(4) Me encanta ser PUTA

Tengo mi primera relación con otra mujer. Me asaltan los problemas y como se da una solución sin esperarla.

(4) Me encanta ser PUTA.

YO: Hola, Silvia ¿Y ese milagro?

SILVIA: Es que estuve hablando con Jorge de ti, y…

YO: Sí, algo me comentó.

SILVIA: Me gustaría hablar contigo ¿Cuándo puedes venir a mi casa?

YO: ¿Mañana por la mañana te queda bien?

SILVIA: Mejor por la tarde, así estamos solas porque mi abuela tiene cosas que hacer.

YO: Está bien, llego como a las tres.

El problema entre mi padrastro y mi mamá era serio, él la llamó por teléfono y le pidió perdón por todo, mi mamá al principio se negó, pero aceptó verlo a escondidas para hablar, por más que le dije que no lo hiciera, ella me dijo que no me metiera en su vida, así como ella no se metía entre la relación con mi marido y Hugo, me dio miedo su amenaza y no tuve más que dejarla ir, por la noche le conté a mi marido la situación y me dijo que iba a hablar con mi suegra, porque si don Ignacio regresaba a la casa, él no podría soportarlo y que prefería que nos fuéramos a vivir a casa su mamá.

Al día siguiente fuimos con mi nena a almorzar a casa de mi suegra, ella me dijo que ya Luis le había comentado nuestra situación y que ella sería la mujer más feliz del mundo teniendo a su nieta todos los días, además me dijo que me quería mucho porque hacía feliz a su hijo, se me retorció el estómago de la vergüenza… en eso recordé la cita con Silvia y le pedí a mi suegra que me cuidara a la nena, ella encantada aceptó.

Pasé a mi casa a bañarme, quería estar limpia por cualquier cosa, estaba muy nerviosa, una cosa es manejar vergas, a eso ya estaba acostumbrada, pero estar con una mujer era nuevo para mí, yo creo que la mayoría de mujeres fantaseamos con estar con otra, pero llevar esa fantasía a la realidad me puso muy alterada, cuando terminé de bañarme, me puse mi tanga más provocativa, no me puse sujetador, me gusta sentir mis lolas libres… unas mallas, una blusa ombliguera y mis zapatitos de tacón, quería causarle una buena impresión a Silvia, era la primera vez que me ponía coqueta para otra mujer.

Atravesé la calle y a la hora en punto estaba tocando a la puerta, ella abrió y me invitó a pasar, tenía el pelo mojado, seña que al igual que yo, nos acabábamos de bañar, estaba vestida con un short blanco que le hacían resaltar sus enormes nalgas, y una blusa roja muy floja, seguramente para ocultar sus pequeños senos, estaba visto que ella tenía mejor culo que yo, pero mis tetas eran como el triple de las de ella, me ofreció de tomar y sacó una botella de brandy, yo no estoy muy acostumbrada al licor, pero acepté para calmar los nervios.

Silvia tenía la boca grande, carnosa, en cambio la mía es pequeña. Nos sentamos en su sala una frente a la otra, empezó diciéndome que antes de estar con Jorge, ella quería verme a solas y me dijo muy apenada que ya se había acostado con Jorge, cosa que yo ya sabía, pero eso no impidió que me dieran celitos de imaginarme a Jorge mamando ese suculento culo, ella era muy segura de sí misma, mucho más que yo.

Luego me dijo que Jorge quería hacer un trío con las dos, que yo qué pensaba, le contesté que nunca me había acostado con otra mujer, viéndome a los ojos dijo:

SILVIA: Ese no es problema…

YO: ¿Tú ya lo ha hecho?

SILVIA: Nunca… pero… pero tus pechos me fascinan.

YO: Gracias, pero tú no te quedas atrás, tienes muy bonitas nalgas.

SILVIA: Eso me dicen los hombres, pero es la primera vez que me lo dice otra mujer.

YO: No sé… no sé qué decirte… estoy muy nerviosa.

SILVIA: Yo también, pero para calmarnos tomémonos otro trago… te voy a contar mi historia y luego tú decides si quieres seguir… mira, cuando mi mamá murió me quedé sola con mi abuela Tencha, ella trabajaba de noche y para no dejarme sola me buscó un trabajo nocturno en una maquila, eso lo hice desde niña, hasta que hace como un año, supe que mi abuela y mi mamá habían sido putas…

YO: ¡Qué pena!

SILVIA: No tengas pena, que ya llevo dos meses trabajando en una casa que rige doña Ruby, la mamá de ella fue la matrona de mi mamá y mi abuela, a la fecha me he acostado con más de 30 hombres, pero… el caso es… que un cliente quiere hacer un trío con dos mujeres, me pidió a mí y a una compañera que se llama Angy, y yo no tengo experiencia, es muy buena paga y no quiero perderme la oportunidad de ganarme unos buenos pesos… por favor, no le vayan a contar nada de esto a Jorge, te lo suplico.

YO: No te preocupes, yo sabré guardarte el secreto. Pero ¿Por qué te preocupa tanto Jorge? ¿Estás enamorada de él?

SILVIA: Nada que ver… lo que pasa es que Jorge está casado con una prima mía y no quiero que mi familia se entere… cuando Jorge me pidió hacer un trío contigo, aún no trabajaba de puta, así que acepté por curiosidad y porque tus tetas me tienen hipnotizada… ¿Qué piensas?

Ante semejante confesión, no sabía si compadecerme de ella o envidiarla, le dije que me daban pavor las enfermedades de trasmisión sexual, me contestó que por eso no tuviera pena, que siempre usaban condón y que además había un chequeo riguroso hecho por un médico especialista, eso me tranquilizó, pero no dejaba de pensar en ese número, TRIENTA VERGAS, dichosa, ahora estaba segura que envidiaba su vida, le pregunté que le pedían los clientes, me dijo que habían de todo tipo, realmente son de tres tipos, los más raros es que pagan para hablar, ni siquiera me tocan, lo que quieren es quejarse de su vida infeliz y de la bruja de su mujer, también existen los normales que quieren que se las mame y luego me cogen hasta que se vienen, pero hay un tercer tipo que son los peores: los degenerados, unos me quieren dar por el culo, a otros les gusta abofetearme, hubo uno que me pidió que le meara en la boca y otros les gusta mearme a mí, unos hermanos me cogieron al mismo tiempo y los peores que me han tocado fueron tres cabrones que me ataron y me usaron como les dio la gana, en fin hay de todo.

Luego de una pausa me miró con sus ojos penetrantes y me preguntó si ella me gustaba, le dije que sí, que tenía una boca apetitosa y unas nalgas muy sabrosas, ella dijo que me quería besar en la boca, me puse de pie temblando, se acercó, me tomó de la cara, acercó sus labios y su lengua empezó a jugar con la mía, era delicioso sentir por primera vez la boca de otra mujer en la mía, yo con los ojos cerrados solo sentía sus pezones rozando con los míos.

Ella estaba tan nerviosa como yo, de pronto siento sus manos en mis tetas, esas que tantas veces habían sido acariciadas por mis machos, pero ahora era diferente, era las manos de una mujer y me encantaba como me manoseaba, yo subí mis manos y se las toqué también, ahora entendía el placer que siente un hombre al tocarme las chiches, era una sensación muy rica, que me calentaba sin voluntad, ella empezó a besarme el cuello, me dieron unos escalofríos deliciosos, mientras metía una mano bajo mi blusa y me apretó una chiche mientras aprisionaba mi pezón entre sus dedos, la otra mano bajo hasta mis nalgas y me pasó los dedos a lo largo de mi raya, yo también quería tocar sus tetas desnudas, así que metí mi mano y ella tampoco usaba nada, así que fui directo a su pezón y se lo pellizcaba con delicadeza.

SILVIA: Me tienes hirviendo, jamás pensé que fuera tan rico besar y manosear a otra mujer, tus tetas me encantan, las tienes enormes, que ricas.

YO: Yo estoy igual, ¿Me dejas tocarte las nalgas?

SILVIA: Hazlo, por favor, me gusta mucho que me las soben. Quítate la blusa que me muero por besarte los pezones.

YO: Que ricas nalgas tienes, Silvia, bien duritas y muy redonditas… ay… así… mámame las chiches así de rico… ay, si… la otra… ay… yo también quiero besarte las tetas, quítate la blusa… así… que ricos se te ven los pezoncitos bien paraditos…

SILVIA: Déjame hacer algo con lo cual he soñado masturbándome… ponme tus tetas en las mías… uf… que rico frotar tus tetas con mis chichitas, así… que rico siento como tus pezones recorren mis pechos…

YO: Sí, se siente rico como nuestras tetas se aplastan la una contra la otra, bésame, Silvia… ay… que rica boca tienes… agh… y esos labios gruesos que me enloquecen…

SILVIA: ¿Me dejas que te quite las mallas?

YO: Sí, mi amor, haz conmigo lo que quieras, pero quítate tú también el short, quiero admirar esas nalgas desnudas.

SILVIA: Lo que daría cualquier hombre por tenernos en tanga a las dos… que culito tan rico tienes, ven vamos a mi cama.

YO: No me vas a llevar a la cama de tu abuela como lo hiciste con Jorge.

SILVIA: No, cariño, esa vez estaba enojada con mi abuela cuando descubrí que era puta y ella también me quería convertir, pero ahora que ya lo soy, hasta se lo agradezco.

YO: ¿Quién se quita la tanga primero?

SILVIA: Las dos al mismo tiempo… tengo una idea, acuéstate como si fuéramos a hacer un 69 y la una se la quita a la otra al mismo tiempo… así, mi vida… ay… ya estamos desnuditas… me encanta el olor que sale de tu cuca…

YO: ¿No te da risa la palabra “cuca”? A mí no me gustan las cucarachas y la tuya se ve deliciosa, mejor le decimos panocha.

SILVIA: O papaya, sapo, raja, concha, pusa o como tú quieras llamarla, pero acuéstate que te la quiero mamar de primero, por algo aquí la puta soy yo… que rica se te ve… toda brillosa y mojadita…

YO: Ay… mamita… que rico me chupas el pan… ay… sí… así putita… ¿No te molesta que te llame así?

SILVIA: Me encanta que me trates de puta para arriba, me vuelve loca cuando me hablan sucio.

YO: Entonces somos iguales, porque a mí me encanta que me traten mal, que me nalgueen, que me humillen, creo que soy sumisa por naturaleza… ay… que rica lengua… así, cabrona… agh… chúpame toda la pupusa…

SILVIA: ¿Te gusta que te meta los deditos?

YO: Me encanta… ay… que rico… me tienes loca de placer… jamás imaginé que fuera tan rico estar contigo… ay…

SILVIA: Te voy a hacer venir en mi boca, perra…

Entonces metió a toda velocidad dos dedos en mi cuchara y me aprisionó el clítoris con su boca mientras con su lengua lo jugueteaba, yo movía el culo como si tuviera vida propia, sentía sus dedos como estimulaban mi punto G, e hizo algo que me calentó hasta la médula, mientras me mamaba y me metías los dedos, me restregó sus pezones por mis muslos y en pocos momentos le inundé la boca con mis jugos, ella me acarició las tetas con suavidad y dijo que en cuanto me repusiera le devolviera el favor, descansamos un momento mientras Silvia servía otras cubas.

Cuando mi respiración volvió a la normalidad, me le subí encima y la besé con pasión, que diferente se sienten los labios de una mujer, son tan suaves, le besé el cuello y luego las orejas, como que eso le gustó mucho porque emitía sonidos como de gata en celo, luego bajé a sus pechitos, se los chupé con ternura y ella gemía con placer, luego bajé por su ombligo y cuando sintió mi aliento en su chochito, subió las caderas para recibir mi boca, pero quería hacerme desear, llegué hasta sus pies y le chupe uno por uno sus diez dedos, después fui subiendo por esas majestuosas piernas que tiene y cuando llegue al interior de sus muslos le di la vuelta.

Ella se retorcía como gusano, me le volví a subir encima y le besé la nuca, justo donde empieza el cabello y ella emitía ayes de placer, luego recorrí su espalda con mis pezones, la pobre parecía que convulsionaba, me salté sus nalgas y le lamí los muslos, luego fui subiendo hasta ese para de nalgotas, se las abrí y metí un pezón acariciando su hoyo trasero, seguramente le ha de haber gustado mucho porque apretó las nalgas aprisionando mi pezón entre ellas, yo estaba feliz de provocarle tanto placer a esta putita, cuando por fin pude sacar mi chiche de su culo, le volví a abrir las nalgas y mi lengua le lamía el hoyo, ahí empezó a pedirme más, entonces puse mi lengua en u y se la metí entre las nalgas, ella subía el culo para que mi lengua la penetrara más, cuando sentí que me dolía la quijada, le di vuelta.

Por fin iba a probar una concha, lentamente la llené de mi aliento y Silvia golpeteaba su pubis frente a mi cara, la agarré fuerte de las piernas y le hundí mi lengua en el chocho, Silvia gritaba de placer, me pedía más, yo empecé a jugar con mi lengua en su clítoris, mientras le metía dos dedos, como ella lo había hecho conmigo, pero además le metí un dedo dentro de su culo, como tantas veces me lo habían hecho a mí y sabía que eso la iba a enloquecer, le di duro con mis dedos y ella gritó queeeeee riiiiiiiiiiiiiiiiicoooooooooo, y me bañó la cara, yo me relamía de gusto, que ricos le sabían…

Después de dormitar un rato, le dije que era hora de irme, ella dijo que no me podía ir sin antes hacer un 69 y una tijerita, me encantaba la idea, eso que tantas veces había visto en los vídeos porno, por fin se me iba a ser realidad, se me subió encima y me puso su sexo depilado en la boca, al mismo tiempo sentí como me lamía la raja, era toda una delicia mamar siendo mamada, que rico, en eso siento como un dedo mojado hace círculos en mi culo y poco a poco lo fue metiendo hasta adentro, que rico, ahora sentía mis dos hoyos violados por sus dedos y su boca succionando mi clítoris, yo le hice exactamente lo mismo y a los pocos segundos explotamos en un orgasmo intenso… le dije que me quería bañar, pero dijo que estaba muy caliente con nuestros olores.

Entrelazó sus piernas con las mías y por primera vez sentí un chocho caliente y húmedo frotarse con el mío, que delicia, cada una nos agarramos de las nalgas y nos movíamos en círculos para frotarnos los clítoris en la pepa de la otra, ella se movía como si fuera hombre, me estaba chimando como si tuviera verga, me agarró duro del pelo, como con rabia, me nalgueó duro y cuando sentí que estaba por venirme, una fuerte bofetada me cruzó la cara y me vacié en su cuchara llena de gozo… que rica experiencia… ahora solo pensaba lo rico que sería tener a Jorge también, que maravilloso ha de ser tener una verga y una cuca que me den placer, le di un chupón en el cuello para que se acordara de mí y me fui a mi casa.

Al no más llegar, me bañé porque los aromas a sexo inundaban toda la cuadra, al rato llegó mi mamá con la noticia que ya había hablado con mi padrastro, que se había quedado a dormir en la estética y que mañana se vendría a vivir de nuevo a la casa, le pregunté que qué había pasado con la denuncia del vecino, me dijo que misteriosamente el señor iba mañana al juzgado a retirarla, yo pensé: seguramente lo amenazó, discutimos hasta la saciedad, entonces volvió a amenazarme con que si no estaba de acuerdo le iba a contar a mi esposo que era una puta por acostarme con Hugo, yo encabronada le dije que la había visto coger con Jaime y que también estaba dispuesta a contárselo a mi padrastro, ella se puso a llorar y no tuve más remedio que abrazarla, eso fue como un pacto, ninguna de las dos iba a abrir la boca.

Más tarde llegó mi marido con la nena y al enterarse de todo, me dijo que empacara, que esa misma noche nos íbamos donde mi suegra, mi mamá trató de detenerlo, pero él furioso le dijo que no entendía a esas mujeres que eran abusadas por sus hombres y encima los defendían, la discusión terminó tan mal, que mi mamá nos echó a empujones.

Al llegar a casa de mi suegra no cesaban los problemas porque su casa es muy pequeña y solo tiene dos habitaciones, así que mi cuñado Pablo nos daría la suya y él se quedaría en el sofá, cosa que lo encabronó y nos dejó de hablar, esa noche tuve pesadillas, estaba agotada, tenía adormecido el cuerpo y la cabeza me dolía por enfrentar esta nueva vida.

Al día siguiente Luis me dijo que teníamos que hacer algo, que ni en casa de mi mamá ni en la de la suya nos íbamos a sentir a gusto, yo estaba de acuerdo, pero ¿Qué podíamos hacer? Lo que Luis ganaba no nos alcanzaba para rentar una casita para los tres. Ni siquiera desayunó, se fue somatando la puerta, eso despertó a Pablo y también encabronado se fue dando otro portazo, mi suegra salió pidiéndome disculpas y prometiéndome que iba a hablar con Pablo para que entendiera, la nena pegaba de gritos y ella fue a cargarla y consentirla, yo no tenía cabeza para eso.

Salí a la calle y vagabundeé por un buen rato, no sabía qué hacer, ni a dónde ir, tal vez debería buscar un trabajo, pero ¿De qué? No sabía hacer nada, por supuesto estaba descartado trabajar de puta, una cosa es que me gustara el sexo y otra acostarme quien sabe con quienes viejos panzones y apestosos a cerveza, necesitaba hablar, desahogar mis penas con alguien, así que llamé a Hugo y me contestó cortante, le pregunté que qué le pasaba y me dijo que tenía novia y que no quería que lo volviera a llamar y me colgó, todo mi ser se llenó de desconsuelo, seguí caminando sin rumbo, como alma en pena.

Cuando iba de regreso a mi casa, mejor dicho, a la casa de mi suegra, recibo una llamada de Jorge, por fin, una voz amigable, me dijo que ya Silvia le había contado que ayer nos habíamos cachondeado, que estaba loco por hacer ese trío, le dije que en ese momento lo que menos quería era hablar de sexo, que tenía muchos problemas, me dijo que lo sentía pero que estaba en la estación de buses porque se iba una semana a trabajar a no sé dónde… quedé como un autómata. La única que me quedaba era Silvia ¿Pero que podía hacer ella por mí? Solo convertirme en puta y eso no lo iba a permitir por el amor a mi hija, cuando creí que las cosas no podían ser peores me llama el pediatra de mi hija para decirme que era urgente operar a mi hija de una afección en su garganta, busqué una banca del parque y me senté a llorar desconsoladamente.

En eso suena mi teléfono:

YO: Aló ¿Quién habla?

JAIME: Soy yo, Jaime, el amigo de tu mamá.

YO: Sí, Jaime, llamaste en un mal momento.

JAIME: Creo que no, creo que te llamé en el mejor momento, escúchame… hablé con tu mamá y sé que volvió con ese viejo cabrón.

YO: Así es y encima nos echó de la casa, ya ni nos hablamos.

JAIME: No sé cómo decirte esto, pero… ya sé que tú sabes que a ti y a Hugo los espiamos con tu mamá…

YO: Jaime, no tengo cabeza para hablar de eso…

JAIME: Lo sé, pero escúchame por favor… sé que también nos espiaste…

YO: ¿Y qué con eso? Estamos a mano. ¿Para eso me llamaste?

JAIME: No exactamente, mira… lo que te voy a decir, por favor no me lo tomes a mal… ¿Estás ahí?

YO: Sí, te escucho.

JAIME: Pues… resulta que mis jefes tienen una excursión mañana a una de sus fincas y me pidieron que les consiguiera a una niña como tú…

YO: Me estás proponiendo que vaya de puta, ándate a la mierda.

JAIME: ¡No me cuelgues! Cuando te diga la cantidad, prométeme por lo menos que lo vas a pensar.

YO: No tengo ni mierda que pensar…

JAIME: ¡Cinco mil dólares!... Bitty… ¿estás ahí?… contéstame por favor…

YO: Ah…

JAIME: Aún no me digas que no… piénsalo… imagínate todo lo que puedes hacer con esa plata…

YO: ¿Y por qué no te buscas una buena puta?

JAIME: Porque de eso están cansados, quieren una niña, así como tú… y después de ver las habilidades sexuales que te vi hacer con Hugo, estoy seguro que tú eres la indicada.

YO: No, Jaime, gracias, me daría mucha pena que luego me reconocieran en la calle.

JAIME: Si es por eso no hay problemas, ellos no viven aquí, son extranjeros…

YO: ¿Ellos?... ¿Cuántos son?

JAIME: Son tres argentinos, son dueños de la empresa y vienen una vez al año, hoy trabajaron todo el día y quieren mañana un día de placer, solo sería por el día porque salen en un vuelo nocturno.

YO: ¿Y estaría sola con ellos?

JAIME: Así es Bitty, ayúdame por favor, me pidieron tres niñas como tú y no he conseguido a ninguna, por favor, acepta Bitty, mira que está en juego mi trabajo… y esto no te lo digo para chantajearte, sino porque es verdad… ¿Sigues ahí?

YO: …Sí… no sé… déjame pensarlo…

JAIME: No hay tiempo, mi niña, es ahora o nunca… ¿Qué dices?

YO: No sé… ¿Qué digo en mi casa?... no sé… creo que no…

JAIME: No me digas eso… mira, mis jefes son muy guapos… y no están tan viejos… todos están en los cuarentas…

YO: Es que me da miedo irme con gente que no conozco.

JAIME: ¿Y si los acompañó yo? Iría solo para cuidarte…

YO: ¿Y… cuándo me pagarían?

JAIME: En este momento si quieres, ¿dónde estás? Te puedo dar los dólares ahora mismo.

YO: Esta bien, veamos en media hora enfrente de la casa de mi mamá.

CONTINUARÁ…

POST SCRIPTUM: Quiero ofrecerles una disculpa a todos mis lectores por escribir hasta hoy, como saben, yo publicaba todos los lunes, pero ya hay tantos hombres como mujeres que se atribuyen mis relatos que ya no sé si sentirme halagada o deprimida por un acto tan vil… el caso es que leí unos relatos de una compatriota que me inspiraron a seguir escribiendo, ella se llama Nancy Belinda, léanla, se las recomiendo.