40 chicos y la madre provocativa
Un cumpleaños, 40 chicos euforicos, mi marido borracho y yo cometo el error de aparecerme provocativa en el medio de la fiesta.
Se notaba que la fiestita que tuvieron los compañeros de mi hijo conmigo ya estaba en conocimiento de muchas personas. Lo notaba por la forma de mirarme y por como los hombres se tiraban lances conmigo continuamente.
Mi vida sexual prácticamente no existía. Mi marido que solo estaba conmigo la noche del sábado y del domingo cada vez eyaculaba más rápido y nunca me daba tiempo de llegar al orgasmo. Esto lograba que el recuerdo de aquella experiencia me volviera continuamente a mi cabeza.
Se acercaba el cumpleaños de mi hijo y este me pidió para realizar una reunión con sus compañeros en la barbacoa que tenemos en el fondo de mi casa. Un lugar independiente y amplio que evitaba cualquier sospecha de otras intenciones. Le di permiso pero tendría que ser un día que estuviera su padre. Así me aseguraba un poco mas de que no me metería en problemas. Todo quedo programado. El padre de uno de sus amigos le regalaría una caja de Whisky, Pablo conseguía unas botellas de vino, algunos traían algo para picar y yo le prometí comprar algunas cosas y hacerle una gran torta de cumpleaños.
Mi marido estuvo de acuerdo en que seria el sábado próximo.
Lo que iba a ser una reunión de unos 20 chicos termino con muchos mas que el doble. Se agregaron estudiantes de otros grupos, que según supongo, se habrían enterado de lo linda y fácil que era la madre del homenajeado.
Pero yo tenia todo dominado para no figurar en el lugar. Después de todo solo era una reunión de hombres.
Ese día me dedique a cocinar la torta y a decorarla. Mi marido estuvo todo el día acomodando el lugar, trayendo sillas, colocando unas luces extras, comprando hielo para las bebidas, etc.
Ya en la tarde me dedique a aprontarme. Mi marido ya se había bañado y vestido. Dado que me iba a quedar sola hasta el final, me conseguí un libro para leer y un poco de música. Aproveche una botella de vino dulce que abrí para cocinar la torta y del que solo use unas gotas, y me lo deje para tomar.
Esa noche, luego de una semana, estaba decidida a que mi marido me diera placer de cualquier manera. Él estaría pasado de copas y esto me daba algunas ventajas. Solo tenia que esperar que el festejo terminara y le habíamos puesto hora de finalización. Para no molestar de mas a los vecinos.
Decidí buscarme algo sexy para impresionarlo y así lo hice. Me puse una camisa corta, sin botones, que se anudaba dejando ver parte de mis senos y una pollera tableada corta que a el le gustaba mucho. El me decía que así vestida parecía una colegiala y eso le excitaba en gran manera. Lo único que no me convencía mucho era que la camisa era trasparente de mas y revelaba absolutamente todos los secretos, aunque con la luz tenue del cuarto eso no seria tan evidente.
El calor me obligo a ponerle hielo al vino, cosa que no se debe hacer. El sonido de la música llegaba claramente hasta la cocina donde me instale a leer y disfrutar de la velada. Mi marido venia cada tanto y me mantenía informada de las ultimas novedades. Me trajo algo para picar y una botella entera de Jameson (whiskey irlandés). Me serví un poco para probarlo.
Por los comentarios de mi marido el alcohol era abundante y estaban todos muy alegres y algunos pasados de alegres. El se estaba divirtiendo y eso me daba cierta esperanza de satisfacer mis deseos esta noche.
Cuando faltaba poco para la hora de finalizar la reunión, aparece mi marido, que se suponía llevaría la torta a la fiesta. El animo se me vino al piso, estaba totalmente borracho, no podía ni hablar, se tambaleaba. Se me frustró la noche, pensé. Le di un baso de un té digestivo para ver si lo podía recomponer pero ya era demasiado tarde.
Me pidió que llevara la torta porque a el se le iba a caer. Tome la bandeja y en ese momento me di cuenta que mi ropa no era la adecuada para aparecer delante de casi cuarenta chicos enardecidos.
Mi marido me pidió que fuera así, que no se iban a dar cuenta, que ni me iban a mirar. Que se iban a estar fijando estos chicos en una señora. Esto me ofendió aun más.
¡Así que no me van a mirar! . ¡Bueno!. ¡Vos te lo buscas!.
Tome fuerzas y acomode un poco el pelo y mientras me abría las puertas yo pasaba con la torta.
Entre todo el alcohol que había tomado, el sentimiento de frustración y lo que me dijo mi marido no pensé en las posibles consecuencias de entrar así vestida. Pero ya estaba entrando y no podía hacer nada con mis manos hasta que no apoyara la torta en alguna mesa. Planee dejar la torta y salir rápidamente del lugar. Pero no pude. Al entrar todos estaban bailando como locos una música brasilera muy alegre. Sin dejar de hacerlo todas, absolutamente todas las miradas se posaron en mi. Mas específicamente en mis senos.
Apoye la torta en la mesa y cuando daba la vuelta para emprender mi retirada mi marido me toma de la cintura y me hace bailar con él. En ese momento me miro y me doy cuenta que no solo se veían casi totalmente mis senos sino que también con el tipo de luz que había en el lugar se trasparentaba completamente la camisa, parecía que tuviera puesto nada. Mi marido estaba desacatado, disfrutaba como nada verme así media desnuda y como todo el mundo nos rodeaba para aplaudir y sobretodo mirar. Logre cambiar mi estado mental y comenzar a disfrutar de aquello sin prejuicios. Comencé a moverme y a saltar como todo el mundo. Al final era una fiesta y yo ya tenia hecha mi fama. Miraba a mi marido que me incitaba constantemente para que no le aflojara al baile.
Luego me tomo me hijo y seguimos bailando casi pegados. Sus manos me recorrían insistentemente y decidí no molestarme. Me hacia girar y aprovechaba para rozarme mis senos y mi trasero. Los chicos estaban totalmente borrachos. La mayoría se habían quitado las camisas y remeras y lucían unos torsos admirables.
Se armo una farándula, todos formando una rueda, tomados de la cintura y bailando. Mi marido estaba pegado a mí y sentía su cuerpo contra mi espalda. Sus manos se cruzaban por dentro de mi camisa acariciándome.
Seguíamos en fila bailando y realmente me gustaba. Era la única mujer y el objeto de todas las miradas, besos, caricias, etc. Todo empezaba a tomar un tinte sexual. Ya el ambiente olía a sexo, a hombre en celo.
En un momento que escapo de las manos y giro, me doy cuenta que no eran las de mi marido sino las de un chico.
Me cruzo de nuevo con mi marido que vuelve a tomarme y hacerme bailar. A esta altura todos estaban alrededor nuestro saltando y cantando un tema muy conocido. Mi marido estaba desacatado, su cara se había transformado, quería a toda costa desnudarme para que todos me vieran. No paro hasta lograr desatarme el nudo de mi camisa.
Termino lográndolo junto con varias manos mas que lo ayudaban y así como si fuera mágico termine bailando sola y sin camisa rodeada por todos los muchachos. Mis pezones estaban durísimos y yo me sentía mas excitada que nunca, estaba toda mojada. Percibí que algunos chicos ya no tenían sus pantalones y bailaban en ropas interiores. Aquello ya no se podía parar. Mi marido estaba totalmente eufórico.
Alguien logra bajar bruscamente la cremallera de mi pollera, y violentamente cae al piso donde desaparece instantáneamente.
Que más podía perder, estaba bailando con una tanga negra y mis pechos saltaban al ritmo de la música y mis pezones estaban como piedras. De a ratos mi cuerpo parecía estar totalmente cubierto por manos, que tocaban, acariciaban, pellizcaban y hasta penetraban algunos dedos por lugares muy lubricados y otros no tanto.
Casi todos estaban desnudos y mi marido también, lo único diferente que todos esos miembros jóvenes se veían tremendamente erectos y el de mi marido tremendamente flácido.
Mi tanga negra desapareció y la ultima barrera había caído. Una masa humana me apretaba. Tenia sensaciones nunca antes vividas. Ser tocada y besada por un montón de chicos excitados. Sentir ese olor a semen de muchos que ya no aguantaban mas sus ganas. Es indescriptible. Yo ya estaba corriéndome. Un orgasmo atrás de otro y solo por el hecho de tener todas esas manos recorriéndome y esas lenguas. Ahora siento que me apoyan sobre una mesa larga. Mi hijo trataba de organizar algo. Imposible parar la jauría.
Se rindió y decidió ser el primero. Se acostó sobre mí y me penetro. Volví a sentir ese tan lindo miembro todo dentro mío y yo no paraba de correrme. Los chicos gritaban saltaban. Continuamente estaba siendo besada y sentía siempre alguna lengua recorrer mi boca. Otras lenguas lamían mis senos y recorrían mi cuerpo.
Alguien intenta subirse arriba de mi hijo y este quiere evitarlo, pero a los chicos le parece divertido y lo sujetan. El seguía penetrándome y a su vez termina siendo penetrado. El alcohol y el goce no le permiten pensar. Siente mucho dolor, lo percibo, pero en esas circunstancias todo dolor se convierte en disfrute.
Era como un castigo por cojerse a su madre. Termina llenándome mi cuerpo de semen, siento que todas mis entrañas se llenan. Y a su vez también lo llenan a el. Se baja abruptamente y comienza la calesita. Sale uno y entra otro. Mi vagina esta ardiente, dolorida. Mis entrañas están repletas. Todo esta mojado. Muchos me mojan con su leche mientras se masturban sobre mi. Me giran. Me pellizcan. Me pegan. Ahora todo me gusta. Disfruto de cada sensación.
Estoy siendo lubricada, me comienzan a preparar para ser penetrada analmente. Traen aceite de oliva y no solo me ponen por afuera sino que me introducen el frasco. Yo estoy empapada en semen. Siento que mi pelo chorrea. Cuando vuelvo en si, siento un gran orgasmo. Me están cogiendo por todos lados. Hay un chico que no para de besarme, siento su lengua en mi garganta. Alguien comienza a sacar fotos, la luz del flash me lastima.
No puedo ni moverme. Me duele todo. Mis piernas no me responden. Me llevan hasta una silla y me sientan. Tengo mi cuerpo hinchado de tanto semen. Al sentarme comienza a salir y se forma un charco en el piso. Todos miran asombrados. Todavía siguen acabando sobre mi. Me siento toda pegoteada. Mi pelo esta completamente mojado y chorreando. Mi boca recibe penes erectos y mi estomago parece estallar.
No puedo mantenerme en la silla y como puedo me siento en el piso. Los chicos comienzan a buscar sus ropas para irse. Luis saca su tremendo pene y comienza a orinar sobre mi. Ese liquido caliente me limpia un poco el pegote de mi piel. Le sigue otro y otro y todos terminan usándome de baño. Estoy en el medio de una piscina.
Todo el piso mojado. Alguien me toma de un brazo y me revuelca por el piso.
Cada tanto mis ojos son encandilados por una maquina de fotos.
Entre varios me llevan al césped y con una manguera me comienzan a limpiar. Traen jabón y me bañan. Siento el agua por todos lados. Se divierten llenando mis intestinos y mi vagina. Se esmeran en dejarme bien limpia.
Me secan. Me llevan al dormitorio. Me ponen perfume. Revuelven todo y me visten bien sexy.
Al fin silencio. Me despierto como 20 horas después y no recuerdo mucho. Con el correr de los días vuelvo a la realidad y a recordar lo sucedido.
Versión sin corregir. Me gustaría recibir sus comentarios y sus fotos en chakra@adinet.com.uy
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