(4) susy
Nos vemos forzados, Bob y yo, a tomar decisiones terminantes para evitarle más dolor a mi hija.
(4) SUSY.
Todos los invitados nos felicitaban, nos tomaban fotos, nos preguntaban que para cuándo era el casamiento, en fin, yo rebosaba alegría mentirosa por todos mis poros, cada vez que sentía la mirada de Bob, yo besaba a Quique y me reía como si fuera la mujer más feliz del mundo, Bob hacía lo mismo con Susy, parecíamos dos parejas de enamorados, pero la verdad era que éramos dos fieras heridas, resentidas, golpeados por los celos. Cuando vi que Susy se le sentó en las piernas a Bob, yo hice los mismo con Quique, lo besaba largamente, eso fue inaguantable para Bob y se despidió de todos, menos de mí, ese gesto me hizo sentirme triunfadora, cuando se despidieron todos, Susy me contó emocionada que hoy había perdido su virginidad, la abracé para que no notara mi dolor.
Quique quería casarse lo antes posible y yo inventaba excusas inexplicables. ¿Qué iba a hacer? ¿Me iba a casar con un hombre que no amaba? ¿Me iba casar deseando al novio de mi hija? Los siguientes días fueron puro tormento, Quique llegaba a cenar todas las noches y la presencia de Bob besando a mi hija me descontrolaba. Quique me pedía que quería quedarse a dormir conmigo, pero yo le decía que no era correcto, que lo hacía por Susy, Quique una noche le preguntó si le molestaba y ella dijo, muerta de risa, que no, que ya éramos adultos y que, si nos íbamos a casar que ella no tenía ningún problema en que se quedara a dormir conmigo, yo seguía negándome, pero esa noche, cuando Susy salió a dejar a Bob, él se quedó en la puerta y mirándome, la agarró de las nalgas, se me encerró toda la cólera en las mejillas, entonces le dije a Quique, para que lo oyera Bob, que se quedara a dormir conmigo, Bob frunció el ceño y se despidió desencajado.
Esa noche fue terrible, me hizo el amor de una manera tan aburrida que tuve que fingir mi orgasmo para que me dejara en paz, eso no lo quería para el resto de mi vida, pero ¿Qué podía hacer? Si no me casaba siempre iba a tener la tentación de Bob. No es que Quique fuera un mal hombre, al contrario, me trataba como a una dama, era muy guapo y con una posición económica envidiable, pero yo quería a Bob, LA VERGA de Bob, recordaba cuando me decía lo bien que cogía, lo rica que era y le encantaba oírme pedir que me diera más duro con su VERGA. A cambio tenía a un fabuloso partido acostado a la par mía, pero era tan bueno, tan correcto, como aburrido.
Al día siguiente vi entrar a Bob a mi oficina:
BOB: Por favor no te cases con ese señor.
YO: No tienes ningún derecho de entrar a mi oficina sin anunciarte.
BOB: No me importa nada, solo te pido que no te cases con ese viejo de mierda.
YO: ¡Bob, respétame!
BOB: Me tienes loco, déjalo, por favor, me muero de celos cada vez que lo besas.
YO: Ese es tu problema, además eres el novio de mi hija, no tienes ningún derecho de hablarme así.
BOB: Soy capaz de dejar a Susy por ti, por favor no te cases.
YO: ¡¿Estás loco?! La matarías, ella está muy enamorada de ti, además me dijiste que no nos ibas a hacer daño.
BOB: Es que ya no sé qué hacer… pienso en tu cuerpo desnudo todo el día, quiero cogerte, te deseo con toda mi alma.
YO: Entonces sí, deja a Susy, no le sigas haciendo daño.
BOB: La dejo, pero por ti.
YO: No digas estupideces.
BOB: Yo sé que te mueres de celos cada vez que beso a Susy, igual yo, cuando besas a ese viejo de mierda. No me lo puedes negar.
YO: Pues te lo niego, ¿Tú crees que me voy a casar con él por despecho?
BOB: Sí, lo creo y lo afirmo, déjame besarte, quiero tocarte toda, quiero cogerte.
Cerró la puerta con llave y se me abalanzó, me besó con rabia, con desesperación, yo trataba de quitármelo de encima, pero era más fuerte que yo, lo amenacé con gritar, entonces me tapó la boca con un beso y me metió la mano entre mis piernas, me tiró sobre el escritorio lleno de papeles y me subió la falda a la cintura, sentí como sus dedos penetraban mi cuca, me volví loca de deseo y lo besé con pasión, bajó a mis piernas y me lamió toda mi hendidura, me metía los dedos, me chupaba el clítoris, me tenía lista para cogerme, sin previo aviso, se sacó LA VERGA y me la metió de un solo puyón, yo me retorcí de placer, todo fue muy rápido, como si nos fueran a sorprender, entonces me dio duro y rápido y yo le susurraba: -cógeme, dame verga… y no pudimos más y explotamos juntos en un delicioso orgasmo.
Al contrario de la otra vez, se quedó sentado en el sofá con su VERGA de fuera, yo me limpié y fui gateando a limpiarle esa VERGA exquisita con mi boca, cuando se la dejé limpia, se le volvió a parar y ahí en la alfombra me volvió a coger:
BOB: Que rica estás, no puedo dejar de pensar en ti.
YO: Yo tampoco, Bob ¿Qué vamos a hacer?... dame verga papito, cógeme más duro, ay, así, que rico, métemela toda…
BOB: Que calientita tienes la panocha… así… que rico mueves el culo…
YO: Así, mi rey… trátame como a una cualquiera… soy tu puta…
BOB: Que rico oírtelo decir… ¿Te gusta?... ¿Te gusta cómo te cojo?
YO: Me encanta… solo tú me haces sentir mujer… cógeme… dame verga… adoro tu verga… pienso en ella todo el día… ay… que rico… me vengo papi, me vennnngoooooooooooo ahg…
Y me llenó de semen al mismo tiempo.
Luego de arreglarnos, le dije que teníamos que discutir este embrollo, él estuvo de acuerdo, pero ¿Cómo? Ya era inevitable seguir fingiendo lo que sentíamos el uno por el otro, después de plantearnos varias soluciones, lo mejor sería que Bob terminara con Susy y yo con Quique, pero no podíamos salir juntos, eso mataría a Susy, él me decía que no le importaba, que nos viéramos a escondidas, que cuando a Susy le pasara y tuviera otro novio, entonces tal vez podríamos salir al mundo, así quedamos. También acordamos que a la hora del almuerzo nos veríamos en un hotel cercano para coger, lo despedí con un beso lleno de pasión mientras le sobaba la Verga.
No sabía si estábamos haciendo bien, pero estaba más tranquila, ya no iba tener que soportar los besos de Susy, ni las acostadas con Quique, lo que se venía era muy duro, pero al mal paso darle prisa, así que esa misma noche le dije a Quique delante de Susy, que no lo amaba y que no me iba a casar con él, los dos protestaron, pero yo me mantuve firme y lo despedí, Susy me decía que no me entendía, que hasta me había hincado delante de todos para pedirle que se casara conmigo y ahora lo mandaba a volar, yo le decía que aunque no me entendiera era lo mejor para todos. Era evidente que Bob no se había atrevido a cortar a Susy.
A la hora del almuerzo en el hotel, yo quería mencionárselo, pero Bob me invadió con toda su calentura y me arrasó como un huracán con sus caricias, nos desnudamos con prisa, parecíamos una pareja de perros desesperados, nos urgía aparearnos, cogernos, sentirnos. Me puso boca abajo y me besó las nalgas, me las abrió y se fue directo a mi hoyo trasero, me hizo brincar sintiendo como su lengua se hundía en mi culito:
BOB: Quiero que seas mi puta, te quiero coger por el culo.
YO: Lo que tú me pidas lo haré, mi amor.
BOB: Dime que eres mi puta, que quieres que te coja por el culo, háblame sucio, caliéntame, pídeme que te de verga.
YO: Sí, papito, soy tu puta, ven… ábreme el culo y entiérrame la verga.
BOB: Que rico oírte decir vulgaridades, que nalgas más ricas tienes, ábrete bien el culo, te lo voy a chingar.
YO: Sí, papi, soy tuya, hazme lo que quieras.
BOB: Prepara ese culo que lo te voy a violar… ¿Sientes cómo te va entrando la verga? Ay, que rico.
YO: Ayyyyyy, me estás desgarrando el culo, ayyyyyyyyyyy.
BOB: ¿Quieres que te la saque?
YO: No, me duele, me arde, me mata… pero si me dolor te da placer, cógeme el culo… ayyyy, me duele mucho, me lo estás partiendo en dos… ayyyy ayyyyy ¡Ayyy!
BOB: Prepárate porque ahí te va toda… puta, que rico…
YO: Ayyyyy, que dolor, nunca me habían dado por atrás, ¡¡Ayyyyyyy!!
BOB: Si te duele tanto, te la saco.
YO: No, quiero ser tu esclava…ayyy… tu puta… rómpeme el culo, aunque me duela… ayyyy…
BOB: Que ricas nalgas, como te tiemblan con cada puyón… sí… así… que rica, tienes el culo bien apretadito…
YO: Ay, siento que me hago caca, ayyyyyyyyyyyyyyy
BOB: Aguanta otro poquito… ya me voy a venir… caliéntame, dime cosas sucias.
YO: Sí, mi macho, ayyy… destrózame el culo, aunque me cague… ayyy… ayyyy… siente mi dolor en tu verga… dame más… ayyy… aunque me sangres el culo… ayyyyyyyyyy… soy tu puta… apúrate que ya no aguanto el dolor… ayyy… ¡AAAAAYYYYYYYYYYYY!
BOB: Ya… me vengo… que rico… que rico cuuuuuuuloooooooooooooooo…
Me dejó destrozada, rota y de verdad me salía sangre por el ano, me tuve que bañar y el agua caliente alivió un poquito las heridas de mi trasero abierto, me dolía todo, no podía ni caminar bien. Al salir Bob ya estaba arreglado, como si no me hubiera pasado por encima, me senté de lado a almorzar, él me agradecía mi sacrificio y yo le decía que estaba dispuesta a eso y más para demostrarle cuan suya era. Después de almorzar llamé a mi secretaria y le dije que cancelara todas mis citas, que no iba a regresar en la tarde, Bob quiso hacer lo mismo con Susy, pero no lo dejé, le pedí tenía que cortar a mi hija hoy mismo, que yo anoche había mandado a volar a Quique, Bob me dijo que entonces tenía que irse, que sino no llegaba a tiempo a traer a Susy. Bob se sacó la verga y me pidió que se la mamara, yo como hipnotizada me prendí de su verga e hice mi mejor trabajo hasta que me llenó la boca de leche.
Cuando salí de la facultad, mi amor me estaba esperando como siempre, me sentía la mujer más dichosa del mundo, le pedí que me llevara a un motel, nunca había entrado a uno. Boby me dijo que quería hablarme, pero yo lo interrumpí y le dije que cualquier cosa que me quisiera decir, me la dijera después de hacerme al amor, que después de probarlo, solo quería sentirme suya, quería que me poseyera, que me penetrara, que me regalara muchos orgasmos, Bob decía que era algo serio de lo que quería hablarme y yo jugando le apretaba el pene, dime lo que quieras, pero cuando esté totalmente satisfecha, le dije. No tuvo más remedio que llevarme al motel, sabía que lo tenía comiendo de mi mano, a decir verdad, él también a mí.
Que linda habitación, estaba llena de espejos, había una tina y un yacusi, más grande que el de mi casa, me acosté en la cama y podía verme por todos lados, estaba tan distraída en conocer ese motel que no me di cuenta que Boby se había sentado cabizbajo, yo para animarlo, me desnudé completa, me acosté en la cama y me miré las nalgas, luego giré y vi mis grandes pechos con sus pezoncitos ya parados, por último me recosté sobre mi espalda y elevé las piernas abiertas, tomándome las nalgas para ver mi abertura desde el espejo superior.
Por fin Bob se acercó, ya traía una enorme erección, rápidamente lo desnudé y me fui directo a su pene con mi boca chorreante, me la metí completita, le dije que tenía un sabor raro, que no le olía bien, él me la sacó de la boca, pero yo se la volví a chupar, sea lo que fuere ese mal olor, con mi saliva se lo quité, Boby me agarró de las piernas, me puso con mis piernas en sus hombros y de una sola estocada me la metió:
SUSY: ¿Qué tienes hoy? Vienes como más agresivo… que rico… no me habías hecho el amor de esta forma… me gusta… así… nalguéame, que rico siento… más… más duro… más, por favor… ay… ¿por qué me jalas el cabello? Ay… que bruto… pero me gusta… más… jálamelo más… así… hasta que duela… ay, que rico… que salvaje vienes… dame… dame más… así… más duro… toda… métemela toda… hasta el fondo… así… lléname toda… me viene… me vengo… ay… que riiiiiiiiiicoooooooooooooooo… ah…
Quedé toda bañada en sudores de los dos, que rico había sido verme siendo penetrada por el espejo de arriba y por los lados, que rico había sentido, no sabía que el dolor podía provocar placer. Me preguntó si ya estaba satisfecha y le dije que no, que apenas estábamos empezando, que quería que me hiciera el amor como para mi cumpleaños, quería sentir muchísimos orgasmos y que él se viniera cinco veces, como esa vez y que tal vez así quedaba satisfecha.
BOBY: Mira, Susy, lo que te tengo que decir… es que no hay forma bonita de decirlo…
SUSY: Habla, me tienes en ascuas.
BOBY: Debemos terminar.
SUSY: ¡No! ¿Por qué? Yo te amo.
BOB: Lo sé y por eso me duele tanto.
SUSY: Pero necesito una explicación, ¿Ya no te gusto? ¿Tienes otra? ¿Qué? Habla.
BOBY: No es nada de eso, es que… antes de hacerte daño… prefiero dejarte…
SUSY: Pero dime por qué… ¿Por qué me harías daño?
BOBY: Mira… yo soy… un degenerado… y no te merezco…
SUSY: ¿Qué quieres decir con que eres un degenerado?
BOBY: Pues a mí me gusta el sexo brutal… me gusta hacer daño…
SUSY: ¿Cómo el de las 50 sombras de Gray?
BOBY: Peor… me gusta el sexo anal…
SUSY: Pues pídemelo y me dejo sodomizar.
BOBY: Es que tú eres tan delicada, tan educada… que no me perdonaría pedirte que me hablaras sucio.
SUSY: ¿Quieres que sea tu puta? Pues lo soy… ¿Dime que quieres que te diga?
BOBY: No es solo eso… es que me gustan los tríos…
SUSY: Por ti lo haría, ya sea con hombres o con mujeres… por favor no me dejes…
BOBY: ¿Alguna vez te has imaginado bebiendo lluvia dorada?... también me gusta la escatología… y la zoofilia… ¿Ves?
SUSY: Eso nunca me lo he imaginado… pero tal vez con el tiempo…
BOBY: La verdad Susy… es que tengo novia en Argentina y me voy a casar con ella.
No soporté tanto dolor, me vestí y le pedí que me llevara a mi casa, no le hablé en todo el camino, al bajar le di un portazo tan fuerte que se rompieron los cristales, entré a mi casa muerta en llanto, mi mami quiso saber que me pasaba, pero yo me escapé a encerrarme a mi cuarto para morir poquito a poco.
Pobre hija mía, esa noche no pude dormir, me atormentaba su dolor, ¿Cómo una madre podía hacerle eso a su hija? Pero, por otro lado, sabía que con el tiempo sería lo mejor para ella ¿O lo hacía por mí? ¿O por mí y Bob? Daba vueltas en la cama sudando de la angustia, y del dolor, en cada vuelta sentía como mi ano irritado se resentía al menor movimiento, lo que es capaz de hacer una mujer por darle placer a su hombre, ¿Qué conexión puede haber entre el sufrimiento y al amor? ¿Por qué Bob gozaba viéndome sufrir? ¿Por qué yo se lo permití?... me tuve que untar un desinflamatorio, me ardió mucho cuando me introduje el dedo… a no sé qué horas de la madrugada cerré los ojos.
Me levanté tarde, estaba sola en la casa, me preparé un café y llamé por teléfono a Susy para saber cómo se encontraba, pero me contestó la grabadora, le puse un WhatsApp diciéndole que estaba preocupada por ella, que se comunicara conmigo, que además de su madre yo era su mejor amiga, que la esperaba por la noche para que se desahogara conmigo.
Llegué tarde a mi oficina y solo me dio tiempo de revisar unos documentos, casi leí sin atención porque se acercaba mi hora de almuerzo, es decir, LA VERGA de mi hombre, LA VERGA de mi macho, QUE VERGA, ahora entendía a una compañera del colegio que siempre decía “estoy envergada del fulano” a mí me parecía tan vulgar y ahora era yo la que me sentía envergada por Bob, y con la excitación que da esa clase de citas me fui al hotel casi corriendo, Bob ya me esperaba acostado en la cama en bóxer, luciendo ese cuerpo de Apolo que me subyugaba.
Al no más entrar le pedí detalles de la manera como cortó a Susy, le dije que anoche ella había llegado destrozada y se había metido a su habitación sin contarme nada, entonces Bob me narró con lujo de detalles su rompimiento…
YO: Pero no tienes a nadie en Argentina ¿verdad?
BOB: Claro que no, lo hice para encontrar una buena excusa.
YO: Pues te funcionó muy bien, le destrozarte el corazón y sin querer, un poco a mí también, me duele verla sufrir.
BOB: Ven, tengo algo para calmar tu dolor.
YO: ¡¿Calmar?! Si casi no puedo ni caminar.
BOB: ¿Pero te gustó?
YO: No, mi amor, lo hice por darte gusto, pero fue una tortura, ¿Sabes? Fue como parir, pero por atrás, de verdad me dolió mucho, es más, me sigue ardiendo, te juro que hasta el roce de la ropa me lastima.
BOB: Lo siento mucho y yo de animal dándote duro, perdóname, ¿Qué puedo hacer para recompensarte?
YO: Hazme el amor, no me cojas, trátame como si fuera virgen…
BOB: ¿Por qué te quedas callada?
YO: …por nada… bueno… sí… no puedo evitar pensar que tú le quitaste la virginidad a mi hija… no sé… es algo que me perseguirá por el resto de mi vida.
BOB: No pienses en eso, es más, juremos nunca más hablar de Susy.
YO: Para ti es fácil, es mi hija.
BOB: No sé qué más decirte…
YO: No me hagas caso… bésame… poséeme… pero con ternura, quiero sentir que me amas.
Bob me besó con ternura, yo me fui desnudando sola, tenía miedo que él en sus arrebatos de pasión me fuera a lastimar… me encanta ver la cara de un hombre al ver a una mujer desnuda, no sé, es sentirse como una Diosa frente al esclavo deseándote, es sublime, ver como sus ojos te comen con la mirada recorriendo tu cuerpo, ver como su verga se hincha por ti, es delicioso jugar con el deseo de un hombre y saber que tienes el poder, que en ese momento ese hombre es capaz de cualquier cosa con tal de tenerte, sus ojos se vuelven manos y casi puedes sentirlos en los pezones y en el pubis.
Me puse de lado y Bob me besó la boca, fue bajando por mi cuello, por mis orejas, que deliciosa sensación es sentir la lengua de tu hombre mojar el interior de tus oídos, se me enchina la piel sentir su barba rasposa en mi cuello, pero su boca en mis aureolas me pierde, cuando bajó a mi abertura le pedí que se pusiera en posición 69, yo también quería disfrutar al mismo tiempo de esa mamada. Pero cuando me abrió las piernas sentí tan violento como cuando Moisés abrió el mar con su vara, así de terrible sentí abrirse mi propio ano cuando Bob me abrió las piernas, pegué un grito que el pobre Bob se asustó tanto que dejó de chuparme.
Le pedí que fuéramos a la dicha y bajo el agua, se hincó y ahí con las piernas medio abiertas y el agua caliente acariciando mi culito, pude disfrutar de su mamada, a pesar de lo que me lo hacía con suavidad, lo sentía muy brusco… entonces recordé a mi compañera, la que se sentía envergada, ella contaba que no hay mejor mamada que la de otra mujer, no sé por qué recordaba eso, a mí nunca se me pasó por la mente estar con otra mujer, solo la tarde que dejé plantado a Bob en Argentina.
A pesar de todo, era delicioso sentir su lengua en los pliegues de mi cuca, cuando se emocionaba me abría las nalgas y yo volvía a gritar, pobre Bob, era como coger con una lisiada, con una mano me acariciaba los pechos y con la otra me metía los dedos en la cuca, tuve que guiarlo para que sus introducciones no lastimaran mi atormentado culito, cuando encontró el espacio sin lastimarme, me regaló un inmenso orgasmo.
Era mi turno, pero ni hincada podía soportar el dolor de mi ano, así que lo llevé a la cama agarrada de su verga y lo acosté de lado, yo me puse igual y empecé a practicar mi deporte favorito: mamar VERGA y que Verga, por Dios, gruesa, hinchada, con las venas marcadas, con la cabeza roja y mojada, palpitante, vibrante, deliciosa… le pasé la lengua por todo el alrededor de su cabeza, para luego sentirla hasta mi campanilla, mis ojos llorosos agradecían el placer de poder comérmela toda, yo sentía como si tuviera mi punto G en la boca, tuve otro orgasmo de tanto mamarle la VERGA, afortunadamente él también, me regaló su venida, antes de conocerlo jamás hubiera imaginado lo delicioso que sabe el semen, podría beberme litros que siempre querría más, pero el semen de él, nunca había probado otro.
Hacer el amor fue un verdadero acto de contorcionismo, en todas las poses me ardía el culo, hasta que por fin, encontramos la de cucharita, yo estaba de lado dándole las nalgas y Bob me metía la verga en la cuca, pero cuando me la metía toda, lastimaba mi culito, así que puse mi mano en medio de mis nalgas y su cuerpo para evitar que me la metiera toda, por fin sentí sus puyones más acelerados y en un dos por tres me bañó la panocha de leche.
Camino a casa me preguntó si yo había terminado, le dije que no, pero que no se sintiera mal por eso, que ya me repondría y volveríamos a ser los amantes lujuriosos de siempre. Afortunadamente era viernes y le dije que no lo vería el fin de semana porque quería dedicárselo a Susy, pensaba llevarla a donde ella quisiera, quería distraerla y por sobre todo que me sintiera cerca, Bob estuvo de acuerdo y me dejó a una cuadra de mi casa para evitar mayores problemas con Susy.
Luego de rondar por toda la casa, llamé a Bob:
YO: ¡Bob, Susy se fue de la casa!