30 años más tarde
Elih !?, volteé la cabeza y le reconocí. Era quien en mis años de campeonato conducía los ensayos.
El asunto de la oficina para hacerme con una referencia inmobiliaria en la zona me ocupó casi todo el lunes, comida incluida. Habían dado las 6 de la tarde cuando salí de las oficinas de nuestro nuevo cliente en la calle del Ferrocarril en el barrio del
Poble
Nou
de Barcelona. Fue al pasar por delante del Casino que el cartel me llamó la atención. Para aquella tarde estaba programado un concierto de
cobla
. Hacía unos 30 años que había dejado el ambiente de concurso. Justo al casarme. En todos estos años había limitado mi
participación
en este ambiente a contados actos en mi ciudad.
Cuando vi el horario me atacó una cierta pereza. Empezaba a las 8, así que faltaban casi dos horas. Pero el primer impulso es el que vale y mandé primero un mensaje a mi Amo a quien este ambiente como buen "
gironí
" tampoco le es desconocido y aprobó mí decisión; luego llamé a mi casa comentando el acontecimiento y avisando por mi retraso.
Di una vuelta por la zona observando lo mucho que había cambiado desde que estuve la última vez y me senté a tomar una infusión esperando se hiciese la hora, tiempo que aproveché para avanzar faena y estar en contacto con mi Amo quien me pidió que me pusiera la gargantilla que me identifica de su propiedad. Se trata de un terciopelo negro de unos 2 cm de ancho que sujeta un sello de plata de unos 2x2 cm con el símbolo de mi Amo grabado.
Vestía un traje chaqueta yipo blazer y falda corta, cubierta por un abrigo tipo gabardina. Así pues la gargantilla era un complemento muy potente a la imagen de ejecutiva con la que había salido de casa. Llegada la hora acudí a la sala donde la primera sorpresa fue reconocer a quien resultó ser el presidente de la federación, le saludé junto a su esposa con quienes conversé durante un rato. Dieron las señales del comienzo y no siendo numerado escogí donde sentarme. En aquella fila no se sentó nadie más y empecé a disfrutar del concierto hasta la media parte. Si bien había decidido no levantarme al ver que la mayoría de gente salía opté por salir yo también. Vi algunas caras "conocidas" pero todas iban a lo suyo. Solamente algún efímero saludo con la cabeza. Que por cierto, os habéis dado cuenta de que a la gente le pasan los años ?
Elih
!?, volteé la cabeza y le reconocí. Era quien en mis años de campeonato conducía los ensayos. Si bien teníamos dos ensayos semanales el venía solamente una noche. Vive en una capital de comarca a unos 20 km de mi ciudad.
Andreu
!!!, le respondí sorprendida (me reservo su nombre). Me comentó que solía acudir a estos conciertos que
estan
todos programados en lunes. Ya en aquellos años era un hombre serio, exigente con sus propósitos pero
empático
que había conseguido que nos
clasificaramos
en buenas posiciones. Ahora era un hombre interesante, tal vez más por el traje y por su pelo canoso. También es verdad que las diferencias de edad de mayores se acentúan menos. Calculé y sin
aparentalos
debe de tener unos 61/62. Iba solo, me contó que suele organizarse el trabajo en Barcelona para poder asistir a algunos de estos conciertos. Casi no tuvo tiempo de adornar ninguna frase ya que
fuimos
llamados a ocupar nuestras butacas. Al llegar a mi sitio me pidió si se podía sentar, a lo que accedí.
Al terminar el concierto y levantarnos me dice que me espere y vaya con el y en el vestíbulo empezó a saludar a gente, algunas de las cuales me las recordó, entre ellos algunos de los músicos. Uno a punto de jubilarse me pidió hacernos una foto. Debo de reconocer que la decisión de haberme quedado al concierto me hizo sentir bien. Una media hora después salíamos. "
tens
pressa
?,
et
puc
convidar a sopar ?".
Reconozco que me pilló por sorpresa. Reaccioné y le pedí que esperara un momento. Mandé un
whats
a mi Amo informándole y pidiéndole permiso. Espera un momento, es tarde y no quiero que se inquieten, excusa para dar tiempo a mi Amo a que respondiera, mientras el y yo estuvimos hablando ahora de nuestras familias; el conocía a quien después sería mi marido.
- Te quiero decente pero disponible, luciendo mi marca. Elegante y afable. Si bien no propondrás ni insinuarás nada no te preocuparás por tus ropas. No facilitarás nada pero tampoco negarás nada.
Mejor llamo dije, estoy recibiendo mensajes pero ninguno es de casa. Llamé a mi marido diciéndole la verdad, que había coincidido con antiguas amistades entre ellas
Andreu
y que me quedaba a cenar. Colgué y le mandé la fotografía con los músicos y
Andreu
. Como los dos teníamos nuestros coches estacionados cerca y dado que el parecía conocer la zona, me dejé llevar a un restaurante especializado en pescado muy cerca de donde estábamos. Buena elección para una cena.
El
restaurant
en lunes estaba más
vacio
que lleno y eso facilitó que
Andreu
,
adelantándose
al
maitre
le señalase una mesa redonda del fondo que seguramente no contemplaban para parejas pero que nos cedieron. Reconozco que la elección no solamente me agradó sino que provocó en mí un escalofrío por la espalda que me excitó. Nos sentamos de espalda a la pared, yo pegada a su izquierda y con toda la sala a la vista. Al sentarme no provoqué pero tampoco evité nada lo que es lo mismo que si que inicié cierta provocación ya que la falda quedó por encima del encaje de las medias dejando a la vista un principio de piel.
Durante la cena descubrimos que en aquellos 30 años eran varias las inquietudes que nos eran comunes. Si bien había dejado el participar en campeonatos seguía activo ya no solo en la agrupación que nos había sido común sino en la
militáncia
que no se limitaba tan solo al
activismo
sino que también estaba en el consultivo de un partido. En tanto avanzaba la cena me pasó por la cabeza que aquel
escalofrio
había sido infundado ya que toda la
conversación
derivaba a temas políticos reconociendo por mi parte que estaba siendo muy alentador y formativo y más cuando se centró en explicarme su compromiso para que desde la política hubiese más interés y
sensibilidad
y medios para la cultura.
Así
estabamos
cuando
acomodándose
la servilleta acompaño la
veheméncia
de lo que comentaba palmeando por un segundo mi pierna. Reconozco que me gustó y llegué a pensar en
dessobedecer
a mi Amo y dejarme llevar por mi misma pero me entregué y a el me debo. Si bien durante los platos principales
estabamos
de lado y solamente hubo este detalle ya terminando los postres el acomodó su silla girándose un poco más hacia mi y cambiando radicalmente de tema empezó a preguntarme por otras personas de aquella época y sin ningún tipo de grosería empezamos a ponernos al día más en lo personal y así fue como sin perder la compostura otra vez su mano reposó en mi pierna como de pasada, como quien toca el timbre.
Lo reconozco, a mi me vinieron ganas de acomodarme en la silla de manera que pudiese intuir que mi sexo estaba ya no desnudo, sino húmedo y brillante. Pero me contuve. Si tanto me calentaba y no sucedía nada, por la hora que era, siempre me quedaba
Martí
a quien podría llamar al llegar a mi ciudad y por descontado mi marido.
Si bien estuvimos todavía un rato de sobremesa allí no ocurrió nada más, ya lo daba todo por perdido,
almenos
por aquel día. Bueno, no he comentado que el también está casado y tal vez, ese fuese su compromiso.
Al salir, justo en la puerta del
restaurant
posa su mano en mi brazo "
on
tens
el
cotxe
?" me preguntó. Le comenté que yo lo tenía bajando la rambla del
Poble
Nou
a la derecha, en el callejón de la tapia del cementerio. El al lado contrario entre unos bloques de pisos separados los unos de los otros por parterres. Vamos a mi coche y te acompaño al tuyo. No hombre, le respondí. No voy a dejar que vayas a tu coche sola a éstas horas y no tiene sentido que yo tenga que desandar hasta mi coche.
Al llegar a la calle donde empezaban los pisos dice, "
anem
per
aquí" señalando los parterres que separan bloque a bloque. "
tinc
el
cotxe
allà
" señalando en diagonal.
Andabamos
entre los parterres cuando a resguardo de dos bloques me para y me dice. Por cierto, te he comentado que esta gargantilla resalta tu estilo, te hace más guapa. Le sonreí, "t'agrada". Con el
indice
de la mano me levanta la barbilla y dice, me gusta si, pero me gusta más lo que dice de ti. Y manteniendo el dedo bajo la barbilla
ví
como se iba acercando. Reconocí a aquel
Andreu
que en los ensayos cuando corregía alguna posición lo hacía con determinación, exigente con sus propósitos. Fui receptiva cuando sus labios acariciaron los míos lo que interpretó como que consentía y aquel primer beso se convirtió en un morreo intenso y
descaradamente
apasionado. Por la hora la zona estaba desierta y fruto de los árboles el ambiente era de cierta humedad lo que podía ser garantía de cierta intimidad. La
configuración
de aquellos bloques
ofrecia
algunos rincones que
inmediatamente
fueron
complices
de nuestro apasionado escarceo.
Apoyada en la pared de uno de los bloques su mano buscó mi sexo sin que dejase de
morrearme
y cuando encontró el camino libre por mi desnudez el
magreo
tomo otra dimensión ya que noté como se embravecía. Me corrí con sus dedos dentro de mi vagina encharcada y deseosa de placer. Puse mi mano sobre su bragueta pero me la apartó y sin sacar los dedos de mi sexo fue introduciendo uno en mi ano que le recibió ardorosa. No ahogues tus gemidos me dijo. Tampoco es que me pusiese a chillar pero me dejé ir gozando del orgasmo al que me tenía sometida.
"M'has d'explicar
moltes
coses" me dijo cogiéndome de la mano y llevándome a su coche. Me abrió la puerta y me acomodé y al entrar el le volví a poner la mano sobre la bragueta y otra vez me la apartó. Tuve tiempo de notar cuan dura la tenia. Puso su mano en mi nuca y buscó mi boca con la suya y más que
morrearme
me devoraba. Sin mediar palabra se puso en marcha. Al llegar al callejón de la tapia, mi coche estaba en el lado de la misma, al pasar por el lado se lo señalé y el tuvo que dejar su coche un poco más allá. Salió del coche y vino a
abrime
la puerta que daba a la calzada. Ya fuera me apoyó de espaldas y volvió a
morrearme
y esta vez sus manos exploraron mis pechos
virgenes
todavía para el y para su boca que no tardó en conocer el sabor que le
ofrecian
.
Algún coche pasaba por la avenida principal, paralela a la ronda del Litoral, pero ninguno se desviaba por el callejón. Me volvió a coger de la mano y andando entre la tapia y los coches estacionados
fuímos
hasta el mio. Allí me amorró sobre el capó delantero y noté como se preparaba para follarme. Noté como su miembro duro entraba deseoso y sin contemplaciones ya que una vez apuntaba la entrada fue empujado con ímpetu. Cuando tientas la suerte suele tocar y un coche entró en el callejón pero iba decidido, no buscaba donde estacionar y pasó por delante nuestro
saludandonos
con un leve
bozinazo
. Yo notaba su miembro
hincharse
y me abandoné a un orgasmo. El
seguió
follándome mientras yo seguía gimiendo. Paró y con la polla firme fuera del pantalón me pidió que abriera el coche.
"Despulla't", y desnuda me tumbé en el asiento del acompañante y el se arrodilló y empezó a lamer mi sexo ofreciéndole mis jugos en su boca, momento en el que serpenteó sobre mi y me volvió a follar esta vez mordiéndome los pezones. Cuando noté que se iba a correr paró de golpe y salió. Levantó la cabeza y manteniendo con dos dedos mi boca abierta dejó que toda su saliva entrase en ella. Controlando su orgasmo ahora apuntó su miembro en mi
esfinter
y empezó a
sodomizarme
y estando en ello se abandonó a un orgasmo intenso y lechoso que me
inundó
por detrás. Abrió la puerta, rodeó el coche ocupando el asiento del conductor y
mirándome
entendí lo que deseaba, me acerqué y empecé a
comérsela
y
limpiársela
.
Unas frases de rigor acompañaron el pequeño
relax
a tan exhausto placer. Cogí el móvil, entre los mensajes, había los de mi Amo. Le respondí. "M'hauràs d'explicar
moltes
coses" volvió a repetir. A quien has escrito? , y no me digas que a tu marido. "t'hauré d'explicar
moltes
coses" le respondí y acercando mi boca a la suya volví a besarle y
morrearle
en un intento de desviar la
conversación
.
Todavía estuvimos media hora dentro del coche, hablando, pero no del tema y mientras no cesaba de
torturarme
sexo y clítoris empezó a decirme cuan gratamente le había sorprendido; que en aquel entonces no se lo habría imaginado de mí, sí de otras del grupo y como caballerosamente no decía nombres
fuí
yo quien le dijo, bueno, puede que tal fuese un poco más abierta. Pero tampoco entramos en detalles.
Ya relajados o
almenos
con la intención de dar por
teminada
la fiesta empecé a vestirme mientras el decía: Se ha hecho tarde y lo que tienes que decirme creo que es largo de contar y solo depende de ti el que lo hagas. Me llevaré un grato recuerdo de hoy. buscó en su bolsillo y sacando la entrada del concierto anotó su teléfono y me lo
dió
.
Nos abrazamos y me besó, si, me besó y yo lo recibí. "
Anem
", y abrió la puerta y salió, yo salí para ir a ocupar mi asiento y me dice. Espera. Me hizo una foto. "
més
" dijo, desabotoné la blusa y desnudé un pecho. "
més
" levanté mi vestido y le mostré mi sexo. Allí volvimos a abrazarnos y besarnos.
Entré en el coche. le hice señal de que podía ir al suyo. Mientras el iba yo maniobré para sacarlo y me quedé parada junto al suyo. Entró. Nos miramos, Cogí mi
mòvil
y le mandé un
. "
ja
tens
el
meu
número" y marché.
La cena había dado mucho de sí para poner al día a mi marido de que había sido de
Andreu
y de con quien más coincidí en el concierto.