321 y accion iii

Beth le confiesa su amor a sarilen, ¿sentira sarilen lo mismo por beth sin importar la distancia?

3,2,1 Y ACCIÓN

Eugenia

Ambas quedaron calladas durante unos instantes, parecía como si quisieran contarlo todo, decirse lo que sentían, lo deseaban, pero algo les decía que no debían hacerlo.

  • Bueno yo... quería que supieras que te echo de menos - dijo la morena.

Eso le pilló de improviso a Sarilen, estaba muy feliz por lo que acababa de decir Beth, y le costó algo reaccionar.

  • Esto... yo también te echo de menos... mucho.

  • en serio? - preguntó la morena sorprendida.

  • En serio - respondió tímida la rubia.

  • Sarilen tengo que dejarte, hablamos en unos días vale?

  • Vale.

  • Bueno pues... cuídate, que descanses, espero que te vaya bien la serie.

  • Gracias Beth, lo mismo digo.

  • Gracias, buenas noches... un beso.

  • Un beso...

Ambas colgaron el teléfono y se sumergieron en sus pensamientos, se estaban muriendo por decirse lo que sentían, pero el miedo no se lo permitía.

Pasaron tres meses, siguieron en contacto pero no tan a menudo, cada vez era mas duro estar la una sin la otra. Beth ya había echo la primera temporada de la serie, la iban a televisar ya. Beth decidió navegar un rato por Internet y buscar información sobre la nueva serie de Sarilen, pudo ver varias fotos de ella abrazada al que era su "novio", esas imágenes le dolían, asi que decidió mirar cuales eran los planes del director, pudo leer que el director iba a meter sexo bastante explícito entre los protagonistas, y que comenzarían a rodar las escenas pronto, Beth quería saber cuándo sería eso, asi que buscó mas información sobre la fecha exacta, sus ojos casi se le salen de la cara, era dentro de tres días!, si a Beth ya le dolía ver unas simples fotos imagínate ver eso, a pesar de que aun no lo había visto ya le estaba doliendo, decidió que no podía seguir asi.

  • No puedo... lo siento pero no puedo...

Sarilen estaba en su casa, cambiando de canal, en realidad no estaba viendo nada, solo pensaba en Beth y en lo que la extrañaba, pensó en ir a darse un baño pero justo cuando se iba a levantar vio que en la tele salía el nombre de Beth, eran los créditos del principio, al parecer era la serie en la que estaba trabajando, quería ver como estaba Beth ahora, asi que decidió verla.

Llevaban diez minutos del capítulo y Beth aun no había salido, siguió esperando con ansia, hasta que por fin la vió, le costó reconocerla, pero era ella, le habían teñido el pelo, lo tenía castaño claro, casi rubio, estaba preciosa pensó Sarilen, lo hacia muy bien, le encantaban sus gestos, su sonrisa se borró de la cara cuando vió que uno de los chicos que salían la abrazaba por detrás y la besaba en el cuello, al poco ella se giró y se besaron en la boca, sin darse cuanta una lágrima cayó por su mejilla, como le había dolido ver aquello, pensó en lo que tendría que hacer ella en unos días, si Beth lo viera le dolería?, la rubia estaba muy dolida, pero en parte estaba enfadada con Beth, hoy tendría que hablar con ella y no sabría si podría contenerse, prefirió no seguir viendo la tele y la apagó. El teléfono comenzó a sonar, Sarilen se levantó y contestó.

  • Si?

  • Hola rubia.

  • Beth... hola.

  • Oye, qué te pasa?, has estado llorando?

  • No, no, bueno... es que he visto una película muy bonita y me he emocionado.

  • Seguro que es eso? - la morena estaba preocupada.

  • Si, tranquila, que tal estas?

  • Estoy bien, llamaba para decirte que mañana vuelvo, ya hemos acabado la primera temporada a si que me dan unos días libres.

  • De verdad???????? - preguntó entusiasmada.

  • Sip, asi que si quieres nos vemos mañana.

  • Claro!, a qué hora llegas?

  • Llegaré a las cinco de la tarde.

  • Entonces voy a buscarte al aeropuerto quieres?

  • Claro, nos vemos mañana entonces.

  • Si, hasta mañana!

  • Hasta mañana rubia!

Beth sabía que lo que acababa de hacer le costaría algo, tendría que intentar que Sarilen no haga esas escenas, y si pidiéndoselo no vale, tendrá que decirle todo lo que siente.

Sarilen estaba muy emocionada, por fin mañana vería a Beth, pero aun el dolor no había desaparecido del todo, intentaría olvidar lo que vió, pero no sabría si podría.

Sarilen ya estaba en la puerta de salida de los pasajeros, esperando ver a aparecer a la morena, tras esperar cinco minutos empezaron a salir todos los pasajeros, Sarilen la esperaba ver como en la serie, pero sus ojos brillaron al ver a una alta morena, estaba igual que el día que se fue, sus ojos por fin se estrellaron en los azules de la morena, Beth se paró unos instantes y se la quedó mirando, todo lo de su alrededor dejó de existir, solo estaban ellas, fundiendo sus miradas en una sola, la sonrisa de Beth las hizo volver a la realidad, los ojos verdes se humedecieron al ver a la morena acercarse a ella, antes de que llegara Sarilen echó a correr y se tiró a sus brazos, hundió su cara en el cuello de Beth y dejó que las lágrimas comenzaran a fluir.

  • Hola rubia...

  • Por fin... - Beth sonrió al escuchar el comentario de la rubia.

  • Si... por fin.

Beth la apretó mas contra ella, no saben cuanto estuvieron asi pero no les importo, solo querían estar la una con la otra, cuando por fin se separaron Beth le limpió las lágrimas a la rubia con su mano, Sarilen la sonrió.

  • Gracias.

  • No tienes que darlas, bueno, por fin en casa... menos mal, tenía muchas ganas de verte - la morena la guiñó un ojo y echó a andar.

  • Ey!, espera!

La rubia la siguió y se puso a su lado, Beth pasó su brazo por los hombros de Sarilen y la rubia la cogió por la cintura, felices comenzaron a caminar a casa.

Una vez llegaron ambas entraron en la casa de Beth para dejar las maletas, después se irían a comer por ahí.

  • Vaya!, mañana me va a tocar limpiar el polvo.

  • Yo mañana estoy libre, si quieres te ayudo - se ofreció Sarilen.

  • Pues me vendría muy bien tu ayuda.

  • Pues aquí estaré - la rubia hizo el mismo gesto que un militar.

  • Jajajaja, bien soldado, descanse.

  • Jajaja, oye, cuántos días te quedas?

  • Cuatro o cinco.

  • Solo?

  • Si - dijo con tristeza - tengo que volver para seguir rodando, estos días me los han dado por que yo los he pedido, pero si no tendría que a ver seguido rodando.

  • Supongo que estarás cansada y por eso te has pedido unos días libres no?

  • Bueno... no es eso exactamente.

  • A no?

  • Nop.

  • Entonces?

  • Pues... los he pedido porque tenía ganas de verte, ya te lo dije - dijo con sonrisa tímida.

  • Vaya...

  • Eso es todo lo que vas a decir? - preguntó en tono burlón.

  • Yo...

  • Jajaja, anda vamos!

La morena la agarró de los hombros y la fue empujando hasta la salida.

Ya habían comido, estaban tomando el postre y hablaban muy animadamente.

  • Bueno y cómo vas con la serie? - preguntó la morena.

  • Pues bastante bien, solo que pasado mañana tengo que hacer unas escenas que... en fin, no me gustan mucho - dijo agachando la mirada.

Beth ya sabía a que escenas se refería, sabia que esta era su oportunidad para convencerla.

  • Si no te gusta pide que las haga un doble.

  • No se... no es una escena de riesgo... bueno... la cierto es que si que tiene.

  • Qué clase de riesgo?

  • Ya te dije que serían de sexo y bueno... el director quiere que se vea bien la penetración... y sin protección...

  • QUUUUEEEEEEEE?????????????????

La morena no creía lo que acababa de oír, aparte de estar bastante alterada estaba destrozada.

  • Sarilen no puedes hacer eso!.

  • No me queda mas remedio.

  • Claro que si, pide una doble.

  • Tan malo crees que es?

  • Malo?, es malísimo!, escucha, no se puede ir besando a la gente que no se ama, y mucho menos hacer eso!, no puedes entregarte a alguien a quien no amas!

  • Tu y yo nos entregamos... o es que ya no te acuerdas?

  • Jamás lo olvidaré!

La rubia levantó la cabeza al oír el comentario de Beth, sus ojos se clavaron en los azules, pidiendo una explicación.

- Quiero decir... no es lo mismo!, lo nuestro fueron besos y caricias, no fue mas que eso.

  • Tu has dicho que no se puede ir besando a al gente que no se ama... tu me besaste, por qué?

  • No... no lo se - dijo la morena agachando la vista.

  • No lo sabes?, me besaste porque es lo que te mandaron, al igual que a mi me mandan ésto.

  • Pero no es lo mismo!, un beso no trae las mismas consecuencias que hacer el amor y mas sin protección.

  • Se que no es lo mismo, pero es algo que me mandan, al igual que a ti te mandaron besar aquel hombre con el que te besaste en tu nueva serie... - sus ojos estaban casi húmedos.

  • Yo... Sarilen, no quiero que lo hagas... por favor - dijo en súplica.

  • Por qué?, por qué te importa tanto?

  • Porque... no quiero que corras ese riesgo.

La respuesta desilusionó a la rubia, ella esperaba oír otras palabras, Sarilen tenía ganas de besarla pero el dolor que sentía la hicieron salir de alli.

  • Será mejor que me vaya - la rubia se levantó y se giró para marcharse.

  • No espera! - Beth la agarró del brazo - te has enfadado verdad?

  • No... - dijo sin girarse para mirarla - he de irme, me alegro de haberte visto otra vez... adiós.

Se soltó del agarre de la morena y salió de allí, Beth no pudo ni moverse, lo que mas deseaba era estar con ella y con lo que ha pasado sabe que ya no la vera mas a no ser que se decida y le confiese lo que siente, con lágrimas en los ojos se fue a casa, ahora solo quería pensar, estar sola, necesitaba centrarse en lo que iba hacer.

Ya había pasado dos días, ninguna vio a la otra, Sarilen no acudió a casa de Beth para ayudarla, la morena tuvo la esperanza pero ella no apareció, hoy era el día en el que la rubia tendría que rodar esas escenas, Beth lo sabía muy bien y si no hacia algo perdería, asi que sin mas cogió sus cosas y se fue al estudio donde las iban a rodar.

Sarilen acababa de salir de maquillaje, la estaba costando mucho centrarse, tanto porque no quería hacer las escenas y porque no podía dejar de pensar en Beth, sabía que esto solo lo hacía por despecho, realmente ella no quería hacer nada de esto, aun no estaba segura, estaba dando vueltas por el plato mientras lo preparaban todo.

Beth ya estaba en la puerta de los estudios, un hombre estaba vigilando la puerta.

  • Perdone, me gustaría ver a Sarilen Arroyo.

  • Quién es usted?

  • Soy una amiga suya.

  • Lo siento señorita, pero ahora mismo están rodando y no puedo dejar pasar a nadie.

  • Por favor... es urgente que hable con ella.

  • Ya le he dicho que no puedo dejarla pasar, será mejor que espere a que acaben.

  • Cuando acaben será tarde! - dijo alzando la voz.

  • Váyase o llamaré a seguridad.

La morena perdió los nervios y agarró al hombre de la camisa acorralándolo contra la pared.

  • Necesito pasar es que no lo entiende?, amo a esa mujer y no permitiré que ruede esas escenas, asi que o me dejas pasar por las buenas o... paso por las malas.

  • Tra... tranquila, pase, pase - dijo muy asustado el hombre.

  • Gracias.

La morena entró corriendo, tras preguntar a unos cuantos se dirigió por fin a donde debía estar la rubia.

Sarilen fue llamada para que se fuera a cambiar.

  • Sarilen ve a vestuarios y ponte la bata por favor - dijo uno de los ayudantes.

  • V... voy...

Sin ningún animo la rubia se dirigía a los vestuarios cuando alguien la cogió del brazo, Sarilen se giró y se quedó paralizada al ver quien era.

  • Beth...

  • Sarilen, no lo hagas... por favor.

  • Esto ya lo hablamos, creo que no tenemos nada mas que hablar.

  • Si que tenemos!, tenemos que hablar de muchas cosas.

  • No, no hay nada que hablar!, vete ya por favor, tengo que ir a trabajar - dijo mientras intentaba alejarse.

  • No, no te dejaré - la morena le apretó mas del brazo.

  • Pero que mas te da lo que yo haga?! - dijo alzando la voz con rabia.

  • Mucho! Y no quiero que hagas esto.

  • Tu no eres nadie para decirme lo que debo o no debo hacer!

  • De verdad no soy nadie Sarilen? - preguntó casi en un susurro.

  • Eres mi amiga, pero eso no te da derecho a decirme eso, tengo que ir a trabajar Beth... adiós.

La rubia se soltó del agarre y comenzó a caminar, Beth no podía mas, le dolía tanto todo esto... pero aun asi sacó el valor suficiente y corrió detrás de ella hasta alcanzarla, la agarró por la cintura girándola y la besó con todas sus fuerzas, Sarilen intentó resistirse al principio pero ese beso era muy deseado por ambas, y no quería dejar de sentir los labios de la morena en los suyos y sus brazos fuertes que la tenía atrapada. Sus lenguas eran como látigos, esto no tenía nada que ver con las veces anteriores que se besaron rodando, esto era distinto, se podía notar todo el amor, toda la pasión, el deseo, el ansia... Sarilen la rodeó por el cuello con sus brazos y apretó mas su boca contra la de la morena a la vez que la abría mas para dar mas espacio a las lenguas, Beth hizo lo mismo. Cuando se separaron ambas aun tenían los ojos cerrados, casi estaban sin aliento, Beth se volvió a acercar y agarró el labio inferior de la rubia con los suyos, y lo volvió a besar, las dos se miraban a los ojos, ninguna decía nada, solo se miraban, Beth pensó que si había sacado el valor de hacer esto, decirle lo que sentía no tenia que ser mas difícil.

  • Sarilen yo...

  • Ahí está!, es ella - dijo la voz de un hombre.

Ambas se giraron y vieron al chico de antes de la entrada con dos guardias.

  • Fue esa mujer!

De repente agarraron a Beth y comenzaron a tirar de ella, ella forcejeaba con ellos, no quería irse sin decirle lo que sentía a la rubia.

  • No!, esperen por favor, solo un momento!

  • Esta detenida, vamos señorita.

  • Por favor suéltenla! - gritó la rubia.

La morena consiguió encontrar un hueco entre los dos guardias para mirar a la rubia a los ojos, antes de que la sacaran de allí Beth la gritó.

  • SARILEN NO LO HAGAS!, TE AMO!

Beth no pudo decir mas ya que la sacaron de allí, y Sarilen no creía lo que acababa de oír, había deseado tanto oír eso de la boca de Beth... de la alegría se puso a llorar, y ya tenía claro lo que iba a hacer, sin pensarlo echó a correr hacia donde el director.

  • Lo siento, pero no puedo hacer ésta escena, preferiría que pusieran una doble - dijo la rubia.

  • Doble para eso?, de eso nada, tienes que ser tu, te sacaran en primer plano, no puede haber dobles.

  • Pues yo no las pienso hacer.

  • Pues si no las haces te pondré de patitas en la calle.

  • No puede hacer eso!

  • A no? Y por qué?

  • Por que dimito!

Dijo la rubia a la vez que se iba de allí, el director se quedó con la palabra en la boca, no pudo decirle nada porque la rubia echó a correr y salió de allí.

Beth estaba en una celda esperando a que la sacaran de allí, tampoco le había echo nada al muchacho, asi que no la condenarían. A pesar de estar donde estaba la morena estaba feliz, aun tenía el sabor de la boca de Sarilen en la suya, cerró los ojos y recordó cada momento del beso, cada rincón de su boca, cada caricia de su lengua... su pensamiento desapareció cuando un golpe fuerte en los barrotes la hizo alzar la vista.

  • Venga, salga de aquí, han pagado su fianza.

La morena extrañada salió de la celda y siguió al guardia. Una vez la dejo en la salida pudo ver en una sala a Sarilen que la estaba esperando. Sin decir nada se fue acercando a ella a la vez que se miraban mutuamente, una vez quedó frente a ella, la morena agachó la mirada, Sarilen sonrío al ver el gesto.

  • Sarilen yo...

La morena fue callada por uno de los dedos de la rubia que se posó en sus labios.

  • Esta es la factura de la fianza - dijo la rubia a la vez que se la daba.

  • Gracias...

La morena la cogió y la miró para ver cuanto había pagado, pero en vez de eso vió otra cosa.

"yo también te amo"

Beth levantó la vista muy sorprendida, y pudo ver la sonrisa tímida de la rubia, se miraron directamente a los ojos, y muy despacio se fueron acercando cada vez mas y mas hasta que sus labios volvieron a entrar en contacto, abrazadas se siguieron besando.

Ambas ya estaban en casa, abrazadas y tumbadas en la cama, el silencio las rodeaba, solo se oía sus respiraciones, eran tranquilas, la rubia encima de Beth que la tenía entre sus brazos, sus expresiones reflejaban la felicidad.

  • Me alegro de que no lo hicieras - dijo Beth.

  • No podía, lo cierto... es que no quería hacerlo.

  • Entonces?

  • Bueno... es que te vi en tu nueva serie y vi como te besabas con uno de tus compañeros y... me deje llevar por los celos - dijo algo tímida.

  • Vaya... pensé que era la única que se estaba muriendo de celos.

  • Por qué lo dices?

  • Porque vi en una página de Internet cuáles serían los proyectos del director, y vi que en tres días tendrías que rodar esas escenas de sexo, y bueno... por eso vine, para pedirte que no lo hicieras.

  • Entonces mi plan dio resultado - dijo riéndose.

  • Ya lo creo - río del mismo modo y se giró quedando ella encima de la rubia - pero ahora no te saldrás con la tuya.

  • Si creo que vas hacer lo que estas pensando yo creo que si - dijo juguetona Sarilen.

  • A si?

  • Si señorita.

  • Muy bien, veamos a ver.

Beth se agachó lo suficiente para rozarle los labios, poco a poco fue presionando sobre ellos hasta convertirlo en un beso apasionado, una de sus manos paseaba por la entrepierna de la rubia, Sarilen gemía a cada contacto, Beth hizo rodar sus labios por su cuello hasta ir llegando a uno de sus pechos, la rubia tenía los ojos cerrados y sus manos enredadas en la oscura cabellera.

  • Mmm, me esta entrando mucha hambre - dijo la morena.

  • Puedes... comer lo que quieras - dijo Sarilen fatigada.

  • De verdad? - la morena acarició el centro de la rubia.

  • Oh!, siiiiiiiii!

  • Gracias... - susurró en el su pecho.

Beth se quitó rápidamente de encima de la rubia y se disponía a salir de la habitación.

  • Pero dónde vas?!

  • A comer recuerdas? - dijo Beth sonriente.

  • Me vas a dejar asi? - preguntó con morritos.

  • Esto era lo que estabas pensando?

  • No!

  • Entonces si, jajajaja - la morena se giró y salió riéndose de la habitación.

  • Vuelve aquí!

Sarilen se levantó y echó a correr detrás de Beth que ya estaba en el frigorífico.

  • Ni pienses que vas a dejarme asi - dijo Sarilen acercándose muy sensualmente.

  • Claro que si - dijo riendo y sin mirarla.

  • De verdad?.

La voz de Sarilen cada vez era mas sensual, la morena la fue a mirar pero justo en ese momento la camisa de la rubia cayó en su cara, poco a poco la fue apartando para ver a la espectacular rubia que ahora solo llevaba los vaqueros y el sujetador negro, Beth estaba perdiendo la fuerza en las piernas, le estaba costando mucho contenerse, pero decidió que lo mejor sería no mirarla.

  • Asi no conseguirás seducirme - dijo la morena haciéndose la dura.

  • Aun no he dicho mi última palabra.

Sarilen se acercó a la morena por la espalda, la abrazó por la cintura y sus manos fueron desabrochando los botones de la camisa de Beth hasta dejarla en sujetador, la morena ni se movió, ahora estaban igual, pero sintio unos pechos desnudos pegados a su espalda y una mano que la enseñaba el sujetador negro y lo dejaba caer al suelo.

  • Hasta que no te salgas con la tuya no pararas verdad?

  • Exacto! - dijo sonriente la rubia.

Su mano acariciaba el vientre liso de Beth, su otra mano rozaba con sus dedos uno de los pezones de la morena, Beth ante el contacto gimió y cerró los ojos, su lengua mojaba sus labios, ya casi no podía aguantar, justo cuando decidió rendirse oyó la voz de la rubia.

  • Me estoy muriendo de sueño, asi que me voy a dormir.

La rubia se separó y salió de la cocina con una sonrisa victoriosa, Beth se dió cuenta de que esta era su venganza, lo mismo que le había echo ella, pero no tenia ninguna intención de dejarla ganar, fue a la habitación, nada mas entrar los ojos casi se le salen de la cara al ver a Sarilen completamente desnuda delante de la cama, estaba de espaldas a la morena, Beth con paso acelerado se puso detrás de ella y la abrazó agarrandola de los brazos y susurrándola al oído.

  • Ésto aun no a acabado...

Beth giró a la rubia que estaba sonriendo y la besó apasionadamente, la rubia fue desabrochando el sujetador de la morena que aun lo llevaba puesto, una vez se lo quitó sus manos acariciaron su ancha espalda con total libertad, sin dejar de besarse, Beth tumbó a Sarilen en la cama tumbándose ella encima, la morena aun estaba con los vaqueros, pero no le durarían mucho puestos, la rubia fue desabrochando los botones uno a uno, la morena sonreía y cada vez besaba con mas pasión a la rubia, gemidos se arrancaban de la garganta mutuamente, la morena bajo una de sus manos hasta el centro de Sarilen y lo acarició con mucha suavidad, la rubia suspiraba una y otra vez, Beth succionó por el liso cuello de la rubia hasta dejarle varios chupetones, las caricias fueron aumentando y Sarilen movía sus caderas con ansia, necesitaba mas, la morena la entendió pero quería hacerle sufrir un poco mas, con dos de sus dedos atrapó el clítoris de Sarilen, ésto la hizo gritar de placer, la morena dejó de besarla y de moverse, se quedó mirando a la rubia, sus ojos brillaban como nunca antes lo habían hecho, tras recuperar un poco de aliento la rubia miró a la morena para ver por que había parado, vió como Beth la miraba sin parpadear casi, una sonrisa se formó en los labios de la morena, Sarilen sabía que iba a hacer algo pero no sabia el qué, de repente tres dedos entraron dentro de ella, ésto la hizo gritar a pleno pulmón, la morena acometía con fuerza y a gran velocidad, las caderas se movían al mismo ritmo, la rubia no dejaba de gritar.

  • Aaaaahhhhhhh!!!!!!, beeeeeeetttttttttthhhhhhhh!!!!

La morena siguió acometiendo, la rubia ya casi estaba y la morena lo sabía asi que rápidamente añadió un dedo mas, y hizo la última envestida con todas sus fuerzas, Sarilen no tenía fuerzas ni para gritar, quedó tendida en la cama completamente fatigada y sudada, la morena la besó levemente los labios y aun rozándolos la preguntó.

  • Te ha dolido?

  • No... ha sido... fantástico - la rubia la abrazó por el cuello y la besó - todavía estoy temblando.

  • Ven aquí.

La morena la puso entre sus brazos y la abrazó, estuvieron asi hasta que los temblores se calmaron.

  • Estas mejor? - preguntó la morena.

  • Si, estar entre tus brazos es lo mejor - dijo sonriente.

  • Te quiero.

  • Yo también te quiero - dijo la rubia muy feliz - es mi turno...

  • Tu turno?

  • Oh!, si.

Sarilen de un rápido movimiento se puso encima de la morena, tiró de los vaqueros desabrochados hasta quitárselos, la morena sonreía ampliamente, Sarilen estaba de rodillas entre los muslos de Beth, la rubia comenzó a acariciarle los muslos muy suavemente, Beth se limitó a cerrar los ojos y disfrutar de las caricias de la rubia, Sarilen se agachó hasta posar sus labios en uno de los muslos de la morena, lo besó muy despacio, la rubia fue subiendo hasta llegar a uno de los pechos de la morena, el pezón enrojecido de la morena fue capturado por los labios de Sarilen, los besó y los lamió con suma delicadeza, Beth gemía levemente, hasta que los labios de la rubia apretaron con mas fuerza su pezón, Sarilen juntó su centro con el de la morena, Beth al sentirlo no pudo evitar tener un escalofrío, la rubia empezó con un leve frotamiento, Sarilen comenzó a subir, beso a beso hasta llegar a su boca y devorarla con pasión y ansia, siguieron besándose a medida que el contacto aumentaba y se hacia mas rápido, Beth acariciaba la espalda de la rubia y la apretaba mas contra ella, Sarilen bajó una de sus manos hasta introducirla entre los dos centros, unos dedos ágiles entraron en Beth quien intentó gritar pero fue ahogado por la boca de la rubia que la besaba ferozmente, la rubia acometía con gran facilidad ayudada por sus caderas, eran rápidas y fuertes, Sarilen no dejó de besarla ni un momento, la morena se aferraba a ella con todas sus fuerzas al ver que el momento llegaba, con la última acometida la morena llegó al clímax, la rubia quedó tumbada encima de ella, ambas con la respiración agitada, se abrazaron y sonrientes descansaron hasta recuperar el aliento nuevamente.

  • Sabes que al final me he salido con la mia? - dijo la rubia riendo.

  • Lo se, pero si siempre va a ser asi dejaré que siempre te salgas con la tuya - dijo riendo la morena.

  • Jajaja, mmm, no debo acostumbrarte mal.

  • Ya me has acostumbrado.

La morena la besó suavemente en los labios y sonrió.

  • Veo que te acostumbras rápido.

  • No podrás quejarte.

  • No, eso desde luego

  • jajaja.

  • Ye amo Beth

  • Y yo a ti.

La morena la volvió a besar, pero esta ves mas apasionadamente, de repente el móvil de la morena comenzó a sonar, con cara de fastidio lo cogió.

  • Si?

  • Beth soy Max, tienes que venirte mañana para rodar.

  • No puede esperar un par de días?

  • Lo siento pero no, te necesito ya.

  • Luego te llamo.

  • Hasta luego entonces.

La morena colgó el teléfono, su cara era de total fastidio, pero cambio rápidamente al encontrarse a esos ojitos verdes que la miraban con curiosidad.

  • Qué pasa? - preguntó la rubia.

  • Me acaba de llamar el director de la serie, necesita que regrese mañana.

  • Oh...

La rubia bajó la vista, en su cara se veía la tristeza, no quería que Beth se fuera y menos tan pronto.

  • Lo siento cariño, supongo que tu tendrás cosas que hacer aquí no?

  • Por qué lo dices?

  • Me gustaría que vinieras conmigo pero... no se si tu tienes planes aquí.

  • Bueno... yo... no se, no puedo dejarlo todo de golpe y...

  • Sshh, lo entiendo, no pasa nada, yo solo quería que estuviéramos juntas, pero entiendo que no puedas venir conmigo.

  • Beth... quiero ir, quiero estar contigo todos los días, pero no puedo dejarlo todo de golpe.

  • Lo se, pero quiero que sepas que aunque estemos separadas no cambia nada de lo que siento por ti.

  • Lo se Beth, tampoco cambia nada para mi, te amo y es lo único que se.

  • Yo también te amo.

  • Beth...

  • Dime.

  • Prométeme que no rodaras escenas de sexo con alguien que no sea yo.

  • Claro que te lo prometo, nadie excepto tu me tendrá, - dijo con una gran sonrisa.

Entre besos y caricias ambas se quedaron dormidas, por fin tenían lo que tanto habían soñado, no podían estar mas felices, pero a Sarilen aun le preocupaba que su morena se tuviera que ir.

Ya era de día cuando unos ojitos verdes se empezaron a abrir, sentía el calor de Beth en su cuerpo, aferrándose mas a él volvió a cerrar los ojos, una mano grande le acarició la espalda, la rubia sonrió ante el contacto, Beth ya estaba despierta, estuvo pensando que hacer, en parte quería seguir con la serie, pero por Sarilen estaba dispuesta a abandonarlo todo por ella, tras estar un rato pensándolo tomó una decisión.

  • Sarilen, estas despierta?

  • Mmm, mas o menos.

  • Quiero decirte una cosa - la rubia levantó la cabeza.

  • De qué se trata?

  • He estado pensando y... a pesar de que me va bien la serie para mi tu eres lo primero y estoy dispuesta a dejarlo todo para quedarme aquí contigo - dijo seriamente mirándola a los ojos.

A Sarilen se le aceleró el pulso, estaba muy contenta por ello, pero no quería que Beth dejara su trabajo, se lo agradecía eternamente, con eso la había demostrado que su amor era verdadero, ella ya lo sabía pero esto lo aseguró aun mas, la rubia sonrió y le dió un tierno beso a la morena, pegó su frente a la de ella y la dijo...

  • Cariño no tienes que renunciar a todo por mi.

  • Pero quiero hacerlo, quiero estar contigo.

  • Lo se, yo también quiero estar contigo y lo estaremos, pero no renuncies a tu trabajo.

La morena se la quedó mirando, su cara tenía expresión triste y de preocupación, colocó una de sus manos en la mejilla de la rubia.

  • No quiero que nada nos separe...

  • Y nada lo hará, nos amamos y eso es lo único que necesitamos saber para seguir juntas.

  • Te quiero.

  • Lo se - dijo la rubia sonriente.

Ambas se besaron llenas de amor y empezaron a juguetear por la cama, no dejaron de reirse ni un momento hasta que por fin se fueron a desayunar, eran las ocho de la mañana, y la morena tendría que ir al aeropuerto a sacarse el billete para la tarde, una vez desayunaron ambas se vistieron. La morena paso a su casa a recoger unas cosas, después volvió a la casa de la rubia.

  • Cariño iré al aeropuerto a sacar el billete para esta tarde.

  • Quieres que te acompañe?

  • Tranquila no tardaré nada, tu ve hacer la compra, que era lo que ibas hacer.

Beth se acercó a ella cogiéndola por la cintura y besándola, la rubia sonreía en la boca de la morena y la abrazaba por el cuello.

  • Mm, te adoro, te quiero! - dijo la rubia.

  • Jajaja, y yo a ti - la morena la volvió a besar - será mejor que me vaya ya.

  • Vale, yo iré a la compra.

  • Vale, pues hasta luego! - dijo besándola otra vez.

  • Hasta luego cariño - la rubia la devolvió el beso.

La morena salió de la casa para ir al aeropuerto, Sarilen se fue muy contenta a la compra, una vez llegó Beth al aeropuerto fue a la ventanilla a pedir el billete, lo malo era que el último vuelo salía en una hora, Beth le dijo que lo tenía que pensar, una vez se apartó la morena sacó el móvil y marcó el móvil de la rubia.

  • Si? - contestó Sarilen.

  • Hola cariño.

  • Hola Beth! - respondió alegremente.

  • Cariño tengo un problema.

  • Qué pasa? - preguntó preocupada.

  • Pues dentro de una hora sale el único vuelo en todo el día.

  • En una hora?! - dijo sorprendida.

  • Si, y si lo acepto tendría que quedarme aquí ya.

  • Ya veo...

  • Cariño por mi me voy ahora mismo a casa y renuncio a todo.

  • No!, ni se te ocurra, compra el billete y ve, yo mañana te enviaré las cosas.

  • Estás segura?

  • Si - en su voz se notaba la tristeza.

  • Te amo Sarilen, mas que a nada.

  • Yo también te amo Beth, te voy a echar mucho de menos.

  • Y yo a ti, ya te estoy echando de menos.

  • Ten mucho cuidado vale?

  • Lo tendré, tu también eh!

  • Claro - dijo sonriente, avísame cuando llegues.

  • Vale, pues luego te llamo.

  • Que tengas buen viaje.

  • Gracias cariño.

  • Te quiero.

  • Te quiero.

Una vez colgaron Beth fue a comprar el billete y a sentarse a esperar a que saliera el avión. Sarilen estuvo pensando todo lo que le dijo Beth por la mañana, y tras pensarlo detenidamente echo a correr.

Solo quedaban diez minutos para que el avión despegara, Beth ya se dirigía a la puerta de embarque, cuando le dió el billete a la azafata una voz la hizo girarse.

  • No irás a dejarme aquí verdad?

La morena casi se desmaya al ver a la rubia con dos maletas, sin pensarlo se acercó a ella.

  • Pero...

  • Nada de peros, me voy contigo - dijo sonriente.

  • Nada me haría mas feliz, estas segura?

  • Si que lo estoy, tu estabas dispuesta a dejarlo todo por mi, pues yo también.

La morena sonreía pero a su vez sus ojos se humedecían, acarició la cara de la rubia y se agachó para besarla.

  • Gracias... eres lo mejor de mi vida - dijo la morena casi llorando.

  • Te amo! - la rubia la volvió a besar dejando que sus lágrimas cayeran por sus mejillas.

  • Disculpen señoritas, tienen que embarcar ya.

  • Claro - dijo la morena sonriendo.

Cogidas de la mano, Sarilen le dio su billete a la azafata y entraron en el avión, una vez sentadas Beth cogió la mano de la rubia.

  • Gracias por todo Sarilen.

  • No me las tienes que dar - dijo sonriente.

  • Oye, tu que vas hacer?

  • Seguiré con mi libro.

  • Crees que podrás inspirarte?

  • Mi libro trata del amor mas grande que se haya conocido, para inspirarme tu eres lo único que necesito, por que ese libro trata de nuestro amor.

Dijo la rubia en un susurro, en los ojos de Beth se podía ver su sorpresa y su eterno amor, sin decir mas ambas se besaron profundamente. Y asi llenas de amor y un futuro por delante ambas realizaron su sueños, y el primero era pasar el resto de su vida juntas.

Fin