4.- Vecinos futbolistas y cachondos.
Dos vecinos futbolistas bastante cachondos Carlos y Mateo me hacen gozar mucho y me hacen cumplir una de mis fantasías pendientes, un trio HMH.
Amigas y amigos, soy Helena de la Ciudad de México, actualmente tengo 28 años, no tengo novio por ahora, me desempeño en el mundo bursátil, me gusta mucho el sexo y me encanta leer relatos morbosos, los invito a leer mis relatos anteriores que tengo en este mismo perfil, ahora que estamos en cuarentena espero escribir y compartirles más vivencias que he tenido en los últimos años, experiencias ricas y bastante morbosas.
Hace algunos años se mudó una familia de cuatro integrantes a la casa de enfrente de mi condominio, la familia compuesta por papá, mamá y dos hijos varones jóvenes de 22 y 20 años, ambos estudian la universidad y practican futbol soccer los fines de semana, el hijo de 22 años se llama Carlos es muy alto aproximadamente 1.90 de estatura, delgado, moreno y de buen cuerpo, no tan guapo de su cara, pero muy carismático y agradable, el hijo de 20 años se llama Mateo no tan alto aproximadamente 1.75 de estatura, robusto, moreno, velludo, siempre enseña su pelo en pecho con las camisas semiabiertas, eso me atrae mucho, además de ser más guapo que su hermano Carlos, en los años que llevan viviendo enfrente de mi condominio nunca nos habíamos hablado, solo logré verlos un poco, ya que desde mi balcón se ve el jardín y la cochera de su casa.
Un día que iba saliendo hacia mi trabajo, ellos también iban saliendo hacia la escuela, en la hora en la que todos llevamos prisa, ellos salieron muy rápido de su cochera y casi le pegan a mi carro con su carro, Mateo se bajó y me pidió una disculpa por el susto, como el incidente no paso a mayores sonreí y le dije que no había problema, a partir de ahí, cada que nos veíamos por la calle nos saludábamos, una tarde me encontré a Mateo en la tienda de la esquina, platicamos un poco más, iba vestido con su camisa semiabierta del pecho y un pantalón pegado, se veía sexy, al final de la plática me pidió mi número de teléfono.
Mateo y yo nos estuvimos mensajeando durante varios días, el chico era coqueto y algo aventado, me comento que sus papás saldrían el próximo fin de semana largo fuera de la ciudad y que tenían pensado hacer una fiesta en su casa e invitar a sus amigos de la universidad, yo ya sabía que ambos tenían novia, sus reuniones en el jardín se ven desde mi balcón y ya conocía a sus novias, al menos de vista, me invito a mí también a la fiesta y me dijo que invitará una amiga o a varias, la realidad es que tengo pocas amigas y al final acudí sola a la fiesta, decidí ponerme muy guapa, un vestido negro, escotado y corto, de tal manera que enseñará mis piernas que es la parte que más me gusta de mi cuerpo, tacones altos, mi pelo alaciado, perfumada y muy sensual, iba dispuesta a conquistar a alguien y llamar la atención de Mateo, que tal vez invitaría a su novia, pero a una fiesta no se rechaza la invitación, además podía conocer a alguien más.
Llego el día de la fiesta, yo llegue una hora después de la hora citada en la invitación y nadie más había llegado aún, me dijeron que sus amigos venían en camino, me ofrecieron algo de tomar y comenzamos a charlar, después de tomarnos unos tragos y que llego la media noche, me di cuenta de que no llegaría nadie a la supuesta fiesta, no me molesto para nada la situación, al contrario, me excitaba mucho la idea de estar solo nosotros.
Entendiendo el plan de Mateo y comprendiendo que quería estar a solas conmigo, decidí que era momento de dar el siguiente paso, les pedí que cambiaran un poco la música, ya que hasta el momento solo habían puesto música electrónica, le dije a Mateo que me gusta mucho bailar salsa, tome a Mateo de las manos y comenzamos a bailar, con el baile Mateo empezó a seducirme con cada movimiento, Mateo me beso apasionadamente con el ritmo de la música, mientras yo comenzaba a ver de reojo que Carlos nos miraba un poco serio, dejamos de bailar para ir por un trago más, la situación se ponía candente.
Después de sentarnos en el sofá Mateo volvió a besarme, pero de una forma más atrevida, besándome el cuello y cerca de mis pechos, Carlos se acercó a nosotros y nos dijo que ya se iba a dormir, Mateo le dijo que se quedará otro rato con nosotros, sinceramente esto me pareció raro, por lo general otro chico hubiera dejado que su hermano se fuera a dormir para que estuviéramos solos, después de seguir bebiendo, Mateo me pidió que bailara con Carlos, Carlos sonrió pícaramente y me tomo de la cintura, durante el baile se me acercaba mucho, tocaba mi cintura y mis nalgas, cuando mire a Mateo, lo notaba morboso, no perdía detalle del acercamiento que Carlos tenía conmigo, cuando yo pensé que tal vez se pondría celoso de su hermano.
Después de algunas canciones de salsa, Mateo puso reguetón, comenzamos a bailar Carlos y yo otra vez, Mateo se acercó a nosotros y comenzó a rodearme por detrás, de tal manera que quedamos en forma de sándwich, yo en medio de ellos, ahí los hermanitos cachondos comenzaron más atrevidos a tocarme todo mi cuerpo, mis nalgas, mis piernas, mis pechos, yo estaba muy cachonda y enseguida deje que sus manos se apoderaran de mi cuerpo, después de esto, Mateo me guio hacia la escalera, mientras subíamos la escalera Mateo no quitaba sus manos de mis caderas, mientras Carlos fue por más bebida para subirla.
Al llegar a la recamara, Mateo volvió a besarme, Carlos entro a la recamara dejando la bebida sobre la cómoda y quitándose la ropa mientras Mateo y yo nos besábamos y cachondeábamos, Mateo me bajó los tirantes del vestido y beso ansiosamente mis pechos, mientras su hermano Carlos solo veía y frotaba su pene erecto, Mateo se acostó boca arriba sobre la cama y yo me subí encima de él, desabotone su camisa y comencé a acariciar su pecho peludo que tanto había deseado tener, al bajar su pantalón pude apreciar sus piernas torneadas y velludas de futbolista, estaba que me volvía loca al tocarlas, Mateo bajo su calzón y con su mano tomaba su pene erecto, comencé a chuparlo todo, pasándola mi lengua por todo su tronco, Mateo comenzaba a gemir y esto excitaba a Carlos, que no perdía detalle de la mamada que yo le daba a su hermano menor.
Le pedí a Carlos que me tocará también y comenzó a acariciarme la espalda, las nalgas y las piernas, bajo mi pantaleta y comenzó a meter un dedo en mi conchita que para este momento ya se estaba humedeciendo, siguió explorando mi interior con sus dedos, pero le pedí que lo hiciera con su lengua, deseaba que me hiciera una buena mamada, comenzó a hacerlo, me lamio muy rico toda mi conchita con su lengua por varios minutos, incluso me hizo llegar a mi primer orgasmo de esa noche, estaba muy excitada y loca por tener un pene dentro de mí, cambiamos de posición, ambos estaban parados y me hicieron hincarme para hacerles una mamada a los dos, de forma alternada fui metiendo sus penes en mi boca y saboreándolos, la verdad es que estaba muy excitada, tenía dos penes para mi sola y por fin estaba cumpliendo una de mis fantasías, ellos disfrutaban de la mamada alternada al mismo tiempo que se masturbaban mientras estaba ocupada con el pene de su hermano en mi boca.
Después de darles una buena mamada a los dos y que ellos me la dieran a mí, Mateo me coloco boca arriba sobre la cama, me separo las piernas y comenzó a meterme su pene mediano, pero ancho, más ancho de la cabecita, sentía como me llenaba con cada metida que me daba, puse mis manos detrás de sus nalgas invitándolo a entrar cada vez más, Carlos se puso de pie al lado de la cama para que pudiera seguir mamando su pene.
Cambiamos de posición, Mateo se volvió a acostar boca arriba sobre la cama y comencé a montarlo, para este momento ya estaba lubricada y excitada, invite a Carlos a que fuera lubricando mi culito, que no era virgen, pero que no uso tan seguido, Carlos con sus dedos llenos de saliva comenzó a lubricar y a dilatar mi culito, Carlos quien tenía su pene más delgado y más largo que Mateo me penetro por detrás, poco a poco fue metiendo su pene hasta al fondo de mi culito ya dilatado, yo sentía una extraña sensación al tener dos penes dentro de mí, sentía que se iban a encontrar adentro, seguimos cogiendo un rato, tuve varios orgasmos más, sentía una descarga eléctrica en mi cuerpo con cada orgasmo, Mateo termino primero, sacando toda su leche mientras apretaba un poco mis pechos.
Cambiamos de posición, ahora Carlos me recostó sobre la cama boca arriba, él estaba de pie, alzo y abrió mis piernas y me penetro por la conchita, me llegaba su pene hasta el fondo, sentía como en cada metida topaba sus huevos con mi pelvis, comenzaba a metérmela más duro y cada vez que entraba sentía que llegaba al cielo, notaba que Mateo solo nos miraba con morbo, Carlos siguió dándome una buena cogida por varios minutos y cuando termino gritó mientras descargaba su leche.
Cuando este rico encuentro termino, me fui a mi casa, desafortunadamente no se repitió ni el trio, ni volví a tener sexo con ninguno de los dos hermanitos cachondos, esto paso hace como un año, Carlos ya se casó y tiene un bebé, tal vez su novia ya estaba embarazada la noche de nuestro trio, porque su bebé no esta tan pequeño, Mateo sigue con su novia y cuando nos vemos solo me saluda, pero no lo noto con intenciones de algo más, tal vez él quería que esa noche estuviéramos solo nosotros dos, pero no me arrepiento de nada, disfrute mucho esa noche y a pesar de que me gusta más Mateo, Carlos me cogió más rico, yo gustosa volvería a repetir con ellos, o con alguno de ellos por separado.
Espero los haya calentado este relato, gracias por leerlo y espero haya sido de tu agrado, ya que lo escribí para los morbositos.
En mi siguiente relato que espero publicar la próxima semana, les contaré de mi segundo trio con dos compañeros de la oficina, esto de los tríos HMH me está gustando mucho.
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