360º en mi vida - 4
La primera salida enamorada, su primera masturbacion
360º EN MI VIDA – 4
María había esperado el sábado con nervios, por fin podía ver a Álvaro y hablar distendida con él, conocerlo, le gustaba.
Se había puesto un vestido estampado, con escote recto, la falda le llegaba hasta la rodilla, manga corta, le marcaba la cintura, que era fina, sus pechos se adivinaban, eran grandes, sin llegar a voluminosos, prietos y mostraban un canalillo que excitaba a cualquiera, su maquillaje era discreto, labios con un poco de color, una sombra en los ojos a tono con la hora de la cita, el pelo suelto, unos pendientes de fantasía y un pequeño reloj, una cartera haciendo juego con sus zapatos que no eran de gran tacón, sobre unos 8 cm.
Cuando llego a la cafetería, Álvaro ya estaba en ella, se había sentado en una mesa cerca de la ventana, cuando la vio llegar se puso de pie para recibirla, se dieron la mano y la invito a sentarse.
- ¿Qué quieres tomar?
- Una limonada, gracias.
- LA primera vez que te vi, decía Álvaro, me causaste una impresión muy agradable,
- Gracias,
- Estudias por aquí cerca?
- Si en una academia de dibujo, me gusta diseñar modelos de costura y quiero ser diseñadora, no se me da mal. ¿Y tú qué haces?
- Yo soy abogado, llevo un año, trabajando en un bufete aquí cerca, y mi jefe está muy satisfecho con mi labor, de los pleitos que he atendido los he ganado todos, espero hacer carrera en la abogacía. Bueno solo sabes mi nombre y ahora a lo que me dedico, tengo 32 años y no tengo novia, espero encontrar una chica tan bonita como tú.
María, se ruborizo al oír la galantería.
- Muchas gracias, tu también tienes muy buena facha, me encantan tus ojos verdes.
- Si los quieres te los doy, jajaja
- El otro día me decías que estabais preparando una fiesta con motivo de que te habían dado el alta tras una enfermedad?
- Si, he tenido un tumor cerebral, y he estado 5 años en coma, gracias al tesón de mis padres y a la fe en Dios, me he repuesto totalmente tras una operación muy difícil, he vuelto a nacer, ya que los médicos me operaron a vida o muerte, y vencimos, por eso tras el alta definitiva, mis padres han querido dar una fiesta en mi honor por haber vuelto a nacer.
- Bien por los médicos, que te salvaron, y tendría que darles las gracias.
- ¿Por qué?
- Si no te hubiesen salvado no te conocería y no estaríamos hablando ahora, yo creo que durante la operación un ángel guio las manos de los médicos y aprovechando el momento se encarno en ese cuerpo, pues en realidad tienes una cara de ángel.
- Por favor Álvaro no exageres, me estas ruborizando.
- Te estoy diciendo la verdad, eres una chica muy hermosa.
- Gracias.
- Y me gustaría que esta cita se repitiera más veces.
- Claro a mí también me siento muy bien en tu compañía, apropósito, quiero que vengas a mi fiesta, tienes algún compromiso, será dentro de 15 días en la finca de mis padres.
- No, no tengo compromiso alguno, con sumo gusto dime exactamente el día hora y la dirección que no faltare.
María, saco de su cartera un pequeño bloc y anoto la fecha, dirección y su teléfono y le dijo.
- Toma, aquí te pongo los datos y mi teléfono, por si me quieres llamar algún día.
- Gracias, toma mi tarjeta, en ella están todos mis datos. Tienes algún plan para mañana?
- No, porque?
- Si te apetece podemos ir a la playa, si quieres.
- Claro que me apetece, no obstante, lo comentare con mis padres, pues aunque ya estoy dada de alta definitiva, me tienen entre algodones, comprendes, quieren saber siempre donde estoy, pero eso se les pasara seguro cuando te conozcan, se ve que eres una persona responsable, y guapo. Te llamo esta noche después de hablar con ellos vale?
- De acuerdo.
La charla siguió durante un par de horas, tomaron varios refrescos y viendo que el tiempo había pasado sin darse cuenta decidieron abandonar la cafetería.
Al salir, Álvaro, le pidió permiso para cogerle la mano, María, se lo dio sin reparos, entre ellos había surgido una atracción mutua, hablando, se dirigieron hacia la casa de María, y en el portal siguieron hablando, al despedirse, María, le dio un beso en la mejilla, que él le correspondió con otro.
Entro en la casa, y tras cerrar la puerta, su rostro se ilumino, busco a su madre y le dijo.
- Mamá, acabo de estar con Álvaro, me pidió si mañana podíamos ir a la playa, estoy muy contenta.
- Claro hija, que puedes y cuéntame quien ese muchacho que te hace feliz.
María, le conto toda la entrevista, de lo que hablaron le dio su tarjeta y le dijo que vendría a la fiesta, le decía una y otra vez que le parecía que se estaba enamorando.
Por la noche, llamo a Álvaro indicándole que si que podían ir a la playa, ella se encargaría de llevar un almuerzo ligero a base de sándwich y algo de fruta. Quedaron en que el la recogería a una hora determina.
Cuando el padre de María, vio la tarjeta de Álvaro, le dio un vuelco el corazón, era el hijo de uno de los abogados más importantes del país, consejero de varias empresas además de tener una fortuna familiar de las más importantes.
María, antes de acostarse, se ducho y aprovecho para probarse el bikini que se había comprado días antes, le quedaba perfecto, era de un color rojo chillón el sujetador le levantaba sus pechos, dando la apariencia de más voluminosos, la braguita le quedaba perfectamente ceñida a su trasero y el corte de las piernas era alto, por lo que le hacia la figura más estilizada, pero dejaba ver parte de su vello púbico, enseguida se lo saco y cogiendo una tijeras comenzó a recortarse el mismo dejando su pubis muy recortado, no obstante no le gustaba, aprovechando la espuma de afeitar de su padre, y su maquinilla con la que se depilaba las piernas, decidió afeitarse el pubis.
Expandió una buena cantidad de espuma por la zona, y abriéndose bien de piernas, comenzó con la operación de afeitado de su coño. En la zona de los labios le temblaba las mano, no quería cortarse, con suavidad y varias pasadas de maquinilla dejo toda la zona perfectamente depilada, el biquini podía lucirlo sin el temor de que se viese pelo alguno de su zona secreta.
Ya en la cama, pensaba en el día siguiente, pasaría casi todo el día con Álvaro, no se lo sacaba de la cabeza, al mismo tiempo que sin darse cuenta fue bajando su mano hacia su zona intima, y comenzó a tocarse, era en realidad de que se tocaba pensando en un hombre, sus dedos se deslizaron por los laterales de sus labios mayores, tratando de buscar la entrada de su vagina, noto como la zona comenzaba a humedecerse uno de sus dedos alcanzo el clítoris, lo acaricio, reacciono al roce y comenzó a endurecerse, le gustaba esa sensación, con la otra mano, se acariciaba uno de sus pechos, el movimiento de sus dedos en el clítoris, aumentaba y ella sentía una sensación cada vez más agradable, apuraba los movimientos instintivamente, cada vez más rápido, comenzaba a jadear de placer, en eso sintió que de su vagina se humedecía demasiado, creyó en un principio que le había venido la regla, no, estaba comenzando a eyacular, y sin darse cuenta sus ojos se pusieron en blanco alcanzando por primera vez un orgasmo, era la primera vez que se masturbaba , le daba vergüenza emitir un grito de placer, se mantuvo en silencio y fue en ese momento que le vino a la mente recuerdos de Alfredo, en el momento de uno de sus escarceos con chicas cuando se acostaba con la de turno, pero ella a la edad en la que comenzó su enfermedad, nunca había tenido tales experiencias, recordaba, que Alfredo, después de eyacular, necesitaba un tiempo de recuperación, ella no sentía eso, necesitaba nuevamente tener otro orgasmo. Tras unos momentos de satisfacción, siguió tocándose el clítoris con insistencia, produciéndose una nueva eyaculación y por consiguiente un nuevo orgasmo, repitió la acción dos veces más y en cada acción eyaculaba y tenía un nuevo orgasmo cada vez más intenso que el anterior, era multiorgasmica, ya solo pensaba en el día que Álvaro la poseyera como su pareja para toda la vida.
Ya agotada y sudorosa, se quedo dormida, soñando toda la noche con Álvaro.
Cuando se despertó al día siguiente tenía en su rostro el reflejo de un sueño reparador, se ducho rápidamente y después de arreglar su habitación, se fue a la cocina para preparar algo para llevar a la playa, de esa manera mataba el tiempo, esperando la llamada de Álvaro, casi a media mañana, sonó el teléfono, ella corrió hacia el gritando que era para ella.
Al cogerlo dijo.
- Hola, quien es?
- Si soy yo, María.
- Me faltan 15 minutos y estoy preparada
- En 20 minutos en el portal, de acuerdo, no te are esperar.
- Quien era? Le pregunto su madre.
- Era Álvaro, que en 20 minutos me recoge en el portal.
Termino con los sándwiches, que estaba preparando, se fue a su habitación, se puso el bikini y sobre el un vestido playero, en una bolsa, metió el almuerzo, una toalla y crema para el sol y dándole un beso a sus padres salió corriendo hacia el portal, le habían sobrado 10 minutos, su padre, al verla tan excitada la llamo.
- Hija, por favor ten mucho cuidado, no tomes mucho el sol en la cabeza, y tranquilízate, que si ese chico viene con buenas intenciones te esperara, diviértete pero cuídate.
- No te preocupes papá, he aprendido muchas cosas en muy poco tiempo, y las aplico en su momento oportuno. Os quiero, me voy que me está esperando.
Sus padres, la despidieron con una sonrisa, mostrando en ese momento el cariño y preocupación que tenían por ella.
En el momento que María llegaba al portal, Álvaro paraba su coche, ante la puerta, se bajo y le ayudo a subir, cerrando tras de ella la puerta de su coche. Ya dentro del y ocultos por el techo del coche, María, le dio un beso en la mejilla, que Álvaro respondió con otro, sus padres estaban viéndolos desde el balcón, pero no habían llegado a ver el beso.
Durante el trayecto, siguieron con la conversación del día anterior, Álvaro, se intereso por la opinión de sus padres y ella le dijo que estaban deseosos de conocerlo, y que lo harían el día de la fiesta.
- Álvaro, tengo que decirte una cosa, pero me da un poco de vergüenza, no se si debo hacerlo.
- Si quieres que tengamos confianza debemos decirnos siempre la verdad, no te parece?
- Si, bueno es que anoche, soñé contigo, y no me preguntes que soñé porque no te lo voy a decir.
- Hay que niña eres, no te voy a preguntar, si soñaste conmigo, seguro que fue un sueño bonito y agradable y no te pregunto nada ya más adelante si quieres me lo cuentas.
Al llegar a la playa, buscaron un sitio tranquilo, pusieron las toallas y una sombrilla que traía Álvaro y se dispusieron a pasar el día, mutuamente, se aplicaron el protector bronceador, María al frotárselo en la espalda a Álvaro, sintió un cosquilleo que recorría todo su cuerpo y una agradable sensación en sus partes intimas. Cuando Álvaro se lo aplico a María esta cerró los ojos y se veía tumbada en una cama nupcial, esperando a ser poseída, pero veía a dos hombres, uno era Álvaro y el otro era Alfredo, que se difuminaba imponiéndose la imagen de Álvaro.
CONTINUARA.