movía el culo para calentarlo, Quique miraba para otro lado, me divertía mucho seduciéndolo.
Una noche me atreví y entré desnuda a su cuarto, él estaba en bóxer, me reprendió, pero no sé qué me dijo porque yo no dejaba de verle la verga bien parada abajo del bóxer, me tapó con su bata y yo me fui directo a su cama, me dijo que si lo que pretendía era usarlo para consumar mi venganza, estaba muy equivocada:
SUSY: Pues tu verga no piensa lo mismo.
QUIQUE: Por favor, Susy, vete a tu cuarto, eres mucha tentación.
Sentí que me estaba aprobando, entonces sin pensarlo me hinqué y le bajé el bóxer, saltando una buena verga, empecé a chuparle los huevos, él tiraba la cabeza para atrás, sabía cómo excitar a un hombre, por lo menos eso me enseñó, el mierda de Boby. Le lamí la cabeza de la verga, luego me la metí a la boca y le hice la mejor mamada de su vida Ay, ¡cómo extrañaba mamar una verga! ¡Qué rico! Tímidamente me tomó de la cabeza para hundirme su longaniza hasta la garganta:
SUSY: ¿Te gusta cómo te mamo la verga?
QUIQUE: Sí, pero no estoy acostumbrado a ese lenguaje.
SUSY: Déjate ir, piensa que soy tu puta.
QUIQUE: No puedo, eres la hija de la mujer que amo.
SUSY: Piensa que la mujer que amas en este momento le está mamando la verga al hombre que yo amo.
QUIQUE: No digas eso.
SUSY: ¿Te gusta cómo te chupo los huevos?... dime que soy tu puta… ¡Dímelo!... somos un par de cornudos… deberíamos de tomarnos un vídeo y mandárselos a ese para, hijos de la gran puta. ¿Quién te mama mejor la verga, la puta de mi madre o yo?
QUIQUE: Ella nunca lo hizo.
SUSY: Ven, mámame la panocha, quiero sentir tu lengua en mis hoyos.
QUIQUE: ¿Boby te enseñó todo esto?
SUSY: Sí, me enseñó a ser su puta y ahora soy tuya… ah, que rico me mamas la pusa… así… así papito… méteme tus dedos más adentro… ay… ay, que rico… así… chúpame el gallito… ay, amor… me vengo, queeeeeeee riicooooooooooooooooo agh… ah… ¡Que orgasmo más rico! Ya me hacía falta una buena mamada. Ven cógeme.
QUIQUE: ¿Estás segura?
SUSY: Sí, chíngame, jódeme, chímame, párteme la papaya en dos, méteme toda tu verga… ay que rico… dime algo… háblame sucio… ¿por qué te quedas callado?... el sexo es más rico cuando se dicen vulgaridades… vamos cabrón… aquí tienes a tu puta para complacerte en todo… dime que soy tu puta… muévete más rápido… cógeme fuerte… dame… dame más… méteme toda la verga… vamos, hijo de puta… cógeme como si fuera la puta de mi madre… ¿Estás muerto?... piensa que en este momento Boby se está cogiendo al amor de tu vida… vamos… descarga toda tu rabia en mí… deja de ser un hombre por un momento… lo que yo necesito es un macho que me dé verga con ganas… apriétame las nalgas… más duro… con qué razón la puta de mi madre fingía contigo… eres una mierda para coger…
QUIQUE: Perdóname.
SUSY: Ni mierda que te perdone, y encima me la sacas… aprende a ser un macho, no hagas que me arrepienta, ¿de qué te sirve ese uno ochenta? Ser tan peludo, con esa apariencia de macho alfa… si ni siquiera puedes satisfacer a una mujer.
QUIQUE: Nunca tuve suerte con las mujeres.
SUSY: No es suerte lo que necesitas, a las putas como yo, lo que necesitamos es VERGA, un macho que nos someta, que nos use, que nos humille… tienes buena verga y mamas bien, pero eso no es suficiente.
QUIQUE: ¿Qué necesitas?
SUSY: Que me trates como a una puta… ¿Alguna vez te has cogido a una hembra por el culo?
QUIQUE: Nunca.
SUSY: Lo imaginé… ¿Quieres probar?
QUIQUE: Te va a doler.
SUSY: De eso se trata, que me hagas sentir mujer, que me duela, que me rompas todo el culo… ven, a ver te la mamo porque ya se te bajó esa mierda… ¿Qué, no puedes?
QUIQUE: Es que tengo ganas de orinar.
SUSY: Pues orina en el piso, luego vendrán las empleadas a trapear, deja de ser tan correcto, vamos mea… eso… así papito… déjame que meta mis manos dentro de tu chorro de meados… ay… que calientitos… eso… a ver te la sacudo… eso… ahora sí te la voy a parar a puras mamadas… que rico saben tus meados ¿Qué comes? ¿Rosas?... ven hagamos un 69… así… ay… más… que rico… así… chúpame el culo… déjamelo chorreado, así me entra mejor tu verga… ¿Cómo quieres que me ponga?
QUIQUE: Cómo tú quieras.
SUSY: No has aprendido ni mierda… bueno… me pongo como perrita… dame verga pues… ay… que gruesa la tienes… ay… métemela, aunque me queje… ay… ya entró la cabeza de la pija… empuja… ay… ayayay… que dolor… ¡No la saques, cabrón!... sigue metiéndome la verga en mi culo… ay… métemela toda… ¡ay!... ya la tengo toda adentro… que rico sentir tus pelos en mis nalgas… ay… despacito, hijo de puta… así… así, papito… nalguéame… ay… otra… ay, que rico… jálame el cabello… así… úsame, cabrón… métela más fuerte… ay… trátame como a una puta que le estás pagando.
QUIQUE: Nunca he estado con una.
SUSY: Pues piensa que a tu Yara le están atorando la verga por el culo y se está cagando…
QUIQUE: Susy…
SUSY: Eso, dame duro… ay… no me nalguees tan fuerte… no, cabrón… no tan duro… ay… mi pelo… me lo vas a arrancar, idiota… a la puta… sí… que rico… me gusta el dolor mientras me coges… púyame el culo… házmelo mierda… a la puta de la Yara le están rempujando la mierda en este preciso instante…
QUIQUE: ¡Cállate, puta de mierda!
SUSY: Eso, Quique, sigue, sigue, por favor… piensa que soy mi madre… véngate en mi culo, destrózamelo… ¡AY!... así… dame duro… ya… me voy a venir… que rico… yaaaaaaaaaaaaaaaaaaa… uf… que cogida… ¿No terminaste?
QUIQUE: No.
SUSY: Ven hazlo en mi boca.
QUIQUE: Nunca he hecho eso.
SUSY: Pues siempre hay una primera vez… ven, te la mamo… que rico… échame la leche en la boca… ¿Te gusta como araño tus huevos con mis uñas?... ya veo que sí, como te cabecea la verga… quiero leche… ¿Por qué no terminas?
QUIQUE: No sé, no puedo.
SUSY: Déjame que te ayude… esto te va a incomodar… pero solo al principio… luego te va a gustar…
QUIQUE: ¿Por qué te chupas el dedo?... No… no me toques ahí… no…
SUSY: Ya te entró un dedito, ¿Qué sientes?... a ver… te toco la próstata… ay, que rico culo tienes… ¿Ya?... ¿Te vienes?... así… así mi macho vergón… ahógame con tu moronga y dame tu leche… eso papito… échamelos todos… que rico te sabe el semen… ay, que delicia…
Me había costado mucho sacar a Quique de su zona de confort, pero creo que los celos lo hicieron ser un macho, fui al baño a orinar y a ducharme, cuando salí, me estaba secando el cabello, cuando vi a Carlota trapeando los meados de Quique, la sirvienta me vio desnuda, ¡qué vergüenza! Quique no estaba, seguramente había salido para que Carlota no le preguntara por qué habían meados en el piso. La jovencita me vio de reojo, pero me vio, yo la vi a ella también y salió corriendo…
YO: Ya pasaron dos meses y Susy ni siquiera me ha llamado por teléfono, ¿Será que sabe lo nuestro?
BOB: No hay manera de que lo sepa.
YO: Entiendo que esté molesta contigo, pero ¿Conmigo?
BOB: Ya se le pasará. ¿Por qué no la buscas?
YO: Si no me contesta las llamadas es porque no quiere saber nada de mí.
BOB: Pero yo sí quiero saber de ti, desde que Susy se fue no me has dejado tocarte, ¿Hasta cuándo me vas a seguir castigando?
YO: No es eso, mi amor, ¿Tú crees que yo no te necesito? Sí y mucho… pero… no sé… yo haría cualquier cosa por mi hija… para serte honesta, hasta he pensado en dejarte… si con eso mi hija vuelve, te juro que lo haría.
BOB: Ya me lo había imaginado, así que, si quieres dejarme, hazlo ahora mismo.
YO: Es que no sé qué hacer, Bob… solo de imaginarte fuera de mi vida, me enloquece…
BOB: Así estoy yo, loco por ti, pero si no me vas a dejar cogerte, es mejor que termines conmigo.
YO: Por favor, no me pongas entre la espada y la pared… dame tiempo…
BOB: ¡¿Quieres más tiempo?! ¿Para qué? Toma una decisión ahora mismo.
YO: Si te dijera que quiero que me cojas, como si fuera la última vez, pero tal vez no sea la última vez… sino…
BOB: No te entiendo, pero no me importa, cojamos como si fuera la última vez.
Se me tiró encima como enloquecido, me besó y sus manos se fueron directo a mis nalgas, que rico me las amasaba, ya extrañaba sus manos en mi cuerpo… y esa VERGA, tallándose en mi vientre, que rico, se la agarré sobre el pantalón, la pajeé sobre la tela, que dura y caliente la tenía, él metió sus manos dentro de mi jeans, sorteo mi tanga y sentí como sus manos abrían y cerraban mi culo, esa caricia me enloquece, yo bajé su zíper y le saqué la VERRRRRGA, esa palabra me enloquece, el sacó las manos de mi culo y me invitó a mamársela, a estas alturas era mi deporte favorito, ¡MAMAR VERGA! Que rico, me la metí a la boca y por más esfuerzos que hacía, no podía tragármela toda, me salían lágrimas, pero de puro placer, yo miraba sus pelos y trataba de que rozaran mi nariz para comprobar que me la había tragado completa, pero no pude.
Luego nos desnudamos el uno al otro, nos tiramos a la cama y un poder lujurioso mal sano se apoderó de mí:
YO: ¿Quién te mama la verga mejor, Susy o yo?
BOB: ¡¿Qué?! ¿Por qué me preguntas eso?
YO: No sé, hacía tanto tiempo que no probaba tu verga, que estoy salida, cuéntame, ¿quién te la mama mejor, mi hija o yo? Pero no me mientas, dime la verdad.
BOB: Tú, tienes más experiencia.
YO: ¿Pero no me digas que no te gustó ver a mi hija como se comía tu verga por primera vez, con su boquita inocente?
BOB: Sí, para que te voy a mentir, me encantó.
YO: Cógeme, necesito sentir tu verga hasta dentro de mi panocha… ah… así… que rico… ensártamela toda… uf… qué ganas tenía… ¿Susy tiene chuchos tan ricos como los míos?
BOB: No sé… tal vez no ha aprendido a usarlos.
YO: ¿Ya te la cogiste por el culo?... así papi… ensártamela toda… más fuerte… así… así, que rico---
BOB: No te vayas a enojar conmigo…
YO: Eso quiere decir que sí…
BOB: Sí, y en eso es en lo único que te gana, le encantaba que me la cogiera por el culo… y casi no le dolía… hasta acababa como puta…
YO: Que envidia… a mí me lo dejaste deshecho, no pude caminar bien durante una semana… así que rico me coges…
BOB: ¿Me dejarías chingarte el culo de nuevo?
YO: ¡Ni loca! El culo no se hizo para eso…
BOB: Que lástima, serías la mujer perfecta…
YO: ¿Te gustaría cogernos a Susy y a mí al mismo tiempo?
BOB: ¿Estás hablando en serio?
YO: Imagínanos… yo acostada boca arriba y Susy sobre mí boca abajo… de esa manera te darías gusto con mi cuca y alternarías tu verga de su culo a mi cuca, de mi cuca a su culo y luego nos hincamos las dos y nos bañarías la cara de leche…
BOB: Eres única, ya no aguanto, me voy… ay que ricoooooooooo…
Yo no terminé, pero no me importó, no sé qué poder sobre humano me hizo imaginar semejantes porquerías, de lo que estaba completamente segura, es que a Bob le había encantado imaginarnos juntas, madre e hija para ser sus putas.
¿Qué me estaba pasando? ¿Sería capaz de hacer el trío tan ansiado por Bob, con mi propia hija? ¿Ella estaría dispuesta? Seguramente no.
Bob me preguntó si habría una siguiente vez, le dije que no… que no sabía… que tal vez…
CONTINUARÁ…