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Hay muchas cosas que se pueden hacer en una biblioteca aparte de estudiar...
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La biblioteca que frecuento todas las tardes es como mi segunda casa. A veces suelo ir con un amigo allí porque nos gusta el silencio y ambiente de estudio que se respira. La bibliotecaria es una mujer de unos 35 años aproximadamente que se preocupa mucho por los jóvenes que acudimos a sus dominios, nos proporciona los libros que le pedimos y siempre está pendiente de nosotros.
Debajo de esas gafas de pasta, esa blusa holgada y esa falda estrecha y larga que viste se oculta una mujer de pecho generoso, contoneantes curvas y mirada salvaje. Nunca he sabido que es lo que le atrae de nosotros o quizá es que su vida sexual hasta ahora no ha sido muy satisfactoria pero lo cierto es que hoy está más amable de lo normal y estoy seguro de que no haremos los deberes, o al menos no los que nos han pedido.
Estos dos chicos me ponen a cien. Vienen a menudo a mi biblioteca y nunca me he atrevido a pedirles que me devuelvan la maravillosa atención que les presto. Pero la lujuria se apodera de mí cada vez que me acerco a ellos. Tan jóvenes, fuertes y guapos. No está bien que una mujer de 35 años ande detrás de unos chicos de 17 pero la temperatura me sube por momentos. Así que le echaré valor y me acercaré a ellos, me desabrocharé la blusa un poco y a ver que ocurre.
¿Qué tal chicos, necesitáis alguna cosa?
No, nada de momento, gracias.
Sus ojos no pueden evitar la tentación de dirigirse hacia mi escote. Noto que se han puesto nerviosos. Es posible que la cosa quede ahí, se irán o se olvidarán del detalle.
No sé porque aquella señorita se toma tantas molestias con nosotros, como tampoco comprendo como puede ser tan descuidada al abrocharse la blusa. Quizá sea mejor avisarla del olvido pero me da un poco de apuro.
Me estoy volviendo loca, ¿es que no se dan cuenta de que intento seducirles? ¿Qué tengo que hacer bajarme las bragas delante de ellos? De verdad que a la juventud de ahora hay que dárselo todo hecho....
Parece que algo le ha sentado mal por la mueca que ha hecho. Algo se le ha caído a su espalda, se está agachando a recogerlo y nos deleita con un sensual balanceo de trasero en nuestras propias narices. Nos miramos mutuamente y luego a ella, ganas nos están dando de cogerla y atraerla hacia nosotros pero cualquiera se arriesga a semejante atrevimiento.
A ver si así se enteran de lo que deseo. ¡Por favor, que estoy desesperada! Pero nada, ni se inmutan. ¡Ya estoy harta! Voy a proponérselo claramente y acabemos de una vez.
Mirad chicos, llevo varios días observándoos y, he pensado que si vosotros quisierais quedaros hasta que cierre la biblioteca os podría enseñar unas cuantas cosas que no vienen en los libros.
Debo tener la cara colorada como un tomate tal y como yo se la veo a mi amigo. Mi verga se endurece por momentos y no dejo de mirar hacia su escote donde se dejan ver una par de cocos morenos que vibran como dos flanes de vainilla.
Como digan que no, me muero. Los tengo a puntito, lo sé. Y yo también lo estoy, creo que estoy mojada. Nunca me he sentido así, como un animal en celo. Me los voy a comer a los dos.
Bueno, esperaremos.
Mi amigo parece conforme y no abre la boca. Advierto un estado de inquietud que me preocupa, deseo hacerme con esa loba y si él me falla se fastidia el plan. Nunca he estado con una mujer mayor, solo de pensarlo me siento más hombre. Parece que la gente ya se va. Y ella se acerca a nosotros.
Se abalanza sobre mí y me besa en la boca, luego introduce su lengua hasta tocar la mía y me provoca una erección. Mi amigo comienza a quitarse la ropa. Acerca su mano a él y se la coge como si de un mango se tratase. Continúa besándome y rozando su pelvis sobre mi paquete, duro y compacto. Al mismo tiempo comienza a masturbar a mi amigo, se la agita con entusiasmo y me aprieta el culo.
¡Cómo estoy!, creo que ya estoy húmeda, me los voy a tirar a los dos, no voy a parar hasta que queden exhaustos. Al otro ya lo tengo a punto:
Bájate los pantalones guapo. Quiero ver lo que te gastas.
Acerca a mi amigo tirando de su aparato hasta sus labios y comienza a chuparle la verga inyectada en sangre. Mientras, yo desnudo, empiezo a bajarle la falda. Un tanga negro se esconde entre sus nalgas firmes y no puedo evitar la tentación de mordisquearlas. Ella, boquiabierta, observa con lujuria mi polla empalmada que la encañona desafiante. Se quita el tanga me coge por los hombros me lanza sobre la mesa y me monta como una vaquera.
¡Qué gusto!, dos para mí sola:
Hey rubiales no te escapes ven aquí.
Ni lo intento siquiera, estoy dispuesto a acabar contigo.
Con gesto agresivo descabalga y se lanza sobre mi amigo, levanta su pierna derecha y pone el pie sobre una silla. Le coge la cabeza y la coloca bajo su coño:
-Y ahora cumple con tus amenazas presumido.
Mientras mi amigo lame su entrepierna me dirigiré a ella por la espalda y le cogeré las tetas. Dos pezones respingones me mantienen excitado y tomo la decisión de penetrarla por detrás.
¡No lo puedo creer, Dios mío! Seguid por favor, no os paréis ahora.
Ah, ah, ahjj, sí, sí, siiiii Sigue, sigue, seguid los dos, no paréis.-Creo que me estoy corriendo, siento que le estoy mojando la boca y la verga que tengo dentro de mí se está corriendo, noto como fluye el líquido caliente.
Mi amigo se levanta y aprovechando que está excitada la penetra. Los dos marcamos un compás y ella no puede hacer otra cosa que dejarse llevar. Yo ya me he corrido pero sigo teniéndola empalmada. Lo percibo, creo que puedo correrme de nuevo.
Esto hay que repetirlo, no lo puedo creer en mi vida había sentido tanto placer. Gimo como una loca. Estos dos van ha hacer que muera de gusto, si es que alguien ha muerto alguna vez de eso.
Por el gesto de mi amigo noto que se está corriendo, los dos jadean, tengo que conseguirlo.
Se está corriendo noto el coño ardiendo, y el otro debe estar....ya, también se está corriendo. Buff, no sé si mis piernas me van a responder después de esto.
Mientras nos vestimos, ella nos observa y quedamos en volver otra tarde, le ha gustado tanto que le hemos prometido traer más amigos otro día y nos lo agradece pero insiste que si no es posible, con nosotros ha quedado contenta. Nos despedimos y ella nos mira mientras salimos.
*NOTA: para dar vuestras opiniones sobre el relato podéis hacerlo a ahiva74@mixmail.com . Gracias