5 de enero… NOCHE DE REINAS MADURAS.

Lo que tenía que ser una noche de REYES MAGOS, a lo mejor con algún puntual “encuentro” se convierte en una inesperada noche de REINAS MAGAS que hicieron su magia.

En mi anterior relato, contaba la fiesta de Fin de Año, que fue perfecta y esperaba una noche del día de REYES bastante normalita, porque en un principio y por circunstancias imprevistas, Adriana y Tiano no estarían, por eso aunque no lo entendía Valentina y Santiago tampoco. Como es natural en mí, no insistí a nadie para que cambiaran de opinión, que ya somos mayorcitos. Recibo una llamada y son de mis grandes amigos Catalina y Alberto. Son un matrimonio con el que tengo una relación especial desde hace ya bastantes años. Me mostraron su enfado, por no haber aceptado sus invitaciones a pasar con ellos la nochebuena y la nochevieja. Por eso se invitaban a pasar la noche de REYES. No dieron opción a decirles nada más que si y quedamos el día cinco, que fueran a la hora que quisieran y cuando les fui a dar la dirección exacta ya habían hablado con Ray que les envió la ubicación.

Sería una noche entretenida con ellos, no porque tuviera que haber sexo, que no era obligatorio y en los últimos encuentros no hubo. La presencia de ellos siempre era divertida, porque además Alberto y yo nos compenetrábamos bien sin necesidad de decirnos nada, lo que nos llevaba a poder “meternos” con cualquiera, empezando por nosotros mismos. Por eso me gustaba, porque nos reíamos de nosotros sin ningún problema. me tocaba ir por dos regalos más, porque ya había comprado regalos para los demás, incluidos los que tuvieron que perderse ese día.

No acaban ahí las novedades, porque recibo una llamada de Adriana que me dice que ella al final si ira y por lo tanto Valentina también. A mi pregunta de por qué Valentina se fue, me confeso porque la daba corte, era la que menos nos conocíamos. Le hice la reflexión de que habíamos follado, que más confianza que eso y se echó a reír ella también. Bueno estaríamos todos menos Tiano.

Y llegó el martes cinco, junto con el lunes fueron dos días muy ajetreados. Se me hacía tarde y tenía que ir a recoger un coche que había comprado, uno totalmente eléctrico y que ya llevaba varios días para recogerlo. Lo recogí e hice varias compras pendientes. Me fui para casa y me daba gusto no oír el motor, que silencioso era el vehículo. Nada más llegar les veo fuera muy entretenidos, fumando y dándole al codo algunos. Veo al inconfundible Alberto, nos damos un abrazo de los nuestros y sale de la casa su mujer que me dice de todo menos bonito por no saludarla.

Catalina y su preciosa melena, acompañada de su sonrisa contagiadora. Su mirada penetrante y nos damos un buen achuchón como saludo y los respectivos besos. Hablamos los tres y en minutos nos pusimos al día de algunas novedades. Catalina que era más joven que su marido ya había pasado hace tiempo los cuarenta, pero nada que envidiar a ninguna mujer más joven. Esa noche no me permitieron cocinar, era una de las sorpresas que me tenían preparada, supuse que cocinaría Elvira la amiga de Daniela, pero que va, fue todo mucho más sencillo, habían comprado marisco y canapés, nada de cocinar, todo ya preparado.

Ese tiempo lo aproveche para tener una conversación con Alberto de unos temas futuros que teníamos entre los dos y que teníamos que darles forma. Mi hermano Ray había terminado de hacer un brebaje que solía hacer en muchas fiestas y que era un auténtico quita penas. No sé si era como decía una antigua receta de no sé quién o era un invento suyo, la realidad que todo el mundo siempre le pedía que hiciera y tomarte un solo tapón ya era suficiente para ir camino de una cogorza inolvidable. Alberto se levantó para hacer la cata junto a Ray y resultaba gracioso ver como se pegaban un lingotazo, se quedaban casi sin habla.

La cena además de espléndida estuvo más que divertida, sobre todo el dúo entre Alberto y yo. Nos metíamos el uno con el otro y contábamos situaciones, que nunca eran exactas, porque unas veces las exageramos un poco y otras no lo contábamos todo, por no herir susceptibilidades. Lo bueno es que todos nos reíamos y lo pasábamos bien y cuando nos quedábamos en blanco, Ray se encargaba de recordarnos algo que se nos había olvidado. Por lo visto habían comprado postres y digo postres porque compraron tres distintos, pero no les permití sacarlos.

Fui a por unos roscones que había encargado donde decían que era el mejor sitio de Valencia, era un horno que tenía más de ciento treinta años o se me dijeron. Vinieron los hombres a ayudarme en la cocina, querían cortar los roscones y me negué, eso se cortaban en la mesa y había comprado un chocolate para hacer, nada de chocolate en polvo o ya preparado. Se ponían nerviosos porque pensaban que lo haría con algún chocolate ya preparado, pero no, las cosas había que hacerlas bien. Saqué varias tabletas de chocolate al 70% y me puse a prepararlo. Como no podía ser de otra manera llegaban las quejas, “Joder Carlos, siempre igual, lo tienes que hacer perfecto… habiendo unos bricks que los metes en el microondas y están buenísimos” eso me lo decía Xavi, que era un cagaprisas.

Después de degustar el chocolate que salió muy cremoso y el roscón, nos intercambiamos regalos y el de Ray no lo podía abrir porque tenía que ser de día, una tontería, cuando se veía que era un cuadro tamaño XXXL, en ese momento pensé que había hecho como otras veces, que no sabe qué regalarme y hace un montaje de fotos de cuando éramos pequeños. No pasaba nada y al día siguiente lo abriría. Lo lleve a mi habitación y lo deje allí. No acabó el postre ahí, mi amiga Catalina nos hizo servirnos el licor preparado por Ray y dijo que quería hacer un brindis muy especial, pidió disculpas y el brindis me lo dedico a mí. Como hubo un poco de cachondeo no se quien, dio un meneo a Elvira y le cayó parte del chocolate encima, que se estaba tomando un sorbo para quitarse el sabor del licor que se acaba de tomar, nadie se mosqueo y se fue me imaginaba que a cambiarse.

Estábamos de cachondeo subido cuando se me acercan Ray y Alberto, este último me hace un comentario que no sabía a quién se refería… “Menuda mujer, me quita hasta los pensamientos, jajaja… bueno los pensamientos no… jajaja…” y Ray añade… “Pues no te lo pierdas Alberto que dice que no está buena” , me moví un poco sin llamar mucho la atención, para ver a quién se refería y era Elvira, se había cambiado y se había puesto… como definirlo.  Era un jersey largo, hortera, de esos con bordados navideños, que le llegaban un poco más debajo de las caderas, haciendo que sus muslos destacasen y el resto de sus piernas. Con un escote en V pronunciado y sin sujetador, que hacían que el movimiento de sus pechos fuera de lo más sugerente y para rematar unas botas con un buen tacón.

“Venga Ray no me vaciles, no he dicho que no esté bien, he dicho que paso de intentar nada con ella” , algo que le extraño a Alberto, que me decía que en otros momentos no la hubiera dejado escapar. Trate de explicarle que ahora mismo no me interesaba nada con mujeres con penas, no quería agobiarme. Riéndose Alberto… “Pues con el buen quitapenas que tienes, es injusto que no la ayudes” , ni me moleste en responder y me fui a bailar con las mujeres. Primero estuve mirándolas en la distancia, eran auténticas preciosidades, cada una a su manera. Las que más morbo tenían bailando, Catalina y Elvira.

Catalina se dio cuenta de que las miraba, se acercó y de manera provocativa, se puso a bailar y con sus manos movía su cabellera, lo que la hacía más explosiva y se acercó más, de forma sugerente y me pregunto… “¿Oye… estás emparejado con alguna? Que no quiero meter la pata” , le dije que seguía soltero y sin ningún compromiso. Me sonrió de forma especial, una forma que ya conocía. Valentina y Adriana le echaban miradas de no muy buenas maneras. Santiago ya había dado algún traspiés. No es que fuera un alcohólico, lo que le pasaba que no era buen bebedor. Veía el tapón de una cerveza y ya se colocaba, no aguantaba el alcohol. Valentina se lo tuvo que llevar a la habitación. Mientras lo estaba dando todo bailando y me lo pasaba bien. Hasta que regresó Valentina y Alberto paró la música, para proponernos un juego.

En cuanto dijo que quería proponernos un juego, los que le conocíamos ya sabíamos que sería uno en el que acabaríamos en pelotas y follando. Explico el juego que era muy sencillo y aparentemente iba a ser divertido. Todos aceptamos, menos Daniela que se quedó como ofendida y le dijo a Ray que él se quedase si quería, pero que ella se iba a la habitación. Ray no le quedó otra que irse con ella, aunque sé que se hubiese quedado, porque ese tipo de juegos le gustan mucho y la sorpresa o no sorpresa, fue la de Elvira, que se marchó junto a Daniela y no pude oír lo que hablaban.

El juego era una variante del strip póker. El primero en quedarse desnudo fui yo y en cuanto me descuide, Catalina que estaba a mi lado me acariciaba la polla. Lo hacía con mucho arte y sin que nadie se diese cuenta. Al final me llevé una grata sorpresa con Mercedes, estaba mucho mejor que la última vez que la vi en topless. Se había puesto mucho más hermosa y deseable. Ya empezaron los mandatos y eran muy suaves. Tenía ganas de que le tocara a Alberto o a mí, que no íbamos a ser nada suaves, como si hubiera estado también Ray. No dejábamos de mirarnos Alberto y yo, como diciéndonos que eso no podía seguir así. O se espabilaban o terminaba el juego e iba a mi aire.

Todo dio un vuelco cuando le tocó a Catalina poner ella el mandato. Su mandato era para Andrea y para mí. “Un buen morreo empitonado” la cara de Andrea y los demás era de no tener ni idea. Su marido y yo sabíamos a qué se refería, porque era una expresión que Catalina utilizaba cuando estaba muy cachonda. Se puso de pie e hizo que Adriana se pusiera también. No me dio palabra, me agarró la polla se la colocó en la entrada de su coñito. La otra mano se la puso por detrás del cuello de Adriana, la atrajo hacia ella la pego un morreo y se dejó “caer” metiéndose mi polla dentro de ella sin ningún problema, aunque se besaban se oyó el fuerte gemido de ella y uno más suave de Adriana.

En ese momento todo se desmadro, acabé en mi habitación con Catalina, Mercedes y Xavi. Antes de entrar le avise a Xavi de que haría lo que dijese, sin rechistar y que esta vez no habría paradas ni interrupciones. Aceptó y en cuanto entramos le dije donde se tenía que sentar y con unas correas le ate, para que no se pudiera mover, luego le vende los ojos y además le puse un antifaz. Iba solo a oír, por lo menos en un principio. Mercedes se fue al baño, mientras Catalina y yo no dejábamos de besarnos, acariciarnos… nada más regresar Mercedes, Catalina fue al baño y Mercedes con un imperceptible susurro me decía… “No se lo de tener así a Xavi, me da pena y Carlos… perdona pero yo con una mujer no hago ni haré nada…”

No me lo pensé, después de darle un buen morreo, la acerque a donde está su marido, la hice apoyarse sobre sus piernas y le dije a Xavi, que le iba a azotar por protestar. Se quejó y se quiso quitar, no se lo permití y pudo ver como Xavi se empalmaba con sus quejas. Se lo indique a ella y parece que eso le fue gustando. Deje de azotarla un momento y le metí mi polla en la boca, ella respondió haciendo una mamada muy buena y los ruidos de su boca, dejaban claro lo que estaba sucediendo. Se la saque de la boca y le indique que besara a su marido, no quería y tuvo un poco de ayuda por mi parte, que la hice acercar su boca a la de su marido. Empezó con un beso tímido y luego sus lenguas se lamieron con deseo.

Catalina había salido del baño y me enteré cuando me abrazó por detrás, pegándose a mi espalda y notando la dureza de sus pezones rozarme. Me besaba en los hombros, me acariciaba mis pezones y bajaba sus manos hasta acariciarme la polla. Lo hacía unas veces suave y otras con rudeza, pasaba sus uñas como si me arañara, cuanto más cachonda se ponía, Catalina “perdía” los papeles volviéndose más fiera y ese era su encanto. Mercedes tenía su coñito chorreando. Fuimos para la cama y se tumbaron las dos. Mercedes tenía unas tetas más grandes que Catalina y sus pezones se habían puesto como capuchones. Catalina no se lo pensó y se puso a comerse uno de los pezones de Mercedes, que quiso evitarlo, hasta que le di unos buenos azotes, entre la cadera y la nalga, dejándose hacer.

Intentó besarla en la boca y Mercedes giró la cabeza para el otro lado. Catalina lo intentó varias veces pero no hubo manera, puso una sonrisa maliciosa y me miró. Si Mercedes pensaba que había ganado, se equivocaba. Le di un condón a mercedes para que me lo pusiera y al final me lo tuvo que colocar Catalina. Estaba tumbada boca arriba, la atraje hacia mí, le puse sus piernas encima de  mi hombros y estuve jugando con mi polla en la entrada de su coñito, metía lo que era un par de centímetros y la sacaba. Me gustaba ver su cara de placer y sobre todo de deseo. Ver sus movimientos para provocar que se la metiera. Pero lo que quería era que lo pidiera, que Xavi la oyera, había que darle morbo a su marido también.

Nuevamente con un susurro me decía… “No seas así, hazlo ya” y le decía que no la oía, su cara se llenaba de “rabia” y le decía… “Venga zorra, que te oiga tu marido también, que está deseando oír como la puta se su esposa pide que la follen” , se seguía resistiendo y le describía a su marido lo que la estaba haciendo y la cara que ponía. Catalina que ya habíamos estado en alguna situación parecida, le rozaba con la punta de sus dedos los pezones y ella que al principio le quitaba tajante la mano, fue siendo menos tajante. De ahí pasó a lamerle los pezones y solo cerraba los ojos. Estaba a punto de caramelo y Xavi animaba a su mujer a no ser tonta y se rebotó con el… “Vamos Carlos folla a la mujer de tu amigo, métemela toda, venga YA, hazlo” y se la metí de golpe, entró muy fácilmente estaba super mojada. Se le escapó un “SIIIIII… YAAAAAAAA” clamoroso.

A la cuarta o quinta acometida y gimiendo cada vez más, nos miramos Catalina y yo, le hice una seña, nos sonreímos los dos provocadoramente y Catalina se puso a horcajadas sobre la cara de Mercedes pero sin más. Me ponía la cara de puta cachonda que ponía Catalina, se fue bajando y Mercedes se debatía con mis embestidas y tratando de que Catalina parase. La azote fuerte, con contundencia y Catalina estiró sus brazos, cogió los pezones de Mercedes y los “castigo” hasta hacerle soltar un gemido con un punto de dolor. Luego se agachó del todo y ya tenía su coñito sobre la boca de Mercedes.

Nos mirábamos y ella no cambia el rictus de su cara, hasta que de pronto se le puso cara de viciosa, sin decir nada, me indico con un gesto que ya la estaban comiendo, se acercó a mí y nos besamos mientras los tres gozábamos. Ya estábamos desatados, como hay que estar con el buen sexo. Catalina fue la primera en correrse y su cara era de haberlo hecho con mucho gusto, se quitó de encima de Mercedes y la boca la tenía empapada, Catalina se agacho y se dieron un morreo de lo más natural, con mucho vicio y sin cortarse. Después se acercó a donde estaba yo y nos dimos otro, mientras Catalina masturbaba con deseo a Mercedes, que provocó que no pudiera aguantarse y se corriera.

Nos pusimos a lo ancho de la cama, Catalina se acercó a donde estaba el marido de Mercedes y le quitó lo que tapaba sus ojos. Se colocó a cuatro como le gusta a ella y puso su cara entre las piernas de Mercedes, me la follaba sin condón y no dejaba de gemir, de provocarme para que fuera más “bruto” sabía lo que le gustaba y se lo daba. Le costaba en algunos momentos comerse el coñito de Mercedes, pero su habilidad se lo permitía y la prueba eran los gemidos de Mercedes, que se estaban convirtiendo en chillidos. Una vez se corrió Mercedes, nos dedicamos más a nosotros dos, cayó de bruces sobre la cama, la empotraba salvajemente y no me cortaba en azotar ese bellísimo culo. Se corrió ella y yo detrás. Fui reduciendo mis penetraciones, hasta quedarme quieto sobre ella. Mercedes tumbada a nuestro lado y acariciándose, no había dejado de mirarnos.

Me pidió con un soniquete especial que me quitara. Me quite y no tardo nada en estar encima de mercedes y ponerse a hacer un 69, sabía que le ponía muy cachonda que le comieran el coñito cuando se habían corrido dentro de ella. Xavi estiraba el cuello para poder ver mejor y no se lo creía. Su mujer haciendo un 69 con una mujer y sin complejos. Se corrieron al unísono, pero ninguna de las dos quiso parar y siguieron. Mi polla estaba otra vez dispuesta para continuar. Podía ver con perfección el culito de Catalina, ese culito que tantas veces me había follado. No me aguanté mas y me lo empecé a follar. Haciendo que esta vez se corriera ella antes que Mercedes y con grandes alaridos.

Las deje solas y me fui a dar una ducha rápida. Ya habían parado, estaban hablando y no sabía de qué, hasta que Catalina me lo dijo… “Tu amiga que estaba alucinada de que me hubieras follado el culo con tanta facilidad, es que a ella nunca se lo han hecho” , claro mi pregunta era la lógica, una tía tan cachonda, con un culito tan provocador, era imposible que no se lo hubieran follado. La respuesta no me era desconocida, alguna vez la había oído, aunque me costaba entenderlo… “Es que Xavi, lo intenta, lo quiere hacer tan rápido, que hace daño” , le conteste mirando también a Xavi… “Ya te vale, las primeras veces hay que ser pacientes y no ir con prisas” , Xavi no dijo nada pero si lo hizo Mercedes… “Es que en el momento que tarda un poco más, no sabemos porque, se le afloja al intentarlo. Ojo, que nunca le pasa cuando lo hacemos por delante”

Abrí un cajón y le lance un bote a Catalina, era lubricante, en cuanto lo cogió, lo abrió y se puso a lubricar el culito de Mercedes, mientras le decía… “Ya verás como Carlos lo logra y yo le voy a ayudar” . Quien saltó enseguida fue Xavi, que se negaba a que le follase el culo, no lo entendía y de nuevo su mujer nos lo aclaro… “Es una condición que puso, como no fue el primer hombre… ya sabéis… pues quiere ser el primero en hacérmelo…” , por eso ella le decía a Catalina que no, que parase, pero podía ver como colocaba en mejor posición su culo para darle facilidades. Le dije que por lo menos me dejara metérsela un poquito, refunfuño y aceptó diciéndole a su mujer que en cuanto viera que me pasaba se quitara.

Esas situaciones me ponían muy cachondo. Porque el único que no debía de saber que me iba a follar ese culo era él. Antes de empezar, la hice tumbarse boca abajo, siempre de costado para que Xavi pudiera verla, aunque por los espejos también podía. Mientras Catalina seguía lubricando su culito, me agache para comerle los hombros y le dije al oído para que solo lo oyera ella, aunque seguro que Catalina, escuchó algo… “Ya sabes que te voy a follar el culito, nada de un poco, te lo voy a abrir hasta el fondo, pero lo vas a tener que pedir y le tienes que decir a Xavi como te lo estoy haciendo… ¿Lo vas a hacer…?” , agito la cabeza pudiendo ser un sí o un no. Una vez que Catalina acabó, se colocó debajo de ella, para comerle el coñito.

Antes de empezar me acerque a Xavi y le acerque más a la cama, ahora sí que no se le podía escapar nada, la nueva posición iba a ver todo, no se le iba a escapar nada, con la cobertura de los espejos iba a flipar. Empecé con sumo cuidado, porque aunque se la notaba deseosa, se percibían sus miedos, su tensión. La “ayuda” de Catalina era fundamental, porque al ponerla mas excitada me facilitaba lo que quería hacer. Coloque mi polla en la entrada de su ano, empujaba suavemente, me retiraba, así durante un rato y en cuanto la vi relajada, la encaje, se le escapó un gritito, pero no protesto. En ese momento y por indicación mía, Catalina se quitó, me dejó solo con ella. Xavi hizo la gran pregunta… “¿Ha sido solo un poquito?” y ella con la voz entrecortada… “Si amor, pero me parece que no quieres salirse” , no era lo que le había dicho y entonces hice amago de quitarme y ella pidió… “Espera, no te quites y suelta a Xavi, que me de la mano” , Catalina soltó las correas y se puso junto a su mujer, le dio la mano, se la apretó… “Amor, es como si esta primera vez fueras tu… Carlos sigue” y fui follándola despacio hasta que mi polla estaba dentro del todo. Se puso tan cachonda, que me la folle sin ningún problema y se corrió dos veces. Se fueron a su habitación y me quede follando con Catalina.

Dormí lo justo y me fui a correr, fue una carrera suave y con buen sabor. Antes de ducharme y cambiarme de ropa, hice mi desayuno. Ya estaban casi todos levantados. Los que note más cortados fueron Xavi y Mercedes, normal, había sido su primera vez. Era cuestión de hacerles sentir bien. De no dar importancia a lo que sucedió y así lo hice, antes de un ahora estaban tan frescos como cualquier otro día. Ese día se irían todos menos Ray, Daniela y Elvira, se fueron después de comer. En un principio mi idea era irme ese día también a Valencia, pero había decidido que ese año iba a ser distinto desde el principio. Mi decisión era trabajar menos horas, para poder dedicarme un poco más de tiempo, no solo a mí, también a las personas que me quieren o me aprecian y para hacer cosas que aunque no me aportaran nada en el plano económico, satisficieran mi interior.

La tarde se quedó tranquila, el bullicio había desaparecido. Elvira se puso a leer un libro, Daniela y Ray hablaban fuera, la conversación no me parecía cargada con un poco de tensión y por eso en vez de salir, me fui a mirar unas cosas al ordenador. Estaba revisando todo, personal y profesional. Oí unos leves dedos llamando a la puerta, era Daniela que quería hablar conmigo.

- Carlos perdona que te moleste, si quieres vuelvo luego.

  • No, que va, pasa, estaba viendo mails y mandando alguno para mañana, que la gente se tiene que poner las pilas rápido, que nos espera un año extraño y no nos podemos dormir. Pero vamos, dime, en que te puedo ayudar.

- No te lo tomes a mal, pero tu hermanito está en plan pesadito, con mi amiga y contigo.

  • Jajaja… es increíble, cuando se le mete algo en la cabeza… ¿Pero que tengo que ver yo en su cabezonería?

- Porque dice que te gusta, que sería la mujer indicada para ti y tu… ¿Estás de acuerdo con él? ¿Le has dicho algo?

  • No es la mujer indicada para mí, que yo sepa, porque además no la conozco y en estos días pocas palabras hemos intercambiado. Y si le he dicho algo cuando ha intentado convencerme, que Elvira no me gusta.

- ¿De verdad que no te gusta?

  • Vamos a ver Daniela, no confundamos, me aclaro. Físicamente es insuperable, que eso está claro, decir lo contrario sería mentir. Pero estoy en un momento en el que no quiero mujeres con problemas tan recientes. Ya me entiendes.

- Elvira está curada ya de todo. Que con esto no estoy intentando que cambies de opinión, que prefiero que no tengáis nada, para luego no tener momentos incómodos.

  • Pues no te preocupes que por mí no tendrás momentos incómodos, si los tienes será por el cabezón de Ray.

- Si me lo imaginaba y por eso le decía a Ray que estaba equivocado, porque eres el primer hombre que no se le cae la baba mirándola, que incluso a Ray le pasa. Lo que pasa que me entró una duda, porque en diciembre habías dicho que nada más acabar el día de reyes, te ibas para empezar a trabajar.

  • Sí, pero es que he tenido un encuentro conmigo mismo y he decidido, parar de trabajar tantas horas y dedicarme un poco más de tiempo a mí, a quienes me quieren, a mis hobbies y a otras causas que no son crematísticas.

- Pues ya era hora, que muchas veces se lo he dicho a Ray, no es bueno trabajar doce, catorce o dieciséis horas y no existir apenas los festivos.

Después de esa breve conversación me dejó solo y seguí a mis cosas. Al salir todo seguía igual, lo único que Elvira se había quedado dormida, tenía hasta cara de buena. Daniela se fumaba un cigarro y Ray me miraba enojado. Me sonreí porque tenía la misma cara que ponía de pequeño cuando se le torcía algún plan y también sabía que iba a saltar y no tardo mucho… “¿Pero puedo saber lo que no te gusta de Elvira?” , Daniela le dijo que lo dejara ya y le conteste… “Menuda perra de niño chico te has cogido, uno no tiene por qué tener sexo con toda mujer que conoce, por muy buena que este y además das por como cierto que yo a ella le guste y eso no puedes saberlo. Deja que la vida fluya…” no cambió de cara pero se quedó resignado y no siguió diciendo preguntando.

Les pregunté qué querían de cenar y como me contestaron lo que quisiera y a mí me apetecía preparar unos cordón bleu de pollo, se lo propuse y Daniela entró a preguntarle a su amiga que le pareció bien. Estaba solo en la cocina y vino mi hermano a tomarse un vino conmigo mientras cocinaba. Ya tenía todo en el horno y me dediqué a preparar una ensalada muy completa. Durante la cena Elvira se interesó por un toque distinto que tenía mi cena y le explique el que, la conversación fue prácticamente culinaria y nos tuvimos que reír con una propuesta de Ray… “¿Por qué no jugamos ahora a verdad o mentira?” , me sabía mal chafarle su “juego” pero es que no me quedaba más remedio… “Vamos a ver hermano… que nos podemos preguntar tu y yo que no sepamos ya, no ves que no” , otra vez se puso de morros. Al terminar del todo, ellas querían ver un concurso de cocina y Ray una película en otro canal, un thriller sobre un asesino en serie. Si hubieran puesto una serie de algún canal temático lo mismo, ver cualquier cosa con anuncios no me gustaba, por eso me fui a revisar los mails de tipo privado.

Eche un vistazo y la verdad que tenía demasiados. Vi alguno que me llamó la atención y mensajes de Hangouts de TINA. Quise contestar antes los mensajes de Hangouts, porque eran personas con las que ya tenía cierta relación. Pero fallaba y se quedaba enviando mensaje pero sin terminar de enviarlo. Lo dejé y me fui a los mails. Hubo uno que me llamó la atención sobre los demás, “CON FOTO DEL CULO DE MI ESPOSA, NO TE LO PIERDAS” , el mail en principio prometía, pase el antivirus y lo abrí. El mail decía exactamente… “Tratare de no enrollarme. Somos un matrimonio que vivimos en Valencia. Ella 44 y yo 47. Buscamos hacer realidad más mis sueños que los suyos. Todo lo que sabe ella del sexo, se lo enseñe yo, pero siento y sé que no sabe todo. Llevamos juntos más de 20 años, no diré exactamente cuánto, pero que sepas que tiene unos pechos muy bonitos, pezones rosaditos, aunque son de tamaño mediano, los pezones son sobresalientes. Me gustaría conocernos y que la pudiéramos convencer de su paso definitivo, si te animas me dices algo”

No era mucho, pero estaba claro. Había escrito algo más, pero que no escribiré porque se podría identificar a la persona, en caso de que todo fuera cierto. Abrí el archivo y eran varias fotos de un culo en distintas posiciones, alguna muy explícita y lo que más me llamó la atención era que en dos fotos, en una nalga tenía escrito con rotulador “CARLOS” y en la otra “CARTUZ” y parecía muy real. Este nuevo año estaba otra vez abierto a todo y por eso le conteste a él y a otros nueve mails más. Sabiendo de antemano que como mínimo siete saldrían asustados al ver mi contestación, no por el contenido de lo que les escribí, porque muchos cuando se les responde se echan atrás, porque una cosa es fantasear y otras ver cercana la realidad. También estaba dispuesto a ser más accesible y no como anteriormente, se aprende de los errores.

Cuando me quise dar cuenta ya eran casi la una de la madrugada. Deje lo que estaba haciendo y salí a ver a los demás, solo estaba Ray, hablamos un poco y me dijo que Daniela y Elvira se habían ido a dormir o a hablar, que no lo sabía. Pero que le habían encargado darme las buenas noches, que no me quisieron molestar. No es el motivo pero le hice una pregunta muy personal, porque intuía algo… “¿Va todo bien con Daniela?” y su respuesta fue inmediata… “Pues no lo sé hermano, voy metiendo la pata una y otra vez, no doy una a derechas y Daniela se está cansando o esa es mi impresión. Me quería venir a vivir a Valencia también y se lo he tanteado, pero se ha hecho la loca” , entendía que Daniela estuviera un poco mosqueada, tenía toda la familia en Alicante, le dije que lo hablaríamos, pero que ese tipo de decisiones hay que pensarlas mucho para no meter la pata. Su respuesta fue contundente y con algo de mala leche… “Hombre, no creo que tu seas el más indicado, te viniste a vivir aquí, sin hacer caso a nada ni a nadie cuando se te decía que te equivocabas y la cagaste, aun así sigues queriendo vivir aquí…”

Había sido un golpe bajo, no me lo tome a mal, primero porque venía de él y sé que no lo dijo para hacerme daño, segundo porque era verdad, me lo dijeron todos los que me conocían incluso familia y pase de lo que me dijeron y tercero, si fue tan incisivo es porque su ánimo estaba jodido de verdad. hablamos durante un rato de mis decisiones, porque me decía que no sabía cómo era capaz de tirar por la calle del medio cuando me surgían complicaciones y mucho menos cuando eran personales. Que si no las meditaba antes y claro que las meditaba, pero le quise hacer ver que algunas veces hay cosas que no dependen de uno mismo, sino de otras personas y yo no era persona de dejarme llevar por otras. Siguió preguntándome si no me carcomía por dentro la decisión que tome, si no me arrepentía y le conteste zanjando la conversación… “Me arrepiento de no haber sabido encontrar un puente que cruzar, pero no me arrepiento de mi vida” y sabes qué hay de temas que prefiero no hablar. Me dio las buenas noches y se fue a dormir, iba jodido. Me salí a la fresca, me apetecía pensar y vi que aparecían camino de la cocina las dos mujeres. Después salieron a fumar un cigarro y me preguntaron por Ray y les dije que ya se había ido a dormir. Acabaron el cigarro y se iban, le dije a Daniela si podíamos hablar y Elvira nos dejó solos.

- Claro que podemos hablar, pero espera que vaya por tabaco. ( No tardó mucho ). Ya estoy… ¿Qué quieres decirme?

  • Ni he querido ni quiero entrometerme en vuestra vida, creo que lo sabes. Eso no me impide ver que Ray está jodido, preocupado. No sé bien el motivo, pero te lo digo para que lo sepas.

- UF, no sabes el peso que me quitas de encima. Quería hablar contigo, porque eres el único que conoce bien a Ray, pero no me atrevía.

  • ¿Por qué no te atrevías?

- Porque es todo muy delicado.

  • Creo que él piensa que te has desenamorado o algo parecido.

- Que va, es que es tonto a veces y no se da cuenta. Vosotros lleváis una forma de vida muy particular y he acabado entendiéndola, incluso casi a aceptarla en algunas cosas, me refiero a las sexuales, que ya sabes que está empeñado en que me deis los dos un “festival” ya sabes a qué me refiero y hasta que no se quede bien a gusto… Por otro lado está en que se quiere venir aquí a montar un negocio y no lo hace por mí, por tener mi familia allí. Y estoy loca porque se venga, que así mi familia me dejara respirar un poco no teniéndome tan cerca, que aquí estamos solo a una hora.

  • Joder niña… ¿Por qué no se lo has dicho?

- Porque quiero que si toma la decisión sea por él, no quiero que lo haga pensando en mí. Porque si luego lo dejamos o lo que sea, no piense que fue culpa mía. Mira lo que te paso a ti…

  • JODER… tú también. Que lo que me ha pasado no es una enfermedad, fue una decisión tal vez no acertada, pero que asumo y punto. No me voy flagelando, si acertaba la decisión era mía y si no acertaba la decisión también era mía.

- Vale no he estado acertada, pero lo importante es que me entiendas y que se lo hagas ver a tu hermanito del alma.

Así quedó la cosa y al día siguiente cuando me levanté, parecía más oscuro que otros días y mientras me tomaba un ligero café, vi a Elvira preparada para salir a correr, pero miraba a través de la cristalera y no hacía nada. Al verla de espaldas era inevitable fijarse en ese culo. Vi la manta de agua que caía y ella me dijo que así no se atrevía a salir, me encogí de hombros y fui a por mí prenda de running para correr con lluvia, un amarillo chillón. Se quedó allí y yo salí a correr. Regrese bien mojado pero satisfecho, me gusta caminar y correr bajo la lluvia. Regrese y Daniela y Ray no se habían levantado, el primero que lo hizo fue Ray y mientras desayunábamos decidimos ir a comer a Valencia. Ray me recordó que había toque de queda a las diez de la noche, que la hostelería cerraba a las cinco, que un máximo de cuatro personas y que habían limitado la capacidad en los locales. Esperamos que se levantara Daniela y sobre las doce llame a un restaurante y conseguí una reserva.

En Valencia me acerqué a mi trabajo, mientras ellos iban a hacer alguna compra y gestiones. Un poco antes de salir hacia el restaurante, se acercó al trabajo Ray, que había ido a hacer unas gestiones y las había dejado solas para que no se aburrieran con sus cosas. Nos fuimos juntos al restaurante y mientras íbamos, saque yo la conversación…

- Hermano, tienes que hablar con Daniela, sentarte y hablar con tranquilidad. Eso si no lo has hecho ayer noche u hoy.

  • No, no he hablado nada con ella… ¿De qué tengo que hablar?

- Hable por la noche con ella y os falta una buena charla, os aclararía muchas cosas.

  • ¿Pero de qué hablasteis? ¿Qué te dijo?

- Da igual lo que me dijera, lo mejor es que habléis los dos tranquilamente.

No consiguió sacarme nada más, pero sabía que sin falta ese día hablaría con Daniela. Conociendo a mi hermano, pasó una comida en tensión, estaba loco por hablar con Daniela. Fue una de las comidas más rápidas y cuando dije de ir a tomar un café a otro sitio, Ray en la calle y protegiéndonos de la lluvia… “Carlos, Elvira, si no os importa iros vosotros por delante, que Daniela y yo tenemos que hacer unas cosas… y no os preocupéis que ya cogemos un taxi o lo que sea” , Daniela se quedó que no sabía que decir, Elvira miraba a Daniela y yo sabía porque lo hacía, pero ellas pensaban que era Ray forzando el que nos quedáramos solos Elvira y yo, por eso en cuanto se dio cuenta lo aclaro… “No le busquéis una respuesta rara o malintencionada, es que necesitamos tener una pequeña conversación Daniela y yo”.

Los dejamos solos y Elvira se vino conmigo. Le saque conversación para que fuera todo menos tenso, pero justo en ese momento, me entró una llamada que esperaba más tarde. Todo el camino duró la conversación y fue más tensa de lo que me hubiera gustado, más llevando una persona más en mi coche. Al llegar ella se sentó en el mismo sitio que otros días y se puso a leer. Yo me puse con la Tablet a contestar los mails que quedaron sin contestar. De vez en cuando miraba en dirección a donde estaba Elvira y no sé cuánto llevaba con las gafas puestas, pero le quedaban muy bien. La verdad que Ray tenía mucha razón, estaba para hacer locuras. Al ver llegar a la parejita, supe que lo habían arreglado todo. Me hizo gracia… Daniela me dio un beso en la mejilla y un gracias, Ray dijo que él no iba a ser menos y en plan de cachondeo hizo lo mismo. Me quedé satisfecho, porque eran una pareja que se amaban y por culpa de enrocarse, sobre todo por no hablar y no decir lo que sienten, se les estaba yendo su relación al traste.

Elvira quiso hacer unas pizzas caseras, incluida la masa. Daniela se fue con ella y nos quedamos Ray y yo, la charla fue intrascendente, aunque hubo una cosa que me llamó la atención, Elvira no era una simple chef, cocinera o como quieran decirle. Era una mujer que se licenció en una carrera de ciencias y por lo que me contaba con unas calificaciones increíbles, por eso nadie entendía ni sabían, porque no ejerció o ejercía. Era por lo que veía uno más de sus enigmas. Por el cambio en las restricciones, Ray decidió quedarse en Valencia un poco más y seguir con sus gestiones. Elvira no pensaba abrir su negocio, porque no le merecía la pena, serían más pérdidas que si no abría. Pero tenía que regresar a Alicante y se iba ese día, total estaba a poco más de una hora. Daniela me aparto y me pregunto si no me importa que volviera Elvira y no me importo.

Desde que se marchó Elvira, Ray y Daniela quisieron jugar a un juego los tres, propuse el trivial, Ray protesto y a Daniela le pareció bien. Ray seguía protestando porque decía que yo no fallaba y no era así, lo que le pasaba a él, es que no pensaba las respuestas, soltaba lo primero que se le venía, porque si pensara las acertaba todas, era muy impulsivo. Tuvimos que dejar el juego a medias, porque iba a preparar algo para cenar y lo dejamos estando empatados Daniela y yo, Ray quejándose de todo. Se veía que todo estaba solucionado entre ellos, se palpaba y Ray también dejó de dar la vara con Elvira, se dio por vencido. Mi idea era seguir con el trivial, pero Ray dijo que no, que quería tomarse una copa y bailar. Hasta quiso que Daniela se pusiera como si fuéramos a salir a tomar algo en la noche valenciana. Daniela aceptó pero nos exigió lo mismo. Por no discutir, que no me apetecía, me fui a cambiar y tarde cinco minutos.

Ray tardó lo mismo que yo y nos pusimos a recoger todo. Daniela tardó una hora o más. Ray había sacado el licor que quedaba de lo que preparo y estaba bien frío, había que tener más cuidado, porque frío entraba mejor y era un peligro. Era de las veces que había visto a Daniela más explosiva. Según la mire, sospeche que podía ser el preámbulo de una noche loca, porque vi la cara de mi hermano también.

Después de pasarle Ray la bebida a Daniela, que iba con un vestido super ceñido y corto, que le llegaba justo por debajo del culo y que ante cualquier movimiento mínimo que hiciera, enseñaría parte de sus nalgas. Nos pidió que pusiéramos música y lo hizo Ray, no me moleste en levantarme, me quedé sentado y esperando los acontecimientos. Ray tomó asiento y Daniela se puso a bailar, deleitándonos con unos movimientos sensuales y provocativos. Más al estilo de una gogó, la verdad que lo hacía muy bien y empezaba a “levantar” nuestros ánimos. Como era previsible, el vestido se levantaba cada dos por tres y se veía el inicio de sus nalgas. Estuvo un buen rato, hasta que empezó a sonar música melódica e hizo a Ray que se levantase para bailar con ella.

El baile por parte de los dos, era una auténtica exhibición para provocar, la mayor parte del tiempo ella me dio la espalda, para que disfrutara de la visión de donde la espalda pierde su preciado nombre. Era una situación que conocía muy bien, porque en otras ocasiones la habíamos puesto en práctica Ray y yo. Tanto con amigas suyas como mías. La diferencia esta vez, es que Daniela no era como otras mujeres que habíamos compartido, porque era una relación muy seria de Ray. Por eso no hice lo que otras veces y eso le desesperaba sobre todo a Ray, aunque tampoco me extrañaría que también a Daniela. Porque estaba claro que todo lo habían preparado. Dejaron de bailar o más bien, Ray dejó de bailar y Daniela me tendió una mano muy sugestivamente para que bailara con ella. Me levanté, cogí su mano e iniciamos el baile. Sabía que ese sería el punto de partida, pero no lo pondría fácil. En ese tipo de situaciones, ese momento era el momento del todo o del nada.

Estaba cachondo, no a tope pero algo cachondo. Su respiración estaba algo alterada, pero creo que era más por el nerviosismo que por la excitación. Ella estaba que no sabía muy bien que hacer, porque supongo que esperaba que en todo momento lleváramos nosotros la iniciativa. No tenía una erección total y según juntamos nuestros cuerpos, se fue completando hasta ponerse al máximo y ella lo fue notando. Ahora su respiración si demostraba excitación, con algo de nerviosismo. De vez en cuando me miraba, como ofreciéndome sus labios y yo no hacía nada, si sentíamos nuestros cuerpos como se apretaban el uno contra el otro sin dejar de moverse muy sutilmente.

Ray se levantó y se puso detrás de ella, abrazándola los dos. Ahora si nos besamos y nada de suavemente, nos comimos la boca en condiciones, Ray levantaba su vestido y acariciaba sus pezones, baje mis manos y acaricie sus nalgas, pude comprobar que no llevaba nada más, porque pude tocar su coñito por detrás sin nada que lo impidiera y estaba húmeda. Giró la cabeza todo lo que pudo y se morreo con Ray, en ese momento me di cuenta de que Ray estaba desnudo. Ella se giró sin dejar de morrearse y me desnude en segundos. Daniela echó su mano hacia atrás y empezó a acariciar mi polla, mientras le mordía el hombro.

Estábamos los tres mudos, solo se oían los besos y los jadeos de Daniela que iban en ascenso. Coloque mi polla entre sus piernas, por detrás y ahora su coñito estaba más mojado que húmedo, porque notaba sus líquidos sobre mi polla. Se abrazó al cuello de Ray y con poco esfuerzo la levante un poco, lo suficiente para clavársela y dejó escapar un sonoro gemido cuando se la clave entera. No me extrañaba que Ray estuviera loco por ella, era una mujer muy caliente, que manera de follar. Paramos para irnos a la habitación y ella nos agarró las pollas, llevándonos para mi habitación. En la habitación quiso comernos las pollas a los dos a la vez y era una imagen cachonda. Se manejaba muy bien con dos pollas de muy buenas dimensiones, había cogido práctica con la de Ray.

Era una doble mamada frenética, cada vez se le llenaban más los ojos de vicio. Me quite para que se la mamara solo a Ray y me puse a comerle su coñito, ahora era un rio, me llenaba la boca y cuanto más se lo comía, más se movía y más cachonda se ponía… “Ray como me come el coño Carlos, es un maestro, menuda lengua que tiene, solo por eso ha merecido la pena, AAAAHHHHH… RAY, RAY, RAY, RAAAAAAY… ME COOOOORRO…” , dejo de comerle la polla y se corrió sin cortarse un pelo, en plan salvaje, como nos gusta a Ray y a mí en una mujer, que se corran sin complejos. Ray mientras se corría decía… “A que no te engañaba, a que tengo una buena puta” y le contesté la verdad… “De momento muy buena” , después de eso, nos la follamos los dos, primero me la folle yo y luego Ray.

Nos pedía más y nos provocaba todo lo que podía. Les hice parar y que la follara en el sillón tantra, él se puso boca arriba y ella se sentó sobre él, quedando en una postura idónea para hacerle una doble penetración. Era una posición que me gustaba, porque prácticamente me quedaba de pie y así iba a notar mas mi follada, notaria mas las embestidas. Sabía que ese culo se lo había follado mi hermano muchas veces, a pesar de eso no quise ser muy bruto al principio y Daniela en una provocación más me pregunto si me pasaba algo por ir tan comedido, al responderle que no quería ser muy burro por si acaso, miro a su marido y le dijo… “Amor dile a tu hermano lo que me gusta…” y Ray me dijo… “Carlos rómpele el culo, que esta puta es muy viciosa y le gusta que no se anden con miramientos”.

Lo que iba a ser una penetración suave, fue una penetración contundente, que hasta me dolió un poco, pero un dolor que me causó mucho placer, al notar como entraba y como costaba, pero que se abría paso sin recibir una queja. Sabía que era muy cachonda, porque me lo había contado Ray, pero no sabía que tanto. Ahora me creía que le exigiera a Ray que se la follara todos los días y eso que según Ray cuando la conoció era muy conservadora con lo todo lo que tenía que ver con el sexo. Si le gustaba eso, también le gustarían unos buenos azotes y no me equivoque, ahora provocaba a Ray… “Tu hermano es mas animal que tú y este sí que me azota bien, no como tú, que te da miedo, que bruto que es” , Ray “cabreado” me decía que no tuviera compasión. No recuerdo que ninguna mujer haya aguantado que le diera por culo de esa manera, me puso tan cachondo, que le llene el culo de leche y ella al notarlo se corrió conmigo.

Me fui a lavar y cuando regresé, estaba Ray follándose el culo de Daniela muy salvajemente y la cara de ella era de puro vicio. Me miraba con deseo, estaba disfrutando del momento sin pensar en nada más en ese momento. La estuvimos follando primero uno, luego otro, los dos a la vez… durante toda la noche y pasadas las seis de la mañana… “Me rindo, ya no puedo mas… dejarme descansar, sois inagotables, sois dos auténticos sementales, que barbaros…” , decía que no tenía ni fuerzas para ponerse de pie, quería descansar para ir al baño y se quedó “desmayada”, sin embargo nosotros estamos más que activados. La tapamos para que no cogiera frío y nos fuimos a tomar un chupito de la bebida que preparó Ray.

- Tenias razón Ray, no recuerdo una mujer que se tome el sexo de esa manera y que lo disfrute tanto, es una joya.

  • Y no te lo creías, me decías que exageraba. Pues al principio era muy remisa a innovar en el sexo, poco a poco la he ido haciendo. Tienes que encontrar una mujer muy completa en todo y en el sexo ser su maestro, que tu sí que serias mucho mejor maestro que yo.

- Exageras.

  • No exagero, tú siempre has sido especial en todo y en el sexo más. Que no lo digo yo solo, que lo dicen todas con las que has estado, por lo menos la que yo conozco.

- Ya has logrado una de las cosas que buscabas…

  • La otra también, nos venimos para aquí. Puedo llevar lo de Alicante desde aquí y montar lo que quiero aquí.

- Te van a coger manía la familia de Daniela.

  • Jajaja… mas manía imposible.

- ¿Y eso…? Si te llevabas muy bien con ellos.

  • Si todo hasta que le contamos nuestros gustos sexuales… lo de los tríos, intercambios… todo un escándalo y es una de las cosas por cambiar de aires, que Daniela estaba ya harta de que a todas horas le estuvieran comiendo la oreja.

- Pregunto… ¿Qué necesidad teníais de contárselo?

  • Es que no fue así. Daniela tuvo confidencias con una prima y con una hermana suya. Estas le comieron la oreja durante un tiempo y como no consiguieron lo que querían, le fueron con la canción a su madre, preguntaron y Daniela le confirmó lo que decían y más. Es una mujer de mucho carácter, pero no se deja influenciar por nadie.

- No me lo quiero ni imaginar…

Nos echamos a reír y nos quedamos dormidos en los sillones. Ese día no tenía intención de ir a correr, por lo menos por la mañana. Me despertó un intenso olor a café, que no hay nada que me despierte con mejor humor. Me parecía increíble, estaban levantados los dos y me tenían preparado un café doble. Los dos ya se habían aseado, Ray estaba sentado en una de las banquetas de la isla y Daniela estaba de pie. Les di los buenos días y en plan de broma le pregunté a Daniela… “¿Es que estas creciendo? Pues que sepas que ya no se crece más” , ella con un tono gracioso… “Es que mi culito está un pelín resentido” y yo de broma también… “Pues eso se pasa con más ejercicio” , ella me contestó que lo mismo que había dicho Ray.

Ahora de forma más solemne nos dijo… “Olvidaros de nada más y luego cuando esté aquí Elvira, no quiero ni un comentario, ni una mirada rara, nada de nada, que no quiero que se entere y de hacer nada los tres, que se os olvide por completo o cojo los bártulos y me marcho” , hice un gesto con mis manso de que por mí no iba a haber problema y Ray, le pidió tranquilidad que no se pusiera así, que ya lo sabíamos. Daniela se dio cuenta de que había estado un poco fuera de tono y para arreglarlo o para demostrar que no era una bronca… “ Eso no quiere decir que si Carlos quiere, cuando se vaya a duchar le pueda ayudar” , nos hizo reírnos. Y me fui al rato a ducharme, no lo había dicho en broma, se metió en la ducha conmigo y luego vino Ray, no la volvimos a follar, me pidió que quería que me corriera en sus tetas  y cuando me iba a correr me salí, corriéndome en sus tetas y una vez me corrí, supe porque ese antojo… “Es verdad, que pasada de corrida, te corres lo mismo que una docena de tíos, que burrada, pero como me he puesto de cachonda… ni te lo imaginas”

Una vez que acabamos Daniela se fue a su habitación, me termine de duchar y vestir. Una vez que apareció volvió a ser la Daniela de siempre, afable, simpática, cordial, pero con un punto de distanciamiento. Elvira llamó para decir que no vendría en coche que iba a llegar en tren, que su coche se había estropeado. Como tenía que ir a Valencia a recoger unas cosas a mi casa, me ofrecí a recogerla. Estuve en mi casa y luego me fui a la estación. Ver llegar a Elvira fue un “apoteosis” venía bien cargada de equipaje y la apoteosis no iba por eso, es que se veía a muchas personas girarse y mirarla. Era un peligro con piernas y mucho cerebro…