5 Horas de diferencia

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Ante todo mil millones de disculpas por no continuar con “la condena”… el porqué de esta falta de tinta mental es que ese relato es un gran reto para mí y creo que no estoy preparada para ello aun. Muchos personajes que idear, muchas escenas que inventar y muchos capítulos por escribir…eso me satura y no me da la inspiración que necesito.

A cambio de ese relato pendiente empiezo este, “5 horas de diferencia”, tiene algo de verdad pero alteré los tiempos a mi antojo así que si hay alguna coincidencia con la realidad es casualidad…o no….. espero  que guste tanto como los anteriores y prometo que continuaré con el otro en cuanto pueda o quiera mi imaginación…

Gracias a todas las que me leéis (digo todas porque por los comentarios la mayoría sois mujeres, que para eso estamos en “lésbicos” jeje) en especial a

Mao-chúpame las bolas Kyle!

A.K - Lechuguina

Maye-guerra en lodo

Paola-miss payaso 2011 (te robé el nombre jiji)

Fran - titanic III (tb te lo robé a ti ^^)

y a unas cuantas mas que no pongo porque tengo el msn cerrado y mi memoria es de pez ^^ … sois lo mejor que he podido sacar de TR, a MJ, esa grandísima H.d .p que me ha abandonado aquí en medio de la nada para irse de joda a Capital! pero aun así desde allí sigue siendo mi editora... y a la “Franca” de esta historia,  que sin ella no podría escribir esto….ojalá encuentre a alguien que consiga hacerme amar como te amé a ti…

Att. Minara

5 horas de diferencia

“Señoras y señores, al habla el capitán Suarez, tengo el placer de comunicarles que en 10 minutos aterrizaremos en el aeropuerto Ezeiza de la ciudad de Buenos Aires, hora local 6:32 am, temperatura estable en 16º y humedad de un 56% con vientos variables del sur-oeste.  Gracias por elegirnos, *** les desea una feliz estadía…Ladies and gentlemens, the captain speaks Suarez…”

Por fin! Después de 12 horas de vuelo íbamos a aterrizar. No pude pegar ojo en todo el vuelo, odio volar! Encima cuando hicimos escala en Sao Paulo había unas turbulencias que mejor ni recordarlas y para no variar  me tocó al lado un tio que roncaba más que mi madre…que la tenía en el lado opuesto….mierda de viaje!

Estaba en Argentina acompañando a mi madre y porque no? A probar suerte. Mis 24 años recién cumplidos solo me trajeron mala vida, malas compañías, malas decisiones y con ello malas consecuencias.

Mi abuelo, emigrante Esloveno, tuvo que huir de la fatídica guerra que el bigotes de Hitler le declaró al mundo solo por ser judío y llegó caído del cielo a Argentina (caído porque llegó en avión jaja). Allí formó su familia y en esos años nació mi queridísima madre.

Cuando mi madre era ya adolescente y la mayor de sus 4 hermanos, por trabajo, destinaron a mi abuelo a España durante un año. Allí mi madre conoció a mi padre y si sumamos dos más dos, 13 años después de que se casaran nací yo, Paola, la pequeña de 4.

Siempre fui la consentida de mi padre y el tormento de mi madre….a día de hoy aun lo soy! Porque por estar sin rumbo fijo ahora ella se veía en la “obligación” de llevarme con ella a este país que desconozco totalmente y a ver a una familia que conozco menos que la tierra que piso. Pero la intención es buena, mi abuelo está enfermo y no sé si podré disfrutarlo por mucho tiempo…

Paola – Mama, coge esa maleta que yo no puedo…-en el acto sentí como medio aeropuerto se giraba a mirarme..

Mama – No digas coger! – me dijo entre susurros – que aquí significa otra cosa!

Paola – El que? Como que significa otra cosa? – la gente me seguía observando algunos con mala cara, otros medio riéndose.

Mama – Si! Significa – bajó aun más la voz- hacer el amor!

Paola – Jajajajajajaja nooo!! Y que mas palabras cambian? Eso me lo podías haber dicho antes! Así me ahorraba las miradas de amor de toda la gente que me escuchó no?

Mama – Ya lo iras aprendiendo, mientras quítate el coger y lo cambias por agarrar…

“Agarré” todas las maletas, las puse en el carro y nos fuimos a la salida. Yo no recordaba cómo era mi familia de allí, era muy pequeña cuando nos visitaron y solo recuerdo levemente como era mi abuelo, alto…altísimo! Pelo cano, ojos azules y muy serio, muy muy serio y a mi abuela, que me consentía todo, bajita, regordeta,  de sonrisa tierna y siempre con la mirada viva.

Mi madre buscó con la mirada y los encontró. Saludamos a mi tío Alberto y a mi tía Carolina. Después de las típicas preguntas de “que tal el viaje” y de que me dijeran cuando había cambiado, algo obvio teniendo en cuenta que cuando me vieron por última vez yo tenía 8 años, salimos a esa selva de asfalto que es Capital Federal.  Subidos en una camionera más vieja que tutankamon y después de lo que a mí me pareció un año llegamos a la casa de mis abuelos.

Subimos y obviamente todo era celebración, mis abuelos muy contentos de que llegáramos y mis tíos igual. Entre charla y charla le pregunté a mi tía si podía subir a la terraza a fumar y me acompañó.

Tía Caro – Que grande estas bebe, cuánto tiempo sin saber de vos, que alegría que estés acá!! – me estrujó sorprendiéndome, era tan flaquita y alta que a veces pensaba que se iba a romper, no sabía de dónde sacaba esa fuerza que casi me rompe alguna que otra costilla.

Yo – También me alegro de estar aquí jejeje

Tía Caro – A la 1 viene tu prima, te acordás de ella?

Me quedé pensando en eso….mi prima?  Ufff! Mi querida prima Franca…esa niña repelente que cuando vino a visitarme junto con mis abuelos y su madre no hacía otra cosa que joderme la vida…

Yo – Claro! Como olvidarla…tendrá mi edad no? - tierra trágame, no había caído en que ella también estaría aquí…que fastidio!

Tía Caro – Ella también se acuerda de vos, dice que siempre le quitabas las golosinas cuando tu padre las repartía jajaja y si, aunque es menor que vos unos meses creo.

Yo –  Jaja  si, siempre era yo la mala… - aun la mataría por aquello!

Me fumé el cigarro mientras mi tía me decía lo “estupenda” que era su hija, que si era la mejo, que si se rompía el culo estudiando para la universidad,  que si trabajaba, que si esto, que si lo otro, que si era preciosa….ya la odiaba mas sin haberla visto aun! Teniendo en cuenta la diferencia de vida de ella y yo era de esperar que ella fuera la buena en todo y yo…yo una bala perdida en proyecto de recuperación…mi día no mejoraba y encima tenia sueño y hambre, entre transbordo  y vuelo habían sido más de 26 h de viaje y estaba muerta.

Yo – Tía, vamos abajo? Quiero ducharme y acostarme, no pegué ojo en todo el viaje y estoy que me caigo.

Tía Caro – Claro chiquita, te podés acostar en la pieza del fondo, allí nadie te molestará pero una cosa, no me digas tía!! Jajaja

Yo – Y como te digo? Tita? Jajaja

Tía Caro – Sii, así me decías antes jajaja

Mi tía, bueno, mi tita, era todo un caso. Más rara que encontrar oro en el desierto….pero me encantaba!

Bajamos, comí algo,  me explicó donde estaban las toallas y después de buscar en mi maleta algo cómodo me duché, me despedí de todos y me acosté. Caí rendida al sueño en cuestión de segundos. No soñé, o por lo menos no lo recuerdo. Me desperté ya cuando la noche estaba bien metida en esta parte del mundo. El jetlag me estaba pasando factura ya que tenía el reloj biológico 5 horas adelantado.

Con el aturdimiento típico de despertarte en un sitio que no conoces me levanté de la cama y me fui al baño. …parecía el León de la Metro Golden Mayers! Mi pelo ondulado  siempre ha sido bastante rebelde y dormir lo ponía aun mas…me peiné entre otras cosas  y  dándome cuenta del hambre que volvía a tener me fui a la cocina.

La luz estaba prendida, los ronquidos de mi abuelo se oían de lejos, que hora será? Uf que sueño tengo aun, como algo y me vuelvo a seguir planchando la oreja pensé.

Fui directa a la nevera, frotándome los ojos porque la luz de la cocina aun me molestaba. Saqué las milanesas  (carne empanada)  que habían sobrado de la mañana y me senté en la mesa.

Esa sensación rara de cuando sientes que te están observando se apoderó de mí y levanté la vista del plato. Me encontré con unos ojos verdes mitad divertidos mitad intrigados. En ese momento, como estaba comiendo, mi tráquea me jugó una mala pasada y casi me ahogo! No me esperaba ver a alguien despierto a esa hora.

Me recompuse no sin antes desgarrarme la garganta tosiendo y la volví a mirar. Su sonrisa, perfecta, relucía hasta encandilarme y me la contagio.

Franca – Che prima! Tanta impresión te dio verme? Jajaja – se levanto , me saludó con un beso y un abrazo algo forzado y se volvió a sentar frente a mí.

Yo – Ya quisieras…no esperaba que nadie estuviera aquí, qué hora es? – repasé la cocina en busca de ese reloj típico que cuelga en todas y lo encontré, 12:25 – Joder! Que haces aquí que  no estás en tu casa? – no pude evitar observarla, rubia, delgada, facciones finas…ya no era la niña que conocí hace tanto.

Franca – Si quiero estudiar tranquila para el parcial de mañana tengo que evitar a mi madre, vive más de noche que de día.   Y que tal viajaron?

Yo – Pues lo típico de un viaje transatlántico, pesado, incomodo, todo eso…

A mí se me habían quitado las ganas de comer y el sueño. Tenía frente a mí a la niña que me sacaba de mis casillas de la forma más cabrona del mundo y tanto que me había jodido el saber que estaría, al verla,  ya no me jodia nada…tenia claras mis preferencias y si en vez de ser mi prima fuera otra persona ajena a mi familia no desperdiciaría ni un minuto en tirarle al cuello. No es que fuera una golfa, ni mucho menos, pero tener 24 años sin compromisos  dan para mucha osadía.

Empezamos a hablar de trivialidades, de tonterías, diciendo lo que habíamos cambiado y crecido,  contándonos cosas de nuestras respectivas vidas sin ahondar mucho, recordando las jugarretas que me hacía de pequeña y que para los demás era yo siempre la culpable. Los celos que me comían por aquel entonces por ver que le hacían más caso que a mí. Las gafas horribles que su madre le obligaba a llevar que aun guardaba. Mis aventurillas semi delincuentes en España, lo bien que le iba a ella en la universidad…y así se nos hicieron las 5 de la mañana pareciendo que en vez de ser dos desconocidas éramos amigas de toda la vida.

Yo – Pues sinceramente, ya no te odio tanto jajaja

Franca – Vos a mí? Admito que te hacia alguna que otra, pero nada que ver con las que me hacías vos!

Yo – Perdona? Jajajaja yo siempre me tenía que quedar callada y aceptar cuando pedias algo! Porque si no le decías a mi madre para que me echara la bronca! Jajaja

Franca – Jajaja la verdad es que no me porté muy bien con vos, yo solo quería ser tu amiga y tu ni pelota me dabas! Así que iba por las malas jajaja.

Yo – Y haces amigos así siempre? Pocos debes tener…jajaja

Franca –Naa, con el tiempo mejoré mi método jajaja en fin, me tengo que ir que  es retarde! Mañana tengo este parcial y ni toqué los apuntes…cuando vuelva de la uni me paso a verte.

Yo – Ok, aquí estaré supongo, que te vaya bien mañana – la acompañé hasta la puerta de abajo, me despidió dándome otro beso y se marchó.  Yo me quedé mirándola mientras caminaba calle abajo…esos pantalones le quedaban que ni pintados…Ja! Siempre mi lado más lésbico aflora aun siendo mi prima…. Aunque viendo lo visto, cuanto más prima, más se te arrima no? Jajajaja


Mama – Pao, despierta que tenemos que ir a ver si hay pasajes para Córdoba a Retiro.

Yo – Eh? Cómo? Que yo qué? Déjame dormir mamaa!! Qué hora es? – joder! Ahí viene mi madre a despertarme de  un buen sueño…pero que estaba soñando? Mierda! Ya se me olvidó…con Franca??? Uff….

Mama – Las 9, venga vaa! Que ya has dormido bastante! Desde ayer por la mañana..

Yo – Anoche estuve hasta las tantas hablando con Franca, déjame dormir si? Para que me necesitas? Vas, sacas los pasajes y ya no?

Mama – Pues haberte acostado antes, venga, que te mando a tu abuelo!

Mi abuelo imponía, imponía mucho! Así que me levante a regañadientes con un sueño mortal. Desayunamos con mis abuelos y salimos con mi tía a Retiro, la estación de autobuses más grande que habían visto mis ojos hasta ese día…y hasta hoy!

Yo – Mama, porque no nos vamos en el coche a la casa de campo?

Mama – Tu tío no viene, tu tía no quiere conducir, yo tampoco y el abuelo no se encuentra bien como para hacerlo 9 horas, así que no nos queda otra que irnos en bus.

Yo – Y quienes vamos? – al escuchar eso de “tu tía no quiere conducir” algo en mi interior se alegró, sabia sin saber porque que Franca vendría.

Mama – Nosotras, los abuelos, tu tía y tu prima. Ya empiezan las vacaciones de invierno aquí así que ellas se quedaran dos semanas y después se vuelven.

Yo – Bueno, por lo menos no estaré allí con  todo el Inserso (Inserso es la asociación de jubilados de España jijiji)

Mama - ¬¬…la madre que te parió, que soy yo….

Me esperaban 3 meses de incertidumbre, no conocía a nadie y sabia que estando en una ciudad me sería fácil hacer amigos pero a donde iba sería muy complicado, un pueblito de 1000 habitantes en mitad de la sierra…. tampoco sabía si me iba a quedar o no, me vine a la aventura, a cambiar de aires, pero con billete de vuelta en 90 días.

Sacamos los pasajes para todos y mi tía dijo de ir a “trapear” un poco, ir de tiendas vamos, así que  nos volvimos a montar en ese tractor rojo que era la camioneta de mi abuelo y nos adentramos de nuevo en la selva de asfalto, más conocida como  Buenos Aires.

Aparte del trafico horrible, el olor a combustible quemado de los coches, el ruido, la gente con prisa, los buses que parecían de carreras y los taxis que se creían bólidos me sorprendí al tener que reconocer que me gustaba ese “quilombo” de ciudad. Yo provenía de un pueblo al sur de España, no era tan pequeño como para aburrir ni tan grande como para considerarlo una ciudad, pero era eso, tranquilo, y el cambio a meterme en aquel monstruo  creía que me iba a impactar más negativamente pero no, no fue así.

Pasamos la mañana entre tiendas, viendo ropa, bolsos, de todo. Mi madre y mi tita iban y venían y yo indiferente total, odio ir de compras con alguien que se tira 1500 años para elegir algo y al final no compra nada. Las esperaba en la puerta mirando la calle, la gente, tan normal que me sorprendía…no es que esperara que fueran todos extraterrestres ni nada,  pero siempre te esperas algo “diferente” cuando viajas tan lejos y no, todo era igual, solo cambiaba el acento.

Llegamos a casa de mis abuelos  y mi tita me pidió acompañarla a su casa, quedaba a unas 8 “cuadras”  y accedí encantada. Tenía curiosidad por saber donde vivían ella y Franca. Emprendimos el camino charlando del estado de mi abuelo, no quise preguntar porque sabía que antes o después me dirían o me enteraría así que dejé fluir las cosas.

Mi tita me contó que la situación no pintaba nada bien, hacia casi un mes que lo habían operado y tenía que empezar con la quimio en breve, por eso se iban a la sierra, para su salud era mejor que estar en plena ciudad. Todos pensábamos lo mismo pero nadie decía nada, mi abuelo, ingeniero de centrales nucleares, tenía cáncer y sospechábamos que eso tenía mucho que ver pero que se le puede hacer a eso? Simplemente pasar el mal trago lo mejor posible, ser positivo y tener esperanza, que es lo último que se pierde…

Una vez dentro de su casa me di cuenta como el encanto de mi tita impregnaba cada pared junto con los cuadros de Franca. Ya me había comentado que estudiaba arte y que tenía alguna que otra pintura en su casa….pero no me esperaba esto.  Nunca antes había sentido nada al ver lo que otros expertos llaman arte y sin embargo el entrar a aquella casa me inspiró emociones que no conocía. Cada dibujo al carbón, cada trazo…hasta la firma me sorprendía, porque me encantaba y me emocionaba ver el sentimiento de cada una de esas obras. Sobre todo me llamó la atención un dibujo de una chica, pintado en blanco y negro, de espaldas medio girada, como si te estuviera mirando desde cualquier ángulo en el que te pusieras, desnuda de cintura para arriba pero sin dejar ver nada y con expresión sugerente…no supuse en aquel momento que ese dibujo quedaría marcado en mi piel de por vida…

Tita Caro – Impresionante verdad? Es uno de los últimos que hizo mi flaquita y no dudé en ponerlo acá. Querés que tomemos mate?

Yo – 0.o eso que es?

Tita Caro – No conocés?  Es como una infusión pero se toma así - me dijo mostrándome el arte de cebar mate, ese que luego tomaría por costumbre y que me encantaría.

Yo – Ui, pues quema un poco, pero está bueno ejejeje

Sonó el teléfono y mi tita fue a contestar

Tita Caro – Paola, es Franca desde casa de  los abuelos, dice si  volvés o viene ella para acá-

Yo – Lo que quiera ella, a mi me da igual – porque coño me empezaban a sudar las manos? ¬¬

Tita Caro – Viene, dice que no es bueno para vos andar sola sin conocer.

Yo – Jajajaja, tampoco es para tanto.

Seguimos tomando mate y hablando de todo. En la cocina, justo enfrente de la mesa había un espejo enorme en la pared y desde donde yo estaba se veía la puerta de entrada. Su perro, Neru, empezó a ladrar como loco de feliz y segundos después ahí entro ella….