(5) Me encanta ser PUTA.

Soy la sumisa de tres argentinos degenerados.

(5) Me encanta ser PUTA

Justo a la hora llegó Jaime con mis cinco mil dólares, me dio las instrucciones de dónde me pasaría a recoger y me dijo que me había comprado bastante ropa, zapatos y maquillaje que debía lucir para sus jefes, que me la daría mañana porque sabía que no la podría justificar en mi casa, me subí a su coche y me llevó a la casa de mi suegra. Yo iba que no lo podía creer, eso solo sucede en las películas… pensé que tenía varias contradicciones, una era que siempre quise ser puta, pero no de las que cobran, sino de las que les gusta la verga, y ahora huyendo del oficio más antiguo, sería una de ellas, pero me juré que solo lo haría esta vez, que nunca iba a dar las nalgas por dinero. La otra era que, si tanto me gusta coger, porque me niego a recibir dinero por eso que tanto me gusta… a veces ni yo misma me entiendo.

Al entrar a la casa de mi suegra iba temblando y muy sudada, quería esconder el dinero, pero no sabía dónde, entonces se me ocurrió una genial idea, descocí un poco el colchón, los escondí y lo volví a cocer. De lo que estaba segura era que no le iba a contar a mi marido lo de la operación de la nena, ¿Cómo iba a justificar tal gasto? Al fin de al cabo que el pediatra me dijo que solo le iba a meter un tubito por la garganta, y que luego no le diera comida sólida por un tiempo, eso lo arreglaría con mi suegra.

Al rato llegó Luis malhumorado, como siempre, me dijo que lo había pensado mucho y que aunque antes nunca me lo hubiera pedido, era hora de que yo trabajara, le dije que estaba de acuerdo, que una amiga trabajaba en una maquila, lo único malo era que el horario era nocturno... recordando la plática con Silvia, ya vería que me inventaba más adelante… me dijo que no le importaba, que solo sería por un tiempo, que él esperaba un ascenso desde hace mucho tiempo y que creía que estaba cerca, luego cenamos, Pablo no se apareció en todo el día.

Luis me pidió que le hiciera un masaje, yo pensé: peor si quiere coger… debo estar descansada para la vergueada que me espera, así que después de bañarnos, se acostó en la cama boca abajo, yo me llené las manos de aceite y le froté todo el cuerpo… que lástima que sea eyaculador precoz, porque con ese cuerpo y esa verga, sería la fantasía de cualquier mujer, luego se dio vuelta lo masajeé por todos lados y volví a llenarme de aceite las manos y le froté los huevos, él me tomó de la nuca y me llevó a su deliciosa verga parada, abrí la boca y se la mamé, a los dos minutos me llenó la boca de leche, me la tragué toda, como a él le gusta.

Al día siguiente desayunamos juntos, mi marido se veía de mejor humor, no cabe duda que una buena mamada hace milagros y yo era una experta adicta para mamar vergas… luego se fue a trabajar, hasta iba silbando, para justificar mi salida, le dije a mi suegra que iba ir a hablar con una amiga para conseguir trabajo, ella me dijo que era una gran mujer, que le encantaba que apoyara a su hijo en todo, otra vez sentí un retorcijón en el estómago, si supiera…

Llegué al sitio indicado por Jaime, venía en una camioneta Mercedes Benz del año:

YO: No sabía que ganabas tan bien.

JAIME: Brincos diera, tú ya conoces mi coche, esta es de la empresa.

YO: ¿Y tus jefes?

JAIME: Ellos viajan en helicóptero, seguramente ya llegaron a la finca.

YO: ¿Entonces son millonarios?

JAIME: Están podridos en plata… te cuento que al principio se enojaron mucho cuando les dije que solo había encontrado a una.

YO: Entonces voy a tener que hacer el trabajo de tres… me voy a portar muy puta para no decepcionarlos.

JAIME: No, Bitty, al contrario, ya te dije que ellos están cansados de las putas, les dije la verdad, que eras una niña sin experiencia… mira, a los hombres nos gustan las difíciles, así que hazte la asustada… ¿Sabes? Compórtate como tu mamá, diles que no a todo, pero haces de todo.

YO: ¿Estás seguro que eso funcionará?

JAIME: Seguro no estoy, pero si no funciona, improvisa.

YO: Estoy muy nerviosa, nunca he estado con dos hombres al mismo tiempo, menos con tres.

JAIME: Allá atrás van las bolsas de ropa que te dije, pruébatela y elige la que más te guste.

YO: ¿Quieres que me la pruebe aquí, delante de ti? ¡Estás loco!

JAIME: Pues no tienes elección, además ya te vi desnuda y hasta cogiendo… además por cinco mil dólares deberías de darme un taco de ojo.

YO: Eres un aprovechado… está bien… aquí hay dos faldas, tres blusas y un pantalón ¿Cuál me pruebo primero?

JAIME: La que quieras, en la otra bolsa hay ropa interior y dos biquinis y en esa grande hay tres pares de zapatos y maquillaje. Pruébate primero el pantalón con esa blusa que le hace juego… pero quítate esas mallas horribles.

YO: A mí me gustan.

JAIME: Pero a ellos no, ¡quítatelas!

YO: Tú me quieres ver el calzón.

JAIME: Lamento decirte que tu ropa interior también te la vas a quitar y te vas a probar la nueva.

YO: ¡Quieres que me desnude! A mí me gusta mi ropa interior.

JAIME: Cuando te pruebes esa, seguro vas tirar tus calzones por la ventana, son Victoria Secret.

YO: No te lo puedo creer ¿De verdad?... ay, que lindos… tienes razón, los míos son calzones de pobre, voltéate pues, me los voy a probar.

JAIME: ¿Qué quieres? ¿Qué nos matemos? No voy a voltearme, te quiero ver esa cosita tan deliciosa que se comió Hugo.

YO: Eres un pervertido.

Me quité toda mi ropa y por alguna extraña razón me gustaba estar desnuda frente a Jaime y en medio de la carretera con todo el sol acariciando mi cuerpo, Jaime me volteaba a ver y pude notar como su verga le crecía bajo el pantalón. Me probé el juego blanco de ropa interior y se sentía fenomenal, era como si la tela no me rozara mi cuerpo, con qué razón era ropa tan fina y tan cara, eso ha de haber costado una fortuna, las cosas que hacen los ricos por un polvo.

Luego me probé los biquinis y por último el pantalón y las faldas, Jaime me aconsejó que me pusiera la falda tableteada, con una blusita blanca, así iba a parecer colegiala, sacó de la guantera una calcetas blancas y me dijo que me las pusiera, me advirtió que me iban a dar calor pero que estaba seguro que muy rápido iba a estar desnuda frente a ellos, luego me aconsejó que usara los zapatitos negros con un leve tacón, por fin estaba lista para cumplir la fantasía de esos viejos, pero Jaime me aclaró que me maquillara con un pequeño rubor en las mejías, que me delineara los ojos, me pusiera sombra en los párpados, dijo que me pintara los labios de rosado pálido y cuando por fin creí estar lista dijo que para hacerme más niña, me hiciera un par de chongos a los lados de mi cabeza, cuando me vi en el espejo, parecía una de esas niñas ricachonas que salen en la tele. Quedé muy satisfecha con la imagen que proyectaba, estaba tan agradecida con Jaime que segundos antes de entrar en la finca, le apreté la verga sobre el pantalón y le dije: gracias.

Al bajar de la camioneta sentí un inmenso calor, la casa era majestuosa y enfrente había una piscina que más parecía un lago de lo inmensa que era, Jaime tomó las bolsas y me condujo a la casa, dentro de la piscina habían tres mujeronas que por su acento pude notar que eran prepagos colombianas, me sentí diminuta frente a esas esculturas de mujeres, ellas rieron al verme, en eso sale dos hombres, uno era muy guapo, como me lo había dicho Jaime, el otro no tanto y faltaba uno que seguramente no tardaría en aparecer. Jaime me presentó, yo les dije mi nombre y el guapo dijo llamarse Diego, no falta el argentino que se llame así por Maradona, el otro se llamaba Ángel, de inmediato me comieron con la mirada, me tomaron de la mano y me dieron una vueltecita, fue tanta la celebración que apareció el tercero, ese si estaba feo, calvo y panzón, se llamaba Félix.

Las colombianas salieron del agua como para restregarme en la cara toda su anatomía, pero por alguna extraña razón, los tres me admiraban a mí, es posible que Jaime tenga razón y ellos están cansados de putas operadas. Diego le pidió a Jaime que me llevara a una habitación y me pidieron que me pusiera un biquini para acompañarlos a tomarse unos tragos, al entrar a la habitación me di cuenta que era más grande que toda la casa de mi suegra y de mi mamá, vaya que los ricos se dan buena vida, Jaime me dijo que me pusiera el biquini blanco porque ese me hacía lucir como niña virginal, entonces le pedí que saliera, él me sonrió y me dijo que le diera el regalo de cambiarse frente a él, no solo hice lo que me pidió, sino que al terminar de cambiarme, me hinque le saqué la verga del pantalón y le di una buena mamada hasta que se vino en mi boca, luego me dio el pintalabios para que me retocara y agarrándome una nalga dijo: gracias.

Cuando salí al corredor de la casa, los tres hombres me celebraron con chiflidos y aplausos, las colombianas se rieron de mí y Ángel me llevó a la mesa y me ofreció un coctel delicioso, me preguntaron mi edad y les dije la verdad, estaba por cumplir diez y ocho, Félix dijo que qué rico tener a una menor de edad entre ellos y Diego opinó diciendo que solo faltaba que fuera virgen, entonces la colombiana que estaba más buena de las tres dijo que las mosquitas muertas como yo, ya no eran vírgenes ni de las orejas, que seguramente era más puta que las gallinas, los tres hombres rieron y yo les aclaré que ella tenía razón, que no era virgen y que además era casada  y tenía una nena.

Diego me preguntó que entonces qué hacía ahí, le dije la verdad, que Jaime me convenció, que yo nunca había hecho esto, pero que iban a operar a mi hija y necesitaba la plata, Félix dijo que por seis mil dólares hasta una monja hubiera venido, yo volteé a ver a Jaime y él me escondió la mirada.

ÁNGEL: Vení, pibita, para comenzar dame un beso.

YO: Ay señor, es que me da pena, yo nunca he hecho esto y menos con desconocidos.

DIEGO: Primero no nos trates de señores, tratanos de vos o de tú como hablan ustedes.

YO: Me da pena señor.

FÉLIX: A mí sí me vas a dar un beso.

Y sacó de su cartera un billete de 5 dólares, yo me le quedé viendo indecisa, una colombiana se le acercó la arrebató el billete y le dio un beso obsceno, Félix le volvió a quitar el billete y me pidió que lo besara, yo me acerqué y me puso el billete en medio de los pechos, me agarró la cara y me beso con lujuria… la juerga había empezado y que mejor que besar al viejo panzón con restos de semen de Jaime en mi boca.

FÉLIX: Tienen que probar esa boquita, se parece mucho a una guachita amiga de mi hija.

ÁNGEL: Yo también quiero probar esos labios de nena que tenés, vení zorrita, dame un beso, uf que caliente me ponés, mira cómo tengo la pija y apenas estamos empezando… ¿Qué, no te atrevés?... mirá… aquí tengo otros dolaritos para vos.

Me los puso en la tanga y me besó agarrándome las nalgas, todos aplaudieron, menos las colombianas… yo me animé por tanta celebración y me dirigí a Diego y lo besé sin que él me lo pidiera, los gritos de euforia no tardaron en oírse.

YO: Que pena, señor, pero imaginé que usted también iba a querer que lo besara.

DIEGO: Sos una Diosa, mirá como nos tenés… ¿Sabés una cosa? Me gusta que me digás señor, es como tener una esclava, que digo esclava, a la hijita de una esclava. Mi esclavita.

FÉLIX: Tenés razón, cada vez que te dirijás a mí me vas a decir: amo.

YO: Cómo usted ordene, amo.

FÉLIX: ¿Y a vos como te gustaría que te tratara la putita?

ÁNGEL: A mi decime: mi lord.

YO: Cómo guste, mi lord.

FÉLIX: Te felicito Jaime, nos trajiste a la nena más rica de todas.

JAIME: Gracias, amo.

FÉLIX: No me hagás reír, aunque me digas amo, no te voy a dejar que me mamés la pija.

JAIME: Gracias, amo, por evitarme tan desagradable tarea.

FÉLIX: Vení, nena, chúpame la pija.

YO: Ay, amo, eso solo se lo he hecho a mi esposo.

FÉLIX: ¿Querés otro billetito?, vení te lo pongo en la tanga… vamos, piba, mamame la pija.

Como yo seguía indecisa, una colombiana les hizo señas a las otras dos y su aventaron sobre las vergas de los argentinos y empezaron a mamárselas como para demostrarme como se hacía.

ÁNGEL: Dejá de mamarme la pija, puta de mierda, a ustedes ya les dimos pija y estamos cansados de tanto silicón.

FÉLIX: Sí, dejá, no traten de competir con esta piba, mira que tetas y son naturales ¿Verdad?

YO: Sí, amo, todo lo mío es natural.

DIEGO: No sé ustedes, pero por mí que Jaime se lleve de regreso a estas putas, a mí me encanta la idea de quedarnos con esta nena y pervertirla ¿Te gustaría Bitty?

YO: Yo hago lo que usted me ordene, señor.

FÉLIX: ¡Jaime, llévate a estas putas y volvés por la nena a las cinco de la tarde!

Las colombianas se encabronaron, pero no tuvieron más que agarrar sus cosa y Jaime se las llevó. Ángel puso música y me pidieron que les hiciera un streptease, yo empecé a moverme cadenciosamente, ellos me pedían que desnudara mis tetas, pero yo me hacía la difícil, entonces empezaron a tirarme una cantidad de billetes que no tuve más remedio que enseñarles las tetas, luego empezó otra lluvia de dólares para que me quitara el calzón del biquini, cuando ya se había formado una alfombra de dólares, les di la espalda y me bajé el calzón para que admiraran mi culo en todo su esplendor y me rajita mojada.

FÉLIX: Ya es hora de que me chupés la pija, nenita.

YO: Ay amo… no sé… es que la tiene muy grande y no me va a caber.

FÉLIX: Vení, agarrámela con tu manito y me hacés una paja… uf, que rico.

YO: Me alegra que le guste, amo.

ÁNGEL: Yo también necesito una paja, piba.

YO: Que vergüenza, mi lord, hasta el día de hoy solo había masturbado a mi esposo… pero sus deseos son órdenes.

ÁNGEL: Ay, que rica paja me estás haciendo.

DIEGO: Mientras pajeas a estos boludos, haceme algo con tu boquita, sos una petera deliciosa.

YO: Que pena, señor, será la primera vez que le hago sexo oral a otro hombre que no sea mi esposo.

FÉLIX: ¿Ya viste? A este siempre le va bien con las minas.

DIEGO: No saben pelotudos lo rico que mama pija esta nena.

ÁNGEL: Yo también quiero que me mamés la pija, hacelo o llamo a Jaime para que traiga de vuelta a las colombianas.

DIEGO: Vamos, nena, mamales la pija a estos dos boludos, sino se van a poner a llorar como mujercitas.

YO: Como usted ordene señor, aunque me muero de la vergüenza…

ÁNGEL: Mejor, así siento que te domino… ay que boca tiene esta putita… así, Bitty, trágate toda la pija… ay… así hasta el fondo… petera de mierda.

YO: ¿Lo hago bien, mi lord?

ÁNGEL: Sos toda una profesional, mamás pijas como la mejor de las putas. Que rico me la chupa esta guacha.

YO: Gracias, mi lord.

FÉLIX: Ahora me toca a mí, vení, trágate mi pija hasta el fondo de tu garganta, quiero sentir tu campanilla en la cabeza. Así, petisa, así…

YO: Ay, amo, estoy abochornada, nunca había estado en una situación como esta…

FÉLIX: ¿Qué? ¿Querés más plata? Ahí te van unos mugrosos billetes más,

YO: Gracias, amo, será un honor meterme su pija a la boca.

FÉLIX: Ay que rico suena la palabra pija en tu boquita… ah… que rico… seguí putita… tragátela toda… así, nena, chúpame también las pelotas… así… seguí así, petera de mierda… chupale toda la pija a tu amo… ay… me voy e venir… híncate putita

Y los tres se pajeaban la verga llenándome de leche todo el cuerpo, luego se metieron a la piscina desnudos, Diego me dijo que recogiera todos los billetes antes de que el aire se los llevara, yo me moría de curiosidad por saber cuánto dinero había ganado, lo guarde en mi bolsa y ellos me pidieron que me metiera a la piscina, me manosearon todo los que les dio la gana, al medio día apareció un chef debidamente uniformado y anunció que el almuerzo estaba listo, salimos del agua y así desnudos y mojados degustamos un almuerzo opíparo.

Luego nos acostamos en las sillas de sol a hacer una breve siesta, en el entre sueño pensé en Luis trabajando y en mi suegra cuidando a mi nenita, se me ahogó el llanto en la garganta, cuando desperté ellos jugaban póker, me dijeron que quien ganara tenía que complacerlo, yo abogaba que fuera Diego el ganador, pero para mi mala fortuna ganó Ángel.

ÁNGEL: Ponete de perrita, que te quiero meter la pija en esa concha virginal que tenés.

YO: Ay, mi lord, le suplico que no lo haga, soy madre y nunca he sido infiel.

ÁNGEL: Pues te toca, hija de puta, ponete en cuatro que te voy a enterrar la pija.

YO: Ay, mi lord, me pongo como usted ordene, pero sepa que esto es una violación.

ÁNGEL: ¿Cuánto cuesta violarte? Ahí tenés ¿Es suficiente?

YO: No me merezco tanta generosidad de su parte, mi lord.

ÁNGEL: Pará bien ese culo porque te voy a destrozar la concha.

YO: ¡Ay, mi lord! Despacio, porque la tiene muy grande, ay, me duele.

ÁNGEL: Que concha tenés, hija de puta… así… mové el culo… que rica garchada le estoy pegando a esta  turra.

YO: Ay, me duele amo, la tiene muy gruesa.

DIEGO: Ya, dejá a la mina en paz, sigamos jugando.

Para mi mala suerte la siguiente partida la ganó Félix y me pidió que le diera el culo, para ese momento yo estaba como volcán en erupción, pero tenía que seguir con mi papel de mujer obligada a coger, como mi mamá, aunque ella lo hacía para calentar más a su macho.

FÉLIX: Ponete te cucharita, putita, que te voy a reventar ese culito de niña virgen.

YO: No, amo, por favor no me penetre por atrás, mire que nunca me  lo han hecho por ahí, ni siquiera mi esposo, tenga piedad de mí, no viole mi hoyo trasero.

FÉLIX: Vos vas a hacer lo que yo te ordene putita, abrite bien las nalgas que te voy a meter toda la verga por el orto.

YO: Como usted ordene, amo… ¿Y si sangro?… ¿Me va a doler?... ¡ay!... despacito por favor… agh… es que la tiene muy grande y gruesa… ay… me va a partir en dos… no, amo, por favor… no me toque el clítoris… ay…

FÉLIX: ¿Querés que te toque la concha, puta de mierda? Pues sentí mi dedo, nenita sabrosa.

ÁNGEL: Ya, dejá a la mina, pelotudo y sigamos jugando.

FÉLIX: ¿Qué es esto? ¿Un juego con límite de tiempo?

DIEGO: No, boludo, pero jugando es más excitante, para luego darle a la minita mucha pija.

Ese último juego fue espectacular, digno de Las Vegas, la cantidad de dólares sobre la mesa superaba mi imaginación, por fin ganó Diego y generoso, pidió que Ángel me cogiera por la concha, que se le mamara a Félix y que él me quería coger por el culo… ni en mis más febriles fantasías me había imaginado ser tan puta, Ángel se acostó boca arriba para que yo lo cabalgara.

YO: Por favor, señor, no me obligue a hacer semejante degeneración, mire que yo nunca he estado con tres hombres…

DIEGO: ¿Ustedes que dicen pelotudos?

ÁNGEL: Pues a mí me calienta mucho tu propuesta, tenemos que llenarle sus tres agujeros de pija.

YO: Pero me van a destrozar todo mi cuerpecito, amo, tengan piedad de mí, por favor.

DIEGO: La piedad no está contemplada cuando tres machos tienen la pija parada y bien dura.

YO: Si ustedes están de acuerdo, les devuelvo toda su plata, pero, por favor, no me obliguen a cometer semejante degeneración, miren que aún soy menor de edad.

DIEGO: Sos una nena deliciosa, eso no se puede negar, pero al final sos nuestra puta y vas a hacer lo que yo te diga, te vamos a meterte la pija por todos tus orificios, lo querrás o no.

YO: Ay, señor, si usted me obliga tendré que hacerlo, pero sepa que lo hago contra mi voluntad.

DIEGO: ¿Y si te ofrezco todo el dinero que gané en la mesa ¿Aceptarías?

YO: Ay, señor, usted sabe cuánto necesito la plata… no sé… tal vez.

DIEGO: Pues con esa ganancia hasta podrías operar a tu hija en una clínica privada.

YO: Estoy a sus órdenes, señor, pero, por favor trátenme como la niña que soy.

Me tuve que montar sobre la verga de mi lord, Ángel, me empezó a coger como si la vida le fuera en ello, luego vino mi amo Félix y me zampó su moronga hasta la garganta y por último vino Diego y me taladró el culo, por fin mis más oscuras fantasías se hacían realidad, ahí estaba yo siendo violada por tres machos degenerados haciéndome su puta sumisa, me encantaba que me humillaran, me jalaban del cabello con violencia, me pegaban en la cara, me nalgueaban con furia, me apretujaban las tetas hasta el dolor y me metían sus vergas con rabia, era su objeto del placer, y ellos no lo sabían pero me estaban cumpliendo mis más negras fantasías… que rico… me sentía como una muñeca de trapo en medio de sus lujuriosas aberraciones, yo gozaba como la gran puta que siempre quise ser.

ÁNGEL: Decime que te encanta la pija, putita.

YO: Ay, mi lord, no me obligue a decir esas cochinadas, nunca las he dicho… por favor… mi lord… ay.

DIEGO: Decilo o te reviento el orto a punta de pija.

YO: Ay… la tiene muy dura, señor… ay… me van a dejar muy abierta…

FÉLIX: ¡Decilo! Puta de mierda.

YO: Ay… amo… no sé… ay… si… si me gusta… ay, me duele… pero me gusta… me gusta la pija… denme pija papitos…. Ay

ÁNGEL: La concha de tu madre… que rico oír que te gusta la pija.

DIEGO: Seguí hablando, pórtate como toda una puta, que para eso te estamos pagando, hija de puta.

YO: Sí, señor… ay… denme pija… que rico siento como me parte la concha con esa pija tan dura que tiene, mi lord… ay… sí… denme más duro… ay… no, por favor… ay…. Así… pártame en dos el culo, señor… ay… ya no, por favor… agh… que rica siento su verga hasta el fondo de mi garganta… ay… me voy a venir… ya… ya… yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa…ah… agh… ah.

Los he de haber calentado tanto que los tres se vaciaron en mis tres orificios, yo creí que ahí había terminado todo, pero cuando se desenchufaron pedí permiso para ir a orinar, pero Félix se acostó en la grama y me ordenó que le meara en la boca, yo me estaba colocando cuando siento en la cara un chorro de lluvia dorada de Ángel, entonces me meé en Félix y para terminar Diego me orinaba el culo.

CONTINUARÁ.