4 horas sin ti (9)

Holaaaa!!! Lo siento por tanta tardanza, ando bastante liada, pero ya queda poco!! :D

Este capitulo ata muchos cabos sueltos, y desata algunos otros, espero que os guste y disfruteis con el ^^

*Peke (ID: 1381332) No es que no quiera hacerte feliz, espero que no me fulmines cuando leas este capitulo... Todo puede dar muchos giros... Que nadie desespere jajaja*

**HombreFX (ID: 853437) Si, Sara se ha comportado mal con Sofía, creo que se va a arrepentir bastante en este capitulo.****

*Gia (ID: 1405053) Creo que este capitulo te resolvera tus dudas... Espero que... Eh.. Te guste, no me mates tampoco, ¿vale?*

*AVISO la historia da giros, vueltas... Hay bichos extraños, es normal que ocurran muchas cosas... No seais muy malos conmigo, y disfrutad de este noveno capitulo, prometo que os gustara el final.*

*Espero vuestras valoraciones y sobretodo comentarios :D*

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- Todo pasó muy rápido, teníamos que huir. – Contaba Celia a través del walkie.

-¿Pero que ha pasado? – Preguntó Tom inquieto.- ¿Estáis todos bien? Cambio.

-No… - Susurró soltando el walkie en el asiento.

-¿Qué ha pasado Celia? –Insistió Tom.

- Está perdiendo mucha sangre. – Informó Cristian cogiéndole el walkie a Celia del asiento. Él iba conduciendo la ambulancia.

-Van en la ambulancia, le hemos llenado el depósito, ¿Subirá? Cambio. – Preguntó Sawyer por un walkie. Iba conduciendo un coche, Carla iba acompañándolo.

-Creo que si, intentadlo… Se está haciendo de noche, no tardéis mucho… Intentad explicarme que ha pasado por dios…. Cambio . – Tom se temía lo peor.

Dos coches y una ambulancia iban a toda velocidad hacia aquel “refugio” que habían encontrado.

Una vez estuvieron a los pies de aquel camino de tierra pararon, intentaron que la ambulancia subiera delante, y, tras mucho esfuerzo lo consiguieron, los todoterrenos subieron sin complicación ninguna.

Llegaron a un solar muy grande, donde una casa de madera yacía en medio. El lugar era precioso, se veían las montañas al frente, donde un cálido atardecer estaba despidiéndose de ellos para dejar paso a la noche, quizás la mas fría de todas.

-¡Tom! ¡Tom! ¡Corre ven! – Gritó Sawyer mientras corría hacia la casa.

Tom le dio alcance antes de llegar y los dos corrieron hacia la ambulancia que entró derrapando en aquel arenoso suelo.

Abrieron las puertas de atrás de la ambulancia y entraron.

-Pero… ¿Qué les ha pasado? –Preguntó Tom dejando caer una lágrima por su rostro.

Celia era presa de un ataque de nervios, no conseguía articular palabra alguna, solo conseguía llorar.

-¿Quién es ella? – Preguntó señalando el cuerpo que tenían en el suelo tapado de pies a cabeza, porque ya la habían perdido completamente.

Buscó a Sara en el interior de la ambulancia, no estaba.

-Pe…Pero… ¡¿Qué coño ha pasado?! – Tom comenzaba a alterarse.

-Es Laura, una amiga de Raquel y Cristian… -Explicó Sawyer señalando a Raquel, la cual subía hacia la ambulancia.

Tom miró a Raquel esta abrió los brazos y lo abrazó fuertemente mientras rompía a llorar.

-Llevémosla dentro… - Decía Mario mientras subía a la ambulancia.

Mario era mayor ya, tenía unos treinta y tantos, era moreno aunque algunas canas se asomaban ya por su despeinada y alborotada cabellera. Una espesa barba cubría su rostro, seguramente no se había afeitado desde hacía bastante tiempo. No era muy fuerte, más bien algo lacio, y muy blanco.

Él y Sawyer agarraron la camilla y la llevaron a una de las habitaciones del piso superior, para colocarla con cuidado en la cama.

La habitación estaba vacía, solo tenía la cama a mano izquierda y un escritorio con folios, bolígrafos y un flexo delante de la ventana, por la cual se veían aquellas maravillosas vistas de las montañas.

- Desde la habitación de al lado se ve toda la ciudad… - Le dijo Sawyer a Sara, la cual llevaba un buen rato asomada a la ventana llorando, quizás en estado de shock. – No sabría elegir uno de los dos paisajes. Hay vistas muy buenas desde esta casa. – Sara asintió con la cabeza sin quitar la vista del paisaje, estaba comenzando a oscurecer.

-Ha ocurrido todo muy rápido. – Susurró.

-Deberíamos dejarla sola, no te preocupes, de un momento a otro tiene que despertar. – Añadió Sawyer mientras salía por la puerta y la cerraba tras sí.

Sara se giró y ando hacia la cama, se agachó a un lado y comenzó a llorar.

-Te necesito… Te necesito aquí conmigo Sofía. –Le pidió.

9:34 AM

La noche pasó tranquila, Tom y Mario hicieron guardia desde el tejado de la casa, y no hubo ningún movimiento extraño por los alrededores, parecía que allí estaban a salvo, todo lo contrario a la ciudad, donde de vez en cuando se escuchaban explosiones y grandes masas de humo grises subían hacia el cielo en señal de incendio, aunque algunos fueron tan grandes que se visualizaban desde allí.

Sawyer descansaba plácidamente en su nueva habitación y de pronto una pesadilla hizo que se sobresaltase y despertase asustado. Se llevó una mano a la cara y se levantó. Abrió la puerta con cuidado para no hacer ruido, ando despacio por el pasillo para acabar bajando las escaleras que había al fondo. Una vez en la cocina vio que Mario y Tom estaban despiertos buscando algo, dedujo que era café puesto que acababan de enchufar la máquina.

-Deberíais dormir algo. – Les dijo mientras soltaba un bostezo.

-No lo que deberíamos es salir a por comida. –Dijo Tom mirando a Sawyer tras enchufar la cafetera.

-Y munición. – Añadió Mario.

-La munición es el agua caliente. Los desintegra. – Explicó Sawyer.

Mario asintió y llenó dos tazas de café. Le hizo un gesto a Sawyer para preguntarle si quería, a lo que asintió. Sacó otra taza y se la llenó de café.

-¿Cómo están las chicas? – Preguntó Mario.

Sawyer se encogió de hombros. Carla bajó las escaleras y abrazó a su novio este le respondió el abrazo.

-¿Cómo están las demás? – Le preguntó Sawyer a Carla.

Carla le dio un sorbo al café de su novio.

-Raquel sigue dormida, no la he sentido en toda la noche, Celia se ha despertado varias veces llorando y Sara mejor ni os cuento… Creo que no ha dormido nada.

-¿Y Rosa? – Preguntó Tom.

Sawyer y Carla se miraron.

-Rosa no vino con nosotros, ¿No estaba aquí contigo? – Preguntó extrañado Sawyer.

-Sí, pero anoche no la vi. – Respondió Tom.

Mario les señaló al sofá. Estaba allí dormida. Todos suspiraron aliviados.

-¿Y cómo habéis dormido para saber tu como han dormido todas? –Preguntó Mario.

-He dormido con Celia y Raquel en la cama de matrimonio… Que por cierto han dormido las dos abrazadas… Cuando me acosté ya estaban dormidas así… Así que no sé qué pasará con ellas… -Contó Carla sonriendo.

-Bueno, ahora que estamos todos mas tranquilos, ¿Podéis contarnos que pasó ayer? – Insistió Tom mirando a Sawyer y Carla.

-Nosotros estábamos en la casa, Sara, Raquel y Cristian entraron, Laura y Sofía tardaron más… Escuchamos un grito, salimos corriendo pero ya era tarde, Laura tenía la mano de uno de los bichos eso atravesándole el estómago, lo que fue muy raro es que no tocaron a Sofía hasta que no se sintieron amenazados… Tres de ellos se acercaron para atacarnos, y de la nada salió otro bicho pero este no atacó se colocó delante de nosotros y mató a los tres que nos fueron a atacar… Luego cogió a Laura y a Sofía, las montó en la ambulancia, y no sé como, llenó el depósito y desapareció. – Explicó Sawyer.

-Fue muy extraño. Había una mujer observándonos. Se fue con ella. Juraría que se parecía a Sofía. Quizás fue por mi estado de shock. – Terminó de explicar Carla.

-Bueno… Al menos no hemos perdido tanto… - Respondió Tom mientras se sentaba en un taburete.

-¿Ah no? ¿Le preguntamos a Celia, o a Sara? – Dijo Sawyer alterándose.

Celia comenzó a bajar poco a poco las escaleras con Raquel, estaban en pijama.

-¿Hay café? – Preguntó acercándose a Sawyer, el cual la abrazó y le dio un beso en la cara.

A Celia se le volvieron a saltar las lágrimas y abrazó a Raquel.

-Sí, hemos encontrado un par de cajas. Eso, 4 garrafas de 5 litros de agua y un par de paquetes de macarrones. – Dijo Mario.

-Deberíamos de ir a por comida. – Añadió Tom.

-¿Al centro? ¿Vamos a volver a la ciudad? – Preguntó Celia alarmada.

-No creo, hay una gasolinera que… -Intentó decir Tom.

-No, lo mejor es un supermercado podemos ir al que hay entrando a la ciudad que no es lo suyo adentrarse mucho ya que podri… -Respondió Cristian mientras bajaba las escaleras.

-No, escuchadme mejor avanzamos creo que cerca podría haber algún pueblecito por las montañas y ahí cualquier tiendecilla podría servirnos hasta que acaben encontr…. – Paró Sawyer al ver a Sara sentarse en medio de las escaleras y apoyarse en sus rodillas.

Tenía los ojos rojos e hinchados, de haberse hartado de llorar y de no haber dormido nada.

-Escuchadme, sé que es una locura… - Comenzó a decir Sara. – Pero en la ciudad al otro lado hay un polígono industrial  en el que encontraríamos toda la comida que nos hiciese falta y al haber un centro comercial de juguetes todas las pistolas de agua que quisiéramos y más… Yo lo dejo caer, de que solo la comida no nos servirá de mucho. – Terminó de decir.

Sawyer, Tom, Cristian, Mario y Carla salieron afuera para abrir un cobertizo que había allí afuera cerrado. Raquel sacó dos tazas para servir más café.

-¿Cómo estas? – Preguntó Celia mientras se acercaba a ella para sentarse a su lado.

-¿Y tú?

Celia la abrazó.

-¿Qué es esto? – Le dijo Celia quitándole del bolsillo del pijama una especie de carta.

-Nada, dámelo. – Respondió alterada intentando quitárselo de las manos.

Celia la empujó un poco para leer lo que parecía un título.

“4 Horas sin ti”

-¿Qué es esto Sara? – Le preguntó extrañada.

-Nada. – Dijo quitándoselo de las manos.

-¿Es para Sofía verdad? – Le preguntó mientras le acariciaba el brazo para que se calmase.

-Se lo daré en cuanto despierte. Porque va despertar.

-Si no lo hace… – Intentó decir.

-Lo hará, dale tiempo… Solo tiene que reposar un poco.

-Mas le vale… - Terminó de decir Celia y se levantó de su lado para coger la taza que Raquel le tendió y salió al cobertizo. Raquel entró al servicio.

Sara subió, se vistió lo más rápido posible y se guardó la carta en el bolsillo de los vaqueros.

-Espero que no haga falta volver a escribir nada y que despierte pronto – Susurró para si misma mientras se acercaba a la cama y le daba un beso en la frente a Sofía. De pronto escuchó un golpe proveniente de afuera, se asomó a la ventana y no había movimiento alguno pero de pronto vio como Celia pegaba una carrera hacia adentro de la casa y esto, la alarmo.

-¡Sara! ¡Sara! – Gritaba.

-¿Qué pasa? – Respondió mientras bajaba como una bala las escaleras.

-E… En… El… Co… Cober….tizo…–Respondió asfixiada.

-¿Qué pasa en el cobertizo Celia? – Interrumpió Sara mientras que la agarraba por los hombros para zarandearla.

- El bicho, la mujer, el bicho que vimos irse con el bicho ese ayer, el bicho que nos ayudó, la mujer que mató a los demás bichos… - Celia no conseguía explicarse y todo lo que decía estaba liado.

-Celia… Calma, y explícame. – Dijo volviendo a zarandearla.

-Tenemos en el cobertizo a la mujer que vimos ayer irse con el bicho que nos ayudó. – Explicó Carla desde la puerta. – Y efectivamente le da cierto parecido a Sofía.

-¿Qué pasa? – Preguntó Tom saliendo del aseo.

Rosa bajó las escaleras y los miró a todos sin mediar palabra, nadie la había escuchado hablar.

-¿Qué está pasando? ¿Qué son esos gritos? ¿Qué mujer? ¿De qué habláis? – Preguntó Raquel bajando las escaleras mientras se terminaba de abrochar el pantalón.

- Tu estabas dentro cogiendo la ropa cuando pasó todo… Y vimos a una mujer… Venid y comprobadlo vosotros mismos. – Propuso Carla saliendo.

Todos fueron al cobertizo. Tom, Raquel, Rosa, Sara y Celia entraron para comprobar el extraño rumor de la mujer que se fue con un bicho.

-¿Patricia? – Preguntaron al unísono Tom, Rosa y Raquel.

-Tom… - Dijo la mujer.

Tom se acercó a ella y la abrazó. Raquel y Rosa lo siguieron, pero optaron por no unirse a ese abrazo.

-¿Cómo está mi hija? – Preguntó Patricia.

-Mal… Está en cama… No despierta… - Explicó Tom.

Patricia puso cara de preocupación y pulsó un botón que tenía en lo que parecía un reloj de muñeca y pocos segundos después aquel bicho que los salvó apareció.

-Señora… - Se le escuchó decir con voz ronca y aspera.

Patricia solo lo miró, este gruñó.

Sara se llevó una mano al pecho donde tenía los arañazos de las uñas del extraterrestre. Y se estremeció a la vez que se quedó lacia. Celia la agarró para que no se hiciera daño al caer al suelo.

-¿Estás bien? – Le preguntó Celia preocupándose al ver su blanca cara, más en pocos segundos se puso bien, esta miró a Celia preocupada.

-Ha pasado algo. Tengo un presen…. – Susurró, más no pudo terminar la frase, acabó desmayada en los brazos de Celia.

12:30 PM

Sara abrió los ojos lentamente. Estaba tumbada en el sofá. Celia estaba sentada a su lado llorando.

-¿Qué te pasa? – Le preguntó confusa.

-Es Sofía… - Respondió con un nudo en la garganta y volvió a romper a llorar, no aguantó allí y salió afuera.

Sara negó con la cabeza, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Vio a aquella criatura entrar y se abalanzó sobre él.

-¡Cabron! ¡La habéis matado! – Decía mientras le daba puñetazos, este la agarró y se la puso delante a Patricia.

-Cálmate… - Le susurró abrazándola y se sentaron en el sofá.

-Cuéntanos… - Le dijo Tom al bicho mientras entraba a la casa junto a Sawyer, Carla, Mario y Cristian.

-¿Dónde están Raquel y Rosa? –Preguntó Tom.

-Estamos aquí… - Respondió Raquel mientras entraba y se sentaba en un extremo del sofá. – Rosa y Celia dicen que se quedarán afuera.

-¿Qué quieres de nosotros? - Preguntó Sawyer apoyándose en la pared.

-Ayudaros. - Respondió, lo cual hizo que todos intercambiaran miradas entre ellos. - No pretendo haceros daño, tranquilos. Estoy en vuestro bando.

-¿Cómo pretendes ayudarnos? - Preguntó Mario incrédulo, pero aun sin bajar la guardia.

-Contándooslo todo. Creo que debéis saberlo. - Respondió el ser sacando una pistola de agua de la nada y entregándosela a Sawyer.

Tom incitó con la mirada a Sawyer para que apuntara a la criatura, más no cedió.

-Pues empieza. - Le amenazó Tom.

-Empezaré por el principio, todo comenzó hace millones de años, desde casi el mismo comienzo de la creación del universo, nuestra civilización estaba en guerra, teníamos  un "líder" cada cierto espacio y otro que era el poder absoluto. Las fuerzas de Grothen encontraron la "manera" por así decirlo de sobrevivir ya que llegamos a tal punto que nos estábamos "matando" unos a otros, matándonos como mis compañeros hacen con vosotros, no, eso no, matándonos como vosotros os matáis entre vosotros, mentiras sobre mentiras, líderes que no solucionan nada, y poder, querer tener siempre más y más... Se nos fue mucho de las manos y con los avances tecnológicos que teníamos inspeccionamos un poco el universo. Curiosamente encontramos otro planeta muy parecido al nuestro, solo que millones de veces mas chico, y que proporcionalmente a la gran estrella estaba en la misma distancia. Mis antepasados fueron programando la nave y tardaron años en llegar.

-Pero ¿Donde? ¿Aquí? Con el calor que hace... - Dijo Cristian atónito. - Y ¿Qué tipo de mecanismo?

-No, para, escucha... Antes de eso ya intentamos reprogramar otros planetas, ese mecanismo que creamos permitía viajar más rápido de un planeta a otro, era cuestión de horas, minutos, incluso a veces segundos. Nunca lo entenderíais, no era tele transportación ni nada por el estilo, era más bien como un súper propulsor, unías dos o tres y se viajaba, en cantidad y rápido. Cuando vimos ese planeta al que vosotros llamáis "Marte" decidieron ir allí a montar algunos propulsores para agrandar la civilización... Con la mala suerte, o mejor dicho puntería que acabamos en este planeta, cuando aún no existía vida alguna sobre el. Montamos tres en "Egipto, Gizeh"

-¿Las pirámides? ¿Las tres pirámides de Gizeh fueron obra de los tuyos? Pero si hay cientos de pirámides y solo hicisteis tres... No es posible... - Se quejaba Mario.

- Exacto, eso que conocéis desde siglos atrás como "pirámides" no lo son, os equivocáis. Llegamos a este planeta, montamos los propulsores para poder volver y nos fuimos. Cuando llegaron ya llevaban varios años fuera y todo había cambiado completamente... Encontramos la manera de mantenernos en paz y armonía, sin líderes, sin guerras, era perfecto... Al cabo de unas cuantas generaciones tres de los nuestros decidieron volver a probar los propulsores, por mera curiosidad, para ver vuestros avances. Eran asombrosos, teníais muchos más construidos acorde con muchísimas mas estrellas esperando a que nosotros "vuestros dioses" bajáramos, hicisteis un gran avance, nos idolatrabais como dioses, a algunos los llevábamos a orion por eso el nombre de la constelación "orión el guerrero" Una simple tilde lo cambia todo... La cosa es que conseguimos lo mismo con vosotros, paz... Pero vosotros no estáis preparados  para eso, no estáis preparados para controlar completamente vuestra vida, el universo hace la grandiosa tarea de conectarlo todo. Todo es materia y se puede controlar... Se le puede dar forma, como por ejemplo una mesa, ¿Veis esa de allí? Pues ya no. - La mesa se descompuso y desapareció . - Pero aún está entre nosotros, y se puede volver a controlar. - La mesa reapareció como por arte de magia. - No podría hacer otra sin antes haberla desecho, ¿Entendéis?

Todos lo miraron perplejos ante la mágica aparición y desaparición de la mesa.

- Más o menos te seguimos, pero la cosa es, ¿Qué pasó? ¿Por qué nos atacáis ahora y de esa forma tan cruel? - Preguntó Sawyer. - Podéis hacernos volar por los aires y hacernos desaparecer, pero preferís derramar sangre... No lo entiendo.

- Vuestros antepasados comenzaron a pelear, todos querían todo, es decir, controlarlo todo, no les bastaba con lo suyo propio, siempre querían mas... Y nuestro líder, el que pensó que dejaros vivos era buena idea se desmoralizó… Puede que os suene, se llama Keops. Después de desmoralizarse todos se fueron. Sin nosotros como veis la cosa volvió a estar como antes, solo que con algunos avances tecnológicos. Os engañamos, fuimos volviendo de vez en cuando a tallar dibujos, dejamos ciertas señales, embalsamar cuerpos y meterlos dentro de las pirámides, pero no os disteis cuenta de lo que verdaderamente significaba...

-Pero... ¿Por qué esta guerra y precisamente ahora? - Insistió Sawyer.

- Tenían a uno de nosotros, y es que verdaderamente siempre hemos estado cerca, viendo como poco a poco os cargabais el planeta y a vosotros mismos... Pero consiguieron raptar a uno y sacarle información, sacaron libros y miles de cosas intentando explicar cómo controlar la materia y todo eso, pero como siempre queríais mas no llegó  a funcionar bien, mataron a nuestro amigo y a los demás que estaban en contacto con la base 51 de Roswell y aquí estamos haciéndoos sufrir de la misma manera en la que vosotros nos lo hacíais a nosotros.

-Pero ¿Qué culpa tenemos nosotros? - Preguntó Carla.

-Podríais haberlo intentado y nadie hubiera muerto.

-Valla desastre... - Suspiró Mario. - ¿Y qué pasará ahora?

-Que ya no tenemos esperanza en vosotros y os quieren aniquilar, matasteis a amigos míos...

-¿Y tú porque no nos matas? - Preguntó Tom.

-Todavía tengo fe... Y sé que vosotros acabareis con esto.

-¿Cómo? - Se extrañó Carla.

-Recordad, todos sois uno, todos estáis conectados... No sé exactamente como pararlos, pero vosotros en el fondo si, podéis utilizar y tener los mismos “poderes” que ellos.

Todos se miraron. Cuando de pronto la puerta se abrió bruscamente, era Rosa.

-Sawyer, Mario, venid por favor corred...- Ambos se pusieron de pié y pusieron rumbo a salir.

-¿Qué pasa? - Preguntaron al unísono.

-Mirad. - Respondió.

Cientos de esos seres caminaban por la carretera que se veía desde allí.

-Joder... - Se alarmó Mario y corrió hacia el coche.

Aquel ser lo paró.

-No. – Le dijo mirando a Patricia, que había salido tras ellos con Sara. – La buscan a ella.

-¿Qué? ¿Estás de coña no? - Dijo Tom completamente alarmado. – Desaparece, la dan por muerta, y ahora que vemos que está bien la buscan esos bichos. ¿Por qué?

Sara prefirió entrar estaba llorando muchísimo. Cuando de pronto se topó cara a cara con aquella inquietante criatura la cual entró en un abrir y cerrar de ojos para meter a Patricia dentro.

-Cálmate, ¿Qué le pasa? -Pregunto el ser.

-¡Esta muerta! Y por vuestra culpa. - Gritó Sara llorando.

-¿Ahora entendéis por lo que hemos pasado no? - Le dijo a los demás señalando a Sara la cual no paraba de llorar.

Sawyer dejó la pistola de agua en el asiento dentro del coche. Celia la miró la cogió sin que nadie se diera cuenta por la puerta del otro lado.

-¡Claro! Tú puedes revivirla, es materia, sigue entre nosotros. -Dijo Cristian señalando al ser.

- No, es otro tipo de "materia" ella está aquí cuerpo presente, lo que no esta es su alma.

-¡Venga ya! Matémoslo. - Insistió Rosa mientras lo apuntaba con la pistola.

-¡No! - Gritaron al unísono Sawyer, Tom y Mario.

-¿Qué pretendes? -Lo sorprendió Celia apuntándolo con la pistola de agua desde detrás de él hacia su cabeza.

El ser se giró sobre si para intentar quitarle la pistola, pero Celia iba a disparar.

-No dudaré en hacerlo. - Amenazó. - Solo te lo repetiré una vez más. ¿Qué pretendes?

-Soy Keops, Patricia me devolvió a la vida y ahora me controla. - Respondió.

Un largo silencio los inundó.