3ª Fantasía: Bertín Osborne
Dentro de mis fantasías, también se encuentran personajes famosos. Para mí, Bertín es de los personajes que más me ha puesto y que todavía me pone.
Este verano cogí la bicicleta y me fui a dar una vuelta. Ya había salido de la ciudad y vi a lo lejos un chalet y decidí acercarme para pedir un poco de agua. Llamé al timbre y cuál fue mi sorpresa cuando me abrió la puerta Bertín Osborne. Le pedí que si me podía dar un poco de agua y me dijo que pasara. Comentó el calor que hacía y que estaba a punto de darse un baño en la piscina. Me preguntó que si yo quería, pero le dije que no tenía bañador. Me indicó donde estaba el cuarto de baño y que ahí encontraría alguno. Subí y me lo puse. Cuando bajé vi que Bertín se había dado un chapuzón y se estaba tumbando en una tumbona. Me tiré al agua y mientras, me fijaba en Bertín que estaba tumbado y llevaba un marcapaquetes blanco. Vi que al lado suyo había puesto otra tumbona y una toalla y me salí. Bertín parecía dormido y yo coloqué la tumbona cerca. Me tumbé y me fijé que Bertín, al tener todavía húmedo el bañador, se le transparentaba todo y se marcaba perfectamente glande. Yo pensé que aunque Bertín iba de macho ibérico, no creía que despreciase una buena mamada.
Me estaba poniendo muy caliente, y no era por el sol…menudo cuerpo que tenía. Tenía unas piernas fuertes, unos muslos que parecían duros todo cubierto de bello. Su cuerpo era grande, fuerte y velludo. Desde el ombligo hasta casi el cuello, tenía el vello muy rizado, haciendo caracolillos en su pecho.
Me acerqué aprobechando que estaba dormido, y con mucha sutileza, le acaricié el paquete y le metí un lametón en el glande, por encima de la tela. Bertín no debió notar nada, por lo que continué lamiendo, hasta que mi boca no pudo más y me introduje todo el paquete húmedo en la boca. Bertín se sobresaltó. Me preguntó que qué hacía, pero no dije nada y me volví a meter el paquete en la boca. Bertín se quedó quieto viendo como gozaba con su polla. Saqué el pajarito de la jaula, que como todavía estaba húmedo estaba morcillona. Le metí dos lengüetazos en el glande y el pajarito se convirtió en un águila imperial. Me metí todo el rabo en la boca, Bertín se incorporó y me cogió la cabeza, haciéndome el sube y baja con las manos.
Bertín alargó sus brazos y me empezó a tocar el culo. Sus dedos, que eran largos y gordísimos, se introducían en mi ano. Yo seguía comiéndome su polla, pero cuando estaba a punto de eyacular Bertín me paró y me dijo que me quería follar. Me senté de espaldas a él y me metí poco a poco su gorda polla. Mi esfínter se fue adaptando hasta que me lo metí hasta el fondo. Los pelos de sus pectorales me acariciaban la espalda. Su verga me estaba haciendo gemir de gusto, yo no paraba de subir y de bajar, su glande no paraba ni un momento de recorrerme. Bertín se empezó a correr, con sus brazos me sujetaba para que no me perdiese ninguna gota de su lefa.
Cuando terminó, me di media vuelta y empecé a lamerle el pecho. La punta de mi lengua jugueteaba con sus pelillos. Ni con mi boca ni con mis manos podía cubrir esos pectorales peludos. Bertín me pidió que le hiciese lo mismo en el ano. Se puso a cuatro patas y me dejó el agujero al descubierto. Su culo era enorme y mis manos no daban para acariciarlo. Metí mi lengua en su raja y empecé a lamerle todo. Le humedecí todo el culo peludito.
Mientas mi legua jugueteaba con su ano, le fui metiendo algún. Mi polla estaba ardiendo y babeando, y sin preguntarle a Bertín, la coloqué en la entrada de su culo y se la metí con cuidado, pero sin pausa. Él no dijo nada, sólo gimió. Me agarré a sus anchos hombros y le empecé a follar. No me podía creer lo que estaba haciendo. No fui muy rápido porque quería disfrutar el momento, me estaba follando a unos de los tíos mas deseados de España. Intente agarrarme a su cuerpo, sobarlo mientras que mi glande descubría su cuerpo. Evacué todo mi semen en su interior y al sacar mi polla de su culo salieron algunas gotas de lefa. Bertín se dio media vuelta, tenía una sonrisa en su cara, se agachó y me lamió los restos de lefa que había en mi glande.
Bertín me cogió de la mano y nos metimos en la piscina. Nos agarramos y nos empezamos a besar. Nuestros cuerpos se restregaban juntos, hundiéndonos de vez en cuando con las leguas jugueteando en las bocas. Al final terminamos en una de las tumbonas, yo acostado sobre él, acariciado su pecho peludo.
Con qué famoso, confesable o inconfesable, te lo montarías ... fantasiaoculta@gmail.com